Posibles influencias históricas y literarias en los protagonistas de Fire Emblem: Three Houses

Fire Emblem: Three Houses es la última entrega para Nintendo Switch de la franquicia creada por Intelligent Systems y Koei Tecmo donde, en la piel del profesor/a Byleth, eliges dirigir a una de las casas que conforman el monasterio de Garreg Mach, cada una de ellas representada por uno de los máximos futuros dirigentes de Fódlan: Edelgard (Águilas Negras), Dimitri (Leones Azules) o Claude (Ciervos Dorados).

Ya hemos mencionado en nuestra reseña del juego que supone una fusión entre Harry Potter, Juego de Tronos y lo mejor de un JRPG de estrategia. Pero hay además bastante de historia medieval y moderna (europea, claramente). No fiel a la realidad ni mucho menos, no es un Assassin´s Creed; sino en base a posibles influencias para los personajes principales y sus rutas. Avisamos de SPOILERS de Fire Emblem: Three Houses.

Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Dimitri, Hamlet y los reyes daneses

Quizás la obra más popular (sin duda, una de las más famosas) de William Shakespeare es Hamlet, príncipe de Dinamarca. Con múltiples representaciones desde su publicación (se cree que entre 1599 y 1601) y adaptaciones (El rey león entre ellas), narra la historia de un príncipe destronado por su propio tío, quien antes había asesinado al legítimo rey y padre del protagonista, para así quedarse con la corona y la monarca regente. Hamlet empieza a recibir sueños de su progenitor donde le revela que fue asesinado por su hermano Claudio y que debe vengarlo. Consternado, el príncipe aparentemente empieza a enloquecer y empieza a idear la forma de su vendetta.

Es fácil ver a priori las semejanzas entre Hamlet y Dimitri: durante la tragedia de Duscur asesinan a su padre, el rey Lambert, y a toda su familia y amigos. Hasta que cumpla la mayoría de edad, el trono lo ocupa su tío; y Arundel, quien claramente muestra características de villano en rutas de Edelgard y Dimitri, recibe el título de «tío» por parte de ambos. Nunca olvida este acontecimiento, el cual lo atormenta, entre otras formas mediante las visiones del fantasma de su progenitor, quien le sugiere venganza. Finalmente, acude a reclamar su trono. Por suerte, la ruta de los Leones Azules no acaba tan dramáticamente como la obra de Shakespeare, pero los caminos de Dimitri y Hamlet van muy parejos.

Farghus, o lo que conocemos de éste, posee además rasgos en común con países del norte de Europa (Hamlet se sitúa en Dinamarca), como el clima helador o el que sus habitantes sean representados de manera más «burda», y a la vez caballeresca, que sus compañeros de otras casas (no hay más que ver el diseño de Dimitri tras el salto temporal de cinco años). Son como el ideal del vikingo. Curiosamente, nombres de procedencia rusa, como Dimitri, se entremezclan aquí con otros de origen francés (Rodrigue) e incluso español (Felix, Sylvain Jose).

Dimitri en uno de sus momentos chungos. Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Edelgard, Hildegard von Bingen y la reina Isabel

El nombre completo de la representante de las Águilas Negras, Edelgard von Hresvelg, es extremadamente similar al de Hildegard von Bingen, figura femenina relevante dentro de la cultura del siglo XII y reclamada posteriormente como una de las primeras figuras representativas del feminismo (dentro de los cánones de su época, claro está).

Hildegard von Bingen en realidad fue una religiosa, intelectual, científica, naturalista, filósofa, médica y escritora mística que decía recibir visiones desde muy temprana edad. Estas visiones levantaron mucha curiosidad ya durante los años en los que vivió y se ha escrito bastante sobre ellas, sin tener clara su naturaleza (hoy en día parecerían migrañas, según se ha teorizado).

Sea como fuere, Hildegard fue una figura importante en su época, llegando a ocupar el cargo de abadesa y líder monacal durante muchos años y siendo aclamada por hombres y mujeres no solo por las citadas visiones, sino por su intelecto, alto nivel cultural y amplios conocimientos.

Viendo el historial y personalidad de Hildegard (quien por cierto llegó a vivir 81 años, cifra nada desdeñable en la Edad Media europea), más que a Edelgard (Hildegard además nació y vivió en la época del Sacro Imperio Romano Germánico, representado por un águila negra bicéfala), nos trae a la mente al personaje de Rhea, por temas como la espiritualidad, su liderazgo religioso y su relevancia en la sociedad.

Rhea en Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Más allá del nombre, la figura histórica que más nos recuerda a Edelgard es la reina Isabel I de Inglaterra. No hace falta decir que fue una de las figuras más importantes a nivel mundial en el siglo XVI y, a día de hoy, una de las monarcas más estudiadas y queridas en el Reino Unido.

Hija de Enrique VIII y Ana Bolena, al caer su madre en desgracia fue encerrada y apartada del poder por su padre y posteriormente por su hermana. Antes que ella, los herederos al trono eran sus hermanos Eduardo y María. El caso es que ambos reinaron y murieron antes que ella, así que llegó su turno.

Isabel llevó a cabo varias reformas y retomó (y asentó) la senda del protestantismo tras el sangriento y católico reinado de su hermana mayor, de manera similar a como Edelgard se enfrenta (y renuncia) a la iglesia de Seiros, la cual considera cruel, mentirosa y corrupta. Al igual que la monarca inglesa, de personalidad fuerte e independiente (nunca se casó, aunque no le faltaron pretendientes), ambas tuvieron infancias difíciles, encerradas y apartadas de sus familias. Edelgard también accede al trono tras el fallecimiento de sus hermanos.

Hay una figura muy presente a lo largo de la vidad de Isabel I de Inglaterra que nos recuerda a alguien importante en la de Edelgard: hablamos, respectivamente, de Robert Dudley y Hubert.

Dudley e Isabel se conocieron siendo unos niños (llevándose un año de diferencia), ya que a él también lo encerraron al cosiderarlo junto a su familia parte de un levantamiento contra el monarca (de hecho, sus parientes fueron ejecutados). Tras haber crecido juntos, una vez Isabel accede al trono enseguida coloca a Dudley muy cerca de ella, nombrándolo maestro de caballerizas. A decir de las comidillas de la época, eran prácticamente inseparables y surgieron todo tipo de rumores, ninguno de ellos confirmados hasta la actualidad. 

De Dudley también se escribieron ríos de tinta y se llegó a decir de él que era un asesino, un extorsionador y un delincuente… muy al estilo Hubert. No se sabe hasta qué punto esto era real (su primera mujer apareció misteriosamente con el cuello roto en lo que se consideró un suicidio) o mera leyenda negra, pero el caso es que Robert se ganó numerosos enemigos por su posición de poder en la Corte y su cercanía extrema a la reina, a cuyo lado permaneció (broncas aparte) durante casi cuarenta años.

Es fácil ver asimismo aquí las similitudes: Hubert y Edelgard se conocen desde muy temprana edad y en situaciones adversas para ambos. Confiando plenamente el uno en el otro, al crecer ella ocupa el trono y coloca a su amigo cerca en todo momento. Hubert, por su parte, es un ser extraño y siniestro de quien se pueden rumorear fácilmente varias cosas; incluyendo la naturaleza de su relación con Edelgard, puesto que, básicamente, no paran de conspirar y hasta sus dormitorios están juntos en Garreg Mach, lo que se traslada a su final en común.

Hubert y Edelgard, conspirando para variar. Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Esos romances que nos marcaron para siempre (San Valentín 2020 Edition)

San Valentín está llegando a su fin (más o menos) y, como viene siendo habitual cada año, dedicamos una entrada a esos romances del mundo de la fantasía y ciencia ficción que más nos han llegado a la patata. Sin embargo, esta vez quisimos reunir a los favoritos de los seguidores en Twitter, por lo que aquí van los romances más citados o que mayor atención han recibido.

Tidus y Yuna (Final Fantasy X y Final Fantasy X-2)

Tidus y Yuna (cuyos nombres significan sol y noche en okinawense, respectivamente) han sido, desde prácticamente la salida de Final Fantasy X, una de las parejas favoritas (por no decir LA pareja en casi todas las encuestas de este tipo) de los seguidores de la franquicia.

Tidus es un reconocido jugador de blitzball (el deporte favorito del pueblo de Spira) que un día se ve trasladado a otra época, donde pervive la amenaza constante de un ente destructor conocido como Sihn. Allí conoce a Yuna, una invocadora encargada de peregrinar para destruir a Sihn (al menos durante un tiempo).

Ilustración oficial de Tidus y Yuna por Tetsuya Nomura.

El encuentro entre ambos, en principio algo distante por la timidez de Yuna y el misterio que envuelve tanto a ella como a Tidus, se va tornando más cálido y cercano a medida que van ocurriendo determinados acontecimientos y se van acercando. Suyas son escenas consideradas memorables como la del baile sobre el agua, el beso en el lago o ese final que arranca las lágrimas a más de uno.

Su historia continuaría en Final Fantasy X-2 (la primera secuela propiamente dicho de la saga) y, si se quiere tener en cuenta, un relato escrito por el mismo guionista de los juegos, Kazushige Nojima, que sería un bosquejo de lo que vendría a ser Final Fantasy X-3.

En este periplo, el romance entre Tidus y Yuna pasa por todo tipo de situaciones y llega a conmovernos, emocionarnos y hacernos reír en más de una ocasión.

Cloud y Aeris / Zack y Aeris (Final Fantasy VII y Compilación de Final Fantasy VII)

Cloud y Aeris ha sido otra de las parejas más citadas y, al igual que sucediera con Tidus y Yuna, suponen una de las historias de amor trágicas de Final Fantasy (en este caso de la séptima entrega). Como ya hemos hablado de ellos anteriormente, vamos a aportar un nuevo matiz sobre lo que puede traernos el Remake, al menos por lo visto en avances.

Parece que en esta ocasión, principalmente porque van a desarrollar más la historia y a añadir elementos aquí y allá, el papel de Aeris va a ser más prominente dentro del lore. Última supervivientes de los Cetra o Ancianos, Aeris tiene una vinculación especial con el planeta, Jenova, Sefirot y Shinra. No sería de extrañar (y parece que así sucederá) que su historia con Cloud (un mercenario que se une al grupo eco-terrorista Avalancha) sea más destacada en las primeras entregas, especialmente de cara a determinante escena.

Cloud y Aeris en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Otra pareja que involucra a Aeris y que ha sido mencionada más de una vez es la que forma con Zack, la cual cuenta asimismo con gran cantidad de seguidores.

Zack es un joven que aspira a convertirse en héroe dentro de las filas de Soldado en Shinra, mientras que Aeris es cuando se conocen todavía una joven que se refugia (de Shinra, básicamente) en los suburbios de Midgar. Se encuentran accidentalmente y enseguida congenian, formándose una relación que la muchacha describirá como la de su primer amor o novio.

Evidentemente, como casi todas las parejas populares de Final Fantasy, su historia termina en tragedia, lo que habrá llevado al llanto a multitud de jugadores con el final de Crisis Core (el título donde se desarrolla su romance). Lo cierto es que tienen elementos de lo más conmovedores y emanan muy buena química como extrovertidos y fuertes emocionales que son. Previsiblemente, al igual que comentábamos con Cloud, la presencia de Zack (y con ella su historia con Aeris) será ampliada en el Remake.

Estas tres parejas han sido las más citadas o que han despertado mayor reacción y, casualmente, todas ellas se las debemos en buena medida a los nombres de Tetsuya Nomura, Kazushige Nojima y Motomu Toriyama. Aplausos para ellos.

Ipsen y Colin (Final Fantasy IX)

La pareja principal de Final Fantasy IX la conforman Yitán y Garnet (o Daga), pero hay un momento en especial que estos dos protagonizan donde él le cuenta una historia a ella. Los protagonistas de este relato son Ipsen y Colin y, al igual que su periplo, son tan efímeros como memorables. Sencilla y contundente, Yitán la usa a modo equiparable con la persona por quien siente algo especial. Devoción y ternura en estado puro. Gracias a @LeonheartTribal (Twitter) dejamos la imagen por aquí.

La historia de Ipsen y Colin en Final Fantasy IX. Squaresoft.

Haruka y Michiru (Sailor Moon)

Sailor Moon es EL shôjo de la década de 1990 y sí, tenía (al menos) una pareja lésbica canon protagonizada por Haruka y Michiru (Urano y Neptuno, respectivamente). Evidentemente, en algunos países la censura se encargó de hacerlas pasar por primas, pero lo que es obvio, es obvio. Es verdad que cada una de ellas ya presentaban los estereotipos de chica andrógina y seria y otra sensible y bondadosa, respectivamente; pero que un anime y manga tan popular nos haya brindado con tanta naturalidad una pareja tal, y que hayamos podido crecer con ellas, es para estar lo suficientemente agradecido.

Entrando en materia, recuerdo a Haruka y Michiru con ternura. Su vínculo es especialmente fuerte y además se llevan estupendamente.

Haruka y Michiru en Sailor Moon. Naoko Takeuchi.

Favaro y Amira (Shingeki no Bahamut: Genesis)

Los protagonistas del anime Shingeki no Bahamut: Genesis, adaptación de MAPPA de un videojuego de cartas, son un ejemplo de cómo de un concepto la mar de sencillo pueden salir 12 episodios de pura fantasía épica. Y sí, hablamos tanto del anime a nivel general como de esta pareja en particular. Amira es una muchacha con personalidad algo infantil y con una naturaleza sobrenatural que va aprendiendo de Favaro, un amante de la libertad mujeriego, conceptos básicos (y no tanto) de la vida. Viaje emocional y fantástico donde los haya que, para variar, no acaba del todo bien (básicamente nos gustan los romances tristes).

Se han mencionado a otras tantas parejas, como Guts y Casca (Berserk), Haruo y Akira (Hi Score Girl), Ayato y Haruka (RahXephon), 9S y 2B (NieR: Automata) o Yukito y Toya (Cardcaptor Sakura), pero lamentablemente no tendríamos espacio para poder escribir sobre sus virtudes. Gracias a todos por participar y feliz día (o noche) de San Valentín.

Dimitri y otros tres personajes de videojuegos que abordan la enfermedad mental

La enfermedad mental no es un asunto baladí, máxime teniendo en cuenta la cantidad de desinformación (y lo que falta por conocer) sobre el tema. No somos precisamente unos entendidos, ni pretendemos, pero es cierto que el mundo de la ficción ha abordado en numerosas ocasiones este delicado y complejo tema, en varias de ellas de manera no del todo acertada.

Sin embargo, sí ha habido veces en el que se ha abordado, con mayor o menor exposición, la enfermedad mental, o al menos los trastornos o síndromes, de manera bastante adecuada, cuanto menos interesante y respetuosa. Hacemos repaso a cuatro personajes que en el mundo de los videojuegos han expresado la enfermedad mental (o los trastornos, ya que a veces no hay consenso dentro del fandom sobre si es uno o lo otro) de este modo, al menos en nuestra opinión.

Hemos tenido en cuenta a personajes principales por su mayor profundización en el tema. Avisamos de  SPOILERS de los títulos que tocaremos.

Dimitri (y Bernadetta, y Felix, Fire Emblem: Three Houses)

En Fire Emblem: Three Houses somos Byleth, una profesora (o profesor) que enseña en el monasterio de Garreg Mach en Fódland. Allí conviven y estudian tres casas, cada una representante de una región distinta: las Águilas Negras, los Leones Azules y los Ciervos Dorados.

Dimitri es el aparentemente modélico delegado de los Leones Azules, que representan al reino de Farghus (del cual es príncipe y heredero). Servicial, educado, aplicado y con los ideales caballerescos a tope, si bien algo tímido y distante. A medida que avanza la historia, poco a poco vamos percibiendo que hay algo que no cuadra en él. Pocas horas de sueño. Jaquecas. Empieza a exhibir momentos de agresividad descontrolada. Cuando se revela que Edelgard es el Emperador de Fuego, el muchacho salta definitivamente al abismo y entra en una especie de brote.

Dimitri. Fire Emblem: Three Houses. Intellect Systems y Nintendo.

Tras el salto temporal de cinco años, nos encontramos con un Dimitri en un estado bastante peor: violento, que cree que eres un espía del imperio, que aparentemente habla con los muertos, que no va a las clases, le importa todo (menos decapitar a Edelgard) un bledo y que se queda ausente mirando a los escombros del monasterio. Y así durante meses. Es otro evento desafortunado (y el empeño de determinados seres cercanos durante los citados meses) lo que consigue traerlo de vuelta a su estado estable. Pero ni las visiones, ni la culpabilidad, ni las jaquecas, ni las tendencias suicidas, desaparecen nunca. Ni tan siquiera en el final.

Dimitri expone lo que es el trastorno de estrés postraumático y el síndrome del superviviente (ya que la tragedia de Duscur cuando aún era un niño, donde asesinaron a su familia y amigos, es realmente el evento que marcó su vida). Pero en este caso se añade la psicosis, pues lo de Dimitri tiene perdurabilidad en el tiempo, no se «cura por arte de magia» (de hecho, no se cura, a secas) y son episodios que van y vienen. Él mismo le dice a Felix que tanto en crisis como en los momentos más estables, todo ello forma parte de su persona.

Hablando de Felix, tanto él como Linhardt, de las Águilas Negras, muestran síntomas del Síndrome de Asperger (intereses muy concretos hasta el punto de la obsesión, falta de tacto con los demás, no dan muestras de entender algunas expresiones ni normas sociales de conducta). Pero, aparte de Dimitri, el personaje que mayor trastorno mental parece tener es Bernadetta: agorafobia (casi nunca sale de su cuarto, algo que la aterra), ansiedad generalizada y un pasado de abusos y traumas por doquier. Al final, con mucho esfuerzo, parece mejorar, pero tampoco son rasgos que desaparezcan ni se «curen».

Dimitri. Fire Emblem: Three Houses. Intellect Systems y Nintendo.

Cloud Strife (Final Fantasy VII)

Cloud es el protagonista de Final Fantasy VII, probablemente la entrega más popular de la franquicia (y la cual próximamente tendrá un Remake). El juego empieza con él como mercenario al servicio de un grupo eco-terrorista llamado Avalancha. Inicialmente desconsiderado con los demás y con la situación del planeta, poco a poco va abriéndose al mundo, a medida que el jugador va conociendo a un Cloud más amable y solidario.

Uno de los mayores giros del juego viene cuando descubrimos que una buena parte del pasado de Cloud no corresponde a la realidad ni a lo que él nos había contado (y que él mismo creía). Nunca fue miembro de Soldado, mucho menos de primera clase, ni estuvo en primera fila junto a Sefirot durante la expedición del Reactor Mako en Nibelheim. En verdad, Cloud había asumido los recuerdos de su amigo Zack durante dicho acontecimiento. El traumático asesinato de éste último a manos de Shinra delante de sus narices es lo que causa que el rubio asimile sus recuerdos y legado. Los cuales empeoran con determinados acontecimientos como la muerte de Aeris.

Cloud exhibe así, de nuevo, síntomas del trastorno de estrés postraumático, síndrome del superviviente y posteriormente una profunda depresión, la cual muestra especialmente en Advent Children (película-secuela del videojuego). Si bien todo ello aporta matices al personaje de Cloud (mucho más que el simple «emo» que algunos quieren ver), lo cierto es que en esta cinta se torna algo superficial, con ese aparente «todo está bien» del final y en parte la «romantización» del trastorno y del síndrome.

El protagonista no es el único que da muestras de enfermedad mental o trastornos de conducta en este título. Los villanos Sefirot y Hojo, cada uno a su manera, hacen gala de un enorme narcisismo y, especialmente el primero, alteración de la realidad.

Zack y Cloud. Final Fantasy VII: Advent Children. Square Enix.

9S y A2 (NieR: Automata)

Bueno, en realidad cualquier título de Yoko Taro juega bastante con los límites de la locura y los bordes de la desesperación, pero NieR: Automata es el que mejor conocemos y aquí está. Todos sus personajes hacen gala de trastornos de conducta, pero especialmente dos: 9S y A2.

9S es un androide de tipo escáner de naturaleza curiosa y amigable. Por ello, enseguida congenia con la fría y (aparentemente) apática 2B. Escabrosos secretos (que siempre termina descubriendo), una vida en bucle que no para de incluir su muerte a manos de la persona que ama (y posterior reinicio y vuelta a empezar) y el asesinato de 2B forman un cóctel que acaba con su aparente salud mental (y digo aparente porque su prototipo ya parecía dar muestras de cierto desequilibrio sin que sucedieran ninguno de estos factores). De forma similar a Dimitri, 9S pasa de ser un agradable muchacho (al menos durante la mayor parte del tiempo) a un joven con conducta errática, asocial, obsesionado con una idea, violento y con tendencias suicidas. Lo de las alucinaciones parece quedar aquí más en mano de las máquinas (y el cambio sucede de forma más brusca que en el personaje de Fire Emblem).

Por su parte, A2 da muestras principalmente de ansiedad por separación, nuevamente trastorno de estrés postraumático y síndrome del superviviente. Con todo su escuadrón asesinado y enviados a una muerte segura por una causa inexistente, la androide opta por aislarse de todo contacto e ir a la deriva en solitario. Sus conversaciones con Anémona y Pascal demuestran que esta situación es autoimpuesta (a pesar de que Yohra efectivamente quiera darle caza), lo que casa con la profunda culpabilidad que conllevan éstos.

9S hablando cordialmente con A2. NieR: Automata. Platinum Games y Square Enix.

Senua (Hellblade: Senua´s Sacrifice)

Hellblade: Senua´s Scarifice es quizás el videojuego que mejor aborda la enfermedad mental (o al menos la psicosis), ya que sus desarrolladores (Ninja Theory) fueron muy conscientes de lo que querían reflejar al respecto y tomaron las pertinentes averiguaciones.

Senua es una guerrera celta picta (antiguas tribus del centro y norte de Escocia) que se adentra en las profundidades del Helheim (mundo de los muertos de la mitología nórdica) para rescatar el alma de su amante, retenida por la diosa Hela. En su camino, aparte de los enemigos pertinentes, tendremos que hacer frente a la psicosis, en forma de «oscuridad» o «furias», visiones, recuerdos o ruidos en su cabeza.

De manera similar, pero mucho más profunda, que con Dimitri, Senua demuestra que la psicosis no es un punto y aparte en la vida de una persona. Está siempre ahí, altera la percepción de la realidad, y son determinados eventos lo que quizás la vuelven más prominente o agresiva. Lo que consigue a su vez este título es que lo vivamos en primera persona, haciendo nuestra la perspectiva de Senua.

Podríamos añadir a varios personajes más, como Joel en The Last of Us, Neku o Shiki en The World Ends With You o todo el videojuego Gris; pero la extensión de esta entrada nos lo torna (casi) imposible. Hemos querido pues mostrar a esos personajes de videojuegos que, en nuestra opinión, más fondo nos han calado por su abordaje y exploración de la enfermedad mental y de los trastornos de conducta.

Senua. Hellblade: Senua´s Sacrifice. Ninja Theory.

El tema «Hollow» y otras seis novedades en el último tráiler de Final Fantasy VII: Remake

Hoy Final Fantasy VII ha cumplido 23 años desde su lanzamiento en Japón y Square Enix ha querido celebrarlo lanzando un nuevo tráiler sobre Final Fantasy VII: Remake, con el que han aprovechado para dejar escuchar el nuevo tema principal, «Hollow», entre otras jugosas novedades.

«Hollow» de Nobuo Uematsu y Yosh con letra de Kazushige Nojima

Final Fantasy VII: Remake tiene su tema musical, al igual que Final Fantasy XV tenía «Stand By Me» de Florence and the Machine, Final Fantasy VIII «Eyes On Me» o Final Fantasy IX «Melodies of Life», entre otros.

Para la ocasión el compositor «de toda la vida» de la saga, Nobuo Uematsu, ha compuesto la música, el guionista Kazushige Nojima la letra y el cantante Yosh (del grupo Survive Said The Prophet) la voz. El tema, dicen, se centra en los sentimientos de Cloud y el mismo Uematsu ha asegurado que lo ha creado con el rubio en mente, en medio de la lluvia y en un lugar vacío y desolado. Gracias a ComunidadFF en Twitter que la ha reunido tenemos completa la letra en inglés (traducción oficial de Ben Sabin y John Crow), traducida al español por nos:

I would be lost (Estaría perdido)

Drifting along (a la deriva)

Floating up high (flotando)

Time after time (Un momento tras otro)

And there you´d be (Y ahí estarías)

Shining brightly (Resplandeciente)

Your smiling face (Tu cara sonriente)

To guide my way (Para guiar mi camino)

Bloody and bruised (Sangrando y herido)

Brought to my knees (Caí de rodillas)

When beaten down (Al estar derrotado)

When broken up (Al estar destrozado)

You would appear, (aparecerías)

reach out to me, (vienes hacia mí)

heal every wound (sanas todas las heridas)

And make me whole (y me completas)

Was it all a dream? (¿Era todo un sueño?)

Will I never know? (¿Lo sabré alguna vez?)

Foolish and blind (Estúpido y herido)

To everything (ante todo)

Had I realized, (Me hubiera dado cuenta)

had I thought it through, (Lo hubiera pensado a conciencia)

would you be here in my embrace? (¿Estarías aquí en mis brazos?)

Shine bright once more (Resplandece una vez más)

Guide me to you (Guíame)

Smile bright once more (Sonríe una vez más)

This time I will never let you go (Esta vez nunca te dejaré ir)

Además, la web oficial de Square Enix dedicada a Final Fantasy VII: Remake ha confirmado que Masashi Hamauzu (Final Fantasy XIII) y Mitsuto Suzuki (Final Fantasy XIII-2) están también al cargo de la banda sonora.

Viejas (nuevas) caras

El avance, de tres minutos y medio de duración, contiene varios SPOILERS del juego original, especialmente para aquéllos que nunca lo hayan disfrutado. Entre éstos, los personajes que preveíamos que iban a aparecer, pero que no lo habían hecho hasta ahora.

El más llamativo por supuesto es Red XIII o Nanaki, a quien al fin podemos ver y oír. Lo acompañan Hojo, Escarlata, Palmer y Reeve. Seguimos sin percibir nada de Rufus, eso sí.

Hojo en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

¡Leviatán!

Las invocaciones, al igual que los temas musicales, son características de la saga Final Fantasy. Una de las más recurrentes, Leviatán, aparecía en Final Fantasy VII, pero a partir de Wutai; por lo que no estaba claro que hiciera acto de presencia en este primer episodio del remake (centrado únicamente en Midgar). El tráiler nos saca de dudas y, aparte de a ChocoMog, vemos a la serpiente marina en acción.

Leviatán en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Más escenas emblemáticas del juego

Habíamos visto en avances anteriores escenas como el primer encuentro entre Cloud y Aeris o el enfrentamiento contra Jefe Escorpión en la demo jugable en convenciones. Sin embargo, aquí podemos deleitarnos con una parte de la escena de la promesa entre Cloud y Tifa cuando eran adolescentes en su pueblo natal, Nibelheim (la cual a su vez se deja ver de fondo).

Es también la primera vez que vemos a estos dos personajes de niños con estos gráficos.

Cloud y Tifa en Nibelheim. Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Y la Posada de la Abeja

Lo que muchos se preguntaban, sabiendo que el juego abarcaría todo Midgar… ¿cómo se vería toda la secuencia del Mercado Muro con esta calidad? ¿Se seguiría travistiendo Cloud para poder infiltrarse junto a Aeris en la mansión de Don Corneo?

El avance da respuesta definitiva a nuestras dudas, vaya si lo ha hecho. Cloud aparece en su versión más femenina y además vemos a la Posada de la Abeja y a sus integrantes de fondo, en lo que parece formará parte de una escena sacada de un musical (uno de los «sueños» de Tetsuya Nomura, el director). No solo van a respetar la esencia del juego original, sino que tiene pinta de que lo van a mejorar.

Cloud en la Posada de la Abeja. Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Más Sefirot… y Jenova

Tetsuya Nomura ya había señalado que el juego contendría más jefes y enemigos que toda la parte dedicada a Midgar en el original. Esto se ve reforzado por la temprana aparición de Jenova como rival a batir en el tráiler (la susodicha no aparecía como tal hasta la salida en barco de Junon en Final Fantasy VII).

Y habrá más Sefirot, algo que ya se intuía por anteriores avances. Nuevas escenas y diálogos y una mayor tensión con Cloud, lo que seguramente será más que aplaudido por los fans del villano (que apenas hacía acto de presencia, menciones aparte, en las primeras diez horas de juego).

Sefirot en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Y sí… Final Fantasy VII: Remake saldrá el 10 de abril

El tráiler viene a finalizar con lo que Square Enix ya había anunciado mediante comunicado del productor, Yoshinori Kitase: Final Fantasy VII: Remake no saldrá al mercado hasta el 10 de abril, ya que necesitan pulir algunos aspectos del juego y la fecha de lanzamiento original (3 de marzo) se les estaba quedando corta. Larga y agónica espera.

Los niños del mar, mito moderno de sirenas

Selecta Visión ha estrenado este fin de semana en cines de España la película de anime Los niños del mar (Kaijuu no Kodomo 海獣の子供), una espectacular obra a medio camino entre el cine costumbrista y pausado sobre el crecimiento adolescente de su primera mitad con el realismo mágico (casi delirante) de su última parte. Dirigida por Ayumu Watanabe (After the Rain); con guión del propio autor del manga en el que está basado, Daisuke Igarashi; y música compuesta por el siempre maravilloso Joe Hisaishi; nos encontramos ante una delicia visual que, narrativamente hablando, no está hecha para todo el mundo.

Ruka es una estudiante de secundaria que es expulsada del club de balonmano el primer día de vacaciones. Sin saber a dónde ir y con sus padres recientemente separados, acaba yendo al acuario donde trabaja su progenitor. Allí conoce a un misterioso chico llamado Umi, quien fue criado junto a su hermano Sora por una manada de dugongos. A partir de aquí dan comienzo las largas vacaciones de Ruka.

Hay que agradecer especialmente a Selecta el haberse atrevido a traer este título a las carteleras patrias, teniendo en cuenta que se trata de un mercado que, aunque en auge, sigue apoyando masivamente obras que forman parte de franquicias tales como One Piece o Dragon Ball, pero no tanto los trabajos independientes. Además y como decíamos, Los niños del mar no está hecha para todo el mundo.

Los niños del mar. Studio 4ºC.

Basada en el manga de mismo título, Igarashi ya había creado una narrativa que partía de los mitos, la cual no tiene por qué tener sentido (mucho menos, el mismo sentido) para todo el mundo. Entre la psicodelia y la metafísica, Los niños del mar se abre así camino muy alejada de los típicos shônen y mucho más cercana al cine de Terrence Malick (La delgada línea roja, El árbol de la vida). Poesía visual, que puede llegar a resultar lenta y sobre todo confusa para parte del público.

A esta confusión hay que sumarle que la adaptación cinematográfica se deja en el tintero varias escenas determinantes del manga (prácticamente los tomos 3 y 4 completos, si bien es cierto que, para quien esto suscribe, éstos son los que contienen más «relleno del denso»), lo que le otorga un mensaje más centrado en la madurez de Ruka y su vínculo con Sora y Umi y mucho menos en la búsqueda de Anglade (reducido a un personaje completamente secundario) y Jim.

En donde no se pueden poner peros a la película es en su apartado audiovisual. La animación es hipnotizante y absolutamente mágica, tanto en sus partes más experimentales como en otras más convencionales. «Planos secuencia» de las calles por las que corre Ruka, la imagen de ella y Sora nadando bajo el cielo estrellado o, por supuesto, toda la secuencia en el clímax con el ritual del nacimiento son para quedar grabadas en la retina. El diseño de los personajes, a cargo del veterano de Ghibli (y de animes como FLCL o Evangelion) Kenichi Konishi, que sigue fielmente las pautas del estilo de Igarashi, redondea este apartado.

Los niños del mar. Stduio 4ºC.

Qué decir de las partituras de Joe Hisaishi. El compañero de Hayao Miyazaki pone aquí su sello en uno de sus mejores trabajos, y eso es decir muchísimo teniendo en cuenta los temas que ha compuesto para Mi vecino Totoro, El viaje de Chihiro o El verano de Kikujiro, por mencionar a unos pocos. La música con la que arranca la película, que parece seguir el sonido base de las ballenas, o la canción que toca Dehdeh con su instrumento de viento, son solo dos de los ejemplos de este espectacular trabajo que suma puntos a esta experiencia.

Como decíamos, Los niños del mar no es una obra para todo el mundo. Probablemente algunos se aburrirán y otros quedarán estupefactos, pero lo que no se le puede negar es que estamos ante un innovador título que, bajo una premisa clásica, acaba convirtiéndose en algo que no dejará indiferente. Una película arriesgada y excelentemente cuidada que viene a hablarnos de la vida, del mar, del cielo, de las estrellas y de que en algún momento todos nos vemos obligados a crecer, pero sin olvidar a quienes vamos dejando atrás.

P.D.: No os vayáis durante los títulos de crédito, ya que, por un lado, hay escenas posteriores que culminan más satisfactoriamente la película. Por el otro, quedarse a escuchar la canción de Kenshi Yonezu «Spirits of the Sea» es una auténtica delicia.

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Explicamos: Los niños del mar o el mito de creación del siglo XXI

Selecta Visión ha estrenado en cines de España la cinta de anime Los niños del mar (Kaijuu no Kodomo, 海獣の子供, en el original japonés), la última película de Ayumu Watanabe (ha estado al cargo de varios largometrajes de Doraemon y de la serie After the Rain) y del estudio 4ºC (las también muy peculiares TekkonKinkreet o Mind Game, entre otras), basado en el manga de cinco tomos (publicado aquí por ECC Ediciones) de Daisuke Igarashi.

La historia parte de los cambios por los que está atravesando la vida de Ruka, una adolescente japonesa a quien le prohíben asistir a las clases de entrenamiento de balonmano durante las vacaciones de verano debido a un encuentro con otra compañera. Ruka es competitiva y tiene problemas para comunicarse, lo que se traduce en una sensación de aislamiento y de no pertenencia a este mundo. Sus padres, además, acaban de separarse. Un día conoce a un extraño muchacho que nada en el agua, quien responde al nombre de Umi, y a su hermano Sora.

Avisamos de SPOILERS tanto de la película como del manga Los niños del mar.

El relativismo del oyente

La primera mitad de Los niños del mar se desarrolla al uso, sentando las bases de la típica historia de niña que se hace mujer, el crecimiento del héroe. A partir de la mitad, la narrativa se torna simbólica y caótica, entre la psicodelia y la aparente locura del mito.

Porque Los niños del mar es sobre todo un mito, pero contado en el siglo XXI. Como tal, no necesariamente debe tener sentido; si bien el antropólogo Claude Lévi-Strauss defendía que los mitos contenían toda lógica y respuestas, solo que al ser atemporales y no estar sujetos a determinados episodios históricos pueden prestarse a distintas interpretaciones, según quien lo mire o escuche.

El nacimiento de Rakshasa. Los niños del mar, tomo 2. ECC Ediciones.

Hay mucho de antropología y mucho de mitos recogidos en la obra de Igarashi. Partiendo de Jim Cusack o Anglade, quienes hacen las veces de antropólogos sin serlo, son los observadores participantes de los sucesos extraños que acontecen. Son además (especialmente Anglade) quienes transmiten al espectador o lector los mitos vinculados a la historia.

Es el caso del nacimiento de Rakshasa, mito budista y del hinduismo que Anglade cuenta en su primera aparición cuando va a buscar a Sora. Rakshasa es un ser demoníaco que nace del dios creador del universo, el cual un día viajando junto a su mujer a lomos de un toro se pusieron a tener sexo y eyaculó sobre el mar. Anglade concluye que los meteoritos que caen sobre el océano a inicios de la historia representan al semen del cosmos o de esta deidad. Y dicho meteorito será esencial para la historia.

En cuanto al propio Raksasha, se cree que los niños del mar pueden servir de analogía con el ser demoníaco que devora a los humanos. Cuando Dehdeh los encuentra en el manga, un paisano le explica una leyenda que habla de dos niños que llegan misteriosamente, uno procede del cielo y otro del mar. Ambos crean un vórtice en el océano que lo consume todo, como hasta cierto punto acaba ocurriendo en la historia.

Retomando a Lévi-Strauss, los mitos poseen lógica, pero varía dependiendo de quien lo escucha o de quien lo narra. Igarashi plantea aquí un mito sobre la creación del universo y la vida, partiendo de la madurez de una adolescente de hoy que se topa con dos misteriosos muchachos, que se presta a diversas interpretaciones (yo por ejemplo ya he leído teorías que parten de las creencias de Bali, del cristianismo, de teorías sobre la reencarnación o incluso que todo se ciñe al despertar sexual y posterior aborto de Ruka).

Tanto la película como el manga se centran bastante en mostrar la dualidad (a veces enfrentamiento) entre la ciencia o empirismo y lo inexplicable. Esto es perceptible y no merece mayor análisis, pero básicamente sirve como crítica del antropocentrismo dominante (en una realidad donde el ser humano representa a una ínfima parte) y de que, a pesar de todos los avances tecnológicos de los últimos años (pocos, en el conjunto de la historia), el hombre todavía no sabe realmente casi nada.

La propia narrativa de Los niños del mar juega con este relativismo, con este microcosmos frente al macrocosmos. Sora, Anglade y Dehdeh mencionan que en realidad el ser humano apenas sabe ni percibe nada del total de la existencia. La primera mitad parte desde Ruka hacia el mundo; la segunda desde el universo hacia la muchacha.

La creación del universo o nacimiento en Los niños del mar. Studio 4ºC.

El universo como cuerpo biológico que se reproduce

En realidad, Los niños del mar es bastante fácil de entender si se parte de la idea de que el universo funciona como ente orgánico, trabaja y se reproduce como un ser vivo. Nosotros, humanos, somos una minúscula parte de un todo, las amebas, que ayudan (en parte, al menos) a que este todo siga su marcha. Si Cells at Work! o Érase una vez la vida se centrase en el cosmos, nosotros seríamos como los glóbulos rojos.

Así, la Tierra con mar es el útero, el meteorito el esperma, el ser humano el mensajero o teta. Jim canta esta canción y se la cita en más de una ocasión durante la obra. También Kanako, la madre de Ruka, compara al feto en el útero con un ser acuático que, al nacer, muere (como ser de agua) y revive (como ser terrestre en un nuevo mundo), amamantado por el humano.

La representación del océano a través de una figura femenina con varios senos surge asimismo varias veces en el manga, ya sea o no representada en la ballena en cuyo interior termina Ruka con el esperma/meteorito. El mar es creación y fuente de vida, es Venus, como el citado cetáceo.

Los niños del mar funcionan a su vez como espermatozoides: van en busca del meteorito caído y mueren en el intento. Primero lo logra Sora, quien se lo pasa a Ruka (también bajo simbolismo sexual, que veremos a continuación), a quien finalmente se lo arrebata Umi. El destino es Umi, literalmente el mar, que alcanza el grado máximo evolutivo, el universo mismo.  Estos niños que aparecen muertos son también referidos (al menos en el manga) como «menstruación del océano» por las trabajadoras del acuario, ya que sus tejidos corporales se asemejan a los cuerpos blancos de los ovarios. Surge así la creación, fecundación o el nacimiento.

Los humanos seríamos por nuestra parte la teta, como dice Jim, que da la bienvenida al nacimiento/muerte (esta dicotomía no la expresa solo Kanoko, sino también Sora cuando se comunica con Ruka a través del meteorito; ya que los seres del mar mueren al salir de éste y entrar a tierra, y viceversa). En la historia, Ruka es la elegida, como dice Anglade, para ser la mensajera y observadora de la creación o renacimiento de la vida universal.

Hay no obstante algunas excepciones de animales marinos que mueren al salir a tierra (al menos si lo hacen durante determinado tiempo). Una de ellas son las tortugas, más que nada por la variedad de subespecies dentro de los quelonios. Sora es visto nadando sobre una tortuga y posteriormente se lo ve observando a la misma mientras desova en la playa y vuelve al mar. El rubio dice que la conoce de cuando era niño. Este animal simboliza la ruptura de esa frontera entre mar y tierra, vida y muerte que se muestra varias veces en el manga.

Los niños del mar. Studio 4ºC.

Sora y Umi, sirenas del mundo moderno

Tanto Sora como Umi han sido criados por dugongs, conocidos también como «sirenas» debido a la forma en la que amamantan a sus crías, sujetándolas con una aleta mientras la cuelgan del pecho (imagen que sale representada en Los niños del mar). Por ello, ambos nadan como si tuvieran aletas y, al entrar en contacto con la tierra, sufren de forma similar a los delfines (su piel se seca, sus ojos se irritan y comienzan a asfixiarse), especialmente Sora.

El rubio es además «hermoso» (muy similar otros niños del mar de otros relatos) y cuando Ruka lo encuentra está sentado sobre una roca a la orilla del mar y hay «música» de fondo; esa misma jornada ella ha escuchado una melodía de ballenas que recordará posteriormente como «la canción que sonaba el día en que conocí a Sora». El muchacho se ofrece a «jugar» con Ruka si es que está aburrida.

Posteriormente, Sora arrastra a Ruka al océano en más de una ocasión (Umi también, a todo esto, aunque las semejanzas con las sirenas se dan aquí con menor intensidad). Sora besa a Ruka y luego la lleva al mar para desaparecer brillando y siendo despedazado (las sirenas atraían a los marinos, los seducían y luego los ahogaban o despedazaban, en algunos casos se los comían).

Anglade hace incluso una referencia directa a las sirenas en el manga y su forma de seducir a los humanos para llevárselos al océano, preguntándose si acaso los niños del mar formarían parte de este grupo.

Ningyo es el término bajo el que se conoce a las sirenas en Japón. Éstas tienen más cuerpo de pez o anfibio, dejando solo el rostro o cabeza de humano. Cuando aparecen, suelen ser aviso de algún fenómeno como tsunamis, tifones o terremotos. Al contrario que en Occidente, en el país nipón son las sirenas las que suelen acabar despedazadas y comidas por los humanos, ya que se cree que conceden la vida y juventud eternas.

Sora y Umi conocen a Ruka a la par que empiezan a ocurrir sucesos como la caída de los meteoritos o la llegada del tifón. Sora, además, termina despedazado y siendo devorado por peces en el mar después de haber besado/representado el encuentro sexual con Ruka.

En cuanto a Umi, más que sirena/ningyo, sería también el propio mar, como su nombre indica, así como las pistas que se van dejando en la historia, como Anglade contando que las bacterias halladas en el cuerpo del niño solo se encuentran en el ecosistema más profundo del océano, donde no llega nada de sol. Más infantil, enérgico y amigable con los humanos (cuando quiere) que Sora, el menor de los hermanos es también alguien a quien hay que proteger, en palabras de Ruka y a juzgar por los actos de Sora. En Umi se deposita el tifón, asociado asimismo con la vida, el cual va creciendo en su vientre. De ahí, el meteorito es depositado en Umi por decisión propia, se fecunda junto al tifón y acaba desapareciendo/renaciendo. Ruka agarra una porción de este renacer y se lo traga.

Umi está asimismo vinculado al concepto de hombre primordial que buscan Jim y Anglade y al que hacen referencia tantos mitos de creación (como Pangu en China o Púrusha en en el Rigveda). Este primer ser vivo, que vendría a ser también la ballena de varios senos, parte siempre del mar, ya que antes de la existencia misma había agua o sustancia líquida en estos mitos. El ser primordial proviene de un huevo o se divide en varias partes, de las que surge el mundo tal como lo conocemos. Al igual que el cetáceo, en cuyo interior se fecunda el meteorito; y Umi, que acaba dividiendo su cuerpo y desapareciendo/renaciendo.

Se ha teorizado asimismo sobre la posibilidad de que Sora y Umi sean estrellas, ya que, sobre todo el rubio, al desaparecer deja atrás una columna de luz (las estrellas mueren por su propio peso y «explotan») y se escucha un sonido que Anglade describe como el que hace uno de estos elementos cuando perece. En cualquier caso, estrellas, sirenas o meros humanos (la ciencia no percibe que su organismo sea distinto), refuerzan el componente narrativo de que morir es renacer en otro lugar (como veremos), ya sea como parte del mar, de la tierra o del cielo.

El crecimiento de y el despertar sexual de Ruka

Tras conocer a Sora, Ruka percibe que éste se comporta con ella de forma distinta que con Umi y los demás, algo que sucede a su vez a la inversa (la muchacha ve a Umi como alguien a quien se debe a proteger, mientras que Sora es mucho más independiente y adulto). El rubio es bastante borde y mordaz con ella, a quien por otro lado parece atraer o, simplemente, dejar estar. La joven responde inicialmente a esta actitud con algo de precaución y curiosidad, de forma similar a como se adentra en el mar.

Hacia la mitad de la obra, bajo una noche estrellada, Sora besa a Ruka en la boca. Con esto, deposita el meteorito/esperma en el vientre de ésta. Luego desaparece adentrándose en el mar adoptando forma de columna brillante (Freud tendría algunas palabras que decir al respecto). A partir de aquí, Ruka se adentra en el mar sin reparos «junto a Sora» siguiendo el canto de la ballena.

Cuando llega hasta la ballena que refleja la imagen de mujer con varios senos (Anglade también visualiza a esta figura en el mar, de nuevo analogía entre mar y madre, fecundidad), Ruka se adentra en ella. En el manga, en esta escena dice que quiere hacerse una con el canto de la ballena (que en algunos casos suena durante el cortejo) y el meteorito/esperma. En ese momento, aparece Sora junto a ella y también se le une. Se representa en el manga con viñetas de ambos desnudos y posicionados de frente, pies con pies.

No hay escenas claras de sexo en una obra que versa principalmente sobre la vida y el renacer, además de la madurez de una adolescente (salvo quizás la escena de Kanako cuando era joven en el mar y Anglade hablando en la cama junto a una mujer que desconocemos; escenas ambas que no se muestran en la película). Sin embargo, hay muchísima sexualidad contenida y simbolizada, como es lógico pensar en este tipo de trabajo.

En el caso de Ruka, se representa su despertar sexual a partir del beso de Sora. Tras éste, la historia se traslada a otro ambiente y personajes. Cuando regresa a ambos jóvenes, Sora se encuentra echado boca arriba en la arena y Ruka sentada a su lado; en poses prácticamente iguales a las de Anglade y la señorita en la escena postcoital. Es aquí cuando Sora se adentra en el mar y desaparece, como ya hemos citado; y Ruka, con el meteorito/esperma en su vientre, se «hace una» con él. Al igual que el momento en el que se adentra en la ballena.

Durante la escena del beso y el depósito del meteorito/semen en el vientre de Ruka, tanto ésta como Sora estaban observando a una tortuga marina desovar en la playa. Estos animales se aparean en aguas profundas y las hembras son capaces de guardar el esperma del macho en su interior durante años, tardando los huevos en formarse dentro entre dos y tres semanas. La hembra viaja así desde el lugar donde se ha producido el apareamiento hasta la playa que eligen para desovar, al igual que Ruka nada hasta la ballena.

Cuando acaba todo, las tortugas nacen y (las que lo logran) llegan al mar. Los niños del mar, ECC Ediciones.

Podría interpretarse a Los niños del mar como la historia del despertar sexual de una adolescente que, una vez adentrada en esta realidad, entra en contacto con los conceptos de creación, vida, nacimiento y cosmos, que culminan en Umi y el renacer y en el parto de Kanoko. Ese microcosmos versus macrocosmos que mencionábamos anteriormente.

No es el único símbolo de crecimiento en Ruka. Sus problemas de comunicación son superados al conocer a Sora y especialmente a Umi, ya que de éste último empieza a aprender que el lenguaje no es la única vía comunicativa (Umi de hecho pierde el habla en más de una ocasión). Las ballenas se comunican por el canto o por ondas, al igual que el mar, que transfiere recuerdos guardados en sus aguas con el paso del tiempo. Al final, Ruka señala que «las promesas más importantes no se hacen con palabras«.

Anglade también critica las limitaciones que produce el lenguaje, al menos en el manga. Retomando a Freud, quien cuestionara el peso de la cultura sobre el ser humano, ya que limita, según él, sus actos y deseos como especie, así como su visión de la realidad, generando incomodidad, frustración o malestar; todo ello se puede achacar a la evolución de Ruka. En palabras de Anglade, «el ser humano también fue alguna vez un animal noble» antes de adquirir el lenguaje (del cual se considera base cultural del hombre). Y a decir de Freud, mientras escribía sobre el porqué de su afecto por su perro Topsy:

Se trata de un afecto sin ambivalencia, de la simplicidad de una vida liberada de los insoportables conflictos de la cultura, los perros son más simples, no tiene la personalidad dividida, la maldad del hombre civilizado, la venganza del hombre contra la sociedad por las restricciones que ella impone.

Los niños del mar. Stduio 4ºC.

Los muertos que acuden a la silla

En el manga hay una escena con Umi y una silla, en la cual el chico explica a Ruka que los fantasmas a veces vuelven a dejar o depositar algo en uno de estos muebles; es una forma de demostrar su existencia entre nosotros.

Al final del todo de la película, aparece una silla con algo depositado en ella, lo que simbolizaría la presencia de Umi y Sora, quienes, aunque hayan desaparecido, siempre permanecerán de alguna manera «en vida». Es probablemente la promesa hecha por Ruka, no expresada en palabras.

Como hemos mencionado, el mar y la tierra ofrecen una dicotomía donde los seres que habitan en uno no pueden vivir en la otra, salvo excepciones (temporales o por subespecies) como las tortugas. Este concepto se destaca aún más con los peces «fantasma» que desaparecen en luces.

Así, se muestra que la gente que guarda recuerdos de cuando estaban en el útero (un fenómeno extraño, pero que se da, llamado hipertimesia) guardan una conexión especial con estos animales que desaparecen iluminados. Uno de los niños con recuerdos prenatales describe estas desapariciones como el momento del alumbramiento de un bebé.

Por ello, tal como le dice Sora a Jim y Kanoko a Ruka, morir no es sino nacer en otro sitio. Al igual que cuando estuvo encarnado en el «espíritu de la ballena» que Jim acogió cuando era joven, Sora volvió a aparecer décadas más tarde. De este modo, es cuestión de tiempo que él y Umi regresen de alguna forma, si es que no lo han hecho ya.

Como hemos comentado, se pueden llevar a cabo variedad de interpretaciones sobre una obra tan repleta de simbolismo y tan relativista como Los niños del mar. De hecho, lo más probable es que al principio uno tenga la sensación de no estarse enterando de nada. Sin embargo, resulta mucho más fácil de comprender (y enriquece la experiencia) cuando entramos en debates sobre mitos, creación, el universo o, simplemente, el despertar sexual y los problemas comunicativos durante la adolescencia.

Ni no Kuni, mero entretenimiento con una excelente partitura de Joe Hisaishi

El 16 de enero se ha estrenado en Netflix la película de Ni no Kuni, serie de vieojuegos JRPG (Japanese Rol-Playing Game) desarrollado por Level-5 con colaboración de Studio Ghibli, lo que se nota especialmente en su estilo de dibujo y diseños de mundos que mezclan lo real con lo fantástico. Tras el excelente La ira de la Bruja Blanca, llegó en 2018 El renacer de un reino, cosechando asimismo buenos resultados de crítica y público. Por ello, rápidamente se anunció el lanzamiento de un largometraje que narraría una historia distinta a las de las dos entregas para consolas (que a su vez son independientes entre sí).

Para ello han contado con la dirección del veterano (colaborador de Ghibli) Yoshiyuki Momose y, de nuevo, con la partitura del siempre espectacular (y habitual de Hayao Miyazaki) Joe Hisaishi. De hecho, la banda sonora es, fácilmente, lo mejor de toda la cinta, añadiendo magia e introspección a un producto que, en líneas generales, nos ha resultado bastante superficial.

La historia, escrita por Akihiro Hino, cuenta cómo dos amigos que viven en Tokio, Yuu y Haru, se ven trasladados a un mundo fantástico después de que un misterioso muchacho hiriese gravemente a una compañera de ambos, Kotona. Una vez allí intentan encontrar a la chica, lo que les lleva al palacio, ya que la princesa de dicha dimensión, Astrid, guarda un parecido sorprendente con Kotona y está además herida de muerte. Yuu y Haru intentan salvar a la joven con la esperanza de recuperar a su amiga, lo que les llevará a una serie de encuentros y desencuentros entre nuestro mundo y el otro.

Ni no Kuni. OLM Inc.

La trama, evidentemente, entra dentro del género conocido como isekai (joven japonés, normalmente estudiante y muy mundano, se ve absorbido a un mundo de fantasía), lo que, personalmente, ya no augura algo bueno (me cuesta empatizar con jóvenes que se ven trasladados a otras dimensiones y aparentemente no les preocupa casi nada, así como todos los clichés tan previsibles que suele guardar el género). Efectivamente, la película de Ni no Kuni cumple con varios de estos clichés y es bastante (o muy) previsible. Desde luego, bastante más que los videojuegos.

Esto hace que la historia, de por sí nada ambiciosa, caiga en saco roto. Lamentablemente, salvo quizás Yuu, es difícil empatizar con los personajes (la mitad de las decisiones que toma Haru son cuanto menos cuestionables y son varias las veces en las que nos preguntábamos como es que se hace llamar amigo de Yuu). La princesa cumple a la perfección su papel y Kotona termina por diluirse en el argumento sin aportar nada más que ser un motor o interés amoroso (al menos inicial) para los dos adolescentes. El villano se ve venir casi desde su primera escena.

Los personajes, una de las características más laureadas del cine Ghibli, resultan así superficiales y poco profundos psicológicamente hablando. Si acaso podemos llegar a comprender algunos de los dilemas de Yuu, pero éstos apenas tienen tiempo para evolucionar y, en cualquier caso, su situación en nuestro mundo resulta tan penosa a casi todos los niveles que lo complicado es entender por qué querría volver. Vamos, que el dilema en sí apenas tiene cabida para tomar forma.

Ni no Kuni. OLM Inc.

A pesar de esto, la película es al menos entretenida y agradable de ver, aunque sea solo por ese «toque Ghibli» en algunos escenarios y por supuesto por la mencionada partitura de Hisaishi. La animación es asimismo más que correcta, especialmente durante algunas batallas, a pesar de que puntualmente se percibe un ligero abuso del CGI.

Por otro lado, hay algunas escenas que sí pueden llegar a resultar emotivas, como determinado flashback y, especialmente para los seguidores del videojuego, cierto cameo de un personaje.

En definitiva, la película de Ni no Kuni posee claramente una calidad inferior respecto a los videojuegos, especialmente en lo referente a su narrativa y a su elenco de personajes. Sin embargo, ofrece cierto entretenimiento que deja una sensación agradable y una belleza absoluta para los oídos gracias al juego de notas compuesto por Hisaishi. Para ver en una tarde lluviosa (como la de hoy).

The Mandalorian, una (casi) impecable primera serie en acción real de Star Wars

Disney+, la plataforma de streaming con la que la casa del ratón pretende hacer competencia a Netflix, ha arrancado con artillería pesada sus andanzas por Estados Unidos (por estos lares no llegará hasta marzo de 2020). Uno de sus títulos estrellas que celebran su llegada ha sido la que se consideraría primera serie en acción real de Star Wars, The Mandalorian.

El mismo George Lucas había admitido en alguna ocasión su propósito de realizar un producto con formato episódico ambientado en una galaxia muy, muy lejana, pero quizás por falta de tiempo o de presupuesto la idea nunca se materializó… hasta ahora. Y promete ser la primera de varias series de Star Wars.

The Mandalorian opta así por alejarse de la parte más mística (al menos por ahora) de Star Wars para adentrarnos en los bajos fondos de la galaxia de la mano de un cazarrecompensas después de la caída del Imperio (se sitúa tras los acontecimientos de El retorno del jedi). El mandaloriano (cuyo nombre desconoceremos hasta casi finalizada la temporada e interpretado por Pedro Pascal) recorre así varios planetas, donde irá conociendo a diversos personajes (o reencontrándose con viejos conocidos). Hasta que durante una importante misión se topa con alguien que le hará cambiar el rumbo y replantearse varias cuestiones.

Disney ha contado para esta primera inversión (e inmersión) con un conocido para el estudio como es Jon Favreau (Iron Man, los remakes de El libro de la selva y El rey León). Esta especie de nuevo Rey Midas, quien sabe brindar entretenimiento sobre seguro y ofrecer a las grandes masas lo que quieren, ha vuelto a acertar en esta ocasión con un formato que, a priori, sí podría resultar más arriesgado.

Arte conceptual de The Mandalorian. Disney+ y Lucasfilm.

Nos referimos al estilo episódico y autoconclusivo que adopta la serie desde sus inicios. Una característica que quizás puede echar para atrás a alguno o llevar a creer que no está sucediendo gran cosa en la pantalla.

Sin embargo, Favreau ha sabido dotar de encanto a este formato, como ya lo hicieran (por ejemplo) Star Trek, Doctor Who o Cowboy Bebop y, salvo la trama principal que va desarrollándose de fondo y al final, cada capítulo cuenta una historia distinta con diversos personajes.

Esto no funcionaría si dichos invitados no tuvieran el suficiente carisma, pero vaya si lo tienen. A Pascal lo acompañan (a veces detrás de las cámaras, aportando únicamente la voz) actores como Nick Nolte, Gina Carano, Werner Herzog, Giancarlo Esposito o Natalia Tena. Y todos ellos brillan con luz propia hasta el punto de apenarnos pensando que quizás no los volveremos a ver más (de nuevo, por el formato autoconclusivo).

Favreau también ha sabido apoyarse en algunas de las bases que influyeron en la Star Wars original y explotarlas. Estas son, claramente, el western clásico y elementos de la cinematografía y literatura japonesas como la obra de Akira Kurosawa o títulos como El lobo solitario y su cachorro. Bases estas que le van como anillo al dedo al personaje del cazarrecompensas solitario con naturaleza noble.

Otro de los aciertos, que favorece el formato episódico y autoconclusivo, es la lista de directores con la que han contado, desde Bryce Dallas-Howard hasta Deborah Chow o Taika Waititi, pasando por un entendido en la franquicia como es Dave Filoni (aunque, curiosamente, uno de los episodios dirigidos por éste último es para nosotros el más flojo).

The Mandalorian. Disney+ y Lucasfilm.

La banda sonora, compuesta por Ludwig Göransson, logra sorprendentemente que apenas echemos en falta al genio de John Williams. Sus partituras, influenciadas asimismo por el western, ayudan a crear esa atmósfera que le ha quedado tan bien al personaje. Mención especial para el tema que suena durante los créditos de cada capítulo.

No obstante, The Mandalorian no está exenta de fallos. El más notorio de todos ellos es que es bastante previsible. Vale, sí, es Star Wars, y no hay nada de malo en que esté dirigido potencialmente a un público pre y adolescente, pero Disney esto lo exagera mucho. Básicamente, sabemos que no le va a pasar nada malo al protagonista (y diríamos que suavizan bastante su parte más turbia, teniendo en cuenta lo que puede dar de sí el tema).

Veremos por qué caminos derivan las siguientes temporadas y si la cosa se pone más seria. Por ahora, basta con dejarse llevar por este puro entretenimiento con mucha de la sensibilidad de Star Wars y carismáticos personajes que es The Mandalorian.

P.D.: Nos lo queríamos guardar por si SPOILERS (y si alguien que esté leyendo esto no ha visto NADA de la serie y es ajeno a las redes sociales debería detenerse aquí), pero es evidente que, a pesar de todos los notables aciertos de Favreau, del carisma de Pascal y de los personajes que lo acompañan, de la banda sonora tan western, gran parte del éxito que está cosechando la serie se lo deben a esa criaturita adorable aún sin nombre que es comúnmente conocida como «Baby Yoda».

Drácula (2020), la revisión del personaje por Steven Moffat

Drácula es un personaje sobradamente conocido en el imaginario colectivo y que ha llevado a la creación de multitud de títulos en la ficción que versan sobre él mismo o sobre los vampiros, desde el clásico de Bela Lugosi, la adaptación (bastante libre) de la novela de Bram Stoker dirigida por Francis Ford Coppola, hasta las excesivamente adolescentes Crepúsculo o The Vampire Diaries. El equipo creativo tras la serie Sherlock ha decidido tomar esta vez el relevo y, bajo el sello de la BBC y la proyección de Netflix han creado una nueva versión del conde y su historia.

El resultado son tres episodios (de más de una hora de duración cada uno) que empiezan tímidamente para llegar a una segunda parte muy a lo Agatha Christie para culminar en un final con ciertos altibajos y arriesgadas decisiones que darán que hablar (para bien y para mal). La impronta de Steven Moffat, uno de los creadores del Sherlock interpretado por Benedict Cumberbatch y del Doctor Who de las temporadas de Matt Smith y Peter Capaldi, se deja ver en varios de estos elementos.

Este Drácula de Netflix cuenta la historia narrada por Bram Stoker en la famosa novela homónima, pero con cambios determinantes (y que no vamos a referir aquí por los spoilers). Para quienes no lo sepan, parte del viaje de un joven abogado inglés llamado Jonathan Harker a los dominios en Rumanía de un conde conocido como Drácula. Allí lo recibe un señor de apariencia extraña y solitaria. Poco a poco, Jonathan irá descubriendo que el tenebroso castillo esconde mucho más en sus sombras y su vida (junto a la de sus allegados, como su prometida Mina) cambiará para siempre.

Drácula (2020). Netflix y BBC.

En esta ocasión, la figura del vampiro es interpretada por Claes Bang, a medio camino entre Bela Lugosi y Christopher Lee y con un sentido del humor y un cinismo de lo más refrescantes (lo que a su vez lo acerca al Lucifer de Tom Ellis). Lo acompañan, entre otros, John Heffernan como Jonathan Harker, Morfydd Clark como Mina Harker, Lydia West como Lucy Westenra y, la joya de la corona, Dolly Wells como la novicia Agatha. Es ésta última, junto a Drácula y la relación que se va estableciendo entre ellos (que nos ha recordado inevitablemente a aquéllas entre el Doctor y el Amo/The Master y Sherlock y Moriarty) lo más entretenido y mejor llevado (aunque con algún concepto un pelín perturbador) de toda esta serie. La monja es además puro carisma y arrojo al mismo nivel (o más) que el vampiro.

Los episodios, bastante largos, se van sucediendo ambientándose en distintos lugares y jugando con las idas y venidas en el tiempo, otra de las características de la escritura de Moffat. Esto causa que haya algún que otro desnivel respecto a la calidad y el ritmo. El inicio, por ejemplo, aunque inquietante, nos ha resultado algo lento hasta su segunda mitad. A partir de ahí, la serie alza el vuelo hacia un segundo capítulo exquisito. El tercero (y último) es más irregular y también el más innovador respecto a la novela. La conclusión, si bien ha generado opiniones encontradas, nos ha hipnotizado sobremanera, incluso recordándonos en sus últimas imágenes al largometraje de Coppola.

Drácula (2020). Netflix y BBC.

La cinematografía está a otro nivel: BBC y Netflix han logrado aquí sin duda un muy buen trabajo, especialmente teniendo en cuenta que se trata de una serie. La iluminación y fotografía ayudan a crear una ambientación lo suficientemente tétrica e inquietante, trayendo consigo algunos guiños a la Hammer y al cine de terror clásico. Moffat y Mark Gatiss se atreven a jugar incluso con conceptos más abstractos en su tercera parte, lo que se transfiere a su vez a la puesta en escena.

En definitiva, Drácula es claro retoño de Moffat y Gatiss, quienes asimismo homenajean el material original y se atreven a dar un paso más allá adaptado a los nuevos tiempos y con un cariz más psicológico en el personaje, quien por otro lado camina (o vuela) más ingenioso que nunca (pero sin dejar de lado los elementos terroríficos y crueles del conde). La conclusión, polémica, ha sido de nuestro gusto a pesar de todo, lo que nos hace dudar entre si deseamos o no una continuación (todavía no confirmada, pero que visto el éxito no sería de extrañar que se diera).

Fire Emblem: Three Houses y Code Geass, entre lo mejor de 2019

El año 2019 ha terminado hace casi una semana y nosotros aún no hemos realizado nuestro habitual listado de lo mejor en ocio de fantasía y ciencia ficción que inicialmente prometía más que lo que ha terminado siendo (lo que no quita para que hayan surgido eventuales joyas… inesperadas la mayoría, eso sí). Avisamos de que el listado es puramente personal y en base a lo que ha experimentado el personal.

Cine

Ha sido un año cinematográficamente hablando regulero; si bien la culpa ha sido probablemente de lo altas que teníamos las expectativas ante títulos como Star Wars: El ascenso de Skywalker (que ha estado bien, pero no ha llegado al nivel ansiado para el cierre, bastante tramposo y atropellado, de una trilogía y de toda una saga) o el remake de El rey león.

Eso sí, se han estrenado películas de la talla de Joker (Joaquin Phoenix ha ganado el Globo de Oro por su actuación) o de Vengadores: Endgame, otro cierre, pero esta vez algo más redondo que el galáctico.

Sin embargo, si tenemos que quedarnos con una cinta de superhéroes que ha logrado encandilarnos (de forma totalmente inesperada, a pesar de que Múltiple nos gustó) fue Glass, una deconstrucción bastante original (y con un elenco de lujo) del género.

Lee crítica sin spoilers de Glass

Series

Estaba siendo un año bastante normalito respecto a las series de fantasía o ciencia ficción, con una tercera temporada de Stranger Things que vuelve a acercarse al nivel de la primera como único elemento a destacar… hasta que llegó Cristal oscuro: La era de la resistencia.

El nuevo título, que bajo el sello de Netflix sirve como precuela de la obra de culto dirigida por Jim Henson, recupera lo mejor de aquélla y lo multiplica por diez. Un titánico trabajo que se nota ha sido realizado con mucho esfuerzo (los diez capítulos que dura han sido dirigidos por Louis Leterrier) y mimo. Previsiblemente anunciarán una segunda temporada, la cual probablemente tarde en llegarnos un tiempo.

Le siguen de cerca The Mandalorian, la primera serie en acción real de Star Wars que sigue los pasos de un cazarrecompensas mandaloriano (de ahí el título), muy al estilo western y cine clásico japonés (más El lobo solitario y su cachorro); y finalmente The Witcher, una correcta (aunque el inicio sea algo soporífero) primera temporada que adapta los libros escritos por Andrzej Sapkowski.

Leer crítica sin spoilers de Cristal oscuro: La era de la resistencia

Anime

Ha sido, en cambio, un buen año de anime, con numerosos títulos a destacar como la nueva adaptación de Fruits Basket, Kimetsu no Yaiba, Yakusoku no Neverland o Beastars.

Sin embargo, por habernos emocionado quizás algo más, debemos quedarnos por encima de éstas con la nueva adaptación de Dororo, uno de los clásicos de Osamu Tezuka que, aunque con severos altibajos en la animación cuenta con una narrativa muy «a la japonesa» deliciosa; El tiempo contigo, la última película dirigida por Makoto Shinkai y que sigue en su alto nivel de calidad; y Carole & Tuesday, lo nuevo de Shinichiro Watanabe que nos expresa la importancia de la música en un hipotético mundo futurista (que a pesar de todo nos resultará muy familiar).

Destacamos asimismo la película Code Geass: Fukkatsu no Lelouch, por suponer el retorno, tras más de una década, de uno de los animes con cierto margen de culto, con un final inigualable… ¡y que lo han hecho bien! Algo que sin duda no tenían fácil.

Leer crítica sin spoilers de Code Geass: Fukkatsu no Lelouch

Videojuegos

En el panorama de los videojuegos 2019 se veía también muy prometedor. Lo cierto es que han habido algunas decepciones, pero también sorpresas muy agradables. Kingdom Hearts 3 era en este sentido uno de los títulos más esperados y que, si bien se trata de un juego con virtudes nada desdeñables, se siente algo apresurado y que deja un sabor de boca un poco amargo para tamaña conclusión (Re:Mind está a la vuelta de la esquina y promete jugosas novedades).

A pesar de haber sido además año de nuevos Pokémon (Espada y Escudo), en lo personal hemos optado por quedarnos con la gratificante experiencia que nos supuso Sekiro (a pesar de su cacareada dificultad), Days Gone (algo maltratado por los críticos) y Star Wars Jedi: Fallen Order, quizás uno de los mejores videojuegos de la franquicia en años. Y…

La crème de la créme

Fire Emblen: Three Houses. Un videojuego al que llevamos echadas decenas de horas (¡y lo que nos queda!). Pura diversión (y sufrimiento) en el último título de Intelligent Systems y Koei Tecmo para Nintendo Switch que mezcla juego de rol estratégico, una escuela muy a lo Hogwarts de Harry Potter y una trama política que parece sacada de la pluma de George R. R. Martin. Sin duda, Edelgard, Dimitri, Claude, Rhea y demás alumnos y miembros de Garreg Mach han venido para quedarse largo tiempo con nosotros.

Lee crítica sin spoilers de Fire Emblem: Three Houses