Carole & Tuesday, un himno a la música

Shinichirô Watanabe es ese nombre que se encuentra detrás de títulos como Cowboy Bebop, Samurai Champloo o Zankyou no Terror. Es decir, lo más «mediocre» de su obra no cae por debajo del notable (a falta de ver completa Space Dandy) y su cumbre se encuentra entre los considerados títulos de culto. Evidentemente, la llegada de un nuevo anime bajo su firma, con el estudio Bones detrás y aunando dirección junto a Motonobu Hori, nos tenía a todos los seguidores atentos y, hay que admitirlo, con las expectativas por las nubes.

Carole & Tuesday, cuyos primeros 12 capítulos (de un total de 24) pueden verse en Netflix, narra las peripecias de dos jóvenes (con voces de Miyuri Shimabukuro y Nai Br.XX en la de canto; y Kana Ichinose y Celeina Ann, respectivamente), las que dan nombre al título, amantes de la música y que se encuentran fortuitamente en Alba City, una de las mayores (sino la mayor) ciudades de Marte. Ambas deciden fundar un dúo y empezar a crear canciones juntas, mientras en su camino se van cruzando con distintos personajes del star system, como la modelo Angela (Sumire Uesaka y Alisa en canto), el productor musical Tao (Hiroshi Kamiya), el mánager venido a menos Gus (Akio Ôtsuka), el DJ Ertegun (Mamoru Miyano) o el técnico de sonido Roddy (Miyu Irino).

Personajes carismáticos con una trama que no siempre sabe acompañarlos

Carole & Tuesday se divide en dos partes claramente diferenciadas: los 12 primeros episodios relatan la llegada a la fama de las dos protagonistas y los otros 12 sobre cómo lidian con ella, en palabras de Watanabe. Lamentablemente, esta separación produce varias crisis de identidad en la serie, lo que conlleva algún que otro altibajo.

"Carole & Tuesday". Estudio Bones.

«Carole & Tuesday». Estudio Bones.

Uno de ellos, y quizás el principal, es su título y campaña promocional. Carole y Tuesday son, al menos durante la primera mitad, las dos protagonistas casi indudables de la serie; pero este papel se va difuminando en pos de las apariciones de un sinfín de personajes y que, no vamos a engañarnos, a la postre Angela y su arco (que inteligentemente contrasta con el de Carole y Tuesday, yendo prácticamente a la inversa) resulta infinitamente más interesante y grandilocuente.

En resumidas cuentas, las dos protagonistas desprenden química e inevitablemente caen bien, pues representan a la música en sí, la esperanza, el salir adelante, la creatividad y por supuesto el cambio; pero carecen de conflicto en sus arcos argumentales (especialmente en la segunda mitad) o éstos se resuelven demasiado rápido.

En cambio, Angela y los personajes que envuelven a su desarrollo (Tao, Ertegun en cierto punto) te dejarán con ganas de saber más a cada instante y ofrecerán momentos que te dejarán los pelos como escarpias (los ending «Endless» y «The Tower» pasan a considerarse como dos de los momentos más angustiantes y hermosos del anime reciente). Como decíamos, el problema radica en la disociación entre título y desarrollo de la trama, como si Cowboy Bebop se hubiese llamado «Capitán Jet Black» (por muy bien que nos caiga el bueno de Jet).

Watanabe hace obras en base a sus personajes y esta no es la excepción (quizás sacrificando en ocasiones la trama en el proceso). Vamos descubriendo Alba City y los recovecos del «star system» de la mano de Carole, Tuesday, Angela, Tao, Roddy, Gus o Ertegun. Siguiendo su estilo, su narrativa es mucho de mostrar con hechos en lugar de palabras (y puede que incluso se contradigan los unos con las otras a veces, humanizando con ello a sus creaciones) y de ahondar en psiques y miedos, lo que aquí vuelve a lograr especialmente (cómo no) con el personaje de Angela.

«Carole & Tuesday». Estudio Bones.

Siguiendo esta estela, nos hallamos ante una primera mitad más centrada en los temores y miedos de Carole y Tuesday, con un arranque fresco y muy prometedor; frente a una segunda parte en la que la mayor parte del grueso narrativo (o al menos el que más implica emocionalmente al espectador) recae sobre los hombros de Angela, culminando en un final hermoso y apoteósico, si bien demasiado abierto para mi gusto (incluso para los niveles de ambigüedad de Watanabe).

Esta inversión paralela de desarrollos de personajes sacrifica en algunos momentos la trama, como adelantábamos. En este caso, encontramos episodios que no se sabe muy bien por qué suceden (el de Tuesday y el periodista podría haber sido sustituido perfectamente por uno dedicado a Roddy, que falta le hacía) y demasiadas subtramas abiertas de forma simultánea, algunas de ellas parece que incluso de forma arbitraria. Quizás sea la pluma de la escritora Aya Watanabe, que se encuentra asimismo detrás del proyecto y en cuya trayectoria vemos algunos «doramas». Sí, podría decirse que narrativamente Carole & Tuesday se parece a un «dorama» o telenovela en más de un aspecto.

Todo ello transmite una sensación de que no va a dar tiempo (recordamos que se trata de una serie de 24 episodios) a culminar y abordarse de forma satisfactoria, como efectivamente ocurre dejando varios arcos importantes abiertos, emociones a flor de piel y los famosos (y muy logrados) 7 minutos aparte. La serie dirigida por Watanabe y Hori adolece de algún que otro problema de ritmo por ello.

«Carole & Tuesday». Estudio Bones.

El poder y la importancia de la música

No obstante, personajes aparte, la gran virtud de Carole & Tuesday se lo lleva el enfoque y el himno que hace a la música. Como he crecido en un hogar muy musical, donde la radio y discos sonaban a cualquier hora ociosa, esta serie se me ha hecho especialmente cercana  (imagino que la emoción que despertará en un músico no será poca). No podemos olvidar que la música (y la cultura pop, especialmente la occidental) siempre ha jugado un papel esencial en la obra de Watanabe.

Se aborda la música de todas las maneras posibles y en sus expresiones, desde la melodía simple que te alegra un momento tontorrón, hasta la canción como protesta y movimiento social, o las letras usadas para hacer llegar mensajes que de otra forma no lo harían a nuestros seres queridos. En definitiva, la música como vía creativa y forjadora de vínculos.

Del apartado técnico, poco se puede decir salvo que es espectacular, especialmente la música y banda sonora (en una serie de estas características no podía ser de otro modo). Se nota que han invertido dinero, tiempo y esfuerzo en encontrar a artistas que presten sus voces y talento para los temas de diversa índole que van sonando, casi todos ellos muy característicos. Y no podemos dejar pasar la portentosa conjunción de seiyuu, que tenemos aquí a Hiroshi Kamiya, Mamoru Miyano, Maaya Sakamoto, Megumi Hayashibara o Takahiro Sakurai, por nombrar a algunos, bajo un mismo título. De la animación, a cargo del estudio Bones, poco se puede decir (a pesar del uso de algunos planos repetidos entre episodios).

En definitiva, Carole & Tuesday es un obligado para los seguidores de la obra de Watanabe y los amantes de la música a secas. Reúne a personajes interesantes a los que lamentablemente la trama no sabe acompañar en ocasiones y con algún que otro altibajo narrativo, especialmente en la mitad, si bien guarda momentos cómicos y melodramáticos, incluso hermosos, para el recuerdo. A nosotros desde luego nos ha hecho pasar seis meses apasionantes.

P.D.: Ver las primeras y últimas apariciones de Angela, Tao y Ertegun demuestra lo brutal que ha sido el desarrollo de estos personajes.

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