Cambio de perspectivas a medida que creces con Final Fantasy VII

Final Fantasy VII, un clásico en el sector de los videojuegos, salió al mercado allá por 1997. A la espera actual de la llegada de su Remake, cuya vuelta todavía sigue causando sensación (y se espera mucho más para el próximo E3), se asume que los que lo jugaron en el momento de su salida (quizás de niños o adolescentes) ahora ya son evidentemente adultos. Puede que incluso tengan a su vez hijos que disfrutan de este título.

En el caso que nos ocupa, Final Fantasy VII es una de esas obras que marcan, que consideras (con sus imperfecciones) de una calidad superior a otros productos audiovisuales por lo hondo que ha calado. Esta sensación no ha cambiado, pero hemos ido observando con el paso de los años que otros aspectos que lo rodean sí lo han hecho, quizás por ser capaces (con la madurez y la repetición de la historia) de percibir más matices, quizás por el cambio propio que experimenta uno al crecer e ir acumulando experiencias. Enumeremos algunas. Avisamos de que habrá SPOILERS de Final Fantasy VII.

Final Fantasy VII hubiese sido (aún) mejor con otro final

La conclusión de Final Fantasy VII es bastante abierta y puede dejar a los jugadores confusos la primera vez que lo experimentan. ¿Mueren o viven todos? ¿Qué pasa con el planeta? ¿Qué son las risas de esos niños y de dónde vienen? ¿Cómo ha tenido descendencia Red XIII?

Red XIII y su descendencia frente a Midgar. Final Fantasy VII: Advent Children

Aunque la Compilación, años más tarde, se ha encargado de responder con más o menos éxito algunas de estas preguntas, son varias las que siguen en el aire. Es más, algunas de las respuestas de la Compilación casi que mejor no se hubieran dado.

El equipo de desarrollo ya admitió que tuvieron la idea de que todo el elenco moría originalmente en el juego (inicialmente, durante la caída sobre Midgar para detener a Arma). No es descabellado pensar que este fuese el planteamiento inicial con un final tan abierto.

Personalmente pensaba que una conclusión trágica iba más acorde con Final Fantasy VII, y la Compilación en principio no me hizo cambiar de opinión. Sin embargo, parece que con la edad nos sensibilizamos más con estos temas y actualmente disfruto más de finales agridulces e incluso felices, siempre que vaya al compás de la historia y no se muera de diabetes en el proceso. Además, sintiendo un mundo y a unos personajes tan cercanos como estos, con los que llegas a identificarte tanto, al final no vas a desear que sigan pasando penurias.

Cloud y Tifa durante el final de Final Fantasy VII

Un mundo muy como el nuestro

La fecha de lanzamiento de Final Fantasy VII es relativamente cercana y muchos de los temas que aborda ya nos afectaban en la vida real. Lo cierto es que esto se ha acentuado con el paso del tiempo: el cambio climático, la supremacía mundial de las multinacionales (el Ibex35 en el plano nacional), la manipulación de los medios, el desarrollo tecnológico imparable que busca (supuestamente) acomodarnos a cambio de taparnos los ojos sobre determinados asuntos incómodos. Así como en lo visual Final Fantasy VII no ha envejecido tan bien como otras entregas, en el aspecto de historia sí lo ha hecho excepcionalmente.

El elenco de este título, gran culpable en parte de su éxito, también es lo suficientemente mundano. Diseños repletos de colores apagados y grises, personajes complejos con crisis existenciales con los que es fácil que nuestras generaciones se identifiquen.

Hay un miembro del grupo que destaca, Aeris. Esto me lleva al siguiente punto, uno sobre los que mi perspectiva más se ha ido modificando con el paso de los años.

Las guerras de parejas

Ya hemos hablado más detalladamente sobre este punto hace bastante tiempo (lo cuál prueba la intención de esta entrada sobre el cambio de perspectiva con los años), por lo que no voy a expandirme mucho más. Sí lo voy a hacer respecto a mi perspectiva en la relación de Cloud y Tifa y la de Cloud y Aeris, y cómo ambas son igualmente bellas e importantes respecto al personaje (ante todo me declaro fan del rubio y esto sí que no ha cambiado nunca).

Es evidente con el diseño de Aeris que este personaje ya fue concebido para ser especial. Colores excesivamente vivos en un entorno oscuro, flores por todos lados (cuando no crecen en ningún otro sitio en todo Midgar), una personalidad optimista y que mira hacia el futuro… Todo en Aeris rezuma vida y creación. Lo que evidentemente causa que su muerte tenga un mayor impacto sobre el jugador y que, posteriormente, se note su vacío.

Es una estrategia narrativa muy eficaz que Square Enix repetiría posteriormente con Zack (salvo el diseño, por motivos obvios) en Crisis Core con similares resultados, y que no nos extrañaría nada que lo hicieran de forma aumentada y exagerada en el Remake.

La relación que Aeris establece con Cloud sigue esta misma estrategia. La suya es la tragedia griega, la que busca hacer llorar a moco tendido a los espectadores. De nuevo, repitieron fórmula con Zack y la propia Aeris en la precuela. Y de nuevo la gente lloró.

Cloud y Aeris en el último tráiler de Final Fantasy VII: Remake

Frente a esto, Cloud y Tifa pasan como algo mucho más mundano, pero esto es para mí lo más hermoso de su vínculo. Tifa es en este aspecto mucho más realista que Aeris, que resulta casi celestial. Es fácil identificarse con ella, al igual que lo es con Cloud, pues ambos son tímidos, inseguros (a pesar de poseer habilidades que no tendrían personas normales) y, cuando Kazushige Nojima (guionista) lo hace bien, vamos viendo cómo van logrando salir adelante a pesar de los obstáculos externos y de los demonios internos.

Lamentablemente, así como en varios casos Aeris es recordada meramente por su muerte, Tifa lo es por el tamaño de su «corazón», simplificando a estos personajes hasta el extremo y entrando en batallas sobre cuál es más o menos importante o sobre cuál pinta mejor o peor con Cloud (en un juego que de forma evidente dejaba que el jugador fuera eligiendo según simpatías y hasta como recurso humorístico, a pesar de las estrategias narrativas que hemos mencionado).

Aeris es en definitiva el romance pasajero que te marca, Tifa es la persona que siempre va a estar ahí. Las dos importantes no solo por separado, sino además de forma complementaria.

Cloud y Tifa en la cita de Gold Saucer. Final Fantasy VII

Red XIII, ese gran compañero

Cuando jugué a Final Fantasy VII por primera vez contaba con 13 años. Me alucinaron enseguida los aspectos cyberpunk aderezados de rabiosa actualidad del juego, un tono muy melancólico y personajes arrebatadoramente carismáticos. Sin embargo, poca atención le presté a Red XIII, también conocido como Nanaki.

Con el paso de los años, Red XIII ha sido el arquetipo de personaje que ha ido creciendo en mí hasta convertirse en uno de mis favoritos. Similar a Tifa, en él conjugan una personalidad insegura con arrebatos de falsa confianza (véase cuando lo encontramos en el laboratorio de Hojo frente a la confrontación de su pasado en Cañón Cosmo) bajo una apariencia feroz. No por nada, es la morena quien más «confronta» al animal, intentando a la vez reconfortarlo, cuando todos están sumidos en la tristeza y el temor tras los acontecimientos protagonizados por Cait Sith en Gold Saucer.

Es otro de esos personajes con lo que es increíblemente fácil identificarse (máxime si estás en edad de crecer), ¡pero es que además tiene forma de león/lobo parlante con cola de fuego! ¿Qué puede haber más molón que eso?

Maquia, una historia de amor inmortal, hermoso empaquetado que aborda temas universales

Maquia, una historia de amor inmortal (Sayonara no Asa ni Yakusoku no Hana wo Kazarou) es la primera película de Mari Okada como directora, tras ser mucho más conocida en su faceta de guionista (que aquí también desarrolla), con títulos como Toradora!, Anohana o El himno del corazón. Para ser su primer título de estas características, cumple de forma más que solvente, pero lamentablemente vuelve a fallar (como ocurriera con El himno del corazón) en una segunda mitad que va decayendo con una ejecución abrupta y confusa, para retomar en una última escena apoteósica donde se saca a relucir toda  nuestra sensibilidad.

Maquia, una historia de amor inmortal narra la historia, ambientada en un mundo fantástico con retazos de la Edad Media europea, de los «iorph», una raza humanoide inmortal que vive apartada del resto de los pueblos y que se dedica a tejer las narraciones de los acontecimientos, de forma muy similar a lo que serían los quipus en los incas o a ciertos tapices. Maquia (Manaka Iwami) es una «iorph» huérfana que aprende a vivir con el sentimiento de soledad que le aporta el paso de los años sin envejecimiento, hasta que un día su vida se ve profundamente alterada por la irrupción de una especie de dragón legendario denominado «renato», que se la lleva de forma accidentada fuera de las fronteras de su pueblo natal. Allí se topa accidentalmente con un bebé humano, también recientemente huérfano, al que decide adoptar y bautizar como Ariel (Miyu Irino en su versión adulta).

Esta es la premisa de un título que aborda sustancialmente lo que significa el paso del tiempo, la familia (especialmente el vínculo maternal), la muerte y la soledad. Y lo hace con buen tino.

Maquia, una historia de amor inmortal. Selecta Visión.

Sin embargo, a pesar de lo interesante de su premisa, lamentablemente acaba resultando algo confusa por los saltos temporales «a trompicones» que se van dando en la segunda mitad. Sale especialmente dañado por ello el arco narrativo de Leilia (Ai Kayano), que empieza siendo muy prometedor y termina de forma abrupta y forzada. Personajes como Krim (Yûki Kaji) o Lang (Yoshimasa Hosoya) van y vienen sin saber muy bien porqué; y el reencuentro con determinada persona (a la que solo se ve durante dos minutos de metraje previamente) hacia el final ya resulta casi surrealista.

Sin embargo, la cinta ofrece momentos que calan especialmente hondo como un determinado fallecimiento en la primera mitad (que sirve de planteamiento base para el abordaje del paso del tiempo y la muerte) y, sobre todo, el final, que es casi lo mejor del guión y que definitivamente hace que se te salten las lágrimas.

Por ello, Maquia ofrece una visión muy interesante y poderosa (no exenta de polémica en Japón) sobre el significado de la maternidad, si lo que te convierte en madre es parir y el consecuente lazo de sangre o el criar y educar a tu hijo; así como la perspectiva cambiante (o no) de uno y otro a medida que pasa el tiempo.

Maquia, una historia de amor inmortal. Selecta Visión.

El otro apartado donde sobresale Maquia es en el técnico. Visualmente hablando es simplemente preciosa, con personajes diseñados por Akihiko Yoshida (Final Fantasy XII, Final Fantasy Tactics, NieR: Automata) y un mundo mágico medieval con muchísimo encanto y potencial. El vuelo del «renato» o la vida de los «iorph» mientras tejen están retratados con una animación exquisita, a la cual acompaña una banda sonora (compuesta por otro veterano en su campo como es Kenji Kawai) instrumental que rezuma sensibilidad y melancolía.

En definitiva, Maquia, una historia de amor inmortal sería un producto redondo de no ser por su atropellada y confusa segunda mitad, que se nota pega algo de bajón respecto a la primera. Eso sí, un apartado técnico exquisito, el abordaje a temas universales ciertamente complejos y un final que es imposible que no conmueva la llevan a muy buen puerto. Con razón guarda tan buenas puntuaciones en portales como RottenTomatoes y Metacritic, siendo, a pesar de todo, uno de los mejores títulos animados del año pasado.

Algo pasa con los salones de manga y anime en Madrid

Corría el año 2002 y un pequeño evento centrado en el mundo del manga y el anime comenzaba a tomar forma en Madrid, concretamente en el Hotel Puerta de Toledo y bajo en nombre «Expomanga». Entradas desde tres euros, gratuitas para los visitantes que acudieran haciendo cosplay, mangas de regalo y poco espacio para un determinado número de asistentes marcaron estas primeras ediciones de una convención que probablemente aspiraba a seguir los pasos del Salón del Manga de Barcelona, la que sigue siendo principal celebración de estas características a nivel nacional.

Pasaron los años, Expomanga se mudó a los pabellones de la Casa de Campo, pero las entradas, aunque subían, seguían manteniéndose en unos asequibles cinco euros, gratuidad para los cosplayers y un evento que, aunque iba creciendo a ojos vista, seguía manteniendo esa sensación de estar dirigido a ciertos nichos más o menos reducidos del mercado. 

Avanzó el tiempo y dichos grupos fueron aumentando, el pabellón de la Casa de Campo se quedó pequeño, máxime con el aumento de la rigurosidad de las normas tras los desgraciados acontecimientos del Madrid Arena, y Expomanga volvió a mudarse al recinto ferial más grande de la capital, Ifema. Evidentemente, esto conllevaba una subida de tarifas en las entradas a casi quince euros en algunos de los casos. Las entradas gratuitas para cosplayers habían desaparecido ya unos eventos antes por su falta de rentabilidad en una convención que se encontraba masificada.

Una de las últimas celebraciones de Expomanga en la Casa de Campo

Sin embrago, Expomanga no fue la primera en moverse a Ifema, el paso lo había dado antes Japan Weekend, una celebración de la cultura pop japonesa (aunque en ocasiones parezca que cada vez menos), más reciente pero que había crecido a una velocidad más vertiginosa, principalmente por su doble sesión anual en Madrid los meses de febrero y septiembre.

Podríamos decir que, si bien Expomanga es la veterana, Japan Weekend es la que se ha instalado más hondo en este tipo de certámenes capitalinos. Ha sabido aprovechar mejor la marea otaku que se multiplicaba rápidamente en Madrid y, a base de una variante de entradas «anti crisis» (en colaboración con Selecta Visión), a base de traer a curiosos invitados provenientes de Corea y Japón, es seguramente a día de hoy la que mayor número de asistentes atrae.

Expomanga, que estaba organizada principalmente por la Asociación Española de Amigos del Cómic, pasó a manos de Conceptum! Spain, y pasó a denominarse Héroes Manga Madrid. Si bien con este cambio pretendían probablemente crear una asociación con la otra gran convención anual de cómics (no solo japoneses), que también organizaban, Héroes Comic Con (antes Expocómic), lo cierto es que en el imaginario colectivo se sigue escuchando habitualmente flotando la palabra»Expomanga».

Japan Weekend en 2016, celebrándose ya en Ifema

Llegamos a la actualidad, Héroes Manga vuelve a anunciar cambio de organizadores y éstos a su vez que este año no habría cita habitual en abril/mayo (como suele ocurrir desde el inicio de estas celebraciones) para poder mejorar las condiciones de cara al 2020. Y aquí ocurre otra sorpresa en un corto lapso de tiempo. Se anuncia la llegada de la primera edición de Mangadrid.

Mangadrid no guarda relación alguna con la organización detrás de Héroes Manga, pero sí con la de Japan Weekend. Pareciera que han querido aprovechar el vacío (aparentemente temporal) dejado por éstos para intentar ocupar este espacio en abril/mayo.

Ha habido varios problemas con esta jugada. Por un lado, la falta de tiempo (es fácil intuir que organizar este tipo de acontecimientos puede llevar fácilmente varios meses) les ha pasado factura en la ausencia de una carta de invitados abultada, aparte de algunas cantantes y cosplayers, todos ellos nacionales. También, claro está, en la escasez de promoción y de una campaña de marketing amplia y que llegase a un mayor número de gente que la que habitúa este tipo de espacios en redes sociales.

Por otro lado, seamos claro, existe una saturación de este tipo de eventos en Madrid. De una única convención anual con Expomanga se pasaron a tener tres, y posteriormente se les unió Madrid Otaku, que pretende volver a los viejos y añorados tiempos de la Casa de Campo con entradas más asequibles y una interesante carta de invitados. En total ya son cuatro celebraciones del mundo del manga y del anime en la capital.

Madrid Otaku 2018

En frente tenemos a Barcelona, cuna del Salón del Manga, que sigue estando ahí, rígido e imparable, a pesar de que Japan Weekend también ha aterrizado en la ciudad condal. Pero aparte de estos dos eventos, no hay más (nos estamos ciñendo al anime y al manga, recordamos). Madrid los duplica.

¿Y qué podemos hallar de distinto de una convención a otra? Pues, aparte de los invitados y quizás algunas actividades, poco más. En todas ellas encontrarás los mismos stands comerciales (y no todos con material oficial), los mismos concursos (de cosplay, de karaoke, de baile…), sala de proyecciones, etc.

Lo que sigue manteniendo a estos salones es el hecho de que la gente va a pasarlo bien en un espacio donde, por unas pocas horas, puede sentir una sensación parecida a la plena libertad, tras pasarse semanas enteras entre personas que probablemente y salvo excepciones no comparten esta afición. Una especie de refugio repleto de actividades y merchandising que hipnotiza, similar a un sueño. Pero unas entradas cada vez más caras y el mayor número de celebraciones hace que la gente se vuelva selectiva.

Desde aquí deseamos realmente que tanto a Mangadrid (que por cierto ha confirmado volverá a estar presente en mayo de 2020, aparte de las Japan Weekend) como al resto de organizaciones les vaya bien y puedan crecer para ofrecernos cada vez más lujos del mundo otaku; no obstante en ocasiones es necesario pararse a pensar y reflexionar sobre qué es lo realmente necesario para este tipo de consumidores y cómo se puede evolucionar, no solo hacia entradas más abultadas de precio, sino hacia la verdadera innovación.

La política en Code Geass

Son tiempos de elecciones y tanto el manga como el anime se han adentrado en varias ocasiones en el ámbito de la política, de forma más o menos superficial, más o menos acertada. El caso de Code Geass se engloba en este último grupo y vamos a exponer porqué. Avisamos de que habrá SPOILERS de la serie y de la película que continúa oficialmente la historia Fukkatsu No Lelocuh.

Lelouch Lamperouge es un alumno en una escuela de élite en un Japón distópico ocupado por el Santo Imperio de Britannia. Un día Lelouch se topa accidentalmente con una misteriosa mujer que le otorga el poder de obligar a que alguien cumpla sus órdenes con solo establecer contacto visual, a cambio de llevar una vida solitaria. El nombre de la muchacha es C.C. y este evento sirve para descubrir la verdadera identidad de Lelouch, la del hijo del emperador de Britannia, mientras que su objetivo real es la venganza. En el camino, la liberación de Japón.

Lelouch y Suzaku, la nueva generación se abre paso a la vieja

En el periplo de Lelouch nos encontramos con varias figuras clave, y en Code Geass muchos de estos personajes funcionan tanto a nivel individual como por alteridades con otros. En el caso del protagonista, el caso más llamativo lo encuentra en Suzaku Kururugi.

Suzaku y Euphemia frente a C.C. y Lelouch. Ilustración de CLAMP.

Lelouch es un miembro perteneciente a la clase dirigente de Britannia que acaba luchando por la libertad y derechos de los japoneses (denominados despectivamente «onces» por tratarse de ser esa la asignación de la colonia bajo el Santo Imperio de Britannia, arrebatándoles así su identidad como nación). Suzaku pertenece a la familia de un alto cargo en Japón que termina en el bando britanniano (no británico, ojo, pues estas islas curiosamente no pertenecen al imperio y sí a la E.U., en clara alusión a la Unión Europea). Lelouch posee unas enormes ganas de vivir, pero recibe la muerte (al menos hasta Fukkatsu No Lelouch); Suzaku ansía morir, se le recompensa con la vida (en clandestinidad). Lelouch comienza siendo un tipo eminentemente práctico, finaliza siendo un idealista; Suzaku es mayormente altruista en sus inicios, pero mientras progresa la historia se vuelve más pragmático, aunque a la postre la figura de Zero (el inicio del mundo de las ideas, que al final se condensa en el imaginario colectivo del mundo de C) los salva a los dos. Uno es físicamente más que apto; el otro es un intelectual. Ambos se aprecian genuinamente y son (finalmente) hermanos de armas, pero no se soportan a la hora de confrontar sus métodos.

Ni Suzaku ni Lelouch lo tienen fácil. Ambos acaban cometiendo parricidio, Suzaku cuando era niño buscando una paz que su padre, primer ministro nipón, se negaba a entregar; Lelouch ansiando un mundo en armonía, el cual jamás podría existir mientras Charles siguiera con vida. Son la nueva generación política, con sus ideales, que se impone a la vieja, corrompida, agonizante y moribunda. Hay algo en todo esto de desencanto, revolución y distintas vías para conseguir un mismo fin.

El continuismo frente al rupturismo se refleja asimismo en Code Geass. Suzaku inicialmente busca que el sistema no desaparezca, sino que continúe hacia una nueva forma más armoniosa y beneficiosa para todas las partes. Como decíamos, empieza siendo un pacifista, acaba desencantado con el mundo y con (casi) todos. Lelouch, en cambio, quiere que todo arda, que el orden establecido sea destruido y se construya uno nuevo. Curiosamente, al final Lelouch, sabiendo que su objetivo va materializándose, se torna más altruista que su compañero. Entre medias del desarrollo de estos personajes, sus caminos evidentemente se encuentran y se alían.

Lelouch y Suzaku. Code Geass.

Kallen y C.C., agente activo y observador participante

Existe otro personaje con el que tanto Lelouch como especialmente Suzaku guarda afinidades y diferencias políticas y esta es Kallen Kôzuki. Todos ellos guardan en común que son figuras activas y no pasivas, buscan un cambio y se mueven para ello. De hecho, uno de los mayores lamentos de Lelouch y por lo que más agradecido le está a C.C. es por haberlo sacado de su letargo, de su aparente conformidad con un mundo que le desagrada.

No obstante, el principal contraste entre Suzaku y Kallen lo encontramos en una diferencia de clases. Ambos pertenecen a familias bien posicionadas en Japón, pero Suzaku ha preferido obviar los desprecios y Kallen, a través de su madre (recordamos que es mestiza), no. Ella no puede ignorar que, como japoneses, no poseen los mismos derechos que los britannianos, son ciudadanos de segunda e incluso unos paria. No cree que pueda haber una fusión armoniosa entre la sociedad puramente de Britannia y la japonesa, ya que el mismo sistema se encarga de mantenerlos fuera y humillados, no pueden ingresar. Suzaku es un ejemplo viviente de que puede haber una excepción, pero no sin sacrificios ni para las masas. La serie parece darle finalmente la razón a la pelirroja.

No nos olvidamos de C.C. (único personaje junto a V.V. y en cierto modo Zero que no posee nombre propio… o sí, pero solo lo conoce Lelouch y jamás el público). Si existe una figura anárquica en Code Geass, esa es ella. No pertenece a nadie ni se adhiere a ningún bando ni lugar. Viajera del tiempo y del espacio (básicamente por su inmortalidad), a estas alturas de la vida ya se encuentra curada de espanto por todo lo vivido. Ha visto construirse y derribarse imperios, guerras y treguas, formación de nuevos Estados que funden a otros. Cuando algo no le gusta, véase el caso de Charles, V.V. y Marianne, simplemente desaparece. Es observadora participante durante casi toda la serie y eso la contrasta con Lelouch, Kallen y Suzaku.

C.C., Kallen y Nunnally. Code Geass.

El protagonista es una de esas figuras que solo se encuentran una vez cada cientos de años y ella empieza a contagiarse de sus ganas de intervención, de cambiar los hechos, de pasar del estatismo a la acción. Es cierto que C.C. se mantiene casi siempre como esa figura de «duendecillo en las sombras», el Ariel de Próspero o el Genio de Aladdín; pero sin su accionar simplemente Code Geass y el resurgir de Lelouch vi Britannia no habrían tenido lugar. El despertar de este personaje es, para mí, uno de los más emotivos y simbólicos de toda la serie. Finalmente, se invierten los papeles y es ella quien literalmente despierta a Lelouch en la última película.

Zero, la suma de los ideales

Lelouch inventa hacia el principio de la serie a la figura de Zero, que le sirve inicialmente de álter ego para llevar a cabo sus planes entre las sombras. Al poco de darse a conocer, esta figura enmascarada que no posee una identidad individual (como su propia denominación indica) va aunando los ideales de todo un grupo social, finalmente de una nación, incluso de la humanidad. Similar a V en V de Vendetta, Zero es más que Lelouch, es el depósito de los sueños y esperanzas de una sociedad que acaba con un viejo sistema para empezar uno nuevo. Mientras tanto, Lelouch cae como Zero y se alza Suzaku, al igual que en la obra de Alan Moore caía V y se erguía Evey, siempre bajo el símbolo de una máscara.

Cuando todavía se mantiene el viejo sistema del Imperio de Britannia, existe otra figura que puede resultar a simple vista similar a Zero, la princesa Euphemia. A diferencia de éste, la identidad de la muchacha es sobradamente conocida, siempre va a ser primero y ante todo un miembro de la realeza a ojos de los demás. Sin embargo, «Euphie» se mueve bajo un altruismo difícil de hallar. Lamentablemente, estos sueños chocan con la cruda realidad en un mundo que todavía no está preparado para semejantes cambios.

Se puede hablar largo y tendido de las facetas políticas que contiene Code Geass, de su fascismo, de las guerrillas y usos terroristas, de la aplicación de armamento nuclear, del poder y la manipulación de los medios, los achaques de la globalización, su mesianismo en varias figuras incluyendo al propio Lelouch, el racismo, profundizar mucho más en la guerra de clases y lo cíclico de la historia, pero lamentablemente nos quedaremos en lo superficial por las características que guarda una entrada de blog. Al parecer Fukkatsu No Lelouch toca asimismo el tema de los refugiados. Es cierto que muchas veces estos mensajes se diluyen en un «fan service» demasiado elevado para nuestro gusto (que es eliminado casi en su totalidad en las películas recopilatorias), pero lo cierto es que sigue siendo, aún a pesar del pasar de los años (se estrenó en 2006) una obra considerada de culto por muchos seguidores de anime.

Cierto personaje volvería a aparecer en Star Wars: The Rise of Skywalker

El portal MakingStarWars está que no para. Tras haber filtrado casi la totalidad del guión de El despertar de la Fuerza antes de su estreno (y de no haber tenido el mismo éxito, ni de cerca, con Los últimos jedi), parece que está volviendo a la carga con el que será noveno y último episodio de la franquicia, Star Wars: The Rise of Skywalker. Avisamos que, en el caso de que estos rumores lleguen a ser ciertos, se considerarían SPOILERS, por si queréis dejar de leer ahora.

En su última entrada, la web dirigida por Jason Ward ha indicado que han recopilado suficientes pruebas como para poder asegurar que Han Solo (Harrison Ford) volvería a aparecer durante cierto momento frente a Kylo Ren (Adam Driver). Ford y Driver habrían rodado juntos una escena en la que estaría también envuelto Mark Hamill (quien interpreta a Luke Skywalker).

La interpretación más probable que han hecho es que Kylo le pida a los restos del casco de Darth Vader que vuelva a enseñarle el camino hacia el Lado Oscuro, ante lo que aparecería Luke, quien a su vez le mostraría esta especie de ilusión de Han a su sobrino. Han le diría a su hijo que todavía no es tarde, mostrando así un indicio claro de la redención de Ben Solo, quien ya se mostraba claramente confuso y afectado por lo que le había hecho a su progenitor en El despertar de la Fuerza.

Star Wars: El despertar de la Fuerza

¿Kylo Ren morirá en The Rise of Skywalker?

No es esta la única filtración reciente de MakingStarWars. A lo largo de ayer, en su podcast hacia usuarios  registrados en su Patreon, también habrían asegurado (así lo han recogido en Reddit) que Kylo Ren morirá (o algo así) hacia el final de la película por algo causado o debido por/a Rey (Daisy Ridley). Sin embargo, sería la misma muchacha quien lo traería de vuelta, no saben muy bien cómo y si esto incluso sería beneficioso dentro de los planes que tenía Kylo en mente.

Estos «planes» de Kylo Ren serían abordados a lo largo de la película y podrían guardar relación con la escena de la muerte de Han Solo, ya que éste último sabía o entendía lo que su hijo iba a hacer.

Por otro lado, han asegurado nuevamente que Matt Smith (Doctor Who) sí está en la cinta y que interpreta a un joven Palpatine.

Asimismo, han señalado que Rose (Kelly Marie Tran) será el interés amoroso de Finn (John Boyega) a lo largo de la historia; aunque éste último estaría más ocupado con una posible revolución y persecución de Kylo Ren y la Primera Orden.Star

Rose tendría menos escenas que en Los últimos jedi y éstas serían en su mayoría junto a Leia (Carrie Fisher) y Connix (Billie Lourd).

Rose y Rey en Star Wars: The Rise of Skywalker

Posibles detalles sobre Kylo Ren y Rey en Star Wars: The Rise of Skywalker

El portal web MakingStarWars es conocido por haber filtrado, desde El despertar de la Fuerza, detalles sobre el argumento y los personajes de esta nueva trilogía de Star Wars que al final han terminado siendo (en su mayoría y bajo ciertos matices) verídicos. Por ello, muchos ojos están puestos sobre sus escritos antes de la salida de Star Wars: The Rise of Skywalker el próximo 19 de diciembre. Por si acaso se terminase cumpliendo lo dicho, serían SPOILERS y quizás no querríais seguir leyendo.

En esta ocasión, al parecer han tenido una filtración sobre el rodaje en Jordania de cierta escena entre Kylo Ren y Rey, la cual habríamos visto en parte al inicio del primer tráiler, lanzado durante la convención Star Wars Celebration. En ella, Kylo llegaría en su nueva nave e iría tras Rey al más puro estilo «western», para acabar con su TIE explotando y él caminando delante. En ese momento ambos se enfrentarían cara y cara y, ya que son mucho más poderosos que lo visto en Los últimos jedi, acabarían atravesando de forma accidental ciertas barreras espacio-temporales. 

Esta escena, que describen en varias ocasiones como «psicodélica», llevaría a los dos personajes a otros escenarios que hemos visto en anteriores películas (y que podría guardar relación con la visión que tiene Rey en El despertar de la Fuerza). Indican que la tecnología usada para esto sería similar a la que han usado en la adaptación de Alita o en El Mandaloriano (The Mandalorian) y que no saben cómo podrá quedar llevada a la gran pantalla. En lo personal se nos hace similar a lo citado con Rey en la séptima cinta y a la batalla final en Dragon Ball Super: Broly.

Rey y Kylo Ren (presuntamente) en su TIE en plan «western» durante Star Wars: The Rise of Skywalker

Tras este enfrentamiento, Kylo haría algo de lo que han asegurado que hablarán más adelante. Sea como sea, el caso es que tanto él como Rey volverían a tener un combate similar más adelante en la película, pero esta vez aunando fuerzas contra una «amenaza mayor».

¿La amenaza mayor es Palpatine?

Las fuentes de MakingStarWars habrían hablado de Kylo y Rey luchando juntos frente a una «figura encapuchada de negro», la cual todo apunta a que sería Palpatine, pero no pueden estar 100% seguros. Incluso han pensado en la posibilidad de que en realidad pueda ser el personaje interpretado por Matt Smith (del cual no ha trascendido nada hasta la fecha), o de que éste pueda encarnar a un «nuevo» Palpatine.

Han asegurado que estas mismas fuentes ya les hablaron de todo esto y de los restos de la última Estrella de la Muerte antes del lanzamiento del avance del noveno episodio la semana pasada, por lo que creen que toda la información que han podido recopilar de ellos sería verídica, aunque desconocen hasta qué punto acabará en el producto final o cómo será retratada.

¿Crees que Kylo Ren y Rey no podrían asemejarse más a Riku y Sora (Kingdom Hearts) tras Los últimos jedi? Pues quizás sí.

Quiero comerme tu páncreas, emotividad con buen gusto y melancolía

Selecta Visión está trayendo cada vez más licencias de películas de anime que se salen de lo que es masivamente conocido. De hecho, durante la última Japan Weekend de Madrid aseguraron que gracias a éxitos como el de Dragon Ball Super: Broly podrían seguir trayendo títulos menos famosos, como es el caso de Quiero comerme tu páncreas (Kimi No Suizô Wo Tabetai, 君の膵臓をたべたい).

Es una suerte poder llegar a disfrutar de una cinta de este calibre en una sala de cine, y no lo decimos únicamente por su destacado apartado técnico. Quiero comerme tu páncreas es melodrama del bueno, del que sabe cuándo contenerse y cuándo dejarse llevar, el que te roba un hueco de tu «kokoro» por la cercanía que logra establecer con el espectador.

Admito que iba con las expectativas bajas a ver esta película, lo cual puede haber influenciado (o no) en su resultado. Tras cierta saturación de melodramas en la animación japonesa, y con cintas de reciente visionado como El himno del corazón o Maquia que no me acababan de cuajar, Quiero comerme tu páncreas se me anticipaba como más de lo mismo.

Quiero comerme tu páncreas. Estudio VOLN

No nos engañemos: es más de lo mismo, pero está muy bien ejecutado (en la mayoría de las situaciones). Para ponernos en antecendentes y que el título no nos engañe (aunque guarda relación con la historia), la cinta cuenta cómo un estudiante de preparatoria asocial y refugiado en los libros se topa accidentalmente con un cuaderno tirado en el hospital. Al recogerlo y echar un vistazo a lo que contiene, se da cuenta de que se trata del diario de una chica moribunda. La susodicha resulta ser Sakura Yamauchi (con voz de una inspirada Lynn en la versión japonesa), una compañera de clase aparentemente opuesta a él en todo y que aparece para solicitarle que se lo devuelva. Al ver la apatía con la que aborda su caso, ella decide seguirlo y pasar una buena parte del tiempo de vida que le queda con él, pues aparte de su familia y médicos es el único que conoce su enfermedad.

Este es el inicio de un guión bastante previsible, salvo quizás algún giro hacia el final que por otro lado no termina de funcionar. Como decíamos, en lo que destaca Quiero comerme tu páncreas es en su ejecución, en cómo aborda los temas que trata y en la química y desarrollo de la relación (que pasa por varias fases y facetas de forma sorprendentemente creíble y tierna) entre los dos protagonistas, verdadero epicentro de la historia.

El hecho de que el director, Shinichirô Ushijima, haya estado al cargo de algunos capítulos de la serie Death Parade es notorio en este abordaje y en el buen gusto con el que suele manejar temas tan melodramáticos y con los que es excesivamente fácil caer en la pornografía emocional. En su caso, los mezcla brillantemente con situaciones absolutamente cotidianas, guiños a la cultura pop (Death Note y Mario Kart entre ellos) incluidos, lo que la vuelve más cercana al espectador y te transfiere una sensación de nostalgia y melancolía propias de los años estudiantiles. Algunos asuntos como la aceptación e inevitabilidad de la muerte o la relación entre ambos protagonistas nos pueden recordar fácilmente a su obra anterior (o en la que participó activamente), alcanzando aquí un resultado más satisfactorio.

Quiero comerme tu páncreas. Estudio VOLN

El tratarse del primer título importante desarrollado por el estudio VOLN lo convierte aún en algo más sobresaliente, pues se trata de un producto casi redondo asimismo en su apartado técnico. El estilo de dibujo y especialmente la paleta de colores nos recordará inevitablemente a las obras de Makoto Shinkai, lo cual no es malo en absoluto. La animación puede pecar de algo simple en determinados momentos, pero la expresividad y los movimientos fluidos de los personajes (especialmente Sakura, lo cual dice mucho del personaje) son excelentes.

La banda sonora, compuesta por Hiroko Sebu, es también destacable por su emotividad a veces contenida, a veces más explosiva, así como acompañamiento en los momentos más pausados.

Curiosamente, esta adaptación de Quiero comerme tu páncreas proviene de una novela publicada en internet por Yoru Sumino y que ha sido galardonada con varios premios. Hay versiones anteriores a esta cinta, como una película en imagen real y un manga publicado en España por ECC Ediciones. No hemos leído ni visto ninguno de ellos, pero lo cierto es que esta adaptación de anime funciona por sí misma a la perfección, aunque tenemos entendido que cierto giro algo brusco del final cobra más sentido en la novela.

En definitiva, Quiero comerme tu páncreas se acerca más a ser una versión anime de la película occidental Yo, él y Raquel (Me, Earl and the Dying Girl) que con la mucho más comparada (y cargante) Shigatsu Wa Kimi No Uso (Your Lie in April), lo cual personalmente agradecemos por la delicadeza con la que aborda ciertos temas difíciles o melodramáticos y la brillante mezcla que hace con la cotidianidad de dos jóvenes en el Japón actual. Esto es gracias en buena parte a la entrañable relación que se va estableciendo entre unos protagonistas no carentes de estereotipos ni de lugares comunes, pero no por ello menos cercanos.

P.D.: A pesar de los buenos esfuerzos de Selecta Visión y del equipo de doblaje, creemos que esta es una de esas películas que se disfrutan más y se perciben más matices viéndolas en versión original. Lamentablemente, llega a muy pocos cines en este formato.

Información y primer e impresionante avance de Star Wars: The Rise of Skywalker

La convención Star Wars Celebration ya ha abierto nuevamente sus puertas, esta vez en Chicago, y prometía traernos las primeras novedades sustanciales del noveno (y por ahora último) episodio de Star Wars. Y vaya si lo ha hecho.

En el panel dedicado a esta entrega, con Stephen Colbert presidiendo, acompañado por el director, J.J. Abrams; la productora, Kathleen Kennedy; R2D2 y el actor que encarna a C3PO, Anthony Daniels; Daisy Ridley (Rey); John Boyega (Finn); Oscar Isaac (Poe Dameron); Kelly Marie Tran (Rose Tico); Billy Dee Williams (Lando Calrissian); Joonas Suotamo (Chewbacca); Naomi Ackie (Jannah); y… sorpresa final, el regreso de Ian McDiarmid (Palpatine), lo que terminó por enloquecer a los asistentes y a reproducir por segunda vez el primer avance.

A lo largo del panel se mencionó, como información sobre lo que viene con Star Wars: The Rise of Skywalker (que traducido de forma literal sería El alzamiento de Skywalker), el director y la productora mencionaron que toda esta trilogía gira en torno a la nueva generación. Abrams en concreto ha asegurado estar ilusionado con las dinámicas entre los personajes.

Hablando de éstas, han bromeado sobre un triángulo entre Rose, Finn y Rey que John Boyega ha corregido que en realidad sería un pentágono con Poe, a quien según él sin duda deberían añadir. Daisy Ridely ha definido el vínculo entre el trío protagonista como «es amistad. Es familia (…). Una colección preciosa de gente».

Sobre lo que veremos entre Kylo y Rey, Daisy Ridley ha señalado que tendremos que esperar a la película. Según ha informado el periodista Clayton Sandell, Ridley le habría dado su opinión sobre esta relación a Abrams, en la que se profundiza mucho más en el noveno episodio. También han comentado divertidos sobre la famosa escena de Ben semi-desnudo en Los últimos jedi.

Por su parte, Billy Dee Williams parecía estar encantado con Abrams y ha defendido las decisiones que tomó Lando en El imperio contraataca.

Aparte de esto, bromas entre los actores y realizadores aparte, se ha confirmado que el personaje interpretado por Naomi Ackie se llama Jannah y que BB8 tendría un nuevo «amigo droide» llamado Dio.

Por lo demás, el primer avance (realmente impresionante, sorpresa final incluida) nos intuye la aparición (o mejor dicho, regreso) de una amenaza mayor que seguramente pondrá contra las cuerdas a todo el equipo, incluyendo seguramente a Kylo Ren (interpretado por Adam Driver, quien no pudo asistir por problemas de agenda). Este enemigo entre las sombras ataría asimismo las tres trilogías y cierto legado que se referencia de forma directa y explícita en el título.

Filtraciones hechas por usuarios «de fiar» con anterioridad en Reddit y en el portal MakingStarWars hablaban de que C3PO tendría mayor protagonismo (lo que podría confirmarse en una de las imágenes mostradas durante el panel) y un papel más activo esta vez, que los llevaría a él y a los protagonistas a algún tipo de artefacto vinculado a Anakin.

El usuario de Reddit habló a su vez de un incipiente posible romance entre Kylo Ren y Rey (o al menos de sentimientos románticos de éste hacia la muchacha, que lo tendrían confundido) y que el ahora Líder Supremo estaría buscando (o invocaría) a un nuevo personaje denominado «Oráculo», una especie de parásito enorme sobre la cabeza gigantesca de un bebé.

The Rise of… ¿Skywalker?

Por otro lado, hemos tenido la revelación del título de esta última entrega, el cual suena a la par épico (por todo lo que conlleva de cierre de tramas y uniones) y misterioso. Porque, claro, lo de Skywalker es cuanto menos ambiguo.

El único Skywalker que oficialmente queda pululando con vida es el mismo Kylo Ren (descartamos a Leia por el trágico fallecimiento de Carrie Fisher, a pesar de que el personaje continúe con vida mediante escenas rodadas de capítulos anteriores), quien en dicho caso daría a entender una redención, ya que al final de Los últimos jedi claramente se había quedado más en el Lado Oscuro. El hecho de que se pueda escuchar brevemente el tema de Kylo durante la revelación del título en el tráiler y de que quizás una cinta de algo menos de 3 horas  de duración(con varias cosas que contar y arcos para cerrar) no daría para tantos giros apoyan esta teoría.

La aparición de Palpatine (confirmada con la presencia sorpresa de McDiarmid en el panel y posteriormente por el propio Abrams) también hace pensar en la posibilidad de la redención de Ben Solo, ya que se vería obligado a unir fuerzas con el otro bando para acabar con la verdadera y temible amenaza, al igual que ya hiciera su abuelo. Por otro lado, las palabras de Kylo Ren en El despertar de la Fuerza sobre terminar lo que Darth Vader empezó cobrarían aquí un mayor significado.

Otra posibilidad que se baraja (y que no excluye a la anterior) es un regreso (¿físico? ¿espiritual?) de Luke (que sabemos será interpretado aquí por Mark Hamill, ya sea en forma de fantasma con la Fuerza, flashback, etc.), lo cual sumaría peso al título.

Finalmente, otra teoría que lleva circulando por la red desde el inicio de esta trilogía es que sea Rey esta Skywalker, como una especie de hija secreta de Luke o similar. En Los últimos jedi Kylo le decía a la muchacha que no era más que la hija de un par de borrachos de Jakku, algo que, en palabras del director Rian Johnson, era cierto desde la perspectiva de Solo. Abrams ha declarado en esta Star Wars Celebration que, si bien el noveno episodio «honrará al octavo», también «hay algo más» a explorar en los orígenes de Rey.

Hay otra idea que sobresale entre los espectadores: ¿y si Rey en realidad estuviera de alguna forma vinculada con Palpatine? Esta es otra teoría que lleva años circulando y que, con el regreso del ex emperador, no hace más que ganar posiciones.

El significado del título puede ser asimismo simbólico, máxime con el archienemigo que es Palpatine de vuelta. Tanto éste como los Skywalker han sido los que han impulsado la narrativa de la historia desde la primera trilogía y (por lo que se ve) hasta la última. Que Ben (solo o probablemente acompañado) acabe de una vez por todas con ese desequilibrio mayor en la Fuerza y en la historia de la galaxia que es Sidious y establezca(n) la victoria final y definitiva de los Skywalker (de nuevo, acabando lo que Vader empezó) los asentaría a su vez como linaje y legado.

Sea como sea, aún queda mucho para el estreno el próximo 19 de diciembre de Star Wars: The Rise of Skywalker, y todos sabemos lo habitual que es para J.J. Abrams jugar a confundir al espectador.

Por cierto, todas las imágenes corresponden a fotos sacadas por asistentes al evento y subidas a Twitter. No son nuestras. Mostramos las que nos han parecido más relevantes.

Enlaces de interés:

Star Wars IX presenta posible poster y diseños de los personajes

Glass, una efectiva y arriesgada vuelta de tuerca al género de superhéroes

M. Night Shyamalan ya tenía pensado hacer una trilogía mientras rodaba El Protegido (Unbreakable, 2000), ya que se dio cuenta de que no podía meter a Kevin Wendell Crumb (quien posteriormente será interpretado magistralmente por James McAvoy) en una historia donde ya brillaban los personajes interpretados por Samuel L. Jackson (Elijah Prince) y Bruce Willis (David Dunn). Además, su productora de aquél entonces, Touchstone (actualmente perteneciente a Disney), se negó a financiar una secuela, a pesar de que a la cinta le fue bastante bien en taquilla. Fue así como, 16 años más tarde, surge la muy notable Múltiple (Split) y, en 2019, Glass.

Glass es de este modo el culmen de la historia ideada por Shyamalan allá por el 2000, una efectiva y arriesgada vuelta de tuerca al género de superhéroes que plantea cuestiones bastante interesantes y universales, como «¿es mi mente la que limita mis capacidades físicas?» o «¿hasta dónde puedo/quiero llegar?». Advertimos que al ser una secuela de ambas, El protegido y Múltiple, habrá SPOILERS de aquéllas.

Han pasado tres semanas desde la desaparición de Kevin Wendell Crumb (James McAvoy), más conocido por una de sus 24 personalidades La Bestia, o el conjunto de algunas de ellas, La Horda; a la par que encontraban con vida a una de las chicas que había secuestrado, Casey Cooke (Anya Taylor-Joy). Mientras, David Dunn (Bruce Willis) le sigue la pista junto a la ayuda de su hijo, el ya adulto Joseph (Spencer Treat Clark), a la vez que se ha ido granjeando el nombre de misterioso justiciero, el Centinela. Una serie de catastróficas desdichas lleva a que la policía encuentre a la vez a La Horda y a Dunn y sean llevados al hospital psiquiátrico Raven Hill, donde se encuentra interno desde hace años Elijah Prince (Samuel L. Jackson) y en donde los tratará a todos ellos la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson).

Glass. Universal Pictures y Buena Vista International.

Este es sólo el punto de partida de una cinta que contiene elementos del cine de suspense, del de superhéroes y que suma características de títulos de internamientos (en algunos puntos puede incluso llegar a recordar a Alguien voló sobre el nido del cuco) y una última media hora repleta de giros sorprendentes, especialidad de Shyamalan.

Una de las cosas que más destacan en Glass es cómo ha ido hilando todo su director, también guionista y productor, hasta los más pequeños detalles, y cómo ha ido evolucionando en la trilogía desde una cinta más intimista como El Protegido hasta el thriller psicológico que te mantiene de principio a fin en tensión que es Múltiple, para volver al desarrollo de planteamientos que ya se iniciaban con la primera y que culminan aquí en Glass.

Otra virtud es cómo llega a lograr que todos los personajes brillen por igual, al menos los principales, labor que no debemos agradecer únicamente al guión sino al inmenso trabajo de sus actores. Desde un James McAvoy que se come la pantalla hasta un carismático Samuel L. Jackson, pasando por un Bruce Willis que encarna a la perfección la imagen del héroe ya entrado en una edad y que aún así se mantiene en movimiento por un estricto código de justicia. Lo mejor es que, a pesar de que la división entre el bien y el mal queda meridianamente clara, ninguno de ellos te cae mal y hasta sufres por su destino. La que sí logra ser centro de las iras también con bastante solvencia es el personaje que interpreta Sarah Paulson.

Glass. Universal Pictures y Buena Vista International.

Los secundarios Anya Taylor-Joy, Spencer Treat Clark y Charlayne Woodard se mantienen evidentemente en un tercer plano, pero su papel e influencia son a la postre esenciales en uno de los mejores finales que recuerdo y que Shyamalan de nuevo sabe unir a los orígenes de tan conocidos superhéroes como Superman.

La labor de dirección de Shyamalan y el trabajo de fotografía de Mike Gioulakis son asimismo notorios, manipulando juegos de luces y colores (por ejemplo, a David lo representa el verde, a Elijah el morado y a Kevin los ocres, y esto a su vez compone un significado en torno a sus psiques y roles). También se puede percibir cómo varía la intensidad de los tonos según las circunstancias emocionales de los protagonistas y algunos manejos de cámara van vinculados al argumento.

La banda sonora, compuesta por West Dylan Thordson (quien ya hizo lo propio en Múltiple), tras el legado de James Newton Howard en El Protegido, de quien de hecho ha recuperado algunas piezas para la ocasión, cumple en cuanto a la creación de una atmósfera a veces inquietante, otrora armoniosa, pero siempre envolvente.

Glass. Universal Pictures y Buena Vista International.

Algo positivo y negativo tanto de Glass en particular como de Shyamalan en general es que arriesga, lo que ha dado lugar a algún que otro bodrio frente a resultados magistrales. Para nosotros, esta cinta pertenece a éste último grupo, aunque la conclusión de alguno de los personajes y los giros de tuerca puedan dejar ojipláticos a más de un espectador (y no necesariamente para bien).

Esto a su vez conlleva que algunas decisiones o situaciones en el guión puedan verse un poco forzadas (¿no trabaja más gente en un psiquiátrico?), pero que al fin y al cabo siempre pueden justificarse en la manida y válida para todo «magia del cine».

En definitiva, si quieres ver una cinta de superhéroes más al uso, sin grandes sorpresas (positivas y negativas), pero que te va a hacer pasar un buen rato y ya, continua con las de Marvel o DC habituales. Pero si quieres algo más original dentro del género, que te puede dejar pensando y con unos personajes cuya psicología es algo más compleja y profunda (a pesar de que la división entre el bien y el mal sigue estando ahí), sin duda dale una oportunidad a Glass y (si no lo has hecho ya) a El Protegido y Múltiple.

El himno del corazón, buena premisa y pobre ejecución

El himno del corazón (心が叫びたがってるんだ) se estrenó allá por 2015 bajo la presión y expectativa de tratarse del último trabajo del equipo que había estado detrás de AnoHana y de la guionista Mari Okada (Maquia), quien había sido la escritora asimismo de historias como las de Fate/stay night o True Tears.

De este modo, y con la dirección de Tatsuyuki Nagai (Toradora!), El himno del corazón prometía un relato juvenil repleto de sensibilidad y con emociones a flor de piel, similar a los títulos anteriormente mencionados.

Cuál ha sido nuestra desilusión al ver en realidad una narración más bien torpe y atropellada, con una premisa interesante sobre los traumas infantiles que acaba empañada por clichés románticos de adolescentes.

Jun Naruse (voz de Inori Minase) es una vivaz y parlanchina niña que un día descubre accidentalmente un secreto que, al comunicárselo a su madre, romperá a su familia y la dejará dañada para siempre. Sintiéndose responsable de la situación, Naruse promete junto a un príncipe con forma de huevo que no volverá a hablar nunca más. Pasan los años y la adolescente es seleccionada en su instituto junto a otros tres compañeros (a cada cual más distinto) para organizar el evento comunitario anual, lo que poco a poco hará que vaya logrando mayores dotes comunicativas.

El himno del corazón. A-1 Pictures.

Lo que empieza así como el trauma infantil de una muchacha y cómo va superándolo desencadena en una serie de subtramas, a cada cuál más típica y tópica, sobre los problemas comunicativos de los otros adolescentes, lo que hace que el guión al final no resulte tan efectivo y sí bastante forzado en su afán por intentar sorprender al espectador a base de triángulos amorosos resueltos de manera atropellada y superficial.

No es que el romance esté mal en un relato sobre adolescentes, es que enturbia el objetivo principal de la historia. Por ejemplo, la relación que la película se encarga de desarrollar durante más de la mitad de su duración entre Sakagami (Kouki Uchiyama) y Naruse queda empañada por repentinos sentimientos amorosos de unos y otros. Personajes que apenas tienen desarrollo de pronto parecen tener casi más importancia que Naruse hacia el final. Y así el relato va cayendo de más a menos.

Lo peor de todo, para nosotros, es que la premisa queda tan opacada por estas historietas de amor juvenil que a la postre Naruse no queda más que como instrumento narrativo para que el resto de personajes puedan expresar lo que sienten, en un giro de guión también forzado y hasta un pelín absurdo (SPOILERS, si Sakagami se acerca a Naruse porque se siente identificado con ella al no poder expresar lo que siente y nada más… ¿no es eso lo que nos pasa al 99% de la humanidad (no decir lo que realmente sentimos)? ¿Por qué acercarse entonces a Naruse, a quien no conoce casi de nada, y no al muchacho del segundo pupitre por la izquierda en la tercera fila? FIN DE SPOILERS).

El himno del corazón. A-1 Pictures.

En el apartado técnico es sin duda donde la película alcanza notas sobresalientes, con diseños de personajes muy enternecedores que corren de la mano de Masayoshi Tanaka (Darling in the FranXX) y una animación fluida y dinámica tanto en sus expresiones como en las escenas musicales. No se puede esperar menos en este aspecto de parte del estudio A-1 Pictures.

Hablando de la música, compuesta por Masaru Yokoyama, también es de lo más llamativo. Repleta de referencias a clásicos musicales como El mago de Oz o El fantasma de la ópera, logra transmitir un deje nostálgico y buenrollista que por un momento hace que el espectador se olvide de la forzada trama que hay de fondo. Por supuesto, la música es clave en el desenlace y queda expuesta como referente comunicativo, allí donde no podemos llegar con el mero diálogo (o monólogo, según se vea).

En definitiva, El himno del corazón no es a pesar de todo una mala película. Sin duda la salvan su apartado técnico y musical, y en ese sentido hace pasar un rato al menos agradable. No obstante, si has quedado encantado con AnoHana o Toradora!, o buscas un romance del nivel de Kimi No Na Wa, o simplemente una historia narrada con coherencia de principio a fin, la cinta probablemente te decepcionará.