El aniversario en el que Square Enix puso Final Fantasy VII como reclamo de ayuda en la salud mental

El 31 de enero Final Fantasy VII cumplió años desde su salida en Japón, su país de origen. Nosotros, ingenuos, coincidiendo con la emisión de un State of Play, esperábamos un nuevo tráiler (y, probablemente, una demo). En su lugar, tuvimos un anuncio sobre la búsqueda de ayuda en el ámbito de la salud mental (y un aviso para otro evento, esta vez sí, dedicado íntegramente a Final Fantasy VII Rebirth el 6 de febrero).

Final Fantasy VII y la salud mental

Hace unos meses lo hablaba también con un conocido de Twitter: Final Fantasy VII nos gustaba especialmente por su aproximación a la psicología, a personajes que son psicológicamente complejos (o, al menos, más complejos que a los que estamos habituados en el sector del videojuego e incluso de ciertas ficciones, si me apuras).

Cloud Strife, su protagonista, siempre ha sido mi favorito y sigue siéndolo. Acostumbrada a apoyar a los villanos, para mí esto resultaba nuevo. Pero claro, Cloud no es un protagonista al uso.

«Cloud es muy débil«, fue lo que dijo su creador, Tetsuya Nomura, hace unos años. «Débil» en el sentido de que todos lo somos de una u otra forma, claro. Pero Cloud además es vulnerable. ¡El héroe de la historia en una posición vulnerable!

No nos centraremos en cómo un mindundi llega a salvar al mundo, pues ya hemos hablado de eso en el pasado y, francamente, tampoco es algo realmente innovador (Luke Skywalker ya llegaba a los hogares de todo el planeta un par de décadas antes, previo a cierta revelación que quedaría en el imaginario colectivo de la cultura pop). Cloud es que es PSICOLÓGICAMENTE frágil, y durante la historia se nos rompe (literal y metafóricamente) varias veces.

No somos especialistas del ámbito de la salud mental (y dudo mucho que el equipo de Square Enix lo sea) y no nos vamos a centrar en el diagnóstico de Cloud. Además, ya hay algún que otro vídeo y escrito realizados por fans bastante interesantes al respecto.

Hablaremos sobre cómo Cloud se comporta erráticamente a lo largo de la narrativa y cómo esto puede, justamente, servir de catalizador y/o inspirar a la gente a buscar ayuda. Cloud lo hace, no está solo. A partir de aquí, avisamos de que habrá SPOILERS de Final Fantasy VII.

Cloud Strife, ¿el héroe atormentado?

Uno de los primeros comentarios que me asaltaron en la publicación del vídeo realizado para la colaboración entre Square Enix y Seize the Awkward destacaba que por qué no usaban a Sefirot en cualquier cosa relacionada con salud mental. De hecho, el villano ni aparece.

Pero esa es la cuestión, precisamente: Sefirot es el malo. Y que los malos estén mal de la cabeza, pues nada nuevo, ¿no? Son villanos de esos incomprendidos, que sientes que tienen un motivo para serlo, al menos. Pero villanos al fin y al cabo. Y bastante daño hace ya el vincular enfermedad mental con maldad y problemas de manera automática.

Cloud es el protagonista y tiene enfermedad mental. Para los seguidores de Final Fantasy VII no resulta un mensaje innovador. Sí que Square Enix lo haga TAN oficial (hace unos meses ya habían escrito por sus redes que era un “adicto a Mako”…) y que, además, lo utilice para hacer llegar un mensaje tan importante como es el pedir ayuda, preguntar y no avergonzarse.

Cloud ya resultaba un niño solitario e introvertido, que se metía en peleas con los demás. Hijo de madre soltera, en el fondo siempre sintió un enorme complejo de inferioridad, lo que hizo (entre otros) que quisiera impresionar especialmente a la niña más popular de la aldea, Tifa. Siguió, al fin y al cabo, lo que se suponía que debería y que ya habían emprendido el resto de muchachos de su ciudad: irse a la capital a labrase un futuro, alistarse en Soldado (algo así como el ejército), ser como su ídolo Sefirot.

Gracias a @ReimyMonfer por el dato =)

Y, para cuando se decide a dar el paso, fracasa estrepitosamente: no pasa de ser un soldado de rango inferior. Ni tan siquiera se atreve a mostrar el rostro para cuando regresa a su pueblo natal. Al menos, en el camino ha forjado una buena amistad con (este sí) un Soldado de Primera Clase llamado Zack.

Pero he aquí que al poco de regresar a su aldea Sefirot entra en brote (sí, por eso sería lo “fácil” de mostrar; aunque Cloud también parezca tener brotes psicóticos), se carga a casi todos en Nibelheim (incluida a la madre de nuestro protagonista) y daña gravemente tanto a Zack como a Cloud, quienes son secuestrados por Hojo para investigar con ellos en los laboratorios de Shinra.

Así pasan, entre probetas, cinco años, durante los cuales el cuerpo de Cloud es infectado con células de Jenova (el de Zack ya lo estaba al tratarse de un Soldado de Primera Clase, por lo que se le hace más “llevadero” el asunto). Un día, el moreno logra liberarse y se lleva con él, a rastras (literalmente), a un Cloud que básicamente lo que tiene sería el equivalente a una sobredosis del tamaño de un elefante (que no lo digo yo, que lo dice ya Square… y si no mirad al pobre de Marco en el Remake y decidme que no es una analogía de un adicto). Y va el ejército de Shinra y se carga cruelmente a Zack ante las narices (todavía medio idas) de Cloud.

El protagonista logra llegar, semi consciente, a Midgar, donde es sorprendentemente localizado por Tifa (quien lo encuentra, claro, en un estado bastante lamentable y medio tirado por la calle, por lo que resultan comprensibles sus posteriores preocupación y confusión). Cloud se recupera y se une al grupo eco-terrorista Avalancha por petición de su amiga, pero existe un “problemilla”: cuenta episodios como si fueran suyos que supuestamente no debería haber vivido. Es más, está convencidísimo de que fue un Soldado de Primera Clase. Todo aderezado con repentinas jaquecas, ataques de pánico, supuestas visiones de Sefirot (quien debería estar muerto tras el incidente de Nibelheim), voces de otro tipo, ansiedad, Marco como vecino…

Cloud y Aeris en Final Fantasy VII Remake (Square Enix)

Con todo este panorama, tras conocer a la última Cetra, Aeris (perseguida a su vez por Shinra), intentando averiguar cuál es el verdadero estado de Sefirot… Cloud se vuelve cada vez más inestable. En determinados momentos, llega a disociarse y hasta golpea a Aeris y le entrega la Materia Negra (que invocaría a un Meteorito para destruir a todo el planeta) a Sefirot. Y la florista es asesinada por el villano, de nuevo ante sus narices. Se deprime aún más. Y colapsa en el Cráter del Norte, donde ya parece rendirse y darse por perdido, recibiendo ooootra sobredosis de Mako que lo deja en estado prácticamente vegetal.

Tras esto, con ayuda de Tifa, cayendo ambos a la Corriente Vital, reestructura su verdadero yo, aceptándose junto al hecho de que había absorbido los recuerdos de Zack. A partir de aquí observamos a un Cloud no tan pendiente de “parecer cool” ante los demás, de ánimo y maneras más suaves y, sí, torpe… Como lo era realmente desde el principio (la conversación con Barret en el que confunde la edad con el rango de Soldado se daba ya en la explosión del primer reactor), solo que sin intentar disimularlo. Cloud tiene en realidad una inteligencia emocional propia de un adolescente (esto dicho por el mismo guionista, Kazushige Nojima).

El resto es historia: Cloud carga además con el síndrome del superviviente y cae en depresión en la secuela, Advent Children, lo que genera que se aísle de todos y no tenga ganas de enfrentar la situación creada por la enfermedad Geostigma. Por suerte, con algo más de autodescubrimiento y apoyo de los amigos (incluidos los que se han ido), nuestro protagonista parece terminar saliendo y, como le espeta a Sefirot en su última batalla: “no hay nada que no aprecie”.

No queremos cerrar esta entrada sin recordar que, en caso de sentir que se necesita ayuda, o de conocer a alguien que crees que puede requerirla, no dejes de contactar con profesionales de la salud mental y con organizaciones sin ánimo de lucro como el Teléfono de la Esperanza o La Barandilla.

Cloud en Advent Children (Square Enix)

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