Big Fish and Begonia, a medio camino entre El viaje de Chihiro y La Sirenita

Ayer, 17 de agosto, Netflix estrenó la cinta de animación china Big Fish and Begonia (Da Yu Hai Tang), debut en la dirección de los jóvenes Liang Xuan y Chung Zhang, en uno de los proyectos con mayores presupuesto dentro de la historia cinematográfica del país asiático.

La película nos sitúa en un mundo fantástico, situado entre lo más alto del cielo y lo más profundo del océano, donde habitan «los otros», seres con poderes que velan por el equilibrio de la naturaleza. Allí vive Chun, quien al cumplir 16 años se inicia junto a sus congéneres en un ritual de siete días, en el cual se transforman en delfines rojos para vivir durante dicho tiempo en el mundo humano y observar su funcionamiento. Como norma estricta tienen prohibido tratar con cualquier persona de ese mundo.

A lo largo de este periplo, Chun se percata de la existencia de un chico (de nombre desconocido) que vive con su hermana menor a la orilla del mar, desde donde observan y disfrutan de la presencia de seres marinos como los delfines. Intrigada, Chun se acerca al lugar en donde se encuentran estos humanos, cayendo un día de tormenta en una trampa que la deja atrapada en una red. El muchacho se da cuenta del peligro y acude a liberarla, muriendo accidentalmente en el proceso. Al regresar a su mundo, llena de culpabilidad, Chun está decidida a devolverle la vida a aquel muchacho, al que ella y su amigo Qiu bautizarán como Kun.

Esta es la premisa de la película, de poco más de cien minutos de duración y un ritmo por lo general trepidante (evidentemente, pasan muchas más cosas, pero intentaremos no hacer spoilers), a lo largo de los cuales contemplaremos la belleza y absorbente encanto y misterio del mundo de Chun y Qiu.

Para ello, la animación de la película juega un papel fundamental, y es que ésta supone su mayor virtud. Está cuidada, especialmente en los escenarios, y la paleta de colores y su uso es magistral, especialmente en las escenas nocturnas o en las más «oníricas», como el baile de Chun con el alma en forma de delfín de Kun, los momentos con el abuelo o las visitas al hogar del Guardián de las Almas.

Los personajes, aunque de diseño atractivo (especialmente Chun y Qiu, que a su vez nos recuerda muchísimo a Jack Frost en aquella El origen de los guardianes de Dreamworks), tienen una animación más regulera, aunque lejos de ser mala. Para acortar: TODO en Big Fish and Begonia es bonito.

Por el contrario, la historia es donde la cinta más se tambalea. Partiendo de una base atractiva, fundamentada en la historia taoísta Zhuangzi y en otros clásicos de China como Shan Hai Jing o Soushen Ji, ocurren tantas cosas en tan poco tiempo que algunas parecen quedar en el aire y hay personajes que sufren (en todos los sentidos).

De este modo, las motivaciones de los personajes principales no siempre quedan claras o no resultan creíbles, lo que puede llegar a frustrar al espectador. Si por ejemplo eres de los que piensan que Ariel en La Sirenita hace idioteces, es altamente probable que similar idea se te cruce por la cabeza con Chun. En cuanto a Kun, lo cierto es que resulta poco más que un «plot device» sin apenas personalidad (ni nombre real), por lo que lamentablemente su relación con la heroína se asemeja más a la que pueda tener alguien con una mascota que al épico romance que supuestamente pretenden reflejar.

Distinto caso es el de Qiu, para nosotros el mejor personaje de toda la película: un joven irremediablemente enamorado que bajo una apariencia de espíritu juguetón se esconde alguien más atormentado y, sin duda, con el que más hemos sufrido en la historia. Desgraciadamente, hay momentos en los que aparentemente desaparece… para luego regresar sin más. Teniendo en cuenta que su nombre significa otoño en chino, mientras que el de Chun es lo propio con primavera, nos supone otra oportunidad desperdiciada en el guión no haber desarrollado su relación de otro modo.

Otros secundarios parecen quedar en el olvido de forma repentina, aunque el hecho de que los directores hayan indicado estar trabajando ya en una secuela nos hace pensar que quizás estaba ya premeditado que así fuera.

No obstante, tal como adelantábamos, la historia parte de una base tan interesante como pueda resultar la mitología o algunos clásicos chinos, por lo que para quien esto escribe, que desconoce muchísimo sobre esta materia, ha resultado una experiencia enriquecedora y gratificante como primer acercamiento a este mundo. Es el caso de conceptos como el que las almas buenas se conviertan en peces y las malvadas en ratas; o la leyenda (referida en la película) del enorme pez que surcaba los cielos cuyas alas eran tan grandes como las nubes. Hay asimismo algunos elementos escatológicos o más maduros referidos con bastante elegancia y sutileza.

Así, Big Fish and Begonia resultará familiar a todos aquellos que hayan disfrutado de El viaje de Chihiro, aunque las historias y los ritmos narrativos no puedan ser más distintos. No obstante, Liang Xuan y Chung Zhang han admitido que tanto Hayao Miyazaki como La Sirenita han servido de referentes. 

Darling in the Franxx, el amor que trasciende el espacio y el tiempo

Ayer finalizó uno de los animes más exitosos de las últimas temporadas, Darling in the Franxx, tras 24 capítulos que se dividieron en una especie de dos bloques. Esta última colaboración entre los estudios Trigger y A-1 Pictures, con Atsushi Nishigori (The Idolmaster) tras la dirección y la escritura del guión, ha tenido a centenares de seguidores alrededor del planeta pendientes de las desventuras de Zero Two, Hiro, Ichigo, Goro y del resto de niños «parásitos», pero… ¿ha merecido realmente la pena? Advertimos que habrá SPOILERS.

Tras unos primeros capítulos bastante sólidos y con una alta capacidad de enganche, la serie empieza a decaer a partir del episodio 15. Si bien es cierto que Darling in the Franxx tiene problemas de ritmo desde su inicio, estos se acentúan más en este segundo bloque, con unos capítulos «desgastados» en mostrar una idílica situación de los niños en medio de un mundo postapocalíptico, aderezado con un forzado (en nuestra opinión) romance entre Mitsuru y Kokoro, para pasar a explicar TODO el pasado y bases del «lore» en un único episodio. Por este mismo problema con el ritmo, cuando se descubre el pastel y que «Papa» en realidad es Virm, unos alienígenas que llevan atosigando a la Tierra desde hace siglos, todo parece caer como un jarrón de agua fría y parece que en ese mismo momento nos hallemos ante una serie totalmente diferente.

Porque otro de los grandes problemas de Darling in the Franxx es ese: su falta de identidad. ¿Es un shônen de mechas? ¿Un shôjo con sonrojantes declaraciones amorosas? ¿Una obra de ciencia-ficción postapocalíptica que muestra una distopía social… o más bien una invasión alienígena? Si bien es todo esto, una vez más el mal ritmo llevado parece que el anime vaya dando tumbos de un lado a otro totalmente opuesto en cuestión de instantes. O echa el freno o pega el acelerón.

Sin embargo, por supuesto que no todo es malo en el último título de Trigger. Se trata de una obra fundamentalmente de personajes y de eso nos ha dado una buena selección: desde la estrella, Zero Two; hasta su rival inicial Ichigo; pasando por el amable Hiro; o el personaje más buenazo y legal con el que nos hayamos topado en años, Goro; la verdad es que el elenco de Darling in the Franxx puede ser culpado directamente de su éxito. 

Evidentemente, las relaciones entre estos personajes también son uno de los focos, especialmente la de Zero Two y Hiro, y aunque en ocasiones alcancen niveles «rarunos» (de nuevo, todo el romance entre Mitsuru y Kokoro), es fácil emocionarse en uno o varios momentos con las confesiones (no siempre recíprocas) y ciertos momentos de las batallas, a pesar de que las transformaciones de Strelizia alcancen un nivel de redundancia casi paródico.

En este sentido, Darling in the Franxx pierde frente a otro de los títulos de Trigger y de los cuales bebe bastante tanto a nivel argumental como de estilo: Tengen Toppa Gurren-Lagann. Allí donde ésta última era consciente de sus elementos autoparódicos y sabía explotarlos (para luego golpearnos duro con el DRAMA), la de Nishigori parece tomarse a sí misma en serio todo el tiempo, lo que llega a ocasionar incluso algún momento de vergüenza ajena y que los momentos trágicos no nos impacten (generalmente) de igual manera.

Volviendo a las virtudes, el argumento sabe mantener enganchado al espectador, junto al citado elenco de personajes, a través de varias incógnitas que, a pesar del ritmo, al final sabe resolver (de forma más o menos satisfactoria). Por suerte, hasta el final mantienen la importancia sobre el tema de las relaciones entre las personas y la sociedad distópica por encima de las invasiones alienígenas y las batallas de mechas, algo que en lo personal agradecemos. Quizás en este último punto algún seguidor que llegue esperando un título de pura acción y adrenalina se sienta más decepcionado.

En cuanto al apartado técnico, todo en él es soberbio, empezando por una animación cuidada y fluida y una banda sonora pegadiza y emotiva, con un opening («Kiss of Death» de Mika Nakashima x Hyde) que sobresale del resto. Los diseños de los personajes y de los mechas (a cargo de Masayoshi Tanaka y de Shigeto Koyama, respectivamente), aunque puedan resultar chocantes, también son igualmente atractivos.

En definitiva, podríamos destacar como lo mejor de Darling in the Franxx a sus personajes (especialmente al dúo protagonista, a Ichigo y a Goro), su apartado técnico, momentos emocionales (todo el capítulo 13, por ejemplo) y algunas interrogantes del argumento que pueden llevarnos a pensar un poco (lamentablemente, muchas de ellas se quedan en lo superficial). En cuanto a lo peor, sin duda su ritmo inconstante y su falta de seguridad a la hora de hallar su identidad y género.

Sobre la gran duda: ¿nos gustó el final? La respuesta es sí, aunque solo sea porque AL FIN Goro obtiene lo que se merece. Sea como sea, junto al mencionado cierre de interrogantes, creemos que todos los personajes obtienen su merecida (y más «creíble») conclusión.

P.D.: Estamos preparando un Japoneando Anime sobre la serie, por lo que profundizando un poco más en ella advertimos que hay elementos «heteronormativos» que pueden causar un poco de escozor.

Makoushi, dibujante japonés: «En Japón es difícil dedicarse enteramente al dibujo»

Makoushi es el nombre artístico de este dibujante japonés de doujin (同人), término dirigido a la actividad que desarrollan un grupo de amigos en torno a un pasatiempo común, como puede ser dibujar manga o diseños para videojuegos, que se aleja de los estándares y presiones típicos de la industria, y que ya es un conocido de Madrid Otaku (ha sido el encargado de realizar los carteles de los tres eventos que llevan hasta la fecha).

«Desde hace mucho tiempo me gustaba el manga y el anime, pero dibujar no estaba en mi mente. Al principio empecé a dibujar con un grupo y yo estaba de soporte, remarcando y terminando los dibujos. Luego estuve trabajando en una empresa donde hacía entrevistas y acabé haciendo el diseño de personajes de un videojuego, Himegoe. La experiencia fue completamente autodidacta«, nos ha contado en una entrevista sobre su inicio en esta actividad que, por suerte en su caso, puede considerar profesional.

«En los diseños de videojuegos hay muchas imágenes, escenas y planos, por lo que es complicado, ya de un mismo personajes tienes que realizar muchos dibujos y planos diferentes», ha añadido sobre su experiencia en el trabajo de diseños de personajes y objetos para la industria.

Además de Himegoe, Makoushi lleva trabajando desde 1995 como ilustrador y dibujante de varios títulos, de entre los que destaca asimismo Red Ribbon Revenge y, desde 1998, su participación en la publicación Action Young, de la editorial Futaba.

Detalle del primer cartel elaborado para Madrid Otaku por Makoushi

Como comentábamos, Makoushi puede considerarse afortunado por poder vivir del dibujo, ya que, tal como nos ha contado, «en Japón es difícil dedicarse enteramente al dibujo, porque con lo que te pagan es complicado llegar a fin de mes. Para poder pagarte la comida o salir. Se está convirtiendo en un problema».

«Por ello, muchos tienen dos trabajos, como un arubaito (アルバイト trabajo a tiempo parcial), solo los que llegan a ser realmente famoso o llevan mucho tiempo pueden permitirse vivir de eso».

«Los que viven del manga sí ganan un sueldo más alto y pueden vivir mejor, pero los que se dedican al anime cobran un sueldo muy inferior, lo tienen más complicado», ha comentado sobre la crisis que atraviesa la industria de la animación en Japón, donde algún trabajador ha denunciado que se tiende cada vez más a la subcontratación de pequeñas empresas o profesionales para pagarles menos a cambio de la misma carga laboral.

«En cuanto a la industria de los videojuegos, entrar como tal dentro de una empresa es algo bastante difícil. Tienen un buen sueldo, pero es para unos pocos privilegiados».

Makoushi: «Tardo tres horas en dibujar y otras tres en añadir los detalles, le presto bastante atención al detalle»

Makoushi nos ha contado además que, para el proceso crear un dibujo, diseño o ilustración, «en primer lugar creo los dibujos en papel con lápiz, luego hago los remarques y repasos con el bolígrafo o «g-pen», lo escaneo para pasarlo al ordenador, donde añado los detalles, el sombreado y el color. Tardo tres horas en dibujar y otras tres en añadir los detalles, le presto bastante atención al detalle».

«Toda la parte del tono y las texturas es digital. Actualmente se da mucho el dibujo en digital, sobre todo por la rapidez. Primero hago el dibujo en papel y luego lo paso para añadir el color en digital; también ocurre que hay personas que no saben dibujar en digital, por lo que para algunos resulta más conveniente que para otros», ha añadido sobre el creciente uso de la tecnología también en este sector.

«Las ideas para dibujar suelen venir en los momentos de calma, como cuando estoy en el baño o a la hora de ir a dormir. Pienso «¿cómo puedo dibujar esto?» o «¿qué puedo añadir?»»

Un enamorado del jamón serrano y de las casas colgadas de Cuenca

Makoushi nos ha contado cómo empezó a colaborar con Madrid Otaku, ya que «hace unos cinco años, Ramón (el director) fue a la Japan Expo de Francia, y nos conocimos en el autobús, allí vio mis dibujos, le gustaron y me pidió si podía hacer el cartel del primer Madrid Otaku».

«Cuando fui a Francia, fue mi primera vez en Europa, no tenía mucha idea de España, pero fui aprendiendo muchas cosas. No sabía realmente sobre los eventos que había en España, pero confié en Ramón para que me llamara a la hora de organizar Madrid Otaku».

Makoushi es además un apasionado de viajar y, sobre todo, de la historia y de los castillos, gustos que asimismo vio reflejados en España, de la que le interesa especialmente «la historia del imperio español, luego los españoles, más cálidos y el tema de la altura, que en comparación con la de los japoneses «se nota», y por supuesto la comida, especialmente el vino tinto y el jamón serrano » de bellota»».

«La gente siempre ha sido muy amable conmigo, tienen mayor cercanía. Al principio tenía mayor interés en la cultura e historia de Japón, pero por agradecimiento, por la cercanía de la gente, me empecé a interesar más por las de otros países.

Madrid Otaku llega este fin de semana junto a interesantes invitados de Japón

La Asociación Cultural Nippon, junto con el apoyo de con el apoyo de la IOEA (International Otaku Expo Association), es la encargada de organizar la tercera edición de Madrid Otaku, el evento manga, anime, videojuegos y cultura japonesa, que se celebrará los días 16 y 17 de junio en el Pabellón de Cristal del Recinto Ferial de la Casa de Campo en Madrid.

La nueva edición de Madrid Otaku contará con un stand oficial de 1st Place, productora japonesa de “IA” y “Kagerou Project”, entre otros. En él los visitantes podrán adquirir las últimas novedades de «merchandise» oficial de ambas marcas, además de poder aprender a usar el banco de sonido de IA con Vocaloid en los talleres que se impartirán en el stand.

En esta edición también contarán con grandes invitados, como por ejemplo el conjunto japonés “Iron Attack!”, un grupo otaku especializado en arreglos de piezas musicales que aparecen en la franquicia Touhou Project. Activos desde 2007, han sido invitados al Japan Expo de París y han realizado un exitoso tour mundial en países como Japón, Alemania, Suiza, Francia, China, Taiwan, etc. Las ventas de discos en Japón ascienden a más de 4.000 copias por título.

Del mundo de la música también contarán con Haruka, una cantante, guitarrista y compositora de gran reconocimiento en Japón. Debutó con el single “Mune ni Kibo o (Keep Hope in Your Heart)” bajo el sello japonés “Pony Canyon”, que fue usado como tema para el opening del anime “Blue Dragon”. Más tarde realizó su segundo single, “Kimi no Mikata (On Your Side)” y tras ello terminó su relación con la productora. Tras cinco años retirada del mundo de la música, Haruka volvió a la industria tras darse cuenta de que su vida residía en ella. Despidiéndose de su trabajo corriente con la canción “Goodbye! My Office!”, volvió al escenario con la publicación de su disco “Hymns To My Soul” en el año 2013. En octubre de 2014 publicó su segundo disco “Anthems”, por el que recibió muy buenas críticas, iniciando así giras en Japón, Indonesia y Europa. En 2017 publicó su último disco “Unite!” con éxitos como “The Song of Smartphones” y “Brand New World”.

El repertorio musical continúa con la siguiente invitada: Yoneyama Shiori, más conocida como Yonechi, una intérprete y profesora japonesa del oboe. Nació en la prefectura de Shizuoka, lugar de visita obligada para los amantes de los animes “Love Live! Sunshine!!” y “Chibi Maruko-chan”. Al inicio de 2016, su actividad en internet comenzó a llamar la atención del público japonés y debutó como invitada en el mismo año en el evento «Stella Stage 2», celebrado en Hong Kong. También ha realizado actuaciones en los eventos «Mt. Fuji Cosplay World Conference», «Bokura no Lovelive» (un evento exclusivo de “Love Live!”) y «Cosidol be Star» en Taiwan. Asimismo ha participado en el Comiket con su grupo de Doujin «Boe-live».

Makoushi, mangaka japonés que publicó su primer trabajo en forma de manga en la revista “Action Young”, perteneciente a la editorial “Futaba” en el año 1998, pone la guinda en el apartado de invitados del mundo del dibujo. Participó en el año 2013 en el diseño de personajes y objetos del juego “Himegoe”. Destaca asimismo su trabajo dentro de “Red Ribbon Revenge” y la autoría de diversos pósters, entre los que destaca el cartel de las tres ediciones de Madrid Otaku.  Maoushi contará con stand propio, además de participar en diversas actividades que serán anunciadas puntualmente.

La siguiente invitada es la idol española Anzu Lilia. Proveniente de Murcia, tras dedicar su vida a la música, alcanza su sueño y se lanza a Japón como cantante, debutando el 22 de marzo en el país nipón con su primer CD, de la mano de HAF RECORDS (Tokyo), junto a quienes trabaja actualmente. Su último proyecto ha sido la participación en el videojuego Osomatsusan THE GAME como cantante en su último PV.

También contaremos con la presencia de Fanny, cosplayer valenciana que ha sido representante española en los concursos internacionales Eurocosplay en 2013 y Dreamhack World Cosplay Championship en 2017.

Y como segundo cosplayer invitado se encontrará Narcy, un cosplayer valenciano que prepara cosplays desde el año 2011.

Siguiendo la temática cosplay contarán con la presencia de la revista japonesa Cosplay Mode Magazine, más conocida como COSMODE. Fundada en 2002 por “Eichi Publishing” y con una periodicidad trimestral, esta publicación se especializa en el mundo del cosplay, además de dar información sobre la confección de los cosplays, pelucas, maquillaje y otros consejos para cosplayers. Para esta edición de Madrid Otaku presentarán una exposición con fotografías de la revista.

Las marcas de moda japonesa “Listen Flavor” y “Galaxxy” estarán presentes en el próximo Madrid Otaku gracias a sus representantes en Europa “Keep It Secret”. Ambas tendrán stand oficial y realizarán dos pases de modelos, uno por día, en el escenario principal del evento.

Madrid Otaku 2018 también contará con charlas adaptadas con intérprete LSE (lengua de signos) para que sean accesibles a las personas sordas.

Las entradas para Madrid Otaku pueden comprarse a través de su página oficial.

Crítica de la primera parte de Darling in the Franxx: entre los futuros distópicos y las hormonas adolescentes

El estudio de animación Trigger cuenta ya con cierta y cimentada experiencia en esto de los animes de mechas, ya que suyo es Tengen Toppa Gurren-Lagann, uno de los productos más aclamados dentro de este género. Si se fusionan con A-1 Pictures, de donde salieron series como Anohana, hallamos Darling in the Franxx (ダーリン・イン・ザ・フランキス), sin duda el anime que está causando sensación de esta temporada.

El mismo contará (al menos en principio) con 24 episodios, los cuales Trigger y A-1 han decidido por algún motivo (hicieron lo mismo con las aventuras de Simon y compañía) dividirlos en dos bloques, finiquitando el primero (o eso parece, aprovechando el parón por la Golden Week en Japón, donde emitirán un especial con entrevistas al equipo de desarrollo) en el episodio 15, dejándonos a solo 9 para el final.

Esta primera parte podría resumirse en una montaña rusa emocional… a juego con las hormonas que desprenden los protagonistas, lo que causa que la serie bordee a veces los niveles de drama nivel culebrón o dorama.

El argumento de partida nos sitúa en un futuro distópico, donde la humanidad se ha visto reducida y refugiada en una especie de ciudades-cúpula llamadas «Plantations», que se mueven y se mantienen a base de la sustracción de magma. Estos grupos sociales, que como se revelará más tarde no parecen sentir ni padecer, producen a su vez una serie de niños conocidos solo por las cifras y que a su vez se mantienen recluidos en los «Garden» (en clara alusión a los jardines de infancia). Allí, solo los más aptos sobreviven para convertirse en parásitos, jóvenes cuya único propósito en la vida es luchar pilotando unos Franxx para defender a Papa (el líder de todo este tinglado) y a los adultos de unos misteriosos (y tanto) seres denominados klaxosaurios.

Los Franxx son unos robots gigantes (mechas) que parecen tener alguna base orgánica y que pueden ser pilotados por un conjunto de chico-chica (estambres y pistilos, como las plantas), siendo en ocasiones más extremas en las que solo los pilota uno de ellos y entonces entra en modo «estampida», una especie de descontrol que adopta una forma más animal.

En medio de este sistema crecen los muchachos del Escuadrón 13, donde pertenece Hiro (por su código 016), un ex prodigio que se ve en la tesitura de no poder pilotar con ninguna compañera… hasta que se topa con Zero Two (código 002). La relación que se va estableciendo entre estos dos es el eje central sobre el que gira toda esta primera parte (que es más de la mitad) de la serie, concluyendo en un clímax (nunca mejor dicho) que ha hecho y hará las delicias de la mayor parte de los espectadores.

Si bien el vínculo entre Hiro y Zero Two es uno de los puntos más fuertes de este anime, también trae consigo uno de sus defectos: en ocasiones tiende a centrarse demasiado en las hormonas adolescentes, con giros argumentales que versan sobre lo mismo, llegando a parecer una especie de culebrón. Si esto fuese Marmalade Boy o una serie de más de 24 epiodios, no nos importaría, pero el foco en los amoríos tiende a dejar de lado todo un trasfondo del que todavía solo tenemos pinceladas y que pinta de lo más interesante (ojo, que pueden llegar a hacer maravillas con los 9 capítulos que les quedan).

Si obviamos este último punto, Darling in the Franxx resulta un producto tremendamente adictivo y con unos personajes bastante carismáticos (culminando en Zero Two y, por supuesto, en el tipo más majo del universo, Goro), que en ocasiones se acerca más a Tengen Toppa Gurren-Lagann y en otras a Evangelion.

Del apartado técnico tampoco tenemos mucho que decir salvo que es soberbio en prácticamente todos sus capítulos. Partiendo de un opening (cantado por Mika Nakashima y Hyde) tan adictivo como la serie misma, algunos momentos musicales parecen no encajar mucho con su correspondiente escena animada, pero son escasos. Los diseños de los personajes, hechos por Masayoshi Tanaka (Anohana), resultan todos ellos atractivos y lo suficientemente variopintos (de nuevo, la palma se la lleva la niña bonita de este anime, Zero Two). El diseño de mechas (hechos por Shigeto Koyama) es quizás donde pueda haber mayor división de opiniones, ya que su aspecto aniñado y vivaz no parece adaptarse bien al futuro distópico y estéril en el que nos encontramos (aunque probablemente esa sea la idea).

Otro aspecto importante de Darling in the Franxx es toda la simbología que trae consigo su narrativa (la cual tiene algún que otro altibajo, sobre todo en el ritmo). Esto lo observamos por ejemplo en todo su componente sexual, la mayor parte de las veces muy obvio. Desde la misma postura que adoptan chico y chica dentro del Franxx, hasta el hecho de que los muchachos no sepan ni lo que es un beso o el hincapié en el libro sobre el cuidado de los bebés (¿llegará a haber alguno?), pasando por el propio binomio HiroZeroTwo. Por supuesto, tampoco pueden faltar todas esas cuestiones inherentes a una buena obra de ciencia-ficción, como qué nos hace humanos, cuándo dejamos de ser unos niños o cuáles son los ingredientes para una revolución. Seguramente, todas estas asociaciones entre sexo, humanidad, infertilidad/fecundidad e incluso la aproximación a que algo de esto ocurre actualmente en la sociedad japonesa (generación herbívora) causará que se escriban varios ensayos sobre Darling in the Franxx de aquí a algunos años.

¿Qué le falta por desarrollar a la historia en los 9 capítulos restantes?

– ¿Qué son los klaxosaurios y cuál es su relación con la humanidad?

– Quizás unido al punto anterior, ¿dónde van los niños que desaparecen en el Garden? ¿Mueren? ¿Y dónde está Naomi?

– ¿Quiénes son Papa y los adultos y cuál es su objetivo? Los hemos visto hablando de varios términos extraños (muchos de ellos de la mitología nórdica), pero ni sabemos aún a qué se refieren ni hemos visto sus rostros (¿tienen cuerpo?)

– Y el resto de adultos… ¿cómo llegaron a ese estado? ¿Qué fue de la sociedad nuestra/antigua?

– ¿Qué ocurrió con el anterior Escuadrón 13? ¿Por qué dicen que los Parásitos están «infectados» e insinúan varias veces su muerte/desaparición?

– ¿Hay más mestizos de klaxosaurio como 002? Si es así, ¿dónde están? Era uno de ellos su «madre» (001)?

– ¿Cuál es el objetivo del Doctor Franxx? ¿Y de los Nines? ¿Por qué éstos últimos parecen tener cuernos como 002 y pilotan en posiciones invertidas?

– ¿Llegará a transformarse Hiro en una «bestia» como 002?

– Y sobre todo, ¿quién morirá y sobrevivirá al final de la serie?

https://www.youtube.com/watch?v=3x0NEd9t1yQ

Made in Abyss, cuando la fantasía te emociona (y te destroza)

Made in Abyss (メイドインアビス) fue uno de los animes de la temporada del pasado verano, puede que el más llamativo de ellos. Tras haber visionado sus trece capítulos en menos de una semana, entendemos el porqué.

Made in Abyss es un manga aún en desarrollo por Akihito Tsukushi, publicado en Web Comic Gamma, cuya adaptación al anime corrió a cargo de la productora Kinema Citrus, resultando en una obra de enorme calidad técnica y narrativa.

La historia de partida de este producto puede parecer simple y muy de shônen (manga para adolescentes), pero que esto y su estética «kawaii» (mona, tierna) no os engañen: Made in Abyss es un seinen (manga para adultos), ya que tras los episodios iniciales comprobaréis como todos los personajes son puestos constantemente a prueba… y sufrirán mucho, muchísimo, en el camino.

La narrativa comienza en la ciudad de Orth, construida alrededor de un misterioso abismo descubierto hace casi 2.000 años y cuya entrada tiene un kilómetro de diámetro. Nadie sabe aún qué hay en el fondo, pero no son pocos los aventureros y excavadores que se sumergen en él, muchos de ellos pereciendo o perdiéndose en el intento debido, fundamentalmente, a las constantes criaturas salvajes y a «la maldición del abismo», la cual puede llegar a dejarte hecho un huevo frito con ojos si asciendes unos pocos metros a partir del cuarto estrato por el campo de fuerza. En Orth hay un orfanato del gremio de excavadores en donde habita Riko, una niña de 12 años y silbato rojo (las habilidades de los «Cave Raiders» se miden por los colores de estos artefactos que llevan siempre al cuello) que un día, haciendo unas pruebas, encuentra un misterioso ¿robot? amnésico, al que bautiza como Reg. Pronto, varios acontecimientos impulsarán a Riko y Reg a adentrarse en las profundidades del abismo, donde se toparán con más misterios y muchísimos peligros, a la par que con diversos personajes, a cada cual más interesante (Ozen y Nanachi se llevan la palma).

Como adelantábamos, el punto de partida y los personajes, tan bonitos y de mundo de fantasía ellos, nos introducen enseguida en una historia que, a medida que avanza, se va volviendo más oscura y perturbadora. No nos referimos a las bromas sobre el pene de Reg (los chistes con inuendo sexual en prepúberes y adolescentes también estaban presentes en las primeras etapas de Dragon Ball, por ejemplo), sino al SUFRIMIENTO al que se ven sometidos los niños, tanto físico como emocional, un contraste que torna aún más efectivo su impacto en el lector/espectador, de manera similar a lo que uno siente cuando ve La tumba de las luciérnagas, de Isao Takahata.

De este modo, la serie va claramente de menos a más, empezando con un tono más pausado y tranquilo, para que te sientas uno más de Orth y empatices con Riko, Reg y sus motivaciones, y se vuelve más frenético a partir del encuentro con Ozen en el tercer estrato. Es cuando uno sabe que las cosas ya sí se ponen serias (además la silbato blanco lo advierte de forma clara), culminando en una conclusión (en el anime) con Nanachi y Mitty que te parte el kokoro en pedacitos, así sin más.

Por eso, uno de los grandes aciertos de Made in Abyss es su ambientación y sus personajes, es fácil verte sumergido con ellos en el abismo. Sí, Riko puede llegar a resultar molesta en algunas ocasiones, pero ahí viene otra de las virtudes: los protagonistas son preadolescentes (o parecen serlo en el caso de Reg y Nanachi) y, por lo tanto, sus acciones siempre parecerán más naturales y justificadas que las que pudiera tomar, por ejemplo, alguien que roza la veintena.

Por otro lado, como adelantábamos, el que sean niños crea un contraste aún mayor con la temática, cada vez más oscura y madura; y también con los otros personajes, esta vez adultos, que se van encontrando. Aquí es donde entran los silbatos blancos, los de mayor rango en experiencia y habilidades, cuya estabilidad mental no parece ser de las más férreas y cuya ambigüedad moral es cuanto menos perceptible. El impacto también es mayor al ser introducidos desde la perspectiva de los infantes, que suelen idealizar a este tipo de figuras.

En este punto, Made in Abyss guarda bastantes similitudes con los cuentos de antaño, los de Hans Christian Andersen, Perrault, Lewis Carroll o los hermanos Grimm (no, sus versiones edulcoradas de Disney no). Los jóvenes de aquellas historias solían pasar por adversidades que hoy en día consideraríamos traumáticas y los finales no siempre eran felices (echad un vistazo por los originales de La Sirenita o Pinocho). El éxito de estas historias y cómo han perdurado hasta nuestros días (Disney aparte) yace precisamente en su éxito a la hora de atraer a jóvenes y adultos, y ver qué punto de sordidez pueden alcanzar sus relatos, para que al final los protagonistas lleguen a su merecida recompensa (o no).

El otro aspecto en el que destaca Made in Abyss es en todo su apartado técnico. La animación de los personajes y paisajes es preciosa y fluida, sin que se perciba ningún altibajo en sus trece episodios. Masayuki Kojima, quien dirigió Monster, es el encargado también de este anime y del guión de algunos capítulos, mientras que detrás de la banda sonora se encuentra el joven australiano Kevin Penkin. La música supone asimismo uno de los enormes componentes de esta obra, que ayuda a sumergirnos en su atmósfera y en los rincones del abismo y de Orth.

En definitiva, nos quedamos sin adjetivos para definir a Made in Abyss y la impresión que ha dejado en nosotros (todavía estamos digiriendo su increíble episodio 13, de casi una hora de duración). Podríamos escribir párrafos enteros sobre Nanachi y Mitty, de los antihéroes, del periplo del héroe sobre los hombros de unos niños o de la simbología habida tras el abismo y su metafísica. La obra creada por Akihito Tsukushi aún está en pleno recorrido y parece que ha venido para quedarse. Esperamos con ansias una segunda temporada (mientras tanto, ya le vamos pensando un Japoneando Anime e iremos disfrutando de la versión en español del manga que lanzará Ivrea en mayo).

¡Héroes de Papel nos vuelve a sorprender! Esta vez con «Tú (no) necesitas ser un héroe. Neon Genesis Evangelion»

Tú (no) necesitas ser un héroe. Neon Genesis Evangelion’ analiza el significado y el contexto de esta serie de anime japonesa, considerada una obra de culto

Neon Genesis Evangelion es una de las series de animación japonesa más famosas de la historia. Con su particular énfasis en la construcción de personajes, una historia intrigante y una estética muy personal, se convirtió en una serie de culto incluso antes del final de su emisión. Algo que no ha cambiado a día de hoy, más de veinte años después, cuando es considerada una de las obras más influyentes de su género y de la cultura japonesa del siglo XX en general.

Escrito por Alvaro Arbonés, Tú (no) necesitas ser un héroe. Neon Genesis Evangelion es un intento de explicar a qué debe su lugar preponderante en el corazón de toda una generación. Este libro reflexiona tanto sobre la obra e influencias de su creador, Hideaki Anno, como de la situación del propio país, un Japón inmerso en la mayor crisis de capital que haya conocido la humanidad, atenazada por las amenazas del terrorismo y una sensación de bancarrota moral apocalíptica. Pero eso no significa que la obra sea dada de lado. Además del estudio histórico y contextual hay un análisis en profundidad de la propia serie, capítulo a capítulo, intentando desentrañar qué hay detrás de su compleja red de significados.

Porque si de algo puede jactarse Neon Genesis Evangelion es de su profundidad. De sus muchas capas. Y para más inri, de dos finales diferentes y un remake. Por eso la intención aquí es doble: acercar la serie a quienes no la conozcan y conseguir que tengan una mejor comprensión de ella quienes ya la hayan visto.

El libro, prologado por el periodista Noel Ceballos, ya está a la venta en librerías y grandes superficies, pero también puedes comprar tu ejemplar en heroesdepapel.esy llevarte de regalo un set de pegatinas con diseños exclusivos inspirados en la popular serie anime, además de un marcapáginas. Tú (no) necesitas ser un héroe. Neon Genesis Evangelion es un nuevo título publicado bajo el sello Crossover, donde tienen cabida libros de todo tipo que abordan temáticas englobadas dentro de la denominada cultura pop.

Seis animes de mechas que DEBERÍAS ver

El género mecha (ロボットアニメ, «robotto anime», anime de robots) es uno de los más prolíficos y conocidos por los aficionados al anime de todo el mundo. Las características comunes de este tipo de series son los robots gigantes (mechas) controlados habitualmente por humanos desde su interior, que normalmente muestran a su vez sus problemas existenciales y personales en un futuro distópico (o directamente en el espacio). Por lo tanto, se podría decir que el género mecha tiene bastante a su vez de ciencia-ficción.

Faltan manos para contar la cantidad de animes de mechas que se han realizado en Japón, siendo algunas de sus franquicias emblemáticas (Gundam) las que han sostenido a ciertos estudios durante años (en este caso, Sunrise). Sin embargo, nosotros tenemos a nuestras elegidas, las seis series de mechas que deberías ver al menos una vez en la vida, aunque no seas fan del género.

6 – Argento Soma (アルジェント ソーマ, 2000-2002)

Este anime de 25 episodios y un OVA realizado por Sunrise y producido por Bandai tuvo la suerte o desgracia (más bien la segunda) de ir bastante pegada a Evangelion y su alargada sombra… lo que resalta sus similitudes con aquélla, resultando en una serie no muy conocida y que enseguida es tachada de «copia» (en realidad, siempre hay un sector que denomina «copias» de la obra de Gainax a todo anime de mechas).

Si bien es cierto que los diseños de los extraterrestres y mechas de Argento Soma guardan bastantes similitudes con los del producto de Anno, y que incluso se pueden observar por ahí algunos conceptos (ya avanzada la trama) MUY parecidos, lo cierto es que esta obra, vencidos algunos momentos de sopor, es una serie bastante disfrutable y que deja con buen sabor de boca, después de tirarte los 25 capítulos viendo al protagonista con el culo escocido. Y Hattie y Walton son lo mejor.

Cabe destacar asimismo que los realizadores pretendían llevar a cabo una adaptación moderna y en mecha de Frankestein, si bien guarda bastantes similitudes con El gigante de hierro.

5- Code Geass (コードギアス, 2006-2008 y más allá)

Sunrise ataca de nuevo con esta serie de la que ya escribimos un Japoneando Anime. Con el característico diseño de las Clamp, esta obra nos presenta a Lelouch en su cruzada de venganza contra el Imperio de Britannia en su opresión a Japón, cruzándose en su camino con una misteriosa mujer conocida como C.C., quien le otorga el poder del «geass».

Si bien la serie promete y guarda bastantes momentos para el recuerdo, lamentablemente deriva en una especie de culebrón estudiantil, especialmente en su segunda parte. Sunrise ya ha anunciado que tendrá una tercera temporada con el sobrenombre «Fukkatsu no Lelouch» (literalmente, «La resurrección de Lelouch»), cargándose ya de paso uno de sus mejores aspectos: su final.

4- Darling in the FranXX (ダーリン・イン・ザ・フランキス, 2018-)

Los estudios Trigger y A-1 Pictures se están encargando de esta serie que todavía está en emisión (lleva 12 capítulos de 24), por lo que, dependiendo de su desenlace, podría ascender o caer más en la lista. Por el momento tenemos un anime que, siguiendo la estela de Evangelion, mezcla peleas de mechas con asuntos existenciales y romances juveniles en medio de un futuro distópico con una humanidad algo alelada y bastante reducida.

Yendo al grano, lo mejor hasta la fecha está siendo su protagonista, Zero Two, de la cual todavía nos queda conocer su historia y verdaderas motivaciones (ya estamos cerca…); mientras que el resto del elenco también puede levantar mayores o menores simpatías (bueno, Hiro se ha ganado el cielo por su bendita paciencia).

Quizás algo en lo que está pretendiendo innovar esta serie (aunque, sí, también lo vimos hasta cierto punto en Evangelion) es en toda la simbología relacionada con el sexo y el despertar sexual en medio de un mundo artificial y aparentemente estéril. También en los diseños de los mechas, los cuales no dejarán indiferente a nadie.

3- La visión de Escaflowne (天空のエスカフローネ, 1996)

Este anime producido nuevamente por Sunrise (esto parece un monográfico) se estrenó hace ya varios años y lo que más guardamos en el recuerdo es su mezcla de mechas con fantasía, ya que su protagonista, Hitomi, se ve misteriosamente transportada a Escaflowne, un mundo mágico y con toques medievales en el que existen estos robots gigantes y una trama que se va tornando algo más compleja.

Como suele set habitual en este género, las batallas también dan lugar a los romances, ya que en el camino de Hitomi se cruzan, entre otros, Van y Allen.

Escaflowne contó con 26 episodios y una película remake-recopilatorio posterior que, en nuestra humilde opinión, no le hace sombra a la serie original (animación aparte). Recomendamos verla aunque sea solamente porque ha envejecido bastante bien y no es habitual encontrarse con la fusión mecha-medievo (ah, y Maaya Sakamoto, Aeris y Lightning en Final Fantasy, es la voz de Hitomi y del opening).

2- Tengen Toppa Gurren-Lagann (天元突破グレンラガン, 2007-2009)

Empieza el dominio de Gainax con este anime de 27 episodios y un par de películas. El porqué de su posición tan alta lo encontramos en su ambientación postapocalíptica bastante misteriosa (que encierra todo un contexto idiosincrásico y hasta ¿religioso?), sus personajes carismáticos (ay, Kamina…) y en que parece que a veces no se toma en serio a sí misma, pero luego su drama te golpea como un mazazo.

En el apartado técnico tampoco se queda atrás, con una animación bastante constante y dinámica, unos diseños que a veces rozan lo absurdo (como decíamos, en ocasiones parece parodiarse) y una banda sonora que acompaña los momentos más épicos con mucha solvencia.

Tengen Toppa Gurren-Lagann es bastante más que el recorrido por la madurez de Simon, es una emocionante serie que se pasa como un suspiro y que te deja con varios momentos grabados en el kokoro.

1- Neon Genesis Evangelion (新世紀エヴァンゲリオン, 1995-1996)

También conocida como simplemente Evangelion, llegamos a la madre de todos los animes de mechas con este producto parido por Gainax y por la mente de Hideaki Anno. Admitimos que en lo personal no es nuestra favorita (Shinji es en parte culpable), pero el hecho de que sea considerada una obra de culto nos obliga a ponerla en lo más alto del podio.

Como ya adelantábamos, Evangelion supuso la base de varios conceptos que serían retomados posteriormente para otros animes del género (y no solamente de mechas), aunque sinceramente tampoco ha inventado la panacea. Entre sus grandes logros se encuentran esa mezcla entre ciencia-ficción, religión y filosofía; los personajes llevados al extremo de sus posibilidades y que rozan los tabúes culturales y sociales; y un apartado técnico soberbio. Y no, no nos olvidamos de su final casi incomprensible (en formato de dos películas que continúan a la serie de 26 episodios) y que sigue generando debates décadas después.

Menciones de honor

Como decíamos, hay animes de mechas para elegir y para todos los gustos. Desde las que hemos tratado, más o menos serias, hasta parodias de todo tipo (FLCL, también de Gainax) y, por supuesto, los grandes clásicos del género como Mazinger Z, toda la franquicia Gundam o Macross, entre muchos otros.

Han Solo o el arte de fusionar western y ciencia-ficción

Todavía quedan dos meses para el estreno de Han Solo: Una historia de Star Wars, pero ya vamos siendo testigos de que, poco a poco, la cinta de la franquicia que a priori parecía más inútil (¿el pasado de Han Solo sin Harrison Ford? ¿Para qué?), empieza poco a poco a convencer a los más escépticos. Y me incluyo.

Como decíamos, una película sobre el pasado de Solo, con un Ford que evidentemente no iba a poder interpretarlo, cuando es un personaje que de por sí conocemos a una edad joven (30 años) y teniendo ya el Universo Expandido (rebautizado como Legends con la llegada de Disney), parecía algo absurdo. Sin embargo, ahora que Lucasfilm ha empezado a ponerse en serio con la promoción, y a medida que se van revelando más detalles, nos está resultando al menos un producto quizás hasta interesante. ¿Por qué?

Principalmente, el enfoque que, tras un desarrollo algo complicado, parecen haberle dado a la cinta, virando más hacia la aventura dramática que a la comedia que no se toma en serio a sí misma (aunque las palabras de Donald Glover, quien lo interpreta a Lando en Solo, respecto a que será la película más divertida nos hace mantenernos cautos) que al parecer pretendían Chris Miller y Phil Lord, los anteriores directores. Los grandes culpables de ello son Lawrence y Jon Kasdan, el primero guionista a su vez de la trilogía original, El despertar de la Fuerza e Indiana Jones, lo que nos puede indicar por dónde van a ir los tiros. Según se ha revelado recientemente, el propio Kasdan llevaba tiempo detrás de una película en solitario de Han Solo, algo que llegó a tratar con George Lucas. Teniendo en cuenta que no es un novato y el (en mi opinión también) cansino humor al que nos tiene acostumbrados Disney-Marvel, un cambio hacia el lado dramático aventurero (no, no pretendemos que sea Ciudadano Kane) sería más que bienvenido.

Pero es más, el tono de la cinta que vamos percibiendo a través de tráilers, entrevistas y fotos nos deja caer asimismo una mezcla entre la ciencia-ficción (característica de Star Wars), el western y el cine negro.

De la parte vinculada a la ciencia-ficción no hace falta hablar, mientras que la del western se observa muy claramente en una escena del tráiler donde parece que habrá un duelo entre Han (interpretado aquí por Alden Ehrenreich) y un grupo enmascarado al más puro estilo indios/Caballeros Ren (con el personaje interpretado por Paul Bettany al mando); a que parte de la trama girará en torno a uno o varios grupos de forajidos (uno de ellos liderado por Woody Harrelson, en donde ingresarán Han y Chewie); y al asalto a un tren como parte de la trama,  además de que los carteles promocionales lanzados hasta la fecha se asemejan a los clásicos carteles de «Wanted». El hecho de que Han y Chewbacca no dejen de ser el prototipo de personajes marginados, fuera de la ley y del sistema, y que sean duchos con las armas de fuego tornaban propicio este acercamiento.

Sin ir más lejos, la Cantina de Mos Easley, lugar donde los encontramos por primera vez en Una nueva esperanza, fácilmente puede traernos a la mente la clásica taberna del lejano Oeste con toques de… cine negro.

La parte de «cine noir» es la que menos se percibe hasta la fecha, no por ello inexistente. De hecho, parece que la mayor representante (hasta ahora, al menos) al respecto será el personaje interpretado por Emilia Clarke, Qi’ra. Descrita como amiga de la infancia (y algo más) de Han, ambos han crecido solos en esa especie de Gotham espacial que debe de ser Corellia. Por lo tanto, ambos son supervivientes, algo que según la actriz Qi’ra muestra mediante un exterior duro y hasta impenetrable. La clásica «femme fatale», vaya. Teniendo en cuenta que no volvemos a ver nada de Qi’ra ni en la trilogía original ni en la actual que se está desarrollando (donde Han ya está muerto), nos da la sensación de que esta muchacha, importante para el personaje de Solo, probablemente morirá o bien traicionará a su amigo. Quizás ambas.

Existen varios exponentes que mezclan (con más o menos éxito) la ciencia-ficción, el western y el cine negro, pero si hay uno que se nos hace como la que mejor ha sabido llevar dichos ingredientes, sin duda esa ha sido Cowboy Bebop. Hasta ahora, no se sabe nada de si ha servido o no de inspiración a los Kasdan (que sí han mencionado a Sin Perdón o Heat, por poner unos ejemplos), pero no sería de extrañar si así fuera. No solo el propio Han en la figura del protagonista, Spike Spiegel, un cazarrecompensas nihilista y algo rudo, sino de nuevo la propia Qi’ra en una especie de mezcla entre Faye (en uno de los carteles incluso puede percibirse la pose y los tonos morados en el pelo) y Julia (el pasado tortuoso de Spike, la misteriosa figura femenina que golpea ocasionalmente los pensamientos del protagonista). Incluso el breve lapso que tenemos actualmente del personaje interpretado por Thandie Newton nos trae irremediablemente a la mente a Coffee, del capítulo Mushroom Samba.

No pretendemos decir que Han Solo: Una historia de Star Wars se asemejará a Cowboy Bebop, ni mucho menos, primero porque el producto de Shinichiro Watanabe es algo difícil de igualar, ya que es considerada una obra maestra; y segundo porque aún sabemos más bien poco de la próxima cinta de la franquicia de Lucasfilm. Eso sí, nos parece que la eventual fusión entre ciencia-ficción, western y cine negro puede llegar a dar unos gratos resultados y, en lo personal, será más que bienvenida. Por lo demás, solo queda esperar al 25 de mayo.

Darling in the Franxx, los roles de género se invierten

Por suerte, desde hace un tiempo relativamente reciente a esta parte estamos siendo testigos de un progresivo cambio en las obras de ficción, con cada vez más mujeres protagonistas y desempeñando papeles activos. Sin embargo, es habitual encontrarse todavía con muchos clichés y tópicos encorsetados en las construcciones de género, como que un personaje femenino deba comportarse de determinada manera o que el masculino tenga que sí o sí entrar en acción en ciertos momentos.

El anime (y Hollywood) es una de las vertientes donde se puede observar aún esto con numerosos ejemplos, si bien pienso que los japoneses son los que mejor están jugando con las inversiones de roles. Ya hablábamos de ellos en NieR: Automata, pero ahora nos ocupa una serie que actualmente se encuentra en proceso de emisión en Japón (lleva 7 episodios de un total de 24): Darling in the Franxx (ダーリン・イン・ザ・フランキス, Trigger y A-1 Pictures). Avisamos que habrá SPOILERS.

Dando la vuelta a ciertos clichés del anime

El caso de Darling in the Franxx resulta aún más llamativo porque se encuentra dentro del género mecha (ロボットアニメ «robot anime»), uno de los que más estereotipos y clichés utiliza en cuanto a hormonas adolescentes y «fan service» por doquier. No vamos a decir que la nueva obra de Trigger sea muy rompedora en cuanto a esto, porque sigue siendo un catálogo de mujeres despampanantes que muestran cacha (y poses sugerentes, en este caso más aún), varias de ellas bebiendo los vientos por el protagonista masculino. Pero lo que sí nos ofrece este anime es una protagonista femenina, Zero Two, que, en contraste con su contraparte masculino, Hiro, desempeña claramente el papel que le debería tradicionalmente corresponder a éste último.

Para empezar, Zero Two es la más activa de los dos, con diferencia, tomando la iniciativa en todo, llegando incluso a resultar agresiva en ciertas situaciones (para los estándares japoneses, más todavía). Así se lo deja saber Hiro en su confesión en el cuarto capítulo:

«Cuando nos conocimos, no podía apartar de ti la mirada. Tenías confianza, llevabas la cabeza en alto, y estabas lista para luchar contra los klaxosaurios aún estando herida. ¡Y encontraba eso hermoso!»

En el apartado romántico, Zero Two es asimismo la más lanzada de ambos, tomando siempre la iniciativa. Incluso en el momento en que ella se encuentra más desprotegida, que es en el sexto episodio (hasta la fecha), en lugar de adoptar la tradicional pose femenina de esperar a la llegada de su héroe (ya sea de forma voluntaria o involuntaria), Zero Two sigue luchando sola hasta el punto de perder el control sobre sí misma, otro de los momentos más tradicionalmente masculinos en el anime. Hiro, que se creía muerto entonces, recupera entonces la consciencia y la abraza/contiene por detrás, logrando que vuelva a recomponerse, desempeñando el rol clásico femenino de contención de tanta testosterona desbocada.

No solo este momento, ya que en solo siete episodios también hemos tenido ya un ejemplo de kabe-don (壁ドン) en el quinto capítulo, claro está invertido. Para los no iniciados, el kabe-don hace referencia a ese cliché TAN de manga y anime shôjo (少女, para chicas adolescentes), donde normalmente (obras hechas por fans y parodias aparte) un chico acorrala contra la pared a una chica, algo que por algún extraño motivo en el país nipón encuentran «romántico». Y claro, en Darling in the Franxx ya hemos tenido nuestra dosis de kabe-don… pero de Zero Two (quien por cierto no tiene ningún inconveniente en que su compañero se encuentre desnudo, actitud habitualmente considerada poco femenina) a Hiro:

Por el contrario, tenemos a Hiro, un chico que hasta la fecha se ha mostrado más bien pasivo, introvertido y tímido, algo que se asocia normalmente al papel femenino dentro del dúo masculino-femenino. Es verdad que estos rasgos están cambiando poco a poco en él, pero frente a Zero Two sigue estando más claro que el agua quién es el activo-agresivo y quien toma la iniciativa en TODO. Incluso el momento de la declaración (y posteriores) de él a ella parece estar invertido en roles de género:

Zero Two a Hiro: «Nadie me había dicho nunca algo tan vergonzoso»

El yin y el yang, también en Darling in the Franxx

Por otro lado, tenemos el tan manido tema del yin y el yang, el concepto de la dualidad existente en todo el universo en el taoísmo. En un lado se encuentra la parte blanca, masculina, luminosa, activa y penetrante; mientras que la negra es la femenina, oscura, pasiva y absorbente. Los japoneses suelen mostrarnos este tipo de conceptos en prácticamente todas sus obras.

En Darling in the Franxx, al inicio del primer episodio, escuchamos la voz en off de Zero Two hablando y de pronto una pantalla blanca con texto sobre lo que ella está diciendo; frente al sexto capítulo, donde Hiro también habla fuera de pantalla cuando se cree muerto y aparece nuevamente el mismo fondo con sus palabras, pero en negro. El opening ha cambiado asimismo ligeramente a partir de la séptima entrega, con el recuadro del principio figurando hasta entonces en blanco y desde ahora en negro. Teniendo en cuenta que Hiro parece que va a tener un papel más activo a partir de ahora, ya que se ha recuperado (aparentemente) de su depresión, el color del recuadro puede ir perfectamente asociado a su personaje.

Aparte de que lo primero que salte a la vista sean los diseños, predominando en el de Hiro el negro y el gris y en el de Zero Two el rojo y el rosa (colores claros y paradójicamente asociados con la feminidad, aunque en este caso pensamos que sean más por su asimilación con un demonio o diablo más que otra cosa); lo cierto es que estas referencias parecen ir más, en el caso del negro, con Hiro; y en el caso blanco, con Zero Two. La inversión del yin y el yang.

Seguramente la serie nos irá trayendo mucho más ejemplos, pero parece clara hasta la fecha la inversión de roles de género entre sus protagonistas. Solo falta que Hiro se vea envuelto en una especie de apuro y Zero Two tenga que ir a rescatarlo (teniendo en cuenta el interés que parece mostrar en él el nuevo ¿villano?, no lo descartamos) para que se complete el círculo.

Y no, no se nos ha pasado por alto que ha sido Zero Two la que le ha propuesto a Hiro, no una, sino DOS veces, el huir juntos, acción que también suele ser llevada a cabo por el varón en la ficción.