Qué sabemos por ahora de Code Geass: Fukkatsu No Lelouch (SPOILERS)

Hoy es 9 de febrero, día del estreno en cines de la secuela del aclamado anime Code Geass (2006-2008), que supondrá un nuevo punto final a la trama: Fukkatsu No Lelouch. Sí, los que sabéis algo de japonés habéis leído bien: Lelouch of the Resurrection, o lo que es lo mismo, la resurrección de Lelouch. Por cierto, que acaban de anunciar su estreno el 5 de mayo en América del Norte con un nuevo tráiler en IGN.

Para los olvidadizos o los más perdidos, Code Geass (estudio Sunrise) nos sitúa en una realidad alternativa/futuro cercano distópico donde el Santo Imperio de Britannia controla una tercera parte del mundo, dentro de la cual se halla Japón, a la que denominan colonia o «área 11». Lelouch Lamperouge es un misterioso joven procedente de la más alta nobleza de Britannia que jura vengarse del imperio. Un día, se topa accidentalmente con una misteriosa muchacha que le otorga el poder del «Geass», el cual le permite manipular los actos (bajo ciertas circunstancias) de las personas con tan solo mirarlas directamente a los ojos. De este modo, Lelouch usa esta nueva habilidad y crea al alter ego Zero, última gran esperanza de los grupos de resistencia japoneses frente a la ocupación.

Uno de los grandes aciertos de Code Geass (diseños de personajes de Clamp aparte) se encuentra en su mezcla de anime de mechas o robots gigantes con el thriller político. Lelouch, al más puro estilo Light Yagami, se yergue como protagonista-antihéroe con un fuerte carisma pero con una forma de actuar cuanto menos dudosa. Para él, el fin justifica los medios.

Al final de la serie, se nos mostraba al amigo de la infancia (a veces rival) de Lelouch, Suzaku, asesinando a éste ante la muchedumbre con el traje de Zero puesto, desvelando que todo formaba parte de un acuerdo entre ambos para acabar de una vez por todas con Britannia y aportar un nuevo comienzo a la sociedad en Japón, dentro de un mundo que se espera más justo (ya que Lelouch, como nuevo emperador, había reunido en torno a sí mismo cualidades no muy deseadas).

Pasan los años y Sunrise anuncia que Code Geass tendrá una continuación. Al principio se rumorea que sería una serie, posteriormente la confirman en forma de película de casi dos horas de duración. El director vuelve a ser Gorô Taniguchi, mientras que detrás del guión regresa a su vez Ichirô Okouchi.

Antes del estreno de Fukkatsu No Lelouch, el equipo lanza una serie de cintas-recopilatorio de la serie que adaptan nuevas escenas y decisiones (como eliminar el arco argumental de Mao y con ello evitar la muerte de Shirley, entre otras cosas),

Teniendo en cuenta que la última película lleva apenas unas horas proyectada en Japón, los detalles sobre su argumento y si ha cumplido o no las expectativas van saliendo con cuentagotas. A no ser que nos llevemos una (positiva) sorpresa (como ha ocurrido en Norteamérica), no creemos que salga por estos lares hasta pasados unos cuantos meses.

Por lo tanto, avisamos nuevamente de SPOILERS y, gracias principalmente a usuarios de los foros en 4Chan, Reddit, MyAnimeList y Discord, podemos ir conociendo lo siguiente:

  • La duración es de 115 minutos.
  • La trama se sitúa dos años después de la muerte de Lelouch (que sí, está muerto).
  • Suzaku sigue siendo Zero, como al final de las anteriores películas/serie. Los villanos (Shario, Chamna y Bitu del reino de Zilkistan) averiguan su identidad y lo persiguen.
  • C.C. recupera el cuerpo de Lelouch y lo resguarda con Shirley en una granja (uniéndolo al final de la película anterior, muy similar al de la serie, pero no idéntico). Sin embargo, no ha logrado recuperar su mente, así que el protagonista está como sin recuerdos/con la mentalidad de un niño (similar a la propia C.C. durante un determinado periodo en la serie). Shirley es la persona idónea para llevar su cuerpo debido a que como civil no está vigilada. C.C. busca la manera de traer a Lelouch completamente de vuelta a través de las ruinas de los Geass, lo cual la lleva asimismo a Zilkistan, junto al cuerpo «vacío» de Lelouch. 
  • Nunnally, quien está completamente involucrada en la política y sigue cerca la problemática de los refugiados, es retenida junto a Suzaku por los nuevos villanos en Zilkistan. Buena parte de la cinta trata sobre su huida.
  • Kallen (ahora una figura pública), Sayoko y Lloyd también acuden a Zilkistan. Son atacados por un portador del «geass». Se encuentran con C.C. y Lelouch. Kallen queda bastante impactada al verlo en semejante estado.
  • Aparece el mundo de C. Al parecer es ahí donde se encuentra Lelouch. C.C. y el cuerpo del susodicho se adentran en él. 
  • Hacia el minuto 40 de la película vuelve el verdadero Lelouch. C.C. le da la bienvenida. Se reúnen con Kallen y los demás. También con Suzaku, que ha logrado liberarse por sí solo. Al principio Suzaku queda impactado al ver a Lelouch, tras una escena ciertamente tierna comienza a golpearlo.
  • Lelouch ve un vídeo donde se ve a Nunnally y los demás disfrutando en una boda, parece darse cuenta de que Nunnally ha sabido apañárselas bien sin él. Suzaku le pregunta qué piensa hacer una vez la hayan rescatado. Mientras tanto, Kallen y C.C. tienen una conversación similar, la peliverde parece triste.
  • Ohgi intenta suicidarse por sentir que había traicionado a Zero, Lelouch lo detiene.
  • Chamna (de Zilkistan) resulta ser también una portadora de «Geass». Su poder es rebobinar el tiempo 6 horas cada vez que muere, volviéndola a su vez prácticamente inmortal. Además mantiene sus recuerdos.
  • Lelouch y C.C., vestidos de nuevo para la batalla, pilotan juntos un mecha similar a un modelo «Zeong» del anime Gundam. C.C. lleva un nuevo traje (imagen de abajo).

  • Lelouch y C.C. entran en una serie de bucles, ya que Chamna siempre acaba causando su muerte. Lelouch empieza a desesperarse y C.C. lo tranquiliza. El protagonista logra engañar a Chamna y, en lugar de causar su muerte, la obliga a dormir con su «Geass». Así no puede retroceder en el tiempo.
  • Mientras, Kallen se enfrenta a Bitu, quien pilota un mecha con forma de escorpión, y Suzaku a Shalio. Los dos protagonistas matan a sus oponentes.
  • Lelouch y C.C. vuleven al mundo de C. a través de Chamna, donde se encuentra Nunnally. Lelouch rescata a su hermana.
  • El «código» de Lelouch procede de Charles, pero se encuentra incompleto o corrupto. De ahí la nueva marca en el cuello.
  • Todos regresan. Nunnally le pide a su hermano volver a vivir juntos como antes, pero Lelouch le responde que sería demasiado peligroso y que además ya no lo necesita. Nunnally se entristece, pero lo entiende y sonríe. 
  • Kallen y Suzaku se marchan, él lleva el traje de Zero consigo.
  • C.C. se dispone a marcharse sola entre un grupo de refugiados. Lelouch corre tras ella, le dice que quiere que vayan juntos. C.C. le responde que mejor se vaya con Nunnally o Shirley, él le contesta que no es necesario. Lelouch aún no sabe mucho sobre el mundo de C., ni si se encuentran en otra retrocesión temporal, o si pudiera morir en cualquier momento. C.C. le espeta entonces que no tiene un nombre (ya que como Lelouch Lamperouge lo reconocerían). Él dice que a partir de entonces será L.L. La muchacha se emociona y asiente, ambos se van juntos de la mano.
  • Shirley aparece más bien poco. Durante los créditos se ve cómo recibe una llamada (aparentemente de Lelouch para indicarle que está con vida).
  • La película deja bien claro que es el cierre definitivo de la historia de Lelouch y C.C. (pero no de otras posibles tramas). Hay un epílogo con ambos vestidos de forma similar a la ilustración de Clamp (abajo) y Lelouch haciendo una especie de «proposición», en palabras de Taniguchi.

Por ahora, a los afortunados que la han visto les está gustando. Al parecer el ritmo es bueno y mantiene bastante la «esencia» de Code Geass. Al menos hasta la fecha, con casi 200 votos, lleva una nota de 8,52 (sobre 10) en MyAnimeList. 

Dragon Ball Super: Broly, una auténtica gozada para los seguidores de la franquicia

Dragon Ball Super se estrenó hace ya más de tres años con muchas expectativas sobre sus espaldas, pues no hemos sido pocos los que hemos crecido viendo la serie ideada por Akira Toriyama, la mayoría de nosotros ya bien maduritos. Como suele pasar con todo lo que es excesivamente esperado, esta nueva entrega dejó con varias quejas y decepciones (algunas bien infundadas) y al fandom dividido. Pero lo cierto es que Toei ha sabido (por norma general) hacerse eco de estos reclamos y, con el paso de los episodios, ha ido mejorando sustancialmente algunos de estos aspectos, sobre todo en lo concerniente al apartado técnico y la animación.

Llega 2019 y con él la última entrega de la franquicia, Dragon BallSuper: Broly, a cines españoles (ya ha pasado por los americanos). Este supone el culmen de esta nueva etapa que aparentemente (todos sabíamos que sería temporal) había finalizado en marzo de 2018.

Especialmente en lo que a animación se refiere. Dargon Ball Super: Broly tiene altibajos en este apartado durante sus casi dos horas de duración, pero ésta nunca deja de ser buena (salvo cierta escena, en la que se nota bastante más el bajón). Hay combinaciones de estilos distintos, unos relucen más (esa batalla entre Broly y Vegeta) y otros menos (la citada escena, ciertos momentos CGI durante los combates Goku-Broly y el final). Pero lo que no se puede negar es que te llega a dejar boquiabierto. Hay coreografías, dinamismos y movimientos en algunos de los enfrentamientos que nunca antes habíamos visto de igual manera en toda la serie. El director de animación, Naohiro Shintani, ha conseguido en definitiva un muy buen trabajo. Lejos quedan los episodios bochornosos y con animación estática de los inicios de Dragon Ball Super.

Quiero citar asimismo el nivel de detallismo al que se llega con la animación en muchas de las escenas, especialmente en los elementos secundarios. Es decir, no solamente vemos en perfecto movimiento al personaje que se enfoca, sino también a un fondo vivo. Por ejemplo el movimiento de la cola de Freezer (que me tenía hipnotizada) o el detalle de Goku lanzándole juguetonamente nieve a Bulma al bajar de la nave (cuando el enfoque está en que los hombres de Freezer han detectado la presencia de saiyans).

En lo referente al sonido y banda sonora, compuesta por Norihito Sumitomo (con el tema principal, «Blizzard», cantado por Daichi Miura), si bien se extrañan los característicos elementos sonoros que desprendían ciertos ataques y golpes en la serie original, no hay tampoco nada que objetar, ya que en ningún momento distraen de la acción. Algunos de los temas más electrónicos puede que lleguen a chirriar en algunos oídos más acostumbrados a los temas instrumentales más propios de Dragon Ball, mientras que otros, como «Broly´s Rage and Sorrow», sí nos recuerdan esa esencia.

A nivel narrativo, pues esto es Dragon Ball. Que no vamos a pedir que se marque un Shinichiro Watanabe, vaya. Sin embargo, teniendo en cuenta que es la cinta más duradera de la franquicia y que el ritmo apenas cae en todo su recorrido, nos encontramos ante un logro. El guión lo ha escrito el propio Akira Toriyama, quien comentó que originalmente duraba más de tres horas, algo que sí se nota especialmente en el tramo inicial, el cual contiene saltos más abruptos y escenas que se intuyen han sido recortadas (¿quizás de cara a una versión extendida?).

Resumidamente (nada que no se haya visto en los tráilers), la historia comienza hace 41 años en el Planeta Vegeta, narrando la llegada al poder de Freezer, la expulsión de Broly del planeta por parte del rey Vegeta, cómo los padres de Kakarotto lo salvan enviándolo de incógnito a la Tierra y la posterior destrucción de su hogar. Mientras tanto, el padre de Broly, Paragus, sale detrás de su hijo, quedando ambos atrapados en un inhóspito planeta, jurando venganza contra los causantes de sus desdichas. De ahí saltamos al presente, que se sitúa después de lo acontecido en Dragon Ball Super. Bulma es avisada de que unos soldados de las tropas de Freezer se han llevado las bolas de dragón que estaba reuniendo, lo que les pone a ella, Goku y Vegeta en alerta y se disponen a ir a recuperarlas.

Este es el punto de partida de una historia que, sin ser en absoluto compleja, contiene los giros suficientes como para mantenernos atentos en nuestras butacas durante las mencionadas casi dos horas. No obstante, el gran logro de todo este tinglado lo hallamos en el propio Broly. Mis sospechas se confirman y Toriyama nos brinda una nueva versión (esta vez oficial) del personaje con el que simpatizamos, empatizamos y sufrimos. Deseamos que al final sobreviva y le vaya todo bien, lo que lo aleja sustancialmente de su otro-yo original (del cual yo admito no haber sido especialmente fan tampoco).

Asimismo, esta cinta nos ofrece otros hitos significativos dentro de la cosmografía de Dragon Ball, a saber: la introducción oficial más duradera de Bardock (recordamos que Toriyama solo había hecho canónica su existencia a través de una única viñeta en su manga) y de la madre de Goku, Gine, en versión anime. Hasta ahora, solo los habíamos tenido así a ambos en el capítulo especial (también hecho por Toriyama) Dragon Ball Minus, por lo que la primera parte de la película puede confirmarse como una adaptación prolongada de éste. También se confirman la existencia oficial del hermano de Vegeta, Table; y nos deja en el aire la posibilidad de supervivencia de otros saiyan (sin revelar nada más al respecto).

Otro de los puntos fuertes dentro de este apartado es el nivel de detallismo que se logra a la hora de intentar atar bien los puntos con lo establecido en el manga, como Raditz asegurando que su madre le ha contado que su hermano ha sido enviado a la Tierra (lo cual le preocupa más bien poco). Teniendo en cuenta que Toriyama ha admitido en varias ocasiones su mente despistada y olvidadiza, es algo a tener en consideración.

Mención especial al equipo de doblaje (al menos al español, que es la versión que hemos visto) dirigido por Mercedes Hoyos, con José Meco (Broly, quien se ha dejado el alma y la garganta en el personaje), Pablo Domínguez (Goku), Paco Prieto (Vegeta) y Ángel Corpa (Freezer) a la cabeza. Además, ¡han recuperado a Antonio Villar (Bardock) para volver a darle voz al personaje!

En definitiva, nos hallamos ante una película de Dragon Ball que hará las delicias de los seguidores de la franquicia y que probablemente al menos entretendrá a los que no son tan fanáticos por su buen ritmo, personajes bien llevados (las nuevas incorporaciones, Lemo y Cheelai, son fresquísimas), escenas dramáticas y ciertos momentos de humor bien intercalados. Si es la mejor o no de la serie nos parece algo tan subjetivo (¡máxime teniendo en cuenta que el resto de casi todas las cintas las vimos desde la óptica de la niñez!) que no seremos nosotros quienes lo afirmemos (o neguemos). Eso sí, merece la pena absolutamente ir a verla en pantalla grande. La animación brutal durante las batallas y algunos hitos dentro de la historia lo confirman.

En este rincón del mundo: «Incluso en la guerra cantan las cigarras y vuelan las mariposas»

En este rincón del mundo (この世界の片隅に «Kono Sekai no Katasumi ni») es una película de los estudios MAPPA y producida por Genco Inc. estrenada en noviembre de 2016 en Japón y a lo largo de 2017 en otros países como España (gracias a Selecta Visión). Aunque la reseña y análisis llegan un poco tarde, no quiero dejarla pasar por la honda impresión que ha dejado en servidora esta absoluta maravilla de la animación (japonesa y no japonesa).

Dirigida y escrita por Sunao Katabuchi (Princesa Arete), un antiguo trabajador de Studio Ghibli que tuvo sus más y sus menos con Hayao Miyazaki, basada en el manga de mismo título de Fumiyo Kôno, la cinta ha sido premiada en numerosos festivales y ha recibido aclamación por parte de la crítica. Entendemos perfectamente el porqué.

La historia nos sitúa en Hiroshima en el año 1938, siguiendo el día a día de una preadolescente bastante despistada y muy creativa llamada Suzu Urano, quien ayuda a su familia con su negocio de algas. Un día, es secuestrada por un «zashiki warashi» junto a otro muchacho, pero gracias a su ingenio ambos escapan. Saltamos a 1943, cuando un misterioso joven llega junto a su padre a la casa de los progenitores de Suzu para pedir su mano, a lo que acceden. Como la familia del futuro esposo vive en Kure (ciudad al sur de Hiroshima), Suzu se traslada hasta allí, donde poco a poco va acostumbrándose a su nueva vida y familia, con la Segunda Guerra Mundial de fondo.

«Las manos de una chica pueden trabajar para esta gran nación»

Sin dar mayores detalles del argumento, una de las numerosas virtudes de En este rincón del mundo es su protagonista: acompañamos a Suzu a través de su madurez (a veces forzada), en los momentos felices, otros de tragedia, sus debilidades y sus nuevas amistades. Al lograr empatizar con ella, entendemos perfectamente cuándo se deprime y por qué, cómo es que se va enamorando de un marido que inicialmente le vino semi-impuesto (Shusaku es simplemente amoroso a su vez), las decisiones que toma… Además, su natural encanto e imaginación sin límites nos muestran una resiliencia que, en medio de un suceso tan dramático como la guerra y lo que ésta conlleva, no es más que de agradecer. Por ello, aunque la película trate un tema tan duro (y hay momentos terribles), similar a La tumba de las luciérnagas, en (casi) ningún momento se hace tan deprimente como aquélla y acabamos con cierto regustillo de esperanza y optimismo a pesar de todo. Todo esto sin perder su mensaje claramente antibelicista y sin ocultar los traumas de un Japón profundamente herido y tocado por el desenlace del conflicto.

En este rincón del mundo es sobre todo (y aparte de antibelicista) feminista, siempre dentro de los límites del realismo. No vamos a ver a Suzu luchando contra los norteamericanos ni nada remotamente similar, es un relato costumbrista (sí, incluso teniendo en cuenta el momento «zashiki warashi» que hemos citado) de cierta región nipona durante la Segunda Guerra Mundial; pero en cuyo argumento no dejaremos de toparnos con mujeres fuertes y que, aún con su limitación a la hora de poder tomar decisiones (ah, otra de las bases del relato), unas más y otras menos, todas logran salir adelante. «Nuestra lucha es sobrevivir con lo que tenemos», le dice Suzu a Shusaku en un momento dado.

Teniendo en cuenta que Katabuchi ha dirigido, además de Princesa Arete, la adaptación al anime de Black Lagoon (dos títulos de corte feminista); y de que la mangaka tras la historia original es una mujer; la cosa se vuelve nítida: En este rincón del mundo nos ofrece a personajes femeninos que no se amedrantan, a pesar de la época y el lugar en el que les ha tocado vivir. Salen adelante, es una muestra más de esa resiliencia que comentábamos. Por supuesto, siguen siendo humanas y sufren, a veces tropiezan, se deprimen, se sienten solas… Juntas (la fortaleza de grupo, tan importante para los nipones) logran mirar hacia el frente. Al igual que suele ocurrir con los títulos de Ghibli, da gusto toparte con personajes femeninos así.

«El pasado, los caminos que no tomamos… todo es pasajero, como un sueño»

Como decíamos, el mensaje base argumental de En este rincón del mundo es la capacidad que tenemos para tomar decisiones y lo que hacemos (o no) con ellas. Shusaku tiene más libertad de acción que Suzu (pero tampoco es completamente libre, como se intuye en su pasado con Lin); su hermana Keiko, aunque mujer, también admite ante la protagonista que ella ha tenido más opciones. Sin embargo, nadie ha tenido menos posibilidades que Lin.

Nacida mujer y pobre, lo cual nos anuncia un fuerte mensaje determinista («No es tan fácil perder tu sitio en este mundo», le comenta a Suzu), Lin sirve, sobre todo en el manga (la película nos deja unos curiosos créditos finales que nos resumen su historia), de otra cara de la moneda a la protagonista. Lin podría fácilmente haber ocupado el lugar de Suzu, pero la frustración de ciertos planes lo impide. El destino nuevamente juega sus cartas.

Los japoneses tienen un importante acervo cultural en la expresión «shoganai» (しょうがない), algo así como nuestro «¡qué le vamos a hacer!», que hace referencia a no perder tiempo en lamentaciones ante acontecimientos que no vamos a poder cambiar. Lo que puede ser visto como conformismo por parte de los occidentales es en este caso una especie de filosofía y forma de supervivencia. Ver a los personajes pasando por las penurias propias de la guerra puede ser una de las máximas expresiones de «shoganai». Por supuesto, esto no borra las huellas que dejan ciertos episodios vitales.

Al final de En este rincón del mundo se respira un mensaje esperanzador, de que con nuestras decisiones y actos podemos hacer un mundo mejor; aunque sea un poquito. La suerte también puede sonreír a los que les ha tocado el peor reparto en la vida.

«Gracias por encontrarme en este rincón del mundo»

No podemos finalizar este análisis sin hacer hincapié en todo el apartado artístico de la película. La animación, aunque de trazo y dibujo simple, es simplemente maravillosa. Otro de los medios con los que logramos empatizar con Suzu es a través de sus dibujos, que no paran de impregnar el metraje, siempre con estilos diferentes según sea su estado anímico o los sucesos que representan. Si encima eres de a los que también les apasiona pintar, el mensaje calará aún más hondo.

Los planos de Hiroshima y Kure en la época, con sus calles, los detalles occidentales que ya se habían introducido en la sociedad japonesa, la Cúpula Genbaku (antes y después de la bomba atómica), los acorazados… la cinta se preocupa en detallarnos cómo era Japón en aquellos años y lo logra sobradamente.

Por ponerle un «pero», se nota que la película ha pasado por varios recortes, siendo la más perjudicada Lin. Esto es algo que al parecer ha lamentado el propio Katabuchi, pero teniendo en cuenta que la duración final es de más de 2 horas y media, tampoco podemos pedir mucho más.

En definitiva, En este rincón del mundo no es solo una cinta para ver y disfrutar de una historia costumbrista sobre la vida de una joven y su nueva familia en la región de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial; también es un producto que nos hace reflexionar sobre nuestra capacidad de decisión y cómo esto influye en nuestra vida y la de los demás, e incluso si nuestros antepasados (sobre todo ellas) no pasaron acaso por algo similar. Todo ello aderezado con una animación sobresaliente y una banda sonora (compuesta por la artista Kotringo) que no hace más que sumarle melancolía y ciertas dosis de optimismo. Imprescindible.

Lo mejor de 2018, el año del anime

Ya ha finalizado 2018 y, de hecho, llevamos casi tres días de 2019. Como llevamos haciendo desde 2016, hemos enumerado lo que ha sido para nosotros mejor del año dentro del sector de fantasía y ciencia-ficción en el cine, manga, anime, series y videojuegos. Sinceramente, hemos tardado un poco más porque siento que este 2018 no ha sido especialmente bueno (en vistas de un 2019 repletísimo de estrenos); aunque eso no significa que haya carecido de estrenos que nos han llegado en mayor o menor medida al «kokoro». Empezamos.

5- Vengadores: Infinity War

Estrenada el pasado 27 de abril, la que se anunciaba como primera mitad del épico desenlace del grupo de superhéroes provenientes de Marvel no defraudó. Con más de 2.000 millones de dólares recaudados y gran aceptación por parte de la crítica (84% en Rotten Tomatoes por parte de la prensa y 91% del público), la cinta se coronó como la mayor agrupación de personajes emblemáticos de la saga, desde Tony Stark (Robert Downey Jr.) hasta Capitán América (Chris Evans), pasando por Spider-Man (Tom Holland), Thor (Chris Hemsworth), Pantera Negra (Chadwick Boseman) o los guardianes de la galaxia, solo por nombrar a unos pocos, sabiendo equilibrar los hermanos Russo el tiempo y la trama para que todos ellos brillen.

Pero es que además Infinity War nos trajo un elemento al que la dupla Marvel-Disney nos tiene poco acostumbrados: un villano carismático y amenazante en la forma de Thanos (Josh Brolin). Si a todo ello le sumamos un ritmo trepidante (casi 3 horas que se pasan en un suspiro) y un final que te deja con los pelos como escarpias, no sale un producto (casi) redondo. Infinity War es simple y llanamente una muy buena película de los géneros fantástico y ciencia-ficción.

Vengadores: Infinity War, Marvel Studios y Disney

Puedes leer aquí nuestra crítica de Vengadores: Infinity War sin spoilers.

4- Octopath Traveler

El videojuego desarrollado por Square Enix y Acquire (mismo equipo que hay detrás de la saga Bravely Default) para Nintendo Switch se nos ha presentado como mejor JRPG («Japanese Role-Playing Game») del año, siendo conscientes de que probablemente este puesto iría para Dragon Quest XI si hubiésemos tenido ocasión de disfrutarlo con más tiempo.

Octopath Traveler nos lleva de vuelta a la esencia de los JRPG de las décadas de 1980 y 1990 con mucha maestría y buen gusto, un apartado artístico precioso, una banda sonora muy emotiva compuesta por Yasunori Nishiki, unos personajes en apariencia atractivos y un sistema de combate ultra adictivo. Lamentablemente, peca de no llegar a profundizar más en una historia que ofrece bastantes más posibilidades que las que acaban explotando (y algún desenlace bastante forzado).

Puedes leer aquí nuestra crítica de Octopath Traveler sin spoilers.

Octopath Traveler, Square Enix y Acquire

3- Bumblebee

Quizás porque la tenemos bastante reciente en el recuerdo, lo cierto es que la última cinta del universo cinematográfico de Transformers nos ha encantado. Desde la banda sonora repleta de temazos de los 80 hasta la emotiva relación que establecen Bumblebee y Charlie (Hailee Steinfeld) y que tan bien saben explotar el guión de Christina Hodson y la dirección de Travis Knight, o la sensación de querer volver a vivir en esos años tras salir del cine, o la del mimo con el que se aproximan a la serie animada de 1984-1987.

Lo cierto es que Bumblebee deja con una buenísima sensación después de haberla visto, más aún teniendo en cuenta que proviene de una saga tan desgastada como la de Transformers.

Puedes leer aquí nuestra crítica sin spoilers de Bumblebee.

Bumblebee, Paramount

2- Violet Evergarden

Ha tenido que venir Netflix a salvar este año con dos estrenos de anime que rebosan calidad por todos sus costados. El primero del que hablamos es Violet Evergarden, desarrollada por el estudio Kyoto Animation (sinónimo de calidad al menos en la animación) y basada en las novelas de Kana Akatsuki.

No solo nos hemos encontrado con una animación HERMOSA (en serio, de lo mejor que hemos podido ver en este aspecto en una serie televisiva), sino también con una historia conmovedora y una protagonista con la que empatizamos desde el primer momento, además de una variedad bastante rica de personajes secundarios. El final del primer episodio ya te deja en un mar de lágrimas. 

Por eso mismo, quizás haya gente a la que le pueda parecer que Violet Evergarden es «pornografía emocional» (en ese sentido, no sería un título recomendado); pero desde luego a nosotros nos ha dejado huella y además te hace pensar sobre la importancia de las palabras escritas, los sentimientos y nuestra capacidad (o no) para entenderlos y comunicarlos.

Puedes leer aquí nuestra crítica sin spoilers de Violet Evergarden.

1- Devilman Crybaby

Netflix también se ha hecho cargo de esta última adaptación al anime que conmemora el aniversario de la emblemática Devilman (Gô Nagai). Solo leer el nombre de Masaaki Yuasa en la dirección ya te lleva a pensar en un título de calidad (o cuanto menos «único»).

Efectivamente, Devilman Crybaby nos ofrece su mayor virtud y pecado en lo extraña que es, siempre siguiendo la trama central de la obra original. Nosotros hemos ido pasando de la perplejidad al espanto y de ahí a maravillarnos en cuestión de segundos y durante varias ocasiones en sus 10 episodios. Pasados sus dos primeros capítulos repletos de sexo y violencia bastante explícitos, lo cierto es que Devilman Crybaby guarda un mensaje bastante complejo y universal sobre la verdadera naturaleza del ser humano como ser racional e irracional y la religión. Akira, Ryô y las dos «Mikis» son perfectos ejemplos de ello.

La animación no podía ser menos y también es «rara» (muy del estilo de Yuasa), pero no por ello carente de genialidad.

Puedes leer aquí nuestra crítica sin spoilers de Devilman Crybaby.

Menciones de honor

Somos conscientes y hemos estado a punto de poner en alguno de los puestos videojuegos que aún estamos gozando como Red Dead Redemption 2 (PlayStation 4) o Pokémon Let´s Go: Pikachu/Eevee (Nintendo Switch). También estamos pendientes de Dragon Ball Super: Broly, que sí se ha estrenado este año en cines de Japón, pero aún no en estos lares (en enero en América Latina y el 1 de febrero en España), y que a todas luces está maravillando a los seguidores de la franquicia creada por Akira Toriyama.

Este ha sido también el año en el que hemos descubierto JOYAS como Made in Abyss, Bungô Stray Dogs o The Legend of Zelda: Breath of the Wild (éste último uno de los mejores videojuegos que hemos podido disfrutar en los últimos años). Pero ninguno de ellos es de 2018.

Cinco títulos que tratan el especial vínculo entre un chico (o chica) y un robot (o alienígena)

Bumblebee (Travis Knight) se estrenará en cines de España el próximo 28 de diciembre y lleva hasta la fecha acumuladas una apabullante mayoría de críticas positivas (94% a día de hoy en Rotten Tomatoes, con un 7,1 de media y un 4 sobre 5 entre el público), lo que la convierte en la cinta del universo Transformers con mejor recibimiento hasta la fecha (algo que tampoco es que sea muy complicado, siendo sinceros).

Las críticas suelen estar de acuerdo en que el gran punto fuerte de la cinta es el vínculo que se establece entre el «autobot» protagonista, Bumblebee, y la joven Charlie (Hailee Steinfeld), algo que hemos visto ya en un buen puñado de títulos de diversa índole, lo que no deja de demostrar que un buen relato sobre amistades y lazos especiales inesperados siempre será bien recibido y generará cierta fascinación por parte del gran público.

Hagamos un repaso de los cinco títulos que ya han tratado este tema y que se encuentran entre nuestros favoritos (sin especial orden de preferencia), teniendo en cuenta que uno de los protagonistas sea un robot o alien (o ambas), como el caso de Bumblebee.

. El gigante de hierro (Brad Bird, 1999)

Este título dirigido por Brad Bird antes de unirse a Pixar supone hoy en día una cinta de culto para los amantes del cine de animación. Basado en la novela El hombre de hierro de Ted Hughes (1968), la historia cuenta cómo el preadolescente Hogarth Hughes se topa accidentalmente con un extraño ser gigantesco y con apariencia de robot en medio del bosque. Ambos van haciéndose cada vez más amigos mientras el Gobierno de los Estados Unidos (que ha detectado la entrada de un objeto no identificado en la atmósfera terrestre) se dedica a seguir sus pasos, ya que el gigante resulta ser un ser venido del espacio.

La película supuso un fracaso en taquilla pero todo un éxito de crítica, especialmente a posteriori, por lo alejado que se mantiene Bird de los tópicos Disney de aquel entonces y por la multitud de referencias a la Guerra Fría y a la literatura y cine de ciencia-ficción más clásicos, sobresaliendo el vínculo que se crea entre Hogarth y el robot.

. E.T., el extratesrrestre (Steven Spielberg, 1982)

Qué podemos decir de E.T. que no se haya escrito ya en multitud de ocasiones. Una de las cintas más comerciales de Spielberg, absoluto éxito de taquilla y también de crítica que, además, no ha envejecido nada mal. Para los que hayan vivido en una cueva. E.T. cuenta la historia de Elliott (Henry Thomas), un niño que vive con su madre, su hermano mayor y su hermanita en una casa típica de la clase media en Estados Unidos y que un día se topa (también accidentalmente, claro) con un alienígena al salir a buscar pizza fuera de su casa. Al principio aterrado, el muchacho se va dando cuenta de que el ser es inofensivo y además posee inteligencia (más avanzada que la humana, de hecho), por lo que decide esconderlo en su cuarto hasta averiguar cómo demonios poder devolverlo a su planeta (ya que se ha perdido). E.T. establece un vínculo de amistad y psíquico con Elliott, lo que le sirve para ir descubriendo más sobre su entorno y que supone asimismo que ambos sientan lo mismo bajo ciertas circunstancias.

Este título de Spielberg nos ha dejado escenas para el recuerdo y que se han establecido en la cultura popular, como la de las bicis volando con la luna de fondo o la popularísima frase «teléfono, mi casa», por no hablar de la banda sonora de John Williams. Un clásico indiscutible.

. Terminator 2: El juicio final (James Cameron, 1991)

De un clásico saltamos a otro, esta vez uno mucho más adulto y con temática y escenas más crudas. Cameron ya se dio sobradamente a conocer (al igual que Arnold Schwarzenegger) con la primera Terminator (1985), creando una segunda parte que se sitúa unos cuantos años atrás de aquélla, con un John Connor adolescente (Edward Furlong) y una Sarah Connor (Linda Hamilton) entre rejas. El muchacho es ahora perseguido por el T-1000 (Robert Patrick), un modelo enviado del futuro mucho más avanzado y letal. Para contrarrestarlo, la resistencia envía a un modelo T-800 para protegerlo, estableciéndose, cómo no, un estrecho vínculo entre el joven y la máquina.

A medio camino entre la ciencia-ficción, la acción y el terror, esta segunda parte logra incluso superar a su antecesora y nos regalo auténticos momentazos. Mención especial se merecen los efectos especiales (que han envejecido estupendamente) la banda sonora de Brad Fiedel.

. Dragon Ball (Akira Toriyama, 1984)

Tampoco podemos escribir mucho sobre la obra magna de Toriyama (y una de las más importantes dentro del género shônen en el manga y anime) que no se haya escrito ya. Planteada como una adaptación bastante libre del relato clásico chino Viaje al Oeste (luego reconvertido más en un Superman a la japonesa), la historia parte de una adolescente llamada Bulma que se topa accidentalmente (cómo no) con un extraño muchacho que responde al nombre de Son Goku (de Sun Wukong, el Rey Mono), criado en el bosque y que ha carecido de contacto social alguno, con la excepción de su fallecido abuelo. Bulma se da cuenta rápidamente de la increíble fuerza del chico y, a pesar de sus rarezas, lo convence para acompañarla a buscar las bolas de dragón, que reunidas invocan al dragón Shenron, capaz de conceder cualquier deseo. De más está decir que Goku y Bulma acaban estableciendo una amistad de lo más entrañable (y duradera) y que él acabará protegiendo a la Tierra de numerosos peligros, aún cuando descubre su verdadera identidad como «saiyan», un ser de otro planeta.

Dragon Ball continúa hoy en día siendo uno de los títulos más populares dentro de todo el mundo del manga y anime, con más de 30 años a sus espaldas y aún produciendo series (Dragon Ball Super) y películas (Dragon Ball Super: Broly, que se estrenará el próximo 1 de febrero en España).

. Chobits (Clamp, 2002)

El grupo de mangakas conocido como Clamp se dio a conocer especialmente a finales de los 90 con sus obras X-1999 y Cardcaptor Sakura. Más tarde llegarían Tsubasa Reservoir Chronicles y su participación en el diseño de personajes de Code Geass. Entre medias, se atrevieron con títulos de diversa índole como Chobits, que mezcla el clásico «slice of life» con elementos de la ciencia-ficción. En ella, un joven llamado Hideki Motosuwa se muda a Tokio, donde numerosos habitantes cuentan con «persocons», robots con apariencia humana y orejas como de gato (por donde establecen la conexión a la base de datos) que sirven de ordenadores y también como compañía. Un día, Hideki se encuentra con una de estas «persocon», con apariencia de chica, tirada en la basura y tapada con vendas. Se la lleva a su casa, donde consigue arreglarla, pero la muchacha solo puede comunicarse diciendo «chii», por eso la bautiza con ese nombre. Poco a poco, Chii e Hideki irán estableciendo una relación que va más allá de la clásica entre humanos y máquinas y que lleva a pensar hasta qué punto los robots son incapaces de desarrollar sentimientos.

A pesar de que el manga y anime tienen su propio género protagonizado por robots («mechas»), normalmente pilotados por jóvenes, lo cierto es que Chobits explora un terreno algo más íntimo y que no se centra en las clásicas batallas entre máquinas y «kaijus» (monstruos gigantes), narrando otro tipo de relación establecido entre robots y humanos.

Por supuesto, nos dejamos muchos títulos en el tintero, incluyendo varios que versan sobre amistades o vínculos inesperados que no son necesariamente con robots y/o alienígenas, como El viaje de Arlo, Cómo entrenar a tu dragón, The Last Guardian, entre muchos otros. ¿Vosotros con cuáles os quedáis?

Toei y Toriyama han logrado algo fascinante con Dragon Ball Super: Broly (SPOILERS)

Dragon Ball Super: Broly tuvo su premiere el pasado 14 de noviembre en Japón, donde, incidentes aparte (como la prohibición de acceso al cine a más de 200 asistentes por un terrible fallo en la organización), recibió generalmente críticas positivas de los afortunados que pudieron verla. Del mismo modo, ayer 14 de diciembre fue su estreno oficial en el país nipón, recibiendo hasta ahora la misma buena acogida (lleva un 9,9 de nota en IMDB). Entre lo más aclamado, su trepidante acción y su ritmo imparable lleno de batallas, su estilo retro y cuidada animación. A grandes rasgos, también se valoraron positivamente a los personajes de Goku, Vegeta y al propio Broly (frente a un Freezer o Frieza más perjudicado).

Vengo aquí justamente a hablar del saiyan legendario (Goku aparte). Sí, aún no se ha estrenado la cinta en cines por estos lares (en enero en América Latina y el 1 de febrero en España), pero, a juzgar por los resúmenes hechos por algún que otro asistente, me tomo el atrevimiento de escribir sobre algo que lleva rondándome la cabeza desde hace días y que me tiene fascinada. Primero traduciré la sinopsis realizada por el fan de la película y luego analizaré el nuevo papel de Broly. Aviso por lo tanto de que habrá SPOILERS y que va a ser LARGO.

Sinopsis de Dragon Ball Super: Broly

Empecemos por el resumen, cortesía de usuarios como MShadows, donde se nos cuenta que, hace 41 años, el rey Cold llega al planeta Vegeta para anunciar su retiro y sucesión por parte de su hijo Freezer. El rey Vegeta, que se encontraba presente, acude tras esto a las incubadoras con los bebés saiyan, destacando que el potencial de su hijo es propio del de un genio. Sin embargo, otro infante, Broly, contiene tal poder que los «scouter» que intentan medirlo estallan. El monarca, temeroso de que Broly suponga una amenaza para su vástago e incluso para el universo entero, decide mandarlo a un inhóspito planeta llamado Vampa. El padre de la criatura y mano derecha de Vegeta, Paragus, intenta detenerlo, en vano, por lo que jura venganza y sale tras Broly acompañado por otro saiyan. Ambos llegan días más tarde al planeta, topándose con que el niño ya se ha convertido en ohzaru y ha arrasado con parte de la fauna que allí habita (consistente en parte en una especie de arañas-cangrejo y en una especie de gatos sin patas). No obstante, el aterrizaje ha sido tan accidentado y el planeta es tan inhóspito que se encuentran con que no pueden salir de él. Paragus asesina al saiyan que lo acompaña para tener más reservas de comida y activa una señal de auxilio.

Cinco años más tarde, Bardock regresa al planeta Vegeta tras finalizar una misión. Aquí sucedería todo el arco argumental narrado en Dragon Ball Minus, con el padre de Goku teniendo un mal presentimiento respecto a los planes de Freezer de solicitar la repentina vuelta de todos los saiyans y mandando él y Gine a Kakarotto a salvo al lejano planeta Tierra. Efectivamente, el tirano galáctico, temeroso de que las leyendas sobre el super saiyan y el super saiyan dios se hagan realidad, decide arrasar con toda la población, intentando Bardock en vano detenerlo. Entre los pocos supervivientes, el niño Vegeta, Raditz y Nappa quedan bajo las órdenes y supervisión directas del propio Freezer.

Nos situamos en el presente con Goku y Vegeta (en su atuendo de la saga de Boo) combatiendo en una isla desierta, siendo acompañados por Bulma (con bebé Bra), Whis y Beerus. Whis les pregunta a Goku y Vegeta por qué aspiran a hacerse más fuertes, a lo que el primero responde que por los poderosos combatientes hallados en el Torneo de Poder; mientras que el segundo teme que Freezer, ahora con vida, se vuelva más fuerte y contraataque de nuevo. Justo en ese momento llama Trunks a Bulma, avisando de que alguien (un par de súbditos de Freezer) ha robado las seis bolas de dragón que ella tenía recopiladas. En teoría, habrían ido a buscar la que falta en el «continente ártico». Beerus sostiene que no está interesado en el tema, por lo que Bulma le deja a Bra y se va con los demás a impedir que encuentren la séptima esfera.

En el espacio, nos encontramos con Cheelai (o Chirai, o Chelye) y Lemo, otros dos súbditos de Freezer, que van buscando a nuevos miembros para sus filas. En ese momento detectan la señal de socorro de Paragus y deciden aterrizar en Vampa, donde se topan con un envejecido Paragus que corre hacia ellos. Los dos miden el poder del anciano y el «scouter» suma 4.200 unidades, lo que los deja bastante sorprendidos. Una de las arañas-cangrejo los ataca en ese instante, por lo que Paragus llama a Broly, quien la fulmina de un ataque. Impresionados, Cheelai y Lemo intentan escanear el poder de Broly. En estado de shock, ambos llevan a Paragus y a Broly a la nave de Freezer. Al reunirse con el tirano, Paragus se muestra respetuoso y precavido, pero a su hijo parece importarle todo más bien poco. Freezer convence al anciano saiyan para que se unan al informarle de que el príncipe Vegeta sigue vivito y coleando en la Tierra. A continuación hay una escena en la ducha con Broly, quien adquiere un nuevo uniforme. Cheelai lo invita a unirse a comer con ella y Lemo, donde comienzan a socializar, pero son interrumpidos por uno de los soldados de Freezer, que borracho empieza a acosar primero a la muchacha y luego a Lemo. Molesto, Broly lo golpea y probablemente lo hubiera matado de no ser porque Paragus activa el collar que lleva puesto su hijo, que empieza a generar descargas eléctricas sobre él, deteniendo así su ataque y sometiéndolo. Enfurecida, Cheelai le espeta a Paragus que cómo puede tratar así a su vástago. En ese momento, Freezer solicita hablar con el viejo saiyan, aprovechando la joven la distracción para robarle el control del collar y romperlo ante el asombro de Lemo y del propio Broly. Posteriormente, los tres siguen socializando en las habitaciones, con el saiyan contándoles un triste episodio de su infancia y que explica por qué lleva todo el tiempo una especie de pelaje atado a su cintura.

De vuelta a la Tierra, Bulma explica que estaba reuniendo nuevamente las bolas de dragón para pedir ser 5 años más joven (frente a Freezer, que ansía ser 5 cm. más alto). En ese momento, los súbditos de Freezer encuentran la última esfera y llaman a su jefe, quien aterriza en el planeta junto a Paragus y Broly. Goku y Vegeta acuden a confrontarlo y exigir que devuelva las bolas de dragón, pero el tirano pretende distraerlos con Broly, quien a la orden de su padre se lanza contra Vegeta. El príncipe primero se defiende en su forma base, pero para su estupor Broly parece ir aprendiendo y fortaleciéndose a medida que combate, haciendo que Vegeta se transforme en super saiyan primero y en super saiyan dios después. Esto causa la sorpresa de Broly, claramente en desventaja, y la creencia por parte de Paragus de que todo está perdido. Sin embargo, su hijo reacciona y aparece en una versión que llaman «ikari», la cual es descrita como un aprovechamiento del poder del ohzaru pero manteniendo la forma humanoide, algo que es muy difícil de controlar.

En ese momento entra Goku, quien pide pelear contra Broly. El protagonista empieza a medir el poder de su rival en su forma base y luego en super saiyan, las cuales no aguantan mucho frente a un Broly cada vez más enfurecido. Entonces decide convertirse en super saiyan dios y paralizar al adversario. Mientras lo hace, Goku intenta tranquilizarlo comentando que él no cree que sea un mal tipo, sino que su poder está siendo utilizado por las personas equivocadas. Broly cada vez se frustra más y logra liberarse, dándole una paliza a su rival, a la vez que Freezer ordena a sus súbditos que aprovechen el alboroto para llevarse las bolas de dragón. Piccolo contacta telepáticamente con Goku y le pide que aguante, a lo que el saiyn responde convirtiéndose en super saiyan blue, aguantando así frente a Broly.

Freezer empieza a impacientarse y le pregunta a Paragus si ese es realmente el límite del poder de su hijo. Al recordar la forma en la que Goku se transformó por vez primera en super saiyan, el tirano mata al anciano y llama la atención de Broly, haciéndole creer que sus ataques descontrolados son los que lo han asesinado. El muchacho entonces pierde la cordura y se convierte en super saiyan. En dicho estado, empieza a llevar la voz cantante sobre Goku Y Vegeta, ambos en super saiyan blue. Viéndose sin salida, Goku engancha a Vegeta y lo teletransporta a donde se encuentra Piccolo. Al huir sus rivales, Broly enfoca su atención sobre Freezer, cargando contra él.

Goku ve que la única solución frente a Broly es fusionarse con Vegeta. Al no contar con los potara, logra convencer al príncipe para que Piccolo le enseñe el famoso bailecito. Las dos primeras veces fallan y surgen Veku (el «Gogeta gordo» de la película Fusión) y Veku anoréxico. A la tercera va la vencida y ya sí, aparece Gogeta. Mientras tanto, Freezer, en su forma golden, continúa siendo humillado por Broly y es rescatado «in extremis» por la fusión (mientras Whis aprovecha para distraerlo y frustrarlo un poquito más). Al principio, Broly no puede contra su nuevo adversario y acaba transformándose en super saiyan legendario, lo que obliga a Gogeta a su vez a cargar en super saiyan y luego en super saiyan blue. Ambos contrincantes son tan poderosos que a la par que combaten se van transportando a otras dimensiones. Aún así, Gogeta lleva la voz cantante y Cheelai y Lemo, previendo el desenlace, deciden robar las bolas de dragón e invocar a Shenron. Cheelai le pide entonces que rescate a Broly, por lo que el dragón lo transporta repentinamente de vuelta a Vampa antes de que Gogeta pueda darle el golpe de gracia. Cheelai y Lemo toman entonces una nave de Freezer para acudir al mismo planeta. El tirano, dándose cuenta de que su objetivo ha sido frustrado, intenta eliminarlos, pero Gogeta lo detiene. Entonces todos huyen y el villano jura que volverá.

Tres días más tarde, un todavía herido Broly caza en Vampa comida para Cheelai y Lemo, quienes no parecen muy convencidos con su sabor. Goku aparece repentinamente por teletransportación, ante lo que Cheelai se pone a la defensiva. Sin embargo, el protagonista avisa que les ha llevado alimento, una cápsula hoi-poi con una casa de parte de Bulma y dos habichuelas «senzu». Dice que está sorprendido con el poder de Broly y cree que podría llegar a ser incluso más fuerte que Beerus, por lo que le gustaría seguir peleando contra él de vez en cuando. Broly asiente y sonríe. Cheelai entonces le pregunta su nombre, a lo que responde que se llama Goku, pero algunos también lo llaman Kakarotto. FIN.

Ilustración oficial de Toyotaro

Broly y la suma de los mitos del héroe

Dragon Ball Super: Broly parece presentarnos así a los tres saiyans, Kakarotto, Vegeta y Broly, en semejanza y contraposición.

Vegeta y Broly son similares en que ambos nacen dentro de la élite, al contrario que Goku. Es se hecho este aspecto el que supone principal motivo para la caída en desgracia de Broly y Paragus, ya que ambos pueden suponer una verdadera y temible amenaza para el rey Vegeta y su hijo en un futuro, por su poder y cercanía. Goku, en cambio, es un simple guerrero de clase baja que pasa desapercibido para todos, algo que aprovechan Bardock y Gine para salvarlo.

No obstante, las similitudes entre Kakarotto y Broly son más numerosas: ambos van a parar a planetas apartados (Vegeta en cambio queda bajo la tirana supervisión de Freezer) y son criados por una única figura masculina (Paragus y Gohan), hasta que se topan accidentalmente con la femenina (Bulma y Cheelai), puerta a socialización y un nuevo mundo. Broly y Goku además son percibidos en distintos momentos de la serie como el saiyan legendario, jugando con este concepto en ambos casos de distinta forma: Goku como el «don nadie» que mediante talento y esfuerzo permanente siempre se autosupera; Broly como contenedor de fuerza y poder brutos, los cuales se desatan a medida que pierde autocontrol.

De este modo, Broly es también el doctor Jekyll y Mr. Hyde, un alter ego que, al contrario que Goku y Vegeta, no acude a priori a la lucha por mero disfrute, sino por obligación u órdenes de otros (en esto se acerca más a Gohan hijo).

En otra cosa que se asemejan y se diferencian Broly y Goku es en el mito del héroe escondido y su ejecución. A Kakarotto no es que lo escondan exactamente, sino que les parece tan poca cosa que ni se fijan en él. Crece, en fin, aparentemente apartado (Raditz sabe en todo momento dónde se encuentra) en la Tierra. Con Broly pasa algo similar, lo mandan a Vampa, donde esperan que muera, y no se vuelve a saber nada más de él hasta que ya es un adulto, reapareciendo de una forma mucho más aparatosa que Goku. Aquí Broly engloba más las historias de Moisés y de Heracles, mientras que Goku es el clásico Superman (y por supuesto el Rey Mono).

Finalmente, a los primeros espectadores de Dragon Ball Super: Broly no se les ha pasado por alto la semejanza entre el saiyan legendario y Tarzán. Al haber tenido una casi nula socialización y haber permanecido prácticamente aislado en Vampa, el Broly de Toriyama se nos muestra como un adulto que desconoce hasta las cosas más básicas como el agua y que habla poco con los demás. Cheelai hace claramente las veces de Jane (¿y Lemo del padre de la susodicha?), al mostrarla como genuinamente interesada y hasta admirada de Broly y cariñosa, paciente y cercana con él (parece que bastante más que lo que era Bulma con Goku). De hecho, varios han subrayado que las interacciones entre Broly, Cheelai y Lemo son de lo mejorcito de la película y, por supuesto, sientan la base para la humanización del saiyan.

Al igual que Tarzán, a Broly también lo sacan del mundo en que creció y el único que conoce y lo llevan «a la civilización», algo que realmente no le es saludable (muchos intentan utilizarlo para sus propios fines). A la postre, Cheelai/Jane decide que lo mejor para mantener a salvo a su nuevo amigo es devolverlo al lugar en el que se crió, donde permanecerán.

Curiosamente, Tarzán es conocido por ser «el rey de los monos» en Occidente y todos sabemos que Son Goku (Sun Wu-Kong en versión china) es el famoso Rey Mono del viejo relato chino Viaje al Oeste.

¿Y ahora qué?

Dragon Ball Super: Broly nos deja abiertas multitud de posibilidades en relación a la continuidad de la serie, ya sea en formato anime, películas, manga, OVAs, etc. Básicamente, en esta ocasión asentando que Broly es un buen tipo y dejándolo con vida, lo que ofrece perfectas oportunidades de su regreso en el bando de nuestros héroes.

Incluso la idea de un título aparte protagonizado por este nuevo Broly (hecho asimismo oficial por Toriyama), que además está acompañado de Cheelai y Lemo (dos alienígenas con vínculos con Freezer), siguiendo la estela de acción y batallas de Dragon Ball Z, pero con la posibilidad de volver al lado más aventurero del primer Dragon Ball, está ahí y puede que sea cuestión de tiempo, dependiendo de la acogida que tenga el personaje entre el gran público (por ahora parece que será bastante favorable, a juzgar por las primeras reacciones).

Yendo un poco más allá, existe la posibilidad de que Broly también tenga descendencia (Cheelai está ahí y parecen tener buen «feeling»), lo que no dejaría de aumentar la plantilla de personajes, híbridos saiyans y aún más opciones de cara a futuras sagas.

Sea como sea, en lo personal siento que deberé agradecerle a Toei, Akira Toriyama, Tatsuya Nagamine y Naohiro Shintani la inclusión de este nuevo Broly, a mi parecer bastante más complejo (dentro de lo «complejo» que puede llegar a ser Dragon Ball) y agradable que su versión de los 90 (el cual admito no me hacía mucho tilín). El hecho de que además hayan sentado las bases para jugosas posibilidades que alarguen más la vida (de forma positiva, en este caso) de Dragon Ball son asimismo excelentes noticias.

Ilustración oficial de Yuya Takahashi

Violet Evergarden, la belleza hecha anime

Violet Evergarden (ヴァイオレット・エヴァーガーデン) es un título de anime hecho para Netflix por el estudio Kyoto Animation (Koe No Katachi, Kyoukai No Kanata) y dirigido por Taichi Ishidate, lo cual nos da ya una idea de la calidad que tiene su animación. Aún así, llegan a superarse y alcanzan aquí unas cuotas de belleza en dibujos difícilmente vistas con anterioridad (máxime si tenemos en cuenta que se trata de una serie de 13 episodios y un especial y no una película).

Basada en una serie de novelas escritas por Kana Akatsuki e ilustradas por Akiko Takase, la historia se centra en un mundo ficticio (inspirado claramente en la Europa de primera mitad del siglo XX) donde la protagonista, una joven llamada Violet, decide hacerse «doll» (persona que escribe cartas expresando las emociones y mensajes de los remitentes, entre otras tareas de similar índole) con la intención de descubrir el significado de la expresión «te quiero» y buscar su reinserción en una sociedad recién salida de una cruenta guerra.

El principal problema con el que se topa Violet es que ella misma es incapaz (en principio) de expresar emociones, ya que no las entiende (desde su nacimiento había sido criada para ser una niña-soldado, sin más); pero con muchísimo empeño de su parte y con apoyo de la gente que se va cruzando en el camino poco a poco irá adquiriendo conocimientos sobre las emociones humanas y nuestra peculiar manera de transmitirlas.

Al tratarse por lo general de capítulos autoconclusivos, el espectador irá acompañando a Violet en su camino, conociendo nuevos lugares y curiosos personajes de distintas procedencias, clases sociales y con sus diversos problemas (especial mención al episodio que gira en torno al padre que perdió a su hija). Aunque esto pueda resultar en ciertos altibajos de calidad, lo cierto es que ésta difícilmente decae y se mantiene siempre en torno al notable con picos de sobresaliente.

No nos referimos solo a la animación (magistral se mire por donde se mire), ya que Violet Evergarden es una pura delicia para los sentidos, con dibujos bonitos, diseños de personajes atractivos (hechos por la propia Akiko Takase), coloridos y realistas paisajes (muy europeos) y colores absolutamente preciosos; acompañada de una banda sonora (compuesta por el californiano Evan Call) repleta de sentimiento y con un opening y ending («Sincerely» de TRUE y «Michishirube» por Minori Chihara, respectivamente) que ya transmiten melancolía. Es también la historia, bastante cuidada; aunque no está hecha para todo el mundo.

Con esto último hacemos referencia especialmente a la gente que acuda a un título de anime buscando acción o belicismo puro y duro. Violet Evergarden es mucho más intimista, habla de las emociones, de cómo las expresamos, es incluso antibelicista al reflejar a una sociedad herida por un conflicto que se cree superado… en este sentido, puede llegar a ser considerada hasta ñoña (servidora por ejemplo ya lloraba con el primer capítulo).

Por otro lado, si se hurga un poco más en el fondo podemos encontrarnos con más significado del que puede aparentar con su precioso envoltorio. Podemos hallar así cuestiones como qué son las emociones, qué nos hace humanos, el sinsentido de las guerras y sus heridas invisibles o la facilidad (o no) con la que podemos llegar a establecer vínculos (o romperlos).

La otra gran virtud de este título es su elenco de personajes, ya que se trata básicamente de eso, una serie de personajes. Desde la propia Violet, una protagonista femenina autosuficiente desde que tiene uso de razón… menos en la parte emocional, donde se asemeja más a un infante (dando un curioso giro de tuerca al prototito de personaje femenino dependiente a nivel físico pero excesivamente sentimental); hasta Gilbert (el misterioso superior y maestro de Violet y una figura clave en su vida y en el argumento), pasando por Hodgins, Cattleya o Luculia, por lo general todos los personajes se hacen simpáticos y son significativos de una u otra forma en el crecimiento de la protagonista.

En definitiva, podemos decir que Violet Evergarden es hasta la fecha el mejor anime que ha estrenado Netflix (con permiso de Devilman Crybaby) y sin duda uno de los estrenos más interesantes de 2018. Eso sí, si estás esperando encontrarte con una serie bélica y repleta de batallas te llevarás una decepción, ya que su naturaleza es bastante más intimista, sentimental, pausada y profunda. Si crees que títulos como Clannad o Anohana son pornografía emocional, huye. Ahora, si quieres pasar un rato emotivo y deleitando la vista y el oído, no lo pienses más y vela. Nosotros estamos ya ansiando ver la película-secuela que estrenará en invierno 2020 y que se prevé cierre la historia narrada en las novelas.

Atsushi Nishigori, director de Darling in the Franxx: «No me arrepiento del final de la serie»

Darling in the Franxx fue uno de los títulos que mayor sensación han causado durante la pasada temporada. Selecta Visión acaba de confirmar en Japan Weekend Madrid lo que era un secreto a voces: que ha comprado la licencia y la traerá a España en los próximos meses, completando la noticia con la invitación del director de la serie, Atsushi Nishogori, al evento celebrado en la capital este fin de semana.

Nishigori no solo ha trabajado en Darling in the Franxx, sino que ha sido asimismo guionista, diseñador de personajes o animador de, entre otros, títulos como Tengen Toppa Gurren Lagann, Evangelion, Panty & Stocking con Gaterbert o The Idolm@ster.

A lo largo de su paso por el evento, el realizador nipón ha firmado láminas con una ilustración exclusiva dibujada por él mismo, ha llevado a cabo una «master-class» que ha culminado con el diseño de una creación «Matador-chan», y ha concedido entrevistas a los medios, estando en una de ellas presentes servidores y los compañeros de Tallon4.

«Matador-chan», creada por Atsushi Nishigori para Japan Weekend Madrid 2018. Foto de Fantasy Cloud.

El final de Darling in the Franxx y su polémico capítulo 14 fue de lo más comentado, de los que Nishigori ha asegurado que «no se arrepiente de nada»; aunque, en retrospectiva, como la reacción emocional hacia el episodio 13 fue muy grande, «quedando todo el mundo muy satisfecho»; le hace pensar que «quizás tendría que haberlo planificado más, haber ralentizado más» los acontecimientos sucesivos.

Así, el equipo previó la reacción emocional de los espectadores respecto al capítulo 14, pero no la magnitud. Nishigori ha comentado que no le gustaron las reacciones violentas, como las amenazas de muerte. Por otro lado, hubiera querido que la gente esperara un poco más para entender mejor las reacciones de los personajes o la intención de los realizadores al introducir algunos elementos.

Con este contraste, buscaba «un equilibrio emocional de luces y sombras, fue una vuelta de 180 grados demasiado fuerte», aunque no se arrepiente de la reacción de Ichigo ni del resto de personajes en ese capítulo.

«Estaba todo decidido desde el principio», ha afirmado el realizador, quien ha objetado que, quizás, lo que más les perjudicó fue «la falta de tiempo».

Captura del 14º episodio de Darling in the Franxx (A-1 Pictures y Trigger)

A pesar de todo, ha asegurado que le «hace muy feliz» ver que su trabajo es seguido y apreciado en el resto del mundo, pero es difícil lograr un equilibrio entre satisfacer las necesidades del público y sus aspiraciones artísticas; primero se mueve por esto último y luego ya se fija más en lo que piensan sus espectadores. Darling in the Franxx ha sido su trabajo más popular.

La ausencia en la educación de los niños y la escasa natalidad en Japón, temas de referencia en Darling in the Franxx

Nishigori fue introduciendo temas base en su obra «poco a poco y de forma natural, sin la idea de realizar una crítica social, quería crear un mundo donde se pudiera transmitir estas ideas y donde los personajes pudieran estar influenciados por estos aspectos», como lo son la mayor ausencia de los adultos en la educación de los menores y la baja natalidad en Japón y en otros países.

Otros elementos llamativos en la última obra de Trigger y A-1 Pictures son los procedentes de la cultura china, como el ave de un solo ala jian. «Al estar la cultura japonesa emparejada con la china históricamente, me ha gustado incluir elementos de ésta, desde una perspectiva creativa».

Por ejemplo, para el diseño del personaje Zero Two introdujo elementos del folclore chino y de otras culturas no japonesas «para hacerlo más exótico», como puede ser la marca de maquillaje rojo en el ojo.

Zero-Two, protagonista de Darling in the Franxx (A-1 Pictures y Trigger). Diseño de Atsushi Nishigori

Entiende asimismo que el feminismo es actualmente un movimiento en racha a nivel mundial, pero él personalmente no se encuentra cerca de dicho colectivo, no lo conoce, por lo que no buscaba reflejarlo en su obra. La idea era diseñar personajes con actitudes positivas y con una riqueza de contrastes, dentro de los estereotipos que a su vez se encuentran en el anime, como el personaje optimista o el serio.

Por otro lado, los enemigos de partida en Darling in the Franxx, los klaxosaurios, «son una referencia al pasado de la humanidad«, de ahí su combinación en el diseño con los dinosaurios.

Los mechas son otro de los elementos característicos de este titulo, cuyo diseño conceptual lo pensaron primero entre él y el director de animación, Horoyuki IMAISHI. «Cuando decidimos que fueran robots con forma y rostros femeninos, le pedimos el trabajo a (Shigeto) Koyama-san, quedamos muy satisfechos».

En cuanto a su capítulo favorito dentro de la serie, tiene claro que fue el 15 «a nivel creativo», además del segundo opening y del episodio 13 «como final del primer ciclo».

Klaxosaurios en el capítulo 15 de Darling in the Franxx (A-1 Pictures y Trigger)

Tengen Toppa Gurren Lagann, un antes y un después

Nishigori ha asegurado además que el trabajo con el que se encuentra más a gusto es el de dibujar, ya sea como animador o diseñador de personajes, ya que le permite relajarse más y ser creativo.

Así, Tengen Toppa Gurren Lagann supuso «un antes y un después» dentro de su carrera de diseñador de personajes.

Por otro lado, el puesto de director «es mucho más complicado, con más responsabilidades y más agotador psicológicamente hablando». Sin embargo, entiende que, «para hacer el anime que a uno le gusta, no queda más remedio que realizar este tipo de trabajos».

Tengen Toppa Gurren Lagann (Trigger)

El director de anime ha recomendado a los estudiantes de animación «no parar de dibujar, aunque sea copiando a tus artistas favoritos. Cuando tengas más herramientas y habilidades, podrás desarrollar tu estilo desde cero».

Es muy fan a su vez de los cómics y tiene una relación muy amistosa con el ilustrador del manga de Darling in the Franxx, Yabuki Kentaro,opinando que está aprovechando muy bien los puntos fuertes de un medio en viñetas, muy distinto al audiovisual; no busca que se realice una mera copia de su trabajo.

Nishigori no ha podido comentar nada de posibles futuros proyectos de Darling in the Franxx, ya que «me dispararían» si lo hiciera, «los hubiera o no», ha comentado entre risas.

Atsushi Nishigori posando junto a «Matador-chan». Foto de Fantasy Cloud

Japan Weekend Madrid celebra la cultura japonesa este fin de semana en Madrid

Japan Weekend Madrid, el festival de cultura pop japonesa, celebra su XIXa edición ofreciendo a sus asistentes un sinfín de actividades y entretenimiento de la mano de invitados como el inconfundible Pikotaro, cuyo éxito viral «PPAP» («Pen Pineapple Apple Pen») se convirtió en toda una sensación en internet ganando el récord Guinness a la canción más corta en entrar en la lista Billboard Hot 100. La fama de Pikotaro le ha permitido conocer a celebridades como Justin Biber o Gerard Piqué y trabajar junto a artistas como Momoiro Clover Z, PSY o Seungri de BIGBANG.

 Continuando con el mundo de la música, nos acompañará Charisma.com con su «electrorap» lleno de crítica habla sobre una sociedad nipona que rompe con lo adorable o kawaii a lo que estamos acostumbrados, acumulando millones de reproducciones con éxitos como «HATE» o «Rock». También estará presente WASUTA (The World Standard), uno de los principales grupos de idols del panorama actual. Formado en 2015, este grupo del sello Idol Street ha irrumpido en la escena japonesa con fuerza con sus dos primeros álbumes «The World Standard» (2016) y «Paradox World» (2017). Recientemente han colaborado con los artistas españoles Adexe y Nau en la canción «Yo quiero vivir».

Asimismo, entre los dibujantes que asistirán estará la mangaka shôjo Ando Mai. Tras debutar en 2013 en la revista Sho-Comi, dos de sus obras han sido editadas por Fandogamia Editorial en España: Trampas Agridulces (Amakute Zurui Wana no Naka) y Jugando a las Casitas (Shinkon Gokko).

Otra de las ilustradoras que asistirá a este edición de Japan Weekend Madrid es Shinnosuke Uchida, que con sólo 23 años ganó el premio de debutante de la revista Ultra Jump. En la actualidad se dedica a realizar ilustraciones en vivo con un característico estilo influenciado por el clásico de Katsuhiro Otomo Akira, su obra favorita.

Dentro del mundo del anime y gracias a la colaboración de Japan Weekend Madrid con Selecta Visión, también nos visitará el jefe de animación, director y diseñador de personajes Atsushi Nishigori, quien ha participado en más de medio centenar de producciones de animación japonesa. Apasionado por el dibujo y la animación, es un profesional contemporáneo que conectará con los fans de todas las edades. Entre los títulos en los que ha trabajado hallamos a Evangelion 2.22, Evangelion 3.33, Gurren Lagann, iDOLM@STER, Panty & Stocking, Your Name, y ha dirigido la sensación de este año: Darling in the Franxx.

Como parte de la zona +18, Fumio y Kuuchuu Yousai de la empresa FrontWing nos acompañarán el fin de semana. Fumio trabaja en el arte de las novelas visuales para adultos, pero no sólo se dedica a la elaboración de ilustraciones en obras de Frontwing, sino que también participa en otros títulos muy populares del mundillo (como el spin-off de Clannad titulado «Tomoyo After ~It’s a Wonderful Life~», o «Pia Carrot e Youkoso!! G.O.»). Además, es el responsable del diseño de las heroínas Amane Suou, Kazuki Kazami, Makina Irisu y Sachi Komine en la célebre franquicia Grisaia. Kuuchuu Yousai es diseñador de personajes e ilustrador principal de la visual novel Island, recién adaptada al anime.

En lo referente al cosplay, habrá diversas actividades encabezadas por la final del International Cosplay League, el único concurso internacional de cosplay con sede en España, reuniendo a países y participantes de todo el globo: China, Perú, Reino Unido, Dinamarca, entre otros.

En cuanto a invitados, contaremos con la presencia del artista Joo Skellington (Guadalajara, México), más conocido como Jose Dávalos, famoso por sus increíbles caracterizaciones de villanos de Disney. Le acompañará la drag queen y cosplayer Phi Phi O’hara, conocida por la cuarta temporada y el All Stars 2 de Ru Paul’s Drag Race. Completando la oferta de cosplay, Saki Miyamoto, una popular cosplayer japonesa conocida en las redes sociales gracias a su capacidad para retratar a los personajes más famosos del momento en Japón. Los tres formarán parte del jurado de cosplay, harán ronda de preguntas y respuestas y firmarán impresos.

Para terminar, la artista y cosplayer especializada en arte digital y diseño de vestuario Hannah Alexander, conocida por sus diseños basados en personajes de la cultura pop; y Hana Kimura, luchadora profesional japonesa de Wrestle-1, hará exhibiciones junto a otros luchadores como Holidead gracias a la colaboración con RCW (Revolution Championship Wrestling).

A todo ello lo acompañarán concursos, talleres, torneos de videojuegos, juegos de mesa, iniciaciones al japonés, caligrafía, exhibiciones de artes marciales y exposiciones que llenarán Feria de Madrid (Ifema) el 29 y 30 de septiembre.

Devilman Crybaby, disección de la naturaleza humana

Mariana Abramovic es una artista que en 1974 realizó una «performance» en Nápoles que podía percibirse a su vez como experimento: se quedó inmóvil ante el público, a la par que dejaba 72 objetos (desde una botella de agua, plumas, cuchillas, hasta una pistola) y al lado una nota con las instrucciones, simplemente podrían hacer con ella y los objetos sobre la mesa lo que quisieran durante las próximas 6 horas. Abramovic era el objeto principal de la obra.

Al principio los asistentes se mostraron tímidos, iban con la pluma, la cuerda… poco a poco, alguien se atrevió a alzarla, otro a tocarla de forma obscena, alguien le echó agua encima, le hicieron un corte en el cuello con la cuchilla, le arrancaron parte de la ropa y hasta le apuntaron en la cabeza con la pistola.

Pasadas las 6 horas, Abramovic salió del escenario, ella misma cuenta que la gente que hasta hace un momento la estaba sobeteando o incluso golpeando pasaba por allí intentando hacer como si nada, ni la miraban a la cara.

Empiezo con esta introducción porque Devilman Crybaby (versión reciente para Netflix de la obra Devilman de Gô Nagai) básicamente se dedica a hacer lo mismo que Abramovic: disecciona la naturaleza humana a lo largo de sus 10 episodios, mostrando toda (en serio, TODA) su crudeza. Al otro lado, el protagonista Akira Fudo y su amiga/interés romántico Miki Makimura representan la otra cara, y es que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor.

Devilman Crybaby, que celebra el 40º aniversario del título original, cuenta la historia de Akira Fudo, un estudiante de aspecto más bien debilucho y extremadamente sensible, especialmente hacia el dolor ajeno (de ahí el acompañamiento «Crybaby»), cuyo amigo de la infancia, Ryo, reaparece repentinamente en su vida contándole que él y su maestro han descubierto la existencia de demonios en el Amazonas. De forma consciente, Ryo se lleva a Akira a una especie de macro-orgía con drogas llamada «Sabbath» (las referencias religiosas son múltiples) con la intención de invocar a los demonios y que el más poderoso de ellos, Amon, posea el cuerpo de Akira… como efectivamente hace.

Debido a que Akira es básicamente pura bondad, Amon nunca llega a poseerlo del todo, transformando su cuerpo y sus habilidades, pero dejando su corazón incorruptible. Nace así «Devilman», un humano que puede adoptar cuerpo de demonio. Fudo adquiere mayor arrogancia y autosuficiencia a raíz de albergar al demonio, así como habilidades que superan lo humano, pero nunca pierde su empatía y sensibilidad. Finalmente, Miki o los recuerdos con ella serán su último vínculo con su humanidad.

El director de esta nueva versión, el aclamado Masaaki Yuasa, no se detiene en Akira y Miki frente al resto de la humanidad (excepciones como una parte del grupo de raperos aparte), sino que marca esta alteridad de forma constante a lo largo del anime: se ve en el propio Akira y su parte demoníaca Amon, en Miki y Miko, en Akira y Ryo y hasta en el propio Ryo (sobre todo en la recta final).

Yuasa logra maravillas con el tiempo del que dispone (recordamos que son 10 episodios de unos 25 minutos cada uno) y nos representa no solo esta disección de la humanidad, sino además la evolución del propio Akira como reflejo mismo del espectador (aunque en su parte más cínica o racional pueda sentirse más cercano a Ryo), incluida (no haremos spoilers) su ruptura con la infancia y el paso por la adolescencia más hormonal, hasta llegar a una madurez descreída y golpeada por vicisitudes de la vida.

Frente al emocional Akira nos encontramos al racional Ryo, su otra cara en todo: Akira va de negro o colores oscuros y Ryo siempre de blanco, el primero es cálido e impulsivo y el segundo frío y distante. Al final, parece que ambos se turnan algo de sus papeles y descubren la perspectiva del otro, pero ya es tarde.

Como adelantábamos antes, estas dualidades no son las únicas, teniendo a ambas «Mikis» (una de ellas más conocida como Miko), quienes compiten por ver quién es más rápida en atletismo. Miko es más descreída que Miki, pero a su vez la admira y quiere; mientras que la otra siempre se muestra, como Akira, más ingenua y lista para brindar apoyo a quien lo necesite.

Entre medias, una humanidad caracterizada por el hedonismo y unas circunstancias casi de constante alienación y onirismo (se reflejan en ciertos puntos las drogas y el efecto de las redes sociales), que se ve volcada a actos aberrantes y violentos en cuanto haya un mínimo impulso hacia ello (como en la actuación de Abramovic), convirtiéndose en esos «demonios», desinformación y manipulación de las masas mediante. De ello nos hacen también testigos los raperos que aparecen en casi todos los episodios.

A Yuasa lo ayuda un guión firmado por Ichiro Okouchi, quien a su vez ha escrito el de Code Geass, título que bebe bastante de Devilman, lo que se refleja además en esa relación tan compleja y ambigua entre Akira y Ryo (hay ciertas escenas que involucran un estadio y una transmisión con consecuencias funestas en ambas obras). Okouchi sabe cómo darnos un respiro entre tanta amputación y sexo desenfrenado con escenas más tiernas (como todas las de Miki y Akira) o sesudas (prácticamente cada vez que Ryo o los raperos abren la boca).

Sin embargo, no todo es perfecto en esta narrativa frenética y repleta de mensajes, ya que los dos últimos episodios los hemos notado más abruptos y acelerados respecto al resto, hasta el punto de que es fácil perderse la conclusión de algunos personajes secundarios.

La banda sonora, compuesta por Kensuke Ushio (Koe No Katachi), marca ritmos techno que otorgan mayor percepción de desenfreno y opresión, aderezados con temas como «Konyadake», de Takkyu y Tavito, que junto al opening de la primera adaptación al anime de Devilman nos sumergen en una abrumadora sensación de nostalgia y melancolía.

Se ha hablado bastante también de la animación de Devilman Crybaby, llevada a cabo por el estudio Science Saru, ya que se aleja del preciosismo de algunos otros títulos de anime en Netflix (nada más lejos de Violet Evergarden…). Sin embargo, diseños de personajes (de Ayumi Kurashima) aparte, la animación en ocasiones grotesca e imposible se amolda perfectamente a la temática que aborda la serie, con movimientos muy dinámicos y con fluidos corporales por doquier.

En definitiva, a pesar de que Devilman Crybaby no es un título para cualquiera (sobre todo por la cantidad de gore y sexo explícito), es un anime recomendado para todo aquel que quiera ver algo distinto y con mensaje, más allá de una animación bonita. Además, estamos hablando de un título considerado de culto, referente de obras como Evangelion o Berserk, entre otros (la dualidad Ryo-Akira yo la veo en muuuuuuuuchas narraciones niponas más o menos conocidas).

Al final, a pesar de que la humanidad pueda llegar a ser capaz de lo peor, de que al menor instinto nos volvamos violentos e irracionales, siempre habrá una diminuta luz de esperanza, de altruismo, de amor al prójimo y hacia uno mismo. De eso también habla Devilman Crybaby.