La discapacidad en la ficción

Con La forma del agua (The Shape of Water, Guillermo del Toro) acercando su estreno a carteleras españolas (el próximo 16 de febrero), observamos una cualidad de la cinta que, lamentablemente, no es habitual en nuestro día a día ficticio: la protagonista tiene una discapacidad, concretamente es muda. Lo que no le impide llevar una vida funcional y llegar a comunicarse con una misteriosa criatura marina, con la que entablará relación. Aunque el caso de Elisa (así se llama la susodicha, interpretada por Sally Hawkins) no es habitual, tampoco es aislado. ¿Qué otros casos representativos hemos tenido en el mundo de la fantasía y de la ciencia-ficción?

Koe no Katachi (A Silent Voice, Yoshitoki Ôima)

La protagonista de este manga de ocho tomos, con una reciente adaptación al anime en forma de largometraje (que se estrenará en cines españoles el próximo 16 de marzo), es sorda de nacimiento. Como tal, tiene que lidiar con su discapacidad y con los problemas de comunicación con quienes le rodean desde que es una niña, lo que no es fácil.

Shoko Nishimiya no es la única que muestra tener una discapacidad en esta historia, y es que el coprotagonista, Shoya Ishida, sufre de ansiedad social y depresión desde el minuto uno (la película arranca con un intento de suicidio frustrado). Tanto Shoya como Shoko empeoran su condición anímica y emocional por casos de bullying que muestran que, lamentablemente, aún queda camino por recorrer a la hora de la inclusión cotidiana de personas con este tipo de problemas.

https://www.youtube.com/watch?v=ZYHmIdFpu54

Sin embargo, aunque la historia sea bastante deprimente, siempre hay lugar para la esperanza, y es que nuestros dos protagonistas acaban acompañándose en sus heridas en un camino que recorre además ese lapso que va de la adolescencia a la madurez.

Cómo entrenar a tu dragón (Chris Sanders y Dean DeBlois)

Probablemente sea el título más conocido de todo este artículo, y es que no se le puede agradecer suficiente a Dreamworks el haber creado (bueno, en realidad adaptado de los libros escritos por Cressida Cowell) un protagonista con una discapacidad física notoria que no le impide llevar una vida normal y hasta tener sus momentos de heroicidad.

Hipo empieza la historia como el inadaptado hijo del jefe de la isla Mema, un muchacho inteligente pero carente de habilidades físicas excepcionales que sin embargo se acaba valiendo de su ingenio para salir del paso de forma más que victoriosa en la mayoría de las ocasiones. En el camino de Hipo se cruza el dragón Desdentado (Toothless y/o Chimuelo), el cual queda inválido para volar por sí mismo debido a un disparo del propio chico.

En buena parte por culpabilidad y también como forma de saciar su curiosidad, Hipo idea y fabrica un mecanismo que, con su ayuda, permite que el dragón pueda emprender el vuelo como si nada. El karma y la justicia poética quieren que Hipo acabe también con una pierna menos… lo que no le impide seguir adelante con su vida y en sus aventuras con Desdentado.

Zatoichi

La mayoría conocerá a este personaje por la interpretación que hizo del mismo Takeshi Kitano en su adaptación cinematográfica de 2003, pero lo cierto es que se trata de una conocidísima figura literaria en Japón creada por el escritor Kan Shimozawa.

Zatoichi es un masajista samurai ciego errante de finales de la era Edo que además ejerció de yakuza en su juventud. Por lo tanto, no son pocos los maleantes y personas que lo persiguen, a pesar de lo cual Zatoichi siempre escapa, en buena parte gracias a su increíble habilidad con la katana.

Lo cierto es que servidores solo hemos visto hasta la fecha la versión de Kitano, por lo que en ésta se nos muestra un Zatoichi despreocupado, que no parece detenerse en su problema de visión (mensaje final incluido), a pesar de lo cual es un auténtico monstruo con la espada (y guarda un pasado turbio). Salvando las distancias, un Kenshin con ceguera, más o menos.

Legión (Noah Hawley)

Al contrario que la discapacidad física, que no es tan habitual encontrarla en el mundo de la ficción, sí tenemos una buena parte de representaciones (más o menos acertadas) de discapacidad psíquica o mental, la cual por cierto puede tener tantísimas variedades que en realidad es como si solo nos hubiesen mostrado un 1%.

En el caso de trastornos como la depresión, ataques de ansiedad o esquizofrenia tenemos, por ejemplo, Mr. Robot, El club de la lucha, Shigatsu wa Kimi no Uso (Your Lie in April) o Una mente maravillosa, mientras que de autismo hemos visto Rain Man o la reciente serie de Netflix Atípico.

Rescatamos el caso de Legión (cuya segunda temporada se estrenará el 3 de abril) porque, siguiendo un estilo muy de El club de la lucha, nos muestra cierta variedad de estos trastornos y su protagonista, David Haller (Interpretado por Dan Stevens y basado en el personaje Legión de Marvel), es el emisor de un poder nunca antes visto, que todavía no se sabe si es en parte producto de su estado mental (y sus genes), o viceversa, o si una es independiente de la otra. El detonante final viene cuando David conoce a Syd (Rachel Keller), una joven que sufre de ansiedad social y que no permite que nadie la toque, y ambos se enamoran.

Mitsuru Nagata, artista de shodô: «Las letras reflejan nuestra personalidad»

Hoy ha finalizado la última edición de Japan Weekend de Madrid, que se ha celebrado durante todo el fin de semana entre varios concursos de cosplay; talleres y actividades relacionados con la cultura japonesa, como bailes o escritura; y las intervenciones de varios invitados. Entre ellos, se encontraba Mitsuru Nagata, japonés natural de Kioto que lleva varios años viviendo en España y uno de los artistas más reconocidos (sino el que más) de shodô y sumi-e en nuestro país.

El shodô y el sumi-e son disciplinas de caligrafía y pictóricas «que reflejan un estilo simple», especialmente el primero, que parte asimismo del budismo y de la filosofía zen, «ya que en Japón se expandió hace muchos años con el budismo», nos explica Mitsuru en una entrevista durante la convención.

«Actualmente, en los templos japoneses puedes practicar shodô escribiendo un sutra en una habitación, donde te puedes concentrar y olvidar de los problemas. Más que naturaleza, es un estado natural«, añade, haciendo hincapié en la concentración.

El sumi-e por su parte se aprende a partir de cuatro elementos básicos: bambú, crisantemo, ciruelo y orquídea, que forman parte de la naturaleza y que en Japón denominan «los cuatro caballeros», los cuales Mitsuru describe diciéndonos que «por ejemplo, el bambú es verde, recto y mira hacia arriba, por lo que se le compara con un caballero. El crisantemo empieza a florecer aún en el invierno, igual que el ciruelo, también como un caballero. La orquídea es capaz de florecer sola, en los valles, pero sus flores y pétalos son como elegantes, son los cuatro caballeros que les llamamos y es el básico del sumi-e. Si vas a la sección de sumi-e en una librería de arte de Japón, encontrarás un libro titulado «Shikunshi», con el kanji de cuatro («shi») y la palabra «kunshi», que significa caballero».

Nagata nos comenta que, a pesar de que el shodô y el sumi-e son disciplinas totalmente distintas, comparten varios elementos, «como el sumi (tinta), «suzuri» (la piedra), «fude» (pinceles) o papel»; aunque advierte que «hay millones de variedades de papel, por ejemplo algunos son para pinceles finos y otros para pinceles gordos. Hay papeles que se recomiendan para sumi-e, pero no es incorrecto usarlos para shodô».

El quid se halla en conocer muy bien todos los tipos de papel «para saber el efecto que quieres dar». Por ejemplo, «la hoja de papel de arroz tiene un lado de frente y otro detrás (dependiendo de la rugosidad), pero esto también es relativo. Los maestros pueden dibujar por el lado contrario para querer darle un efecto distinto».

Las tintas también varían, aunque a simple vista puedan parecer todas negras, ya que «hay por ejemplo un negro azulado y otro negro marrón, lo que se nota más cuando está muy aguado».

De este modo, tanto el shodô como el sumi-e se nos revelan como estilos artísticos más complejos de lo que aparentan, y a los que Mitsuru describe como «todo un mundo».

«Mi estilo es pintar solo en negro y blanco. A veces puedo pintar los pétalos de sakura de rosa, pero solamente eso. Es mi estilo, quizás en diez años lo cambie. Lo habitual en shodô es negro y blanco, pero en sumi-e sí se pueden utilizar más variedades. Hay por ejemplo usos de dorado o plateado, y hay un papel de arroz para eso que es negro».

En definitiva, «la cuestión es elegir las tintas y el papel adecuados y conseguir un efecto especial».

La ilustración de la izquierda refleja una tinta negra más azulada y la de la derecha una negra tono marrón. Obras de Mitsuru Nagata

El shodô, el sumi-e y la cultura japonesa en España

A pesar de su pasión y desbordantes conocimientos por estas disciplinas, Mitsuru se inició en el shodô principalmente por obligación, ya que allí «es bastante común que estudiemos shodô cuando somos niños, porque en Japón se considera que escribir bien las letras es una parte de la educación, también allí seguimos haciendo el currículum a mano. Las empresas así pueden ver las letras de cada uno y comparar las de cada trabajador. Tener buena letra demuestra buena imagen y que esa persona tiene buena educación».

«Cuando era pequeño, no pensaba ser calígrafo profesional, estudié sociología porque a mí me interesaba. Hace dos o tres años que me dedico enteramente a este trabajo«, ha añadido, lamentando también en parte que «no es fácil ganarme la vida con lo que hago, suele pasar con los artistas. Desde fuera se ve todavía más difícil y yo pensaba lo mismo».

Sin embargo, las posibilidades que ofrece hoy en día internet ayudaron a Mitsuru a empezar a hacerse un hueco en el mundo artístico. «Un día mi mujer me propuso abrir un blog, ella me ayudó a crear la página, Facebook, etc. Tuvo bastante éxito, sobre todo en Europa y Estados Unidos. La gente de fuera no tiene mucha idea de shodô ni de sumi-e, por lo que me preguntan y yo les respondo. Ahora tengo bastantes seguidores y llego a mandar cuadros a Sudamérica, China o Japón gracias a internet».

De hecho, a pesar de que el artista ha realizado pedidos para Japón y colabora con la embajada, donde más éxito tienen sus trabajos es en Europa y Estados Unidos.

Sin embargo, no es fácil conseguir los materiales para estas disciplinas en España, ya que él los consigue en Japón, a donde viaja cada año «para ver también a la familia y para seguir aprendiendo». «De todos modos», añade, «se pueden conseguir los materiales también por internet».

El hecho de que en los últimos años haya seguido creciendo el interés del público general en nuestro país por la cultura japonesa ha ido facilitando más las cosas, y por suerte Mitsuru también opina que «no es un boom ni una moda del momento. Si hubiese sido una moda, esto ya hubiese desaparecido. Creo que en Europa cada vez se está integrando más esta cultura«.

El artista de shodô asimismo agradece la labor que para ello hacen eventos como Japan Weekend, ya que, aunque sigan estando muy centrados en el manga y el anime, van alcanzando «más categorías, ya que si no se aburrirá el público. De hecho, en Japón es una parte muy importante el manga y el anime, pero hay mucho más». Haciendo un símil con España, «en Japón pensamos que es toros, flamenco y paella, pero tenéis muchas más cosas, como pueblos muy bonitos que merece la pena visitar».

Mitsuru Nagata durante la demostración en vivo del domingo en Japan Weekend Madrid

La paciencia y la constancia, bases para el aprendizaje del shodô y del sumi-e

Mitsuru nos cuenta que, a la hora de aprender shodô y sumi-e, hay cierta rigidez, ya que «al empezar, mis profesores siempre me corregían (con tinta roja). Depende también de las escuelas, de quién te enseñe… Al final, hasta un gran maestro no puede hacer la misma obra«, y por ello, «hay muchas innovaciones, pero las hacen solamente los grandes, los que están experimentados».

«Los maestros te corrigen por su experiencia, ya que las letras por ejemplo no se pueden calcar. Hay muchísimas maneras de escribir un kanji, hay tres estilos básicos: el «kaisho», que es como los kanjis que aprendemos en el colegio en Japón, es bastante estático; el segundo es «reisho», más fluido; y el tercero es «sosho», «estilo de hierba», que la mayoría de los japoneses no sabe leer. Si no sabes hacer un trazo recto y rígido en un papel, no sabrás hacer un estilo artístico».

Por ello, en el aprendizaje del shodô, hay que ir poco a poco, perfeccionando primero un estilo antes de pasar al siguiente, y es que «todos tenemos que saber escribir más o menos bien, aunque no exista la perfección. Por eso shodô significa «camino de la escritura»«.

Mitsuru concluye que, a la hora de iniciarse en estas disciplinas, «hace falta paciencia. Si fallas, seguir insistiendo. Las letras reflejan nuestra personalidad, y no puedes negar tu personalidad. Hay que seguir intentándolo y nunca estar desanimado. No es cosa de un día para otro, sino de constancia, pero hoy en día no hay nada imposible. Y no solo los japoneses pueden aprenderlo, sino todo el mundo».

Probablemente por ello, la demostración que hizo en vivo este domingo sobre uno de los numerosos escenarios que tenía dispuestos para esta ocasión Japan Weekend muestra a un samurái erguido, katana en mano. En sus cuatro kanjis se lee «no rendirse».

Hablemos de Aeris (Final Fantasy VII)

Hacía tiempo que llevaba queriendo escribir de este personaje que, con el paso de los años, se ha confirmado como emblemático, y qué mejor que definitivamente hacerlo en su cumpleaños.

Empiezo diciendo que Aeris (Aerith, como la llaman los angloparlantes) ocupa un lugar especial en mi kokoro desde prácticamente el minuto uno de su aparición en la introducción de Final Fantasy VII (es el primer y último personaje que vemos en el juego, si exceptuamos a Red XIII y a su prole en el epílogo). No porque me gustase su diseño, que al contrario (el rosa nunca ha sido mi color favorito), pero su personalidad avasalladora, sobre todo para la época, y su historia, que recogía lo mejor de la de Terra (Final Fantasy VI), hicieron todo el trabajo.

Aeris fue el primer personaje, junto a Cloud y Barret, en ser diseñado para la séptima entrega, por lo que podríamos considerarla una de los primeras creaciones importantes de Tetsuya Nomura para la franquicia. La decisión de su muerte se tomó algo más tarde, pero si tenemos en cuenta que desde el primer momento el equipo quería asesinar a un personaje principal y que este acontecimiento fuese impactante, desde luego la elección les salió redonda.

Que el equipo de desarrollo tiene en alta consideración a Aeris no es algo que se molesten en disimular. Nomura la ha descrito como «especial» y se esforzó especialmente en sus apariciones para Advent Children y Crisis Core, mientras que Nobuo Uematsu (compositor) ha llegado a afirmar que su tema es su preferido de entre todos los que ha compuesto para los personajes. El hecho de que su muerte siga siendo recordada más de una década después, ganándose guiños hasta en cintas como Rompe Ralph, y que haya todavía jugadores buscando una forma de revivirla habla del impacto generado por Aeris.

¿Por qué nos gusta a nosotros? Para mí, Aeris fue el ejemplo de personaje femenino activo, independiente y fuerte en la década de 1990. Quizás no fuerte en plan repartir mamporros, sino anímica y emocionalmente fuerte. El hecho de que fuese ella la que tomara las riendas en su relación con Cloud solo le sumaba puntos (algunos llegaban a calificarla de «guarra» por aquello, lo que demuestra el punto que digo a favor de su caracterización).
Teniendo en cuenta las historias realmente jodidas que tienen todos los miembros del elenco de Final Fantasy VII, la de Aeris nos llama la atención por el contraste con su propia personalidad, desenfadada y alegre sin llegar al egoísmo o superficialidad de Yuffie.

Sin embargo, Aeris muestra en cierto momentos de la historia que es humana y sufre bajonazos, pero nunca llega a la melancolía que caracteriza por ejemplo a Cloud o Tifa. También puede llegar a ser borde en ocasiones, pero sin la rudeza de Barret o Cid. En definitiva, Aeris es un personaje increíblemente bien matizado y que hace asimismo gala de un misterio tal que no llegamos a descubrir varios retazos de su pasado si no es explorando a conciencia los recovecos que nos ofrece Final Fantasy VII.

Aeris también tiene fallos y puntos más oscuros, relacionados fundamentalmente con cómo se pretende abordar al personaje en la segunda mitad del juego. Las secuelas y spin offs, en nuestra opinión, no han hecho más que empeorarlo, volviendo algo inconsistente su caracterización. Es por ello que guardamos algo de temor hacia el Remake, si bien es cierto que tanto Nomura, como Yoshinori Kitase, como Kazushige Nojima, siempre se han mostrado muy respetuosos con la obra original y su significado en la cultura popular gamer.

El motor narrativo de Final Fantasy VII

Aeris es una joven florista que vive en los suburbios de Midgar con su madre adoptiva, Elmyra. Aunque ella lo oculte, en realidad se trata de la última heredera de los Cetra o Ancianos, una antigua especie humanoide que tenía la habilidad de comunicarse con el planeta. Como tal, Aeris siente una conexión especial con la Corriente Vital y con la Tierra Prometida, algo ansiado asimismo por Shinra, lo que causa que la muchacha no siempre se sienta afortunada con su herencia.

En realidad, parte del encanto de Aeris es su mundanidad. Es el elemento especial del grupo y de la narrativa, pero ni ella ni el guión en sí destacan mucho esto, y eso que podría haber supuesto una nueva entrada en crisis de Sefirot (quien se cree Cetra sin serlo). Aeris ha sido perseguida desde bebé, sus padres asesinados y ha crecido en un laboratorio, pero ninguno de estos elementos surgen nunca como faceta victimista (y eso que estaría en todo su derecho). Como decíamos, ella es generalmente alegre, sociable y curiosa. No arrastra traumas profundos, y eso le suma fortaleza sin caer en ser un robot o prototipo con piernas, como decíamos.

Otro rasgo destacable es que, de entre la pareja formada por ella y Cloud (como dúo protagonista), es ella la que lleva el timón, tanto a nivel micro como macro, sin caer en una relación desigual. Era el año 1997 y teníamos ya en Aeris a una heroína que, si bien queda claro bebe los vientos por el protagonista, no va (flirteos tontos aparte) detrás de él (¡sino al contrario!). Es por Aeris principalmente que vamos al Mercado Muro a rescatar a Tifa (a ella le debemos que Cloud se travista), a ella vamos a rescatar al edificio Shinra (donde descubriremos que Sefirot no estaba muerto), por ella es que vamos y podemos ingresar al Templo de los Ancianos y, por supuesto, ella sola se dirige a la Capital Olvidada para invocar a Sagrado y detener a Meteorito, lo que nos lleva a la famosa escena de su muerte. Incluso ya fuera de juego, Aeris sigue siendo increíblemente importante en la narrativa, pues es la que posteriormente controlará la Corriente Vital para fulminar al citado pedrusco y salvar a toda la humanidad… algo que se repetirá en Advent Children al aplicar su Gran Gospel sobre los infectados por el Geostigma.

Por ello, todos en Final Fantasy VII se involucran para derrotar a Sefirot y Jénova, pero es Aeris quien logra efectivamente salvar el planeta no una, sino dos veces tras su asesinato.

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Final Fantasy VII y el Remake en la exposición “Despedida”

Yoko Taro y la jodida realidad

Yoko Taro es el director de juegos como Drakengard, NieR Gestalt/Replicant o NieR Automata, lo cual, para quien haya jugado al menos uno de ellos, ya debe intuir por dónde van los tiros. Aunque comparta algunos elementos comunes con el género RPG y el anime, Taro se sabe distinguir por su abordaje a temas escabrosos y tabúes y por su tratamiento emocional de unos personajes llevados al límite. Para hacernos una idea, su estilo puede recordar en cierto sentido al de Hideaki Anno (Evangelion) y Sui Ishida (Tokyo Ghoul); aunque literariamente no quedaría muy lejos del Murakami más visceral.

Por ello, Yoko Taro no se anda con chiquitas. Sus historias no son para niños ni menores y, si se quieren disfrutar lo más completamente posible, tienen que digerirse y pensarse más allá de la lectura superficial. Es por eso común que este director se valga de otros medios audiovisuales para complementar sus obras (aparte de por la falta de financiación), como son los conciertos o novelas cortas, para lo cual suele contar con la colaboración de Keiichi Okabe (compositor habitual de sus bandas sonoras, muy características de sus obras) y Jun Eishima (escritor de los relatos breves). Avisamos que habrá SPOILERS de NieR Gestalt/Replicant y Automata.

El artista ha indicado en varias ocasiones que él solo trabaja (por el dinero) solo cuando le dejan hacer lo que él quiere, de ahí que sus historias tengan esa impronta tan personal, con elementos comunes aquí y allá. La violencia, el incesto, el maltrato y marginación por ser diferente, la homosexualidad, el nihilismo y, sobre todo, la búsqueda de una identidad y un propósito están presentes en las obras de Yoko Taro.

Taro representa así escenarios donde vemos generalmente futuros distópicos que parten de una realidad alternativa a la nuestra (podemos ver la torre de Tokio en el prólogo de NieR Gestalt/Replicant), pero sus historias (tengamos en cuenta que muchas veces escribe el guión en colaboración con otros, como Sawako Natori hasta la llegada de Automata) están sujetas sobre los cimientos de sus personajes. El japonés lo sabe y juega mucho con los estereotipos y la ruptura de expectativas por parte del espectador. ¿Que Kaine está buenísima y su diseño es el de la objetificación sexual absoluta? Pues sigue mirando, porque quizás Kaine tiene muchísimo más que aportar y quizás ni es mujer. ¿Que 9S parece un dulce niñito? Solo en apariencia, porque al final acaba siendo una mala bestia que arrasa con todo y todos.

Es ahí donde Yoko Taro juega con los límites emocionales de sus personajes (y, por ende, con la implicación emocional y empática del jugador). Rompe con toda la estructura que él mismo ha creado y la moldea, en ocasiones hasta la invierte, y por lo tanto arrastra a sus participantes en ello. Sus narrativas no tienen un principio-desarrollo-final al uso y por eso suele jugar asimismo con los tiempos, creando varios finales posibles (a cada cual más deprimente) y partiendo de distintas perspectivas (el jugador no conoce la verdad en NieR Automata hasta que no la descubre 9S, ya avanzado el juego). Entonces ocurre esa ruptura que mencionábamos, ese nihilismo de «no sé en qué creer, ni para qué» y tenemos que volver a empezar para conocer la verdadera identidad del personaje y sus objetivos.

En este proceso el realizador nipón suele mostrar a su vez los deseos más profundos y prohibidos, que solo pueden ser expresados en esos momentos de desesperación y caos. Ya se ha roto con lo que conocíamos, nos da igual todo, estamos dispuestos a cualquier cosa. Quizás en el fondo querías matar a tu compañera, a la que tanto decías amar, o tirártela… Porque, para Taro, violencia y sexualidad suelen ir unidos, algo que se muestra claramente en las escenas de 2B asfixiando a 9S, la de éste último apuñalando compulsivamente a la primera o la de Kaine golpeando y casi besando a Nier cuando éste se derrumba emocionalmente (o el protagonista despidiéndose con un beso de la susodicha cuando la mata).

Así, violencia y sexo confluyen y coexisten, especialmente en los momentos de mayor vulnerabilidad, cuando los personajes tienen bajada la guardia. Yoko Taro ha admitido esto en entrevistas:

Yoko Taro: Por cierto, Kaine se dio cuenta por primera vez que amaba a Nier durante la escena romántica en el castillo del Señor de las Sombras. Cuando patea a Nier en el estómago.

Jun Eishima: Esa… ¿puede ser llamada una «escena romántica»? (risas)

Yoko Taro: ¡Es una escena romántica! Ahí se daba cuenta de que «¡Ah, yo amo a esta persona!», ¡cuando lo estaba golpeando y pateándolo! (fragmento de la entrevista a los creadores de NieR en el libro Grimoire Nier).

Taro también suele jugar con la expresión de la sexualidad a través de esos mismos personajes. De este modo, Kaine, como decíamos, se nos presenta como una despampanante mujer vestida en ¿lencería? (el propio Nier destaca su vestimenta nada más verla) y que va en tacones, al igual que 2B y A2 (ésta última parece que va también en ropa interior o incluso en bolas, si se toma lo que lleva como pintura). Sin embargo, tal como hemos abordado en este artículo, estos personajes femeninos ocupan roles que tradicionalmente serían masculinos, y llevan a cabo acciones que en el tradicionalismo más casposo se asocia a los hombres, como puede ser maldecir, en el caso especial de Kaine y A2.

La protagonista femenina de NieR Gestalt/Replicant (con permiso de Yonah) no es ni mujer, si nos ceñimos a lo puramente biológico, lo que ha marcado profundamente su forma de ser al haber sido maltratada y marginada desde que era una niña.

Yoko Taro: Para mí, que Kaine sea hermafrodita no es realmente un aspecto importante. Ya que gente así existe en realidad, solo que no sabemos sobre ellos. De hecho, me sorprendí de que esto atrajera tanta atención una vez el juego fue lanzado al mercado (extracto de la entrevista a los creadores de NieR en Grimoire Nier).

No obstante, Kaine se siente mujer, es una mujer, y por lo tanto su forma de revelarse es el de mostrar sus atributos femeninos en su máxima expresión. Fue otra figura femenina, su abuela, la que la trató como a una igual y la enseñó a valerse y quererse por sí misma, al menos hasta la llegada de Nier.

De forma similar, Taro muestra la homosexualidad con la misma naturalidad, sin que sirva de reclamo publicitario ni de marketing, y por supuesto tampoco la oculta. Emil es un joven que se siente atraído por Nier, pero no es su carta de presentación ni su rasgo más característico. Simplemente le gusta Nier, como también le atrae a Kaine, con quien además Emil mantiene una positiva y afectuosa relación fraternal.

Una teoría habla de que Emil desarrolló sentimientos femeninos y le gustaba Nier como resultado de fusionarse con su hermana Halua.

Yoko Taro: ¡No, Emil es gay!

Jun Eishima: Oh, la confirmación es buena. Pensé que veía mensajes subliminales inexistentes debido a mi mente sucia (risas).

(…)

Siempre han habido personajes con preferencias sexuales inusuales en los trabajos de Yoko.

Sawako Natori: Sentimos que estamos reflejando el mundo real a la hora de crear la ambientación y el entorno.

Yoko Taro: La pregunta es cómo definirías «inusual». Si miramos a nuestro alrededor, definitivamente podemos ver homosexuales, aunque sean pocos en número. No estoy intentando decir «no discrimines» ni nada de eso, sino que «gente así existe. Es simplemente como funciona el mundo». Son catalogados como «normales», «inusuales» y comparados muy a menudo, pero la diferencia con las personas con preferencias sexuales distintas yace puramente en el número. Algunos abundan, otros no, pero todos estamos en el mismo mundo. Nunca pretendí representarlos como especiales (fragmento de la entrevista a los creadores de NieR en Grimoire Nier).

En definitiva, lo que Yoko Taro cuenta en sus obras es la búsqueda de uno mismo y su máxima expresión según en lo que creamos a través de diversas realidades y situaciones, algunas de ellas extremas. Es cierto que la mayor parte de sus obras acaban con una nota de desesperación e inevitabilidad, de ahí el nihilismo, pero, en el fondo, siempre hay un pequeño lugar para la esperanza (finales E de NieR Replicant y Automata sobre todo), en un mundo donde las distintas pasiones, de uno y otro lado, surgen en todas sus definiciones. En ese sentido, es probable que Adán (NieR Automata) sea el mayor alter ego del realizador nipón visto hasta ahora en sus historias.

P.D.: Podríamos hablar asimismo del abordaje que hace Yoko Taro a la religión y las creencias populares, así como a las referencias filosóficas en sus juegos, pero daría para otro análisis.

Final Fantasy VII y el Remake en la exposición «Despedida»

Como muchos ya sabréis (y para los que no, lo resumiremos aquí mismo), Square Enix está llevando a cabo estos días una exposición de despedida (de hecho se llama así, «Farewell») por el treinta aniversario de la franquicia Final Fantasy, donde muestran bocetos de los videojuegos, historias y audio dramas, uno de ellos protagonizado por Aeris (con voz de Maaya Sakamoto) en medio de una representación a tamaño real de su iglesia.

Gracias a varios usuarios de Twitter y del foro CloudxAerith nos han llegado transcripciones y traducciones al inglés de lo referente a Final Fantasy VII y su futuro Remake, el cual se encuentra en desarrollo «en principio» para Play Station 4.

Primero, tenemos fotos (de momento, al menos, algo borrosas), gracias al usuario de Twitter @jsjunshen, del arte conceptual del Remake de Final Fantasy VII, donde podemos ver más espacios de Midgar, la casa de Elmyra y Aeris (¿con la susodicha de fondo?), la iglesia de ésta, el despacho del presidente Shinra y lo que parecen los suburbios del sector 6, además de los bocetos de Jesse, Wedge y Biggs:

El mismo usuario nos ha dejado una foto con el guión del audio drama narrado por Aeris (Maaya Sakamoto) en su iglesia, el cual ha sido traducido al inglés por las usuarias Jon Snow y Dreamstar en el foro de CloudxAerith, con aportaciones a su vez de @StarStrawberry4 en Twitter:

Ésta vendría a decir lo siguiente (traducción al español por servidora):

«Me disgusta el cielo. Se llevó a alguien importante».

«¡Estás pisoteándolas! ¡¿Pisoteándolas?! Ahora verás…» (en referencia a Reno pisando las flores de la iglesia de Aeris).

«Un nuevo amor puede ayudarnos a olvidar uno viejo. Eso es lo que he oído. ¿Es así? De algún modo, mi corazón sufre. ¿Esto estaría bien?».

«Es extraño que no tengamos estaciones… y aún así las flores no tienen inconveniente en florecer aquí en este misterioso lugar… Es un sentimiento extraño».

«En ocasiones veo a gente con tus mismos ojos, y eso me confunde. ¿Os conocéis? ¿Sabes dónde está? No sé si debería preguntar…».

«A pesar de que conozco el dolor de las despedidas, ¿por qué este encuentro… por qué este encuentro me hace tan feliz? Soy terrible, ¿no es así?».

«Al igual que este camino, algún día nuestra soledad también tendrá fin, así que vamos a decir este triste adiós con una sonrisa, ¿eh?» (parece que hace referencia a la despedida de Aeris a Cloud en los sueños de éste último, cuando la muchacha parte sola a la Capital Olvidada).

«Ya está, me rindo, estoy interesada en ti… ¡Ah, es frustrante!».

«¡Disculpa! Hola. ¿Vas a despertar? Ya es de día».

«No pises las flores».

«Estoy feliz y agradecida de que hayas venido, aún cuando estás…»

«He sido separada de ti, y tú has sido separado de mí. Ah… he ascendido al cielo y he desaparecido… Puedo verte… estás llorando… Por favor, no llores más, o parecerá que llueve».

El usuario de Twitter @midgarteam también ha tenido la enorme amabilidad de traducir al español estos paneles, a su vez aportados por @CloudxAerith:

@CloudxAerith en Twitter también ha traducido parte del texto al inglés que acompaña a las siguientes imágenes expuestas, aportadas a su vez por @pluvia_ca:

Traducción al español (hecha por mí) de la primera imagen: «Final Fantasy VII recibió aclamaciones por todo el mundo tras su lanzamiento gracias a sus fondos diseñados en CGI, personajes en 3D, una ambientación futurista y una narrativa que rompió con las convenciones de los RPG. La historia sigue al protagonista, Cloud, pero es la heroína, Aeris, quien abre los ojos del primero y lo acerca a comprender los misterios de su pasado. Es a través de ella que nos imbuimos en la verdad de la historia.

Lanzado en 1997, Final Fantasy VII fue la primera entrega de la saga desarrollada para Play Station. Esta escena, en la que perdemos a la heroína Aeris, es fácilmente la más sorprendente y trágica en la historia. Nadie se esperaba tener que decir adiós a un personaje tan importante en la mitad del juego. Se expandieron los rumores de una posible y secreta forma de resucitar a Aeris, lo que dejó claro que los jugadores también estaban pasando un mal trago a la hora de despedirse de ella. Incluso ahora, 20 años más tarde, todavía se siente como un evento realmente chocante.»

En la última imagen de la galería, al lado de las capturas de la muerte de Aeris, puede leerse: «Mientras abraza el cuerpo acuchillado por Sefirot de Aeris, Cloud murmura en un estado de consternación», junto al monólogo que hace éste último ante la muerte de su compañera.

No olvidéis visitar y agradecer a los usuarios y sitios que han aportado toda esta información, la cual siempre es y será bienvenida.

Hablemos del trío protagonista de Kingdom Hearts: Birth by Sleep

Kingdom Hearts: Birth by Sleep cumplió el pasado 9 de enero ocho años y da la casualidad de que nosotros estamos volviendo a jugarlo en su versión remasterizada para Play Station 4. Siendo una precuela de la historia principal, el juego sienta interesantes bases que muy seguramente serán exploradas en el esperado Kingdom Hearts 3.

Una de ellas será probablemente la que consideramos una de las principales virtudes de este juego: el paradero y vínculo de sus tres protagonistas, Terra, Ventus y Aqua. Hablaremos un poco de ellos. Avisamos que habrá SPOILERS de Kingdom Hearts: Birth by Sleep y de 0.2: A Fragmentary Passage.

Si hay algo que atrajo los halagos del público general y seguidores de este videojuego fueron sus tres protagonistas, los cuales siguen ocupando puestos altos en las listas de preferencias (especialmente Aqua si nos referimos a personajes femeninos de la saga). Consideramos que no es para menos, pues Tetsuya Nomura (creador y director de la franquicia) hiló la historia de tal forma que todos tuvieron ocasión para brillar e interactuar de forma atrayente.

Empezando por sus nombres, todos de muy obvio significado y que además nos recuerdan al trío protagonista original: Terra, es decir, tierra (mismo significado que Riku); Aqua que claro está es agua (como Kairi, que significa océano); y Ventus, viento (en referencia a Sora, cielo). Los tres toman así rasgos y características de sus contrapartes, pero no siempre es así, mezclándose en realidad.

De este modo, Terra tiene en similitud con Riku su papel de «rebelde» del grupo, en el sentido de que ambos tienden a ir más de por libre y juguetean con la oscuridad. Sin embargo, Terra lo hace de forma mucho más reticente que Riku en el primer juego, mostrando a su vez algo de la inocencia y nobleza de Sora. Para Aqua, Riku tiene además la misma franqueza que su compañero, y cierto es que son los más introvertidos (e inseguros).

Por otro lado, Aqua es, de los tres, la que más se asemeja al de cabellera plateada en su pragmatismo, mientras que el personaje en sí parece ocupar más el rol de Kairi, aunque sea simplemente porque ambas son la única chica del grupo. Sin embargo, Aqua se ha mostrado hasta la fecha mucho más activa que la pelirroja, y su implicación en la narrativa nos la acerca más a Sora, ya que es la única de los tres que sigue estando «en activo».

Ventus por su parte es el más parecido al castaño por su personalidad alegre e ingenuidad (aunque sea solo por ser el menor), también por suponerse el vínculo del trío, ya que, cuando Ventus cae o desaparece, también lo hacen en cierta forma los demás, o se queda todo con un cierto deje de tristeza. No obstante, el rubio se acerca más a Kairi en su papel de recipiente puro de luz, que además proviene de fuera (Terra y Aqua se conocían de antes) y cuyo pasado es hasta cierto punto un misterio.

Los nombres de los tres también juegan con estas dinámicas. Así, Terra es la tierra, que puede llegar a ser árida y estéril si no la riega el agua (Aqua), a su vez ambos movidos por el viento (Ventus). Terra no es en sí un personaje maligno ni destructor (como lo sería el fuego), pero la ausencia de una influencia claramente positiva (como lo es Aqua) lo convierte en uno. Ambos se ven completamente aislados el uno del otro (como se encuentran ahora mismo) si no los mueve el viento (el sueño en el que se ve sumido Ventus, dejándolo en un estado catatónico).

¿Aqua, Terra y Ventus en Kingdom Hearts 3?

¿Qué puede suceder a partir de este punto? Está claro que algún tipo de reencuentro tendrá que suceder en Kingdom Hearts 3, especialmente si se toma este título como una conclusión a todas las tramas que hay ahora mismo abiertas. Ya lo hubo en cierto modo en 0.2: A Fragmentary Passage, con Terra llegando a interactuar con Aqua en el Reino de la Oscuridad.

De este modo, es probable que Terra siga manteniendo a raya a Xehanort (¿hasta qué punto? También está su versión joven por ahí pululando), y Aqua, una vez liberada de la oscuridad, seguramente gracias a Sora, llegue hasta él de alguna manera. En el momento en que esto ocurra (y damos por hecho que Ventus también habrá despertado), los tres volverán a ser sus mejores versiones.

Por eso mismo nos gusta tanto Aqua (ojo, que Terra y Ventus también), porque, aunque Ventus sea el que mueve más el argumento a nivel macro, ella lo hace en ciertos puntos que son MUY claves, como lo es el estado de Terra (que, en definitiva, es de quien depende la situación del principal villano de la saga, al menos hasta ahora). Aqua es un personaje femenino activo e independiente, que aún así muestra emociones (adora realmente a Ventus y a Terra) y que no carece de imperfecciones, como lo es el inicialmente seguir las órdenes a rajatabla y sin cuestionamiento, cosa que en algún momento le reprochan sus amigos. Sin Aqua, Terra (y Ven, pero la situación de éste último depende asimismo de otros factores) hubiese estado perdido desde hace mucho tiempo.

Una relación a tres desde el afecto y el respeto

Otro rasgo positivo de la relación entre estos tres es que, a pesar de todo, cada uno se deja y respeta el espacio del otro. Puede que Terra se cabree con Aqua y ésta quede tocada, pero ella no sale inmediatamente después detrás de él. O, si lo hace, es de forma distante, de tal modo que no interfiera en las propias decisiones de Terra.

Con Ventus, tanto Terra como Aqua son más sobreprotectores, en buena parte debido a la edad (el rubio es claramente menor), pero también por la llegada tan extraña del muchacho y su posterior crisis. Hay más de un momento en la historia en que se juguetea con los roles de Ventus como hijo o hermano menor y Aqua y Terra como padres o hermanos mayores, algo que ya hemos visto parece tantear Nomura en Advent Children con Cloud, Tifa y Denzel/Marlene.

Sin embargo, y a pesar de que creemos que Aqua en ocasiones roza peligrosamente el rol de «madre de todos» que a veces gusta utilizar a los japoneses en varios animes (volvemos a Nomura y su Advent Children con Aeris o Tifa como «mamás»), ésta sigue respetando la individualidad de sus amigos sin dejar de creer firmemente en ellos y sus posibilidades. Terra y Ventus en ese sentido llevan más un «colegueo entre hermanos» que a veces los sitúa más de igual a igual que Aqua, quien llega a comentar en el mundo de Nunca Jamás que casi hasta está celosa de dicho tipo de vínculo.

No obstante, Aqua y Terra son iguales en cercanía de edad, experiencia y en «madurez», con la citada sobreprotección hacia Ventus. La trama entre estos dos los conecta en este sentido de forma más íntima con la manida dualidad entre luz (Aqua) y oscuridad (Terra, a veces). Por algo Aqua se pregunta en Islas del Destino qué será de ella y de su compañero castaño, dejando en esta ocasión a Ventus fuera de sus inquietudes.

Con este juego de dinámicas se percibe que Nomura ya está más experimentado en Birth by Sleep, y es que aquí vuelve a mezclar varios conceptos que ya se encontraban en los vínculos del trío original, pero quizás no tan explorados. Así, por ejemplo, hay menor diferencia de edad (o es menos perceptible) entre Riku, Kairi y Sora (surgiendo una especie de triángulo amoroso inicialmente que parece que luego no llega a ningún lado), y la relación «colegueo entre hermanos» es mucho más clara entre Riku y Sora que de cualquiera de los muchachos con Kairi, quien sin duda y hasta la fecha se ha mantenido más ajena a todo. Pero, como decíamos, todo esto puede ser perfectamente modificado en la tercera entrega numerada de la saga.

El sexo en Star Wars: Los últimos jedi

Las palabras «sexo» y «Star Wars« no suelen ir juntas en la misma frase, entre otras cosas por ser una saga dirigida al gran público, que como sabemos incluye a niños, adolescentes y adultos. Sin embargo, no está exenta de romances y momentos apasionados, como el famoso «te quiero» «lo sé» de Leia y Han en El imperio contraataca o el (supuesto) último beso de Anakin y Padme antes de ser ejecutados en Geonosis en El ataque de los clones.

Sin embargo, casi todos estos momentos suelen resultar bastante castos e incluso asexuales (como la historia de Anakin y Padme en general, que apenas nos creemos que hayan sido capaces de procrear), hasta que vino Rian Johnson con Los últimos jedi. Avisamos desde ya que habrá SPOILERS (muchos) de dicho episodio de la franquicia.

Johnson, un director comercial nada al uso (para ello basta con echar un vistazo a Brick o Looper), ya adelantó en una entrevista que la película contendría varios elementos freudianos. Tanto es así, que el octavo episodio no muestra un romance «directo» y al uso (con beso y declaración, a no ser que incluyamos el de Finn y Rose), pero sí varios acercamientos y una simbología que, tras varios visionados, se nos torna MUY perceptible y bastante clara en sus intenciones.

Tenemos por un lado a Rey (Daisy Ridley), criada prácticamente sola en el desierto, por lo que es fácilmente asimilable que no haya tenido muchas figuras con las que relacionarse, ni masculinas ni femeninas. Rey llega a Ahch-To buscando a Luke (Mark Hamill), un antiguo maestro jedi que vive en el exilio en dicho planeta, que se limita prácticamente a una isla con reductos de los primeros jedi, una misteriosa cueva y poco más. Rey conoció y se enfrentó en la anterior película, El despertar de la Fuerza, a Kylo Ren (Adam Driver), un joven unos pocos años mayor que ella que tampoco parece ser un derroche de carisma respecto a las habilidades sociales, y que a todas luces ha sufrido varios años de abuso por parte de Snoke.

Llegado cierto momento de la cinta, Rey y Kylo Ren descubren para su sorpresa que la Fuerza los está uniendo de alguna forma, ya que pueden hablarse, verse y hasta tocarse (aunque inicialmente la mitad de esto no lo saben), a pesar de que cada uno de ellos se encuentre en un planeta (o base espacial o nave) totalmente distinto. Por su parte, Luke percibe que la muchacha se está sintiendo fuertemente atraída hacia la citada cueva de la isla, la cual parece estar vinculada con la oscuridad y le causa bastante rechazo al maestro jedi.

Arte conceptual del entrenamiento de Rey con Luke, en The Art of Star Wars: The Last Jedi

Durante una de sus conexiones, Rey ve y reacciona ante Kylo Ren al estar éste sin camiseta ni nada que le cubra el torso, una escena que Johnson rodó para dejarle claro al espectador que estos dos personajes pueden verse con total claridad. Inmediatamente después de esto, la muchacha corre hacia la cueva, incrustada en el suelo y con forma que puede recordar a la de una vagina (vello púbico incluido), en donde es sumergida accidentalmente en el agua, perdiendo su característico peinado de moños y quedándose a partir de entonces con la mayor parte de su pelo suelto.

Hacemos hincapié en lo del cabello porque a nivel literario y narrativo la forma en la que un personaje femenino lleva recogido su pelo es en bastantes ocasiones asociado a su sexualidad. Así, alguien con el pelo recogido puede ser vinculado con la infancia, la asexualidad y la seriedad, mientras que el soltárselo es referente a la liberación, tanto a nivel sexual como espiritual. No viene de la nada el famoso dicho «desmelenarse».

Durante esta secuencia, Rey busca respuestas a la pregunta que más la está atormentando: quiere ver a sus padres. El mensaje que recibe, en una secuencia algo psicodélica y que recuerda tanto a Luke en la cueva de Dagobah como a Harry Potter ante el espejo de Oesed, es la de dos figuras que se acercan primero y que se funden finalmente en una sola: ella (recalcamos lo de las dos figuras porque, aparte de verse en la película, el arte conceptual de Los últimos jedi deja claro que al menos se tuvo en mente que eran Kylo Ren y la susodicha).

Arte conceptual de Rey en la cueva, extraído de The Art of Star Wars: The Last Jedi

Rey sale de la cueva y acude al propio Ben Solo, a quien le cuenta lo ocurrido. En este momento, él le dice que ella no está sola, ante lo que ésta responde que él tampoco y, en una secuencia bastante pausada, ella le tiende su mano a él para tocarlo, a lo que él responde sacándose el guante y haciendo lo propio. Cuando las manos de ambos finalmente se tocan, la respiración de ella se entrecorta, pero los interrumpe Luke, quien iracundo les ordena parar y derrumba la choza en donde se encuentran.

Esta escena es determinante no solo dentro de la trama de Los últimos jedi (es la que torna a Rey del lado de Ben, dejando atrás a Luke), sino en su propio contenido sexual, no tanto por lo que muestra (dos manos tocándose, algo a lo que Johnson se refirió como exponente básico de intimidad), sino por CÓMO lo muestra: Rey y Ben solos en la tienda, iluminados solo por un fuego, con ella aún mojada por la experiencia en la cueva, rozando piel con piel y respiración entrecortada. La reacción de Luke pone la guinda al pastel.

Como decíamos, es a partir de este momento que Rey rompe con la «figura paterna» (a la cual ya había desafiado al introducirse en la cueva) y se larga de Ahch-To para ir a buscar a Ben. Acude a él en una especie de nave-cabina, tumbada con el sable abrazado sobre su pecho, en una escenografía que claramente nos recuerda a una Blancanieves o una Bella Durmiente.

Arte conceptual de Rey, Ben y Luke, extraído de The Art of Star Wars: The Last Jedi

Cuando los dos jóvenes vuelven a estar solos en un ascensor, de camino al trono de Snoke, la secuencia vuelve a mostrarse bastante intimista, con ella acercándose mucho a él, mirándole a los ojos, luego a los labios, luego a los ojos de vuelta, a la vez que le sugiere que se vaya con ella al lado luminoso. Se trata claramente de un intento de seducción, al cual él responde con la misma moneda.

Finalmente, ante Snoke y su guardia pretoriana, totalmente vestida de rojo en una habitación que también está cubierta de carmesí, Rey y Kylo Ren dan inicio a una batalla que incluye intercambio de sables láser entre ellos, agarre de cadera, ella siendo herida, perforaciones y penetraciones varias para finalizar con Rey al grito de «¡Ben!» y ambos  mirándose con respiración nuevamente entrecortada. En fin, si esto no es lo más cercano a una escena sexual en Star Wars, que venga George Lucas y lo vea.

Tras la batalla aquí descrita, viene la proposición de Kylo Ren a Rey, la cual ésta rechaza, huyendo y dejándolo a él de nuevo «dormido» (en realidad inconsciente por una explosión), pose en la que se lo encuentra Hux al llegar al trono de Snoke. El típico vértigo post-coital. El resto, como sabemos, ya es historia… hasta la escena final, con Kylo Ren arrodillado nuevamente ante Rey, quien lo manda a dormir al sofá.

Frente a esta historia, tenemos el romance más típico (para este tipo de películas) de Finn y Rose, que se desarrolla sin mayores altercados, para finalizar con un pico bastante casto. Esta es, sin embargo, la relación más directa (y sana) de ambas, también la más infantil y, por lo tanto, inocente. Frente al crecimiento, «despertar» y entrada en la madurez de Rey, tenemos la del propio Finn, cada uno en su estilo. A ver por dónde nos sale J.J. Abrams en su Episodio IX, siguiendo al capítulo que ya ha sido catalogado por una parte de la prensa como «el más sexual» de todos.

Tokyo Goul: Re y la imagen de «la mala mujer»: Tooru Mutsuki

Tenemos en mente (desde hace bastante) escribir un Japoneando Anime de Tokyo Ghoul, pero desde hace un tiempo lleva rondando mi cabeza la presencia de un personaje en concreto de dicha serie, el cual me parece que lleva un desarrollo de lo más interesante (a la espera de ver su conclusión) a la par que atrayente, hablamos de Tooru Mutsuki.

Con el capítulo 155 recientemente lanzado en Japón, nos resultó ya inevitable ponernos a hablar de Mutsuki y toda la controversia que lo rodea, desde si es realmente o no un ejemplo de personaje transgénero, si es simplemente una mala pécora que merece morir lenta y dolorosamente o una pobre alma perdida. En realidad, Mutsuki tiene bastante de todo esto, y las reacciones de los seguidores del manga hacia él son de lo más variopintas y también intensas. Avisamos que puede haber SPOILERS de Tokyo Ghoul: Re y que este artículo se basa especialmente en nuestra opinión.

Hagamos un repaso de su historia: Tooru Mutsuki nació como mujer en una familia humana, donde su padre abusaba de él y su madre no parecía hacer mucho para impedirlo, hasta que en un momento dado Mutsuki tuvo una descarga de ira violenta y los mató a todos. Cuando la CCG los encontró, él parecía no recordar nada de lo sucedido, dijo que los ghoul habían asesinado a sus parientes y que de ahora en adelante le gustaría ser tratado como hombre, vistiendo y aparentando superficialmente ser uno, adoptando pronombres masculinos y haciendo uso de las instalaciones masculinas.

De este modo, Mutsuki va entrenándose como investigador ghoul y termina entrando en el equipo de Haise Sasaki (alter ego de Ken Kaneki) junto a Kuki Urie, Ginshi Shirazu y Saiko Yonebayashi. Durante una misión, Mutsuki atrae la atención del ghoul conocido como «Torso», quien descubre que es biológicamente una mujer y se obsesiona con él, hasta el punto de secuestrarlo y, nuevamente, sufrir abuso. Al principio Mutsuki se mantiene «pacíficamente» (es un decir) con Torso, hasta que otra vez estalla violentamente y lo mata, autoliberándose.

A partir de este episodio, Tooru comienza a recordar más eventos de su vida pasada más perturbadora y, unido a la partida de Sasaki de la CCG y su consecuente obsesión con él, empieza a desarrollar más su lado sádico y claramente dañado (y dañino) de su personalidad, hasta el capítulo que nos ocupa.

Esta es, a grandes rasgos, la historia de Mutsuki, la cual tiene grandes similitudes y paralelismos con la del propio Kaneki (abusos por parte de un familiar, personalidad amable y sumisa frente a otra más sádica y problemática, la no aceptación inicial de una identidad…). Sin embargo, a Mutsuki se le añade un matiz bastante interesante en relación con los problemas de género.

Para los que conozcan el caso real de Natascha Kampusch (y sino, tenéis un resumen como siempre en la auxiliadora Wikipedia), el de Mutsuki guarda con él alguna que otra similitud, especialmente en su caso con Torso. Unos meses después de su autoliberación, Kampusch salió en la prensa diciendo que quería raparse el pelo y «parecer un hombre, ya que los hombres no atraen tanto la atención». También se comentó que parecía tener una conducta más hostil hacia otras mujeres, de forma similar (aunque mucho más radical y violenta) a Tooru con Touka, a quien considera principal culpable de la partida de Sasaki.

La conducta de Mutsuki hacia Touka aquí es bastante ilustrativa: Sasaki no se fue porque él quisiera, porque el propio Haise fuera un «engaño», por la corrupción de la CCG o por la intervención de Arima. No, si Sasaki se fue es EXCLUSIVAMENTE culpa de otra mujer, en este caso Touka, y por lo tanto hay que erradicarla, así el querido inspector volverá. Algo así debe pensar la cabeza de Tooru.

Todos estos indicios, a mí me hacen vislumbrar a Mutsuki como, primero, una víctima de (repetidos) abusos a manos de hombres, en algunos casos cercanos a él. Y segundo, como alguien que absorbió todas las perspectivas de esas figuras masculinas hacia las mujeres, que son completamente negativas: la mujer como el sexo débil, como alguien perturbador y desequilibrado, excesivamente emocional, que «roba» a otros hombres.

Por eso, en mi opinión, y similar a Kampusch, Tooru quiso (quiere) hacerse pasar por hombre y ser tratado como uno, porque el hombre es el fuerte, el que tiene el control, el que no llama la atención y, por lo tanto, no recibe abuso. Cuando Mutsuki deja de usar el pronombre masculino «Ore» por el neutral «Watashi» es justamente cuando Torso lo secuestra: ahí vuelve a ser mujer, en posición inferior, sumisa, lista para ser abusada. Actualmente habla más abiertamente de que en realidad es del género femenino (en el capítulo 154 lo dice directamente a Urie, quien ya lo sabía, y Saiko), porque se encuentra de nuevo en una posición de descontrol (al menos emocional).

Lamentablemente, y como vemos, estos casos suceden en la vida real (algo intolerable), donde el hombre (evidentemente, en este tipo de casos) intenta robarle a la mujer su identidad y voluntad, como si se tratase de una mera extensión de él, el fuerte, a quien le debe su propia existencia. Es la figura femenina mal entendida y que sirve para contrastar la posición dominante del otro, que no debe existir y ser erradicada; del mismo modo que la madre de Kaneki intentaba anular la voluntad de éste, pero despojado del elemento de género (porque los problemas de identidad de Ken nunca están relacionados con que si es o no un hombre, sino con su propia personalidad y lado más oscuro).

Curiosamente, no son pocos los seguidores de Tokyo Ghoul que, cuando ven a Tooru desatado, le dirigen los calificativos más propios de «la mala mujer», a saber: «bitch», «whore», acompañados o no de adjetivos como «crazy» o «fucked up» (lo traducimos brevemente, todos ellos significan puta). Es cierto que Mutsuki entra en todos los cánones de la figura «yandere» (el estereotipo dentro del manga donde un personaje se muestra normalmente como alguien tierno, amable y tímido, pero con un lado perturbado que de repente «explota»), pero también lo hace Kaneki y el grado de aversión hacia él es mucho menor (también somos conscientes de la irritante actitud de Tooru hacia Touka).

En definitiva, vemos a Mutsuki como la figura de una mujer repetidamente maltratada, que absorbe la ideología del maltratador hasta cierto punto y, en parte por esto y como medida de autoprotección, asimila una identidad masculina, que a su vez es la que refleja la parte más «controlada y equilibrada» de Tooru. ¿Significa esto que Ishida (autor de Tokyo Ghoul) está asociando el lado femenino con el negativo? Desde nuestro punto de vista, al contrario: está mostrando una lamentable realidad, donde la mujer en muchos casos se ve obligada a «dejar de existir» si es que justamente quiere vivir (la propia Kampusch habla extensamente sobre esto en su autobiografía 3096 días), que es lo que pretenden los hombres abusadores.

Ahora solo queda esperar a ver cómo se desenvuelven las cosas, ya cercanas a su conclusión. No por nada, frente a Mutsuki, Ishida ha colocado al que actualmente es quizás el personaje más equilibrado de Tokyo Ghoul: Re (que tampoco es decir mucho porque casi todos están como cabras): Kuki Urie.

Hablemos de Kylo Ren/Ben Solo (Star Wars)

Star Wars: Los últimos jedi se estrenó el pasado 15 de diciembre y todavía está dando que hablar en redes sociales y medios varios, para bien y para mal. Teniendo en cuenta el lapso de vida de las novedades en Twitter o Facebook, es bastante. Uno de los temas centrales de los debates que la rodean es el personaje de su villano (¿o anti héroe?), tanto en el episodio siete como en el que nos ocupa: Kylo Ren, también conocido como Ben Solo, único hijo de Han y Leia, interpretado por Adam Driver. Avisamos de paso que se avecina un largo análisis con SPOILERS de Los últimos jedi.

Tanto J.J. Abrams (director de El despertar de la Fuerza y el Episodio IX) como Rian Johnson (director de Los últimos jedi) han dejado caer varias declaraciones sobre la ambivalencia del personaje de Kylo y CÓMO NO es Darth Vader, a pesar de que al ver su diseño es lo primero que nos trae a la mente. Así, Abrams comentó que tanto a él como a Kathleen Kennedy (presidenta de Lucasfilm) se les ocurrió Driver tras unas pocas pruebas de casting a algunos actores debido a su versatilidad, hasta el punto de que fue el primer miembro del reparto en ser anunciado al público. Johnson, por su parte, ha declarado, entre otros, que Kylo y Rey «son las dos partes de un protagonista».

De este modo, diseños aparte, Kylo Ren poco y nada tiene que ver con el prototipo de villano que era Vader, más allá de ser su nieto, que tenga una cierta admiración por él y, de hecho por eso, copiarlo en la apariencia y vestimenta.

Con quien sí guarda mayor similitud es con Anakin, tanto en el aspecto debajo de la máscara (cicatriz ahora incluida), como en la actitud de un muchacho muy poderoso que no sabe muy bien qué hacer con el papel que le ha tocado jugar, derivando en una enorme inestabilidad emocional. Porque, si algo tiene Ben en común con su abuelo, es que ambos son tremendamente emocionales, hasta el punto de traspasar los límites de la cordura y de inestabilizarse con cierta facilidad.

Si hacemos caso a las palabras de otros personajes a lo largo de las últimas dos cintas, Ben también guarda cierta similitud con Han (Snoke le dice que tiene el corazón de su padre), lo que no debería pasar desapercibido entre tanto trato negativo en Ben, incluyendo entre los miembros de su propia familia. De lo poco que hemos visto a Han y su hijo juntos, la relación entre ellos debía ser algo distante. El dueño del Halcón Milenario no sabe muy bien qué hacer con el niño poco después de nacer debido a su conexión con la Fuerza y años más tarde se dedica a enseñar a otros jóvenes pilotos más que otra cosa, según Bloodline, además de lo comentado por el propio Kylo a Rey. Sin embargo, y a pesar de la dramática deriva de los acontecimientos, Ben no odia a su padre, como también le dice a la muchacha. Si acaso, su muerte lo ha sumido aún más en la confusión emocional en la que estaba sumido.

Una víctima de abuso y un pésimo líder

Llegados a este punto, ¿qué sabemos realmente del pasado de Kylo Ren? Pues más bien poco. único hijo de Han y Leia, poderoso en la Fuerza desde el momento en que nació, según Abrams, Kylo es tan fuerte en el lado luminoso como en el lado oscuro, lo que rápidamente atrajo la atención de Snoke. Se ve que este ser lo acechó desde temprana edad, aunque no sabemos exactamente cuándo (¿infancia? ¿adolescencia?). Sea como sea, sus padres, bastante metidos de lleno en sus respectivas carreras (Han como piloto, como ya decíamos, y Leia como política de la nueva república), se dieron cuenta en algún momento de que estaban perdiendo a su hijo y decidieron mandarlo con Luke, quien había fundado una academia jedi con una docena de estudiantes,

Luke y Ben entrenaron juntos por algún tiempo, pero llegó un punto en que el primero tuvo una visión del segundo, donde Snoke ya había llegado a lo más profundo de su corazón, y por puro instinto durante un momento fue a matarlo mientras dormía. Evidentemente, Luke enseguida cayó en la cuenta de la atrocidad que estaba a punto de cometer y se detuvo, pero ya era tarde: su sobrino había despertado y lo había visto. Ben evidentemente se defendió y derribó a Luke, se llevó a algunos de sus estudiante (¿los caballeros Ren?) y al resto los mató, incendiando de paso su academia.

Ben Solo no era siempre un conflictivo muchacho que daba problemas. Extracto de la guía visual de Los últimos jedi, por Pablo Hidalgo

Es increíblemente significativo que en dicho momento Ben no acudiera a sus padres… sino a Snoke, lo que nos habla de que efectivamente el villano ya tenía una poderosa influencia sobre él. Sin embargo, si nos fijamos en la actitud de Snoke hacia Kylo tanto en el séptimo episodio como en el octavo (más en los pocos minutos que trata a Rey), nos damos cuenta de que el primero es tremendamente abusivo con el segundo, recurriendo a humillaciones psicológicas («el increíble Kylo Ren» con tono de sorna al burlarse que ha sido derrotado por una inexperta), emocionales (prácticamente lo obliga a matar a Han) y físicas (el rayo, la tortura a Rey).

Si sumamos esto último a la sensación de soledad y abandono que ha debido sentir Ben por los poderes con los que ha nacido, la temprana edad a la que Snoke debió empezar a contactarlo y el bagaje emocional que de por sí lleva en los genes, nos parece que demasiado bien está Kylo Ren después de todo.

¿Dónde está el mayor drama, entonces? En que, una vez liberado de Snoke, y de hecho habiéndolo asesinado él (pudo matar a Han, pero no a Rey), Kylo Ren ya debería estar libre para poder tomar mejores decisiones… solo que no lo está. Si nos fijamos, tras el asesinato del líder de la Primera Orden y de su guardia pretoriana, lo primero que hace Kylo es quedarse mirando fijamente el cadáver de Snoke. Claramente está en shock. Es probable que tenga estrés postraumático en ese mismo momento y en los años próximos.

Arte conceptual de Los últimos jedi, extraído de The Art of StarWars: The Last Jedi

Sin embargo, Rey, por quien acaba de dar dicho paso, le dice que salve a la Resistencia. Pero Kylo tampoco guarda aprecio hacia el grupo (los llama ladrones, asesinos y traidores en la cinta anterior), está hasta las narices de todo y quiere mandarlo al carajo. Una reacción, a priori, muy normal en alguien que aún está en shock. Rey choca con él en este punto y ya sabemos todos cómo sigue la cosa.

La rabieta posterior de Kylo Ren es bastante criticada, y no falta razón, pero tengamos en cuenta que la película está contada desde la perspectiva de «los héroes», y él está en el bando de «los villanos». Si fuera al contrario, sinceramente, tampoco le faltarían motivos al muchacho para estar cabreado, más teniendo en cuenta lo fácil que es que salte. La aparición de Luke empeora aún más las cosas, pues Kylo odia a su tío: es el principal culpable de su actual situación, con la cual no parece que esté radiante de felicidad. Tanto es así, que ni se da cuenta de que lo que está frente a él ni tan siquiera es REAL, ya que Luke no deja marcas de pisadas en la sal que cubre Crait (solo por poner un ejemplo).

Toda esta secuencia también sirve para mostrarnos otra cara de Kylo: la de un pésimo líder. No sabe dar órdenes (Hux se le intenta imponer a la mínima y en cualquier momento me huelo un Frank Underwood con él) y se guía puramente por sus emociones, no por la estrategia ni por la ideología de la Primera Orden, la cual creo que se la trae más bien al pairo (cuando se le propone a Rey, entre otras cosas le dice que acaben juntos con la organización). Todo ello concluye en un gran fracaso para «los malos» y con los escasos miembros de la Resistencia huyendo con vida, lo que no es poco.

Por lo tanto, en lo personal veo poco probable que haya un gran salto temporal entre Los últimos jedi y el noveno episodio, entre otras cosas porque no veo a Kylo Ren gobernando la Primera Orden durante mucho tiempo sin graves consecuencias, comenzando para él mismo. Hux sigue rondándole y la última mirada que le dirige antes de finalizar la película no es precisamente de aprecio. Puede que el general no sea poderoso en la Fuerza, pero dentro de la Primera Orden tiene más contactos que Ren seguro (a quien se ha mostrado que temen, pero no respetan), por lo que es fácilmente imaginable la organización de una especie de golpe de Estado.

No es tampoco poco significativo que la última escena protagonizada por Kylo Ren en Los últimos jedi lo muestre arrodillado ante Rey, agarrando los dados de la suerte que pertenecieran a su padre, con gesto triste y actitud arrepentida, mientras un rayo de luz lo ilumina en medio de la oscuridad.

Esto ya lo hemos visto en otra parte…

La historia de lo que llevamos hasta ahora de Ben Solo y Kylo Ren no es única en el mundo del entretenimiento. De hecho, los seguidores de anime, manga y videojuegos procedentes de Japón tienen ejemplos varios. Cáspita, hasta Elza de Frozen podría servir de referencia en ciertos puntos. A partir de aquí, habrá SPOILERS de Naruto y de Code Geass.

El más llamativo es probablemente el de Sasuke Uchiha (Naruto), protagonista primero y villano después, empezando la serie como compañero, rival y amigo de Naruto para después volverse su enemigo, movido primero por las ansias de venganza personal y por, adivinad, estrés postraumático posterior, hasta el punto de querer acabar con todo el orden ninja establecido, el cual percibe como corrupto, aunque para ello tenga que matar a Naruto, a Kakashi, a Sakura o a quien haga falta.

Por suerte, Naruto nunca pierde del todo la esperanza en él (aunque hay momentos que casi), y en un enfrentamiento final donde ambos pierden sus brazos, Sasuke «ve la luz» y vuelve al lado luminoso (valga la redundancia). Tras unos años de exilio, y sin llegar a recuperar nunca su brazo, Sasuke acaba viviendo en Konoha con Sakura y ambos tienen una hija, Sarada, restaurando asimismo el clan Uchiha (del cual solo quedaba él).

La otra gran similitud percibida es con Lelouch Lamperouge, protagonista de Code Geass, aparentemente un estudiante normal que un día y de forma fortuita se ve ¿bendecido? ¿maldecido? con el poder del geass, el cual causa que todo aquel que lo mire directamente a los ojos siga sus órdenes. Lelouch decide usar este poder principalmente como medida de venganza personal, adoptando un alter ego enmascarado (vaya) conocido como Zero, con el cual también se erige como una figura justiciera frente al opresor imperio de Britannia. Sin embargo, Lelouch se va obsesionando con su venganza hasta el punto de derribar a todo aquel que ose interponerse, aunque sean sus amigos, parientes o similar.

Llegado el momento, Lelouch llega hasta sus padres, el emperador de Britannia, objeto principal de su venganza, a quien asesina. ¿Qué hace entonces el chico? Se auto erige como máximo dirigente y se vislumbra como la nueva principal figura opresora. Al final, Lelouch acuerda con su amigo Suzaku su asesinato ante el público y, en teoría, muere (aunque algunos teorizan que es una farsa para escapar con C.C. a la vez que le deja un mundo mejor a Nunally, que era su deseo). Sea como sea, parece que Lelouch volverá para una tercera temporada.

Podríamos hablar de otras representaciones de estos personajes más antihéroes (o héroes byronianos) y de sus contrapartes heroicas sin artificios, como Riku y Sora en Kingdom Hearts, Seifer y Squall en Final Fantasy VIII, Delita y Ramza en Final Fantasy Tactics, etc. En definitiva, parece ser un concepto que encanta a los asiáticos.

Lo que en mi opinión queda claro es que Kylo Ren se redimirá de alguna forma (¿dónde estaría la gracia de la trilogía entonces?), pero si en el camino sobrevivirá o si llegará totalmente íntegro ya es otro cantar… La narrativa está poniendo bastante énfasis en que el objetivo es obtener el verdadero equilibrio en la Fuerza, no que prevalezca un lado sobre el otro, que es en donde fracasaron las anteriores trilogías, con la oscuridad prevaleciendo en las precuelas y la luz en la original (como bien dirían en Kingdom Hearts, a más luz haya, mayor será la oscuridad). Ben Solo debe hallar ese equilibrio en él mismo, pero también entre él y Rey.

Podríamos hablar extensamente también de la interesante relación entre Kylo Ren y Rey, de qué papel puede jugar en el destino de la galaxia como último Skywalker (¡y Solo!), de cómo su historia parece ser la misma que la de Anakin pero a la inversa («terminaré lo que tú empezaste»), y más cosas, pero eso nos llevaría a escribir nuestra propia trilogía. Lo que sacamos en claro es que Kylo Ren/Ben Solo es, para nosotros, el personaje más interesante de esta nueva saga. Esperamos que sepan darle una conclusión satisfactoria.

Lo mejor del año 2017 en cine, series y videojuegos

Al igual que hiciéramos en el 2016, este año ya va llegando a su fin y toca hacer reflexión y recopilación de lo que, desde nuestra experiencia, ha sido lo mejor en los ámbitos de cine, series y videojuegos. Admito que yo al menos no tenía muchas esperanzas puestas en este 2017 cuando echaba un vistazo a la lista de estrenos, pero lo cierto es que las expectativas han sido superadas con creces, y creo que lo mejor de este año ha superado en calidad al anterior.

5- Logan (James Mangold)

El cierre al personaje interpretado desde hace más de una década por Hugh Jackman es también su mejor película, y con diferencia (incluyendo a las de X-Men donde aparece). Logan es pura crudeza y melancolía del cine crepuscular, con un Jackman en estado de gracia acompañado por unos también carismáticos Patrick Stewart (Charles Xavier) y Dafne Keen (X-23, Laura).

La cinta se sitúa en un futuro postapocalítico, con un Logan desencantado con la vida y cuidando de un avejentado (y casi senil) profesor Xavier, a la vez que se esconden de la caza de mutantes surgida a raíz de cierto incidente. En su camino se topará con una misteriosa mujer que le suplicará ayuda para una niña que la acompaña y que resultará estar bastante vinculada a nuestro protagonista.

En Logan confluyen una dirección espectacular, con un ritmo que no decae, unas interpretaciones carismáticas y, sobre todo, mucha llorera, especialmente para los que hemos amado al personaje desde su nacimiento en las viñetas. Para mí, la mejor cinta de superhéroes hasta la fecha (admitiendo que no soy especialmente fan del género).

Puedes leer nuestra crítica de Logan aquí.

4- Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve)

Había muchos recelos ante la confirmación de una secuela de una obra de culto como lo es Blade Runner (Ridley Scott, 1982), por mi parte también, aunque al proyecto fuesen sumándose nombres como Denis Villeneuve, Ryan Gosling y los propios Ridley Scott y Harrison Ford. El resultado despejó todas mis dudas, topándome con una película que conserva lo mejor de su antecesora y atreviéndose a dar unos pasos más allá.

Es cierto que esos contados atrevimientos son casi lo peor de la cinta, ya que dejan entrever la idea de expandir un universo que, aunque atractivo, mejor dejarlo como está por si acaso la cagan.

Centrándonos ahora en Blade Runner 2049, lo mejor es sin duda su cinematografía (Roger Deakins merece un Oscar), seguido de un guión que trae temas de rabiosa actualidad y que te dejan pensando (como su predecesora) y unos personajes que, al menos a mí, me resultaron bastante atractivos.

En su contra juegan una historia demasiado larga y que se desinfla por momentos y, como decíamos, esas tramas abiertas con planteamientos de secuelas (innecesarias, sí). Lamentablemente, Blade Runner nunca fue un producto que atrajera al público mayoritario, algo que se ha visto reflejado en los número de taquilla.

Puedes leer nuestra crítica y análisis de Blade Runner 2049 aquí.

3- Coco (Lee Unkrich)

El tándem Disney-Pixar suele resultar (casi siempre) una apuesta seguro por el entretenimiento de calidad, de la animación que es capaz de divertir a los niños y emocionar a los adultos. Lamentablemente, la casa de Flexo llevaba unos últimos productos que no lograban calar tan hondo como algunos de sus clásicos (Toy Story, Monstruos S.A., Wall-E). Coco parecía que iba a ser más de lo mismo, oliendo además a refrito de El libro de la vida.

No pude alegrarme más de estar equivocada. Coco es simplemente maravillosa, con una animación espectacular, un respeto reverencial y cándido hacia la cultura mexicana y una historia con unos personajes que te sacan las lágrimas en más de una ocasión. Y por supuesto la música, aquí especialmente importante, también en homenaje a México.

Puedes leer nuestra crítica de Coco aquí.

2- Star Wars: Los últimos jedi (Rian Johnson)

La gente todavía está hablando bastante de la última película perteneciente a la saga Star Wars… lo cual ya de por sí es bueno, aunque no siempre sea en buenos términos. Para nosotros, el octavo episodio no es perfecto, pero es lo más cercano a una película de la franquicia creada por George Lucas que nos ha tenido entre obsesionados y perturbados durante días, tras un séptimo capítulo con mayor adrenalina, pero también más calcado y «sobre seguro».

Los últimos jedi es una historia fundamentalmente sobre personajes, sobre su psique, a lo que ayuda el contar con un actor de la categoría de Adam Driver (Osacr Isaac, Laura Dern, Benicio del Toro y Domhnall Gleeson están más desaprovechados), un «Anakin bien hecho», en contraposición a un Hayden Christensen que no tenía el respaldo de un guión con diálogos al menos aceptables.

La cinematografía es el otro gran componente de esta cinta, con planos que quedan grabados en la retina (sin querer hacer spoiler, cierto momento con una nave y otro frente a unos AT-AT y soles) y otros que te dejan los pelos como escarpias.

El hecho de que esté levantando tanto odios como pasiones deja en claro algo: Los últimos jedi ha ido a arriesgar, algo que no hizo su predecesora y que recuerda a las reacciones guardadas de algunos espectadores tras los primeros visionados de El imperio contraataca. Solo esperamos que J.J. Abrams sepa estar a la altura para poder ponerle un broche de oro.

Puedes leer nuestra crítica sin spoilers de Star Wars Los últimos jedi aquí.

1- NieR Automata (Yoko Taro)

Y llegó NieR. Lo cierto es que servidores no habíamos jugado ningún juego de NieR ni de Drakengard con anterioridad, por lo que llegábamos a Automata con la mente en blanco y atraídos por una estética muy de anime y una jugabilidad entre la acción y el RPG adictiva. Y qué MARAVILLA nos encontramos.

NieR Automata no es la mejor experiencia de ocio de este 2017, lo es desde hace varios años. Su poderosa narrativa, con momentos que te hacen reír y llorar, cuestiones existencialistas, personajes que te llegan al alma y un (o varios) final que te dejará estupefacto y con sonrisa bobalicona durante días (¡incluso semanas!). Si le añades la citada jugabilidad y una banda sonora compuesta por el siempre espectacular Keiichi Okabe hallamos esta OBRA MAESTRA.

Su director, Yoko Taro, no quiso quedarse ceñido a las barreras que ofrece un videojuego al que Square Enix apostó tras varias paupérrimas inversiones en el pasado, y decidió expandir aún más el universo de Yohra, los androides y su eterna guerra contra las máquinas a través de novelas, conciertos y videoclips que también dejan huella. Hasta ahí llegan 2B, 9S y A2, los tres personajes principales que, espero, me acompañen durante mucho más tiempo, aún con toda su melancolía. Y que Yoko Taro nunca los mate.

Puedes leer nuestra crítica de NieR Automata aquí.

Puedes leer nuestro análisis sobre NieR Automata y las construcciones de género por este otro lado.

Y puedes leer todos los conciertos traducidos e historietas cortas de NieR Automata en nuestro blog dedicado.

Menciones de honor

Por supuesto, la segunda temporada de Stranger Things (crítica aquí) hubiese entrado fácilmente en este top5, pero como ya incluimos a su también extraordinaria primera parte en la lista de 2016 no queríamos parecer demasiado repetitivos.

En cuanto a anime y manga, han habido varios descubrimientos en este 2017, destacando a mi parecer Koe no Katachi (análisis aquí) y La pequeña forastera (Totsukuni no Shoujo, análisis también por aquí), pero ninguna es realmente de este año, por lo que aquí lo dejamos.