NieR Automata y la construcción de género

NieR Automata es esa joya que no reluce en un primer momento. Y no lo digo porque su director y creador, Yoko Taro, no haya sacado otras magnas obras en el pasado, sino porque, a simple vista (al menos para quien esto suscribe), NieR Automata muestra una estrategia de marketing MUY propia del mundo de los videojuegos, con la mujer evidentemente guapa y sexualizada que además reparte mamporros por doquier en un mundo postapocalíptico, un juego de acción más.

Está claro que es así como han querido (quieren) vender NieR Automata, y no les culpo pues es una fórmula que evidentemente lleva un tiempo funcionando muy bien. Es una grata sorpresa encontrarte con que no solo se trata de un gran juego, con una historia emotiva y currada y unos personajes (esta es la mayor sorpresa) complejos, sino que además es una buena demostración de cómo se pueden invertir los cánones propios de las construcciones de género… aunque se venda como justamente todo lo contrario (atención que vienen SPOILERS).

Tenemos a 2B, la protagonista (¿es realmente LA protagonista?), la mujer guapa sexualizada que reparte mamporros que mencionábamos. Uno de los vídeos promocionales (o todos) nos dejaba verla en ropa interior, impoluta y mostrando perfectos glúteos, no digo más. La cosa mejora cuando vas comprobando, a través fundamentalmente de su relación con 9S (el hombre/androide), que 2B es básicamente un ser con dudas (bastante fuertes, aunque no lo demuestre) sobre el objetivo para el que la han programado y todo lo que éste conlleva: matar máquinas, proteger a una humanidad que ya no está y sobre todo NO sentir.

2B cumple perfectamente el papel del hombre dentro del heteropatriarcado más tradicional: está al mando, no debe cuestionar, no debe mostrar sus sentimientos, ha de proteger y ser físicamente fuerte. Todo ello intenta cumplirlo (no siempre con éxito) a rajatabla con 9S, del que hablaremos a continuación.

9S es un poco la otra cara de la moneda de 2B: de aspecto frágil, más cerebral y sensible que físicamente fuerte y con mucha mayor tendencia que su compañera a dejarse llevar por sus sentimientos y emociones (uno de los finales alternativos incluye a 9S abandonando su misión porque no puede saciar su curiosidad). Así es, este otro androide cumple a la perfección el molde heteropatriarcal de la mujer. Yoko Taro nos la ha jugado, sobre todo teniendo en cuenta la citada campaña de marketing, aunque la misma portada del videojuego muestre a 2B cargando en brazos «a lo novia» a un inconsciente/muerto 9S.

No es extraño, teniendo esto en cuenta, que mucha gente confunda de este modo la relación entre 2B y 9S, pues todavía vivimos en un mundo fuertemente heteropatriarcal (y nos hemos criado en uno). No es factible que el hombre quede «por debajo» físicamente de la mujer más fuerte, y mucho menos que éste sea «un llorón». Porque los hombres, ya se sabe, no deben llorar. De este modo, 9S ha de ser algo así como el hijo o el hermanito menor de 2B. ¿Qué es eso de que en una relación romántica entre miembros de distinto sexo él cumpla el papel que debería pertenecer a ella, y viceversa? Nah, entonces es que al hombre le falta crecer, ha de ser un niño, y la mujer está para cuidarlo o protegerlo hasta que se convierta en un hombre «de los de verdad». De ningún modo es que dos adultos, hombre y mujer, puedan desempeñarse así. Poco importa que 9S dé pocas muestras a lo largo del juego de que tiene poco y nada de niño, diseño «shota» aparte.

2B y 9S no son una rareza en el mundo de NieR Automata: todas las androides de lucha (o asesinas) que vamos encontrándonos son mujeres, mientras que los modelos S («Scanner», de búsqueda y rastreo) son hombres con el mismo frágil aspecto. ¿Se trataría entonces de un matriarcado? Difícil decirlo cuando hablamos de máquinas y androides, pero a la postre la Comandante es una mujer y la líder de uno de los reductos guerrilleros, Anémona, también lo es. De hecho, quitando a Pascal (del que hablaremos) y a Adán y Eva (que no tienen género propiamente dicho), no recordamos a ningún hombre-líder en la historia, salvo quizás «el rey del bosque» quien, aparte de máquina, es… ¿un bebé?

No es la primera vez que Yoko Taro explora las construcciones de género. En el primer NieR, Kainé, otro personaje con diseño altamente sexualizado, es al final un exponente de ambos sexos (biológicamente hablando); y en este Automata el robot Pascal utiliza pronombre masculino aunque tenga la voz de una mujer (concretamente la de Aoi Yuuki en la versión japonesa). El propio Taro ha asegurado que no le gusta seguir siempre una misma pauta y que procura alejarse de los cánones que le va marcando la industria.

No estoy intentando decir con esto que 9S está por debajo de 2B, ni viceversa, de hecho me parece que ambos mantienen una relación bastante fascinante (aunque ralle en lo obsesivo en varias ocasiones), al igual que me lo resulta esta especie de «inversión de construcciones de género». E incluso yo siempre afirmo que el verdadero protagonista de la historia es 9S (es al menos el personaje que mayor evolución se marca y el que creo que más conduce la narrativa). Tampoco estoy pretendiendo poner a NieR Automata como ejemplo de ruptura con el heteropatriarcado, porque no creo que ese fuera (ni mucho menos) el objetivo de Yoko Taro, sino más bien el de explorar. La idea era más bien expresarme sobre este aspecto de esta maravilla que es NieR Automata y sus personajes.

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Final Fantasy VII cumple hoy 20 años en Europa

El hijo predilecto de Squaresoft (ahora Square Enix), Final Fantasy VII, cumple hoy 20 años de su salida al mercado en este continente, suponiendo por aquel entonces «el primer» juego de la saga en llegar a estas tierras (ya sabemos que no es exactamente así, pero sí fue la primera entrega de Squaresoft por impacto), convirtiéndose automáticamente en uno de los mayores exponentes del género RPG («Role-Playing Game»), algo casi desconocido por el público general europeo.

En mi caso, no descubrí Final Fantasy VII hasta unos años más tarde, concretamente en el año 2001, tras haber quedado maravillada con Final Fantasy IX y VIII, por ese orden. Un amigo del colegio de aquel entonces me dijo que su primo tenía la séptima entrega y había conseguido que le prestase el primer CD. Como aún era periodo vacacional, ipso facto nos fuimos a casa y comenzamos a jugarlo en la Play Station: al principio no me decía nada, los preciosos gráficos y colores del IX estaban aún grabados en mi retina, junto al mayor realismo del VIII. Pero la percepción no tardó en cambiar.

Derroté al primer Jefe Escorpión y conocí a Aeris… ¿quién era esa chica? Seguro que iba a ser importante. ¿Y por qué Cloud es tan borde? Ey, si a mí me gustan los personajes antipáticos (Vegeta y Logan son testigos). ¿Y esa música que suena? Sin haberme dado cuenta de ello, la historia ya me tenía totalmente atrapada y en los próximos seis meses no dejé de pensar en otra cosa que no fuese Final Fantasy VII.

Para una chica que empezaba a entrar en la adolescencia, el impacto que tuvo la historia de esta entrega (escrita en su mayor parte por Kazushige Nojima, con aportaciones aquí y allá de Yoshinori Kitase, además director; Tetsuya Nomura, diseñador de personajes; entre otros) no tuvo comparación por el grado de complejidad (para la edad y la época), los temas que abordaba y, sobre todo, los personajes. Porque vale, creo que la historia del noveno capítulo supera en profundidad la de este siete, pero los personajes… ay, amigo, eso es harina de otro costal.

Me enamoré de Cloud y Aeris, fundamentalmente, aunque también quise a Vincent, a Red XIII, a Bugenhagen, a Zack… Me quedé hipnotizada con Cañón Cosmo y su melodía y la historia del gran héroe Seto me conmovió. Es cierto que me dejo fuera a otros iconos de este juego, como Tifa y Sefirot, por los cuales admito que nunca sentí devoción (aunque aprendí a quererlos más con el paso del tiempo).

El sistema de batalla, basado en la adquisición y combinación de materias de distinto tipo, era sencillo, intuitivo y adictivo, por lo que nunca resultó mayor inconveniente para una preadolescente. Si hablásemos de dificultad, la verdad es que este juego no ofrece mucha (derroté a Sefirot por primera vez en medio de una comida familiar, dándole a pausa entre un plato y otro), pero el Demonio de la Puerta en el Templo de los Ancianos me supuso más de un quebradero de cabeza.

Y luego están los secretos. Final Fantasy VII, al igual que todas las entregas clásicas y de PSOne, está repleto de ellos, un elemento que suele caracterizar a los juegos de Hironobu Sakaguchi (creador de la saga y productor del VII). Ibas recorriendo el mundo de Gea y no sabías cuándo te encontrarías uno: así es como llegabas a conocer a Zack y su pasado, descubriendo lo devastadora que podría llegar a ser una secuencia de apenas 10 minutos, sin voces y con gráficos que representaban a muñecos tipo Lego.

Por supuesto, muchos llegamos a creer (ilusos) en la posibilidad de resucitar a Aeris, y «la teoría estrella» de la época hablaba de conseguir una Rosa del Desierto que (supuestamente) la traería de regreso. Horas y horas dediqué a la búsqueda de ese maldito objeto, exploré y derroté a las Armas, para que la realidad volviese a tocarme: Aeris ya no estaba y no iba a volver.

Ese es precisamente el tema principal de Final Fantasy VII: la vida. Dicen las malas lenguas que Sakaguchi perdió a su madre en medio del desarrollo de este juego y este fue su homenaje, la representación de la pérdida de un ser querido, sin avisos, cuando menos te lo esperas, la muerte. Sefirot mata a Aeris «como caído del cielo», ante la atónita mirada de Cloud. Y ya no está más en el equipo. Debido a que el equipo quiso asimismo transmitir esa sensación de pérdida, son pocas las veces que se la menta posteriormente, pero su presencia siempre está (ya se encargará Cloud de recordarlo, incluso en la secuencia final).

No son solo momentos tristes los que pululan por la séptima entrega de esta franquicia, que hace a su vez demostración de un sentido del humor en ocasiones surrealista (la famosa escena de Mercado Muro, Barret y Red XIII vestidos de marineros, Hojo en la playa), otras incluso algo más costumbrista (las conversaciones de Cloud y Aeris o las aportaciones de Yuffie) y, en definitiva, una demostración de que el equipo de desarrollo se lo pasó bien durante su realización, algo que asimismo exponen los numerosos minijuegos.

Han pasado 20 años y la legión de seguidores de Final Fantasy VII nunca ha parado de crecer, en buena parte debido a la «Compilation» y a los numerosos cameos que sus personajes (mayoritariamente Cloud y Sefirot) han ido haciendo en otros títulos de la compañía. Es cierto que actualmente muchos lo acusan de estar «sobrevalorado», la excusa perfecta para intentar ir a contracorriente en este mundillo dominado por las redes sociales, y sí, algunos fans demuestran un fanatismo DEMASIADO desmesurado (al fin y al cabo, hay más Final Fantasy y cada quien tiene su preferido), pero lo cierto es que esta séptima entrega se ha convertido, por méritos propios, en el punto y aparte de la vida de varios jugadores, y sigue puntuando alto en las listas de todo el mundo. Ni toda la «Compilation» junta ha podido destruirlo, y a la espera estamos del «Remake» (el cual esperamos que no suponga mucho destrozo).

P.D.: No voy a terminar sin mencionar la MARAVILLOSA banda sonora de Nobuo Uematsu. Que sí, que este hombre siempre compone delicias para los oídos, pero en esta ocasión estamos hablando del «Aerith´s Theme» o del «One Winged Angel», posiblemente los dos temas más aclamados, a nivel general, del compositor.

Especial Doctor Who: Nueva Generación. Temporada 4 y una despedida a lo grande

Retomamos nuestro recopilatorio especial de Doctor Who con la que es considerada por muchos (o al menos por un sector bastante representativo) mejor temporada de toda la serie: la cuarta, la despedida de David Tennant como Décimo Doctor (incluyendo los especiales) y de Russell T. Davies como «showrunner».

Donna Noble, nueva compañera, gran acierto

Donna Noble (Catherine Tate) vino a llenar el lugar dejado por Martha Jones, aunque en realidad ya la habíamos conocido en el Especial de Navidad habido entre las temporadas 2 y 3. Lo que en un inicio era algo temido, debido a los constantes tics de Tate y a la voluptuosa personalidad de Donna, pasó a convertirse en uno de los grandes aciertos de esta etapa, frente a un Doctor cada vez más sombrío y que, sobre todo, ya nos tenía algo hartos de sus constantes aventuras amorosas (correspondidas o no).

Donna llega como un vendaval y se convierte, por fortuna, en la mejor amiga del Doctor, sin ninguna tensión sexual ni escenas extrañas, teniendo además Tate una potente química cómica con Tennant. Es, en definitiva, un gran soplo de aire fresco, que solo se ve agrandado por la presencia de su abuelo en la ficción, Wilfred Mott (interpretado por Bernard Cribbins), quien llega a convertirse en el compañero del Doctor durante el especial y gran final «The End of Time».

Durante la estadía de Donna en la Tardis, la susodicha pasa de ser «una don nadie», una ciudadana promedio sin nada aparentemente especial, a la mujer más importante del mundo, en sintonía con la temporada en sí, que va de menos a más (aunque episodios aparte como «The Fires of Pompeii», que cuenta por cierto con la presencia de Peter Capaldi (Doce) y Karen Gillan (Amy Pond), son asimismo destacables).

Una temporada con final apoteósico

A pesar de que Davies orquesta todo para que confluya en un GRAN final, donde se reúnen todos los personajes principales de su era, como el capitán Jack Harkness y Torchwood, Martha, Sarah Jane y, por supuesto, Rose; no nos resultan éstos los mejores episodios de la temporada, yendo tal trofeo a parar en los capítulos de «Silence in the Library» (que sirve además como introducción al personaje de River Song) y «Midnight».

El primero es un buen equilibrio de tensión, terror y drama, con la presencia de la susodicha como gran virtud (de hecho creemos que es quizás el mejor episodio en el que ha participado el personaje de Alex Kingston); mientras que el segundo es puro terror psicológico, donde nunca llegamos a ver al enemigo y en el que Tennant se marca una señora interpretación.

Con esto no queremos decir que el final fuera malo, que para nada lo es, pero sí que peca en algo de pretencioso, de demasiado fuego artificial, desembocando en varias decisiones de guión que rayan en los absurdo (¿el clon del Doctor? ¿Rose a lo Sarah Connor?). Por no hablar del desperdicio que a la postre supone el regreso de Davros, uno de los villanos de la serie clásica y que, por suerte, seguirá dando guerra.

La mejor parte del final, a la par que la más demoledora, viene con la «despedida» entre el Doctor y Donna, quien tiene un final cuanto menos agridulce (si contamos los especiales).

Unos especiales con muchísimos altibajos

Hablando de los especiales, aquí Davies y Tennant quisieron o bien seguir despidiéndose a lo grande o bien prolongar al máximo la agonía (según se mire) con una serie de capítulos largos donde el Décimo Doctor aprovecha para viajar solo.

Desde nuestro punto de vista, hay poco para destacar dentro de estos episodios, sobresaliendo por encima de los demás «The Waters of Mars», otra demostración de buen uso de terror psicológico y tensión que colocan al Doctor en una posición moral cuanto menos ambigua (lo que no quita para que Tennant tenga su par de escenas a lo «gran héroe americano»). El ahora sí nuevo final, con el retorno de El Amo y otro recorrido de despedidas, queda ensombrecido por unos últimos minutos que pecan de DEMASIADO melodramáticos. En serio, ya sabéis de dónde sale el famoso meme de Tennant bajo la lluvia mirando con cara de cachorro degollado. Pues encima añadidle música lacrimógena.

Lamentablemente, para nosotros la serie de especiales supusieron una especie de sopor prolongado más que otra cosa, y hasta en algún momento nos hizo desear que entrase Matt Smith de una maldita vez por la puerta de la Tardis. Lo que no quita, eso sí, que lo que es la cuarta temporada en sí siga suponiendo un muy buen divertimento (pero, desde nuestro punto de vista, NO es la mejor tanda).

Vais a encontraros pocos personajes más clichés que estos…

El ensalzamiento del Décimo Doctor a los altares

Es conocido que Tennant es generalmente considerado el mejor Doctor de la serie. Debió resultar algo bastante evidente para los directivos de la misma, ya que algunos de estos capítulos sirven para puro lucimiento del personaje, hasta el punto de llegar a considerarlo una especie de mesías.

Entendemos que el Décimo Doctor es generalmente un acierto, un personaje «cool» con toques de hipster y que Tennant lo hace generalmente muy bien, pero en lo personal prefiero al Doctor más tosco o más «perdedor», algo más en la línea del Duodécimo o del Undécimo. Casualmente, el capítulo donde me parece que el Doctor aparece reflejado de manera más interesante es en el mencionado «The Waters of Mars».

No obstante, y a pesar de lo prolongada que se hiciera su partida, la despedida de Tennant no puede dejar de apenarnos y es evidente que extrañaremos tanto a su Doctor como a Donna o al capitán Jack.

De todos modos, no dura mucho la pena, pues tras la marcha de uno llega el otro, y estos son Matt Smith como el Undécimo y más joven Doctor hasta la fecha, su nueva compañera Amy Pond y el ya conocido por los seguidores de la serie Steven Moffat como «showrunner», una combinación que nos dejará una quinta temporada que, tal como comentaremos, se encuentra, esta vez sí, entre lo mejorcito de Doctor Who hasta la fecha.

P.D.: ¿Qué sucede con «la hija» del Doctor o con su clon? Al final van a haber más señores del tiempo que jedis pululando por el espacio-tiempo…

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Héroes de Papel abre las reservas para «La leyenda de Final Fantasy IX», a la venta el 1 de diciembre

Pese a no ser inicialmente el episodio de la saga con mayor éxito de ventas, Final Fantasy IX se ha convertido con el paso de los años en una obra de culto con millones de seguidores en todo el mundo. El título supuso una vuelta a los orígenes de esta franquicia de videojuegos, una aventura inolvidable repleta de fantasía, épica y magia que invitaba al jugador a liberar Gaia del yugo de la reina Brahne y su secuaz Kuja.

Ahora, tras la reciente remasterización del título en su versión para la consola Playstation 4, el videojuego publicado por Squaresoft en el año 2000 vuelve a cobrar vida en las páginas de La Leyenda Final Fantasy IX, un libro que analiza con detalle todo el proceso de creación de este mítico videojuego, sus personajes, así como las fuentes de inspiración que sus creadores encontraron en la vida real para dar vida a un universo mágico, con una historia inolvidable.

Tras el éxito de La Leyenda Final Fantasy VII y La Leyenda Final VIII, ambos publicados por Héroes de Papel, llega ahora un nuevo volumen dedicado al episodio favorito de su creador, Hironobu Sakaguchi, que marcó el fin de una época dorada para esta saga de videojuegos en la primera Playstation. La Leyenda Final IX estará a la venta en librerías y grandes superficies a partir del próximo 1 de diciembre en edición de lujo, con tapa dura y más de 200 páginas.

Reserva ahora tu ejemplar en heroesdepapel.es y llévate de regalo 4 postales con la portada del libro e ilustraciones de tres de los personajes más icónicos de este título: Vivi, Yitán y Garnet. Y si te invade el espíritu coleccionista, no dudes en conseguir una de las tres ediciones especiales del libro, con sobrecubiertas exclusivas de los citados personajes, únicamente disponibles en la página web de la editorial. No tardes en hacerte con tu ejemplar… ¡Unidades limitadas! 

Cinco motivos por los que creemos que Final Fantasy IX es el mejor de la saga

Recientemente hemos vuelto a finalizar Final Fantasy IX, esta vez en su remasterización para Play Station 4, y el maravilloso recorrido nos ha servido para rememorar todos los buenos momentos, toda la magia y el encanto que desprenden esta entrega de la franquicia de Square Enix (antes Squaresoft) por todos sus píxeles.

Hay aspectos incluso en los que creemos (lo pensábamos antes, lo hemos verificado esta vez) que el noveno episodio es incluso superior al resto de videojuegos de la saga, por lo que vamos a ir enumerando y explicando los motivos de los cinco principales (como siempre, todo esto es subjetivo, y avisamos de SPOILERS).

La mejor estructura narrativa

Todos los Final Fantasy tienen una de sus principales virtudes (o deberían) en su historia. Los hay más o menos alegres, más o menos enreversados, pero el guión siempre ha de resultar atractivo para una parte mayoritaria del público si no quiere ser vapuleado sin piedad (todos conocemos el caso por el que está pasando Final Fantasy XV).

Final Fantasy IX no es solo dueño de una historia realmente atractiva, con varios giros sorprendentes y personajes carismáticos, sino que además posee la estructura narrativa mejor definida dentro de todos los juegos de la saga.

Escrito por Hironobu Sakaguchi y bajo la dirección de Hiroyuki Ito, el guión tiene un principio, un nudo y un desenlace bien definidos, dejando pocas cosas en el olvido o sin explicar. Atrás quedan los papeles poco demostrativos, para su importancia, de Sefirot (¿o Jénova?) y Aeris; o toda la segunda mitad de Final Fantasy VIII (¿el triángulo Squall-Rinoa-Seifer? ¿El propio Seifer? ¿Norg? ¿Artemisa?); Final Fantasy IX demuestra (salvo excepciones como Tiniebla Eterna o esa parte final psicodélica) que se puede seguir una (o varias) líneas narrativas con una trayectoria bien definida y una conclusión satisfactoria. Lo que nos lleva al siguiente punto.

El mejor final

Esta saga es famosa asimismo por sus finales, y es que una buena historia ha de tener una conclusión a la altura. Pues con la novena entrega Squaresoft fue y se sacó la chorra. Puede que peque de cursi en algunos apartados para varios, pero la emotividad y la cercanía que desprenden los últimos treinta minutos no los percibimos en ninguno de los otros episodios.

Además, para los que lo califican de «demasiado happy ending», tengamos en cuenta que esta conclusión da a entender que Kuja y sobre todo Vivi mueren. Sí, uno de los personajes más inocentes y queridos por el gran público la palma, dejando el legado de su recuerdo a través de sus amigos y de sus «hijos». Ni la séptima entrega se había atrevido a tanto. Y además tampoco queda muy claro por cuánto tiempo va a vivir Yitán, en un juego donde el tema principal es precisamente la muerte. Pero el conjunto de diálogos (sin voces), música y cinemáticas, concluyendo en esa escena de Garnet y Yitán abrazados, siempre SIEMPRE provoca que los vellos se pongan de punta.

Nosotros ya lo incluimos en la lista de nuestros mejores finales de la historia.

El mejor villano

Sí, soy consciente de que mucha gente estará ahora mismo pensando que el mejor es Sefirot (Final Fantasy VII), que para eso siempre gana en todas las encuestas de popularidad. En nuestro caso, ya hemos hablado del villano de la séptima entrega y hemos analizado por qué no nos parece el mejor desde una perspectiva «objetiva» (lo cual es imposible). Allí donde fallaba Sefirot, Kuja cumple con creces.

Vale, es verdad que el diseño de Kuja a simple vista puede ser causa de rechazo (aunque personalmente nunca lo he visto un inconveniente), pero es en su personalidad e historia donde el antagonista de Final Fantasy IX brilla con luz propia. Tiene una personalidad, interactua con varios de los personajes (no solo Yitán, de hecho es el creador de Vivi y el causante de la mayor parte de tragedias que le ocurren a Garnet) y al final muestra hasta profundidad.

Y es que Kuja, ahí donde se lo ve tan narcisista y tan seguro de sí mismo, es un compendio de inseguridades y rebeldías contra su creador (Garland). Para empezar, Kuja es un accidente: nacido como genómido en Terra, un recipiente más, de forma inesperada desarrolló una fuerza de voluntad arrolladora y personalidad propias, creándose una identidad. Garland intentó aprovechar este acontecimiento y lo mandó a Gaya para causar la guerra y muerte y allanar el terreno para la llegada de su verdadera creación definitiva, el genómido buscado: Yitán. Kuja, consciente de que iba a ser sustituido, no pudo soportarlo y raptó a Yitán cuando aún era un niño (infancia, un concepto que él mismo nunca tuvo al tratarse de un accidente) y lo abandonó en Gaya sin matarlo, como muestra de su propia existencia, tal como indica Garland.

El tiempo pasa y Yitán crece en Gaya ajeno a su pasado, origen y propósito con el que fue creado. Su camino termina cruzándose nuevamente con el de Kuja, de nuevo «accidentalmente». Al final, el villano descubre por boca de Garland que fue creado, al igual que el resto de genómidos normales, con una fecha de caducidad, lo que tampoco puede asimilar, enloqueciendo de la impotencia e intentando llevarse todo a su paso con él hacia la muerte para, a la postre, redimirse.

Kuja es de este modo Vivi, pero en adulto, unos pasos por delante; es Roy Batty (Blade Runner) y es en definitiva toda aquella persona que tan solo quiere llevar su propia vida y ser respetado como individuo. Por todo ello, Kuja posee una profundidad argumental de la que carecen otros villanos de la saga. Y su tema musical (Nobuo Uematsu inspirado como siempre) es cojonudo.

Incluso su diseño, tan extravagante para muchos, tiene su razón de ser en la personalidad de Kuja: muestra su narcisismo, su objetivo de destacar entre el resto (aborrece a los genómidos y a Terra, que al fin y al cabo son todos recipientes iguales), su oposición ante la idea de ser poco más que un robot (gesticula mucho, es sarcástico y dramatiza, algo que no es propio de las máquinas). Paradójicamente, al final Kuja sirve de inspiración para el resto de los suyos.

El mejor romance (o al menos el mejor construido)

Puede que Yitán y Garnet no sea nuestro romance favorito de la saga, ni tan siquiera dentro del grupo de los oficiales (tampoco nos molesta), pero nos parece sin duda el que está mejor elaborado.

Ambos se conocen fortuitamente con 16 años: él es un mujeriego y pendenciero de la banda Tantalus y ella la princesa heredera de Alexandría, que apenas ha salido de la vida en el castillo. Pronto, ambos van descubriendo nuevos mundos y experiencias, Yitán madura y se serena frente a los demás, aprende a apreciar lo que es realmente importante; mientras que Garnet descubre otros modos de vida y que uno tiene que ser dueño de su propio destino.

La relación amorosa entre ambos se prevé desde el minuto uno, pero no se siente forzada ni tampoco surgida de la nada. No es que un día Yitán despierta encontrándose enamorado pérdidamente de Daga (apodo de Garnet), ni que ella se meta en peligros solo para ser rescatada por su caballero en chocobo blanco (sí, miramos hacia Squall y Rinoa). Los dos van descubriendo más matices el uno del otro y van compartiendo momentos de cercanía que es lo que hace que toda la escena final sea de las más emotivas de la saga, tanto si eres su fan número uno como si no.

La mejor dirección artística

Final Fantasy IX es bonito. Bueno, no, es PRECIOSO. Es cierto que a muchos jugadores en su día le tiró para atrás su estética «super deformed», con personajes cabezones y variopintos en contraste con el realismo y homogeneidad de su antecesor, pero también lo es que sus escenarios, su detallismo bien dibujado y coloreado, todo en él destila belleza para los ojos. Y sino, basta con echar un mero vistazo a Alexandría, a Treno o a Burmecia, solo por poner unos ejemplos (agradecerle fundamentalmente a Hideo Minaba, director artístico del juego).

Las cinemáticas hechas enteramente con CGI, que abundan en este episodio, tampoco se quedan atrás, y son declaraciones de una dirección artística muy cuidada.

Si añadimos las partituras de Uematsu y los diseños de Yoshitaka Amano y de Toshiyuki Itahana en la combinación resultan en una gozada estética que se ha visto en poco juegos de la PSOne.

P.D.: Mención de honor merece, en la edición española del juego, la maravillosísima traducción.

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La segunda temporada de Stranger Things vuelve por la puerta grande

La segunda temporada de Stranger Things se estrenó ayer, 27 de octubre, en Netflix por todo el mundo. Éramos muchos los que esperábamos su regreso y seguíamos de cerca las novedades que se iban disparando sobre esta serie, tal como se puede apreciar (por ejemplo) en la entrada que publicamos hace un par de días.

Vistos los nuevos episodios al completo, ¿cumple Stranger Things 2 con las expectativas? Por mi parte solo puedo responder con un SÍ rotundo, aunque con sus luces y sombras, al igual que su predecesora.

Nos situamos en Hawkins, Indiana, en 1984, un año después de los acontecimientos de la primera parte. Mike (Finn Wolfhard), Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin) y Will (Noah Schnapp) siguen con sus vidas lo mejor que pueden, a pesar del estrés postraumático de Will y Mike (por la desaparición de Once/Eleven (Millie Bobby Brown), fundamentalmente) y de la llegada al pueblo de dos nuevos integrantes: Billy (Dacre Montgomery) y Max (Sadie Sink). Pronto surgirán nuevos hechos misteriosos, como una plaga «salida de la nada» que va matando todos los campos de calabazas (la historia esta vez arranca en Halloween).

La historia a nivel general se amplía y diversifica esta vez mucho más en comparación con la primera temporada, lo cual se agradece a la hora de tomar retos, pero sufre por otro lado a la hora de centrarse en algunos personajes, que se quedan estancados e incluso alguno que otro parece que esté de mero decorado durante algunos capítulos.

Los componentes principales de Stranger Things siguen ahí, como los homenajes al cine y literatura de los años 80 y 90, una ambientación que irradia nostalgia (los coches, Reagan, algunas expresiones como «tubular», esa PEDAZO banda sonora…), el grado «in crescendo» de misterio y tensión o la muy buena dinámica entre unos personajes que, a pesar de todo, se tornan adorables.

Hablando de éstos últimos, los actores siguen bordándolo, sobre todo ese elenco de niños que desbordan naturalidad y encanto, incluida Max, la cual, no obstante, no termina luciéndose mucho a nivel individual por esa dispersión en el guión de la que hablábamos. Los adultos no se quedan atrás y el jefe de policía Jim Hopper (David Harbour) nos vuelve a regalar momentos de lo más emotivos dentro de su habitual rudeza, además de consolidar su química con Joyce (Winona Ryder), dejando patente las excelentes decisiones del equipo de casting de esta serie (todas las nuevas incorporaciones, incluyendo la de Bob (Sean Astin) y el doctor Doctor Owens (Paul Reiser), son excelentes). Pero si hemos de destacar la labor de alguien (aunque todos lo hagan de maravilla) es la de Steve (Joe Keery) y Dustin, probablemente el mejor dúo «fraternal» desde Sherlock y Watson. La evolución del primero de estos personajes, que ya se vislumbraba al final de la primera parte, continúa aquí siendo espléndida.

No todo es color de rosa en Hawkins (a partir de aquí, SPOILERS)

Sin embargo, esta segunda temporada dista de ser perfecta, al igual que su predecesora, aunque sea un entretenimiento realmente fantástico y muy bien realizado. Los problemas que mencionábamos con el guión, sobre todo en la segunda parte (el ya famoso en algunos foros capítulo 7…) es el principal lastre.

Parece ser que los hermanos Duffer han querido abarcar más que en la primera temporada, lo cual, como decíamos a nivel riesgos es interesante, pero a la postre se quedan un poco a medio gas. Por ejemplo, ¿cuál es la finalidad de introducir a Max y Billy si la primera va a servir casi exclusivamente de interés amoroso de Lucas y Dustin o el segundo de rival de Steve? Sí, es cierto que ambos actores lo resuelven todo de manera muy acertada e incluso nos regalan momentos desternillantes (Billy y la madre de Mike), pero a nivel individual todavía nos pueden brindar mucho más (además, ¿por qué todo el mundo, salvo Lucas, trata TAN MAL a Max?).

Hay personajes que sufren más esta dispersión y ambición que otros, destacando en nuestra opinión por el lado negativo Jonathan (Charlie Heaton), los ya citados Max y Billy, Lucas y, lamentablemente, Mike e incluso Once en algún que otro momento.

Somos conscientes también de que algunas de las decisiones narrativas se han hecho de cara a futuras temporadas (la introducción de 008 o la del propio Billy), pero eso no quita para que esta segunda parte en su conjunto sufra un poco por ellas.

Resumiendo entonces los puntos positivos y negativos de esta temporada serían:

Pros:

  • La química y la relación surgida entre Hopper y Once, que aunque previsible (muy conveniente que él haya perdido una hija y ella haya tenido la peor figura paterna posible) sigue siendo de lo más adorable y cándido en todo lo que llevamos de Stranger Things y que nos regala momentos de lucidez por parte de Bobby Brown y Harbour.
  • La dinámica entre Dustin y Steve es el otro gran punto álgido de esta temporada, destacando asimismo la evolución que sigue el personaje de Steve.
  • El grado de compañerismo que demuestran prácticamente todos los personajes te deja con sonrisa boba y que den aún más ganas de vivir en Hawkins en los 80.
  • La ambientación, que sigue estando logradísima, con montones de guiños y homenajes a esta década que muchos recordamos con nostalgia. La banda sonora sigue siendo fundamental en este aspecto.
  • Aunque no se luzcan mucho al final, la introducción de Max y Billy es acertada porque ambos personajes prometen de cara a futuras temporadas.
  • Se le suman las nuevas incorporaciones de Bob y el doctor Owens, dando éste último una sorpresa final al alejarse del recuerdo que nos había dejado Brenner (Matthew Modine, el cual parece que no se va a retirar tan fácilmente).
  • La hermana de Lucas. Queremos una serie para esa niña.
  • El reencuentro de Mike y Once. EL REENCUENTRO DE MIKE Y ONCE.
  • Will sí tiene al final ese aumento de protagonismo que todos preveíamos y esperábamos (momentos de lucidez de Noah Schnapp), aunque…

Contras:

  • Will sigue siendo una figura más pasiva que activa, y eso de que continúe siendo «el niño víctima» empieza a cansar. Esperamos realmente que tome más las riendas en un futuro.
  • La creciente ambición de los Duffer desemboca en un guión cuya segunda parte adolece de algunos momentos de dispersión que, al menos por ahora, parecen innecesarios.
  • El último punto arrastra que algunos personajes que son importantes se queden en el banquillo durante episodios, ejemplo Mike.
  • El romance  entre Jonathan y Nancy (Natalia Dyer), aunque previsible y esperado, al final resulta en un conjunto de enormes clichés (la figura del nuevo detective no puede estar en este sentido más forzada) que nos dejan con una sensación agridulce. Y Byers parece que está mucho más mohíno y desganado en esta temporada, justo frente a un Steve cada vez más enorme.
  • El otro lado y la «araña gigante» al final quedan un poco en tierra de nadie. Mucho bombo y platillo para el resultado final.
  • El capítulo 7, si bien sirve como desarrollo para el personaje de Once e introducción de temas de cara a las próximas temporadas, desvía de la acción principal y en algunos puntos parece pertenecer a otra serie.

En definitiva, estamos ante un muy buen conjunto de episodios, que continúa casi perfectamente a los que ya habíamos visto, pero que no por ello deja de tener sus altibajos, aunque por suerte son muchos más los aspectos positivos que negativos. Por cierto, y esto es casi lo principal, los nueve capítulos se pasan volando y te dejan SIEMPRE con ganas de más, en este entretenimiento de lujo creado por los hermanos Duffer. Esperamos que siga así.

Stranger Things: Qué le pedimos a la segunda temporada

La segunda temporada de Stranger Things está a puntito de caramelo, ya que se estrena mañana (27 de octubre) por la mañana en Netflix. Tras los buenos resultados en crítica y público de su primera etapa, ¿qué podemos esperar de esta segunda parte?

Nuevos personajes y un villano » a lo Stephen King»

Ha pasado un año desde los eventos de la primera parte y al inicio de este nuevo curso llegan a Hawkins dos nuevos personajes que, parece, darán que hablar: Max (Sadie Sink) y su hermano mayor Billy (Dacre Montgomery).

La muchacha irá a la misma clase que Will, Mike (Finn Wolfhard), Dustin (Gaten Matarazzo) y Lucas (Caleb McLaughlin), por lo que parece que surgirá una especie de triángulo amoroso entre éstos dos últimos y ella. Por lo demás, sabemos que Billy será un antagonista al estilo de los villanos humanos que escribe Stephen King, vamos, un auténtico capullo (si It, que está reciente en nuestras mentes, puede servir de ejemplo…), también siguiendo la estela de los clásicos rivales adolescentes y abusones que pululaban por las películas de los ochenta y noventa (volvemos a mirar hacia Cuenta Conmigo, 1986).

Por ahora, hemos podido ver a Billy brevemente en algunos tráilers, en uno de ellos enfrentándose a Steve (Joe Keery), de quien por cierto hablaremos más adelante.

También surgirá un nuevo personaje protagonizado por Sean Astin (para quienes todavía no lo sepan, el protagonistas de Los Goonies y Sam en El señor de los anillos), quien servirá de nuevo compañero sentimental de Joyce (Winona Ryder) y ¿posible figura paterna de Will (Noah Schnapp) y Jonathan (Charlie Heaton)?

Mayor presencia de Will

Si algo estaba claro nada más anunciarse que Stranger Things iba a tener más temporadas era que Will TENÍA que aparecer más, ya que al tratarse del niño desaparecido en la primera temporada dejaba poco lugar para que se luciera. Sin embargo, Will siempre ha sido esa figura omnipresente, el que mueve la trama aunque no esté, y en esta segunda parte puede ser finalmente las dos cosas: el motor narrativo y además contar con minutos y minutos de metraje.

Los tráilers y carteles también están dejando claro que Will claramente será esta vez protagonista también de forma física, pero queda por saber el cómo y cuándo. ¿Cuál es su conexión con el otro lado? ¿Por qué ese aura de «niño especial» que solo tenía hasta ahora Once/Eleven (Millie Bobby Brown)? Por cierto, también va siendo hora de un primer encuentro entre estos dos, ya que en los primeros episodios nunca vimos cómo se cruzaban sus caminos (aunque Once dijo conocerlo al haberlo visto en el otro lado).

Por ahora, se sabe seguro que Will estará bastante ocupado al principio lidiando con su estrés postraumático.

Triángulo amoroso adolescente y ¿venganza para Barb?

Ya se percibía bastante tensión entre Steve, Jonathan y Nacy (Natalia Dyer) en la primera temporada, aunque los tres quedaron en términos más o menos amistosos y Steve se había «redimido» al final de la misma.

Es lógico pensar que van a seguir explotando esta trama en esta segunda parte, sobre todo porque no fueron pocos los espectadores que se quedaron con ganas de que Jonathan se quedase con la chica, a pesar de la evolución del personaje de Steve.

Los avances han mostrado que efectivamente Jonathan y Nancy van a volver a trabajar juntos y que ésta y Steve parecen discutir al menos en alguna ocasión, por lo que habrá lugar para que la cosa evolucione, como está previsto.

Eso sí, Steve va a tener que seguir con su desarrollo como personaje y por lo tanto lo hemos visto más junto a Dustin y los chicos esta vez, haciendo quizás el papel de «hermano mayor del lado luminoso» frente a las capulladas de Billy (el «hermano malo» de Max), lo que no quita (ESPERO) para que Jonathan hago lo propio con Will, con el que además parecía tener una positiva relación fraternal en la primera temporada.

Por último dentro de este apartado, pero no por ello menos importante, ¿habrá finalmente justicia para Barb? Los hermanos Duffer han asegurado en alguna entrevista que sí, pero a un año de su desaparición, no sabemos muy bien cómo.

Más del otro lado

El «Upside Down» en la versión original, del cual apenas pudimos percibir algo en la primera temporada y que parece que, al igual que Will, tendrá mayor presencia en esta ocasión. ¿Qué es exactamente el otro lado? ¿Qué habita allí? Con anterioridad hemos visto al Demogorgon, pero parece que no está solo y ahora se puede vislumbrar una ¿araña gigante?

Los hermanos Duffer han comentado también que esta temporada estará más inspirada en la literatura de H.P. Lovecraft (aunque Stephen King sigue ahí), por lo que podemos esperar un mundo claramente tétrico (ya lo era) y con varios seres desconocidos. ¿Qué esperan conseguir en Hawkins y, sobre todo, por qué dicha localidad?

Hopper y el gobierno

Jim Hopper (David Harbour) quedó al final de la primera temporada como una especie de rehén del gobierno, ya que era uno de los pocos habitantes de Hawkins (y del planeta) que había descubierto la verdad, tanto del otro lado como en lo referente con Once y los terribles experimentos del gobierno con la gente (madre de la susodicha incluida). Por lo tanto, es el principal punto de conexión con este organismo que, como hemos visto, seguirá vigilando de cerca a los habitantes de Hawkins.

Está claro que en algún momento Hopper se revelará (nuevamente) contra esta autoridad, probablemente para proteger a la gente del pueblo del que es jefe de policía, y de hecho hemos visto alguna escena donde parece que lo estén torturando.

Hopper es también el único que parecía mantener alguna conexión con Once al final de la primera temporada, con la escena donde le dejaba un paquete de gofres (que en uno de los tráilers se la ve a ella recogiendo), por lo que es probable que sepa que está viva e incluso su paradero, lo que nos lleva al siguiente punto.

Once conocerá su pasado (y reencuentro con Mike)

Ya todos suponíamos que Once sobreviviría al enfrentamiento con el Demogorgon, por lo que era cuestión de tiempo su reaparición. Teniendo en cuenta que todo el mundo la da por muerta (salvo quizás Hopper), es lógico pensar que la muchacha aprovechará para moverse (dentro de lo que cabe) a su antojo… e ir a descubrir su pasado.

En el último tráiler ya hemos visto que Once llega de algún modo a la casa de su verdadera madre, Terry Ives (Aimee Mullins), quien se encuentra en un estado prácticamente vegetativo debido a los experimentos que hizo sobre ella el gobierno. Por lo tanto, la tragedia está asegurada.

En cualquier caso, son todavía muchos lo interrogantes sobre el pasado de Once, por lo que es probable que se revelen más cosas sobre ellas e incluso se genere algún misterio más, tal como asegura Millie Bobby Brown.

Otro de los momentos más esperados por la actriz (y por los espectadores) es el reencuentro de Once con Mike, quien, como todo el mundo, la da (aparentemente) por muerta. Éste último se ha mostrado bastante tristón en los tráilers, y teniendo en cuenta que es algo así como el líder del grupo, el regreso de la chica se torna también aquí necesario.

Mucha, mucha nostalgia

Si hay algo que caracteriza a Stranger Things es la nostalgia, desde el momento en que aparece la primera letra del título hasta los créditos finales. La forma en que está rodada, los tópicos que abundan en los personajes (el jefe de policía venido a menos, el grupo de niños inseparable, los adolescentes maliciosos que sirven de antagonistas a los anteriores) y situaciones comunes (el pueblo tranquilo que se torna misterioso, la figura de un gobierno más bien torpe) no hacen más que trasladar al espectador a «aquella época que fue mejor».

Está claro que los creadores de la serie van a seguir apostando por este tipo de temática y seguiremos añorando los 80s y 90s. Ver a los chavales disfrazados de los cazafantasmas en Halloween o escuchar «Thriller» de Michael Jackson de fondo ya lo consigue.

https://www.youtube.com/watch?v=IqY18njBfiE

Final Fantasy IX y la representación de las minorías

Habiendo avanzado por enésima vez en mi vida (siendo la última hace más de un lustro) por esta maravilla de Squaresoft, ha sido esta la primera vez que he caído REALMENTE en la cuenta de algo importante: Final Fantasy IX tiene una (buena y hasta cierto punto realista) representación de las minorías.

Sí, enseguida se nos vendrá a la mente que el grupo principal está conformado por todo tipo de especies (los humanos son los que menos… de hecho creo que los únicos realmente humanos son Steiner y Amarant, y éste último es ¿azul?), pero si miramos bien hay mucho más en la narrativa.

Como ya hemos tratado con anterioridad el papel que juegan las mujeres en esta entrega, vamos a centrarnos en las minorías étnicas. Vamos a poner pues el foco en Vivi (y en menor medida en Yitán). Advertimos que habrá SPOILERS para los que no hayan finalizado Final Fantasy IX.

Vivi y los magos negros

Vale, Vivi es literalmente negro (un mago negro), pero dejando de lado esa obviedad, que en sí no tendría por qué significar nada, es en el rol que cumple este personaje en la historia en donde hallamos toda la sustancia.

Vivi es, como decíanos, un mago negro, pero al principio del juego no lo sabe. Creados por Kuja para ser meros instrumentos de guerra, los magos negros son elaborados en masa, metidos y apilados en cajas y llevados en un carguero hasta la reina Brahne de Alexandría, que ha pagado previamente por ellos al villano.

De este modo, en una escena del juego, aún en las primeras horas, mientras estamos en la aldea de Dali, Vivi es secuestrado al creer que se trata de un mago negro que se ha escapado y lo meten en una caja, a punto de ser transportado en el carguero hacia Alexandría. Veamos ahora las imágenes aquí expuestas, ilustraciones del siglo XVII que muestran barcos negreros, esos que cargaban esclavos africanos hacia tierras americanas. Como se puede observar, los llevaban apilados pegados unos sobre otros, como las maletas en un avión. Por supuesto, eran varios los que fallecían en el trayecto ante estas condiciones, según un negrero inglés al menos un 25% de ellos nunca llegaron a destino.

Vivi y los magos negros, pues, son tratados igual que los esclavos: mercancías con las que se trafica para que realicen labores que los demás, los poderosos, no quieren hacer, como lo es el ir a la guerra. En algunos casos las consecuencias fueron realmente desastrosas, por ejemplo en las guerras civiles posteriores a la declaración de la independencia argentina se dice que se mandaron a muchos esclavos de origen africano, muriendo la mayor parte en la batalla. Actualmente, es extraño encontrarte a gente de estas etnias o descendientes de al recorrer la ciudad de Buenos Aires.

El caso de Vivi es asimismo llamativo porque es el ejemplo de un mago negro que «despierta» y que se revela contra su destino asignado de carecer de voluntad e ir a la guerra. En el proceso, adquiere una identidad propia y un significado por el que vivir.

Vivi extiende asimismo esta enseñanza al resto de magos negros y a sus «hijos» al final del juego. A la postre, ellos no pueden cambiar completamente el sistema (al fin y al cabo, siguen siendo fabricados con un periodo de caducidad/fin/muerte), pero sí pueden ganar una identidad y adquirir dignidad.

No solo eso, sino que Vivi enseguida se gana el respeto y afecto de sus compañeros, primero por su bondad y ternura, segundo por sus poderes mágicos, inusuales en el resto de mortales. Curiosamente, el miembro del equipo que más respeto muestra hacia Vivi desde el primer minuto es Steiner, el leal soldado de Alexandría que, en cambio, sí tiene problemas con la procedencia de Yitán y los miembros de Tántalus.

Para Steiner, al contrario que Brahne y tantos otros ciudadanos del reino de Alexandría (como los que habitan en Dali), Vivi y los magos negros son congéneres merecedores de tanto respeto como cualquier otro miembro de la nobleza, llegando incluso a espetarle al Vals Negro 3 que lo que ha hecho es detestable tras asesinar a los otros magos negros del carguero.

«No importa lo que pase, ¡tú eres un individuo, Vivi!»

Yitán y las diferencias de clase

Por detrás de Vivi, otros personajes centrales sirven también de ejemplo de representación de minorías raciales y de clase. Es el caso de Yitán, que al final resulta ser un genómido creado, al igual que los magos negros, para destruir y matar. Yitán, que es creado desde el inicio con una inteligencia superior a la del resto de genómidos, es criado accidentalmente por Bakú y los miembros de la banda Tántalus, convirtiéndose en un joven de buenos sentimientos y gentil corazón, a pesar de la picaresca que caracteriza a los pillos.

Al final, esto demuestra que lo importante es quién te cría y las decisiones que toma uno (nuestro protagonista revela que durante al menos buena parte de su pasado estuvo inquieto por su desconocida procedencia). Puede que Tántalus sea una banda de canallas de dudosa clase de Lindblum, frente a los aires de aristócrata perturbado de Garland (y Kuja), pero es gracias a ellos que Yitán llegó a ser quién es.

Tal como señalábamos al principio, casi todos los personajes principales forman parte de razas no humanas, y todos ellos podrían servir de menor exposición, como Quina (quien en cierto momento afirma con absoluta naturalidad que, al contrario que ella, Vivi parece un niño de lo más normal), pero la historia y recorrido de Yitán y, sobre todo, Vivi y los magos negros hace que inevitablemente nos preguntemos si Hironobu Sakaguchi (creador de la saga y productor y guionista de la entrega que nos ocupa) no tenía en mente a Martin Luther King durante su creación.

Yitán, Vivi y Tántalus. Ilustración que NO es nuestra 😉

Quince años de Kingdom Hearts: Cinco razones por las que se ha ganado tantos corazones

Kingdom Hearts está de aniversario, y es que la franquicia creada por Tetsuya Nomura, que fusiona mundos de Disney con conceptos y personajes propios del JRPG (Final Fantasy en concreto), hace quince años que salió al mercado. Por ello, en Japón ya están llevando a cabo diversos eventos como el del pasado sábado en el Square Enix Cafe, donde el propio creador aportó nueva información sobre aspectos del universo Kingdom Hearts.

¿Por qué ha tenido tanto éxito a lo largo y ancho del planeta? A la espera del lanzamiento de su tercera entrega numerada (uno de los juegos más esperados de 2018), analizamos cinco principales motivos por los que Kingdom Hearts se ha ganado el corazón de tanta gente y de tantas edades y lugares.

5- Un sistema de batalla de lo más divertido

¿Qué es un RPG sin un sistema de batalla adictivo? Kingdom Hearts fue uno de los primeros ejemplos de su género proveniente de Japón que trajo un sistema de batalla más orientado a la acción, pero manteniendo aún la esencia del menú de combate y las distintas opciones dentro de los estilos de ataque más ofensivo, defensivo o mágico, todo ello de forma mucho más rápida, directa y dinámica.

Por ello, es fácil introducirse en los combates de Kingdom Hearts, aún siendo el jugador bastante joven o careciendo de experiencia dentro del género. Un sistema intuitivo y fácil de dominar, que torna la exploración por los distintos mundos de Disney en pura diversión y que hace que no nos cansemos de manejar a Sora durante horas y horas.

En la tercera entrega Nomura parece querer llevarlo más allá y esta vez ha permitido que nos acompañen aún más miembros en el equipo (como se puede observar en el caso de Buzz y Woody en Toy Story), además de que habrá nuevas formas de batalla como la de ataque desde dentro de un mecha de juguete.

4- La banda sonora de Yoko Shimomura

Yoko Shimomura empezó en Squaresoft siendo ayudante del mítico Nobuo Uematsu, transformándose hoy en una de las figuras imprescindibles de la compañía que es ahora Square Enix. El famoso «Dearly Beloved» es ya uno de los elementos que van intrínsicamente unidos a la saga de Nomura, al igual que las introducciones cantadas por Hikaru Utada (ya debería tener preparado el opening de Kingdom Hearts 3, si hacemos caso a los tweets publicados hace ya meses).

La banda sonora de esta saga es, a la postre, una de sus características más sobresalientes y que ayudan a aportar esa magia tan de cuento, ese encanto predominante en Kingdom Hearts.

3- Un diseño de lo más atractivo

Tetsuya Nomura es, desde la perspectiva de esta servidora, un mejor diseñador que director (pero con diferencia). En Kingdom Hearts el hombre sacó a relucir toda su inspiración, dando a luz a varios personajes con diseños que comparten algunos elementos con los de Disney (los famosos zapatones de Sora), pero con su característicos rasgos de anime y, además, uno bonito y muy bien dibujado.

Pero no solo el diseño de los personajes. Los distintos mundos que recorremos, si bien salen en su mayoría de la Casa de las Ideas, tienen asimismo ese encanto y magia que ya mencionábamos con la banda sonora. Ciudad de Paso o el Vergel Radiante son creaciones propiamente de Square que no tienen nada que envidiar a Agrabah o Ciudad Halloween.

2- La nostalgia de los mundos de Disney

Uno de los rasgos más distintivos de Kingdom Hearts es su recorrido por los distintos mundos inspirados en las cintas de Disney (ahora también de Pixar), desde Atlántica (La Sirenita), Tierras del Reino (El rey león), hasta el País de las Maravillas (Alicia en el País de las Maravillas), Monstruo (Pinocho), o el País de Nunca Jamás (Peter Pan), entre otros.

El hecho de que nos acompañen Donald y Goofy, de que tengamos que buscar al rey Mickey y de que nos enfrentemos a Maléfica o a Pete suman asimismo a este sentimiento de nostalgia, de regreso a la más tierna infancia (o no tanto), de cuando soñábamos con viajar a estos mismos mundos.

El apostar y teorizar sobre qué mundos de Disney aparecerán (o no) en la próxima entrega es otra de las grandes diversiones dentro del fandom. Nuestro favorito, claro está, sigue siendo Ciudad Halloween (Pesadilla antes de Navidad).

1- Un protagonista (MUY) carismático

De nada serviría tener un sistema de batalla adictivo, una banda sonora emotiva, unos diseños preciosos y unos mundos repletos de magia y nostalgia si el protagonista, ese al que manejamos durante todo el juego, no funciona. Pero he aquí que Nomura siguió adelante con su ola de inspiración y parió a Sora, su (probablemente) mayor golpe de suerte.

Sora comparte muchos rasgos con el típico protagonista de shônen: es alegre, descuidado, optimista, sociable y en definitiva algo atolondrado. Pensemos por ejemplo en Goku, Luffy y Naruto y en todos ellos veremos algo de Sora. Sin embargo, Nomura supo darle frescura a través de su (nuevamente) atractivo diseño y de que, como jugador, resulta fácil identificarse con él, sobre todo porque Sora ante todo se divierte con lo que hace (curiosamente, donde parece estar más «obligado» es en Dream Drop Distance, el juego con calificación más baja hasta la fecha de la franquicia).

También resulta sencillo enternecerse con Sora y sufrir con él ante su odisea, porque es en definitiva un buen tipo, que busca lo mejor para los suyos, pero, como decíamos, sin dejar de divertirse. En Kingdom Hearts 3 parece que jugueteará algo con la oscuridad, lo cual no le vendría nada mal al personaje.

En definitiva, Tetsuya Nomura, Square Enix y Disney crearon una serie de videojuegos que, con todos estos elementos sumados, respiran magia, ese encanto que solo se halla en algunos productos (se me viene a la mente Final Fantasy IX). Y que no deja de tener ese sinsabor a juego indie (que no lo es), ese experimento que se les ocurrió a un par de ejecutivos japoneses en un ascensor y que un cinéfilo confeso como Nomura supo llevar a cabo.

Feliz cumpleaños, Kingdom Hearts, esperamos que cumplas muchos más en el mismo buen estado de salud en el que te encuentras ahora.

Qué nos dice el último tráiler sobre Star Wars: Los últimos jedi

El último tráiler de Star Wars: Los últimos jedi ha llegado con bombo y platillos, acompañado de un nuevo póster y de la salida a la venta de las entradas.

Teniendo en cuenta el secretismo que la ha acompañado durante toda su producción, nos ha sorprendido (para bien) la cantidad de nueva información que deja entrever este avance… sin llegar, ni mucho menos, a contarnos toda la película (de hecho, juegan bastante al despiste). ¿Qué novedades e información que (quizás) sea importante nos trae?

Más Kylo Ren

El personaje interpretado por Adam Driver estaba siendo lo más ocultado en la promoción que ha estado saliendo hasta ahora, con el actor estando ausente en casi todos los eventos y relegando su participación en reportajes casi a un segundo plano (siempre bastante por detrás de Luke y Rey). Solo el maravilloso primer póster presagiaba su importancia dentro de la trama.

Al cartel lo acompaña ahora este tráiler, donde Kylo es el personaje con mayor exposición, además de Rey.

Ya en el principio, lo vemos guiando a un comando de soldados imperiales en lo que parece ser Crait, arrodillado ante Snoke (o así parece), destrozando su casco o contemplando el exterior desde un hangar que, si nos fijamos bien, parece el mismo que posteriormente aparecen destruyendo Finn y Rose.

Pero eso es solo la base. Lo más importante sobre Kylo que se puede percibir a través del tráiler es su duda/sufrimiento a la hora de tener que disparar contra el sitio donde se halla Leia (no puede) y que parece forjar una especie de alianza o entendimiento con Rey.

Esto último se deja entrever justo al final del tráiler, cuando Kylo le tiende la mano a quien parece ser Rey, y durante un diálogo anterior en el que él le dice a una persona (a todas luces la misma muchacha) que tienes que destruir tu pasado para poder conocer tu papel a jugar dentro de la partida.

Así pues, parece que tendremos a un Kylo Ren si acaso más confuso y dañado que en El despertar de la Fuerza, que incluso deja la puerta a un posible inicio de redención.

Rey, sus dudas y su poder incontrolable

Como decíamos, el personaje interpretado por Daisy Ridley es el que más podemos apreciar, lógico si tenemos en cuenta que es la nueva protagonista.

De entre lo más llamativo, por un lado sus escenas de entrenamiento y con Luke, quien parece temer el poder de la joven (así lo afirma también en lo que dice en el tráiler); por el otro lo que ya comentábamos de un acercamiento a Kylo Ren (al final Rey parece casi suplicarle a alguien -que bien podría ser también Skywalker- que le muestre su papel en todo este entramado en el que se ha visto envuelta, justo antes de que Kylo tienda la mano) y, sobre todo, una escena donde está siendo claramente torturada por Snoke, dejando el interrogatorio de Kylo Ren en la anterior entrega en un mero juego de niños.

El tráiler deja la sensación de que Rey anda todavía bastante descolocada con todo esto y que probablemente le cueste controlar sus poderes, lo que le causa desazón y puede que hasta frustración. El citado temor de Luke no parece ayudar a la causa. Así pues, el camino que acabe tomando Rey parece que definitivamente tendrá más intringulis que sus misteriosos orígenes.

¿Nuestra apuesta? Snoke le dice las palabras del principio del avance (esas sobre «siempre vi en ti un tremendo poder…) a Rey, a quien intentará llevar a su terreno (escena de la tortura). Antes de eso, como sabemos, Rey convencerá a un reticente Luke para que la entrene (de ahí el «necesito que alguien me diga cuál es mi lugar en todo esto», que definitivamente sucede en la primera mitad de la película por el aspecto de la muchacha y que probablemente vaya dirigido al jedi). Skywalker aceptará con reparos y receloso, lo que llevará a que algo ocurra entre ellos y que hará a Rey dudar, una vez más, de cuál es su papel y qué hacer (entrada en escena de Kylo, que sabemos por el rodaje que en algún momento caerá sobre Ahch-To, y que probablemente le dirige ese «tienes que matar tu pasado» a ella). A partir de ahí, solo Johnson dirá.

Luke y Leia, hermanos separados

Todo un aire de tragedia parece envolver a los mellizos a lo largo del tráiler. De Leia se prevé ya su trágico final, adelantado por el abrupto y fatídico fallecimiento de Carrie Fisher, mientras que a Luke lo acompaña un halo de oscuridad, dejando claro que ya no es el optimista jovenzuelo de la trilogía original. Está dañado (flashback incluido) física y emocionalmente y se lo ve cansado y harto de estarlo. Parece que en un momento le espeta a Rey (a quien en principio se niega a entrenar y a quien teme) que las cosas no están saliendo como ella esperaba, con un tono más de enojo que de otra cosa.

Un duelo esperado

La trama de la Resistencia no asoma mucho por el tráiler, pero sí lo hace una escena especialmente llamativa: Finn contra Phasma. Parece que ambos resolverán sus cuentas pendientes en esta octava entrega, y que el personaje de Gwendoline Christie estará algo mejor aprovechado que en El despertar de la Fuerza (lo cual es fácil).

Chewbacca, porgs y el Halcón Milenario

Algo que ya se ha visto para aquellos que hayan estado siguiendo los reportajes de Entertainment Weekly y similares es al famoso wookie entreteniéndose ahora con estos nuevos animalillos, incluso a bordo del emblemático Halcón Milenario.

La nave vuelve a volar en este avance, aunque seguimos sin saber quién la pilota. Lo más previsible, claro está, son el propio Chewbacca y Rey, pero estando por ahí hasta Kylo Ren con unas buenas habilidades de pilotaje heredadas, nunca se sabe.

Un apartado técnico espectacular

Nada nuevo en una película de Star Wars, que lleva siempre buenas cantidades de dinero invertidas detrás, pero Rian Johnson ha demostrado hasta la fecha no ser un director de blockbusters al uso, con Brick y Looper en su currículum.

Si algo demuestra este tráiler es que Johnson no se ha contenido en esta ocasión, mostrando una puesta en escena y una fotografía maravillosas y espectaculares. Tenemos muchas ganas de ver Crait. Qué carajo, ansiamos que sea ya 15 de diciembre.