Los trailers para este año 2018 que nos dejó la Super Bowl

Como todos los años, la Super Bowl de la NFL nuclea a los mejores auspiciantes y esta resulta ser una inmejorable oportunidad para que los grandes estudios de Hollywood muestren sus mejores galas a través de sus más que esperados productos, ya sean películas o series.

¡¡Esta es la lista de los nuevos y esperados trailers de 2018!!

Westworld

Esta serie, que ofrece un concepto original y fresco frente a la oferta repetitiva y un  tanto aletargada  a las que nos tiene acostumbrados la meca de Hollywood, resultó una gran revelación en su primera temporada. Pero para calmar las ansias, aquí tenemos el trailer de la segunda tanda de episodios, que llegarán el 22 de abril.

Han Solo: Una Historia de Star Wars

Director: Ron Howard

Elenco: Alden Ehrenreich, Than1die Newton, Woody Harrelson, Emilia Clarke

Esta precuela nos adentra en los inicios  de Han Solo en su vida como piloto, su encuentro con Chewbacca y cómo pasa a convertirse en el icónico contrabandista del universo Star Wars.

Avengers: Infinity War

Directores: Anthony Russo, Joe Russo

Elenco: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chadwick Boseman, Chris Hemsworth, Chris Pratt, Josh Brolin

Esta es la primera parte de la última entrega de Los Vengadores que cierra la fase 3 del Marvel Cinematic Universe con Josh Brolin como Thanos. Esperemos que sea un digno principio del fin apoyándose en la reunión tan esperada de todos los superhéroes de Marvel.

Skyscraper (Rascacielos)

Director: Rawson Marshall Thurber

Elenco:  Dwayne The Rock Johnson; Neve Campbell, Byron Mann

Esta película que resulta ser una  conjunción de conceptos desde «El Coloso En Llamas», «La Jungla de Cristal» y «Misión Imposible», parece estar hecha a medida del protagonista, quien campa a sus anchas ofreciendo y dando  justicia a todo aquel que la necesite… o no.

Gorrión Rojo

Director: Francis Lawrence

Elenco:  Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Ciarán Hinds

Una chica es reclutada contra su voluntad por el servicio de inteligencia ruso para ser entrenada como un arma letal. Pero su lealtad es puesta a prueba tan pronto como sucede su primera misión.

Jurassic World: El Reino Caído

Director: J.A. Bayona

Elenco:  Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Jeff Goldblum

El galadornado director español J.A Bayona nos lleva a nueva entrega de esta saga que ya comienza a apagarse un poco y caer en los lugares comunes propios de una franquicia que ya comienza a repetirse a sí misma.

Un lugar tranquilo

Director: John Krasinski

Elenco:  Emily Blunt, John Krasinski

Thriller de suspense que toma lugar en un bosque aislado, donde los protagonistas no pueden ni deben hacer ruido alguno sin tener que atenerse a escalofriantes consecuencias.

Misión Imposible: Fallout

Director: Chistopher McQuarrie

Elenco:  Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Henry Cavill, Alec Baldwin

Esta es la sexta y ¿última entrega? de esta trepidante saga, con sus más y sus menos a través de los años, pero que al fin y al cabo resulta ser un buen entretenimiento. Veremos qué as tiene Ethan Hunt bajo la manga.

Esperemos que este año esté a la altura de la circunstancias en lo que a calidad, duración y audiencia se refiere. En un mundo donde la oferta de cine y de televisión sobra, cuesta distinguir encontrar estas gemas ocultas y no tanto de las que que conforman el repetitivo montón de conceptos ya usados hasta el hartazgo y la mediocridad.

Yoko Taro y la jodida realidad

Yoko Taro es el director de juegos como Drakengard, NieR Gestalt/Replicant o NieR Automata, lo cual, para quien haya jugado al menos uno de ellos, ya debe intuir por dónde van los tiros. Aunque comparta algunos elementos comunes con el género RPG y el anime, Taro se sabe distinguir por su abordaje a temas escabrosos y tabúes y por su tratamiento emocional de unos personajes llevados al límite. Para hacernos una idea, su estilo puede recordar en cierto sentido al de Hideaki Anno (Evangelion) y Sui Ishida (Tokyo Ghoul); aunque literariamente no quedaría muy lejos del Murakami más visceral.

Por ello, Yoko Taro no se anda con chiquitas. Sus historias no son para niños ni menores y, si se quieren disfrutar lo más completamente posible, tienen que digerirse y pensarse más allá de la lectura superficial. Es por eso común que este director se valga de otros medios audiovisuales para complementar sus obras (aparte de por la falta de financiación), como son los conciertos o novelas cortas, para lo cual suele contar con la colaboración de Keiichi Okabe (compositor habitual de sus bandas sonoras, muy características de sus obras) y Jun Eishima (escritor de los relatos breves). Avisamos que habrá SPOILERS de NieR Gestalt/Replicant y Automata.

El artista ha indicado en varias ocasiones que él solo trabaja (por el dinero) solo cuando le dejan hacer lo que él quiere, de ahí que sus historias tengan esa impronta tan personal, con elementos comunes aquí y allá. La violencia, el incesto, el maltrato y marginación por ser diferente, la homosexualidad, el nihilismo y, sobre todo, la búsqueda de una identidad y un propósito están presentes en las obras de Yoko Taro.

Taro representa así escenarios donde vemos generalmente futuros distópicos que parten de una realidad alternativa a la nuestra (podemos ver la torre de Tokio en el prólogo de NieR Gestalt/Replicant), pero sus historias (tengamos en cuenta que muchas veces escribe el guión en colaboración con otros, como Sawako Natori hasta la llegada de Automata) están sujetas sobre los cimientos de sus personajes. El japonés lo sabe y juega mucho con los estereotipos y la ruptura de expectativas por parte del espectador. ¿Que Kaine está buenísima y su diseño es el de la objetificación sexual absoluta? Pues sigue mirando, porque quizás Kaine tiene muchísimo más que aportar y quizás ni es mujer. ¿Que 9S parece un dulce niñito? Solo en apariencia, porque al final acaba siendo una mala bestia que arrasa con todo y todos.

Es ahí donde Yoko Taro juega con los límites emocionales de sus personajes (y, por ende, con la implicación emocional y empática del jugador). Rompe con toda la estructura que él mismo ha creado y la moldea, en ocasiones hasta la invierte, y por lo tanto arrastra a sus participantes en ello. Sus narrativas no tienen un principio-desarrollo-final al uso y por eso suele jugar asimismo con los tiempos, creando varios finales posibles (a cada cual más deprimente) y partiendo de distintas perspectivas (el jugador no conoce la verdad en NieR Automata hasta que no la descubre 9S, ya avanzado el juego). Entonces ocurre esa ruptura que mencionábamos, ese nihilismo de «no sé en qué creer, ni para qué» y tenemos que volver a empezar para conocer la verdadera identidad del personaje y sus objetivos.

En este proceso el realizador nipón suele mostrar a su vez los deseos más profundos y prohibidos, que solo pueden ser expresados en esos momentos de desesperación y caos. Ya se ha roto con lo que conocíamos, nos da igual todo, estamos dispuestos a cualquier cosa. Quizás en el fondo querías matar a tu compañera, a la que tanto decías amar, o tirártela… Porque, para Taro, violencia y sexualidad suelen ir unidos, algo que se muestra claramente en las escenas de 2B asfixiando a 9S, la de éste último apuñalando compulsivamente a la primera o la de Kaine golpeando y casi besando a Nier cuando éste se derrumba emocionalmente (o el protagonista despidiéndose con un beso de la susodicha cuando la mata).

Así, violencia y sexo confluyen y coexisten, especialmente en los momentos de mayor vulnerabilidad, cuando los personajes tienen bajada la guardia. Yoko Taro ha admitido esto en entrevistas:

Yoko Taro: Por cierto, Kaine se dio cuenta por primera vez que amaba a Nier durante la escena romántica en el castillo del Señor de las Sombras. Cuando patea a Nier en el estómago.

Jun Eishima: Esa… ¿puede ser llamada una «escena romántica»? (risas)

Yoko Taro: ¡Es una escena romántica! Ahí se daba cuenta de que «¡Ah, yo amo a esta persona!», ¡cuando lo estaba golpeando y pateándolo! (fragmento de la entrevista a los creadores de NieR en el libro Grimoire Nier).

Taro también suele jugar con la expresión de la sexualidad a través de esos mismos personajes. De este modo, Kaine, como decíamos, se nos presenta como una despampanante mujer vestida en ¿lencería? (el propio Nier destaca su vestimenta nada más verla) y que va en tacones, al igual que 2B y A2 (ésta última parece que va también en ropa interior o incluso en bolas, si se toma lo que lleva como pintura). Sin embargo, tal como hemos abordado en este artículo, estos personajes femeninos ocupan roles que tradicionalmente serían masculinos, y llevan a cabo acciones que en el tradicionalismo más casposo se asocia a los hombres, como puede ser maldecir, en el caso especial de Kaine y A2.

La protagonista femenina de NieR Gestalt/Replicant (con permiso de Yonah) no es ni mujer, si nos ceñimos a lo puramente biológico, lo que ha marcado profundamente su forma de ser al haber sido maltratada y marginada desde que era una niña.

Yoko Taro: Para mí, que Kaine sea hermafrodita no es realmente un aspecto importante. Ya que gente así existe en realidad, solo que no sabemos sobre ellos. De hecho, me sorprendí de que esto atrajera tanta atención una vez el juego fue lanzado al mercado (extracto de la entrevista a los creadores de NieR en Grimoire Nier).

No obstante, Kaine se siente mujer, es una mujer, y por lo tanto su forma de revelarse es el de mostrar sus atributos femeninos en su máxima expresión. Fue otra figura femenina, su abuela, la que la trató como a una igual y la enseñó a valerse y quererse por sí misma, al menos hasta la llegada de Nier.

De forma similar, Taro muestra la homosexualidad con la misma naturalidad, sin que sirva de reclamo publicitario ni de marketing, y por supuesto tampoco la oculta. Emil es un joven que se siente atraído por Nier, pero no es su carta de presentación ni su rasgo más característico. Simplemente le gusta Nier, como también le atrae a Kaine, con quien además Emil mantiene una positiva y afectuosa relación fraternal.

Una teoría habla de que Emil desarrolló sentimientos femeninos y le gustaba Nier como resultado de fusionarse con su hermana Halua.

Yoko Taro: ¡No, Emil es gay!

Jun Eishima: Oh, la confirmación es buena. Pensé que veía mensajes subliminales inexistentes debido a mi mente sucia (risas).

(…)

Siempre han habido personajes con preferencias sexuales inusuales en los trabajos de Yoko.

Sawako Natori: Sentimos que estamos reflejando el mundo real a la hora de crear la ambientación y el entorno.

Yoko Taro: La pregunta es cómo definirías «inusual». Si miramos a nuestro alrededor, definitivamente podemos ver homosexuales, aunque sean pocos en número. No estoy intentando decir «no discrimines» ni nada de eso, sino que «gente así existe. Es simplemente como funciona el mundo». Son catalogados como «normales», «inusuales» y comparados muy a menudo, pero la diferencia con las personas con preferencias sexuales distintas yace puramente en el número. Algunos abundan, otros no, pero todos estamos en el mismo mundo. Nunca pretendí representarlos como especiales (fragmento de la entrevista a los creadores de NieR en Grimoire Nier).

En definitiva, lo que Yoko Taro cuenta en sus obras es la búsqueda de uno mismo y su máxima expresión según en lo que creamos a través de diversas realidades y situaciones, algunas de ellas extremas. Es cierto que la mayor parte de sus obras acaban con una nota de desesperación e inevitabilidad, de ahí el nihilismo, pero, en el fondo, siempre hay un pequeño lugar para la esperanza (finales E de NieR Replicant y Automata sobre todo), en un mundo donde las distintas pasiones, de uno y otro lado, surgen en todas sus definiciones. En ese sentido, es probable que Adán (NieR Automata) sea el mayor alter ego del realizador nipón visto hasta ahora en sus historias.

P.D.: Podríamos hablar asimismo del abordaje que hace Yoko Taro a la religión y las creencias populares, así como a las referencias filosóficas en sus juegos, pero daría para otro análisis.

Final Fantasy VII y el Remake en la exposición «Despedida»

Como muchos ya sabréis (y para los que no, lo resumiremos aquí mismo), Square Enix está llevando a cabo estos días una exposición de despedida (de hecho se llama así, «Farewell») por el treinta aniversario de la franquicia Final Fantasy, donde muestran bocetos de los videojuegos, historias y audio dramas, uno de ellos protagonizado por Aeris (con voz de Maaya Sakamoto) en medio de una representación a tamaño real de su iglesia.

Gracias a varios usuarios de Twitter y del foro CloudxAerith nos han llegado transcripciones y traducciones al inglés de lo referente a Final Fantasy VII y su futuro Remake, el cual se encuentra en desarrollo «en principio» para Play Station 4.

Primero, tenemos fotos (de momento, al menos, algo borrosas), gracias al usuario de Twitter @jsjunshen, del arte conceptual del Remake de Final Fantasy VII, donde podemos ver más espacios de Midgar, la casa de Elmyra y Aeris (¿con la susodicha de fondo?), la iglesia de ésta, el despacho del presidente Shinra y lo que parecen los suburbios del sector 6, además de los bocetos de Jesse, Wedge y Biggs:

El mismo usuario nos ha dejado una foto con el guión del audio drama narrado por Aeris (Maaya Sakamoto) en su iglesia, el cual ha sido traducido al inglés por las usuarias Jon Snow y Dreamstar en el foro de CloudxAerith, con aportaciones a su vez de @StarStrawberry4 en Twitter:

Ésta vendría a decir lo siguiente (traducción al español por servidora):

«Me disgusta el cielo. Se llevó a alguien importante».

«¡Estás pisoteándolas! ¡¿Pisoteándolas?! Ahora verás…» (en referencia a Reno pisando las flores de la iglesia de Aeris).

«Un nuevo amor puede ayudarnos a olvidar uno viejo. Eso es lo que he oído. ¿Es así? De algún modo, mi corazón sufre. ¿Esto estaría bien?».

«Es extraño que no tengamos estaciones… y aún así las flores no tienen inconveniente en florecer aquí en este misterioso lugar… Es un sentimiento extraño».

«En ocasiones veo a gente con tus mismos ojos, y eso me confunde. ¿Os conocéis? ¿Sabes dónde está? No sé si debería preguntar…».

«A pesar de que conozco el dolor de las despedidas, ¿por qué este encuentro… por qué este encuentro me hace tan feliz? Soy terrible, ¿no es así?».

«Al igual que este camino, algún día nuestra soledad también tendrá fin, así que vamos a decir este triste adiós con una sonrisa, ¿eh?» (parece que hace referencia a la despedida de Aeris a Cloud en los sueños de éste último, cuando la muchacha parte sola a la Capital Olvidada).

«Ya está, me rindo, estoy interesada en ti… ¡Ah, es frustrante!».

«¡Disculpa! Hola. ¿Vas a despertar? Ya es de día».

«No pises las flores».

«Estoy feliz y agradecida de que hayas venido, aún cuando estás…»

«He sido separada de ti, y tú has sido separado de mí. Ah… he ascendido al cielo y he desaparecido… Puedo verte… estás llorando… Por favor, no llores más, o parecerá que llueve».

El usuario de Twitter @midgarteam también ha tenido la enorme amabilidad de traducir al español estos paneles, a su vez aportados por @CloudxAerith:

@CloudxAerith en Twitter también ha traducido parte del texto al inglés que acompaña a las siguientes imágenes expuestas, aportadas a su vez por @pluvia_ca:

Traducción al español (hecha por mí) de la primera imagen: «Final Fantasy VII recibió aclamaciones por todo el mundo tras su lanzamiento gracias a sus fondos diseñados en CGI, personajes en 3D, una ambientación futurista y una narrativa que rompió con las convenciones de los RPG. La historia sigue al protagonista, Cloud, pero es la heroína, Aeris, quien abre los ojos del primero y lo acerca a comprender los misterios de su pasado. Es a través de ella que nos imbuimos en la verdad de la historia.

Lanzado en 1997, Final Fantasy VII fue la primera entrega de la saga desarrollada para Play Station. Esta escena, en la que perdemos a la heroína Aeris, es fácilmente la más sorprendente y trágica en la historia. Nadie se esperaba tener que decir adiós a un personaje tan importante en la mitad del juego. Se expandieron los rumores de una posible y secreta forma de resucitar a Aeris, lo que dejó claro que los jugadores también estaban pasando un mal trago a la hora de despedirse de ella. Incluso ahora, 20 años más tarde, todavía se siente como un evento realmente chocante.»

En la última imagen de la galería, al lado de las capturas de la muerte de Aeris, puede leerse: «Mientras abraza el cuerpo acuchillado por Sefirot de Aeris, Cloud murmura en un estado de consternación», junto al monólogo que hace éste último ante la muerte de su compañera.

No olvidéis visitar y agradecer a los usuarios y sitios que han aportado toda esta información, la cual siempre es y será bienvenida.

Hablemos del trío protagonista de Kingdom Hearts: Birth by Sleep

Kingdom Hearts: Birth by Sleep cumplió el pasado 9 de enero ocho años y da la casualidad de que nosotros estamos volviendo a jugarlo en su versión remasterizada para Play Station 4. Siendo una precuela de la historia principal, el juego sienta interesantes bases que muy seguramente serán exploradas en el esperado Kingdom Hearts 3.

Una de ellas será probablemente la que consideramos una de las principales virtudes de este juego: el paradero y vínculo de sus tres protagonistas, Terra, Ventus y Aqua. Hablaremos un poco de ellos. Avisamos que habrá SPOILERS de Kingdom Hearts: Birth by Sleep y de 0.2: A Fragmentary Passage.

Si hay algo que atrajo los halagos del público general y seguidores de este videojuego fueron sus tres protagonistas, los cuales siguen ocupando puestos altos en las listas de preferencias (especialmente Aqua si nos referimos a personajes femeninos de la saga). Consideramos que no es para menos, pues Tetsuya Nomura (creador y director de la franquicia) hiló la historia de tal forma que todos tuvieron ocasión para brillar e interactuar de forma atrayente.

Empezando por sus nombres, todos de muy obvio significado y que además nos recuerdan al trío protagonista original: Terra, es decir, tierra (mismo significado que Riku); Aqua que claro está es agua (como Kairi, que significa océano); y Ventus, viento (en referencia a Sora, cielo). Los tres toman así rasgos y características de sus contrapartes, pero no siempre es así, mezclándose en realidad.

De este modo, Terra tiene en similitud con Riku su papel de «rebelde» del grupo, en el sentido de que ambos tienden a ir más de por libre y juguetean con la oscuridad. Sin embargo, Terra lo hace de forma mucho más reticente que Riku en el primer juego, mostrando a su vez algo de la inocencia y nobleza de Sora. Para Aqua, Riku tiene además la misma franqueza que su compañero, y cierto es que son los más introvertidos (e inseguros).

Por otro lado, Aqua es, de los tres, la que más se asemeja al de cabellera plateada en su pragmatismo, mientras que el personaje en sí parece ocupar más el rol de Kairi, aunque sea simplemente porque ambas son la única chica del grupo. Sin embargo, Aqua se ha mostrado hasta la fecha mucho más activa que la pelirroja, y su implicación en la narrativa nos la acerca más a Sora, ya que es la única de los tres que sigue estando «en activo».

Ventus por su parte es el más parecido al castaño por su personalidad alegre e ingenuidad (aunque sea solo por ser el menor), también por suponerse el vínculo del trío, ya que, cuando Ventus cae o desaparece, también lo hacen en cierta forma los demás, o se queda todo con un cierto deje de tristeza. No obstante, el rubio se acerca más a Kairi en su papel de recipiente puro de luz, que además proviene de fuera (Terra y Aqua se conocían de antes) y cuyo pasado es hasta cierto punto un misterio.

Los nombres de los tres también juegan con estas dinámicas. Así, Terra es la tierra, que puede llegar a ser árida y estéril si no la riega el agua (Aqua), a su vez ambos movidos por el viento (Ventus). Terra no es en sí un personaje maligno ni destructor (como lo sería el fuego), pero la ausencia de una influencia claramente positiva (como lo es Aqua) lo convierte en uno. Ambos se ven completamente aislados el uno del otro (como se encuentran ahora mismo) si no los mueve el viento (el sueño en el que se ve sumido Ventus, dejándolo en un estado catatónico).

¿Aqua, Terra y Ventus en Kingdom Hearts 3?

¿Qué puede suceder a partir de este punto? Está claro que algún tipo de reencuentro tendrá que suceder en Kingdom Hearts 3, especialmente si se toma este título como una conclusión a todas las tramas que hay ahora mismo abiertas. Ya lo hubo en cierto modo en 0.2: A Fragmentary Passage, con Terra llegando a interactuar con Aqua en el Reino de la Oscuridad.

De este modo, es probable que Terra siga manteniendo a raya a Xehanort (¿hasta qué punto? También está su versión joven por ahí pululando), y Aqua, una vez liberada de la oscuridad, seguramente gracias a Sora, llegue hasta él de alguna manera. En el momento en que esto ocurra (y damos por hecho que Ventus también habrá despertado), los tres volverán a ser sus mejores versiones.

Por eso mismo nos gusta tanto Aqua (ojo, que Terra y Ventus también), porque, aunque Ventus sea el que mueve más el argumento a nivel macro, ella lo hace en ciertos puntos que son MUY claves, como lo es el estado de Terra (que, en definitiva, es de quien depende la situación del principal villano de la saga, al menos hasta ahora). Aqua es un personaje femenino activo e independiente, que aún así muestra emociones (adora realmente a Ventus y a Terra) y que no carece de imperfecciones, como lo es el inicialmente seguir las órdenes a rajatabla y sin cuestionamiento, cosa que en algún momento le reprochan sus amigos. Sin Aqua, Terra (y Ven, pero la situación de éste último depende asimismo de otros factores) hubiese estado perdido desde hace mucho tiempo.

Una relación a tres desde el afecto y el respeto

Otro rasgo positivo de la relación entre estos tres es que, a pesar de todo, cada uno se deja y respeta el espacio del otro. Puede que Terra se cabree con Aqua y ésta quede tocada, pero ella no sale inmediatamente después detrás de él. O, si lo hace, es de forma distante, de tal modo que no interfiera en las propias decisiones de Terra.

Con Ventus, tanto Terra como Aqua son más sobreprotectores, en buena parte debido a la edad (el rubio es claramente menor), pero también por la llegada tan extraña del muchacho y su posterior crisis. Hay más de un momento en la historia en que se juguetea con los roles de Ventus como hijo o hermano menor y Aqua y Terra como padres o hermanos mayores, algo que ya hemos visto parece tantear Nomura en Advent Children con Cloud, Tifa y Denzel/Marlene.

Sin embargo, y a pesar de que creemos que Aqua en ocasiones roza peligrosamente el rol de «madre de todos» que a veces gusta utilizar a los japoneses en varios animes (volvemos a Nomura y su Advent Children con Aeris o Tifa como «mamás»), ésta sigue respetando la individualidad de sus amigos sin dejar de creer firmemente en ellos y sus posibilidades. Terra y Ventus en ese sentido llevan más un «colegueo entre hermanos» que a veces los sitúa más de igual a igual que Aqua, quien llega a comentar en el mundo de Nunca Jamás que casi hasta está celosa de dicho tipo de vínculo.

No obstante, Aqua y Terra son iguales en cercanía de edad, experiencia y en «madurez», con la citada sobreprotección hacia Ventus. La trama entre estos dos los conecta en este sentido de forma más íntima con la manida dualidad entre luz (Aqua) y oscuridad (Terra, a veces). Por algo Aqua se pregunta en Islas del Destino qué será de ella y de su compañero castaño, dejando en esta ocasión a Ventus fuera de sus inquietudes.

Con este juego de dinámicas se percibe que Nomura ya está más experimentado en Birth by Sleep, y es que aquí vuelve a mezclar varios conceptos que ya se encontraban en los vínculos del trío original, pero quizás no tan explorados. Así, por ejemplo, hay menor diferencia de edad (o es menos perceptible) entre Riku, Kairi y Sora (surgiendo una especie de triángulo amoroso inicialmente que parece que luego no llega a ningún lado), y la relación «colegueo entre hermanos» es mucho más clara entre Riku y Sora que de cualquiera de los muchachos con Kairi, quien sin duda y hasta la fecha se ha mantenido más ajena a todo. Pero, como decíamos, todo esto puede ser perfectamente modificado en la tercera entrega numerada de la saga.

El sexo en Star Wars: Los últimos jedi

Las palabras «sexo» y «Star Wars« no suelen ir juntas en la misma frase, entre otras cosas por ser una saga dirigida al gran público, que como sabemos incluye a niños, adolescentes y adultos. Sin embargo, no está exenta de romances y momentos apasionados, como el famoso «te quiero» «lo sé» de Leia y Han en El imperio contraataca o el (supuesto) último beso de Anakin y Padme antes de ser ejecutados en Geonosis en El ataque de los clones.

Sin embargo, casi todos estos momentos suelen resultar bastante castos e incluso asexuales (como la historia de Anakin y Padme en general, que apenas nos creemos que hayan sido capaces de procrear), hasta que vino Rian Johnson con Los últimos jedi. Avisamos desde ya que habrá SPOILERS (muchos) de dicho episodio de la franquicia.

Johnson, un director comercial nada al uso (para ello basta con echar un vistazo a Brick o Looper), ya adelantó en una entrevista que la película contendría varios elementos freudianos. Tanto es así, que el octavo episodio no muestra un romance «directo» y al uso (con beso y declaración, a no ser que incluyamos el de Finn y Rose), pero sí varios acercamientos y una simbología que, tras varios visionados, se nos torna MUY perceptible y bastante clara en sus intenciones.

Tenemos por un lado a Rey (Daisy Ridley), criada prácticamente sola en el desierto, por lo que es fácilmente asimilable que no haya tenido muchas figuras con las que relacionarse, ni masculinas ni femeninas. Rey llega a Ahch-To buscando a Luke (Mark Hamill), un antiguo maestro jedi que vive en el exilio en dicho planeta, que se limita prácticamente a una isla con reductos de los primeros jedi, una misteriosa cueva y poco más. Rey conoció y se enfrentó en la anterior película, El despertar de la Fuerza, a Kylo Ren (Adam Driver), un joven unos pocos años mayor que ella que tampoco parece ser un derroche de carisma respecto a las habilidades sociales, y que a todas luces ha sufrido varios años de abuso por parte de Snoke.

Llegado cierto momento de la cinta, Rey y Kylo Ren descubren para su sorpresa que la Fuerza los está uniendo de alguna forma, ya que pueden hablarse, verse y hasta tocarse (aunque inicialmente la mitad de esto no lo saben), a pesar de que cada uno de ellos se encuentre en un planeta (o base espacial o nave) totalmente distinto. Por su parte, Luke percibe que la muchacha se está sintiendo fuertemente atraída hacia la citada cueva de la isla, la cual parece estar vinculada con la oscuridad y le causa bastante rechazo al maestro jedi.

Arte conceptual del entrenamiento de Rey con Luke, en The Art of Star Wars: The Last Jedi

Durante una de sus conexiones, Rey ve y reacciona ante Kylo Ren al estar éste sin camiseta ni nada que le cubra el torso, una escena que Johnson rodó para dejarle claro al espectador que estos dos personajes pueden verse con total claridad. Inmediatamente después de esto, la muchacha corre hacia la cueva, incrustada en el suelo y con forma que puede recordar a la de una vagina (vello púbico incluido), en donde es sumergida accidentalmente en el agua, perdiendo su característico peinado de moños y quedándose a partir de entonces con la mayor parte de su pelo suelto.

Hacemos hincapié en lo del cabello porque a nivel literario y narrativo la forma en la que un personaje femenino lleva recogido su pelo es en bastantes ocasiones asociado a su sexualidad. Así, alguien con el pelo recogido puede ser vinculado con la infancia, la asexualidad y la seriedad, mientras que el soltárselo es referente a la liberación, tanto a nivel sexual como espiritual. No viene de la nada el famoso dicho «desmelenarse».

Durante esta secuencia, Rey busca respuestas a la pregunta que más la está atormentando: quiere ver a sus padres. El mensaje que recibe, en una secuencia algo psicodélica y que recuerda tanto a Luke en la cueva de Dagobah como a Harry Potter ante el espejo de Oesed, es la de dos figuras que se acercan primero y que se funden finalmente en una sola: ella (recalcamos lo de las dos figuras porque, aparte de verse en la película, el arte conceptual de Los últimos jedi deja claro que al menos se tuvo en mente que eran Kylo Ren y la susodicha).

Arte conceptual de Rey en la cueva, extraído de The Art of Star Wars: The Last Jedi

Rey sale de la cueva y acude al propio Ben Solo, a quien le cuenta lo ocurrido. En este momento, él le dice que ella no está sola, ante lo que ésta responde que él tampoco y, en una secuencia bastante pausada, ella le tiende su mano a él para tocarlo, a lo que él responde sacándose el guante y haciendo lo propio. Cuando las manos de ambos finalmente se tocan, la respiración de ella se entrecorta, pero los interrumpe Luke, quien iracundo les ordena parar y derrumba la choza en donde se encuentran.

Esta escena es determinante no solo dentro de la trama de Los últimos jedi (es la que torna a Rey del lado de Ben, dejando atrás a Luke), sino en su propio contenido sexual, no tanto por lo que muestra (dos manos tocándose, algo a lo que Johnson se refirió como exponente básico de intimidad), sino por CÓMO lo muestra: Rey y Ben solos en la tienda, iluminados solo por un fuego, con ella aún mojada por la experiencia en la cueva, rozando piel con piel y respiración entrecortada. La reacción de Luke pone la guinda al pastel.

Como decíamos, es a partir de este momento que Rey rompe con la «figura paterna» (a la cual ya había desafiado al introducirse en la cueva) y se larga de Ahch-To para ir a buscar a Ben. Acude a él en una especie de nave-cabina, tumbada con el sable abrazado sobre su pecho, en una escenografía que claramente nos recuerda a una Blancanieves o una Bella Durmiente.

Arte conceptual de Rey, Ben y Luke, extraído de The Art of Star Wars: The Last Jedi

Cuando los dos jóvenes vuelven a estar solos en un ascensor, de camino al trono de Snoke, la secuencia vuelve a mostrarse bastante intimista, con ella acercándose mucho a él, mirándole a los ojos, luego a los labios, luego a los ojos de vuelta, a la vez que le sugiere que se vaya con ella al lado luminoso. Se trata claramente de un intento de seducción, al cual él responde con la misma moneda.

Finalmente, ante Snoke y su guardia pretoriana, totalmente vestida de rojo en una habitación que también está cubierta de carmesí, Rey y Kylo Ren dan inicio a una batalla que incluye intercambio de sables láser entre ellos, agarre de cadera, ella siendo herida, perforaciones y penetraciones varias para finalizar con Rey al grito de «¡Ben!» y ambos  mirándose con respiración nuevamente entrecortada. En fin, si esto no es lo más cercano a una escena sexual en Star Wars, que venga George Lucas y lo vea.

Tras la batalla aquí descrita, viene la proposición de Kylo Ren a Rey, la cual ésta rechaza, huyendo y dejándolo a él de nuevo «dormido» (en realidad inconsciente por una explosión), pose en la que se lo encuentra Hux al llegar al trono de Snoke. El típico vértigo post-coital. El resto, como sabemos, ya es historia… hasta la escena final, con Kylo Ren arrodillado nuevamente ante Rey, quien lo manda a dormir al sofá.

Frente a esta historia, tenemos el romance más típico (para este tipo de películas) de Finn y Rose, que se desarrolla sin mayores altercados, para finalizar con un pico bastante casto. Esta es, sin embargo, la relación más directa (y sana) de ambas, también la más infantil y, por lo tanto, inocente. Frente al crecimiento, «despertar» y entrada en la madurez de Rey, tenemos la del propio Finn, cada uno en su estilo. A ver por dónde nos sale J.J. Abrams en su Episodio IX, siguiendo al capítulo que ya ha sido catalogado por una parte de la prensa como «el más sexual» de todos.

Hablemos de Kylo Ren/Ben Solo (Star Wars)

Star Wars: Los últimos jedi se estrenó el pasado 15 de diciembre y todavía está dando que hablar en redes sociales y medios varios, para bien y para mal. Teniendo en cuenta el lapso de vida de las novedades en Twitter o Facebook, es bastante. Uno de los temas centrales de los debates que la rodean es el personaje de su villano (¿o anti héroe?), tanto en el episodio siete como en el que nos ocupa: Kylo Ren, también conocido como Ben Solo, único hijo de Han y Leia, interpretado por Adam Driver. Avisamos de paso que se avecina un largo análisis con SPOILERS de Los últimos jedi.

Tanto J.J. Abrams (director de El despertar de la Fuerza y el Episodio IX) como Rian Johnson (director de Los últimos jedi) han dejado caer varias declaraciones sobre la ambivalencia del personaje de Kylo y CÓMO NO es Darth Vader, a pesar de que al ver su diseño es lo primero que nos trae a la mente. Así, Abrams comentó que tanto a él como a Kathleen Kennedy (presidenta de Lucasfilm) se les ocurrió Driver tras unas pocas pruebas de casting a algunos actores debido a su versatilidad, hasta el punto de que fue el primer miembro del reparto en ser anunciado al público. Johnson, por su parte, ha declarado, entre otros, que Kylo y Rey «son las dos partes de un protagonista».

De este modo, diseños aparte, Kylo Ren poco y nada tiene que ver con el prototipo de villano que era Vader, más allá de ser su nieto, que tenga una cierta admiración por él y, de hecho por eso, copiarlo en la apariencia y vestimenta.

Con quien sí guarda mayor similitud es con Anakin, tanto en el aspecto debajo de la máscara (cicatriz ahora incluida), como en la actitud de un muchacho muy poderoso que no sabe muy bien qué hacer con el papel que le ha tocado jugar, derivando en una enorme inestabilidad emocional. Porque, si algo tiene Ben en común con su abuelo, es que ambos son tremendamente emocionales, hasta el punto de traspasar los límites de la cordura y de inestabilizarse con cierta facilidad.

Si hacemos caso a las palabras de otros personajes a lo largo de las últimas dos cintas, Ben también guarda cierta similitud con Han (Snoke le dice que tiene el corazón de su padre), lo que no debería pasar desapercibido entre tanto trato negativo en Ben, incluyendo entre los miembros de su propia familia. De lo poco que hemos visto a Han y su hijo juntos, la relación entre ellos debía ser algo distante. El dueño del Halcón Milenario no sabe muy bien qué hacer con el niño poco después de nacer debido a su conexión con la Fuerza y años más tarde se dedica a enseñar a otros jóvenes pilotos más que otra cosa, según Bloodline, además de lo comentado por el propio Kylo a Rey. Sin embargo, y a pesar de la dramática deriva de los acontecimientos, Ben no odia a su padre, como también le dice a la muchacha. Si acaso, su muerte lo ha sumido aún más en la confusión emocional en la que estaba sumido.

Una víctima de abuso y un pésimo líder

Llegados a este punto, ¿qué sabemos realmente del pasado de Kylo Ren? Pues más bien poco. único hijo de Han y Leia, poderoso en la Fuerza desde el momento en que nació, según Abrams, Kylo es tan fuerte en el lado luminoso como en el lado oscuro, lo que rápidamente atrajo la atención de Snoke. Se ve que este ser lo acechó desde temprana edad, aunque no sabemos exactamente cuándo (¿infancia? ¿adolescencia?). Sea como sea, sus padres, bastante metidos de lleno en sus respectivas carreras (Han como piloto, como ya decíamos, y Leia como política de la nueva república), se dieron cuenta en algún momento de que estaban perdiendo a su hijo y decidieron mandarlo con Luke, quien había fundado una academia jedi con una docena de estudiantes,

Luke y Ben entrenaron juntos por algún tiempo, pero llegó un punto en que el primero tuvo una visión del segundo, donde Snoke ya había llegado a lo más profundo de su corazón, y por puro instinto durante un momento fue a matarlo mientras dormía. Evidentemente, Luke enseguida cayó en la cuenta de la atrocidad que estaba a punto de cometer y se detuvo, pero ya era tarde: su sobrino había despertado y lo había visto. Ben evidentemente se defendió y derribó a Luke, se llevó a algunos de sus estudiante (¿los caballeros Ren?) y al resto los mató, incendiando de paso su academia.

Ben Solo no era siempre un conflictivo muchacho que daba problemas. Extracto de la guía visual de Los últimos jedi, por Pablo Hidalgo

Es increíblemente significativo que en dicho momento Ben no acudiera a sus padres… sino a Snoke, lo que nos habla de que efectivamente el villano ya tenía una poderosa influencia sobre él. Sin embargo, si nos fijamos en la actitud de Snoke hacia Kylo tanto en el séptimo episodio como en el octavo (más en los pocos minutos que trata a Rey), nos damos cuenta de que el primero es tremendamente abusivo con el segundo, recurriendo a humillaciones psicológicas («el increíble Kylo Ren» con tono de sorna al burlarse que ha sido derrotado por una inexperta), emocionales (prácticamente lo obliga a matar a Han) y físicas (el rayo, la tortura a Rey).

Si sumamos esto último a la sensación de soledad y abandono que ha debido sentir Ben por los poderes con los que ha nacido, la temprana edad a la que Snoke debió empezar a contactarlo y el bagaje emocional que de por sí lleva en los genes, nos parece que demasiado bien está Kylo Ren después de todo.

¿Dónde está el mayor drama, entonces? En que, una vez liberado de Snoke, y de hecho habiéndolo asesinado él (pudo matar a Han, pero no a Rey), Kylo Ren ya debería estar libre para poder tomar mejores decisiones… solo que no lo está. Si nos fijamos, tras el asesinato del líder de la Primera Orden y de su guardia pretoriana, lo primero que hace Kylo es quedarse mirando fijamente el cadáver de Snoke. Claramente está en shock. Es probable que tenga estrés postraumático en ese mismo momento y en los años próximos.

Arte conceptual de Los últimos jedi, extraído de The Art of StarWars: The Last Jedi

Sin embargo, Rey, por quien acaba de dar dicho paso, le dice que salve a la Resistencia. Pero Kylo tampoco guarda aprecio hacia el grupo (los llama ladrones, asesinos y traidores en la cinta anterior), está hasta las narices de todo y quiere mandarlo al carajo. Una reacción, a priori, muy normal en alguien que aún está en shock. Rey choca con él en este punto y ya sabemos todos cómo sigue la cosa.

La rabieta posterior de Kylo Ren es bastante criticada, y no falta razón, pero tengamos en cuenta que la película está contada desde la perspectiva de «los héroes», y él está en el bando de «los villanos». Si fuera al contrario, sinceramente, tampoco le faltarían motivos al muchacho para estar cabreado, más teniendo en cuenta lo fácil que es que salte. La aparición de Luke empeora aún más las cosas, pues Kylo odia a su tío: es el principal culpable de su actual situación, con la cual no parece que esté radiante de felicidad. Tanto es así, que ni se da cuenta de que lo que está frente a él ni tan siquiera es REAL, ya que Luke no deja marcas de pisadas en la sal que cubre Crait (solo por poner un ejemplo).

Toda esta secuencia también sirve para mostrarnos otra cara de Kylo: la de un pésimo líder. No sabe dar órdenes (Hux se le intenta imponer a la mínima y en cualquier momento me huelo un Frank Underwood con él) y se guía puramente por sus emociones, no por la estrategia ni por la ideología de la Primera Orden, la cual creo que se la trae más bien al pairo (cuando se le propone a Rey, entre otras cosas le dice que acaben juntos con la organización). Todo ello concluye en un gran fracaso para «los malos» y con los escasos miembros de la Resistencia huyendo con vida, lo que no es poco.

Por lo tanto, en lo personal veo poco probable que haya un gran salto temporal entre Los últimos jedi y el noveno episodio, entre otras cosas porque no veo a Kylo Ren gobernando la Primera Orden durante mucho tiempo sin graves consecuencias, comenzando para él mismo. Hux sigue rondándole y la última mirada que le dirige antes de finalizar la película no es precisamente de aprecio. Puede que el general no sea poderoso en la Fuerza, pero dentro de la Primera Orden tiene más contactos que Ren seguro (a quien se ha mostrado que temen, pero no respetan), por lo que es fácilmente imaginable la organización de una especie de golpe de Estado.

No es tampoco poco significativo que la última escena protagonizada por Kylo Ren en Los últimos jedi lo muestre arrodillado ante Rey, agarrando los dados de la suerte que pertenecieran a su padre, con gesto triste y actitud arrepentida, mientras un rayo de luz lo ilumina en medio de la oscuridad.

Esto ya lo hemos visto en otra parte…

La historia de lo que llevamos hasta ahora de Ben Solo y Kylo Ren no es única en el mundo del entretenimiento. De hecho, los seguidores de anime, manga y videojuegos procedentes de Japón tienen ejemplos varios. Cáspita, hasta Elza de Frozen podría servir de referencia en ciertos puntos. A partir de aquí, habrá SPOILERS de Naruto y de Code Geass.

El más llamativo es probablemente el de Sasuke Uchiha (Naruto), protagonista primero y villano después, empezando la serie como compañero, rival y amigo de Naruto para después volverse su enemigo, movido primero por las ansias de venganza personal y por, adivinad, estrés postraumático posterior, hasta el punto de querer acabar con todo el orden ninja establecido, el cual percibe como corrupto, aunque para ello tenga que matar a Naruto, a Kakashi, a Sakura o a quien haga falta.

Por suerte, Naruto nunca pierde del todo la esperanza en él (aunque hay momentos que casi), y en un enfrentamiento final donde ambos pierden sus brazos, Sasuke «ve la luz» y vuelve al lado luminoso (valga la redundancia). Tras unos años de exilio, y sin llegar a recuperar nunca su brazo, Sasuke acaba viviendo en Konoha con Sakura y ambos tienen una hija, Sarada, restaurando asimismo el clan Uchiha (del cual solo quedaba él).

La otra gran similitud percibida es con Lelouch Lamperouge, protagonista de Code Geass, aparentemente un estudiante normal que un día y de forma fortuita se ve ¿bendecido? ¿maldecido? con el poder del geass, el cual causa que todo aquel que lo mire directamente a los ojos siga sus órdenes. Lelouch decide usar este poder principalmente como medida de venganza personal, adoptando un alter ego enmascarado (vaya) conocido como Zero, con el cual también se erige como una figura justiciera frente al opresor imperio de Britannia. Sin embargo, Lelouch se va obsesionando con su venganza hasta el punto de derribar a todo aquel que ose interponerse, aunque sean sus amigos, parientes o similar.

Llegado el momento, Lelouch llega hasta sus padres, el emperador de Britannia, objeto principal de su venganza, a quien asesina. ¿Qué hace entonces el chico? Se auto erige como máximo dirigente y se vislumbra como la nueva principal figura opresora. Al final, Lelouch acuerda con su amigo Suzaku su asesinato ante el público y, en teoría, muere (aunque algunos teorizan que es una farsa para escapar con C.C. a la vez que le deja un mundo mejor a Nunally, que era su deseo). Sea como sea, parece que Lelouch volverá para una tercera temporada.

Podríamos hablar de otras representaciones de estos personajes más antihéroes (o héroes byronianos) y de sus contrapartes heroicas sin artificios, como Riku y Sora en Kingdom Hearts, Seifer y Squall en Final Fantasy VIII, Delita y Ramza en Final Fantasy Tactics, etc. En definitiva, parece ser un concepto que encanta a los asiáticos.

Lo que en mi opinión queda claro es que Kylo Ren se redimirá de alguna forma (¿dónde estaría la gracia de la trilogía entonces?), pero si en el camino sobrevivirá o si llegará totalmente íntegro ya es otro cantar… La narrativa está poniendo bastante énfasis en que el objetivo es obtener el verdadero equilibrio en la Fuerza, no que prevalezca un lado sobre el otro, que es en donde fracasaron las anteriores trilogías, con la oscuridad prevaleciendo en las precuelas y la luz en la original (como bien dirían en Kingdom Hearts, a más luz haya, mayor será la oscuridad). Ben Solo debe hallar ese equilibrio en él mismo, pero también entre él y Rey.

Podríamos hablar extensamente también de la interesante relación entre Kylo Ren y Rey, de qué papel puede jugar en el destino de la galaxia como último Skywalker (¡y Solo!), de cómo su historia parece ser la misma que la de Anakin pero a la inversa («terminaré lo que tú empezaste»), y más cosas, pero eso nos llevaría a escribir nuestra propia trilogía. Lo que sacamos en claro es que Kylo Ren/Ben Solo es, para nosotros, el personaje más interesante de esta nueva saga. Esperamos que sepan darle una conclusión satisfactoria.

Lo mejor del año 2017 en cine, series y videojuegos

Al igual que hiciéramos en el 2016, este año ya va llegando a su fin y toca hacer reflexión y recopilación de lo que, desde nuestra experiencia, ha sido lo mejor en los ámbitos de cine, series y videojuegos. Admito que yo al menos no tenía muchas esperanzas puestas en este 2017 cuando echaba un vistazo a la lista de estrenos, pero lo cierto es que las expectativas han sido superadas con creces, y creo que lo mejor de este año ha superado en calidad al anterior.

5- Logan (James Mangold)

El cierre al personaje interpretado desde hace más de una década por Hugh Jackman es también su mejor película, y con diferencia (incluyendo a las de X-Men donde aparece). Logan es pura crudeza y melancolía del cine crepuscular, con un Jackman en estado de gracia acompañado por unos también carismáticos Patrick Stewart (Charles Xavier) y Dafne Keen (X-23, Laura).

La cinta se sitúa en un futuro postapocalítico, con un Logan desencantado con la vida y cuidando de un avejentado (y casi senil) profesor Xavier, a la vez que se esconden de la caza de mutantes surgida a raíz de cierto incidente. En su camino se topará con una misteriosa mujer que le suplicará ayuda para una niña que la acompaña y que resultará estar bastante vinculada a nuestro protagonista.

En Logan confluyen una dirección espectacular, con un ritmo que no decae, unas interpretaciones carismáticas y, sobre todo, mucha llorera, especialmente para los que hemos amado al personaje desde su nacimiento en las viñetas. Para mí, la mejor cinta de superhéroes hasta la fecha (admitiendo que no soy especialmente fan del género).

Puedes leer nuestra crítica de Logan aquí.

4- Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve)

Había muchos recelos ante la confirmación de una secuela de una obra de culto como lo es Blade Runner (Ridley Scott, 1982), por mi parte también, aunque al proyecto fuesen sumándose nombres como Denis Villeneuve, Ryan Gosling y los propios Ridley Scott y Harrison Ford. El resultado despejó todas mis dudas, topándome con una película que conserva lo mejor de su antecesora y atreviéndose a dar unos pasos más allá.

Es cierto que esos contados atrevimientos son casi lo peor de la cinta, ya que dejan entrever la idea de expandir un universo que, aunque atractivo, mejor dejarlo como está por si acaso la cagan.

Centrándonos ahora en Blade Runner 2049, lo mejor es sin duda su cinematografía (Roger Deakins merece un Oscar), seguido de un guión que trae temas de rabiosa actualidad y que te dejan pensando (como su predecesora) y unos personajes que, al menos a mí, me resultaron bastante atractivos.

En su contra juegan una historia demasiado larga y que se desinfla por momentos y, como decíamos, esas tramas abiertas con planteamientos de secuelas (innecesarias, sí). Lamentablemente, Blade Runner nunca fue un producto que atrajera al público mayoritario, algo que se ha visto reflejado en los número de taquilla.

Puedes leer nuestra crítica y análisis de Blade Runner 2049 aquí.

3- Coco (Lee Unkrich)

El tándem Disney-Pixar suele resultar (casi siempre) una apuesta seguro por el entretenimiento de calidad, de la animación que es capaz de divertir a los niños y emocionar a los adultos. Lamentablemente, la casa de Flexo llevaba unos últimos productos que no lograban calar tan hondo como algunos de sus clásicos (Toy Story, Monstruos S.A., Wall-E). Coco parecía que iba a ser más de lo mismo, oliendo además a refrito de El libro de la vida.

No pude alegrarme más de estar equivocada. Coco es simplemente maravillosa, con una animación espectacular, un respeto reverencial y cándido hacia la cultura mexicana y una historia con unos personajes que te sacan las lágrimas en más de una ocasión. Y por supuesto la música, aquí especialmente importante, también en homenaje a México.

Puedes leer nuestra crítica de Coco aquí.

2- Star Wars: Los últimos jedi (Rian Johnson)

La gente todavía está hablando bastante de la última película perteneciente a la saga Star Wars… lo cual ya de por sí es bueno, aunque no siempre sea en buenos términos. Para nosotros, el octavo episodio no es perfecto, pero es lo más cercano a una película de la franquicia creada por George Lucas que nos ha tenido entre obsesionados y perturbados durante días, tras un séptimo capítulo con mayor adrenalina, pero también más calcado y «sobre seguro».

Los últimos jedi es una historia fundamentalmente sobre personajes, sobre su psique, a lo que ayuda el contar con un actor de la categoría de Adam Driver (Osacr Isaac, Laura Dern, Benicio del Toro y Domhnall Gleeson están más desaprovechados), un «Anakin bien hecho», en contraposición a un Hayden Christensen que no tenía el respaldo de un guión con diálogos al menos aceptables.

La cinematografía es el otro gran componente de esta cinta, con planos que quedan grabados en la retina (sin querer hacer spoiler, cierto momento con una nave y otro frente a unos AT-AT y soles) y otros que te dejan los pelos como escarpias.

El hecho de que esté levantando tanto odios como pasiones deja en claro algo: Los últimos jedi ha ido a arriesgar, algo que no hizo su predecesora y que recuerda a las reacciones guardadas de algunos espectadores tras los primeros visionados de El imperio contraataca. Solo esperamos que J.J. Abrams sepa estar a la altura para poder ponerle un broche de oro.

Puedes leer nuestra crítica sin spoilers de Star Wars Los últimos jedi aquí.

1- NieR Automata (Yoko Taro)

Y llegó NieR. Lo cierto es que servidores no habíamos jugado ningún juego de NieR ni de Drakengard con anterioridad, por lo que llegábamos a Automata con la mente en blanco y atraídos por una estética muy de anime y una jugabilidad entre la acción y el RPG adictiva. Y qué MARAVILLA nos encontramos.

NieR Automata no es la mejor experiencia de ocio de este 2017, lo es desde hace varios años. Su poderosa narrativa, con momentos que te hacen reír y llorar, cuestiones existencialistas, personajes que te llegan al alma y un (o varios) final que te dejará estupefacto y con sonrisa bobalicona durante días (¡incluso semanas!). Si le añades la citada jugabilidad y una banda sonora compuesta por el siempre espectacular Keiichi Okabe hallamos esta OBRA MAESTRA.

Su director, Yoko Taro, no quiso quedarse ceñido a las barreras que ofrece un videojuego al que Square Enix apostó tras varias paupérrimas inversiones en el pasado, y decidió expandir aún más el universo de Yohra, los androides y su eterna guerra contra las máquinas a través de novelas, conciertos y videoclips que también dejan huella. Hasta ahí llegan 2B, 9S y A2, los tres personajes principales que, espero, me acompañen durante mucho más tiempo, aún con toda su melancolía. Y que Yoko Taro nunca los mate.

Puedes leer nuestra crítica de NieR Automata aquí.

Puedes leer nuestro análisis sobre NieR Automata y las construcciones de género por este otro lado.

Y puedes leer todos los conciertos traducidos e historietas cortas de NieR Automata en nuestro blog dedicado.

Menciones de honor

Por supuesto, la segunda temporada de Stranger Things (crítica aquí) hubiese entrado fácilmente en este top5, pero como ya incluimos a su también extraordinaria primera parte en la lista de 2016 no queríamos parecer demasiado repetitivos.

En cuanto a anime y manga, han habido varios descubrimientos en este 2017, destacando a mi parecer Koe no Katachi (análisis aquí) y La pequeña forastera (Totsukuni no Shoujo, análisis también por aquí), pero ninguna es realmente de este año, por lo que aquí lo dejamos.

Star Wars: Los últimos jedi (crítica sin spoilers)

Han pasado unas pocas horas desde nuestro primer (porque habrá más) visionado de Star Wars: Los últimos jedi (The Last Jedi, Rian Johnson), las suficientes como para ordenar algunas ideas en mi cabeza y llegar a una conclusión sobre el grado de satisfacción que deja su resolución.

Empezaré diciendo que ya era seguidora del trabajo de Rian Johnson, destacando de su filmografía Brick y la más conocida Looper. Por lo tanto, sabía que no es un director al uso, y eso se nota fundamentalmente en Los últimos jedi. Olvidaos de J.J. Abrams (por ahora, ya que regresa para hacerse cargo del Episodio IX) y de si este nuevo capítulo iba a ser un refrito de El imperio contraataca porque, guiños aparte, no tienen nada que ver.

Para empezar, la acción de la película, que se sitúa unos pocos minutos (quizás horas en el caso de la trama de la Resistencia) tras el final de El despertar de la Fuerza, es francamente distinta a lo que nos tiene acostumbrados las cintas de esta saga. No es que no haya escenas de batallas, que las hay (por cierto, una de ellas en concreto se ha convertido en mi absoluta favorita), sino que los tiempos que maneja la narrativa no son los habituales.

Así, tenemos por un lado dos tramas principales: la citada de la Resistencia contra la Primera Orden, más al uso de una cinta comercial de Hollywood y que parece que abarca unas horas o a lo sumo días; y otra que gira en torno a la Fuerza, más pausada y mística, que si me dicen que se lleva a cabo en varias semanas me lo creo.

Ambas confluyen en el tercer acto, donde se suceden varias sorpresas que seguramente desencajarán la mandíbula a más de uno y que nos deja un par de escenas para el recuerdo, no solo por su belleza visual sino además por su impacto en todo el universo de Star Wars.

Hablando de belleza, la cinematografía que maneja Johnson es probablemente lo mejor de toda la película, y en donde claramente deja más impreso su sello personal. Hay planos que se quedan en la retina (un par de ellos en concreto los tengo aún MUY presentes) y coreografías muy muy MUY bien organizadas, sin llegar a lo artificial de Darth Maul contra Obi-Wan/Qui-Gon ni a lo limitado de las peleas cuerpo a cuerpo de la trilogía original.

A la cinematografía le siguen los personajes y, con ello, las interpretaciones. No nos engañemos, Star Wars: Los últimos jedi es una película de personajes, y seguramente por ello en algunos apartados da la sensación de que no esté pasando realmente mucho. Evidentemente, sí que pasa, pero en la introducción de su psique, otra de las novedades que nos trae Johnson. En este apartado brillan por encima del resto (no necesariamente en orden) Adam Driver (Kylo Ren), Daisy Ridley (Rey) y Mark Hamill (Luke Skywalker), que se lucen especialmente. De hecho, creo que las mejores escenas (exceptuando una en concreto que me pareció bellísima, también cinematográficamente hablando) son en las que aparecen ellos, juntos o por separado.

Lamentablemente, en contraste el resto queda bastante opacado. Por ello, de las nuevas introducciones, solamente Kelly Marie Tran (Rose) parece la única que tiene algo que aportar (y además es adorable), mientras que Laura Dern (vicealmirante Holdo) y Benicio del Toro (DJ), aunque solventes como siempre, se difuminan tras dar un par de lecciones.

Los personajes de anteriores entregas (exceptuando a los citados Kylo, Rey y Luke) también sufren con esta difusión, y así por ejemplo Phasma (Gwendolyne Christie) nunca acaba de despegar y Poe Dameron (Oscar Isaac), aunque mole, me parece el personaje más arquetipo de Hollywood posible. Finn (John Boyega) y Leia (Carrie Fisher) cumplen más con su papel, aunque no les de mucho tiempo a brillar. Lamentablemente, Episodio IX iba a ser «la película de Leia», lo cual añade un sabor bastante agrio al asunto. De Snoke (Andy Serkis) mejor no diremos nada, mientras que Hux (Domhnall Gleeson) es ese personaje que adoramos detestar y que al final hasta nos da cierta lástima.

A pesar de que, como decíamos, Johnson deja su impronta en la película, Los últimos jedi no está exenta de guiños hacia los fans de toda la vida, y alguno de ellos es probable que mueva a más de uno a las lágrimas. De todos modos, no nos pareció que las referencias a las anteriores películas (incluyendo a las precuelas, por cierto) eclipsaran nada, así que por mí todos son más que bienvenidos, y añaden asimismo una cierta área gris a la mitología de Star Wars que en mi opinión era muy necesaria.

De este modo, llegamos a un panorama donde lo que es bueno y qué es malo no queda del todo claro y al final no sabes muy bien a qué personaje apoyar, ataques de nostalgia aparte. Esa ambigüedad y esas tonalidades grises pensamos que pueden llegar a dar muchísimo juego de cara al noveno episodio, si Abrams sabe jugar bien sus cartas (el hecho de que haya halagado el guión de Johnson es para mí una buena señal en este sentido).

En definitiva, y a falta de digerir más aspectos de la cinta y de superar más visionados (que conllevarán análisis, desde luego uno de Kylo ya está en el aire), sabemos que esta película va a crear divisiones entre los fans, lo cual es sinónimo de que arriesga, pero en donde más brilla es en su hermosa cinematografía y en la profundización de algunos de sus personajes. Kylo Ren y Rey se comen la cinta, Johnson podría hacer dos horas de ellos dos mirándose y no nos cansaríamos (la química entre Ridley y Driver también tiene buena parte de culpa).

P.D.: Sobre los nuevos animalitos para vender merchandising, la verdad es que apenas se nota su presencia, así que están bien.

P.P.D.: Si Rian Johnson sale un día (si no lo ha hecho ya) diciendo que es fan del anime o de los videojuegos procedentes de Japón, me lo creería.

La Liga de la Justicia es un buen entretenimiento que no innova

Tras un proceso de filmación plagado de trágicos contratiempos tales como el lamentable suicidio de Autumn Snyder, hija del realizador, el consecuente y lógico abandono en la dirección por parte de Zack Snyder y el reemplazo y la refilmación de algunas escenas por parte de Joss Whedon, así como el bigote de Henry Cavill (Superman), que resultó ser hasta ahora el mostacho más caro de la historia del cine, podemos y debemos hacer la crítica de esta película que no resulta ser mala ni aburrida, pero como siempre se queda a mitad de camino.

Si bien es evidente que Warner Bros/DC corre con una gran desventaja en cuanto a asentamiento y asimilación de sus productos con respecto a Marvel, La Liga de la Justicia es una película, que a pesar de los ya remanidos vicios de Zack Snyder, entretiene y cumple sin más su cometido.

La fórmula de la película, sin querer o tal vez queriendo, remite a las de su casa competidora. En el universo de Marvel son las seis Gemas del Infinito para controlar el universo y en el universo DC son las tres cajas madre que sirven para controlar la energía de todos los planetas.

Las nuevas adiciones estelares las conforman Ezra Miller como The Flash, quien juega un papel correcto, pero creo que por cuestión uno prefiere a Grant Gustin. Tenemos también a Jason Momoa como AquamanRay Fisher como Cyborg, siendo estos dos últimos los que ya están en proceso de filmar sus respectivas películas individuales.

Ciarán Hinds compone un villano que, como Ultron de Marvel, apoya toda su maldad en la voz así como James Spader lo hiciese en su momento. El punto de esta comparación es dejar al descubierto que, aunque Marvel ya le haya de alguna manera marcado el camino, DC no sabe aprovechar las pautas o huellas ya dejadas e innovar desde allí.

Lamentablemente, tras la magnífica trilogía de Batman con el binomio Nolan/Bale, DC no supo coger el guante del buen empujón que ésta supo darle a sus productos. Si bien la película cumple y entretiene, creo que los vicios de Zack Snyder ya le generan cierto lastre innecesario. Vicios tales como la innecesaria y cansina cámara lenta que supo ser caballito de batalla en la década del 2000 con la pionera Matrix y sus secuelas. Pero como bien reza el refrán: “Lo poco agrada y lo mucho cansa”.

Otro vicio recurrente en la visión de Snyder es la inclusión permanente de ese color sepia tirando a oscuro, marcando la ominosa maldad y que, después de vencer al villano de turno, el cielo se aclara y las florecitas se afanan por resurgir en una tierra que fue árida e inhóspita hasta justo ese mismo momento.

Huelga mencionar que faltan otros componentes de La Liga de la Justicia que no aparecen, como Linterna Verde o Detective Marciano. Quizás por el sonado traspié de Ryan Reynolds y la consecuente identificación de Deadpool de Marvel, provocó que hayan querido apostar a lo seguro y una vez más no arriesgar todas sus fichas para mejorar el producto.

VIRTUDES

  • Esta película ofrece cierta redención al universo DC tras el paso en falso que significó Batman v Superman.
  • Esta cinta abre la puerta a la profundización de los personajes con sus respectivos largometrajes.
  • Gratas sorpresas tuve con las interpretaciones de Jason Momoa y Ray Fisher.
  • Siguiendo nuevamente el émulo de Marvel y sus Vengadores, han sabido darle una sensación de «conjunto» a todo el grupo que conforma La Liga de la Justicia.

DEFECTOS

  • Me molesta que DC todavía no encuentre la fórmula para hacer una película sin fallas evidentes. Busca tal vez una solemnidad y trascendencia en donde no debe buscarla, que es este tipo de películas (a no ser que quieran apostar en serio, como el citado Batman de Nolan o Logan). Es por eso que, entre otros motivos, Marvel le lleve una clara ventaja.
  • Que la base del villano siempre esté en algún perdido lugar de Rusia (o zona sovuética) me cansa e indigna por la falta de creatividad (¿y por qué siempre aparece reflejado como un lugar pobre, inhóspito y nuclear? Ni que fuese Chernóbil…).
  • No niego que Zack Snyder es un buen director, pero nos tiene de rehenes con sus vicios repetitivos hasta el cansancio.

¡ALERTA! SPOILERS

La resurrección de Superman es inevitable, pero esto no tiene que significar que el kryptoniano resuelva todos los problemas o que sea la solución divina a todos los contratiempos. Pues Superman resuelve y evoca a toda epifanía como puede apreciarse en su regreso triunfal, eliminando con ello toda posible sensación de amenaza.

Coco (2017): Cuando Pixar sabe emocionar

Pixar se ha convertido, por mérito propio, en ese estudio de animación que de por sí ofrece una garantía de calidad, sin importar lo que haga. Lamentablemente, han habido algunos altibajos en su carrera, los más evidentes en forma de secuelas (Cars 2, Monsters University y Cars 3 se vienen a la cabeza), pero cuando la compañía asociada a Disney brilla, lo hace como nadie.

Es el caso de Coco (2017), su último estreno dirigido por Lee Unkrich y Adrian Molina e inspirado en el Día de los Muertos mexicano y en el folklore en general de dicho país. De este modo, la historia se centra en Miguel, uno de los miembros de las generaciones más jóvenes del clan Rivera, quienes tradicionalmente se han dedicado a la fabricación de zapatos. Miguel, al contrario que sus parientes y ancestros, ansía en realidad ser músico, con el (no) pequeño inconveniente de que el resto de su familia detesta la música.

Un día, Miguel descubre por casualidad que su tatarabuelo es en realidad Ernesto de la Cruz, una de las grandes voces de la historia de México y quien supuestamente años atrás abandonó a su mujer y a su hija (la Coco del título) para dedicarse al lanzamiento de su carrera y a disfrutar de las mieles del éxito. Con el firme objetivo de emular sus pasos, Miguel se ve arrastrado accidentalmente al mundo de los muertos durante la jornada de su festividad.

No queremos contar más porque, aparte de ser susceptible de spoiler, ansiamos que lo descubráis por vosotros mismos. Y es que cada minuto de Coco rezuma magia, cariño y buen hacer en una cinta de animación que sirve perfectamente de homenaje a la cultura y tradiciones mexicanas. De hecho, no son pocos los cameos de personajes emblemáticos de México y los guiños a su historia y cultura. Nosotros nos quedamos especialmente con el dedicado a Frida Kalho, donde Pixar deja entrever además su vertiente más vanguardista.

Coco destaca prácticamente en todos sus apartados, con una animación asombrosa (en serio, mirad a la bisabuela Coco) y colorida en honor a México; una banda sonora compuesta por Michael Giacchino con el respaldo de varios artistas mexicanos, lo que se percibe en cada una de sus notas; una historia que, aunque puntualmente caiga en clichés, da giros sorprendentes a una trama que emociona; y sobre todo con unos personajes que se dejan querer y que se comen la película, especialmente ese esqueleto que responde al nombre de Héctor (al que le da voz en inglés y español Gael García Bernal).

Y es que cada uno de los protagonistas poseen su encanto y calidez, empezando por esa familia Rivera TAN latinoamericana (aquí no incluyo solamente a México) y siguiendo por el elenco que nos vamos encontrando en el mundo de los muertos, destacando (ya lo hemos dicho) a Héctor y a la matriarca de la familia, Imelda, una mujer de armas tomar y que ha sabido salir adelante ella sola con su hija (cuando estaba viva, claro).

También hallamos un aporte de calidad en la cantidad de sutilezas que van pululando por Coco (y somos conscientes de que probablemente no habremos pillado todas, teniendo en cuenta que la hemos visto una sola vez). Aparte de los citados cameos y guiños a México, lo es la simbología que desprende esa frontera entre el mundo de los muertos y el de los vivos, lugar donde no todos tienen acceso. Al igual que esa burocracia taaaan molesta e irritante que inunda cualquier cotidianidad actual.

Asimismo hallamos el poderoso mensaje que tienen la memoria y las tradiciones orales, ambas intrínsecamente unidas, donde uno no deja de existir al morir, sino al ser olvidado. Incluso un personaje que aparentemente sirve como mera vis cómica para los más pequeños, el perro Dante, tiene su quehacer en la película, partiendo de lo que representa su propio nombre (Dante Alighieri y su Divina Comedia) y que sea de la raza xoloitzcuintle o perro sin pelo, originaria de México y que en culturas mexicas representaba al dios de los espíritus Xólotl, que guiaba a los muertos en su viaje al Mictlán.

En definitiva, nos encontramos ante el mejor Pixar, ese que pone mimo a sus proyectos (la cinta lleva más de seis años de desarrollo y son numerosos los viajes a México realizados por el equipo durante el mismo), que sabe emocionar al espectador, que deleita sus sentidos y que demuestra que no es simple cine de animación «para niños». Un mensaje potente y conmovedor, que todo aquel que haya perdido a un ser querido sabrá reconocer, junto con el canto de amor que es a México hacen el resto.

P.D.: Definitivamente, Lee Unkrich sabe hacer finales (entre este y el de Toy Story 3…)

P.P.D.: La mejor de Pixar desde Wall-E, al menos para quien esto suscribe.

P.P.P.D.: Héctor se come la película.