La demo de Final Fantasy VII: Remake muestra un juego dinámico que mantiene la esencia del original

Este fin de semana, desde el jueves pasado, se está celebrando Madrid Games Week en el recinto ferial Ifema la que vendría a ser principal convención de videojuegos a nivel nacional. Entre los títulos que han traído para que podamos disfrutar antes de su salida se encuentra el ansiado Final Fantasy VII: Remake, cuyo lanzamiento está previsto para el 3 de marzo de 2020  en todo el mundo. Y hemos tenido la gran suerte (tras horas y horas de cola) de poder disfrutarla.

Lo primero que destaca de la demo, como ya se habrá podido apreciar en vídeos e imágenes promocionales y de otras ferias anteriores, es su cuidado apartado gráfico. Efectivamente, pueden verse todo tipo de detalles en los acabados de Cloud, Barret y Jessie (los únicos personajes en hacer acto de presencia en este adelanto, breve lapsus de Sefirot y mención a Tifa aparte), de los escenarios (aunque ocurra todo dentro del primer reactor) y de los enemigos, especialmente del jefe Escorpión, al que enfrentamos aquí.

Estos acabados no se perciben solo en las escenas de diálogo, sino también en las de movimiento y durante las peleas. A Cloud se le mueve el pelo y la ropa, y durante las conversaciones gesticula (como Barret) a un nivel superior al de una película como Advent Children. Y en el reactor de Midgar podemos ver la energía Mako que fluye.

Un sistema de batalla dinámico que mezcla turnos con acción

El sistema de batalla era lo que más curiosidad nos generaba (al fin y al cabo es una demo) y no nos ha defraudado. Éste se basa en ataques directos y cortos que se van combinando con comandos como habilidades, magia u objetos a medida que se van llenando las barras BTS.

Cuando las barras BTS se han llenado hasta determinado punto y hemos usado estos comandos, mientras vamos recibiendo daño por parte del enemigo, se llegará al estilo de «Superación», que es descrito como cuando el personaje hace un esfuerzo superando sus posibilidades. Efectivamente, estamos hablando de los límites. Por ahora, la demo ha mostrado los mismos que hemos visto en Cloud y Barret al inicio del juego original.

Además, podremos cambiar de personaje durante la batalla con solo apretar un botón (lo cierto es que todo nos ha resultado muy intuitivo y que sabe aprovechar casi al máximo cada palanca y pulsador del mando de la PlayStation 4), lo que nos será muy útil (prácticamente esencial) durante algunos momentos de las batallas o con determinados rivales. En el caso del jefe Escorpión, por ejemplo, es muy útil cambiar a Barret cuando salta a un punto alejado del escenario.

Este dinamismo entre los personajes no solo torna más variado el combate, sino que sirve asimismo para que detectemos las virtudes y defectos de cada uno de ellos. Por ejemplo, Barret puede llegar a distancias mucho más lejanas que Cloud, pero es más lento (especialmente en los esquives y en las guardias, las cuales por cierto también se pueden intercalar con los ataques directos).

El dinamismo se incluye además en relación al escenario que nos rodea, el cual tendremos que saber aprovechar para llevar el combate a nuestro favor. Es el caso de llegar a cubrirse tras los escombros cuando vemos que el jefe Escorpión está preparando su potente ataque láser con la cola.

Por lo demás (en cuanto al sistema de batalla), las magias ya estaban presentes en la demo (no así el sistema de materias, aunque éstas pueden percibirse en las armas de los personajes), así como el gasto de MP (puntos de magia).

Como la demo ocurre únicamente dentro del primer reactor, no es que hayamos podido apreciar en consideración el nivel de exploración, si bien había cofres más o menos ocultos y pasillos que se bifurcaban en más de una dirección.

En la parte negativa, hemos encontrado que la cámara era algo brusca, lo que se notaba especialmente en algunos momentos de la batalla, que con tanto brinco y movimiento del Escorpión lo perdías de vista en más de una ocasión (o directamente no sabías muy bien dónde golpeabas). Nada grave, en cualquier caso, y que suponemos podrán pulir de cara al lanzamiento en marzo.

Los personajes mantienen la misma esencia

Aunque no se ha podido escuchar (o leer, ya que la demo estaba con voces en inglés y subtitulada al español) muchos de los diálogos entre Cloud y Barret, la esencia de ambos es exactamente la misma que al inicio del juego original.

Barret es así un bruto que cree hacer lo correcto y que maldice bastante (para el caso nos hemos encontrado con la traducción «¿Qué cojones es eso?» cuando aparecía el jefe Escorpión); mientras que Cloud es un apático que tiende a ser borde e interesarse (aparentemente) solo por el dinero. Claro está, la relación entre ellos no es buena y se pasan todo el rato a la gresca y pinchándose, incluido cuando se enfrentan al enemigo (mientras lanzan información al jugador sobre lo que se debe hacer). El número de conversaciones se ha visto aumentado considerablemente ya en esta única porción del juego.

La música ayuda a mantener esta esencia del original, y lo cierto es que lo que hemos podido escuchar en la demo nos ha traído inevitablemente a la mente la maravillosa partitura de Nobuo Uematsu.

En definitiva, nos ha gustado mucho lo que hemos visto y probado en esta breve demostración de lo que nos está por llegar con Final Fantasy VII: Remake. A un sistema de batalla que, creemos, ha sabido mezclar acción con turnos, logrando diversión, distinción entre los personajes y dinamismo, se suma un profundo respeto (al menos en cuanto a lo que ocurre en el primer reactor de Midgar) al juego original. La espera hasta el 3 de marzo va a ser agonizante.

It, Capítulo 2: Un globo rojo a medio vuelo que se desinfla

Desde hace no poco tiempo impera una preocupante sequía de creatividad en la meca cinematográfica de Hollywood y asimismo en otros países, lo cual trajo aparejada consigo una sensación aún más preocupante de comodidad y aletargamiento en cuanto a lo que se refiere a nuevas ideas

Entendemos, claro, que hay nuevas ideas todo el tiempo, a cada cual mejor, pero lo que ocurre es que los que manejan los hilos del séptimo arte en Estados Unidos prefieren apostar a lo seguro y refritar y reversionar películas que son consideradas de culto en su versión original.

Habiendo dado las razones de lo que por qué creo que ocurre esto actualmente, curioso es el caso del gran Stephen Edwin King, que hoy nos convoca con la segunda parte de IT.

Muchos libros de este autor originario de Maine se han adaptado  al celuloide. Excelentes adaptaciones y otras no tanto.  Autor prolífico si los hay, comenzó con su emblemático libro Carrie (que su esposa Tabitha rescató del cubo de la basura). En una carrera con pocos altibajos y con el lujo de poder disponer de un álter ego con el que pudo seguir confirmando su valía como escritor, a sus 72 abriles recién cumplidos sigue manteniéndose vigente.

En cuanto a sus adaptaciones, es sabido el descontento que tuvo con Stanley Kubrick debido a que mantuvo con el director inglés diferencias creativas irreconciliables. Diferencias insalvables de concepto y visión guiaron a King a plasmar su propia versión en 1997.

Asimismo, la versión de 1992 de Cementerio de Animales tuvo este año su remake. No la he visto aún, tal vez lo haga, pero personalmente no me llevo bien con el cambio brusco que se hizo con uno de los puntos esenciales de la historia.

Todo lo anteriormente mencionado sirva de antesala para un cómodo y lo más objetivo posible abordaje sobre la última parte del derrotero de Pennywise y los chicos del Club de Los Perdedores.

El director argentino Andy Muschietti, gracias a Mama, su ópera prima, ganó  con creces su pase para dirigir esta película, que tiene una innegable connotación de culto entre los fans del terror.

La primera parte pasó dejando el pabellón muy alto, dejando al espectador a la vera de su asiento y con las expectativas muy altas, y la segunda y última parte nos deja una sensación un tanto ambigua.

Desde mi humilde punto de vista, toda reversión o remake de un clásico ofrece, con sus pros y sus contras, una posibilidad para mejorar y explorar aspectos que tal vez se pasaron por alto en su momento en la versión original. Por este simple pero contundente hecho esta película me brinda sensaciones ambivalentes.

La cinta hace justicia a factores importantes como incluir la secuencia y el arco de Adrian Mellon, una referencia necesaria en los tiempos que corren; pero para los que pueden tener objeciones, esto viene en el libro y fue omitido en la versión original de 1990.

Andy Muschietti logra dar luz y centrarse en la historia de cada uno de los personajes, pero peca en mostrar detalles que no ayudan a la historia a relucir por sí sola. Otro factor determinante para esta «performance» de vuelo accidentado es el exceso de metraje, que logra diluir la carga de miedo y tensión característica de la trama, para después sobrecargar con este recurso en el transcurso de la batalla final.

La película cumple las expectativas primarias de dar un cierre digno a la historia de los Perdedores. Pero no sin algunos baches y pasos de comedia innecesarios de la mano de Richie Tozier (Bill Hader), personaje que en esta versión se lo identifica en un marco social muy necesario en la sociedad actual.

Tal vez la constante que se debe rescatar y que casualmente conecta a ambas versiones es la excelente interpretación de Bill Skarsgård, dando a su Pennywise un nuevo abanico de matices expresivos, bastante únicos y personales que equiparan sin pudor y  con propio mérito a los del gran Tim Curry.

Personalmente, como seguidor de Stephen King, creo que la primera parte de la historia deja al espectador expectante y al borde de la silla en función de los cambios e innovaciones que puede presentar esta segunda parte. Pero ya en la segunda parte se desaprovechan algunos puntos fundamentales de la historia  y se abusa de ciertos recursos, lo que puede llegar a generar cierta lógica desazón en el fan acérrimo de Stephen King. En pocas palabras, la película cumple, pero como diría William Shakespeare: “Mucho ruido y pocas nueces”.

Como dato curioso, destacamos que se está pensando en tal vez realizar un tercer capítulo de la historia de Pennywise, en forma de precuela. Este punto da la pauta que no importa su formato, Pennywise sigue encantando y asustando por igual sin importar cuánto tiempo pueda pasar.

VALORACIÓN: 8 /10

Siete datos que nos deja el nuevo tráiler de Final Fantasy VII: Remake

Final Fantasy VII: Remake ha vuelto a mostrarse por todo lo alto en el Tokyo Game Show, la convención de videojuegos más importante de Japón. Su director, Tetsuya Nomura, ya nos avanzaba que se iban a dejar ver los Turcos y Shinra en él, pero sus más de dos minutos y medio nos han dejado otros datos a destacar.

Sí, ahí están los Turcos y Shinra

Teniendo en cuenta que la primera parte de este remake (que estará dividido en varios videojuegos) va a acaparar todo Midgar, los que conocemos la historia ya intuimos que eso significa que los Turcos y Shinra van a tener una enorme relevancia en la historia (quiero decir, más aún).

En este avance es cuando los vemos por primera vez en los gloriosos nuevos gráficos y el resultado no ha podido ser más satisfactorio. Los diseños apenas han cambiado en Reno y Tseng (algunos detalles en el traje) y Rude se ve algo más estilizado respecto a su versión de la Compilación, más cercano al diseño del original. Por supuesto, todavía nos falta por ver a Elena.

También nos dejan ver más de Shinra, como al presidente (al padre de Rufus, ya que éste último seguramente no aparecerá hasta el final, puede que incluso como uno de los últimos jefes) y a Heiddeger y su peculiar risotada.

Parece que los Turcos serán aquí jefes a los que derrotar por separado, algo que no ocurría en el original y que previsiblemente lo habrán hecho para sumar más contenido y justificar la división en varias entregas. Veremos asimismo (SPOILERS de Final Fantasy VII) el secuestro de Aeris (¿Aerith?) por parte de Tseng, algo que en Final Fantasy VII ocurría entre bambalinas (Fin de SPOILERS de Final Fantasy VII).

Y las invocaciones

O al menos las de Ifrit y Shiva que vemos aquí, dos de las invocaciones más emblemáticas de la franquicia y que en el original no se conseguían hasta la salida de Midgar. ¿Llegará incluso Bahamut?

Cloud juega a todas las bandas

Mientras que aún desconocemos cómo van a hacer con el sistema de citas que tenía el original (ya que el momento en el Gold Saucer seguramente no sucederá hasta una o dos entregas más tarde, dependiendo de cuánto quieran alargarse), el tráiler nos va dejando pequeños momentos para cada una de las parejas principales (no, lamentablemente no es Cloud y Barret): Cloud y Tifa, por un lado (con escenas aparentemente nuevas de Tifa hablando con Cloud en su cuarto y dos momentos tensos de «dame la mano que te me caes»); y Cloud y Aeris, por el otro (con la salida de la muchacha vestida para acudir a la mansión de Don Corneo y ésta flirteando mientras engancha el brazo de Cloud, éste y Tifa cagados de miedo mientras tanto).

¡Minijuegos!

Final Fantasy VII y minijuegos significa Gold Saucer, si bien Midgar ya nos ofrecía alguna diversión con la huida en moto o la competición de las sentadillas. Ésta última la vemos en el tráiler con el correspondiente lavado de cara, pero es que además parece que podremos volver posteriormente al gimnasio para entrenar con Tifa (¿y demás personajes?). También tendremos algún entretenimiento lanzando dardos.

¿Don Corneo con la voz de Mark Hamill?

Vemos aparecer a su vez a Don Corneo en este último avance, previendo la llegada de uno de los momentos más divertidos del original. Pero es que además… ¡¿tiene  la voz de Mark Hamill?! Que nos aspen si no es el actor que da vida a Luke Skywalker en Star Wars y que pone la voz del Joker en la serie animada de Batman (prácticamente idéntica a esta del Don, por cierto). Hamill además ya ha trabajado con Square Enix poniéndole voz al maestro Eraqus en Kingdom Hearts.

(Más) novedades en la historia

A los denominados «guardianes del destino», una especie de sombras que ya pudimos ver rodeando a Cloud y Aeris y que aquí regresan para asaltar el Séptimo Cielo (desconocemos por ahora el motivo), se suma un nuevo personaje que persigue a Avalancha en moto haciendo uso de piruetas al más puro estilo Advent Children. ¿Un nuevo Soldado o trabajador de Shinra?

Nomura le hace guiños a Final Fantasy XV

En el mundo de los mitos urbanos reside ya todo lo que envuelve al accidentado desarrollo de Final Fantasy XV, dirigido por Hajime Tabata y anteriormente proyecto de Nomura bajo el nombre de Final Fanasy Versus XIII. Muchos son los que piensan que ambos hombres se detestan y que Nomura nunca le perdonará a Tabata semejante afrenta en su ideario. Pues bien, al menos aquí vemos fugaces guiños dedicados a la quinceava entrega, como la caída de Reno sobre Cloud para pelear (prácticamente igual a la de Aranea sobre Noctis) y el colgante que lleva Aeris cuando se arregla en Mercado Muro, con una estrella colgando (en referencia a Stella) y muy similar al de Luna.

EXTRA: Un final hermoso, pero triste

Finalmente, este tráiler nos deja una de las estampas más hermosas y desoladoras que hemos podido ver de este juego: Cloud, Tifa y Barret contemplando la destrucción del Sector 7 bajo el atardecer. Momento especialmente trágico en esta ocasión porque (SPOILERS de Final Fantasy VII), además de todas las muertes que tal acontecimiento supone, aquí fallecen Jessie, Wedge y Biggs, personajes que a todas luces nos van a acompañar durante una buena cantidad de horas en este remake. Id preparando los pañuelos.

Recordamos que la primera entrega de Final Fantasy VII: Remake, que constará de dos CDs blu-ray, saldrá al mercado el 3 de marzo de 2020. No podemos esperar.

El muro del ego corporativo…el único que Spidey nunca puede esquivar

Spiderman, el personaje más característico de Marvel, estaba marcado a sufrir todo tipo de contratiempos desde el estreno de su primera saga allá por el año 2002.  La fecha de estreno para la primera parte estaba prevista para un año antes, pero el atentado de las Torres Gemelas ese mismo año retrasó considerablemente su exhibición, ya que el tráiler de la película tenía escena fundamental donde intervenían las torres más icónicas del World Trade Center.

Lo que lamentablemente ocurre entre esta guerra de gigantes confirma el axioma de que solo hace falta un paso en falso para arruinar todo lo construido. Aquí, como suele ocurrir, el único perjudicado es el espectador. Ambas empresas, Sony y Marvel (en su vertiente cinematográfica con Disney), se dieron cuenta que de el personaje tiene vuelo propio tras los eventos acaecidos en Avengers: Endgame y quisieron ajustar las tuercas de su preciado juguete.

Varias voces se han pronunciado desde ambas trincheras. Por parte de Disney o más bien en pos del personaje en sí se aliaron Robert Downey Jr, Jeremy Renner y el mismo Tom Holland. Sony por su parte tiene el favor de Joan Celia Lee, hija del gran Stan Lee, que ha dejado sin mucho crédito a la factoría del ratón Mickey afirmando que “desde el  primer día (tras la muerte de Stan Lee) los ejecutivos de Disney y Marvel se han dedicado a mercantilizar el trabajo de mi padre, pero nunca le mostraron respeto o algo de decencia a su legado. Al final, nadie pudo haber tratado peor a mi padre que ellos”. También es cierto que la retoña de Lee no acabó en muy buenos términos con su afamado padre y le persiguen ciertas polémicas (relacionadas sobre todo con la herencia y la explotación de Lee) desde hace unos años.

Para continuar con la serie de contratiempos que signaron a las adaptaciones del trepamuros a la gran pantalla, en la segunda parte dirigida por Sam Raimi, Toby Maguire, debido a una lesión en la espalda durante el rodaje de Seabiscuit, casi resulta reemplazado por Jake Gyllenhaal, quien casualmente encarnó a Mysterio en la (por ahora, ya que tiene firmadas otras dos cintas) última entrega con Tom Holland. A pesar de que la trilogía de Raimi tuvo a nivel global una recaudación considerable,  y una cuarta parte de la saga de Maguire estaba en proceso con el Buitre como villano principal,  por una simple y a su vez tirana cuestión de plazos, lamentablemente no pudo realizarse. Sony se marcaba así su primer descuido hacia Spidey.

En 2012, con The Amazing Spiderman, Sony intentó replicar la esencia noir del Batman de Chistopher Nolan. Un elenco más que probo se reclutó para esta nueva etapa, con nombres tales como Andrew Garfield, Emma Stone, Martin Sheen o Sally Field.  Pero aunque haya habido una conjunción de ideas innovadoras, parecieron mezclarlas sin ton ni son. Ese factor, sumado a un guión que desaprovecha llamativamente la calidad de actores que se le brindan, hicieron que la recepción por parte de crítica y público se fueron tornando cada vez más tibia, especialmente tras el estreno de la segunda entrega.  La recaudación de taquilla de ambas partes fue más que suficiente para dar luz verde a una tercera cinta de la versión de Andrew Garfield, pero por desavenencias entre este último y los ejecutivos de Sony, no hubo una continuación. Al parecer, el protagonista de Silencio no se presentó en Japón para  la «avant premiere» de la segunda parte, lo cual enfureció a los directivos nipones.

En conclusión, creemos que el concepto y el personaje de Spiderman ha sido y está siendo vapuleado en todas sus versiones cinematográficas, de alguna u otra manera, por factores externos y ajenos a la magia que alguna vez Stan Lee supo imprimirle, como personaje icónico de  los estudios sitos en Burbank. No creo que sea posible (nunca se sabe…), pero ojalá ambas empresas logren acercar posiciones sobre este tema, porque por una mera cuestión de egos y poder están maltratando a un producto que ya dio probadas razones para ser considerado por sí solo como la gallina de los huevos de oro.

Y por último, pero no por ello menos importante, es que con este juego de egos estropean de manera irremediable la confianza del espectador promedio, así como la del fan de primera línea, justo ahora cuando la versión y el personaje de Tom Holland estaba terminando de encajar a la perfección en el inconsciente colectivo de la gente como asociación natural entre su persona y el trepamuros.

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En defensa de Squall Leonhart (Final Fantasy VIII)

El protagonista de uno de los Final Fantasy más incomprendidos (aunque también adorados, pues tuvo la desgracia o suerte de ir entre medias de dos de los absolutos favoritos como son la séptima y novena entrega) es asimismo uno de los más criticados por los seguidores. Hablamos de Squall Leonhart. Avisamos de SPOILERS de Final Fantasy VIII y Final Fantasy VII.

Sucesor de Cloud Strife en el rol de protagonista, hereda algunas de las características de éste, pero a su vez tanto Yoshinori Kitase (director) como Tetsuya Nomura (diseñador de personajes) quisieron crear una distancia palpable entre ambos, así como entre uno y otro juego. Del rubio heredó su aparente soberbia inicial y aires de indiferencia hacia lo que lo rodea, pero que en el fondo esconde algo más, como el miedo a fracasar socialmente. Esto último algo que irónicamente Cloud consigue siendo una especie de marginado en Nibelheim y «don nadie» en Soldado; pero Squall no, en realidad él resulta bastante popular siempre dentro de la historia, aunque no lo busque.

De ahí parte la principal diferencia, y es que Squall atrae a la gente (le guste o no) por su aparente calma y buen sentido común incluso en situaciones críticas. Es por ello que resulta tan buen líder, como en el ataque contra el jardín de Balamb e incluso en spin offs como Kingdom Hearts o los Dissidia, donde sigue dando muestras de ese sosiego y decisiones acertadas. La primera vez que lo vemos derrumbarse es cuando Rinoa cae inconsciente, es precisamente este el momento en el que no sabe qué hacer.

Por ello, al igual que su tema principal «The Oath» (compuesto por el siempre genial Nobuo Uematsu) y el león que figura en su nombre y que lo representa, Squall da muestras de solemnidad y y cierta fiereza (cuando lo molestan, que en ocasiones puede ser bastante frecuente); pero todo eso esconde a un niño abandonado en un orfanato y con un miedo terrible a que le vuelva a pasar lo mismo.

A pesar de las críticas, Squall es un prototipo de personaje que puede apreciarse a menudo en medios audiovisuales, no solo provenientes de Japón. El personaje interpretado por Matt Damon en El indomable Will Hunting guarda varias similitudes con él, bastantes más que Cloud. Es el joven brillante que esconde sus traumas y temor al abandono tras una fachada arisca, es su barrera protectora para impedir crear lazos y que éstos puedan así romperse.

Otra de las acusaciones que más se leen sobre Squall es que resulta «emo» porque se considera que este temor al abandono y su actitud antisocial no se corresponde con un pasado TAN traumático y triste como los que estamos acostumbrados a ver incluso en la propia saga (tras el desfile de pasados horripilantes que era Final Fantasy VII pues claro, el VIII parecía un tema baladí).

Squall y su «yo de joven». Final Fantasy VIII.

Es verdad, comparado nuevamente con Cloud, Squall no vio su ciudad natal ardiendo y a su madre asesinada por su ídolo. Tampoco fallece su mejor amigo ni su posible interés romántico. Ni es objeto de horribles experimentos por parte de una multinacional energética. Pero colocando todo en su contexto, teniendo en cuenta que por la octava entrega pululan personajes más jóvenes que en la séptima (de los 17 años a los 21 SÍ hay diferencia; de hecho más de la mitad de las tragedias de Cloud ocurren en ese intervalo), que todos ellos viven en un mundo en guerra por unas brujas y que prácticamente nacen huérfanos, el pasado de Squall es bastante horrible. Caramba, yo diría que en la vida real ser huérfano y que tu único pariente conocido, tu hermana, sea arrancada de tu lado a temprana edad resultaría en un trauma a tener en consideración.

Pero es que además Squall no lloriquea, más bien al contrario. Es un tipo independiente y resoluto que, eso sí, resulta antipático porque lo hace a propósito. Ni tan siquiera comprende su popularidad. Está bastante alejado en realidad del concepto de «emo» y lo que eso conlleva. No hace aspavientos, no monta numeritos, no cuenta penas y no quiere llamar la atención. Y, si es por su diseño, se ha confirmado hace tiempo que está inspirado en el fallecido River Phoenix, quien básicamente existió antes que el término «emo» (al menos tal como lo conocemos hoy en día y se utiliza en este caso).

Esta otra vertiente de Squall, la de su propia diseño basado en una leyenda de la cultura pop, refleja la de una juventud desencantada (no olvidemos nuevamente que tiene 17 años). Aquella «Generación X » que ahora se empeñan en hacer desaparecer entre «Baby Boomers» y «Millennials» y que fue reflejada en varios títulos, hoy considerados de culto, como The Warriors (en cuyo protagonista, Swan, también podremos ver algún destello de Squall); Cuenta conmigo (donde River Phoenix tenía un papel principal); o El club de los cinco; por citar unas pocas. No es ningún secreto además que Nomura es un fan declarado de Hollywood.

Al igual que Swan en The Warriors, que al principio es áspero con Mercy pero luego se va ablandando respecto a ella (y acaban juntos), la historia principal de Final Fantasy VIII gira en torno al incipiente romance entre Squall y Rinoa. Otra de las grandes críticas que recibe nuestro protagonista es por su aparente cambio de actitud hacia la muchacha, que puede ser visto como brusco, forzado o poco creíble. Es cierto que quizás resulte extraño en un principio, pero es cuestión de fijarse. Desde el primer momento hay señas de que Squall está interesado en Rinoa, solo que, como con todos, se esfuerza sobremanera para no demostrarlo. Aparece en la escena del baile, donde claramente se «irrita» cuando Rinoa se marcha «ipso facto» (pagándolo posteriormente con Quistis); también cuando se van conociendo y él se muestra molesto, ergo curioso, con la forma de pensar de ella; etcétera.

Esta actitud aparentemente contradictoria (que en realidad no lo es tanto), Squall la muestra a su vez con Seifer, su «otra cara de la moneda» (partiendo del mismo diseño) y con quien mantiene una relación de rivalidad que parece partir más bien exclusivamente del rubio hacia él. Seifer es otro ejemplo de «protagonista de cinta sobre adolescentes desencantados», solo que él ocupa el papel del impulsivo y rebelde sin causa. Squall se muestra aparentemente indiferente hacia Seifer (lo que frustra a éste), pero en realidad se fija bastante en él y es de los más afectados (sino el que más) por su supuesta ejecución. Lamentablemente, esto es cierto, el arco argumental de esta especie de antagonista no está del todo bien ejecutado en el juego, difuminándose en la segunda mitad. Lejos quedó la potentísima introducción con el «Liberi Fatali» de fondo.

Para finalizar, es una pena que no se profundizara asimismo en el vínculo entre Squall y Laguna, otro de los personajes principales y cuyo pasado Squall es forzado a vivir en forma de sueños. Estas escenas sirven para mostrarnos algunos de los momentos más hilarantes, pero también tiernos, de todo el juego. Los pensamientos de Squall (una constante durante todo el guión y que se agradecen sobremanera por lo que añaden a la psique del personaje) se ven intensificados en estos pasajes, dando más fuerza a esa conexión que se va descubriendo a posteriori.

Admito que Squall tampoco fue mi personaje favorito cuando jugué por primera vez a Final Fantasy VIII, en plena adolescencia. Quizás porque me incomodaba reconocer las actitudes tan propias de aquella edad o porque no entendía lo «estirado» de su actitud inicialmente; pero me fue ganando en partidas posteriores y con el paso del tiempo. Hoy, Squall genera en mí una mezcla de gran simpatía y ternura, a pesar de sus «momentos». Por esto y por mucho más, felicidades, Squall Leonhart.

Spider-man: Lejos de casa, un poco más cerca del héroe

La nueva secuela de Tom Holland como el héroe arácnido, Spider-man: Lejos de casa (Far From Home en el original) marida perfectamente entre un juego de ilusiones y realidades alternativas, dando así por finalizada la tercera fase del Universo cinematográfico de Marvel. Aviamos, por tanto, de que puede haber SPOILERS de Avengers: Endgame.

La trama de esta entrega, dirigida por un siempre eficiente Jon Watts, gira en torno al peso y la carga emocional que deja Tony Stark sobre los inexpertos hombros de Peter Parker, tras los eventos acaecidos en Avengers: Endgame. El deseo de Peter por ser un chico normal se ve empañado por sus inmediatas obligaciones que conllevan ser el trepamuros.

La amenaza de turno que hace tambalear la tranquilidad de nuestro joven arácnido son los Elementales, invocaciones malignas de Aire, Fuego, Tierra y Agua. Secundado por Quentin Beck (Mysterio, interpretado por un carismático Jake Gyllenhaal), quien luchó anteriormente contra ellos en su alterna Tierra 833. Es este maestro de la ilusión y junto con Spidey quienes deberán luchar contra esta amenaza que tiene más de una arista donde deberá  ser enfrentada.

Jon Watts y compañía tienen la difícil tarea de mantener el espíritu de Marvel después del cimbronazo que supusieron los eventos que tuvieron lugar en Avengers: Endgame y debo reconocer que salen airosos y con brío en semejante tarea.

Aunque por todos es sabido que Marvel repite de forma exitosa y casi sin sobresaltos en  todas sus películas hasta la fecha una fórmula apta para toda la familia y todo tipo de público, este largometraje ofrece, en mi humilde opinión, un simple y efectivo giro en cuanto a lo que a trama se refiere. Básicamente juegan aquí con giros de guión y un villano algo más originales respecto a lo que nos tienen acostumbrados.

Personalmente, creo que siempre es algo bueno  recordar los orígenes y cómo alguien llegó a cierta posición notoria, pero también es que el constante recuerdo de Iron Man como mentor de Spiderman, aunque lógico hasta cierto punto, resulta ya un recurso que lo único que logra desgastar el brillo propio de Peter en una historia donde no se termina de acomodar como héroe completamente, si bien ha mejorado notablemente en comparación con su predecesora.

Jake Gyllenhaal  da vida a un villano que da la talla aprovechando el giro obvio que tiene la historia, jugando con la dualidad de animar a Peter en sus momentos grises para así observar y poder vigilar más de cerca a nuestro joven amigo.  El dato curioso es que Gyllenhaal estuvo a punto de ponerse el traje de Spiderman en reemplazo de Tobey Maguire, quien se había lastimado la espalda rodando el film de tono ecuestre Seabiscuit.

Entendemos que Peter Parker está transcurriendo, no sin sobresaltos, una difícil adolescencia. Una dualidad inclaudicable entre la vida de un superhéroe y la vida de un chico normal, pero aunque por momentos aportan sus gags y sus recursos humorísticos, no vemos necesaria la constante presencia de los compañeros de colegio de Peter Parker.

No sé que será realmente, si los años que ya tengo o no sé muy bien el qué, pero esta entrega  es la primera película de acción donde se ve muy claramente los pasos de pelea y las coreografías, destacando así la dirección y sobre todo los efectos especiales, cuando en realidad, es en una película de este tipo cuando las escenas de acción inundan la pantalla y uno no suele enterarse de nada o más bien muy poco.

PROS:

  •  La película releva muy bien la efectiva, aunque repetitiva, fórmula de Marvel. Es una entrega entretenida donde ni la acción ni el argumento de la trama decaen en ningún momento.
  • Jake Gyllenhaal nos brinda una carismática interpretación con tono paternalista aportando el matiz exacto entre realidad e ilusión, justamente el hilo conductor del villano de turno, a quien da vida de forma magistral.
  • Tom Holland se asienta como Spiderman y el traje le va quedando de maravilla.
  • El hecho de que Peter tiene que viajar a diversos lugares de Europa, usando distintos artilugios gracias al siempre presente Tony Stark, le da cierto rasgo que lo asemeja a James Bond, lo cual es un punto interesante y gracioso.

CONTRAS

  • Claramente Peter Parker está en edad adolescente, y esto tiene su parte graciosa y vital para entender las vicisitudes y tropiezos características de la edad, pero, ¿tenemos que seguir lidiando, con todos sus compañeros de clase ya en la segunda entrega también?
  • Es claro que la mención de Tony Stark/ Iron Man, con la nostalgia que trae aparejada, es importante, pero creo que es un recurso ya desgastado y para mi gusto, un tanto repetitivo.

En conclusión, esta secuela tiene muchas más virtudes que defectos en todo su conjunto. Nostalgia, novedades en el traje, dualidades emocionales, ilusiones que luego no lo son tanto, pero en contrapartida, creo que por motivos como recurrir al pasado en recuerdo de personajes que ya no están no brindan la cuota necesaria de soltura como para que un superhéroe de la talla de Spiderman pueda volar en solitario completamente y de una vez por todas.

Valoración: 8/10

Hablemos de Cloud Strife (Final Fantasy VII)

Cloud Strife es, para mí, el personaje favorito por encima de todos los que he ido conociendo en la ficción a lo largo de mi vida, y esto es así desde que jugué a Final Fantasy VII por primera vez allá por 2002. Por eso, no me es tarea sencilla expresar con palabras lo que Cloud significa para quien esto suscribe. Avisamos de que habrán SPOILERS de Final Fantasy VII.

Como epítome del héroe «perdedor», Cloud ha sido y es malinterpretado por una parte de los seguidores de la saga de Square Enix (antes Squaresoft) como un personaje anodino y aburrido, una mera sombra de Zack y del Cloud que nos ha ido llegando en secuelas, precuelas y spin offs. Sin embargo, allá donde el diseño de Zack está hecho con la idea en mente de agradar a las masas, Cloud es un personaje mucho más arriesgado.

Surgido antes que Squall (Final Fantasy VIII) o Lightning (Final Fantasy XIII), personajes que le cogen prestados algunos rasgos, quizás con algún elemento de Cecil (Final Fantasy IV) sobre sus espaldas, Cloud es el primer GRAN protagonista de la franquicia, en el sentido de ser el personaje principal del primero de los juegos de la serie numerada que salieron a Occidente bajo el soporte de PlayStation.

Originalmente, Cloud iba a ser un simple terrorista en una historia con tintes de cine negro que perseguiría a un detective llamado Joe en una especie de Nueva York. Cuando la historia fue tomando más la forma que conocemos actualmente, a Cloud lo acompañaron Aeris y Barret, los primeros personajes creados para la séptima entrega y que forman parte del primer trabajo importante de Tetsuya Nomura (como diseñador) para Squaresoft.

La idea era tener un protagonista que fuese en principio como un papel en blanco y cuya verdadera identidad se fuese descubriendo a la par que lo hacía el jugador. Así, los problemas identitarios y psicológicos de Cloud se hacen patentes desde el inicio, lo que lo vuelve un personaje frágil y bastante más humano que el prototipo habitual de héroe (al fin y al cabo, el descubrimiento de la identidad es una de las grandes cuestiones que recorre prácticamente todo el mundo a lo largo de su vida). Y de paso, será uno de los temas recurrentes de Nomura.

Para que la revelación de la verdadera identidad de Cloud no quedase demasiado forzada se creó a Tifa, amiga de la infancia que sirve de nexo, y posteriormente a Zack, quien en principio serviría como una especie de avatar idealizado del propio Cloud.

Frente al héroe Zack tenemos entonces al mucho más mundano Cloud, quien a medida que vaya rompiendo este falso avatar se irá volviendo más y más vulnerable hasta alcanzar el cénit de la crisis identitaria, tras la cual ya solo se irá asentando más y más.

Sin embargo, el verdadero Cloud es el vulnerable. Niño huérfano de padre, introvertido y prácticamente marginado desde la infancia, su ingreso a Soldado únicamente suma a la indiferencia que ha ido padeciendo en su vida, quedándose lejos del ideal que él mismo buscaba. Desde luego, a una gran distancia de su admirado Sefirot y hasta de Zack, prototipo éste último a todas luces de muchacho popular, extrovertido y con don de gentes. Por eso, cuando llega la locura de Sefirot, la destrucción de Nibelheim y la posterior huida de Shinra (de la cual Cloud no sale con todos sus cabales tras 5 años de experimentación), al morir Zack en su lugar, el rubio ya desarrolla (al principio sin ser consciente de ello) un gran síndrome del superviviente. Sobrevive él, el paria, el débil y el renegado; y no Zack, el carismático, adorable, Soldado de primera clase y a quien cuya novia esperaba.

Hablando de la susodicha, la cual posteriormente se topará accidentalmente por Cloud, de quien, tras un estupor inicial por las historias tan similares tras él y de Zack (Cloud asume subconscientemente su rol, el ideal no alcanzado), acabará desarrollando fuertes sentimientos por el rubio. Hemos aquí ya una primera brecha: Cloud también es capaz de llegar a ser tan merecedor de admiración y afecto como Zack.

Los síntomas de la brecha comienzan a percibirse cada vez más y es Aeris, durante la cita en Gold Saucer, quien le confiesa a Cloud su confusión inicial y el hecho de que se ha percatado de que son personas diferentes, queriendo llegar a su verdadero él (tanto en The Maiden Who Travels The Planet como en On the Way to a Smile: Case of the Lifestream se confirma que la florista ya había asimilado totalmente esta diferenciación entre Cloud y Zack):

«Al principio, creyó que guardaba algunas similitudes con su primer amor. Aún así, su apariencia, voz y personalidad no eran parecidas y también le hizo pensar que se trataba de alguien misterioso (…)

Cuando ella dejó a sus compañeros para dirigirse a la Capital Olvidada, el corazón de Cloud era como un huevo a punto de resquebrajarse (…) Era su mente la que iba a romperse» (The Maiden Who Travels The Planet, Benny Matsuyama)

Cuando Cloud finalmente recuerda todo gracias en parte al empujoncito de Tifa, su personalidad, que siempre había tendido hacia la inseguridad (que al inicio del juego disfraza con aparente apatía y soberbia, pero que se deja entrever especialmente en escenas con Aeris, Tifa o Sefirot), se vuelve más insegura aún. La culpabilidad por la muerte de Aeris se suma a la de Zack, ya asumida. De este modo, una vez saciadas las ansias de venganza y salvado el planeta, Cloud se hunde en una profunda depresión, lo que nos sitúa en Advent Children.

Las novelas de On the Way to a Smile, que sirven como nexo entre el juego original y la película-secuela, explican bien esta caída de Cloud hasta el punto de recluirse de todos y huir de los problemas en la iglesia donde conoció a Aeris.

Durante la propia cinta, el rubio va saliendo del bache y al final comprende que lo que sucedió no es su culpa. Aeris y Tifa son nuevamente quienes aprietan la tecla más directa: el que necesita perdonarse es él a sí mismo. La depresión misma, de nuevo Cloud con toda su mundanidad.

El protagonista de Final Fantasy VII ha recibido (y recibe) gran cantidad de atención en buena parte por el título del que proviene, haciendo así aparición en otros productos como la saga Kingdom Hearts, Final Fantasy Tactics, todas las entregas de Dissidia, Ehrgeiz, World of Final Fantasy, etc. En casi todos ellos (los que tienen algo de historia), Cloud sigue mostrándose como un personaje introvertido y no muy ducho en habilidades sociales.

Por ello, consideramos una gran injusticia que muchas veces se intente limitar a Cloud a una mala copia de Zack. Cloud asume recuerdos y rasgos de Zack, no su personalidad. Nunca se muestra como un tipo especialmente sociable, expresivo y habilidoso, sino todo lo contrario. Allí donde el moreno escenifica al héroe en su expresión más clásica e idealizada, Cloud es básicamente un pequeño yo que todos hemos tenido en algún momento: el que se deja aprisionar más por sus miedos y demonios internos, el que no sabe expresar sus emociones correctamente, el que aspira a alcanzar a su figura admirada pero que no puede (y la consecuente caída del mito en forma de Sefirot), el que sufre las pérdidas, el que se siente solo, el que se deprime.

Aún así, Cloud nunca pierde su papel de héroe de Final Fantasy VII, pues claramente lo es, pero no recoge tanto los estereotipos propios del término.

Dicho todo esto, parece ser que el propio Nomura le guarda bastante cariño al personaje y no ha querido representarlo como una versión idealizada, ahora con gráficos preciosistas y detallados, de cara al Remake (somos sabedores de que el diseño de Cloud ha sido ligeramente modificado respecto al del tráiler de 2015), mostrándolo aún así como un tipo más fibroso que musculoso y a quien él y Kitase describieron como «socialmente inepto» durante la presentación del nuevo y definitivo diseño.

Teniendo en cuenta esto, creemos que aún hay Cloud para rato, a pesar de las críticas y malinterpretaciones sobre su personaje. Desde luego, tanto él, como Sefirot o Aeris han ingresado ya en el podio de esos personajes que son conocidos y recordados por jugadores más allá de los fans del JRPG (películas como Rompe Ralph, series como El increíble mundo de Gunball o Robot Chicken o juegos como Super Smash Bros. son buena muestra de ello). Hoy y siempre, felicidades, Cloud.

Cloud vestido de mujer seguirá estando en Final Fantasy VII: Remake

El director de Final Fantasy VII: Remake, Tetsuya Nomura, ha afirmado en una entrevista en el último número de la revista Famitsu que la escena de Cloud vistiéndose de mujer para poder infiltrarse en la mansión de Don Corneo y la Posada de la Abeja seguirán apareciendo en el juego, pero lo han hecho de forma más acorde a nuestros tiempos para evitar que se vuelva una escena incómoda debido a los mejores gráficos.

Nomura ha comentado asimismo que habrá varias opciones de diálogo, los cuales irán cambiando según las elecciones del jugador (como en el original), lo que ha conllevado que el volumen de conversaciones se haya visto incrementado. Seguramente esto haga referencia a la posibilidad de que Cloud/el jugador vaya eligiendo tener más afinidad con Aeris o con Tifa.

Éstas últimas han sido rediseñadas con la idea de dos tipos distintos de heroína en mente: Aeris tiene una apariencia más del oeste/caucásica y Tifa más del este. El contraste entre las dos féminas es más evidente en sus respectivas personalidades, ya que, tal como Nomura las ha descrito, Aeris tiene «una inocencia más femenina» y es «preciosa» en su diseño… lo que no refleja su verdadera personalidad fuerte y directa. Por el contrario, Tifa revela más carne, pero es mucho más insegura y reservada que Aeris. Para el director, esto es lo que las hace tan atractivas a ambas.

El equipo de desarrollo quiso hacer que Tifa tuviese un cuerpo más atlético donde se intuyeran abdominales, mientras que el «departamento ético» avisó de la reducción de pecho respecto al original para que su modelo no se viera desproporcionado y poco natural en las batallas.

Nomura ha asegurado además que la historia original sigue ahí, pero han añadido bastantes elementos nuevos, sino el primer juego no ocuparía dos discos blu-ray.

Una de estas novedades son as nuevas figuras negras que rodean a Cloud y Aeris en el tráiler. El director y diseñador de personajes las ha denominado «vigilantes del destino» y se aparecerán ante el equipo a donde quiera que vayan.

La idea de añadir la ralentización al abrir el menú de comandos en la batalla es que el jugador no se estrese y se sumerja en la experiencia, pudiendo jugar más por turnos.

También dentro del sistema de combate, Nomura ha informado de que cada personaje tendrá diferentes afinidades con los enemigos. Con la idea de que se pueda subir de nivel (ya que todo el primer juego abarcará solo la parte de MIdgar), están diseñando a nuevos enemigos en zonas necesarias. Finalmente, ha asegurado que será necesario el uso de un objeto para la recuperación de MP.

La parte de Final Fantasy VII: Remake en Famitsu acapara doce páginas, por ello, hemos ACTUALIZADO con las fotos nuevas (gracias a A Story of a Love y al usuario @HDKirin en Twitter), incluyendo dos render de cuerpo completo de Cloud y Aeris, con Cloud diciendo «No me incluyas en tu lista de amigos. Me iré en cuanto haya acabado el trabajo» y Aeris “No quiero vivir arrepintiéndome de lo que podría haber hecho» (gracias a @FFSpain en Twitter).

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Qué podemos intuir sobre la psique de los personajes a través de los avances de Final Fantasy VII: Remake

Qué podemos intuir sobre la psique de los personajes a través de los avances de Final Fantasy VII: Remake

Final Fantasy VII: Remake sigue dando que hablar tras su paso por el E3 hace ya una semana. Para intentar amenizar un poco la espera hasta la salida de su primer juego, el 3 de marzo de 2020, vamos a dilucidar qué se nos ha ido mostrando de los personajes más queridos por todos a través de los avances que han salido hasta ahora, especialmente en lo relativo a su psique. Avisamos que habrán breves SPOILERS del juego original.

Cloud, el (anti)héroe que arrastra varios traumas

El protagonista de esta historia se caracteriza por tener una psicología algo compleja (para lo que estamos habituados a este tipo de personajes), lo que en varias ocasiones ha llevado a que varios seguidores lo hayan tachado de «emo», aburrido o soso (si ya intentan hacer ver en contraposición que Zack es mejor estos adjetivos se intensifican).

En realidad, Cloud es un tipo introvertido, tímido, con escasas habilidades sociales y traumatizado, lo que le ha llevado a asumir los recuerdos de otra persona durante ciertos acontecimientos decisivos, en buena parte fuente de su trauma.

Debido a que cuando da comienzo la historia de Final Fantasy VII Cloud no sabe muy bien dónde ubicarse ni qué hacer con su vida, va a lo fácil: el dinero. Así se nos muestra al principio como un tipo desapegado y con cierta carga nihilista que aparenta prepotencia… pero nada más lejos de la realidad.

En los avances de Final Fantasy VII: Remake ya se nos deja ver algo de esto, con un Cloud que frente a Avalancha aparenta desinterés, también ante lo que le pueda pasar al Planeta. Con Barret, con quien casi siempre está a la gresca por su choque de personalidades (e intereses), sigue mostrando ese pelín de desdén y hasta condescendencia e incluso lo vacila un poco durante la batalla contra jefe Escorpión.

Con Tifa, Cloud parece algo más interesado por lo que le pueda estar pasando y también vemos en una nueva escena cómo aparentemente le salva la vida a Jessie, lo que confirmaría el posterior interés de ésta por el rubio (que en el original solo se intuía). Con Aeris, como sabemos, Cloud conecta de forma casi inmediata, lo que se ve reforzado con el hecho de que Cloud ahora acepte su flor (es literal) de forma no opcional y con la nueva escena en la que los rodean los ¿clones de Sefirot? ¿almas de los muertos?.

Como sucediera en el original, Cloud parece que en el Remake va a volver a ser un imán para las mujeres sin comerlo ni beberlo, simplemente por su buen fondo tras su apariencia torpe y dura y porque no deja de ser un niño perdido.

Para finalizar con Cloud, pero no por ello menos importante, parece que se profundizará más en su relación antagónica con Sefirot (también tienen que justificar de alguna manera las apariciones del albino antes de su entrada oficial en el flashback de Kalm, ya que el primer juego abarcará solo Midgar). Respecto a esto, nos ha llamado la atención que las frases que Sefirot le espeta al rubio en el tráiler del E3 son muy similares a las que le dice Zack antes de morir, jugando ya así con su psique y torturándolo un poco, algo que habitúa a hacer.

Cloud y Sefirot en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix

Aeris, la damisela en apuros que en realidad no (¿o sí?)

Aeris es para mí uno de los personajes ficticios más fascinantes (la del Final Fantasy VII original y si acaso la de Advent Children, no lo que han hecho con ella en el resto de la Compilación), entre otros, porque tras su diseño más del estilo «dama y princesa», cuyos colores vivos contrastan con el mundo generalmente apagado del juego, se esconde una personalidad emocionalmente muy fuerte y descarada, que flirtea abiertamente con Cloud y que, a pesar de lo que ella misma ha pasado, no se deja amilanar.

Podemos ver algo de esa fortaleza de Aeris en los avances cuando Cloud le dice en las cloacas de la mansión de Don Corneo que se retire y ella lo mira desafiante; y del flirteo nada más ver a Cloud (un completo desconocido que inevitablemente le recuerda a alguien por sus ropas y arma idénticas, así como el brillo Mako en los ojos) y ofrecerle una flor. Sin duda también parece que seguirá siendo una persona básicamente alegre, ya que apenas hemos visto hasta ahora un plano de ella en el que no sonría, salvo…

Sí, la nueva intro. Donde Aeris se arrodilla para recoger una de sus flores, quizás marchitada por la contaminación de Shinra o incluso por la influencia de Jenova o Sefirot (en el primer teaser allá por 2014 se veía una pluma negra cayendo sobre una flor, aunque esto puede ser algo meramente conceptual).

El hecho de que Aeris ya perciba una amenaza desde el minuto uno y que esta amenaza aparentemente la persiga (los «dementores» que la rodean a ella y a Cloud) nos daría a entender que se va a establecer un vínculo más temprano y fuerte entre la muchacha y el villano, cuya ausencia vemos como uno de los aspectos negativos del original.

Esos espíritus y la comunicación de Aeris en la intro con la Corriente Vital, sumado al hecho de que van a dedicarle mucho más tiempo narrativo a este Remake, nos llevan a pensar que se profundizará en el pasado (bastante traumático) de Aeris, así como en su condición de Cetra, algo que también pecaba de (casi) ausente en Final Fantasy VII.

Por lo demás, que Aeris va a ser resaltada antes de su fatídico final es algo que damos por hecho, y una de las partes donde más se luce la florista (Templo de los Ancianos aparte) es en Midgar, por lo que previsiblemente aquí tendremos Aeris para rato. De paso, servirá para asentar las bases de la relación con los otros personajes y especialmente con Cloud, ya que como hemos dicho en alguna ocasión esto de hacer que el jugador y todos los personajes se encariñen en demasía con alguien que se sabe la va a palmar es un recurso narrativo muy eficaz (ya aplicado con Zack en Crisis Core).

Lo que más tememos de lo visto de Aeris es que acabe destacando por su faceta de damisela en apuros, cuando justamente en el original uno de sus rasgos más memorables es que, si bien a veces caía en ese papel, ella personalmente se negaba a cumplirlo. Que nada más encontrarse con Cloud se lance a él pidiéndole ayuda o que el rubio le diga que se retire de la batalla y ella acepte (con mirada desafiante y sin saber el contexto, eso sí) nos hacen saltar las alarmas.

Cloud y Aeris en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix

Tifa y los problemas comunicativos (y emocionales)

Tifa ha sido la gran revelación de Final Fantasy VII: Remane en este E3. De su nuevo diseño no podemos tener objeción (al igual que con el resto, todos son bellísimos), pero además se han mostrado pequeños matices interesantes.

Por ejemplo, en la escena del bar donde aparece tomando una copa con Cloud se nos da a entender que se va a indagar más en las motivaciones de Tifa, algo que nos parece estupendo, ya que en el original estaba como demasiado creada por y para Cloud y su historia se limitaba a la de aquél. Con este breve avance, podemos esperar que Tifa ahora sea su propio personaje. Tenemos ganas asimismo de saber más sobre cómo conoció a Barret y se unió a Avalancha, algo a su vez ausente en el original (¿e incluso de su entrenamiento con Zangan?).

El vínculo de gran camaradería entre Tifa y Barret se siente de hecho muy vago en Final Fantasy VII, salvo escenas puntuales como la huida de Junon. Está ahí pero no sabes muy bien por qué y cómo es que dos personas tan dispares llegan a confiar tanto el uno en el otro.

La escena del bar nos deja caer además los problemas comunicativos entre Cloud y Tifa (dejando un asiento vacío de espacio entre ambos), una de las bases sobre las que gira su relación en el original y más allá. Tímidos, introvertidos e inseguros ambos, tienen un largo camino por recorrer hasta llegar a la famosa escena de la Corriente Vital (que a saber en qué capítulo caerá).

Tifa y Cloud en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

En contraste, durante la batalla es donde se ve la mejor compenetración de los dos, dando muestras de una plena confianza y (ahora sí) la cercanía física que no mantienen en escenas pausadas como la del bar.

Esperamos que Square Enix aproveche la mayor longitud del Remake para ahondar en la buena relación entre Aeris y Tifa, la cual se daba a entender en el original y que va más allá del triángulo amoroso que ambas forman con Cloud. Es bastante probable por lo mostrado hasta ahora que Aeris será mucho más cercana, abierta y directa con Cloud (su personalidad se presta a ello), algo que puede llegar a incomodar a la morena.

Poco más se puede añadir por ahora a este respecto, salvo que… ¡Barret (y Cloud) maldice! No vamos a detenernos en Barret porque esto nos está quedando más largo que un día sin pan y porque lo visto de su dinámica con Cloud sigue básicamente todos los patrones del original (a la gresca todo el tiempo, como ya hemos comentado). No sería de extrañar que el Remake se extendiese más en cómo se unió también este a Avalancha (algo que se tocaba vagamente en Before Crisis) y en su pasado como minero de Corel.

Probablemente la larga espera hasta el 3 de marzo de 2020 nos irá añadiendo más matices sobre estos personajes, los cuales conforman uno de los elencos con más carisma de toda la franquicia.

Barret, Marlene y Tifa en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Edición coleccionista de Final Fantasy VII: Remake y remaster de Final Fantasy VIII, entre las novedades de Square Enix

La conferencia de Square Enix ha finalizado en el E3 de este año y nos ha tráido jugosas y emocionantes novedades, algunas más inesperadas que otras.

Empezando por la joya de la corona, Final Fantasy VII: Remake, Yoshinori Kitase (ahora productor del juego, otrora director del original) y Tetsuya Nomura (director) han salido a presentar un nuevo avance completo, donde hemos podido ver (finalmente) el nuevo diseño de Tifa y a su personaje en acción, además de Marlene, más de Sefirot, Cloud, Barret y Aeris… también de Avalancha, por lo que se confirma (también lo ha dicho Kitase) que se profundizará más en la historia y en los personajes en esta ocasión.

Otra cosa que se ha confirmado es que el proyecto, como así lo denominan en la web, estará dividido en partes y la primera abarcará todo Midgar. Estará dividido en dos blu-rays y ya se pueden reservar distintas ediciones en la tienda online de Square Enix: la «Deluxe» por 90 euros al cambio y la «First Class» por 299,99 (en las imágenes que añadimos abajo vienen detalladas).

También han aprovechado para mostrar más del sistema de combate a través de la batalla contra el primer jefe del juego: el robot Escorpión. Siguiendo las pautas del original (el enemigo, por ejemplo, levanta la cola para lanzar un ataque final más potente, durante el cual conviene cubrirse y aprovechar para curarse), parece que han sabido adaptarlo a las nuevas tecnologías. Así, el combate será más rápido y dinámico, pero podremos ralentizarlo si así lo deseamos para pensar la estrategia. Podremos interactuar con los distintos compañeros de batalla y con el escenario (por ejemplo, Cloud avisa de que hay que cubrirse tras los escombros cuando Escorpión ataque).

Las barras ATB serán las que marquen la pauta y ritmo de los combates, mientras que las opciones que tendremos durante el combate seguirán siendo prácticamente las mismas que en el original (atacar, cubrirse, magia, objeto), así como habilidades especiales y, por supuesto, los límites.

Como ya sabemos, la fecha de lanzamiento a nivel mundial es el 3 de marzo de 2020 e incluirá doblajes al japonés, inglés, francés y alemán con subtítulos en inglés, francés, alemán, español, español latino, italiano, portugués y portugués basilero.

No solo de Final Fantasy VII: Remake vive Square Enix. Otro de los grandes anuncios, muy comentado en los últimos días, ha sido la de la llegadade Final Fantasy VIII remasterizado para la nueva generación de consolas. Su fecha de salida está fijada para algún momento de este 2019.

Otros clásicos que llegarán con lavado de cara a Occidente serán Romancing Saga 3 y Saga Scarlet Grace Ambitions, unas joyitas que al fin podremos disfrutar.

El director de Final Fantasy XIV, Naoki Yoshida, ha salido asimismo al escenario para presentar un nuevo avance de la expansión Shadowbringers, que estará disponible desde el 2 de julio.

Siguiendo con Final Fantasy, han anunciado un nuevo juego descargable para móviles (primero en Japón, posteriormente llegará a Occidente), War of the Visions: Final Fantasy Brave Exvius, que nos ha parecido muy en la línea de Final Fantasy Tactics.

Por otro lado, Square Enix no ha tenido reparos en mostrar nuevos avances de Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido para Nintendo Switch, que estará disponible este otoño; y de Dragon Quest Builders 2 para la última consola de Nintendo (con demo disponible desde el 27 de junio).

Para los seguidores de los JRPG nos llegará también a Nintendo Switch, PlayStation 4 y Steam la nueva entrega de los desarrolladores de I am Setsuna y Lost Sphear, Oninaki, disponible el 22 de agosto.

Por supuesto, Square Enix ha dedicado además una parte de la conferencia al videojuego de Avengers, el cual tendrá asimismo fecha de lanzamiento mundial el 15 de mayo de 2020 para PlayStation 4, Xbox One y PC.

Dejamos galería con resto de títulos anunciados. Actualizamos añadiendo los «render» de Cloud, Tifa, Aeris y Barret de Final Fantasy VII: Remake que acaba de subir Square Enix.