Memories of Murder, una de las mejores obras del thriller surcoreano del director de Parásitos

Bong Joon-ho saltó a la fama mundial en 2019 al recibir el Oscar a Mejor Película por su obra Parásitos. No obstante, su filmografía anterior es igualmente notable, destacando entre sus trabajos Mother o, la que nos ocupa y estrenada en 2003, Memories of Murder (살인의 추억, también conocida como Crónica de un asesino en serie).

Junto a los inigualables de El Sótano de Radio Belgrado dedicamos casi hora y media de programa a desgranar esta obra magna del thriller, no ya de Corea del Sur, sino del cine en general.

Para ir abriendo boca, Memories of Murder trata sobre un hecho real, el conocido como «primer asesino en serie de Corea», que tardó muchos años en resolverse (de hecho, lo hizo después del lanzamiento de la película). Ambientada en la región rural de Hwaseong en la década de 1980, el argumento recorre la (desastrosa) investigación policial tras la aparición de varias mujeres cruelmente violadas y asesinadas.

Haciendo gala de un gran ritmo (como Bong Joon-ho suele hacer), mezclando hábilmente el drama, el cine negro y la comedia y contando con la interpretación de grandes del cine surcoreano como Song Kang-ho o Kim Sang-kyung, Memories of Murder te deja atrapado hasta su hipnótico final. Aquí os dejamos el podcast:

 

Arte cine y series

Lady Jessica (Rebecca Ferguson) en Dune (2020)
Un ángel me sigue… (Paul Hill, Midnight Mass)

Arte de anime y manga

Rei/Lilith y Kawory/Adán en Evangelion
Los 3 grandes de la UA (My Hero Academia)

Fire Emblem: Three Houses y Code Geass, entre lo mejor de 2019

El año 2019 ha terminado hace casi una semana y nosotros aún no hemos realizado nuestro habitual listado de lo mejor en ocio de fantasía y ciencia ficción que inicialmente prometía más que lo que ha terminado siendo (lo que no quita para que hayan surgido eventuales joyas… inesperadas la mayoría, eso sí). Avisamos de que el listado es puramente personal y en base a lo que ha experimentado el personal.

Cine

Ha sido un año cinematográficamente hablando regulero; si bien la culpa ha sido probablemente de lo altas que teníamos las expectativas ante títulos como Star Wars: El ascenso de Skywalker (que ha estado bien, pero no ha llegado al nivel ansiado para el cierre, bastante tramposo y atropellado, de una trilogía y de toda una saga) o el remake de El rey león.

Eso sí, se han estrenado películas de la talla de Joker (Joaquin Phoenix ha ganado el Globo de Oro por su actuación) o de Vengadores: Endgame, otro cierre, pero esta vez algo más redondo que el galáctico.

Sin embargo, si tenemos que quedarnos con una cinta de superhéroes que ha logrado encandilarnos (de forma totalmente inesperada, a pesar de que Múltiple nos gustó) fue Glass, una deconstrucción bastante original (y con un elenco de lujo) del género.

Lee crítica sin spoilers de Glass

Series

Estaba siendo un año bastante normalito respecto a las series de fantasía o ciencia ficción, con una tercera temporada de Stranger Things que vuelve a acercarse al nivel de la primera como único elemento a destacar… hasta que llegó Cristal oscuro: La era de la resistencia.

El nuevo título, que bajo el sello de Netflix sirve como precuela de la obra de culto dirigida por Jim Henson, recupera lo mejor de aquélla y lo multiplica por diez. Un titánico trabajo que se nota ha sido realizado con mucho esfuerzo (los diez capítulos que dura han sido dirigidos por Louis Leterrier) y mimo. Previsiblemente anunciarán una segunda temporada, la cual probablemente tarde en llegarnos un tiempo.

Le siguen de cerca The Mandalorian, la primera serie en acción real de Star Wars que sigue los pasos de un cazarrecompensas mandaloriano (de ahí el título), muy al estilo western y cine clásico japonés (más El lobo solitario y su cachorro); y finalmente The Witcher, una correcta (aunque el inicio sea algo soporífero) primera temporada que adapta los libros escritos por Andrzej Sapkowski.

Leer crítica sin spoilers de Cristal oscuro: La era de la resistencia

Anime

Ha sido, en cambio, un buen año de anime, con numerosos títulos a destacar como la nueva adaptación de Fruits Basket, Kimetsu no Yaiba, Yakusoku no Neverland o Beastars.

Sin embargo, por habernos emocionado quizás algo más, debemos quedarnos por encima de éstas con la nueva adaptación de Dororo, uno de los clásicos de Osamu Tezuka que, aunque con severos altibajos en la animación cuenta con una narrativa muy «a la japonesa» deliciosa; El tiempo contigo, la última película dirigida por Makoto Shinkai y que sigue en su alto nivel de calidad; y Carole & Tuesday, lo nuevo de Shinichiro Watanabe que nos expresa la importancia de la música en un hipotético mundo futurista (que a pesar de todo nos resultará muy familiar).

Destacamos asimismo la película Code Geass: Fukkatsu no Lelouch, por suponer el retorno, tras más de una década, de uno de los animes con cierto margen de culto, con un final inigualable… ¡y que lo han hecho bien! Algo que sin duda no tenían fácil.

Leer crítica sin spoilers de Code Geass: Fukkatsu no Lelouch

Videojuegos

En el panorama de los videojuegos 2019 se veía también muy prometedor. Lo cierto es que han habido algunas decepciones, pero también sorpresas muy agradables. Kingdom Hearts 3 era en este sentido uno de los títulos más esperados y que, si bien se trata de un juego con virtudes nada desdeñables, se siente algo apresurado y que deja un sabor de boca un poco amargo para tamaña conclusión (Re:Mind está a la vuelta de la esquina y promete jugosas novedades).

A pesar de haber sido además año de nuevos Pokémon (Espada y Escudo), en lo personal hemos optado por quedarnos con la gratificante experiencia que nos supuso Sekiro (a pesar de su cacareada dificultad), Days Gone (algo maltratado por los críticos) y Star Wars Jedi: Fallen Order, quizás uno de los mejores videojuegos de la franquicia en años. Y…

La crème de la créme

Fire Emblen: Three Houses. Un videojuego al que llevamos echadas decenas de horas (¡y lo que nos queda!). Pura diversión (y sufrimiento) en el último título de Intelligent Systems y Koei Tecmo para Nintendo Switch que mezcla juego de rol estratégico, una escuela muy a lo Hogwarts de Harry Potter y una trama política que parece sacada de la pluma de George R. R. Martin. Sin duda, Edelgard, Dimitri, Claude, Rhea y demás alumnos y miembros de Garreg Mach han venido para quedarse largo tiempo con nosotros.

Lee crítica sin spoilers de Fire Emblem: Three Houses

La discapacidad en la ficción

Con La forma del agua (The Shape of Water, Guillermo del Toro) acercando su estreno a carteleras españolas (el próximo 16 de febrero), observamos una cualidad de la cinta que, lamentablemente, no es habitual en nuestro día a día ficticio: la protagonista tiene una discapacidad, concretamente es muda. Lo que no le impide llevar una vida funcional y llegar a comunicarse con una misteriosa criatura marina, con la que entablará relación. Aunque el caso de Elisa (así se llama la susodicha, interpretada por Sally Hawkins) no es habitual, tampoco es aislado. ¿Qué otros casos representativos hemos tenido en el mundo de la fantasía y de la ciencia-ficción?

Koe no Katachi (A Silent Voice, Yoshitoki Ôima)

La protagonista de este manga de ocho tomos, con una reciente adaptación al anime en forma de largometraje (que se estrenará en cines españoles el próximo 16 de marzo), es sorda de nacimiento. Como tal, tiene que lidiar con su discapacidad y con los problemas de comunicación con quienes le rodean desde que es una niña, lo que no es fácil.

Shoko Nishimiya no es la única que muestra tener una discapacidad en esta historia, y es que el coprotagonista, Shoya Ishida, sufre de ansiedad social y depresión desde el minuto uno (la película arranca con un intento de suicidio frustrado). Tanto Shoya como Shoko empeoran su condición anímica y emocional por casos de bullying que muestran que, lamentablemente, aún queda camino por recorrer a la hora de la inclusión cotidiana de personas con este tipo de problemas.

https://www.youtube.com/watch?v=ZYHmIdFpu54

Sin embargo, aunque la historia sea bastante deprimente, siempre hay lugar para la esperanza, y es que nuestros dos protagonistas acaban acompañándose en sus heridas en un camino que recorre además ese lapso que va de la adolescencia a la madurez.

Cómo entrenar a tu dragón (Chris Sanders y Dean DeBlois)

Probablemente sea el título más conocido de todo este artículo, y es que no se le puede agradecer suficiente a Dreamworks el haber creado (bueno, en realidad adaptado de los libros escritos por Cressida Cowell) un protagonista con una discapacidad física notoria que no le impide llevar una vida normal y hasta tener sus momentos de heroicidad.

Hipo empieza la historia como el inadaptado hijo del jefe de la isla Mema, un muchacho inteligente pero carente de habilidades físicas excepcionales que sin embargo se acaba valiendo de su ingenio para salir del paso de forma más que victoriosa en la mayoría de las ocasiones. En el camino de Hipo se cruza el dragón Desdentado (Toothless y/o Chimuelo), el cual queda inválido para volar por sí mismo debido a un disparo del propio chico.

En buena parte por culpabilidad y también como forma de saciar su curiosidad, Hipo idea y fabrica un mecanismo que, con su ayuda, permite que el dragón pueda emprender el vuelo como si nada. El karma y la justicia poética quieren que Hipo acabe también con una pierna menos… lo que no le impide seguir adelante con su vida y en sus aventuras con Desdentado.

Zatoichi

La mayoría conocerá a este personaje por la interpretación que hizo del mismo Takeshi Kitano en su adaptación cinematográfica de 2003, pero lo cierto es que se trata de una conocidísima figura literaria en Japón creada por el escritor Kan Shimozawa.

Zatoichi es un masajista samurai ciego errante de finales de la era Edo que además ejerció de yakuza en su juventud. Por lo tanto, no son pocos los maleantes y personas que lo persiguen, a pesar de lo cual Zatoichi siempre escapa, en buena parte gracias a su increíble habilidad con la katana.

Lo cierto es que servidores solo hemos visto hasta la fecha la versión de Kitano, por lo que en ésta se nos muestra un Zatoichi despreocupado, que no parece detenerse en su problema de visión (mensaje final incluido), a pesar de lo cual es un auténtico monstruo con la espada (y guarda un pasado turbio). Salvando las distancias, un Kenshin con ceguera, más o menos.

Legión (Noah Hawley)

Al contrario que la discapacidad física, que no es tan habitual encontrarla en el mundo de la ficción, sí tenemos una buena parte de representaciones (más o menos acertadas) de discapacidad psíquica o mental, la cual por cierto puede tener tantísimas variedades que en realidad es como si solo nos hubiesen mostrado un 1%.

En el caso de trastornos como la depresión, ataques de ansiedad o esquizofrenia tenemos, por ejemplo, Mr. Robot, El club de la lucha, Shigatsu wa Kimi no Uso (Your Lie in April) o Una mente maravillosa, mientras que de autismo hemos visto Rain Man o la reciente serie de Netflix Atípico.

Rescatamos el caso de Legión (cuya segunda temporada se estrenará el 3 de abril) porque, siguiendo un estilo muy de El club de la lucha, nos muestra cierta variedad de estos trastornos y su protagonista, David Haller (Interpretado por Dan Stevens y basado en el personaje Legión de Marvel), es el emisor de un poder nunca antes visto, que todavía no se sabe si es en parte producto de su estado mental (y sus genes), o viceversa, o si una es independiente de la otra. El detonante final viene cuando David conoce a Syd (Rachel Keller), una joven que sufre de ansiedad social y que no permite que nadie la toque, y ambos se enamoran.

Esos clásicos inolvidables: El rey león

Sí, somos unos oportunistas. Fue anunciarse que Disney va a hacer un remake de El rey león (The Lion King, 1994, Roger Allers y Rob Minkoff), con Jon Favreau (Iron Man, remake de El libro de la selva) detrás de las cámaras, y nos entró un repentino ataque de nostalgia. Porque la cinta que nos ocupa supuso un punto y aparte en la infancia de los niños que crecimos en la década de 1990 (y posteriores, gracias al mercado doméstico, donde por cierto El rey león conserva el récord de película más vendida). Es escuchar el «Aaaaah chigüeña» (que en realidad no dicen eso, sino «Nants ingonyama bagithi Baba (…)», que vendría a ser «Ahí llega el león, Padre») y ponerse ya los pelos de punta. Hemos llegado a leer casos en la red de gente que no ha querido volver a ver la película en su edad adulta por los recuerdos que trae, no solo de sus vidas, sino de una época y una cultura pop que hace tiempo desapareció, siendo invadida por grandes dosis de todo lo que es considerado políticamente correcto.

Otro elemento que trajo consigo El rey león, antes aún de la entrada por todo lo grande de Pixar (con Toy Story, en 1995), fue el hecho de que los adultos que acompañaban a los niños al cine pudieran disfrutar a su vez de la película y no sufrir ni echarse una buena siesta en el proceso. No estamos diciendo que anteriores películas de animación de Disney no resultasen entretenidas para mayores de 18, pero El rey león trata temas algo más adultos que, por ejemplo, Aladdín o La bella durmiente (otras de nuestras favoritas, a todo esto). Fue el hecho de que abarcase este tipo de temas lo que hizo que, originalmente, casi nadie en los estudios Disney apostase por ella, pensando «¿quién querría ver una cinta que trata sobre un cachorro de león que es acusado de asesinato?». Paradójicamente, el Proyecto A de los estudios de animación por aquel entonces era Pocahontas, mientras que El rey león quedaba en Proyecto B, algo con lo que tener ocupados al resto de animadores. Al final, El rey león fue un rotundo éxito de crítica (8,5 en IMDB, 92% en Rotten Tomatoes, 83% en Metacritic) y de taquilla (hasta la llegada de Frozen, fue la cinta de animación con mejor recaudación), mientras que Pocahontas obtuvo unas críticas mucho más desiguales (6,7 en IMDB, 56% en Rotten Tomatoes, 58% en Metacritic) y unos números muy por debajo. Irónicamente, el que era considerado como «proyecto experimental» acabó convenciendo mucho más que el «Romeo y Julieta de América», quedando para el recuerdo y siendo aún hoy en día considerada como la cuarta mejor película de animación de la historia en Estados Unidos.

La banda sonora, esencial

El rey león no sería lo mismo sin su apoteósica banda sonora, compuesta por Tim Rice, Elton John y Hans Zimmer. Curiosamente, Elton John se adhirió al proyecto por petición expresa de Rice, quien pensó que sería imposible que pudiera participar debido a su apretadísima agenda. Sin embargo, pudo, y gracias a eso nos han llegado temazos como The Circle Of Life, Hakuna Matata o Can U Feel The Love Tonight (por la que ganaron un Oscar).

Por otro lado, Hans Zimmer (conocidísimo compositor de bandas sonoras como las de la trilogía de Batman de Nolan, Titanic o Thelma y Louise) se encargó de dar forma a todas las melodías, repletas de ritmos africanos. Como curiosidad, también estuvo cerca de no participar, ya que Zimmer consideraba las películas de animación como proyectos de menor envergadura. Por suerte acabó accediendo y en la actualidad considera esta colaboración como una de las más gratificantes de toda su carrera. De los coros africanos se encargó su amigo personal Lebo M., quien en el pasado había trabajado como aparcacoches (sí, es el que canta asimismo la famosa letra con que da inicio la película). Tardaron hasta dos años en dar con los ritmos africanos adecuados, habiendo probado todo tipo de sonidos e instrumentos, desde los más tradicionales hasta los menos usados.

https://www.youtube.com/watch?v=M7TRx8MoXAc

Cuando la animación alcanza niveles de perfección

El otro gran componente técnico de El rey león es su animación. Los directores y productores del proyecto realizaron (cuando éste apenas comenzaba) un viaje a Kenia, donde tuvieron ocasión de contemplar toda serie de paisajes y animales que serían plasmados en la película. La cosa no quedaría ahí, y posteriormente llevaron al estudio un cachorro y un león adulto para que el equipo de animadores pudieran observarlos en movimiento y tomar notas. Por eso, los movimientos de los animales en El rey león tienen esa fluidez. Son evidentemente antropomorfos, pero la forma en que luchan Scar y Simba, o cuando Nala persigue a Pumbaa, transmiten un dinamismo y un realismo que pocas veces habremos visto en otra cinta de animación protagonizada por animales.

Otro de los componentes que más influyeron a la hora de animar a los personajes fueron las voces. En la versión original, participaron reconocidos actores como Jeremy Irons (Scar), Matthew Broderick (Simba adulto), Rowan Atkinson (Zazu) o James Earl Jones (Mufasa). Curiosamente, las voces y diálogos se grababan siguiendo el guión y los story board antes de que la película tomase forma, por lo que terminaron plasmándose rasgos de estas personalidades en los diseños finales de los personajes que pululan por la cinta. El caso más llamativo es el de Jeremy Irons, cuyos rasgos acabaron en el diseño definitivo de Scar, pero la influencia también puede percibirse en otros personajes como la hiena Shenzi, cuya voz es la de Whoopi Goldberg.

Bamblet

Un producto de estas características no podría salir redondo si la historia no funcionase. Bueno, está claro que en El rey león funciona, y lo hace de maravilla. Y eso aún teniendo en cuenta las acusaciones (justificadas, todo hay que decirlo) de plagio a una de las grandes obras de Osamu Tezuka: Kimba, el león blanco (ジャングル大帝, manga en 1950, anime en 1965). Por su parte, Disney siempre ha negado dichas acusaciones, argumentando que todas las coincidencias entre ambas obras se han dado por mera casualidad.

Pero yendo al grano: la historia de El rey león bebe fundamentalmente de Hamlet, de Shakespeare. Los que conozcan a grandes rasgos la obra del dramaturgo inglés verán rápidamente todas las similitudes. Esto es algo que Disney sí ha admitido desde el principio, con la guionista Irene Mecchi nombrando «Bamblet» al proyecto, debido a su cruce entre Hamlet y Bambi. No es la única obra de Shakespeare de la que se toma inspiración, puesto que las hienas recuerdan en muchos aspectos a las brujas de Macbeth.

Si bien la obra shakesperiana es lo primero que se nos viene a la mente, lo cierto es que la fábula del príncipe «por derecho divino» cuyo trono es usurpado por un impostor, hasta que es capaz de regresar mesiánicamente y recuperarlo, restaurando el orden de todas las cosas, es tan vieja como las estructuras socio-políticas medianamente complejas. Encontramos este tipo de relatos ya en las figuras divinas de Horus, Seth y Osiris en el Antiguo Egipto, así como en tradiciones orales del mismo continente africano.

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El componente africano también se encuentra presente en el guión de El rey león, por ejemplo en los nombres de varios de los personajes: Simba, que en swahili significa león; Nala, regalo; Sarabi, milagro; Rafiki, amigo; Pumbaa, simplón; Shenzi, bárbaro. El mismísimo concepto Hakuna Matata lo aprendieron los miembros del equipo en el citado viaje a Kenia.

Los personajes, alma mater de la cinta, son a su vez carismáticos y llenos de vida: recorremos rápidamente la vida de Simba, desde que es un travieso cachorro hasta su búsqueda de identidad ya de adulto; Mufasa es la figura paternal, lleno de seguridad y sabiduría, mientras que Nala es pura dulzura o Timón y Pumbaa sirven a la perfección como componentes cómicos (sin llegar a resultar tan cargantes como otras demostraciones en el mismo sentido de Disney… como por ejemplo las gárgolas de El jorobado de Notre Dame o los animalitos de Pocahontas). Pero si hay un personaje que probablemente resalte sobre el resto ese es el villano Scar, quizás uno de los más malignos en toda la historia de la casa del ratón.

Conclusiones

El rey león es, en definitiva, una de las mejores obras que ha parido Disney (sino e incluso la mejor). Y eso a pesar del paso de los años (más de veinte ya), con los que esta joya no envejece. Más al contrario, se hace doblemente disfrutable: probablemente tú fuiste al cine con tus padres a verla de niño, y ahora es tu turno de mostrársela a tus sobrinos/hijos/primos menores. Y lo más seguro es que lloren, rían y se emocionen de la misma forma en que tú lo hiciste. Es, a fin de cuentas, el ciclo de la vida.

Los sueños pueden hacerse realidad, o algo parecido…

Los sueños siempre han sido una puerta  hacia el lado más imaginativo del ser humano, son una verdadera línea directa hacia nuestro subconsciente y, por qué no decirlo, también hacia nuestra querida musa.

Quién sabe si lo que soñamos es fruto de nuestra propia imaginación o en su defecto una canalización a un recuerdo  arraigado en nuestros genes o nuestra consciencia colectiva, tal y como reflejaba Carl Jung  en sus teorías en relación a los sueños.

En las artes hemos tenido creaciones increíbles y maravillosas debidas a estos, y en este articulo me gustaría resaltar varias creaciones o personajes del mundo literario o cinematográfico.

El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde:

El escritor escocés Robert Louis Stevenson escribió este clásico del terror debido a una horrible pesadilla. Esta le tuvo  que impresionar tanto que la finalizo en tres días, prácticamente sin descansar. El relato lo rechazó su mujer, muy probablemente por la oscuridad del mismo (quién sabe si Hyde se acercaba demasiado a los lados más turbios del autor), por lo que no hubo más remedio que realizar una segunda escritura,  con una gran aceptación por parte del público.

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Frankestein o el moderno Prometeo

Aunque el origen de la que para algunos es la primera obra de ciencia ficción se gestó durante el verano Boreal de 1816, el año sin verano, en una visita a la casa de Lord Byron en Suiza, junto a su marido, Percy Bhysse Shelley y Jhon Polidori (ese mismo día Polidori creó la primera historia de vampiros moderna), se cree que varios sueños inquietaron a la escritora y ayudaron a la creación de esta novela.

Mary Shelley perdió a su hija con tan solo 12 días de vida, y en uno de sus viajes oníricos, sueña con revivirla masajeándola en una hoguera. También se conoce que a los pocos días de esta cita tan ilustre, tuvo una pesadilla que inspiró el cuarto capítulo de Frankestein.

Frankenstein

 

Misery

El maestro del género, Stephen King, relató que el origen de esta inquietante novela, en la que un famoso escritor es secuestrado por una fan, fue durante un viaje de avión, cuando el escritor de Maine dio una pequeña cabezada. Al parecer tuvo una horrible pesadilla que le hizo despertar y obsesionarse tanto con la misma que, al llegar a su destino, decidió empezar a escribir la historia en el propio aeropuerto, donde redactó las primeras 50 páginas.

misery

 

Crepúsculo

La saga de vampiros de Stepahnie Meyer se gestó a causa de un intenso sueño que tuvo. En él aparecían dos jóvenes amantes en una pradera, discutiendo por la frustración de no poder perpetuar su amor. Una de ellas era una chica normal  y el chico era un ser hermoso y brillante, un vampiro.

crepusculo

 

Sueños

Esta película de Akira Kurosawa es quizás la más extraña creación del autor, con un toque totalmente surrealista, el film se divide en ocho relatos o segmentos donde se tratan temas como la infancia, la espiritualidad, la muerte, los errores del hombre frente al mundo, entre otros. Todos los relatos están inspirados en propias ensoñaciones del director japonés.

Una película onírica que no te dejará para nada indiferente.

sueños kurosawa

 

The Sandman

Actualmente la obra o el personaje más vinculado al mundo de los sueños, y gestado también  atravesando los dominios de Morfeo, es sin lugar a duda The Sandman, de Neil Gaiman.

El personaje está inspirado en el folklore anglosajón, un ser que propiciaba los sueños esparciendo arena  en los ojos de los demás. Todo un nuevos dios de los sueños, inspirado en el clásico Morfeo.

Esta obra reinterpetró la mitología y se alejó de uno de los últimos mitos contemporáneos, los superhéroes,  para dar a luz un nuevo panteón oscuro y postmoderno.

The Sandman en la más pura y directa interpretación antropológica en relación al concepto del sueño, un trabajo imprescindible si quieres alejarte de una fantasía más comercial y acercarte a un universo onírico y surrealista.

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Freddy Krueger

No puedo olvidarme del personaje más aterrador que hubo para una generación, la mía. Si The Sandman es el dios de los sueños, Freddy es el de las pesadillas, una deidad oscura y vengativa que se alimenta de almas jóvenes.

El fallecido West Craven se basó en los primeros años de su infancia, cuando una terrible noche afirmó ver tras la ventana a un anciano con un sombrero caminando.

El anciano se acercó hasta la ventana para ver y aterrorizar al joven Craven. Algo que le  marcó de por vida.

freddy kruege

 

Como habéis podido comprobar, los sueños son nuestro vínculo más cercano con la fuente de la creación. Os aliento a que dejéis un bloc de notas cerca de vuestra cama y a que no dudéis en escribir vuestros sueños o pesadillas, quizás en ellos podremos descubrir relatos fantásticos o aterradores.

Para finalizar os dejo esta frase de Pedro Calderón de la Barca:

“ ¿ Que es la vida? Un frenesí ¿ Que es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño, que toda vida es sueño, y los sueños, sueños son.»

Batman v Superman. El amanecer de la Justicia. Crítica SIN SPOILERS

Todo parece indicar que ha dado comienzo una nueva era en DC Cómics, al menos en cuanto al cine se refiere. Después de la aclamadísima (por crítica y público) trilogía de Batman de Christopher Nolan, Zack Snyder se atrevió (con el mismo Nolan como productor) a hacer lo propio con Superman, uno de los superhéroes más emblemáticos y, sin duda alguna, el que es, junto con Batman, el personaje más famoso de DC.

Así surgió El Hombre de Acero (2013), con Henry Cavill (Los Tudor, Operación UNCLE) como el nuevo rostro de Clark Kent y su alter ego. Si bien no cosechó tan buenas críticas como el Batman de Nolan, la taquilla y algunas reacciones fueron suficientes como para dar luz verde a una secuela. Teniendo en cuenta que Marvel lleva cruzando superhéroes en el cine desde hace ya algunos años, los de DC tomaron nota y empezó a germinar la idea de Batman contra Superman, juntando así a los dos superhéroes más populares de la casa. Si ya encima metemos a Wonderwoman (Chica Maravillosa) en el cóctel, pues nos da el inicio de una Liga de la Justicia. Que, en el fondo, es de lo que va la cinta que nos ocupa.

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Metiéndonos en materia (y, como ya avisábamos en el título, sin contar spoilers), la película da un salto en el tiempo con respecto al final de El Hombre de Acero, si bien los acontecimientos del final de ésta última repercuten en las acciones de algunos personajes en la cinta actual. Para empezar, aquí es Batman (Ben Affleck) el que toma las riendas, dejando algunos momentos para Superman, y otro hacia el final (bastante épico) para Wonderwoman. Podemos respirar tranquilos, Affleck supera el trance con solvencia y, si bien no nos deja un Bruce Wayne tan complejo como el de Bale o Keaton, sí hace lo propio con un Batman rudo y brutal, cuyas escenas de pelea recuerdan en bastantes ocasiones a las del Batman de la serie de videojuegos de Arkham Asylum. Otro que también sabe superar el bache, y lo hace bastante bien, es el Alfred de Jeremy Irons, quien queda definitivamente dibujado como el comparsa de Batman, más que su mayordomo. De Gal Gadot haciendo de Wonderwoman no hay quejas, suyo es uno de los mejores momentos de la película (y tampoco es que aparezca mucho más que eso, la verdad). Tres cuartos de lo mismo podría decirse de Jesse Eisenberg y su Lex Luthor… siendo aquí el problema un Luthor que intenta parecerse demasiado al Joker de Heath Ledger (frases grandilocuentes incluidas).

En cuanto a la otra parte, a servidora siempre le agradó Henry Cavill como Superman, así que aquí vuelve a cumplir en dicho sentido. Encontramos en esta ocasión a un Clark Kent dividido entre lo que debería y lo que quisiera hacer, dilema al que todo buen superhéroe se ha enfrentado mínimo una vez en su vida. Por eso, y porque precisamente siempre me ha gustado este Superman, encuentro algo frustrante que el guión quiera abarcar tantas líneas que en ocasiones se queda a medias con todas… siendo Clark una de las principales víctimas. De Amy Adams tampoco puede haber quejas, dotando a Lois Lane de una dulzura, mezclada con determinación, que funciona en las escenas que aparece. A todo esto, personalmente encontramos afortunadas las (sutiles) críticas al periodismo que hay en la cinta. Y es que no podemos olvidar que Lois y Clark son, al fin y al cabo, periodistas.

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Siendo entonces que los personajes y actores, a nivel, general, cumplen, ¿cuál es entonces el fallo? Para empezar, el trabajo de cámara de Zack Snyder. Qué tendrá este hombre con la cámara lenta, y el temblequeteo estilo cámara en mano, fusionándolo todo con altas dosis CGI. Nos sale entonces una sensación de mareo y confusión en algunas escenas que no tendría por qué ser así (bastantes veces hemos visto ya el asesinato de los padres de Bruce como para que encima nos lo pongan a cámara lenta… varias veces). Y por otro lado, hay un problema de guión (firmado por Chris Terrio y David S. Goyer). Aparte de lo mencionado de que trata de abarcar varias líneas sin llegar a completar (casi) ninguna, a la película le cuesta arrancar. BASTANTE. No es hasta ya bien introducida la segunda mitad que la cosa empieza a ponerse trepidante. Y personajes como el de la senadora (Holly Hunter) no están mal (la escena que protagoniza con Eisenberg es remarcable), pero es uno de los ejemplos de lo antes dicho de proyecto que queda en medio de nada. Por no hablar de la saturación de escenas oníricas, que ya al final uno no sabe si va a ser todo real o un sueño de Bruce.

En definitiva, la película no está mal… como introducción a la Liga de la Justicia que aterrizará en carteleras en el año 2017 (o eso está previsto). En ese sentido, hay algún que otro guiño bastante simpático para los fans de DC. Y no podemos olvidar la banda sonora de Hans Zimmer, que vuelve a aprobar cómodamente y que además nos regala un par de piezas que dejan los vellos de punta (bueno, una, que la otra está reciclada de El Hombre de Acero). Como comentario añadido, se agradecería que para la próxima no contasen media película (villano final incluido) en los trailers.

¿Nota final? Para mí un 7, y para mi compañero un 8. Así que cada uno que saque sus conclusiones.

batman v superman

Qué pasa con Disney, o por qué nos gusta tanto Zootrópolis

Muchos son los que piensan (pensamos) que Disney está viviendo una nueva»edad de oro», similar a la que ya pasara, en los 90, con La Sirenita, La Bella y la Bestia o El Rey León. Ahora, veinte años más tarde, Disney (fusionada con Pixar) vuelve a resurgir, no solo en taquilla, también en crítica. Ya apuntaba maneras con Bolt (2008), pero fue Enredados (2010) y, sobre todo, Frozen. El reino de hielo (2013), las que alcanzaron la cúspide y volvieron a situar a la compañía del ratón Mickey en el podio del cine de animación.

Que hayamos mencionado a esas películas no quiere decir que otras, también pertenecientes a esta nueva»edad de oro disneyniana«, no lo merezcan. Rompe-Ralph (2012) y Big Hero 6 (2014) son, en nuestra modesta opinión, de lo mejorcito que ha salido de la casa de las ideas en todo su largo recorrido cinematográfico (especialmente la primera).

Y este año nos ha llegado Zootrópolis (Zootopia, en varios países), dirigida en conjunto por los responsables de varias de las obras citadas en los párrafos anteriores: Byron Howard (Enredados, Bolt) y Rich Moore (Rompe-Ralph), con un guión escrito en conjunto por Howard y Jared Bush (Big Hero 6). Como se puede ver, lo mejor de la casa de los últimos años. Imposible que saliera mal.

Pero no vamos a hacer una mera crítica de Zootrópolis (sería un poco tarde para ello, que en España lleva en cines desde mediados de febrero), sino más bien, un análisis sobre por qué Zootrópolis está gustando tanto a crítica (un 8,4 de media en IMDB, 99% de críticas positivas en rottentomatoes, un 8,8 en metacritic, etc.) y a público (número 1 en taquilla en Estados Unidos por tres semanas consecutivas, que probablemente acabará bajando por el inminente estreno de Batman v Superman). Ha sido, además, el mejor estreno que ha tenido Disney en su historia, superando en cifras (en ese aspecto) a Frozen. ¿Estamos ante un nuevo fenómeno de la compañía? ATENCIÓN, porque de aquí en adelante habrá SPOILERS (a los que no habéis visto la película, ¿a qué esperáis?).

Zootopia

Película para todos los públicos con mensaje adulto

La discriminación ha existido desde que el hombre es hombre. Ya sea por cuestiones de género, raza, religión o incluso físicas, la discriminación existe. Lamentablemente, la discriminación (a nivel social, no tanto particular) se encuentra de rabiosa actualidad con los desgraciados atentados que viene sufriendo Occidente por parte de varios grupos terroristas (y no solo Occidente, pero no queremos adentrarnos demasiado en política). Conscientes de ello, Howard y Moore exponen a lo largo de Zootrópolis que no importa de dónde vengas (grupo social), lo importante es quién eres (individuo) y tus decisiones, superando por lo tanto en el camino infinidad de prejuicios y obstáculos. Esto aparece claramente reflejado durante la segunda mitad de la película, que toma un tono bastante más dramático, y apunta (desde la perspectiva de la sociedad y los medios de comunicación) a los depredadores como potenciales terroristas, independientemente del historial de cada individuo, creándose así un ambiente de división/confrontación y paranoia generalizada. Cualquier parecido con la realidad no ha de ser pura coincidencia.

Personajes, carisma y química

Pero este mensaje no aparece solo en los depredadores. Y aquí viene una de las enormes virtudes que tiene esta película: Judy Hopps (la otra gran virtud tiene forma de zorro y recibe el nombre de Nick Wilde). Judy es una coneja que tiene muy claro a qué quiere dedicarse desde pequeña: ser policía. Problema: no existe ningún conejo policía. Pero ni esto, ni los consejos de sus (preocupados) padres logra amedrentarla y, con esfuerzo y perseverancia, Judy logra promocionarse como la número uno de su promoción en la academia de policía. Independientemente del tamaño menudo de los conejos (y su apariencia poco fiera), el aspecto más llamativo en el hecho de que Judy no deba ser policía (según una parte de la sociedad en Zootrópolis) es que es una mujer. En la película no se expresa directamente (la metáfora ya es bastante clara), pero no por nada, Judy es el único miembro femenino que es mostrado dentro del cuerpo de policía a lo largo de la película. El resto son mamíferos machos, bastante grandotes y brutos «en plan machirolo«, desde el jefe Bogo hasta el rinoceronte con el que Judy choca puños al poco de llegar. El único que parece más delicado y andrógino es un leopardo entrado en carnes que se encuentra tranquilamente posicionado en la recepción. Claro, así el cuerpo de policía no parece un lugar adecuado para las damiselas educadas para que cumplan con su correspondiente rol. Teniendo en cuenta que este mensaje parte de Disney, la casa productora de «bellas y delicadas princesas», esto ya le anota un punto a su favor a Zootrópolis.

Pero no acaba aquí el juego de cambios de rol en cuanto al género se refiere. Que Judy logre convertirse en una (buena) poli no conlleva que sea una marimacho, pero tampoco que se maquille como una puerta (sí, hasta en Frozen aparece bastante claro que Elsa, una vez liberada, ha de aparecer ultra maquillada, con tacones, marcando escote y sensual). Judy, en este caso, se comporta como, imagino, nos comportaríamos cualquiera de nosotras en pleno siglo XXI en un día normal. Sus aspiraciones tienen más que ver con los logros profesionales que con encontrar el amor verdadero, además. Y es ahí donde entra nuestro nuevo zorro favorito (tras Robin Hood, del cual claramente bebe este diseño): Nick Wilde.

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Nick es, en pocas palabras, un canalla. Claro, es un zorro. Y como zorro, se dedica a estafar a los demás, que es lo que mejor se les da hacer a los de su especie. Pero Nick, a nivel individual, quería de niño ser otra cosa, y ser más productivo para la sociedad. Cuando lo intentó, otros niños lo maltrataron y frustraron sus sueños. He aquí otro punto de la película de penosa actualidad: el bullying o acoso escolar.

El carisma de Judy y Nick a nivel individual no hace más que aumentar cuando ambos se conocen y empiezan a trabajar juntos, derrochando una enorme química por todos lados. Sin embargo, la relación no es amorosa (aunque pudiera llegar a serlo), y en Zootrópolis solo nos muestran la construcción de una buena amistad, al más puro estilo películas de polis de los 80 y 90 (Arma Letal, especialmente). Y sucede otro giro en los roles de género: cuando surge la necesidad de crear conflicto entre los dos protagonistas, es Nick (el hombre) el que se ofende y se enfada, abandonando (momentáneamente) a Judy (la mujer), quien finalmente es la que se disculpa ante el zorro. Curioso, ya que creemos recordar que en el 99% de películas de Hollywood (especialmente las que entran dentro del género comedia romántica) es el hombre el que ofende/enoja a la mujer, para luego acudir suplicando su perdón/reconciliación (que, claro, acaba dándose).

Universo animal y noventero

No podemos dejar de hablar de las cosas que nos gustan de Zootrópolis sin hacer especial mención al universo creado. La dedicación y mimo puestos se trasladan al CGI en cada plano de Zootrópolis, la macro ciudad donde todos los animales viven «en paz» (o teóricamente en paz). Dentro de Zootrópolis se muestran varios distritos, organizados por microclimas (quitando «Villa Ratón», que se diferencia del resto porque todo se encuentra a tamaño escala… para los ratones y similares, claro). Así, la ciudad parece inmensa y vibrante. Lamentablemente, sabe a poco, y nos gustaría conocer más de ella (los directores ya han hablado de que estarían encantados de hacer una secuela, así que crucemos los dedos). Se echa en falta ver cómo viven las aves, peces o reptiles (ovíparos en general), por ejemplo.

Otro elemento constante en este universo (y en la película) son los guiños a la cultura pop, especialmente a aquella de las décadas de 1980 y 1990 (aunque hay otros más actuales, como el muy evidente a Breaking Bad). Las ya mencionadas pelis de polis, o buddy movies; o el toque TAN Han Solo de Nick (guiño en el diálogo entre él y Judy «me quieres», «lo sé» al final incluido).

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P.D.: No podemos dejar de mencionar la alegoría burócratas = perezosos. Especialmente aquellos que hemos tenido que sufrir algún episodio burocrático.

Entrevista a cosplayer: Kiddo Cosplay

Volvemos con la sección de cosplay, en esta ocasión con una entrevista muy especial.  Y es que la persona que esta vez ha aceptado tan amablemente ser entrevistada por nosotros no solo hace cosplay como hobby, sino también como acto benéfico. Así es, Kiddo Cosplay (nombre artístico, facebook oficial aquí) y el grupo del que forma parte, Fanvención, facebook oficial aquí), visitan hospitales, refugios, etc. disfrazados de los personajes favoritos de los niños que más necesitan en esos momentos un momento (por muy breve que sea) de ocio y diversión. Como cualquier otro niño de su edad.

¡Vamos con la entrevista!

¿En qué momento empezaste a interesarte por el mundo del cosplay?

Pues fue en el año 2009, que visité por primera vez un evento en Madrid, y yo no sabía ni lo que era el cosplay, pero al entrar me quedé realmente sorprendida, porque la gente estaba vestida como los personajes de las series y películas. En ese mismo momento supe que yo también quería formar parte de ellos y disfrutar como veía que lo estaban haciendo.

¿Crees que el mundo del cosplay (y los cosplayers) ha cambiado en España en los últimos años? Si es así, ¿en qué sentido/aspectos?

No hace tantos años que hago cosplay, pero sí he notado una diferencia de nivel muy importante de un tiempo atrás hasta esta época. Ahora hay muchísimo más nivel a mi parecer, también es verdad que es más fácil encontrar materiales y hay mil tutoriales de lo que sea. Pero la gente tiene mucho nivel, más de lo que en general se cree y en cualquier evento ves cosplays que quitan el hipo.

¿Qué es lo que más te atrae de realizar cosplay? ¿Y lo que menos?

No podría decir solo una cosa que me atraiga la atención del hecho de realizar cosplay, todo lo que conlleva me emociona. El estar trabajando durante meses en un trabajo y estrenarlo con todo el orgullo en un evento. La cantidad de creatividad que te hace desarrollar, costura, pintura, manualidades, trabajar madera, etc. El compartir esta afición con tus compañeros y evadirte por un día de quien eres e interpretar a tu personaje. Todo en esta afición es especial y me atrae.

Por otro lado, lo que menos me llama la atención son los malos rollos que se crean y la competitividad excesiva. Esto ante todo es un hobby y no entiendo que la gente se lo tome tan a pecho hasta llegar al punto de menospreciar el trabajo de los demás.

SueStorm (Los 4 Fantásticos), foto de Prnze

SueStorm (Los 4 Fantásticos), foto de Prnze

¿Qué te hizo pensar en hacer cosplay en hospitales y eventos benéficos? ¿Cómo ocurrió?

Desde siempre había tenido la espinita de querer visitar los hospitales con alguno de mis cosplay para que lo disfrutaran los niños. Hace unos 3 años conocí al presidente de la ONG llamada Fanvención, que es a la que pertenezco actualmente y me invitaron a asistir a un evento benéfico vestida de Campanilla. Me lo pasé tan increíblemente bien viendo a los niños tan ilusionados pensando que era el personaje real, que sabía que esto era una de las cosas que buscaba a la hora de hacer cosplay.

¿Te encontraste con alguna dificultad a la hora de intentar acceder disfrazada a los hospitales? Si es así, ¿qué tipo de dificultades (por ejemplo, burocráticas, prejuicios, etc.)?

Yo personalmente no soy la que lleva el hecho de concertar las citas con los hospitales o diferentes organizaciones, entonces no sabría decirte a ciencia cierta cómo se lleva este tema. Lo que pasa por ejemplo con algunos hospitales, es que distribuyen cada sección del hospital para que solo sea visitada por una ONG en concreto, entonces no visitamos a todos los niños que desearíamos, por desgracia.

Imaginamos que las diferencias existen, ¿pero podrías contarnos algo sobre las principales diferencias que encuentras entre realizar cosplay en hospitales/eventos benéficos y realizarlo en convenciones?

La gran diferencia es la gratitud. El hecho de visitar a los más pequeños que tienen problemas médicos es romper su rutina, no ser visitado siempre por médicos o enfermeras. De repente ven que por su puerta entran el Capitán América, Spiderman, Elsa o Rapunzel, y hacemos que se olviden durante unas horas de dónde están. Y ver la ilusión que muestran y los contentos que se ponen tanto ellos como sus familiares, lo cambia todo.

En un evento pocas ocasiones he llegado a sentir lo que se siente cuando visitas un hospital.

¿Cuál es uno de los mejores recuerdos que guardas haciendo cosplay?

Sin duda, un día que visitamos el Hospital 12 de Octubre y estábamos acompañando a otra ONG llamada Asion, y tenían preparadas para regalarles a los niños cometas para hacerlas volar en la terraza del hospital. Pero no soplaba nada de aire. Yo como iba vestida de campanilla les eché a las cometas polvo de hada, y dio la grandísima casualidad que sopló una ráfaga de viento que las hizo levantar y los niños no paraban de gritar “¡Funciona! ¡El polvo de hada funciona!”. Fue un momento lleno de magia.

Otro de mis momentos favoritos fue el año pasado en Expocomic. Yo estaba vestida de Venom y me encontré con un niño de unos 5 años que iba de Spiderman, con un muñequito en la mano de Venom. Nos miramos y empezamos a “pelearnos” y lanzarnos telarañas, en un instante la gente hizo un corro enorme sacándonos fotos, fue genial.

Venom (Spiderman),foto de Veronica Davila

Venom (Spiderman),foto de Veronica Davila

¿Crees que en España el cosplay está estigmatizado? ¿Cómo es la situación al respecto en los hospitales? ¿Crees que haya diferencias con el mundo anglosajón?

Sí, creo que todavía hay cierto recelo respecto al cosplay, y la gente ajena a ello lo sigue viendo con unas connotaciones un tanto negativas. Pienso que aún quedan bastantes años para normalizar esta situación, como por ejemplo en otros países que sí está más aceptado.

En cambio, en los hospitales, desde mi punto de vista es algo que está visto con mejores ojos, porque no está visto como un hobby, sino como una labor benéfica.

Para aquellos/as que quieran iniciarse en el mundo cosplayer, ¿les darías alguna recomendación?

Empezar por algún personaje sencillito para no agobiarse y empezar los cosplay con tiempo, que yo creo que todos los cosplayers pecamos un poco de dejar las cosas para el último momento. Pero, ante todo, que lo disfruten y se diviertan. Esto es un hobby y si no lo disfrutamos  de la forma más sana posible no merece la pena.

Boushh (Star Wars)

Boushh (Star Wars)

Como hemos podido apreciar a lo largo de esta genial entrevista, no solo de convenciones vive el cosplay; también pueden realizarse a través de él actividades realmente beneficiosas para la sociedad, aunque sea a una parte de ella. El mundo del cosplay es, en verdad, un mundo rico y apasionante en matices. ¡Muchas gracias a Kiddo Cosplay por la entrevista!