Japoneando Anime: Golden Kamuy

Golden Kamuy (ゴールデンカムイ) es una de esas series de manga (creado por Satoru Noda) y anime (desarrollado por Geno Studio) que puede pasar a priori desapercibido para el ojo del lector/espectador, ya que el estilo artístico y narrativo son algo «inusuales», más anclados en el seinen y en un humor ocasional al más puro estilo JoJo´s Bizarre Adventure. Pero es una auténtica joya.

Además sirve para introducirnos, de forma bastante profunda aunque no siempre fidedigna (Noda ha declarado que no es su objetivo ser fiel a la historia) sobre cuestiones de la sociedad y cultura japonesas como los ainu, los matagi o episodios como la guerra ruso-japonesa.

Saichi Sugimoto («Sugimoto El Inmortal», voz en el original de Chikahiro Kobayashi) es un joven ex soldado de la Primera División del Ejército Imperial japonés que luchó durante la guerra contra Rusia. Arrastrando estrés postraumático, se propone encontrar oro de forma rápida en Hokkaido (isla al norte de Japón) para poder ayudar a la mujer y al hijo de su amigo, fallecido durante la guerra. En estas escucha la leyenda de un tesoro ainu escondido, a la parque conoce a Asirpa (Haruka Shiraishi), una muchacha perteneciente a la etnia ainu.

Golden Kamuy. Satoru Noda y Geno Studio.

La guerra ruso-japonesa (febrero de 1904-septiembre de 1905)

Ya hemos comentado en anteriores Japoneando Anime la importancia de la era Meiji en la historia contemporánea de Japón. Pues bien, un hecho que aconteció durante este período y que sirvió para consolidar la posición de Japón en el mundo moderno y su occidentalización (tras más de dos siglos de aislamiento y de régimen feudal) fue la guerra ruso-japonesa (日露戦争).

Este conflicto se originó debido a los intereses imperialistas tanto por parte del gobierno zarista ruso como del japonés en el Pacífico, sobre el cual buscaban los rusos un puerto que funcionase durante todo el año (que no se congelase). Ahí estaba la península de Liaodong (China).

En el extremo sur de esta península se encontraba Port Arthur (actual Lüshunkou), bajo administración rusa desde 1898. Anteriormente, el Tratado de Shimonoseki (下関条約) había puesto fin a la Primera Guerra Sino-Japonesa, el cual entregaba a Japón la administración de Taiwán y el protectorado sobre Corea y la Península de Liaodong. Sin embargo, Francia, Alemania y Rusia presionaron a Japón para que devolviera Liaodong a manos chinas, lo que  aprovecharon los rusos para firmar un arrendamiento con China sobre Kwantung y Port Arthur (en el sur de Liaodong) por 25 años.

Así las cosas, el ejército japonés atacó sin declaración de guerra el 8 de febrero de 1904 Port Arthut (asedio de Port Arthut, 旅順 攻 囲 戦), hundiendo e inmovilizando varios buques y asegurando así su acceso a la península de Corea con el objetivo de expandir su colonización sobre Asia Oriental y adelantarse así a las aspiraciones europeas sobre la zona.

Sugimoto siempre lleva puesto el uniforme del Ejército Imperial de Japón. Golden Kamuy. Satoru Noda y Geno Studio.

La guerra, de poco más de un año, se decantó a favor de Japón, lo que supuso un fuerte impulso del país nipón en el panorama internacional, ya que se trataba de la primera victoria de un país asiático sobre una potencia occidental, equilibrando así algo la balanza a favor de Asia frente a Europa. La humillación sufrida por Rusia al respecto fue notoria y el disgusto de la sociedad hacia el sistema zarista se tradujo, junto a otras causas, en la Revolución Rusa de 1905.

La historia de Golden Kamuy parte del desenlace de la guerra ruso-japonesa, ya que tanto el protagonista, Sugimoto, como otros personajes importantes como Ogata, Tanigaki o Tsurumi lucharon en dicho conflicto. Los rusos, por su parte, se encuentran presentes en la obra, partiendo de Asirpa, que es descendiente de rusos y ainu.

Los ainu y matagi

Asirpa es, junto a Sugimoto, protagonista de Golden Kamuy. Es además ainu (アイヌ), uno de los pueblos originarios de Japón, cuyo origen todavía se desconoce (hay teorías que hablan de pueblos pre-mongoles o bien provenientes de la zona de Siberia, por Rusia, entre otras). Al parecer habitaban el archipiélago, sobre todo el norte y la isla de Hokkaidô, donde convivieron con la administración del shogun o han (藩).

Con la llegada de Meiji y las aspiraciones modernizadoras de Japón, se buscó la unificación cultural y lingüística, siendo los ainu perseguidos o asimilados por la cultura dominante de Kanto. Actualmente quedan pocos ainu en Japón (poco más de 13 mil en Hokkaidô según censo oficial de 2017), si bien su situación por suerte ha mejorado respecto a antaño, siendo su cultura oficialmente reconocida en 2019 por el gobierno japonés.

Los ainu en el opening de Golden Kamuy. Satoru Noda y Geno Studio.

Noda representa a los ainu en Golden Kamuy no solo a través de Asirpa, sino de todo su kotan (poblado), su vida diaria, sus creencias religiosas, su cultura, su lengua, los vínculos familiares, vivienda, ropas… En definitiva, un trabajo de investigación (que lleva a cabo junto al profesor de lengua ainu de la Universidad de Chiba, Hiroshi Nakagawa) que se acerca bastante al de un antropólogo.

Además de Asirpa y su círculo, nos encontramos con Inkarmat, una mujer ainu nómada que dice poder adivinar el futuro y cuyas intenciones no son del todo claras…

Y luego están los matagi (又鬼), los cazadores tradicionales de Japón que habitan el norte de Honshu, especialmente la región de Tokohu y la prefectura de Akita, representados a partir de Genjirô Tanigaki. Este grupo social habita en grupos más o menos reducidos y se dedican a la caza de temporada; no obstante no desperdician nada y veneran a la naturaleza y a las presas.

Esta cosmovisión y forma de vida, basada en la caza para la supervivencia y en la veneración de espíritus animales, ha generado estudios que vinculan a los matagi con los ainu, si bien étnicamente pertenecen a yamato (大和民族), al igual que la mayoría de los japoneses.

Actualmente los matagi se encuentran en una situación decadente para ellos, ya que la caza moderna proveniente de Occidente ha acaparado su lugar. El desastre nuclear de Fukushima solo empeoró su situación, ya que la fauna quedó bastante afectada.

Tanigaki empieza en la historia siendo antagonista de Asirpa, pero el devenir de los acontecimientos hace que se una a la causa ainu y les sea profundamente fiel. Su arco argumental queda asimismo estrechamente vinculado al de Inkarmat y al del niño ainu Cikapasi.

Tanigaki (matagi) e Inkarmat (ainu) en Golden Kamuy. Satoru Noda y Geno Studio.

La ninko o mujer kitsune

Pasemos ahora a comentar algo del folclore japonés, en este caso de la figura del kitsune (狐), que es representado en varias ocasiones con la figura de una bella mujer que engaña a los hombres, conocido en este caso como ninko. Según dice Luis Antonio Carretero Martínez en Breve historia de la mitología japonesa, las ninko provienen de la mitología china, ya que los zorros representan al principio femenino yin, que desea conseguir el masculino yang.

El kitsune es en realidad un zorro (kitsune es la palabra japonesa para este animal), cuyo espíritu está muy vinculado al dios de la fertilidad, de la agricultura, del éxito y del arroz Inari (稲荷). Quizás por ello, suelen representarse como seres que engañan fácilmente a los humanos y que son, más que malignos, traviesos.

Este kami sintoísta es visto asimismo como inteligente, que va acumulando sabiduría a la parque colas (siendo el zorro de nueve colas el más poderosos de todos).

Inkarmat es presentada como una atractiva joven, de dudosa procedencia, que engaña fácilmente a Shiraishi (y seduce posteriormente a otro de los personajes masculinos). No obstante, dista de ser una villana, siendo más bien misteriosa y astuta a la hora de perseguir sus objetivos. Es comparada con una ikatkar cironnup (diosa zorro) por Asirpa y porta sobre su cabeza el cráneo de un zorro ártico (el blanco se considera a su vez el zorro con mayor poder espiritual).

En definitiva, Golden Kamuy no es solo un título para simplemente disfrutar de su arte, su historia, su alocado y maravilloso elenco de personajes, sino además para nutrirse de los episodios históricos y culturales que representa. Es una de las pocas obras que pone al frente a los ainu y el mundo del norte de Japón, ya que Noda proviene de Hokkaidô y pretende mostrar su cultura. La mejor forma para ir conociendo a los ainu (en el caso de no poder desplazarse a Rusia o Japón) es leyendo esta obra maestra.

Para saber más…

CARRETERO MARTÍNEZ, Luis Antonio, Breve historia de la mitología japonesa, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2020.

GUARNÉ, Blai (varios autores), Antropología de Japón. Identidad, discurso y representación. Barcelona, Edicions Bellaterra, 2017.

PÉREZ RIOBÓ, Andrés y SAN EMETERIO CABAÑES, Gonzalo, Japón en su historia. De los primeros pobladores a la era Reiwa, Gijón, Satori Ediciones, 2020.

SECO SERRA, Irene, Historia breve de Japón, Madrid, Sílex Ediciones, 2010.

Golden Kamuy. Satoru Noda y Geno Studio.

Japoneando Anime: Rurouni Kenshin Tsuiokuhen

Rurouni Kenshin (るろうに剣心) fue uno de los shônen más populares de la década de 1990, a lo que contribuyó en nuestro país la emisión del anime en Canal+ las mañanas de sábados y domingos, así como la publicación del manga por parte de la desaparecida editorial Glénat. A su vez les acompañaron una serie de OVAs (Original Video Animation) que narraban el pasado del protagonista, bajo el título de Tsuiokuhen (追憶編, en inglés Trust and Betrayal, si bien la traducción sería más bien la de Recuerdos).

Lanzada en Japón en 1999 y dividida en cuatro episodios de cerca de una hora cada uno, las OVAs, animadas por Studio Deen y dirigidas por Kazuhiro Furuhashi siguen un estilo muy distinto al del anime y manga, muy anclado en el shônen tradicional de multitud de batallas y personajes con habilidades sobrehumanas. Rurouni Kenshin: Tsuiokuhen es mucho más realista y poético, mostrando el Japón inmediatamente anterior a Meiji en forma y contenido.

Durante el Bakumatsu, los partidarios del poder único en el emperador, Ishin Shishi (維新志士), intentan derrocar a la figura militar del shogun. A esta facción pertenece Kenshin Himura (voz en japonés de Mayo Suzukaze), más conocido como hitokiri Battousai (traducido en nuestro país como «Battousai el carnicero»), quien asesina a un joven conocido como Akira Kiyosato durante una ronda nocturna, no sin antes recibir de la víctima una herida en su rostro. Tras seguir asesinando en medio del conflicto, se topa accidentalmente con una misteriosa joven que responde al nombre de Tomoe Yukishiro (Junko Iwao). Los destinos de ambos se cruzan de manera inexorable.

Rurouni Kenshin: Tsuiokuhen. Studio Deen y Nobuhiro Watsuki.

El Bakumatsu y la Guerra Boshin

El Bakumatsu (幕末, conocido también como Shogunato Tokugawa Tardío, 1853-67) fue el período que finaliza la era Edo (1603-1868) y que precede a la Guerra Boshin (戊辰戦争, 1868-69) antes de llegar a Meiji. Son, básicamente, los últimos años de la figura del líder militar que era el shogun, todavía en manos de la familia Tokugawa.

Pero esta guerra civil no suponía solo la caída del shogun. Como ya hemos comentado en algún otro Japoneando Anime, la llegada del comodoro Matthew Perry y el fin del sakoku (鎖国, período de aislamiento de Japón) supuso un profundo cambio en la política, cultura, sociedad y economía de Japón, dejando atrás un sistema feudal para adentrarse en la modernización al estilo occidental, y además a toda prisa.

Así, surgieron clanes que no estaban a favor de algunas de las corrientes que se estaban formando, siendo el caso de los Choshu y los Satsuma, que forjaron la alianza Satchodomei para derrocar al shogun Tokugawa. Ambos se guiaban por la filosofía japonesa y movimiento político sonno-joi (尊王攘夷, literalmente «reverenciar al emperador, expulsar a los bárbaros»), que defendía básicamente la superioridad del emperador como figura social y política y el rechazo xenófobo a los occidentales.

A este clan Choshu pertenecían Kogoro Katsura (1833-77), personaje relevante dentro de Tsuiokuhen y uno de los líderes del Ishin Shishi del que forma parte Kenshin; y Shinsaku Takasugi (1839-67), quien aparece en varias escenas junto a Katsura y protagoniza una de las más emotivas del final de las OVAs (y fiel a la realidad, pues Takasugi no llegó a vivir la caída del shogunato).

Uno de los grupos rivales al Ishin Shishi en el Bakumatsu y la Guerra Boshin fue el Shinsengumi (新選組), una fuerza especial de policía fiel al shogun y formada por samuráis con un estricto código de permanencia y que portaban un característico uniforme azul con rayas blancas. Dentro de él se encontraban Hajime Saitou (1844-1915) y Souji Okita (1842/44-68), ambos personajes dentro de las OVAs, especialmente importante el primero en el argumento de Rurouni Kenshin, y que protagonizan una batalla final contra Kenshin. Los principales líderes del Shinsengumi fueron derrotados o ejecutados al finalizar la Guerra Boshin.

A lo largo de Tsuiokuhen se muestran otros episodios históricos importantes dentro de este período, como el Incidente de Ikedaya (池田屋事件, Ikedaya Jiken), la noche del 8 de julio de 1864 en Kioto, cuando el Shinsengumi sorprendió a los líderes del Ishin Shishi reunidos en una de estas tabernas tradicionales japonesas, la que finalizó en una clara victoria para la fuerza del shogun. Es una de las escenas más bellas de estas OVAs (que no tienen pocas).

Tomoe y la yuki-onna

Tomoe es uno de los personajes más importantes dentro de la trama de Rurouni Kenshin, si bien no aparece mucho (de hecho, en la adaptación a anime nunca hace acto de presencia, salvo en el sexto ending). En Tsuiokuhen es claramente la protagonista junto a Kenshin y parte del argumento se ve desde sus ojos.

Tanto el diseño como la personalidad de Tomoe estarían inspirados en la yuki-onna (雪女, mujer de nieve), un yôkai y figura popular dentro del folclore japonés, que se dice en algunas leyendas es una mujer que falleció en la nieve y cuyo espíritu vaga durante las noches nevadas y con luna llena. La suelen describir como una hermosa fémina de piel pálida y largos cabellos negros, que viste un kimono blanco y con mirada y actitud frías; en algunos casos flota sin pies sobre la nieve.

El mismo apellido de Tomoe ya nos da una pista, ya que yuki (雪) es nieve y shiro (白) es blanca. Además viste con un kimono blanco, es descrita como una belleza fría por el propio autor (Nobuhiro Watsuki) y tiene una larga cabellera negra. Su personalidad es reservada y calculadora; asimismo (SPOILER) Tomoe muere asesinada sobre la nieve (FIN DE SPOILER).

El relato de la yuki-onna sirve para recordar los peligros (y belleza, lo que veremos en el siguiente apartado) del invierno y de las montañas, especialmente en algunas regiones del norte de Japón.

El lirismo y simbología de la naturaleza

Rurouni Kenshin: Tsuiokuhen está repleto de naturaleza. En serio, no hay apenas planos o dibujos en los que no aparezca algún elemento perteneciente al mundo natural. Para los japoneses, que viven en un archipiélago repleto de volcanes y montañas sobre el denominado Círculo de Fuego (terreno con elevado número de terremotos de variada intensidad), la naturaleza es salvaje, cruel y hermosa a partes iguales. Esto ha hecho que desarrollen su propia simbología en torno a elementos naturales.

Esta simbología está muy vinculada a las estaciones, que son muy marcadas en Japón por ciertas características. Así, tal como recoge la Doctora Elena Barlés en su artículo «Arte y naturaleza en Japón: la belleza de las cuatro estaciones», la primavera (que empezaba con el inicio del año en el antiguo calendario) viene por ejemplo marcada por la flor del cerezo (sakura, 桜) o la del ciruelo (ume, 梅), siendo de ésta última la fragancia que lleva Tomoe.

El verano está caracterizado por el iris o lirio japonés (con el cual comparan a Tomoe), el loto, la paulonia, las luciérnagas o el sonido de las cigarras.

Rurouni Kenshin: Tsuiokuhen. Studio Deen y Nobuhiro Watsuki.

El otoño es la estación con rasgos como la contemplación de la luna llena o tsukimi (月見) y del cambio del color de las hojas del arce a su característico tono rojizo (momiji, 紅葉), flores como el crisantemo o animales como la libélula, que simboliza la felicidad o la victoria, entre otros (Tomoe le dice a Kenshin que al atardecer vio una libélula, significando que tendrían buena cosecha y que se encuentran en otoño).

Terminando el ciclo anual hallamos el invierno, cuyo elemento más característico es la nieve, al igual que el pino o el bambú. En la conclusión de Tsuiokuhen esta estación está muy marcada.

Para entender la presencia de las estaciones en Japón y en estas OVAs de Rurouni Kenshin, tenemos una escena donde Seijuro Hiko le dice a su alumno:

«La flor de cerezo es de la primavera, las estrellas del verano, la luna llena del otoño y la nieve del invierno. El sake está bueno […]»

Así, las estaciones en la narrativa no sirven solo para marcar el paso del tiempo, el ciclo vital o el estado anímico de los personajes, sino que para los japoneses son una manifestación artística.

Para saber más…

BARLÉS BÁGUENA, Elena, “Arte y naturaleza en Japón: la belleza de las cuatro estaciones”, en BARLES, E. y ALMAZÁN, D. (coms.), Cerezos, lirios, crisantemos y pinos. La belleza de las estaciones en el arte japonés, Zaragoza, Fundación Torralba-Fortún, 2008, pp. 15-49.

CARRETERO MARTÍNEZ, Luis Antonio, Breve historia de la mitología japonesa, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2020.

SECO SERRA, Irene, Historia breve de Japón, Madrid, Sílex Ediciones, 2010.

Rurouni Kenshin: Tsuiokuhen. Studio Deen y Nobuhiro Watsuki.

Japoneando Anime: Kimetsu no Yaiba (Guardianes de la noche)

Kimetsu no Yaiba (鬼滅の刃, titulado en España Guardianes de la noche por Norma Editorial y Demon Slayer en inglés), creado por Koyoharu Gotôge, es uno de los últimos fenómenos en el mundo del manga y del anime, especialmente a raíz del estreno de la adaptación realizada por Ufotable, de una calidad excelente. Recientemente se ha estrenado en Japón la película secuela, Mugen Train (無限列車編, El tren infinito), donde ha superado todos los récords de recaudación nacional solo en sus primeros días.

Tanjirô Kamado (voz en japonés de Natsuki Hanae) es un joven amable y gentil que vive cuidando de su madre y hermanos menores en la montaña. Un día, mientras pasa la noche fuera tras haber visitado el pueblo, se encuentra con que toda su familia ha sido brutalmente asesinada… salvo su hermana Nezuko (Akari Kitô), quien sobrevive a duras penas. Mientras intenta salvarla, se encuentra con otro problema: Nezuko ha sido convertida en demonio.

Comienza así una historia que mezcla fantasía con elementos de terror atmosférico, que ocupa un total de 23 volúmenes o tankôbon (単行本) y por la que pululan toda un serie de personajes, a cada cual más carismático.

Era Meiji (1868-1912) y la apertura de Japón a Occidente

Kimetsu no Yaiba está ambientada en el período o era Meiji (明治時代), la cual se considera que dio inicio con la apertura de Japón a Occidente tras haber pasado más de dos siglos aislado (solo permitía la entrada a algunos comerciantes holandeses y chinos y poco más). Con la llegada del comodoro Matthew Perry y sus buques, la idea principal era que Estados Unidos hiciera presión a Japón para su apertura al comercio.

La llegada de Perry y la apertura a Occidente causaron una serie de estragos y cambios profundos en la sociedad e instituciones japonesas que los llevó primero a una guerra civil (Guerra Boshin, 戊辰戦争, 1868-69) entre los partidarios del viejo régimen o bakufu, basado en la permanencia de la figura militar del shogun, y los que pretendían devolver todo el poder al emperador. Ganaron éstos últimos, dando formalmente origen a la era Meiji.

Ilustraciones que representaban a los japoneses en la era Meiji.

Así, con Meiji se terminó el sistema feudal en Japón y, tomando como modelo a la Prusia de Guillermo II, el país entró a toda prisa en la carrera hacia la modernización, convirtiéndose en gran potencia solo en unas pocas décadas. Para ello, aparte de realzar la figura del emperador, fortalecieron la creencia «naturalmente japonesa» o sintoísmo (神道) y eliminaron a las viajes castas de daimyô (大名) y samurái por otra nobleza más «a la europea».

Con ello, se dejó de lado a los vecinos «subdesarrollados» de Asia, concretamente a China y a Corea, por lo que Japón se iniciaría luego a su vez en la carrera colonial de estos países, a semejanza también de Europa.

Como decíamos, Kimetsu no Yaiba tiene lugar en este cambiante período, el cual supuso en gran parte el inicio de la gran crisis identitaria por la que pasa Japón (hasta nuestros días). Estos contrastes se dejan ver perfectamente por todo el manga y anime: en la ciudad iluminada de noche que visita Tanjirô, en las ropas de los ciudadanos (especialmente de Muzan en su primera aparición, cuyo diseño está por cierto inspirado en Michael Jackson) y por supuesto en la llegada del ferrocarril. También en otros detalles como el hecho de que los ciudadanos ya no puedan portar armas libremente (relacionado con la desaparición de los samurái) o el que la Sociedad de asesinos de demonios no esté reconocida por el gobierno nipón.

Sin embargo, la serie nos muestra asimismo esos elementos del Japón de antaño, como las aldeas con casas de techos de paja y piedras, los curanderos, los caminos de tierra, los kimonos y las peleas con katana, entre otros aspectos que ahora veremos.

La primera vez que Tanjirô e Inosuke ven un tren. Kimetsu no Yaiba, Ufotable.

El teatro kyôgen y los diseños de los personajes

Japón, debido probablemente al largo aislamiento, posee además su propio mundo de artes escénicas, surgidas hace siglos y que han ido evolucionando en un mundo paralelo al nuestro. Es el caso de los teatros kabuki (歌舞伎), noh (能) o kyôgen (狂言).

Todos estos estilos de teatro están muy apoyados en la danza y el canto, si bien el kyôgen contiene elementos más humorísticos, mundanos y didácticos (surgió a partir del noh, siendo ambos celebrados principalmente en templos budistas y uno como interludio del otro). Tanto en el noh como en el kyôgen hay uso de máscaras que representan a distintos tipos de seres, mientras que en el kabuki la puesta en escena se basa sobre todo en el maquillaje y vestimenta de los actores (desde hace unos siglos, todos ellos masculinos).

Precisamente, máscaras que suelen verse en el teatro kyôgen, como la de usobuki o usofuki (狂言面 空吹), son las que portan los forjadores de espadas Hotaru Haganezuka y Kozo Kanamori en Kimetsu no Yaiba. Este tipo de personajes solían ser los más pequeños y representaban la insignificancia de la vida humana, pues por la postura de la boca solo permitían hacer ruidos tipo silbidos.

Otro ejemplo de estas máscaras es la que porta siempre el maestro de Giyu Tomioka y de Tanjirô, Sakonji Urokodaki, pero en este caso es la de un tengu (天狗), ser del folclore japonés que se asocia con los perros, un yôkai (妖怪). En el noh y kyôgen los portadores de la máscara tengu solían ser o bien personajes demoníacos o bien protectores.

Urokodaki y la máscara de tengu en Kimetsu no Yaiba. Ufotable.

Finalmente, los alumnos de Urokodaki llevan como símbolo protector (entregado por éste) una máscara de kitsune (狐, zorro), un ser muy presente en la mitología japonesa y que está asociado con las divinidades(especialmente con la divinidad Inari -神-, dios de la fertilidad, de la agricultura y del arroz) y con el otro lado al ser capaces de adoptar forma humana. No está claro el origen del uso de la máscara de kitsune, si en el teatro kagura, noh o kyôgen; pero sigue estando muy presente en festivales o matsuri (祭).

Todos estos elementos tradicionales japoneses introducidos en los diseños de los personajes nos muestran a su vez algo de sus personalidades o roles en la narrativa, como el papel de protector de Tanjirô y Nezuko por parte de Urokodaki, los papeles secundarios de los forjadores de espadas (que trabajan asimismo del lado de los asesinos de demonios, ergo se distancian totalmente de los demonios por su condición humana) y la espiritualidad envolvente a Sabitô y a Makomo.

Hay más elementos característicos de estas artes escénicas japonesas presentes en el anime (Renjishi -連獅子- e InuYasha se me vienen a la mente), como pueden ser ciertas características de la estructura narrativa o movimientos «exagerados» y «sobreactuados», más similares a una danza, que pueden traernos a la mente las técnicas y coreografías en las batallas (que suceden a su vez a distintos ritmos, como los narradores «de fondo» de la acción en el kabuki).

¿Esto es terror?

La inclusión de seres espirituales y fantasmagóricos, llámense yôkai, ayakashi (怪), mononoke (もののけ), oni (鬼), etc., son muy comunes en el anime y el manga. En este caso, nos encontramos con demonios con características muy similares a las de los vampiros: solo pueden salir de noche, uno (el «patriarca», similar a Drácula) contagia al resto y gustan de alimentarse de humanos (si bien son bastante más brutales los de Kimetsu no Yaiba). Al igual que en Meiji, se mezcla aquí lo folclórico japonés con lo occidental.

El hecho de que solo puedan sobrevivir de noche causa que la mayor parte de la acción en Kimetsu no Yaiba suceda en ambientes nocturnos o cerrados, lo que ayuda a crear una atmósfera inquietante y algo asfixiante. Cuando las escenas son de día suelen ser mucho más humorísticas y relajadas.

Sin embargo, y a pesar de esta lograda ambientación y de algunas escenas gore (como Muzan ante las lunas menguantes), no puede decirse que Kimetsu no Yaiba sea una obra de terror. Es claramente una aventura juvenil con elementos algo terroríficos y sobre todo del folclore (incluidos los fantasmas) que nos trasladan a ese mundo más espiritual y mitológico, lejos de la modernidad actual.

En ese sentido, parece que hay una tendencia dentro del anime a asociar el pasado con la fantasía (bueno, no es exclusiva de Japón, pensemos en nuestra Edad Media), la cual va desapareciendo a medida que el tiempo avanza y nos modernizamos. La sociedad que refleja Kimetsu no Yaiba no cree (salvo excepciones) en la existencia de demonios, algo que no era así en el pasado (los asesinos de demonios se remontan a Sengoku). La conclusión del manga de Gotôge deja muy claro este punto.

Kimetsu no Yaiba. Ufotable.

Como nos suele pasar, vamos terminando este Japoneando Anime que se nos está quedando sin espacio. Hay más elementos en los diseños de los personajes de los que nos hubiera gustado hablar, como las cartas hanafuda (花札) que lleva Tanjirô como pendientes (particularmente interesante es su vínculo a la historia de la industria del videojuego en Japón) o las pelotas temari (手まり) de Susamaru, entre otros.

Para saber más…

Seco Serra, Irene (2010): Historia breve de Japón. Sílex Ediciones.

Suan, Stevie (2013): The Anime Paradox. Patterns and Practices Through the Lens of Traditional Japanese
Theater. Brill.

Toiyama, Sekien (2014): Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón. Quaterni.

Muzan vestido «a la occidental» en Kimetsu no Yaiba. Ufotable.

Japoneando Anime: La princesa Mononoke

Los nombres de Hayao Miyazaki y Studio Ghibli son de sobra conocidos no solo en Japón, sino en todo el mundo, además de ser sinónimos de calidad en forma de cine de animación para todas las edades. Pues bien, hasta La princesa Mononoke (もののけ姫), fuera del círculo de aficionados al manga y al anime, apenas sonaban y las películas «de dibujos» se consideraban en su gran mayoría dirigidas al público infantil (a continuación vino El viaje de Chihiro para poner la guinda en el pastel).

Es difícil entender el anime en cines antes de La princesa Mononoke. Akira y Ghost in the Shell eran títulos de culto entre los aficionados que no salían del formato doméstico (hablamos de la situación en un país como España, claro está). Por supuesto, tras el estreno de la de Ghibli, las salas pronto se llenaron de niños con padres abnegados que salían despavoridos tras los primeros cinco minutos de proyección. Casualmente, este es uno de los trabajos de Miyazaki más sangrientos (y tiene un arranque fuerte).

La princesa Mononoke cosechó críticas muy positivas a lo largo y ancho del planeta y sirvió de preludio para el Oscar a Mejor Película de Animación para Miyazaki por El viaje de Chihiro, siendo en la actualidad uno de los títulos más destacados de la filmografía de este autor y de los aficionados al anime o simplemente al cine.

La historia trata sobre un joven líder emishi, Ashitaka (voz en el original de Yôji Matsuda), quien se ve obligado a marcharse para siempre de su pueblo tras contagiarse de la maldición de un espíritu del bosque desbocado y con forma de jabalí gigante. En su viaje hacia el oeste, llega a la Ciudad de Hierro, donde conoce a Lady Eboshi (Yuko Tanaka), y al gran bosque, donde se topa con una misteriosa muchacha que vive entre lobos llamada San (Yuriko Ishida).

La princesa Mononoke. Studio Ghibli

El «anti nihonjinron» o ir contra el relato de la construcción identitaria colectiva de la japonesidad

En conjunto, se puede interpretar a La princesa Mononoke como la versión que quería aportar Miyazaki al nihonjinron (日本人 論) o, mejor dicho, su respuesta a éste, una especie de revisionismo histórico.

El nihonjinron es considerado la construcción de la identidad colectiva nipona por excelencia, aquélla que procede del libro que narra los orígenes de Japón (Kojiki, 古事記) y que se apoya en la figura del emperador, en el sintoísmo como religión principal y natural de Japón, en la lengua japonesa como «única» en el mundo y en la supuesta homogeneidad del pueblo japonés, superior a los demás y que, además, procede del bushidô o camino del guerrero (y de ahí su beligerancia). Es también el concepto del país-isla que evoluciona de manera independiente al resto.

He resumido muchísimo el nihonjinron, pero básicamente era (es) la corriente que se fortaleció a raíz de la apertura de Japón a Occidente en el siglo XIX, con la modernización de Meiji y posteriores campañas colonizadoras, a semejanza de Europa, hacia otros países de Asia Oriental (como Corea del Sur) que eran vistos como inferiores.

«Mi cultura iba mucho más allá de los estúpidos japoneses que empezaron la guerra, más allá de Hideyoshi Toyotomi, quien invadió Corea, y más allá de La Historia de Genji, que detestaba» (Hayao Miyazaki, cit. in Montero Plata, 2017: 105-6)

La princesa Mononoke. Studio Ghibli

Así, en La princesa Mononoke Miyazaki narra la historia desde la perspectiva de un miembro de uno de los grupos aborígenes de Japón, los emishi, quienes se enfrentaron al emperador en una guerra que duró entre el 774 y el 812 en el noreste de la isla principal del archipiélago, en la región de la actual Tohoku. Más adelante hablaremos más de los emishi.

Pero no solo Ashitaka, por la película pululan también personajes que son prostitutas, leprosos, forjadores de hierro o la propia San, una marginada de la sociedad y cuyo diseño con máscara está inspirado en máscaras domen (怒面) de la cultura Jômon (縄文時代), anterior a la formación del Japón/Yamato como nación.

Los samuráis aparecen poco y, cuando lo hacen, son bajo una perspectiva antagónica y efectivamente beligerante. El emperador es solamente nombrado y su ambición es superar a los propios dioses aunque para ello tenga que acabar con todo el mundo natural.

Tampoco se vislumbran apenas elementos «típicos» que se asocian con la cultura japonesa, como arrozales (únicamente cuando Ashitaka llega al principio al oeste de la isla) o grandes castillos, viviendas de daimyô (譜代大名); al contrario, los escenarios que más predominan son los de la fortaleza de prostitutas, leprosos y forjadores de hierro como epítome de la civilización, y el bosque donde habitan San y los suyos.

El mayor obstáculo a este revisionismo histórico de Miyazaki lo hallamos en la predominancia del sintoísmo en la trama, ya sea mediante los espíritus del bosque, la corrupción del tatarigami (祟り神), el shishigami (獅子神), los kodama (木霊). Pero bueno, que no estés a favor de algo no significa que te disguste todo el conjunto.

Los emishi y el imperio de Yamato

Como mencionábamos, los emishi (蝦夷) son uno de los pueblos originales de Japón que se describen, por ejemplo, en el Nihon Shoki (日本書紀), aunque de forma poco favorable (que al fin y al cabo había que legitimizar y fortalecer la figura del emperador).

Se desconocen sus orígenes (algunos académicos creen que proceden justamente de la cultura Jômon) y si están o no extintos, ya que otras corrientes defienden que los ainu (アイヌ), en Hokkaidô, provienen de ellos.

Se estima por descubrimientos arqueológicos y descripciones históricas que los emishi eran más bajos y anchos que los japoneses y también más peludos. Se destaca su fuerza y habilidad luchando a caballo y con el manejo del arco y de la espada (nada que ver con la katana), al igual que Ashitaka cabalgando sobre Yakul.

Los emishi se dividían en varios grupos, pero los que habitaban en la región de Tohoku fueron de los que se opusieron al emperador de Yamato y a su expansión por toda la isla desde la capital (Nara o Kioto, según la ocasión). Así se dieron varios enfrentamientos, destacando la citada guerra de los 38 años (774-812), durante la cual los emishi pusieron contra las cuerdas a los ejércitos imperiales (que seguían el modelo de infantería chino) mediante las tácticas de guerrilla.

Ashitaka tirando con arco mientras cabalga sobre Yakul. La princesa Mononoke. Studio Ghibli

Finalmente, los emishi fueron derrotados (tras copiar su modelo de combate de ataque en grupos reducidos y huida rápida) y algunos se adhirieron al ejército japonés.

El poblado emishi al que pertenece Ashitaka sería uno de los pocos que prevalecen en Honshû, pues La princesa Mononoke se sitúa en el período Muromachi, cuando ya quedaban pocos grupos en pie.

Con esta importancia dada a los emishi a través de su protagonista, Miyazaki muestra mediante La princesa Mononoke que Japón no siempre ha sido un pueblo tan homogéneo, tal como defiende el nihonjinron.

Período Muromachi y la llegada del Japón moderno

La era Muromachi (室町時代, 1336-1573) es, para Miyazaki, quizás el último vestigio de lo que quedaba «antes de Japón»: es el fin de los grandes bosques y de la naturaleza más salvaje, de los grupos emishi y de la convivencia con diversas culturas como los reductos de la Jômon. Llegan las ciudades, la tala masiva de árboles, la destrucción del paisaje natural y de los grandes guerreros daimyô como Oda Nobunaga, quien buscaba unificar el país.

Aún así, Muromachi no fue tampoco un período precisamente pacífico. A lo largo del mismo se establecieron shogunatos (幕府, bakufu, líderes militares) como el de Ashikaga Takauji y éstos tenían que jugar a equilibrar el poder con otros daimyô o señores feudales.

La princesa Mononoke. Studio Ghibli

Finalmente, este equilibrio de poder se rompió, lo que derivó en la formación de dos cortes paralelas: la Corte del Norte (apoyada por el shogun Ashikaga) y la Corte del Sur (que poseía los tres tesoros sagrados, lo que legitimiza al emperador), lo que evidentemente produjo una guerra civil (la de la batalla de Dan no Ura y El Cantar de Heike) y, bueno, la llegada de una figura como la de Nobunaga.

Durante la era Muromachi se dieron asimismo una proliferación del comercio y de la agricultura, el teatro no y del budismo zen.

Al final de La princesa Mononoke, los humanos asesinan al dios del bosque o shishigami, arrasándolo y generando una ola de destrucción que puede rememorarnos a un tsunami. Al final, tras recuperar la cabeza, Ashitaka, San y Eboshi tienen un atisbo de esperanza para empezar de nuevo un mundo mejor; similar a cómo Muromachi supuso el final de la Edad Media japonesa y la llegada del Japón moderno. Pero con ese toque optimista del Studio Ghibli.

Para saber más…

Guarné, Blai (varios autores, 2018): Antropología de Japón. Identidad, discurso y representación. Edicions Bellaterra.

Montero Plata, Laura (2017): Biblioteca Studio Ghibli: La princesa Mononoke. Héroes de Papel.

Ono, Sokyo (2014): Sintoísmo: La vía de los kami. Satori Ediciones.

Seco Serra, Irene (2010): Historia breve de Japón. Sílex Ediciones.

La princesa Mononoke. Studio Ghibli

Japoneando Anime: Dororo (2019)

Dororo (どろろ) es uno de los títulos con mayor reconocimiento del conocido como «dios del manga» Osamu Tezuka, si bien es uno de los más cortos y con un abrupto final. Tras pasar por varias adaptaciones de anime, videojuegos e incluso una película de acción real, el estudio Mappa llevó a cabo la última versión de Dororo (con permiso del manga de Satoshi Shiki, aún en publicación), aportando una visión algo más realista y cruda dirigida por Kazuhiro Furuhashi, quien ya había estado al cargo del anime y OVAs de Rurouni Kenshin.

La historia (que a grandes rasgos ocurre en todas las adaptaciones) nos presenta a Hyakkimaru, un joven que ha crecido sin extremidades, piel, vista, oídos o habla debido a que su padre, un daimio (大名, señor feudal) hizo un pacto con los demonios justo antes de su nacimiento, según el cual entregaría a su primogénito a cambio de prosperidad y riquezas para sus tierras. Hyakkimaru por suerte sobrevive y es criado por Jukai, quien le construye prótesis. Al alcanzar 16 años, se embarca en un viaje para derrotar a los demonios y recuperar así su cuerpo, conociendo a un niño llamado Dororo.

Dororo. Estudios MAPPA y Tezuka Productions.

Ayakashi, oni y otros demonios

Hace poco hablamos de los yôkai (妖怪), criaturas del folclore japonés que observan y en muchos casos imitan a los humanos, no siempre con carácter maligno. Hay yôkai de prácticamente todo tipo, incluso en objetos inanimados o en elementos de la naturaleza.

Dentro de los yôkai podemos encontrar especies como los ayakashi (アヤカシ), que suele hacer referencia a espíritus que habitan en el agua o que provienen de la otra orilla. En anime como Dororo o Noragami, el término ayakashi es generalmente utilizado para referirse a seres vinculados con el Más Allá, provenientes de la Orilla Lejana. En estos casos están más asociados a la corrupción del espíritu.

Otro conjunto de seres relacionados con los yôkai son los oni (鬼), que hacen mayor referencia a los demonios, ogros o diablos como tal. Los oni poseen por lo tanto un carácter algo más hostil hacia el ser humano y su forma es generalmente antropomorfa. Un anime reciente y popular que se apoya bastante en el mito del oni es Darling in the FranXX.

Si bien en Dororo Hyakkimaru persigue y derrota a los demonios, traducido así en nuestra lengua, no es que sean exactamente oni, pues su forma puede variar de una especie de escorpión/araña gigante a unos tiburones. En algunos episodios, como el 19, el enemigo a batir sí es más claramente un oni.

El budismo en Japón

Dororo posee muchas características del folclore japonés y también de su historia, a pesar de los evidentes elementos fantásticos. Por ejemplo su esfuerzo por mostrar una cara del Japón histórico que no está basada en la idealización del samurai (más bien al contrario) ni es la demostración de grandes castillos y templos. El arroz, tan característico y asociado a las teorías de la japonesidad o nihonjinron (日本人論) es aquí mostrado casi como la última y desesperada apuesta de un pueblo empobrecido y apartado del camino y de los anales de la historia por su falta de glamour.

El budismo (仏教) es otro de los rasgos clave de Japón, concretamente de su sincretismo religioso (pues convive pacíficamente con otras religiones como la natural del país, el sintoísmo). Introducido desde Corea en el año 552 según el Nihon Shoki (日本書紀), el budismo pronto se fue conformando en varias escuelas como la de la Tierra Pura (Jodo-Shu) o sobre todo la Zen, que sirvió de puente entre sectas viejas y nuevas y que ha supuesto una enorme influencia en la sociedad y cultura niponas.

El zen (禅) sostiene básicamente que la iluminación o satori (悟り) se alcanza mediante la meditación o zazen (坐禅). Se basa en alcanzar la visión de la verdadera naturaleza de las cosas y en aplicarlo a nuestra vida diaria y especialmente para con los demás.

Evidentemente, el budismo y el zen son mucho más complejos (máxime en Japón, donde puede percibirse el zen en prácticamente todo); no obstante este anime de Dororo es una buena ventana a lo que sería el budismo zen, pues lo hallamos en obviedades como la estatua bodhisattva de Guan Yin a la que reza la madre de Hyakkimaru y que impide que los demonios consuman su plan de devorar al niño; o en la historia del escultor Okaka.

Pero el budismo zen se encuentra asimismo en las principales tramas de la serie: quiénes somos realmente (cómo Hyakkimaru o Biwamaru, ambos ciegos, son capaces de percibir la esencia de los seres a su alrededor) y en el dilema de sacrificar una vida individual por el bienestar común.

Al final la propia madre de Hyakkimary y Tahomaru se asemeja a la figura de Guan Yin que reza. Dororo de estudios de MAPPA y Tezuka Productions.

«Aniki» y otras formas de dirigirse a otros

A lo largo de la historia Dororo se dirige a Hyakkimaru con la palabra «aniki» (兄貴), ocasionalmente mal traducida como «hermano». Al menos en inglés usan el término «bro», que aunque tampoco esté bien, le otorga ese rasgo de argot de pandilla callejera que puede asemejarse ligeramente a los yakuza, que es la idea prevaleciente por la actitud de Dororo y el haber sido criada entre bandoleros.

Aniki sí es un honorífico japonés (como «san», «sama», «chan», etc.) para dirigirse a un hermano mayor o a alguien de rango superior, que actualmente está desfasado y es utilizado principalmente por miembros de la yakuza o mafia japonesa para dirigirse a un camarada.

De todos modos, hay que tener en consideración (seguro que los que ven anime en versión original se han percatado de esto) la costumbre cultural y social japonesa de dirigirse a otra persona por honoríficos vinculados a la familia como onee san (hermana), oji san (tío) u obaa san (abuela), dependiendo del rango de edad y sexo del receptor y del emisor (si éste última fuera un niño, sería común que usase por ejemplo onee chan).

Así, que un niño u otra persona que no esté relacionado contigo se dirija a ti como «tío/a» (si estás alrededor de la treintena) no es de extrañar ni tampoco una rareza. Tampoco significa que te incluya dentro de su familia.

Esta costumbre puede pensarse como una derivación lógica de la división social que se tenía antiguamente en Japón basada en el ie (家, literalmente hogar), donde se arremolinaban en un sistema heteropatriarcal los abuelos, sus hijos, las esposas de éstos y toda su prole. El primer vástago terminaría ocupando el lugar del padre tras haberlo cuidado hasta su muerte, y así sucesivamente.

Dororo se dirige desde el principio a Hyakkimaru como «aniki». Dororo de estudios MAPPA y Tezuka Productions.

Por lo tanto, que Dororo se dirija a Hyakkimaru como «aniki» nos habla de su crianza, de su personalidad y también, por supuesto, de cómo percibe a Hyakkimaru como un camarada (es curioso que no lo llame por ejemplo «onii chan«, que es lo que suele escucharse en otros anime); más que de un vínculo sanguíneo o simbólico.

En conclusión…

Como ya hemos comentado con anterioridad, a nosotros Dororo nos ha gustado mucho, a pesar de sus evidentes defectos (esos altibajos en la animación…). Sobre todo por sus personajes, su vínculo y por lo «japonés» que es, por brindarnos una visión del Japón antiguo que no se limita a samuráis, castillos y arrozales (si bien están presentes), de forma similar a lo que hace Hayao Miyazaki en La princesa Mononoke.

De hecho, nos hemos tenido que dejar cosas como los biwa hôshi (琵琶法師), que es a lo que se dedica Biwamaru; el denominado «problema de Astro Boy« que arrastran las obras de Tezuka (incluida Dororo); el período Sengoku en el que se ambienta; o la profunda jerarquía dentro de los sistemas feudales y que se vislumbra en el hogar de Tahomaru; por problemas de espacio.

Para saber más…

Toiyama, Sekien (2014): Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón. Quaterni.

Suzuki, Daisetz T. (2020): El zen y la cultura japonesa. Satori Ediciones.

Landeras, Javier (2014): Cómo hacen los japoneses: Un enfoque cultural para negociar con Japón. Satori Ediciones.

Portada de la edición blu-ray. MAPPA y Tezuka Productions.

Japoneando Anime: InuYasha

Rumiko Takahashi es una de las autoras de manga con mayor reconocimiento a nivel mundial, no sin mérito, pues suyas son Urusei Yatsura (más conocida en estos lares como Lamu), Ranma 1/2 y la que nos toca, InuYasha, entre otros como la reciente Mao.

InuYasha (título completo Sengoku Otogizōshi InuYasha, 戦国御伽草子 犬夜叉) se sitúa en un Japón imaginario del Período Sengoku (1467-1603), donde habitan multitud de seres propios del folclore japonés llamados yôkai. Sin embargo, la protagonista, Kagome Higurashi (voz original de Satsuki Yukino), procede del Japón actual, desde donde se ve arrastrada accidentalmente por un túnel que comunica su hogar (vive en un templo sintoísta) con el de la Era Sengoku. Allí se encuentra con un hanyô (medio yôkai) conocido como Inuyasha (Kappei Yamaguchi).

Los yôkai, monstruos del folclore japonés

Como se puede imaginar, siendo el mismo protagonista masculino un medio yôkai, el mundo de InuYasha está repleto de estos seres.

Yôkai inugami según el «Hyakkai Zukan» (Sawaki Suuchi)

Los yôkai (妖怪) son seres sobrenaturales, como espíritus, monstruos o demonios, que forman parte intrínseca del folclore japonés y que proceden de la tradición animista del sintoísmo (la religión natural de Japón, 神道). Pueden adoptar prácticamente cualquier tipo de forma y algunos, como los kappa (河童) poseen rasgos humanos mezclados con animales; pero pueden llegar a habitar incluso en objetos inanimados.

Los yôkai son generalmente más poderosos que los humanos y por ello arrogantes; sin embargo algunos tienden a imitar su estilo de vida y por ello se transforman en personas, se disfrazan o similares.

Hay diversos tipos de yôkai y se considera que entre ellos se encuentran los mononoke (espíritus vengativos o que poseen, 物の怪) o ayakashi (あやかし), entre otros. No siempre tienen carácter maligno o díscolo, sino que la mayoría de las veces se mantienen neutros e incluso pueden llegar a traer buena fortuna.

En InuYasha abundan los yôkai de todo tipo, desde el propio protagonista hasta su hermano, el yôkai completo y popular Sesshômaru (Ken Narita); ambos siendo del clan de los demonios-perro (犬妖怪) y por ello de carácter obstinado y muy poderosos.

Sesshômaru en su verdadera forma frente a Inuyasha y Kagome. InuYasha. Sunrise Studio.

Inugami e inumochi

Dentro de los yôkai encontramos la figura mitológica del inugami (犬神), un espíritu de origen animal (normalmente canino) que es invocado por una persona usando cierto tipo de magia negra o Kojyutsu (蠱術), prohibida desde el Período Heian (794-1185), para llevar a cabo una venganza.

En ocasiones, si el inugami es macho y es alimentado por una mujer, ésta pasa a convertirse en su inumochi o inugami-mochi (literalmente, el que posee un inugami, 犬神持ち), la cual tiene cierto control sobre el espíritu canino y éste en cambio la protege ferozmente. Si el poder del inugami llega a descontrolarse, las inumochi tendrán que llevar a cabo un exorcismo, ya que pueden llegar a asesinar a los novios o parejas potenciales de éstas por celos.

Tanto las parejas formadas por Inuyasha y Kagome (o Kikyô) como la de Sesshômaru y Rin tienen estos rasgos del inugami y la inumochi.

Por otro lado, el inugami-mochi también puede ser interpretado (más frecuentemente) como el invocador del inugami y por lo tanto quien quiere llevar a cabo la venganza. Ambas figuras como tal están presentes por ejemplo en otro manga/anime, Noragami.

Rin se encuentra a un Sesshômaru malherido y lo alimenta. InuYasha. Sunrise Studio.

El género isekai

InuYasha entra dentro de un subgénero muy popular y representado dentro del manga y del anime (así como de las novelas ligeras), el isekai (異世界).

Éste a su vez puede verse dividido en otros dos subgéneros: isekai ten’i (異世界転移), que hace referencia a cuando el personaje se ve trasladado a un mundo distinto al suyo; o  isekai tensei (異世界転生), que es cuando se reencarna en otra dimensión. 

InuYasha juega en parte con estos dos conceptos, ya que Kagome es principalmente una estudiante de instituto en el Japón actual; pero a su vez se trata de la reencarnación de Kikyô.

Es habitual que en los isekai el personaje transportado/reencarnado sea una especie de «inadaptado» en su mundo real/vida actual, resultando que en verdad es alguien con habilidades por encima de la media (o una especie de «elegido») en la realidad alternativa, transmitiendo con ello una sensación de empatía y optimismo al espectador o lector. No es ciertamente el caso de Kagome; pero sí por ejemplo el de Subaru en la franquicia Re: Zero, Mikasa en Fushigi Yûgi o el de Naofumi en Tate no Yūsha no Nariagari, por mencionar unos pocos ejemplos.

Kagome se ve trasladada al Período Sengoku, donde convive con el típico uniforme colegial del Japón contemporáneo. InuYasha. Sunrise Studio.

Período Sengoku (1467-1603)

El período en el que transcurre InuYasha, conocido como Sengoku, es uno de los más convulsos de la historia de Japón, inundado por guerras civiles, enfrentamientos entre clanes e inestabilidad política.

Si bien el mayor líder en Japón era oficialmente el emperador, ya se encontraba instaurado el shôgunato (liderazgo militar, 幕府), cuyo puesto era heredado dentro de ciertos linajes poderosos de señores feudales o daimiô (大名).

Las peleas por el poder dentro de estos clanes era lo que a menudo originaba varias confrontaciones. De hecho, se estima que el Período Sengoku dio inicio con la Guerra Onin (1467-1477), la cual dejó prácticamente destruida la ciudad de Kioto.

Entre los clanes más poderosos que se disputaban el puesto del shôgun estaban los Oda, los Takeda o los Mori. En InuYasha aparece por ejemplo el personaje de Kuranosuke Takeda.

El Período Sengoku es de los más beligerantes de la historia japonesa.

Para saber más…

Pérez Riobó, Andrés y Chida, Chiyo (2014): Yôkai. Monstruos y fantasmas en Japón. Satori Ediciones.

Toiyama, Sekien (2014): Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón. Quaterni.

Seco Serra, Irene (2010): Historia breve de Japón. Sílex Ediciones.

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Japoneando Anime: El viaje de Chihiro

Japoneando Anime: El viaje de Chihiro

El viaje de Chihiro es una de las películas de anime con mayor reconocimiento a nivel mundial, lo que ha sido respaldado por premios tales como el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín o el Oscar a Mejor Película de Animación, entre otros. Su director, Hayao Miyazaki, no era ningún desconocido en el campo, pero este trabajo lo catapultó definitivamente en el panorama internacional. Fue asimismo la cinta más taquillera en la historia de Japón hasta la llegada de Your Name en 2016.

El viaje de Chihiro cuenta la historia de una preadolescente (con voz en el original de Rumi Hiiragi) que se muda a otra prefectura con sus padres (voces de Takashi Naito y Yasuko Sawaguchi). Poco antes de llegar a su nuevo hogar, su progenitor decide tomar un atajo que los lleva ante un misterioso túnel. Movidos por la curiosidad, lo atraviesan sin tener la menor idea de lo que encontrarán al otro lado.

La premisa puede sonar muy a lo Alicia en el País de las Maravillas (Miyazaki siempre se ha inspirado en buena parte en autores occidentales, siendo Lewis Carroll uno de ellos); sin embargo bebe a su vez bastante de Krabat y el molino del diablo, de Otfried Preussler; y de El tren nocturno de la Vía Láctea, de Miyazawa Kenji. Y es uno de los trabajos de este autor que más refleja la realidad japonesa, como veremos.

La crisis identitaria de Japón

Japón es un país que ha estado aislado durante más de dos siglos, concretamente desde el año 1639 hasta la llegada del comodoro Matthew Perry y los buques de Estados Unidos en 1853, bajo la política exterior denominada sakoku (鎖国, «país en cadenas») promovido por el shôgun (将軍, líder militar) Tokugawa con el pretexto de expulsar a los misioneros católicos y poder llevar un mayor control de la población. Únicamente se permitía la entrada puntual a comerciantes chinos y holandeses, poco más.

Los buques causaron cierta conmoción…

No es de extrañar que la llegada de los buques de guerra, que evidentemente se presentaron con la idea de ejercer presión para la apertura del comercio, causaran una enorme conmoción entre los japoneses de la época, aún anclados en un sistema básicamente feudal y en el bakufu. Tras la llegada de Perry siguió una guerra civil en Japón que terminó con la caída del shôgun, el auge del emperador como líder indiscutible y simbólico y el Período Meiji, que supuso una modernización y revolución industrial, a semejanza de Occidente, en tiempo récord.

A Meiji lo acompañó una política militarista y colonial de Japón hacia sus vecinos de Asia, lo que muy en resumidas cuentas llevó a la ocupación de Corea y de zonas de China como Manchuria (rebautizada como Manchukuo), entre otros. A grandes rasgos, esto generó confrontaciones con chinos (guerras sino-japonesas de 1894-95 y de 1937-45) y con rusos (guerra ruso-japonesa de 1904-05), además de la Primera Guerra Mundial de 1914-19 y finalmente la derrota en la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la posterior ocupación del ejército estadounidense, que a su vez participó en la redacción de la Constitución japonesa en 1947.

Todo esto, para Japón, ocurrió en menos de dos siglos; es decir, el aislamiento había sido más duradero que su modernización, revolución industrial, colonizaciones, guerras y derrota por una potencia de Occidente con la que guardaba poca relación histórica y cultural. No es de extrañar que se sumiera en una profunda crisis identitaria en la que todavía se ve inmerso.

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

El viaje de Chihiro muestra este profundo choque cultural: la película da inicio con Chihiro y sus padres en un Audi Quattro (que se conduce por la derecha), cargando con varias bolsas (entre ellas de Adidas), que se van adentrando en un camino en el bosque con un torii (鳥居) a la entrada y vigilado por dôsojin (道祖神), los cuales Chihiro ni reconoce y hasta teme. Es la imagen de la juventud que desconoce sus propios orígenes.

Cuando atraviesan el túnel (que da lugar a una estación de tren, otro de los símbolos por excelencia del Japón actual y que evidentemente trajeron desde Occidente; el tren está muy presente en el resto de la cinta), pasado un parque temático abandonado (símbolo del Japón de la burbuja de las décadas de 1970-80 y que algunos sirven como representación de países occidentales, tipo Holanda o España), llegan a una localidad habitada por deidades del sintoísmo o kami (神). Finalmente, Chihiro se ve abocada a trabajar en una casa de baños para estos mismos seres.

Una vez adentrada en el «otro» mundo, desaparecen casi por completo los elementos occidentales, incluso Chihiro debe cambiarse de ropa y los diseños de los trabajadores que son humanoides se asemejan a los cortesanos de los períodos Heian o anteriores. Aquéllos solo permanecen en el vestuario de Yubaba/Zeniba (más sobre esto a continuación) y en parte de la decoración de su despacho, que por otro lado tiene reminiscencias chinas.

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

El Japón que mira (y teme) al oeste

Los personajes también son reflejos de la crisis identitaria que atraviesa Japón. Chihiro pasa a ser Sen una vez comienza a trabajar para Yubaba y casi olvida su verdadero ser; en una representación a su vez de la importancia de las palabras y su significado en el japonés o kotodama (言霊).

Haku (Miyu Irino) ha olvidado quién es: kami de un río que fue tapado por la construcción de nuevos edificios (el «Japón de hormigón» que trajo la burbuja) y que salvó a Chihiro de ahogarse cuando era niña (lo que la atrae inconscientemente a ella), busca sin rumbo a Yubaba con la intención de que le enseñe magia, finalmente cae presa de sus propias ambiciones y vuela siguiendo sus órdenes (de forma muy similar al vínculo que se establece entre Japón y Occidente). La protagonista llega a preguntar en determinado momento de la película si hay «más de un Haku».

La propia Yubaba (Mari Natsuki) tiene una hermana gemela, Zeniba, que representa su lado humilde y austero de vida en el campo, no por nada Zeniba describe a su pariente como «ambiciosa». No obstante, ninguna es buena ni mala, simplemente son «problemáticas».

Los demás personajes, como Lin (Yumi Tamai), Sin Rostro o (Ryûnosuke Kamiki) también dan muestras de esta dualidad; ya sea para mostrar una cara diferente cuando se está en el plano laboral del personal; porque nos dejamos consumir por nuestros deseos o materialismo; o por cegarnos el temor a lo desconocido basado en la sobreprotección materna (Bô sirve además de reflejo del hikikomori -引き篭り-, el joven que se aísla en su cuarto por temor o frustración hacia las expectativas de la sociedad).

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

El corporativismo japonés

Si hay algo que se refleje del Japón actual (frente al tradicional del sintoísmo y los onsen) en El viaje de Chihiro, aparte del tren, es su relación con el mundo laboral.

Absorbiendo totalmente el capitalismo, mezclado con su propia conciencia de trabajo en colmena y el modelo del ie (家), en el Japón contemporáneo es todavía común la idea de permanecer toda una vida en la misma empresa, a la cual debes mayor fidelidad aún que a tu propia familia. De este modo, no es extraño que los japoneses echen horas extra»porque sí» y que incluso se llegue a la muerte por exceso de carga laboral o karoshi (過労死).

Así, Chihiro le entrega su propia identidad a Yubaba cuando empieza a trabajar para ella, del mismo modo a como hiciera Haku. Es la entrega devota que se le hace a la empresa con la firma del contrato, que se queda con una parte de tu ser. Una vez ambos recuperan su verdadero yo, dejan de trabajar para ella.

No obstante, Miyazaki, que no pretende hacer moraleja, refleja asimismo el trabajo como algo que dignifica, que es lo que te separa de convertirte en un animal (como un cerdo), ya seas un niño como Chihiro o un anciano como Kamaji (Bunta Sugawara). La propia Yubaba cita un juramento que hizo de no negarle trabajo a quien se lo pidiera.

Otro elemento muy característico del corporativismo japonés es la pronunciada jerarquía, que se simboliza hasta en los asientos que tiene asignado cada trabajador en las reuniones, entre otros. En la torre de baños, que es marcadamente vertical, los despachos de Yubaba se encuentran en el piso superior de todo, denominado como «cielo» con el kanji de 天.

Asimismo, el sello que Haku le roba a Zeniba por orden de Yubaba es un hanko (判子), que contiene su inkan (印鑑), un objeto que la mayor parte de japoneses adultos usan como firma personal. Ergo, otro elemento vinculado tanto al corporativismo como a la identidad.

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

Al otro lado del túnel…

Vamos terminando este extenso Japoneando Anime dedicado a El viaje de Chihiro. Y sí, soy muy consciente de que no hemos tocado el sintoísmo, muy presente en toda la película a través de los kami, el concepto de purificación a través de los baños u onsen (温泉), los citados dôsojin, el mito de Izanami e Izanagi saliendo de la cueva o el hecho de que el mundo espiritual y material sean un contínuum. Dejaremos al menos una recomendación bibliográfica para quien quiera saber más sobre el tema.

Para saber más…

García Villar, Marta (2017): Biblioteca Studio Ghibli: El viaje de Chihiro. Héroes de Papel.

López Martín, Javier (2017): El viaje de Chihiro. Nada de lo que sucede se olvida jamás. Diábolo Ediciones.

Seco Serra, Irene (2010): Historia breve de Japón. Sílex Ediciones.

Landeras, Javier (2014): Cómo hacen los japoneses: Un enfoque cultural para negociar con Japón. Satori Ediciones.

Ono, Sokyo (2014): Sintoísmo: La vía de los kami. Satori Ediciones.

Cartel promocional chino de El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

Japoneando Anime: El tiempo contigo (Tenki no Ko)

Makoto Shinkai (Your Name) ha estrenado nueva película el pasado verano en Japón, la cual llega finalmente a España de la mano de Selecta Visión. Estamos hablando de El tiempo contigo (Weathering With You en inglés y Tenki no Ko en el original japonés), la cual ha cosechado éxitos de taquilla y crítica allí por donde ha pasado. Hemos sido unos de los afortunados de haberla visionado durante el preestreno de ayer en los cines Yelmo de Madrid, por lo que hemos podido pensar y enumerar varios aspectos que presenta relacionados con la cultura y sociedad niponas.

Teru teru bozu («brilla, brilla, monje»)

Seguro que los aficionados a la cultura japonesa lo han visto alguna vez: ese muñeco con forma parecida a la de un fantasma de trapo que cuelgan de algunos sitios. En El tiempo contigo también hacen acto de presencia de forma prominente, enganchados a un paraguas y con el hermano menor de Hina, Nagi, disfrazándose de uno. No podía ser menos, pues estos muñecos son en realidad amuletos contra la lluvia y reciben el nombre de «teru teru bozu» (てるてるぼうず), que vendría a significar «brilla, brilla, monje».

Evidentemente, hacen referencia a un monje budista y son especialmente populares entre los niños, ya que son muy fáciles de hacer. De hecho, hay una canción infantil que es muy conocida en Japón que se usa a modo de invocación para que el teru teru bozu haga que cese la lluvia:

Es fácil entender su presencia en una película con la temática de El tiempo contigo, ya que Hina viene a ser básicamente una teru teru bozu en carne y hueso. Lo que nos lleva a…

Hare onna y Ame otoko

Vamos a detenernos un momento en el término por el que se dirigen a Hina varias veces a lo largo de la película (al menos en el audio original japonés): «hare onna» (晴れ女), literalmente mujer que despeja el cielo.

Por lo que he encontrado, en inglés se ha traducido como «sunshine girl» y en los subtítulos que vimos nosotros como «la chica que detiene la lluvia» (o similar, que lo cito de memoria). En realidad, este término es bastante común en Japón y hace referencia a la gente que parece traer el buen tiempo, siendo su versión masculina «hare otoko» (晴れ男).

Para denominar todo lo contrario, a las personas que parecen atraer el mal clima, se los llama «ame otoko» (雨男) o «ame onna» (雨女, hombre o mujer de la lluvia, respectivamente).

«Tenki no Ko». CoMix Wave Films.

Senpai y kôhai

Un chiste recurrente a lo largo de la cinta es la forma en la que Hodaka, de 16 años, aborda a Nagi, claramente menor que él. Quizás se pierda con la traducción (en nuestros subtítulos casi nunca se le hacía referencia), pero en el original Hodaka se dirige a Nagi desde más o menos la mitad de la película como «senpai», lo que resulta inusual y muy chocante en alguien que es menor que el interlocutor.

En Japón, el sistema social, muy arraigado en el confucionismo, se basa en el respeto de la mujer al hombre y de los menores a los mayores (por ejemplo del hijo al padre). Esto en la lengua japonesa ha derivado en los honoríficos «senpai» (先輩) y «kôhai» (後輩), siendo el primero la forma en la que alguien de menor edad o inferior rango se dirige a otro, y el segundo todo lo contrario (el mayor al menor). Esto es bastante estricto y se utiliza tanto en la escuela (por ejemplo alguien de un curso inferior) como en la empresa (aquí juega un papel el rango o puesto).

Por eso, que alguien claramente mayor, como Hodaka, se dirija a Nagi como «senpai» es un recurso humorístico y algo chocante, especialmente para los japoneses. Este rasgo también se utiliza, de manera mucho más dramática, entre Hodaka y Hina, ya que se juega con las edades de ambos a lo largo de la historia, lo que causa que el muchacho se dirija a ella con el honorífico de «san» mientras que la joven simplemente lo llama «Hodaka».

Nagi, Hina y Hodaka en «Tenki no Ko». CoMix Wave Films.

El bien grupal contra el beneficio individual

Uno de los conflictos que presenta El tiempo contigo es un dilema que podría decirse universal, pero que tiene mayor presencia en los países de Asia Oriental y aún más en Japón, por confrontar sus enseñanzas tradicionales locales (de nuevo, muy basadas en el confucionismo, pero también en los orígenes tribales y en una larga duración de un sistema feudal) con las influencias de Occidente desde la segunda mitad del siglo XIX.

En Japón, como bien se sabe, se da especial importancia a la armonía grupal y a la ausencia de rasgos individualistas, lo que choca con el ser occidental, que tiende mucho más hacia lo contrario. A raíz de la occidentalización de Asia y con la ocupación de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, el pueblo japonés ha ido hacia dos vertientes: o bien la asimilación de lo que algunos consideran como más positivo del lado occidental; mientras que otros se han reforzado en su tradicionalismo, endureciendo la creencia del bien grupal y asimilándolo como una de las características propias del pueblo japonés o «japonesidad» y que lo diferencia del resto (desde su perspectiva, para bien, claro está).

«Tenki no Ko». CoMix Wave Films.

Hacia el final, todos los personajes principales se enfrentan a este tipo de dilema y toman sus decisiones, lo que conlleva consecuencias que marcan el epílogo de la cinta. Al parecer, el propio Shinkai contó en una conferencia en el Animation Film Festival del pasado octubre que este fue uno de los motivos por los que a algunos de los críticos más mayores en Japón no les gustó El tiempo contigo.

El mundo empieza en las profundidades del océano

Seguro que este concepto les suena a quienes hayan visto la cinta de animación china Big Fish and Begonia (estáis tardando en verla), pues su argumento parte de esta premisa, con raíces chinas, sobre nuestro mundo unido por cielo y océano, es decir, empieza donde termina el otro, originándose un círculo vicioso.

El tiempo contigo, si bien no se centra tanto en este concepto, juega bastante con él, con peces cayendo del cielo; los dragones celestes con forma de anguila gigante (muy a lo dragón chino); la isla a donde va a caer Hina, que está depositada sobre una nube; o la información que aporta el personaje de Natsumi de una determinada nube conteniendo tanta agua como un lago.

«Tenki no Ko». CoMix Wave Films.

Torii, la entrada al mundo de los dioses

Para ir finalizando, que la entrada nos está quedando larga, si hay un elemento importante en la última cinta de Shinkai es esta puerta roja situada sobre un edificio abandonado. La misma sirve, como todas las torii (鳥居) situadas a la entrada de santuarios y templos (jinja 神社), de ingreso al mundo de los dioses.

Elemento característico de la religión animista de origen japonés, el shinto o sintoísmo, se asemeja a una puerta con forma rectangular, alargada y normalmente de color rojo (es especialmente famoso el conjunto de torii que hay a la entrada del santuario Fushimi Inari en Kioto). Su presencia casi omnipresente en la película sirve para avisarnos de que, en medio de tanta actualidad, modernismo y costumbrismo tokiotas (pues uno de los rasgos de Shinkai es la fidelidad de sus paisajes dibujados a los reales), siguen estando presentes los dioses. Al fin y al cabo, el ser humano no deja de ser insignificante en el conjunto de las cosas (otro de los mensajes de la cinta).

Podríamos escribir largo y tendido sobre la película y aspectos varios que muestra sobre la cultura y sociedad niponas, como la creencia de estar unidos por el destino a través de los paraguas o esa sátira a la pasividad del pueblo japonés a través de los policías o cierta escena con Hodaka corriendo. Pero creemos haber comentado lo más importante. Ahora solo queda disfrutar de esta maravillosa película y la multitud de matices que ofrece.

«Tenki no Ko». CoMix Wave Films.

Japoneando Anime: Bungou Stray Dogs

Bungou Stray Dogs (文豪ストレイドッグス), que significaría «escritores de ficción perros vagabundos» es uno de los últimos anime del estudio Bones (Wolf´s Rain, Boku no Hero Academia, Noragami), adaptación del manga de Kafka Asagiri y Sango Harukawa, lanzado por la revista Young Ace y todavía en publicación (lleva actualmente 15 tomos y la tercera temporada se estrenará el próximo abril).

Bungou Stray Dogs ha sido bastante bien recibida por crítica y público (especialmente en Japón, veremos por qué) debido a su bonito dibujo; su adictiva trama que mezcla acción, thriller y comedia; sus carismáticos y variopintos personajes que recogen nombres y características de reconocidos autores literarios. La adaptación al anime le suma una pegadiza banda sonora (especialmente los ending, «Namae Wo Yobu Yo» y «Kaze ga Fuku Machi», ambos de Luck Life) y una cuidada y equilibrada animación.

Tras ella se encuentra Takuya Igarashi (Ouran High School Host Club, Soul Eater) como director, Yôji Enokido (Revolutionary Girl Utena, FLCL) como guionista y Taku Iwasaki (Tengen Toppa Gurren-Lagann) al cargo de la citada banda sonora. Como veis, un equipo de calidad.

La historia nos sitúa en la Yokohama actual, siguiendo los pasos de un joven llamado Atsushi Nakajima, el cual ha sido expulsado del orfanato donde lo han maltratado siempre. A punto de morir de inanición, Atsushi se topa accidentalmente con un hombre que está intentando suicidarse y que responde al nombre de Osamu Dazai. Éste lo termina introduciendo en la agencia de detectives donde trabaja, cuyos miembros poseen poderes sobrenaturales.

Para los duchos en literatura japonesa del siglo XX, los nombres de Atsushi Nakajima y Osamu Dazai resultarán familiares: ambos son reconocidos autores del país del sol naciente. Porque una de las principales características de Bungou Stray Dogs es que casi todos sus personajes representan a algún autor literario, así como sus poderes a sus principales obras. De eso mismo trataremos en este «Japoneando Anime», la literatura japonesa a través de este recomendadísimo anime.

Osamu Dazai, Sakunosuke Oda y Ango Sakaguchi: los buraiha

Probablemente el personaje más popular (o de los que más, sin duda) de Bungou Stray Dogs sea Osamu Dazai, basado en el autor de mismo nombre que nació en 1909 y murió en 1948 (avisamos que casi todos murieron jóvenes) y que en realidad respondía a Shûji Tsushima (太宰 治); se trata de uno de los escritores más conocidos en el Japón actual, especialmente por parte del público joven. No es de extrañar teniendo en cuenta su estilo claramente inconformista, su vida disoluta y sus posturas cercanas al Partido Comunista. La obra de Dazai más celebrada es Indigno de ser humano («Ningen Shikkaku»), precisamente el poder que guarda el personaje de la ficción, y que consiste en anular los poderes de los demás, por muy fuertes que sean. Quizás como reflejo del nihilismo que exponía el Dazai real. Uno de los aspectos más llamativos de este autor es que intentó suicidarse varias veces a lo largo de su corta vida, sin lograrlo en ninguna de ellas (salvo en la última, claro, muriendo junto a su amante Tomie Yamazaki). El Dazai ficticio también busca cómo suicidarse a lo largo de toda la serie (de hecho, Atsushi lo conoce mientras se estaba ahogando tras tirarse al río, justo como murió en la vida real).

Aparte de Dazai, se considera que los autores Sakunosuke Oda (織田 作之助, «Odasaku», como lo conocían los amigos) y Ango Sakaguchi conformaban el grupo conocido como «buraiha» (無頼派, también conocida como «la escuela de la irresponsabilidad y decadencia»), un grupo de literatos descontentos con el rumbo de Japón tras la Segunda Guerra Mundial, lo que se reflejaba en unas vidas y estilos libertinos, con falta de objetivos y crisis de identidad, abundando en sus obras los «antihéroes». Tanto Odasaku como Ango son introducidos en la novela ligera Dazai Osamu y la Era Oscura, la cual sirve de precuela a la historia principal y que en el anime es adaptada como arco de inicio de la segunda temporada.

Sakunosuke Oda (1913-1947) fue un escritor de Osaka que reflejaba en sus obras (siendo entre las más conocidas Roppakukinsei (六白金星) o Kaette kita otoko (還って来た男), adaptada al cine por Yūzō Kawashima) a protagonistas con un fuerte sentido de la individualidad en medio de un Japón ocupado tras la guerra. Murió repentinamente por un supuesto ataque de tuberculosis; aunque su amigo Osamu Dazai publicó en un encomio emocional tras su fallecimiento que la culpa fue de los críticos literarios.

Ango Sakaguchi (坂口 安吾, 1906-1955, el más longevo de los tres) fue un polémico (al menos durante su etapa de estudiante, ya que se fugó a Tokio tras haber golpeado a uno de sus maestros) escritor y ensayista, alcanzando la fama especialmente a través de sus obras Discurso en decadencia («Darakuron», un ensayo sobre la decadencia de Japón tras la derrota en la guerra y el bushido o «camino del guerrero») y Visión de la Cultura JaponesaMurió por aneurisma cerebral. El poder del personaje ficticio se denomina justamente «Discurso en decadencia» y le permite obtener información de las cosas que toca.

Dazai, Odasaku y Ango son amigos cercanos durante los acontecimientos anteriores a Bungou Stray Dogs, mostrándolos normalmente en ambientes oscuros y algo decadentes (muy al estilo «cine negro»), pero la tragedia los lleva a tomar caminos por separado (no queremos hacer spoilers), en claro reflejo de los autores reales.

Sobre Atsushi Nakajima, Kyouka Izumi y Ryûnosuke Akutagawa

Atsushi Nakajima es el protagonista de Bungou Stray Dogs y el que más sirve de puente de unión con el espectador o lector. Basado en el escritor de mismo nombre (中島 敦, 1909-1942), hijo de una familia erudita «Kangaku» (intelectuales de la cultura china, lo que se reflejó en sus obras), el verdadero Nakajima ejerció además de profesor en países como Corea o Micronesia (ambos bajo ocupación japonesa). Nunca estuvo interesado en la política, centrándose más en escribir relatos juveniles y en cuestiones más universales como la existencia o el origen de uno mismo, muy al estilo de Franz Kafka. De hecho, su título más conocido, Sangetsuki, se considera una versión japonesa de La Metamorfosis, donde el protagonista es un poeta que acaba enloqueciendo y transformándose en tigre. Al contrario que en la novela de Kafka, en la de Nakajima el protagonista posee una consideración hacia sí mismo y moralidad superiores, con capacidad de redención, de ahí que la transformación sea en tigre y no en insecto. Nakajima murió por neumonía y, al contrario que otros autores contemporáneos como Dazai, no es considerado un escritor de la posguerra, sino uno con un estilo más cercano al de Natsume Sôseki o Mori Ôgai (de los cuales hablaremos), ambos del período Meiji. El Atsushi ficticio se muestra como un joven algo ingenuo y de buen fondo, profundamente traumatizado por su pasado, agradable con los demás y cuyo poder, «Bestia bajo la luz lunar» (月下獣, «Gekka-jū»), consiste en la transformación de un tigre blanco que poco a poco va dominando.

Atsushi establece una relación especialmente cercana con Kyouka Izumi, a quien salva de la Port Mafia y con quien vive desde entonces; y también otra (mucho más centrada en la rivalidad) con Ryûnosuke Akutagawa, uno de los altos cargos del susodicho grupo de mafiosos. Los tres son personajes principales en la película Bungou Stray Dogs: Dead Apple, estrenada el pasado marzo en cines de Japón (aquí se puede ver, junto a la serie, en Crunchyroll).

El verdadero Kyouka Izumi (nombre real Kyôtarô Izumi, 泉 鏡太郎, 1873-1939) fue de hecho un hombre, escritor de novelas, relatos cortos y obras de teatro «kabuki», cuyo estilo, que se asemejaba más al de los autores del período Edo que al de sus contemporáneos, constaba de un uso del lenguaje muy lírico y difícil de seguir por su estilismo. En las temáticas abundaban la crítica surrealista a la sociedad japonesa de su época y lo sobrenatural. Entre sus títulos más reconocidos se encuentran Yasha ga Ike, considerada una adaptación de La campana sumergida (Gerhart Hauptmann) al estilo folclórico japonés con «yôkai». La Kyouka ficticia posee la habilidad «Demonio de nieve» (夜叉白雪 «Yasha Shirayuki»), el cual consiste en el espíritu de un demonio con katana que puede ser invocado a través de un teléfono móvil, en clara alusión tanto a lo sobrenatural como a la crítica de la sociedad actual (uso del móvil) que poblaban los relatos del Izumi real. El personaje ficticio además suele ir vestido con kimono, muy al estilo de los japoneses del período Edo.

Ryûnosuke Akutagawa (芥川 龍之介, 1892-1927) es, como Dazai, uno de los autores más reconocidos en el Japón actual, y de hecho uno de los principales premios literarios lleva su nombre. Más perteneciente a la generación de escritores neorrealistas que surgieron tras la Primera Guerra Mundial, Akutagawa escribía sobre todo relatos cortos (destacando Rashomon 羅生門, la cual fue posteriormente adaptada al cine por Akira Kurosawa), centrado sobre todo en aspectos del Japón feudal. Ávido lector desde muy joven (lo utilizaba como forma de huir del temor a haber heredado la locura de su madre y de sus propios ataques nerviosos), creía que la literatura debía ser universal y reunir lo mejor de Occidente y Japón. En sus últimos años tuvo una disputa con el también escritor Jun´ichiro Tanizaki (asimismo personaje de Bungou Stray Dogs, justamente el primero que vemos ser atacado por Akutagawa) por la importancia del contenido sobre el estilo. Akutagawa se suicidó huyendo de la locura con una sobredosis de barbital. El personaje ficticio muestra bastante de este «alma torturada» de la persona real, su aspecto frágil y enfermizo y su inestabilidad (mucho más dramatizada en el anime, claro). Su poder se llama «Rashomon» y consiste en una especie de sombra casi omnipresente que puede invocar y que sirve de fuerza ofensiva o defensiva según sus deseos.

Demás miembros de la agencia y de la Port Mafia

Como esto nos está quedando más largo que un día sin pan y hay todo un rico elenco de personajes en Bungou Stray Dogs basados en autores, vamos a centrarnos brevemente en los más importantes dentro de la agencia armada de detectives y la Port Mafia.

En la agencia destaca desde el inicio del anime y manga Doppo Kunikida (國木田 獨歩, 1871-1908), escritor y periodista del período Meiji que es considerado a su vez como uno de los pioneros del naturalismo en Japón, aunque en algunas de sus obras se percibe un estilo más propio del romanticismo. Uno de sus títulos más conocidos es Musashino, donde mezcla novela, poesía y situaciones reales. El poder de Kunikida en la serie es «Poeta solitario» (独歩吟客 «Doppo Ginkaku»), con el que trae a la existencia objetos que escribe en un papel, en referencia a la capacidad de observación y realismo del escritor. En el anime además hay un breve arco en torno a la «mujer ideal» de Kunikida, algo a su vez vinculado con el autor de carne y hueso, ya que tras perder a su primera esposa, Nobuko Sasaki, escribió otra de sus obras: Azamukazaru no Ki.

En la agencia nos encontramos también con Jun´ichiro Tanizaki (谷崎潤一郎, 1886-1965), a quien ya hemos hecho referencia, autor de novelas, ensayos, relatos cortos, poemas… un poco de todo, vaya. Contrario al naturalismo, Tanizaki prefería la evocación de ambientes y estados de ánimo, además de mostrar una sexualidad bastante liberada (curiosamente, estuvo casado hasta en tres ocasiones y su hermana en la serie, Naomi, está basada en uno de estos personajes de sus obras). Por ello, la habilidad del personaje ficticio se denomina «Nieve luminosa» (細雪, «Sasame Yuki»), que construye ambientes imaginarios de la nada en base a copos de nieve. 

Kenji Miyazawa (宮沢 賢治 1896-1933) fue escritor de libros infantiles, además de profesor de ciencias agrícolas, budista, violonchelista y activista social. A pesar de toda esta actividad y de que escribió varias obras conocidas, como el poema Imbatible por la lluvia (雨ニモマケズ, «Ame ni mo Makezu»), cuyo nombre recoge el poder del personaje del anime, la fama le llego sobre todo póstumamente, ya que murió joven por una neumonía. También conocía algo de esperanto y en torno a este idioma creó el pueblo ficticio de «Ihatov», basado en Iwate y al cual se hace mención en la serie.

Ranpo Edogawa (verdadero nombre Tarô Hirai 平井 太郎, 1894-1965) fue un prolífico escritor de novelas de suspense. Ávido seguidor de Arthur Conan Doyle y de Edgar Allan Poe (de hecho, su nombre artístico es la «japonización» de éste), fue el creador del personaje conocido como Kogorô Akechi, detective que protagonizó varias de sus novelas y líder del «grupo de los jóvenes detectives» (少年探偵団 «Shōnen tantei dan»). Su versión en este anime posee el poder (aunque en realidad no sería tal) de la «Ultradeducción», con el que puede averiguar culpable, motivos y modus operandi de un crimen. A partir del capítulo 66 del manga de Bungou Stray Dogs, creemos que el Edogawa ficticio también recoge características de Tekkan Yosano (与謝野 鉄幹, 1873-1935), marido de Akiko Yosano (hablaremos de ella más adelante) en la realidad, a saber: fundador de una revista literaria titulada Estrella Brillante («Myôjô»), donde congregó a un grupo de poetas famosos; una de las primeras colaboradoras fue una joven que respondía al nombre de Hô Shô, más conocida como Akiko Yosano.

Yukichi Fukuzawa es el presidente de la agencia armada de detectives y está basado en el reconocido (al menos en Japón) filósofo y escritor de mismo nombre (福澤 諭吉, 1835-1901) del período Meiji. Descendiente de una familia de samuráis venida a menos, Fukuzawa se educó en la escuela holandesa y por lo tanto fue empleado por el gobierno de la época para hacer trabajos con los extranjeros tras la apertura de Japón al mundo. Su obra Gakumon no Susume consta de 17 volúmenes, donde destaca la importancia de la igualdad de condiciones, del estudio y de la independencia individual para alcanzar la nacional. Fukuzawa creía que debía enseñar nuevas formas de pensar a la sociedad nipona para fortalecer a su país. En el anime, se trata de un hombre de mediana edad que va siempre vestido de samurái y que se muestra como un serio y equilibrado jefe/mentor.

Por otro lado, tenemos a Chuuya Nakahara (中原 中也, 1907-1937) en el bando de la Port Mafia, basado en el poeta y escritor de más de 350 versos en el momento de su temprana muerte. Su estilo pasaría de la poesía tradicional japonesa «waka» a versos libres, más propio de los dadaístas o incluso de Arthur Rimbaud y Paul Verlaine. Se hizo amigo de por vida del crítico literario Hideo Kobayashi (quien ayudó a promover sus obras póstumamente) y su estilo de vida empezó a ser considerado como bohemio. Murió por una encefalitis, tras haber sufrido varias desgracias en su vida, como los fallecimientos de su hermano menor y de su hijo. El Chuuya ficticio es un mafioso con una curiosa relación de «tira y afloja» con Dazai. Su poder es «Por el dolor corrompido» (汚れっちまった悲しみに, «Yogorecchimatta Kanashimi»), que le permite controlar la gravedad. Entre las obras más conocidas de Nakahara se encuentra la antología poética Yagi no Uta

El feminismo: Akiko Yosano e Ichiyô Higuchi

Dentro de la agencia de detectives nos encontramos asimismo con la doctora Akiko Yosano, quien está inspirada en la escritora, precursora del feminismo, pacifista y poeta de mismo nombre (与謝野 晶子 1878-1942). Akiko se casó con el editor Tekkan Yosano, quien la introdujo en la poesía «tanka». Uno de sus títulos más conocidos es Midare-gami, pero también escribió ensayos en contra de la opresión y a favor de los derechos de la mujer en su país. Falleció de una apoplejía, ganando mayor notoriedad tras su muerte. La Akiko animada se muestra como una mujer fuerte e independiente, que vive una sexualidad (al menos aparentemente) sin prejuicios. Su poder es «Tú no debes morir» (君死給勿, «Kimi Shinitamō Koto Nakare»), con el cual puede curar a cualquier persona siempre que se encuentre medio moribunda (no sirve contra heridas leves).

En la Port Mafia nos encontramos otro ejemplo de personaje basado en una escritora japonesa: Ichiyô Higuchi (verdadero nombre Natsuko Higuchi 樋口 夏子, 1872-1896), autora de cuentos durante el periodo Meiji y considerada la primera mujer escritora del Japón contemporáneo. Su estilo seguía las pautas del japonés clásico en lugar de las influencias occidentales. Higuchi al parecer estuvo enamorada de su maestro, Tosui Nakarai, un mujeriego interesado más en la literatura masiva que complace al gran público en lugar de cosas más serias; de forma similar a la admiración /¿amor? que la Ichiyô ficticia siente por su superior Akutagawa, siendo no correspondida. Debido a una situación precaria, la Higuchi real se vio obligada a mudarse junto a su madre y hermana a la zona roja de Yoshiwara (Tokio). Su cercanía a seres excluidos de la sociedad le hizo simpatizar cada vez más con personas provenientes de los bajos fondos (de nuevo, Akutagawa en el anime es mostrado como alguien de origen muy humilde) y con las mujeres, algo que aparece reflejado en sus títulos Jūsan’ya y Takekurabe, considerados sus mejores trabajos. Higuchi murió muy joven debido a la tuberculosis.

Los «maestros»: Natsume Sôseki y Mori Ôgai

Para ir finalizando, no podemos dejar pasar a dos de las figuras literarias consideradas más importantes y de renombre en el Japón actual: Natsume Sôseki (nombre de nacimiento Natsume Kinnosuke 夏目 金之助, 1867-1916) y Mori Ôgai (森 鴎外, 1862-1922), ambos presentes (en mayor o menor medida) en Bungou Stray Dogs. Contar más sobre ello considero que sería entrar en terreno de spoilers, por lo que nos limitaremos a contar que el Sôseki real fue un profesor de inglés, novelista y autor de «haikus» cuyas mayores obras: Kokoro (ésta especialmente), Soy un gato o Botchan son de obligado estudio en la escuela secundaria de Japón. Su narrativa se caracteriza por la mezcla de componentes culturales japoneses y occidentales y los efectos que ello tenía en la sociedad, además de hacer un gran uso de la sátira y de la introspección; en contraste con Ôgai, de un estilo más austero y menos recargado. Mientras Sôseki se formó en Inglaterra, Ôgai (médico militar de profesión) lo hizo en Alemania, convirtiéndose posteriormente en escritor y traductor de numerosas obras, como La torre del silencio, donde defiende la libertad de pensamiento; o Vita sexualis, en la que une sus conocimientos de medicina a una visión literaria libre. Como curiosidad, el verdadero Akutagawa se vio bastante inspirado por estos dos autores, llegando a considerar a Sôseki como maestro.

Ya que esta entrada nos ha quedado bastante larga, a modo de cierre nos queda decir que hay bastantes autores más pululando por el anime y manga de Bungou Stray Dogs (y no hablemos de las referencias, que las hay hasta a El Quijote), de los cuales no podremos hablar por falta de espacio. Eso sin contar a los escritores no japoneses, como F. Scott Fitzgerald, Lucy M. Montgomery, H.P. LovecraftFiódor Dostoyevski, por citar a solo unos pocos.

Japoneando Anime: Made in Abyss (メイドインアビス)

Made in Abyss (メイドインアビス, literalmente «Meido in Abisu»), ya lo adelantábamos en nuestra crítica, es un manga realizado por Akihito Tsukushi (Star Strings Yori, la cual es descrita como «precuela» de la obra que nos ocupa), cuya excelente adaptación al anime corre a cargo del estudio Kinema Citrus. El manga, por cierto, acaba de salir en España de la mano de Ivrea, así que ya no hay excusas para no hacerse con él.

La historia nos sitúa en la ciudad de Orth, ubicada en una isla en cuyo centro se encuentra un misterioso agujero de cinco kilómetros de diámetro y profundidad desconocida denominado «el abismo». Los «Cave Riders» o exploradores de cuevas se amontonan y entrenan a su alrededor, siendo distinguidos y calificados según su habilidad y experiencia por unos silbatos de colores que llevan al cuello (siendo el de mayor categoría el blanco). En el orfanato de Orth conocemos a Riko, hija de Liza, una exploradora legendaria, quien un día se topa fortuitamente con un misterioso ¿robot? amnésico y con forma de muchacho al que bautiza como Reg, en memoria de un perro que tuvo. Por varios sucesos, Riko y Reg deciden adentrarse solos en el abismo, donde se toparán con montones de peligros y nuevos personajes (a cada cuál más carismático y curioso) para ir en busca de la madre de ésta.

Izanagi, Izanami y el mito del inframundo

En todas las culturas existentes, pasadas y presentes, ha existido siempre el mito del inframundo, del infierno, el centro de la tierra o como se le haya querido llamar. El argumento de Made in Abyss parte de este aspecto, así que no es algo baladí. Otro elemento coincidente en todas las culturas es que intentar descender a este inframundo suele ser algo exclusivo de los muertos, prohibido para los vivos, o casi imposible de lograr (y que salgas de una pieza).

Evidentemente, Japón también tiene su propia versión del inframundo, y según su mitología el conjunto de islas (el mundo conocido) fue creado por los dioses Izanagi (伊弉諾) e Izanami ( 伊弉冉尊 o 伊邪那美命), a su vez marido y mujer, quienes engendraron otras deidades o kamis (神). El nacimiento de una de éstas, Kagutsuchi (軻遇突智 dios del fuego) mató a Izanami, siendo enterrada en el monte Hiba. Izanagi, desesperado, mató a su hijo y se adentró en el Yomi (黄泉, denominación para su inframundo o tierra de los muertos) para recuperar a su mujer. Al dar con ella, ésta le dijo que no podía volver, ya que había probado el alimento del inframundo, pero que le diera tiempo para encontrar una solución. Mientras tanto, le prohibió a Izanagi que volviera. Éste no hizo caso y retornó al Yomi, solo para toparse con el cuerpo putrefacto de Izanami. Enfurecida, la mujer persiguió a Izanagi invocando a los ejércitos del reino de los muertos. Izanagi pudo escapar, pero Izanami lanzó una maldición: cada día, mataría a mil seres de su mundo (el de los vivos), a lo que él respondió que a su vez haría nacer a mil quinientos, surgiendo así el ciclo de la vida y la muerte.

Huida de Izanagi del Yomi

El mito de Izanagi e Izanami, que conserva elementos del de Cronos, Orfeo y Eurídice e incluso algo del de Adán y Eva, sirve para presentarnos el Yomi japonés, el lugar a donde van a parar a los muertos, que no se asemeja ni al paraíso ni al infierno cristianos, sino como una prolongación de la existencia misma, más gris y de la que no se puede escapar, independientemente de los actos que se hayan cometido en vida.

Todavía no se sabe qué es el abismo en Made in Abyss, lo que ha generado toda serie de hipótesis entre el fandom, desde el inframundo mismo hasta una metáfora de dios. Lo que sí está claro es que las similitudes con el Yomi están ahí, partiendo de la base de que a medida que te adentras en él, menos posibilidades tienen de regresar (y de morir) y de que (((((SPOILER))))) Riko nació muerta en el abismo, volviendo a la vida asimismo en él (((((FIN DE SPOILER))))).

La independencia de los niños en Japón

La desenvoltura con la que se desempeñan Riko, Natt o Shiggy (no incluimos a Reg o a Nanachi por ser algo confuso el término «niño» en ambos casos) al principio de la historia, tres huérfanos, es uno de los aspectos más frescos de este manga, ya que a posteriori se agradece la decisión del autor de haber hecho menores a sus protagonistas (si fuesen adolescentes o jóvenes, ni tendría el mismo impacto emocional ni algunas de las decisiones tomadas serían creíbles).

No es poco habitual ver mangas o animes protagonizados por niños, con mayor o menor credibilidad. En realidad, tampoco es poco probable ver a niños de 6 o 7 años yendo solos por las calles de Tokio o de cualquier urbe japonesa. Este concepto de independencia de los menores, que en el país nipón se transmite desde muy temprana edad, se basa en la adquisición de la dependencia social, de ser conscientes de que podemos confiar e interactuar con el grupo, desarrollando a su vez la empatía. De hecho, existe un programa titulado Hajimete no Otsukai (Mi primer recado), que en Japón lleva más de 25 años en antena y que se centra en seguir a los niños mientras desempeñan su primera tarea solos y fuera de casa.

Los psicólogos, sociólogos y antropólogos consideran que este tipo de enseñanza aporta asimismo mayor sentido de la responsabilidad y autoestima a los menores, que se sienten formar parte de los lugares a los que acuden, y estrecha el vínculo de confianza con sus padres.

El lolicon (ロリコン)

El término «lolicon» viene de la construcción «Lolita Complex» (complejo de Lolita), en referencia a la famosa novela Lolita de Vladimir Nabokov, y en el país del sol naciente abarca todo un género de manga y anime donde el argumento (o parte de él) gira en torno a la atracción sexual hacia menores de edad o figuras claramente aniñadas. Del lolicon pueden salir derivados como el shotacon (ショタコン), más centrado en prepúberes masculinos, entre otros.

Evidentemente, el lolicon es un tema controvertido tanto dentro como fuera de Japón, donde varias asociaciones lo censuran y promueven el desarrollo de leyes más restrictivas para el mismo. Mientras que muchos lo asocian con impulsos pedófilos o que incita a la pedofilia, otros defienden que no hay ningún estudio que lo haya demostrado y lo vinculan más a una atracción por lo tierno o kawaii (可愛い, «mono»).

En Made in Abyss (desde la perspectiva de quien esto escribe), no todo es positivo, y los fragmentos o guiños lolicon pueden resultar fácilmente perturbadores. Ya en los primeros capítulos muestran, en cierto tono humorístico, que uno de los castigos que les dan a los niños del orfanato de Belchero es colgarlos desnudos de una soga; y posteriormente se hacen varias bromas con el pene de Reg o de las tendencias de éste último a acariciar de manera «obscena» a Nanachi.

En cualquier caso, las partes lolicon de Made in Abyss pueden achacarse a su vez a una forma del autor de «naturalizar» el despertar sexual en jóvenes de 12 años (o similar), ya que, al menos hasta la fecha, ningún adulto ha formado parte de estas bromas o escenas (de nuevo, remarcando que en Nanachi y Reg estos límites son difusos).