Japoneando Anime: Made in Abyss (メイドインアビス)

Made in Abyss (メイドインアビス, literalmente «Meido in Abisu»), ya lo adelantábamos en nuestra crítica, es un manga realizado por Akihito Tsukushi (Star Strings Yori, la cual es descrita como «precuela» de la obra que nos ocupa), cuya excelente adaptación al anime corre a cargo del estudio Kinema Citrus. El manga, por cierto, acaba de salir en España de la mano de Ivrea, así que ya no hay excusas para no hacerse con él.

La historia nos sitúa en la ciudad de Orth, ubicada en una isla en cuyo centro se encuentra un misterioso agujero de cinco kilómetros de diámetro y profundidad desconocida denominado «el abismo». Los «Cave Riders» o exploradores de cuevas se amontonan y entrenan a su alrededor, siendo distinguidos y calificados según su habilidad y experiencia por unos silbatos de colores que llevan al cuello (siendo el de mayor categoría el blanco). En el orfanato de Orth conocemos a Riko, hija de Liza, una exploradora legendaria, quien un día se topa fortuitamente con un misterioso ¿robot? amnésico y con forma de muchacho al que bautiza como Reg, en memoria de un perro que tuvo. Por varios sucesos, Riko y Reg deciden adentrarse solos en el abismo, donde se toparán con montones de peligros y nuevos personajes (a cada cuál más carismático y curioso) para ir en busca de la madre de ésta.

Izanagi, Izanami y el mito del inframundo

En todas las culturas existentes, pasadas y presentes, ha existido siempre el mito del inframundo, del infierno, el centro de la tierra o como se le haya querido llamar. El argumento de Made in Abyss parte de este aspecto, así que no es algo baladí. Otro elemento coincidente en todas las culturas es que intentar descender a este inframundo suele ser algo exclusivo de los muertos, prohibido para los vivos, o casi imposible de lograr (y que salgas de una pieza).

Evidentemente, Japón también tiene su propia versión del inframundo, y según su mitología el conjunto de islas (el mundo conocido) fue creado por los dioses Izanagi (伊弉諾) e Izanami ( 伊弉冉尊 o 伊邪那美命), a su vez marido y mujer, quienes engendraron otras deidades o kamis (神). El nacimiento de una de éstas, Kagutsuchi (軻遇突智 dios del fuego) mató a Izanami, siendo enterrada en el monte Hiba. Izanagi, desesperado, mató a su hijo y se adentró en el Yomi (黄泉, denominación para su inframundo o tierra de los muertos) para recuperar a su mujer. Al dar con ella, ésta le dijo que no podía volver, ya que había probado el alimento del inframundo, pero que le diera tiempo para encontrar una solución. Mientras tanto, le prohibió a Izanagi que volviera. Éste no hizo caso y retornó al Yomi, solo para toparse con el cuerpo putrefacto de Izanami. Enfurecida, la mujer persiguió a Izanagi invocando a los ejércitos del reino de los muertos. Izanagi pudo escapar, pero Izanami lanzó una maldición: cada día, mataría a mil seres de su mundo (el de los vivos), a lo que él respondió que a su vez haría nacer a mil quinientos, surgiendo así el ciclo de la vida y la muerte.

Huida de Izanagi del Yomi

El mito de Izanagi e Izanami, que conserva elementos del de Cronos, Orfeo y Eurídice e incluso algo del de Adán y Eva, sirve para presentarnos el Yomi japonés, el lugar a donde van a parar a los muertos, que no se asemeja ni al paraíso ni al infierno cristianos, sino como una prolongación de la existencia misma, más gris y de la que no se puede escapar, independientemente de los actos que se hayan cometido en vida.

Todavía no se sabe qué es el abismo en Made in Abyss, lo que ha generado toda serie de hipótesis entre el fandom, desde el inframundo mismo hasta una metáfora de dios. Lo que sí está claro es que las similitudes con el Yomi están ahí, partiendo de la base de que a medida que te adentras en él, menos posibilidades tienen de regresar (y de morir) y de que (((((SPOILER))))) Riko nació muerta en el abismo, volviendo a la vida asimismo en él (((((FIN DE SPOILER))))).

La independencia de los niños en Japón

La desenvoltura con la que se desempeñan Riko, Natt o Shiggy (no incluimos a Reg o a Nanachi por ser algo confuso el término «niño» en ambos casos) al principio de la historia, tres huérfanos, es uno de los aspectos más frescos de este manga, ya que a posteriori se agradece la decisión del autor de haber hecho menores a sus protagonistas (si fuesen adolescentes o jóvenes, ni tendría el mismo impacto emocional ni algunas de las decisiones tomadas serían creíbles).

No es poco habitual ver mangas o animes protagonizados por niños, con mayor o menor credibilidad. En realidad, tampoco es poco probable ver a niños de 6 o 7 años yendo solos por las calles de Tokio o de cualquier urbe japonesa. Este concepto de independencia de los menores, que en el país nipón se transmite desde muy temprana edad, se basa en la adquisición de la dependencia social, de ser conscientes de que podemos confiar e interactuar con el grupo, desarrollando a su vez la empatía. De hecho, existe un programa titulado Hajimete no Otsukai (Mi primer recado), que en Japón lleva más de 25 años en antena y que se centra en seguir a los niños mientras desempeñan su primera tarea solos y fuera de casa.

Los psicólogos, sociólogos y antropólogos consideran que este tipo de enseñanza aporta asimismo mayor sentido de la responsabilidad y autoestima a los menores, que se sienten formar parte de los lugares a los que acuden, y estrecha el vínculo de confianza con sus padres.

El lolicon (ロリコン)

El término «lolicon» viene de la construcción «Lolita Complex» (complejo de Lolita), en referencia a la famosa novela Lolita de Vladimir Nabokov, y en el país del sol naciente abarca todo un género de manga y anime donde el argumento (o parte de él) gira en torno a la atracción sexual hacia menores de edad o figuras claramente aniñadas. Del lolicon pueden salir derivados como el shotacon (ショタコン), más centrado en prepúberes masculinos, entre otros.

Evidentemente, el lolicon es un tema controvertido tanto dentro como fuera de Japón, donde varias asociaciones lo censuran y promueven el desarrollo de leyes más restrictivas para el mismo. Mientras que muchos lo asocian con impulsos pedófilos o que incita a la pedofilia, otros defienden que no hay ningún estudio que lo haya demostrado y lo vinculan más a una atracción por lo tierno o kawaii (可愛い, «mono»).

En Made in Abyss (desde la perspectiva de quien esto escribe), no todo es positivo, y los fragmentos o guiños lolicon pueden resultar fácilmente perturbadores. Ya en los primeros capítulos muestran, en cierto tono humorístico, que uno de los castigos que les dan a los niños del orfanato de Belchero es colgarlos desnudos de una soga; y posteriormente se hacen varias bromas con el pene de Reg o de las tendencias de éste último a acariciar de manera «obscena» a Nanachi.

En cualquier caso, las partes lolicon de Made in Abyss pueden achacarse a su vez a una forma del autor de «naturalizar» el despertar sexual en jóvenes de 12 años (o similar), ya que, al menos hasta la fecha, ningún adulto ha formado parte de estas bromas o escenas (de nuevo, remarcando que en Nanachi y Reg estos límites son difusos).

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