Cinco anime y manga para ver y leer si te ha gustado El juego del calamar

El juego del calamar es la última sensación en series. Drama surcoreano estrenado el mes pasado por Netflix, su ritmo frenético, su constante tensión e intriga (aunque alguna se prevé desde los primeros episodios) y su elenco de personajes hacen que sus nueve episodios se pasen volando.

No obstante, su premisa no es exactamente original (aunque hoy en día casi nada lo es), por lo que existen, no ya solo películas y series en acción real que han tratado la misma temática en el pasado (Battle Royale, Los juegos del hambre o Alice in Borderland surgen normalmente en comparación), sino también varios anime y manga. Repasamos los más interesantes para nosotros (puede haber leves spoilers de El juego del calamar).

Battle Royale (バトル・ロワイアル)

Somos conscientes de que hemos mencionado a Battle Royale entre los ejemplos de cine y series de acción real, pero es que antes de la popular película donde participa, entre otros, Takeshi Kitano, este título tuvo una novela y un manga de 15 tomos escritos por el mismo autor, Koushun Takami.

La historia cuenta cómo, en un futuro distópico, donde Japón se encuentra en una crisis insalvable, el gobierno aprueba la ley Battle Royale, según la cual cada año una clase de instituto es elegida al azar y sus alumnos llevados a un lugar aislado, donde tendrán que luchar durante tres días o hasta que solo quede uno con vida.

A partir de esta premisa se dan una serie de giros argumentales y no sabes quién va a sobrevivir o cómo se van a ir formando alianzas y traiciones. Personas que son gaseadas y trasladadas a una isla, la figura del maestro que aparentemente desaparece, los tropos que conforman los participantes, las cuestiones filosóficas y la crítica al sistema capitalista y al consumo masificado… son varias las similitudes entre Battle Royale y El juego del calamar.

Battle Royale. Manga de Koushun Takami publicado por Ivrea.

Mirai Nikki (未来日記)

Este manga de Sakae Esuno con adaptación a anime de 26 episodios tuvo bastante éxito en su época, especialmente la protagonista, Yuno Gasai, quien llevó el estereotipo de personaje yandere a su máxima expresión.

Aquí, un estudiante de secundaria llamado Yukiteru Amano, cuyo único amigo (¿imaginario?) es un dios del espacio-tiempo llamado Deus Ex Machina, recibe un día de éste un diario que lo capacita para ver el futuro en 90 días. Con esta habilidad, Amano es trasladado a un torneo mortal, donde tendrá que competir contra otros usuarios de poderes y diarios similares.

Mirai Nikki es de esos mangas que mantienen un diseño kawaii y aniñado de sus personajes, pero que son de temática bastante oscura y rozando el gore (al igual que Battle Royale, pero sin su estética). Introduce también el elemento fantástico/sobrenatural con los viajes en el tiempo y las distintas habilidades de los participantes.

Son varios los anime y manga que a su vez son similares a Mirai Nikki (y que pensamos incluir, pero que por cuestiones de espacio al final solo citaremos), como Deadman Wonderland (デッドマンワンダーランド) o la más reciente Platinum End (プラチナエンド).

Mirai Nikki. Sakae Esuno y publicado por Ivrea

Jigokuraku (地獄楽)

Ya hemos hablado en el pasado de Jigokuraku, un muy entretenido y excelentemente dibujado shônen de Yûji Kaku que tendrá próximamente adaptación a anime.

La historia, ambientada en la era Edo de Japón (1603-1868) cuenta cómo un ninja, conocido como Gabimaru el Vacío, es traicionado por su aldea y condenado a muerte. Sin embargo, se le ofrece salvar su pena si accede a viajar a una misteriosa isla que supuestamente contiene el elixir de la vida para el gobierno. El gran problema viene que ninguno de los que han acudido a dicho lugar ha regresado con vida… y que hay otros presos aparte de Gabimaru que aceptan la petición (aunque para ello tengan que matarse entre ellos).

Aquí, más que un juego en sí nos encontramos ante una competición por la libertad… y la supervivencia. En sí, los puntos argumentales siguen siendo prácticamente los mismos: lugares aislados, personajes marginales, constante tensión, el no saber quién sobrevivirá (mucha muerte y desesperación), alianzas y traiciones, giros inesperados… Jigokuraku introduce, eso sí, una ambientación alejada del clásico futuro/presente distópico, con un Japón feudal que se introduce de lleno en el terreno de la leyenda de la isla Hôrai.

Jigokuraku. Yûji Kaku, Shonen Jump+ y publicado por Norma.

Higashi no Eden (東のエデン)

Higashi no Eden (también conocida como Eden of the East) es una singular (y bastante buena) serie de anime de 12 episodios con dos películas estrenada por Noitamina allá por 2009 y dirigida por Kenji Kamiyama.

El argumento nos sitúa en Japón (bueno, inicialmente en los Estados Unidos) en 2010, tras haber sucedido un misterioso ataque de misiles que deja al mundo conmocionado. En medio de este panorama, una estudiante universitaria, Saki, conoce de forma bastante accidentada a un joven amnésico, quien lleva solo consigo documentación falsificada, armas y un móvil que lo llama para darle instrucciones sobre un aparente juego cuya finalidad es «salvar» Japón. A través de dicho teléfono resulta tener acceso a una cantidad de dinero considerable, que deberá aplicar para los fines señalados. El protagonista no está solo, pues hay otros 12 participantes y un líder o juez que responde al nombre de Mr. Outside. Si alguno de ellos se sale de las normas del juego, o llega a gastar todo el crédito, será asesinado en el acto.

Higashi no Eden ha sido, curiosamente, la serie que más nos ha recordado, temáticamente hablando, a El juego del calamar (más incluso que Battle Royale). Quizás por su duración más limitada, por la edad algo más elevada de sus personajes, por la crítica menos sutil al sistema capitalista que abrazó Japón especialmente tras la Segunda Guerra Mundial o por algunos de sus giros argumentales (la identidad de Mr. Outside…).

Higashi no Eden. Noitamina.

Satsuriku no Tenshi (殺戮の天使)

En realidad, Angels of Death vendría ser temática y estéticamente bastante similar a Mirai Nikki o Deadman Wonderland, pero hemos decidido ponerla aparte por tratarse, además de un breve anime de 16 episodios, de un manga, novelas ligeras y, sobre todo, un videojuego de terror estilo scape room.

En esta ocasión nos encontramos con una adolescente que responde al nombre de Rachel Gardner y que desconoce cómo ha llegado a lo profundo de un edificio en el que en cada planta va a toparse con un intento de asesinato (ya sea de una u otra forma). No está sola, pues en dicho juego macabro se encuentra también participando un joven que va vendado, porta una guadaña y responde al nombre de Zack. Ambos deciden unir intelecto y fuerza para poder salir con vida (o más bien, para que Zack puede terminar matando a Rachel, que es lo que acuerdan inicialmente ambos).

De nuevo, un lugar aislado, un aparente juego de muerte y supervivencia (cuyos organizadores son un misterio) y personajes marginales (si bien en este caso se ignora bastante el mundo exterior). Y sobre todo, mucho adolescente deprimido. Por cierto, un anime más reciente, basado en una historia surcoreana, que parte de una premisa similar (luego difieren bastante) es Tower of God.

En definitiva, que a los asiáticos les gusta esta temática, la cual parece que seguirán repitiendo (si es con la misma calidad que los títulos citados y El juego del calamar, bienvenidos sean). Quizás debido a que están más acostumbrados a la existencia de juegos televisivos, de esos que se venden «para toda la familia», donde los participantes no paran de sufrir pruebas físicas (y psicológicas) y que en realidad son bastante sádicos. Como aquel capítulo de Los Simpson.

Angels of Death

Jigokuraku, regreso a casa mientras se lucha por la supervivencia

Jigokuraku (地獄楽, también conocida en inglés como Hell´s Paradise) es, para sorpresa de quien esto escribe, uno de los shônen (está siendo publicado en la web oficial de Shûeisha, Manga Plus) de los últimos años que más se está pasando por alto, pese a lo adictivo de una narrativa frenética, a un elenco con el que es extremadamente fácil encariñarse y al excelente dibujo de Yuji Kaku.

Desde hace unos años a esta parte, va siendo bastante frecuente encontrarse con títulos enmarcados dentro del género shônen que se ve salpicado de tintes de seinen, caso de las célebres Shingeki no Kyojin o Beastars. En realidad, la demografía está siendo cada vez más difusa (ocurre lo mismo en el caso del shôjo y títulos como Akatsuki no Yona) y no resulta tan fácil englobar a un título dentro de una única etiqueta, máxime en un mundo cada vez más globalizado.

En el caso de Jigokuraku, si bien las bases shônen, como las batallas, las escalas de poder, los protagonistas jóvenes que se enfrentan a enemigos de apariencia más adulta, se encuentran muy presentes, también lo están la vuelta de tuerca a determinados tropos del género y el abordaje a algunos temas un pelín más maduros.

Gabimaru el Vacío está condenado a muerte por el shogun (la historia está ambientada a finales del período Edo), pero es incapaz de morir debido, en principio, a su extraordinaria resistencia física, ya que desde que tiene uso de razón ha sido duramente entrenado en su aldea para convertirse en el mejor ninja de todos. Aquí entra en juego Sagiri del clan Asaemon, una familia de reconocidos verdugos (considerados por aquél entonces descastados; si es que Jigokuraku da para un rico Japoneando Anime), quien se ve intrigada por la actitud del muchacho. Finalmente llegan a un acuerdo, ambos irán a una misteriosa isla recientemente descubierta por el shogunato para buscar el elixir de la vida. Si lo consiguen, Gabimaru será absuelto de todos sus crímenes y podrá regresar a casa con su amada esposa.

Jigokuraku. Yuji Kaku y Shonen Jump+

Narrativa frenética y personajes entrañables

He intentado resumir mucho el argumento, pero me ha sido bastante complicado; y es que la narrativa de Jigokuraku es frenética y atrapante desde el primer momento. Me he dejado en el tintero montones de cosas como las motivaciones de Gabimaru o por qué terminó ahí, las dudas de Sagiri, el resto de reos como Yuzuriha, Nagurui o Chôbê; así como los ejecutores que les acompañan, Shion, Tensa o Senta. Y todo esto solo en los primeros tomos.

Pero la narrativa también da para momentos de pausa y reflexión, sobre todo aquéllos donde se nos muestra más del pasado de Gabimaru (lo poco que aparece y lo muchísimo que ya se hace querer Yui, como si pudiéramos sentir las emociones del protagonista) y sobre el dilema de Sagiri frente al papel que la sociedad le exige, entre otros.

Otro de los aciertos en el guión es que Kaku sabe sorprender sin resultar forzado. Como comentábamos, le da la vuelta a ciertos tropos (empezando por el protagonista, si bien su historia puede asemejarse a simple vista a la de Kenshin Himura) y no duda en cargarse cruelmente a un personaje que ha sido encantadoramente presentado unas páginas antes (y dicho personaje puede reunir en sí mismo el abecé de los protagonistas shônen…).

Quizás uno de los fallos sí pueda recaer aquí en que la narrativa se acelera «demasiado» más adelante sobre algunas cuestiones, especialmente en las relacionadas con los seres que pululan por la isla y todo el misterio que la rodea, muy vinculada por cierto a cuestiones religiosas y mitológicas de Asia Oriental.

Jigokuraku. Yuki Kaku y Shonen Jump+

No obstante, en lo que a mí respecta, prefiero esto a que la serie se alargue demasiado (cosa que le ocurre a numerosos shônen, sobre todo cuando alcanzan cierto éxito), por lo que es algo que puedo pasar por alto. Desde luego, me lo compensa el variopinto elenco que pulula por las viñetas de Jigokuraku y lo fácil que es llegar a apreciarlos y sudar por ellos.

Del dibujo de Kaku poco podemos decir salvo que es maravilloso (aunque a veces se le percibe algún altibajo). Los personajes cobran vida gracias a sus diseños y al nivel de expresividad (¡no tienen todos la misma cara!), así como los perturbadores villanos (que pueden recordar vagamente a algunos titanes de la citada Shingeki no Kyojin) y a los detallistas paisajes de la isla. Las batallas además son dinámicas y fluidas (y violentas), siguiendo el ritmo de la narrativa. Para hacerse una idea, su estilo puede traernos a la mente el de Tite Kubo (Bleach).

En definitiva, desde aquí recomendamos muchísimo Jigokuraku, que actualmente está siendo publicada en España por Norma Editorial. A simple vista puede parecer un shônen más (el argumento de hecho es de primeras el de Battle Royale), pero algunas vueltas de tuerca, los carismáticos personajes, el rico (aunque atropellado) lore de la isla y su precioso dibujo hacen que su lectura se pase en un suspiro. Ansiamos más, ansiamos que tenga una adaptación a anime y ansiamos que Gabimaru pueda volver a casa.

Jigokuraku. Yuji Kaku y Shonen Jump+