Dragon Ball Super 67: El final de una saga

«¿Pero esto qué es?» es, probablemente, la pregunta que más me he estado realizando en relación con el capítulo 67 de Dragon Ball Super. Lo más importante: es el que pone punto final a la llamada «Saga de Trunks del futuro». ¿Y qué tal lo hace? Pues es que todavía no lo sé…

¿De qué trata el episodio 67 de Dragon Ball Super? Trunks había derrotado a la fusión de los Zamasus con su espada-Genkidama… Si pensabais eso, estabais equivocados. Zamasu regresa de alguna forma para convertirse en «la justicia»· en sí misma, y empieza a aniquilar a todo bicho viviente. Menos a nuestros héroes, claro, que sobreviven a duras penas. Viéndose en semejante y desesperante situación, Goku encuentra por casualidad el botón de llamada a Zeno, el cual decide utilizar. Este Zeno, el de la línea temporal de Trunks, no reconoce a Goku, pero al ver en lo que se ha convertido el mundo decide acabar con él ipso facto. Goku les grita a los demás que huyan, con Kaioshin y Zamasu regresando a su universo-tiempo y los demás resguardándose en la máquina del tiempo, que regresa a la línea temporal del presente. Una vez allí, aparecen todos para recibir a nuestros héroes, incluyendo a Whis y Bills.

Whis comienza a dilucidar cómo podrían volver Trunks y Mai del futuro a su línea temporal. ¿Quizás retrocediendo a unos momentos antes de la derrota de Zamasu? Los Guerreros Z rápidamente descartan esta opción, puesto que supondría volver a vencer al inmortal. Otra idea: crear una línea temporal alternativa, justo antes de la llegada de Black (y la consecuente muerte de Bills y Kaioshin), donde el dios de la destrucción asesinaría al discípulo de Gowasu. Bills no está muy por la labor de andar jugueteando con los viajes en el tiempo, a pesar de que el hecho de que matara a Zamasu en el presente ya supuso la creación de otra línea temporal alternativa. Whis acaba convenciéndolo y ambos se marchan para cumplir con su nuevo cometido, no sin antes advertir de que en dicha línea temporal habría dos «Trunks» y dos «Mais».

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A su vez, Goku tiene la ocurrencia de regresar en la máquina del tiempo a por el Zeno del futuro y traérselo de vuelta al presente. Una vez hecho esto, nuestro protagonista lo conduce ante su versión en la actualidad. Ambos Zenos se saludan alegremente: uno y otro finalmente tendrán un compañero con quién jugar.

A la mañana siguiente Trunks y Mai se despiden de todos los Guerreros Z. Ya despegando, Piccolo y Gohan les salen al encuentro para desearles suerte. Un emocionado Trunks recuerda a su fallecido maestro antes de volver al futuro.

Digamos que, en definitiva, esperaba más para la conclusión de esta saga. Es cierto que habíamos depositado muchas expectativas sobre ella, que finalmente no se han visto realizadas. Sí, es verdad que el Trunks del futuro ha tenido un buen crecimiento como personaje y como guerrero, no así el resto de protagonistas. Sigue resultando especialmente hiriente el caso de Son Gohan: convertido en un hombre de familia y estudios, al final quieren intentar volver a mostrárnoslo como un guerrero bajo el entrenamiento de Piccolo. Aclárense, señores de Toei: o una o la otra, pero dejad de jugar con nuestros sentimientos. Hasta el momento, está claro que el primogénito de Goku se ha limitado a ser un mero comparsa en clave de humor más que otra cosa. Lo cual no quita para que el momento protagonizado por él en este capítulo haya resultado el más emotivo de todos (y casi lo único rescatable del episodio 67).

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Si la gente se estaba quejando de incoherencias, con el final de la saga vamos a tener para repartir. Empezando por la más básica: el propósito principal de Trunks del futuro, que es salvar su mundo, se ha diluido totalmente. Y este objetivo ya lo tenía durante los arcos argumentales de los androides y Cell (y se había visto cumplido), lo que torna más grave la cosa. Ahora Trunks y Mai serán unos absolutos extraños en una línea temporal que no debería saber nada de ellos (y que se contradice porque, si hay un Trunks del futuro en dicha línea… también éste habría acudido a avisar a Goku en otro pasado/presente alternativo y habría derrotado al Cell de su época, por lo que… ¿no era que solamente había ocurrido esto una vez, siendo el caso de este Trunks del futuro algo único?). Por otro lado, ¿por qué no podrían quedarse Trunks y Mai del futuro en el presente? Total, si el problema va a ser que existirán dos de ellos a la vez… van a encontrarse con lo mismo de uno u otro modo. Si al menos se hubieran quedado en el presente que todos conocemos, ni Whis ni Bills tendrían que haberse molestado en ir a matar a Zamasu y crear (otra) línea temporal alternativa. En definitiva, un cacao mental absoluto del que es muy complicado salir, y en el que no entendemos por qué Toei (o Toriyama, o quién sea) ha decidido meterse. El propósito del Trunks del futuro se ha destruido de un plumazo (como los niños que aportaron su energía al Genkidama-espada, totalmente desaprovechado en este episodio, como si nunca hubiera existido), al igual que la poca coherencia que quedaba.

Luego está el tema de los «Zenos». Ahora resulta que hay dos «dioses de todo» (que no lo será de todo TODO si resulta que no tienen ningún tipo de influencia sobre el tiempo, existiendo uno de ellos en cada línea temporal) en el presente, ergo… ¿qué pasa si uno decide destruir y el otro no? ¿Batalla de Zenos y todo al carajo? Por no hablar del hecho de que los guionistas hayan decidido resolverlo todo con la llamadita de un botón (lo cual se veía venir, lamentablemente). Ya no hay sensación de amenaza posible: Goku tiene el comodín de la llamada.

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Esto en sí no resultaría tan grave… de no ser porque afecta exageradamente al tono de la trama. Esto es algo de lo que ha pecado Dragon Ball Super desde sus inicios: a medio camino entre la comedia con (breves) momentos de drama, en varias ocasiones no sabe muy bien dónde quedarse. Volviendo al ejemplo de la Genkidama-espada: la conclusión del capítulo 66 había resultado sobradamente épica, no hacía falta deshacerlo todo de vuelta sacándose de la manga que Zamasu «se ha convertido en la justicia» (otro sinsentido). Es como si el Kamehameha «padre-hijo» que destruyó a Cell hubiese quedado en nada porque el villano hubiera podido tirarse un pedo místico que al final hubiera arrasado con la Tierra. No pega, no hay una línea conductora clara en la narrativa. Y es algo que Dragon Ball Super tendría que haber solucionado ya, teniendo la oportunidad de oro con esta saga de Trunks del futuro (al final totalmente desaprovechada).

En definitiva… no me ha gustado el capítulo 67 de Dragon Ball Super. Y es una lástima porque suponía la conclusión del arco argumental que más emocionada me tenía. Voy a comentar muy brevemente la animación porque, básicamente, ha vuelto a ser de lo más mediocre. Después del bonito dibujo que había sacado a relucir el episodio 66 nos vienen con esto y dan ganas de arrancarse los ojos.

Desconocemos cuál será el próximo arco argumental de Dragon Ball Super, puesto que se avecinan varios episodios de relleno. Eso sí, ya en el avance parece que estarán mejor animados que este que nos ocupa (lo cual no es complicado).

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Dragon Ball Super 66: La mejor animación de la saga

Con Dragon Ball Super (a muchos) nos pasa una cosa: hemos crecido. Cuando veíamos Dragon Ball y Dragon Ball Z (y algunos, también Dragon Ball GT) no percibíamos los capítulos que flojeaban en animación, ni los agujeros en el guión, ni las incoherencias argumentales. Porque las había. Dragon Ball dista de ser el mejor shônen (manga para chicos adolescentes) de la historia, no digamos ya manga a secas. Sin embargo, marcó un hito por el momento y lugares en los que se estrenó. Durante la década de 1990, cuando internet era todavía un proyecto lejano y en países a donde apenas había llegado anime (series de animación japonesa). Excepciones como Heidi, Marco, Mazinger Z y poco más. Entonces llegó una serie repleta de aventuras y acción, protagonizada por un niño con cola de mono que viajaba volando sobre una nube y a quien le seguían una atractiva joven algo ligera de cascos, un viejo verde maestro de artes marciales y un cerdo (esta vez literal) que cambiaba de forma, entre otros.

No voy a hacer un memorial de Dragon Ball, aunque esté resultando tentador. He decidido empezar así porque, por una vez en Dragon Ball Super, he vuelto a disfrutar como aquella niña que pasaba de todos los sinsentidos argumentales y desquiciantes escalas de poder y que solamente ansiaba que Vegeta derrotara de una vez por todas a ese Kakarotto (ingenua de mí). Y es que quien no haya levantado los brazos con la Genkidama de Goku contra Boo no ha tenido infancia.

https://www.youtube.com/watch?v=1YmyegGV9iQ

Así pues, vayamos al grano: ¿De qué trata el capítulo 66 de Dragon Ball Super (SPOILERS)? El episodio anterior había terminado con el Kamehameha lanzado por Goku contra Zamasu. Éste empieza a desfigurar al enemigo, cuyo medio rostro y brazo se empiezan a tornar morados. El adversario vuelve a cargar contra nuestro protagonista. A pesar de un breve ataque Kaioken, lo cierto es que poco más puede hacer Goku, que acaba optando por esconderse junto a Vegeta (malherido), Trunks, Gowasu y Kaioshin. Gowasu explica que Zamasu es ahora mortal, ya que la parte «Black» de la fusión (es decir, el cuerpo de Goku) lo era, por lo que la inmortalidad se ha esfumado. Por eso el cuerpo se ha empezado a descomponer. Goku, tras recuperarse con las habichuelas mágicas/senzu tiene la idea de volver a fusionarse con Vegeta con los pendientes potara, a lo que el príncipe saiyan protesta. Ambos se preguntan cómo es que la última vez contra Boo se separaron, respondiendo Gowasu que eso fue debido a que los potara solo funcionan eternamente para los kaioshin, siendo que con los mortales tienen duración de una hora. Ante este nuevo dato Vegeta se alivia y acepta fusionarse con Goku: aparece nuevamente Vegetto.

La nueva fusión se presenta ante la vieja, transformándose en super saiyan blue. Una épica batalla comienza y Vegetto parece llevarle ventaja a su contrincante, que empieza de nuevo con su cháchara sobre la superioridad de los dioses y blablabla. Vegetto evidentemente pretende acabar rápidamente con él, pero Zamasu comienza a desesperarse y a dejar crecer aún más su cuerpo. En palabras de Gowasu, esto se produce por las contradicciones internas de su antiguo discípulo, quien parece tener un buen cacao mental. Zamasu se dispone a atravesar a Vegetto con una de sus «espadas astrales», pero nuestros héroes fusionados se le adelantan y son ellos los que le dan el golpe. Además se disponen a lanzarle el «Final Kamehameha« definitivo, pero Zamasu no solo logra sobreponerse a él, sino que además Vegetto desaparece… con Goku y Vegeta separados de nuevo (Gowasu explica que la fusión se deshizo antes de tiempo probablemente debido a que usaron demasiado poder).

En cualquier caso Zamasu no tiene tiempo para contraatacar, puesto que en su camino se interpone Trunks. Éste ha recuperado su espada de manos de Maki (la niña superviviente) y se lanza armado con ella contra el enemigo. El hijo de Vegeta va envalentonándose y poco a poco va recibiendo la energía del resto de supervivientes (incluyendo a Goku y Vegeta), por lo que se acaba formando una especie de Genkidama con forma de espada de Trunks. Éste último definitivamente atraviesa a Zamasu, cortándolo en dos, mandándolo definitivamente al carajo junto a «toda su justicia divina».

Como vemos, un capítulo en el que pasan MUCHÍSIMAS cosas. Y es que va a un ritmo frenético desde el principio hasta el final. En 25 minutos tenemos: Goku en Kaioken, Vegetto, Zamasu (des)transformándose, información variada de Gowasu y, finalmente, la Genkidama-espada de Trunks (con aparente derrota definitiva del enemigo). Casi nada. Pareciera que han querido aprovechar al máximo todo el presupuesto que han invertido en este episodio. Y es que podemos afirmar tranquilamente que nos hallamos ante la mejor animación de todo Dragon Ball Super: bonita, con colores mucho más vivos, dinámica… En definitiva, un lujo para los ojos.

El guión es cierto que parece una locura total. Además de por el ritmo totalmente acelerado (que ya hemos comentado), también por las varias incoherencias que se nos presentas. Incoherencias que siempre se han encontrado por Dragon Ball, partiendo de la existencia misma de Vegetto (como si Toriyama no hubiera improvisado deprisa y corriendo una fusión de Goku y Vegeta que no implicase enseñar el bailecito de marras). Nosotros, lo admitimos, somos más de Gogeta, por lo que la aparición de Vegetto (muy previsible desde hace unos capítulos) nos daba un poco igual. Quizás por eso, que esta fusión haya durado apenas diez minutos de capítulo no nos ha molestado especialmente… cosa que sí ha hecho a un buen número de seguidores, que se esperaban mucho más del personaje.

Nos dejamos lo mejor (animación aparte) para el final: Trunks. Que el hijo de Vegeta haya dado el golpe final a un enemigo es muy significativo, y es que nunca había ocurrido algo similar en la serie. Es cierto que el mismo Trunks del futuro había sido el que diera el golpe de gracia a aquel Freezer recién reconstruido y convertido en medio robot, pero la batalla épica le había pertenecido a Goku. La única vez en que el protagonista de la serie no había derrotado al enemigo había sido contra Cell, de quien se hizo cargo su hijo Son Gohan. Vegeta y su estirpe siempre quedaban, a la postre, relegados a un segundo plano, con breves momentos de brillantez. Y he aquí a Trunks, rabioso y decidido a terminar de una vez por todas con este rival ya bastante debilitado y al que habíamos empezado a coger algo de asquete. Nos emocionamos con el tema que suena de fondo (The Birth of a God) y con la forma en que va haciendo ceder a Zamasu, grito final de éste incluido.

En definitiva, un episodio que no ha sido perfecto (quedándose muy cerca), pero que se nota que se han querido trabajar (al menos bastante más que la media): animación espectacular, banda sonora ídem y acción a raudales. Solo por el hecho de que nos haya vuelto a emocionar como cuando teníamos 8 años merece la pena verse, incoherencias argumentales (que también tenían Dragon Ball y Dragon Ball Z) aparte. En el capítulo 67 se espera que cierren esta saga, veremos cómo lo hacen. Extrañaremos (y mucho) a Mirai Trunks.

https://www.youtube.com/watch?v=xpFGkx278J0

Dragon Ball Super 65: Esta vez sí, animación e historia funcionan

Al parecer nos estamos acercando al final de la saga de Trunks del futuro (se rumorea que quizás se cierre en el capítulo 67) y se nota que Toei está poniendo esfuerzos (y algo más de inversión; aunque no sea mucha) en darle una conclusión digna, a pesar de todos los altibajos habidos. El episodio 65 no es diferente, y tras un capítulo anterior donde una buena animación pasaba por encima de un guión incoherente, ahora tenemos todo en uno: buena historia y un cuidado dibujo (de nuevo, para los estándares de Dragon Ball Super).

¿De qué trata el capítulo 65 de Dragon Ball Super (vienen SPOILERS)? Como habíamos visto, Zamasu y Black se habían fusionado con los potara, creando a un ser superior, que continúa siendo inmortal, con enormes dosis de energía y cuyo ki Vegeta no había percibido en ningún otro ser durante su vida como genocida espacial. Detrás de Zamasu (que así sigue autonombrándose la criatura) surge una especie de halo, de donde comienzan a salir rayos de energía que van destruyendo todo aquello que ya estaba destruido… Los pocos supervivientes humanos lo perciben y se atemorizan todavía más, con algunos tratando de huir del escondite (y siendo pulverizados en el acto). Yajirobee se ofrece voluntario a salir para ver qué está pasando, avisando tras comprobar que los ataques ya han pasado que está «todo ok». Los supervivientes van saliendo y contemplan al nuevo Zamasu en el cielo: piensan que es un dios, pero a la vez se preguntan qué clase de divinidad sería capaz de cometer tales atrocidades.

Volviendo a nuestros protagonistas, Bulma decide llevarse el laboratorio a otra parte, y Trunks se la lleva junto a Mai para ponerlas a salvo. Vegeta y Goku tratan de plantarle cara a Zamasu, sin mucho éxito. Éste acaba formando ahora una especie de ave gigante tras de sí, de donde surgen nuevos ataques. Uno de ellos alcanza a los Guerreros Z, que acaban regresando a su estado natural, sin super saiyan blue ni nada.

De vuelta a Trunks, éste decide regresar al escenario de combate. No sin antes llevarse con él habichuelas mágicas/senzu que le entrega Mai. A su vez, Vegeta y Goku intentan un nuevo ataque conjunto en contra de Zamasu, sin éxito. Justo en ese momento llega Trunks, quien al ver a su padre herido se enfurece y vuelve a transformarse… en lo que sea que se transforme Trunks desde hace dos episodios. Se dispone a lanzarle un Cañón Galick a Zamasu, a lo que se le une Vegeta. Por breves momentos parece que van a golpear a Zamasu, pero termina por no ser así: el nuevo enemigo, además de inmortal, es realmente poderoso. Éste contraataca, recibiendo el golpe el príncipe de los saiyans, en un gesto de protección hacia su hijo. Sin embargo, Zamasu no puede darse un respiro: Goku vuelve a estar en pie y le lanza un poderoso Kamehameha, finalizando el capítulo con este ataque.

Estamos ante un capítulo mucho más repleto de acción que el anterior, y se nota. Primero porque la acción es definitivamente el punto fuerte de Dragon Ball Super (no obstante es un shônen), dejando más de lado posibles incongruencias o conductas forzadas por parte de los personajes. Segundo porque el tiempo discurre de forma mucho más fluida, con lo que los 25 minutos que dura el capítulo se pasan volando. Si la acción no se hace pesada, claro (que no es el caso).

Buena parte de culpa de que la acción se torne dinámica la tiene una buena animación. Toei está de racha y ya lleva casi tres episodios completos con dibujos más que decentes. Siguen sin saber dibujar un buen Trunks en super saiyan, es cierto, pero al menos ya no es deforme ni los movimientos acartonados.

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El momento culmen de este capítulo lo alcanza el Cañón Galick conjunto «padre e hijo» que se marcan Vegeta y Trunks frente a Zamasu. Esta técnica, que recuerda enormemente al Kamehameha que realizaran Goku y Gohan contra Cell (o Goku y sus hijos frente a Broly en el OVA El regreso de Broly), siempre contendrá buenas dosis de intensidad dentro del combate. Y además sirve para demostrarnos (nuevamente) que Vegeta hace rato que dejó de ser aquel sanguinario guerrero y que ahora antepone a los suyos. Por cierto, otro guiño a Dragon Ball Z: Zamasu lanza un rayo de energía «de la nada» hacia Trunks, pero esta vez al que da de lleno es a Vegeta, quien se interpone. Como aquel Cell que parecía haber sido derrotado y que no. Con la principal diferencia de que en esta ocasión nadie ha muerto.

En definitiva, nos encontramos ante un capítulo muy digno, con buena animación y una narrativa fluida y, al menos, sin muchas incoherencias. Eso sí… todo posible momento estelar que haya aparecido por Dragon Ball Super 65 queda automáticamente eclipsado por ese avance del episodio 66. Y es que nos confirma el regreso de un personaje MUY esperado (se veía venir) y querido por los fans. La semana no puede pasar más despacio.

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Dragon Ball Super 64: Cuando la animación supera al guión

Con un poco de retraso esta semana (Halloween tuvo la culpa) nos disponemos a realizar nuestra reseña del capítulo 64 de Dragon Ball Super. En ocasiones, cuando hay un producto animado de por medio (ya sea animación 2D, 3D, o lo que sea), el apartado técnico puede llegar a resultar tan importante como el guión. Para algunos, incluso, es primordial. Por eso hay varios miembros dentro del fandom de Dragon Ball que no acaban de tragar Dragon Ball Super, debido a su mediocre calidad técnica en varios episodios. No es mi caso, lo admito, ya que para mí siempre es más importante la historia (aunque si el apartado gráfico llega a ser totalmente desastroso tampoco es que me agrade). Nos encontramos con algo sorprendente (al menos para mí) en este episodio de Dragon Ball Super: la animación está muy bien (para los estándares), no así la historia, que flojea por varios lados… 

¿De qué trata el capítulo 64 de Dragon Ball Super (vienen Spoilers)? El 63 había terminado con Vegeta pegándole una paliza a Black. Éste último se da cuenta de que el aumento de fuerza de su oponente proviene por la rabia que siente debido a las heridas sufridas por su hijo. Para Black es una metodología muy bruta, pero decide probar a utilizarla, surgiendo entonces de su ki una especie de arma con forma de guadaña. Con ésta logra abrir una grieta, que nadie sabe de qué puede tratarse: ¿una fisura temporal? ¿un portal de comunicación con otro universo? Zamasu, al observarlo, se congratula del poder que pueden llegar a alcanzar e intenta zafarse de Goku. Lo consigue nuevamente gracias a la intervención de Black, quien logra acorralar a ambos saiyans, quienes a su vez se ven rodeados por varias copias del enemigo.

Zamasu aprovecha la ocasión para acudir hacia el laboratorio donde se encuentra Bulma, Trunks y Mai. Ésta última percibe su llegada, por lo que se apresuran a aprender la técnica Mafuba, ya que la tinaja ha sido finalmente reparada. Por suerte, Bulma lleva un vídeo grabado en el móvil donde aparece Piccolo realizando una demostración de la técnica. Mientras Trunks practica, su madre pretende ganar tiempo y sale ella sola al encuentro de Zamasu. A Bulma, fiel a su estilo, no se le ocurre otra cosa más que intentar seducirlo, lo que provoca aún más la ira del kaioshin, quien se dispone a darle el golpe de gracia. Justo en ese momento llegan Trunks y Mai y realizan el Mafuba,  encerrando a Zamasu dentro de la tinaja. No pueden cantar victoria tan rápido, ya que a Goku se le ha olvidado traer el sello que cierra definitivamente el artefacto, por lo que Zamasu consigue liberarse a los pocos minutos.

En ese instante aparece Black (quien puede teletransportarse, al igual que Goku), siguiéndole Vegeta y Goku. Los Zamasus no se lo piensan más, no quieren arriesgarse a que nuestros protagonistas salgan con otra técnica al estilo Mafuba, y deciden fusionarse. Es así como surge ¿Blackmasu? ¿Zamasux2? ¿Zamalack? En definitiva, un nuevo y amenazante enemigo que promete ponérselo aún mas difícil a nuestros héroes.

Como vemos, este ha sido un episodio más pausado que el anterior, que estuvo repleto de acción. No por ello es peor (ni mejor)…. si no fueran por la cantidad de incongruencias argumentales que tiene. Empezando por Black y su grieta de poder, que queda sin explicación alguna (como la nueva transformación de Trunks, ya olvidada). ¿Por qué salen de ahí copias de Black? ¿Es un ninja? ¿No era que quizás era una apertura espacio-temporal, o a otros universos? ¿Qué tendría eso que ver con las copias de Black? Si pretendían que fuesen proyecciones de su energía, aparte de resultar forzado, queda nuevamente a especulación del espectador.

Por otro lado: el Mafuba. Sabemos que Toriyama es olvidadizo, pero que se le pase cómo funcionan las técnicas que él mismo creó ya… Recordemos que el Mafuba, cuando fue utilizada por primera vez por el maestro Roshi contra Piccolo padre, provocó que el realizador de la técnica muriera (como así fue), debido a que se implica mucho ki, sobre todo a más poderoso sea el adversario. Zamasu, por sí solo, aparte de que debería haber sido fácilmente derrotado por Trunks y su nueva transformación, debería haber causado algún tipo de efecto secundario en el hijo de Vegeta y, sobre todo, en Mai. Sin embargo estos dos encierran al kaioshin como si nada, siendo el único inconveniente un sello que Goku se ha vuelto a olvidar. Que por cierto, lo de que el protagonista se olvide cosas nunca funcionó como recurso humorístico, mucho menos si encima empiezan a repetirlo hasta la saciedad.

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Admito que me he reído con Bulma en este capítulo, eso sí. Aunque sea porque nos ha vuelto a recordar a esa Bulma del primer Dragon Ball, que utilizaba los avances sexuales para tratar de salirse con la suya (incluso con el propio Goku niño, sin éxito). Aquí Bulma vuelve a caer en saco roto, ante un Zamasu que prefiere estar más interesado en sí mismo (y en Goku) que en mujeres atractivas como ella.

Por lo demás, poco que comentar. Se nota que este capítulo no ha sido de mis favoritos, y eso que la animación sí que ha estado de notable alto. Cuando por fin tenemos bonitos dibujos, con rostros de los personajes bien dibujados y movimientos fluidos, nos encontramos con un guión con más agujeros que un queso gruyere. Una verdadera lástima. Podremos saber más sobre la fusión de los Zamasus a partir de esta noche, que es cuando emitirán el episodio 65 en Japón. Tenemos una cita.

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Dragon Ball Super 63: Y vuelve Vegeta…

Últimamente pareciera que Dragon Ball Super estuviera llena de altibajos: en su narrativa, en el guión y, por supuesto, también en la animación. Tras un capítulo 61 bastante espectacular, vino un episodio 62 más pausado. Ahora, el capítulo 63 vuelve a tomar las riendas y se torna en uno que equilibra bastante bien la acción con el diálogo y la historia. Veamos porqué.

¿De qué trata Dragon Ball Super 63 (vienen SPOILERS)? Una vez Vegeta ha terminado de entrenar en la sala del espíritu y el tiempo, y Goku ha aprendido la técnica Mafuba, ambos regresan al futuro de Trunks junto a Bulma. Mientras tanto, en dicha línea temporal, el primogénito de Vegeta se recupera de sus heridas de su último enfrentamiento contra Black y Zamasu. Al despertar lo atiende Yajirobee, quien le dice que Mai se ha ido a la guarida de los dos enemigos para intentar abatir a Black. Efectivamente, la muchacha y dos miembros de la rebelión esperan poder abatir al impostor en el cuerpo de Goku con una bala especial que les dejó la Bulma del pasado antes de regresar a su tiempo. Curiosamente, Mai acierta en el disparo, pero, aparte de tumbarlo y un ligero abatimiento, apenas le hace nada a Black, quien se dispone a contraatacar. En ese momento llega Trunks, quien vuelve a transformarse en… pues en lo que sea que se transforme (todavía no han explicado nada) y logra dejar momentáneamente K.O. a Black. Mientras pasa a encargarse de Zamasu, éste se recupera y atraviesa a Trunks por la espalda.

La cosa no pasa a peores porque justo en ese momento y lugar aterrizan Vegeta, Goku y Bulma. Al verlos, Black automáticamente destruye la máquina del tiempo, mientras Goku se da cuenta de que se había dejado dentro de la misma la tinaja para realizar el Mafuba. Mientras Vegeta le echa la bronca a Goku, Black y Zamasu se dan cuenta de que nadie los está escuchando (Bulma en seguida fue a esconderse). Para añadir más gente a la fiesta, aparecen también Gowasu y el Kaisohin del Universo 7 usando el anillo del tiempo, quienes intentan hablar con Zamasu, reprochando sus actos. Algo que por supuesto resulta inútil, ya que Black intenta acabar (de nuevo) con su antiguo maestro. Vegeta y Goku lo impiden, ya transformados en super saiyan blue, y ambos deciden quién será su oponente: Vegeta irá a por Black, mientras Goku se encargará de Zamasu. La trepidante pelea comienza y, para sorpresa de Black y Zamasu, Vegeta se ha vuelto mucho más fuerte, poniendo en serios aprietos al enemigo. Goku tampoco se lo deja fácil a Zamasu, quien no tiene nada que hacer contra nuestro protagonista (inmortalidad aparte).

Mientras tanto, Bulma saca de una de las cápsulas una especie de garaje-laboratorio, donde se dispone a reparar la máquina del tiempo lo más rápido posible. Justo en ese momento llegan Trunks (ya recuperado) y Mai, a los que Bulma pide que reparen la tinaja para el Mafuba (con pegamento, cómo si no).

El capítulo termina con Vegeta dándole para el pelo a Black, echándole en cara que su mayor error es que, habiendo robado el cuerpo de Goku, no sabe utilizarlo (vamos, lo que le pasaba a Ginyu). Para terminar con un momento épico de «yo soy el príncipe de los saiyans«.

Podríamos resumir este episodio en: Vegeta mola. Mucho. Y ya. En realidad, a pesar de que yo siempre he sido más partidaria del príncipe de los saiyans, la serie deja una sensación extraña si comprobamos que saben sacarle mucho más jugo al personaje de Vegeta que al del propio Goku, quien nuevamente ha quedado a la altura de «un nuevo Luffy» (lo de la tinaja es realmente para echarse las manos a la cabeza). A pesar de todo, sigo creyendo que Goku será quien de el golpe de gracia al enemigo, como suele pasar (lo ideal sería que lo hiciera Trunks). Aunque, visto cómo se presenta el capítulo siguiente y las posibilidades que ofrece, quizás deberíamos ir pensando en Vegetto como oponente final de Black y Zamasu (fusionados o no).

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Si hay algo para destacar en este capítulo de Dragon Ball Super es la animación. Durante la primera mitad ésta continúa siendo bastante mediocre, pero en cuanto dan inicio las peleas la cosa da un giro de 360º y nos encontramos con un dibujo casi perfecto, y eso en Dragon Ball Super es mucho. Por una vez (al menos en bastante tiempo) hemos visto a un Vegeta expresivo, con la mala leche que lo caracteriza, musculoso y bien dibujado. Y que además pelea bien, con movimientos fluidos y elegantes. Goku no se queda atrás, aunque la pelea contra Zamasu da menos para lucirse. En cuanto a Trunks, esperamos que no se quede relegado a un puesto secundario de «reparador de tinajas» y continúe también repartiendo leña, que su nueva transformación (aún no explicada) se supone que es al menos tan poderosa como las de Goku y Vegeta. Pero, lo dicho, que lo que más se huele en el horizonte (al menos por ahora) es a Vegetto. Por cierto y hablando de Trunks, es un guiño gracioso que le hayamos visto realizar la técnica Cañón Garlick.

En definitiva, nos encontramos ante un ben capítulo, sobre todo en lo referente a la animación y para los estándares a los que nos tiene acostumbrados Dragon Ball Super. El siguiente episodio nos tiene preparada una «sorpresa» gorda (que yo no lo es tanto porque nos la han mostrado en el avance). Esperando que pase rápido la semana.

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Dragon Ball Super 61 (y 60): Goku por fin despierta

Primero de todo queremos disculparnos por la ausencia de nuestra reseña del capítulo 60 de Dragon Ball Super. La verdad que ese episodio me decepcionó bastante, en el sentido de que prometía mucho y al final no aportó prácticamente nada (que la escena más comentada fuese el «beso» de Trunks a Mai dice mucho del contenido; aunque por otro lado… creo que es la primera vez que hay un beso en Dragon Ball). Volviendo al tema, el capítulo 61 de Dragon Ball Super se redime sustancialmente por la falta de contenido de su predecesor; aunque la primera mitad también es bastante pausada. Veamos (aquí vienen los SPOILERS).

¿De qué trata el capítulo 61 de Dragon Ball Super? El 60 nos había dejado con la revelación de Black de que en realidad él era Zamasu… dentro del cuerpo de Goku. Evidentemente esto deja perplejo a nuestro protagonista, que entonces pregunta por qué hay dos Zamasus. El susodicho se explica: en una línea temporal alternativa Zamasu llegó a matar a su maestro para posteriormente presentarse en la línea temporal del Trunks del futuro, donde Zamasu nunca había llegado a conocer a Goku (puesto que había muerto por la enfermedad del corazón). Este Zamasu del futuro se encontraba sirviendo té a su maestro, cuando llega el Zamasu del pasado alternativo y asesina también a este Gowasu. Entonces le dice a su alter ego que son la misma persona y que busca aliarse con él para «purificar» el universo de mortales. Ambos sellan el acuerdo con un abrazo. El Zamasu del futuro entonces le pide a las super dragon balls la inmortalidad, y un año más tarde solicitan su propia destrucción.

Tras esto, la batalla continúa contra Goku, quien se ve acorralado por Zamasu. El kaioshin entonces le dice si sabe qué le pasó a su familia en el pasado alternativo donde surgió Black: ese Zamasu, que había matado a su maestro, pidió a las super dragon balls que le intercambiasen el cuerpo con Goku, quien en ese momento se encontraba trabajando en el campo con Goten. El dragón así lo hace y Goku aparece confuso (y ante un atónito Goten) con el cuerpo de Zamasu. El kaioshin, ahora en el cuerpo de nuestro héroe, se presenta ante ellos y los asesina, incluyendo a Chichi. La revelación enfurece a Goku, que pega tal subidón de poder que logra tumbar momentáneamente tanto a Black como a Zamasu. Sin embargo, Black se recupera rápido y le asesta un ataque a Goku que lo deja prácticamente K.O.

En ese momento Trunks del futuro le pide a su padre que lo deje a él plantarle cara a Zamasu y Black, a lo que Vegeta argumenta que no tiene ninguna `posibilidad. Aún así, Trunks se lanza contra ellos, siendo efectivamente vapuleado por ambos enemigos. Zamasu y Black entonces le dicen que todo lo que está sucediendo es culpa suya: si no hubiese viajado al pasado para alterar el tiempo, Goku no se hubiera salvado y nada de esto estaría pasando. Todas estas palabras, junto con el deseo de poder proteger a todos, consiguen que Trunks se enfurezca hasta tal punto de obtener una nueva transformación, con la que planta cara a Zamasu y Black, jurando matarlos.

Vamos a ser claros: el episodio, desde el punto de vista de un fan de Dragon Ball (que gusta de acción y momentos épicos) cumple. CUMPLE CON CRECES. Tenemos por un lado toda la identidad de Black revelada y explicada, junto con el ENORME momento final protagonizado por Trunks.

Ahora, también es cierto que la explicación del surgimiento de Black, aparte de confusa (ya lo advirtió Toriyama), peca de algo incoherente en algunos aspectos, o quizás todas las preguntas sean propias de la misma confusión. Por ejemplo, ¿no se supone que las super dragon balls son las esferas de dragón definitivas de todos los universos? Entonces, ¿por qué pueden destruirse unas y que sigan existiendo las otras? ¿Por que´cada una solicita deseos diferentes en distintos momentos? Si las super dragon balls existen en cada línea temporal y en cada universo, ¿cuál es la diferencia entonces con las de, por ejemplo, Namek, aparte de tener un dragón más brillante? Como decía, preguntas que van surgiendo y que son, quizás, producto de no saber todavía lo suficiente sobre el funcionamiento de todos los universos y líneas temporales en Dragon Ball.

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Por otro lado, tenemos que comentar EL momento de todo el episodio: por fin Goku deja de ser Luffy y vuelve a ser Goku. Creo que no hemos visto a un Goku tan molón desde su transformación en super saiyan 3 contra Buu gordo. Este Goku vuelve a repartir leña y se deja de estupideces y caras de pasmado. Es hora de ponerse serios y dejar cada cosa en su lugar. Lástima que aún así acabe siendo derrotado (con lo que la sensación de amenaza de Zamasu y Black aumenta), pero esperamos que a partir de ahora (al menos en lo que queda de saga) Goku siga por esta línea.

Queda comentar algo sobre la animación… Bueno, seamos sinceros, el capítulo ha estado genial y nos ha emocionado, pero la animación no hay por dónde cogerla. Es cierto que mejora notablemente en la segunda mitad (al igual que el ritmo y la narrativa), pero hay escenas donde los movimientos y poses de Black y Zamasu son totalmente acartonados. Bueno, al menos el momento transformación de Trunks se lo han trabajado (para el nivel al que nos tienen acostumbrados en Dragon Ball Super). Eso sí… ¿qué carajo es exactamente en lo que se ha transformado Trunks? ¿Un super saiyan nivel 2 bien hecho (no recordamos que hayan dibujado bien el nivel 2 de Trunks en ni un solo episodio, a diferencia del manga)? ¿Una aproximación a Broly? Lo sabremos mejor en el próximo capítulo, el cual por cierto nos deja ver que volverán a aparecer personajes como Krilin y Piccolo. Ya era hora.

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Dragon Ball Super 59: Bills entra en acción

Tras el parón de una semana en Japón, vuelve como siempre Dragon Ball Super con su capítulo semanal. Lo hace con un episodio 59 algo pausado, especialmente en su primera mitad, pero que pega un subidón de ritmo hacia el final, gracias especialmente a la intervención de Bills (que se estaba haciendo desear).

¿De qué trata el capítulo 59 de Dragon Ball Super? (atención, SPOILERS). Tal como había terminado el 58, Goku, Whis, Bills y Kaioshin habían decidido viajar hasta el Universo 10 para hacerle una visita a Gowasu y a su discípulo, Zamasu, tras haberse enterado de que éste último había estado preguntando por las super dragon ball y por Son Goku. Justo en ese momento había hecho acto de presencia el susodicho. Ambos, maestro y alumno, muestran su sorpresa por la presencia del saiyan y de los dioses en su morada. Goku entonces le reclama a Zamasu una revancha por su última pelea, a lo que Zamasu no se niega. Sin embargo, Whis objeta diciendo que es de mala educación interrumpir el té de alguien, por lo que nuestros protagonistas se marchan, no sin antes hacer una parada a medio camino para que puedan vislumbrar (sin que Gowasu y Zamasu se enteren) qué es lo que hacen los kaioshin del décimo universo.

Mientras tanto, de vuelta a la Capsule Corp., Vegeta sigue entrenando mientras Bulma revisa la máquina del tiempo. Trunks del futuro (o Mirai Trunks), a su vez, medita apesadumbrado sobre el hecho de haber tenido que dejar a Mai atrás. La banda de Pilaf lo observa e idean un plan para que la Mai niña actúe en ese momento aprovechando que Trunks adulto se encuentra vulnerable. La joven se niega, pero justo en ese momento llega el Trunks del presente y lo reta a su contraparte, diciendo que tal como está no va a poder proteger nunca a Mai.

En el futuro nos encontramos a Black y a Zamasu en una bucólica casa de campo (la única que debe de quedar en la Tierra). Black habla sobre darle el golpe de gracia a Son Goku la próxima vez, a lo que Zamasu objeta que, si lo hace, se quedará sin rivales con los que poder luchar. Esto apena a Black, quien además rechaza la oferta de Zamasu de pedirle la inmortalidad a las super dragon balls. Él lo que quiere es continuar luchando contra fuertes oponentes.

De vuelta al Universo 10, Zamasu le sirve el té a su maestro y se excusa de probarlo, mientras Gowasu se prepara para saborear su merienda. A su vez, Whis, Bills, Kaioshin y Goku observan desde lejos cómo Zamasu se dispone a matar a su maestro con un ataque por la espalda. Así se confirma, con lo que Whis retrocede en el tiempo unos pocos minutos: Gowasu vuelve a estar con vida y ya tienen las pruebas suficientes en contra de Zamasu. De este modo, todos se presentan repentinamente y de nuevo ante los kaioshin del Universo 10 y logran detener el inminente asesinato de Gowasu. Zamasu, sabiéndose descubierto, y escuchando de la boca de Whis que en un futuro sus planes se harán realidad, se lanza a atacar, pero Bills lo detiene y lo fulmina en el acto. En teoría, el Zamasu del presente ya no debería ser una molestia.

De nuevo en la Capsule Corp., Trunks del futuro da por finalizado su enfrentamiento contra su mini yo, diciendo que por fin entiende lo que quería decirle, agradeciéndole por todo. Justo en ese momento regresan Bills, Whis y Goku, quienes informan de lo acontecido en el Universo 10. Bills le dice a Trunks que, probablemente, debido a la desaparición de Zamasu en el presente, el futuro se habrá visto alterado y Black ya no debería estar causando altercados. Trunks lo duda, debido a que la derrota de los androides en el presente no cambió en nada su línea temporal, pero Bills insiste en que la divinidad funciona de otra forma. Con esta duda, tanto a Trunks como al espectador, nos deja el capítulo 59 de Dragon Ball Super.

Capítulo que, si bien nos brinda algún que otro buen momento (como decíamos, con la ansiada intervención de Bills alcanza su cenit), transcurre sin contarnos nada especial. Y sobre todo, y volviendo a la desaparición de Zamasu por parte de Bills, se nos hace también algo… anticlimática. Por parte del dios de la destrucción su entrada en acción es fantástica, brindándonos uno de esos momentos que son totalmente cool. Sin embargo, en cuanto a Zamasu, se vuelve todo lo contrario: nos han estado presentando a un villano que, quitando su versión futura, se ha visto derrotado en cuestión de segundos. Creo que nunca había pasado algo semejante con ningún otro villano en la serie (cuestiones humorísticas y algunos villanos de la primera etapa de Dragon Ball aparte). Esto produce que nos quedemos con una sensación de «¿tanto para esto?» que no le hace muy bien al intento de darle un tono más dramático a esta saga.

Lo que nos lleva a nuestro siguiente punto: ¿ha sido este realmente el fin de Zamasu (el del presente)? ¿Y si le hubiera dado tiempo a viajar al futuro y haberle pedido la inmortalidad a las super dragon balls antes de regresar para servirle el té a su maestro? Esto supondría asimismo una bajada de guardia por parte de Bills y Whis, lo que los dejaría (momentáneamente) fuera del ring, con lo que la amenaza se tornaría (al menos también momentáneamente) más real. Como decimos, esto es solo una teoría de nuestra parte, pero por otro lado supondría que la derrota definitiva de Zamasu podría al menos ser un poco más… épica. O menos instantánea.

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Realmente hay poco más que comentar sobre este capítulo. La interacción entre ambos Trunks siempre es de agradecer, pero en lo personal la hemos visto algo forzada (¿qué es exactamente lo que Trunks niño pretende del mayor? ¿Que se vuelva más fuerte? ¿Que deje de estar deprimido? ¿Que deje de hacerle sombra? No queda del todo claro).

El próximo episodio, en cambio, promete y mucho. No solo en cuanto a animación, que al menos en el resumen parece que vuelve a ser más que aceptable (por cierto, en este capítulo cumple sin más, con aprobado raspado), sino en cuanto a trama: ¡al fin conoceremos la verdadera identidad de Black! Y, por lo poco que adelantan, ¿al final no será una versión maligna de Son Goku? Eso, unido a que la propia Bulma viajará esta vez al futuro, solo hace que auguremos un episodio la mar de emocionante. Este domingo tenemos, de nuevo, una cita con los Guerreros Z.

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Dragon Ball Super 58: más dudas sobre Zamasu y Black

Aunque en realidad el capítulo 58 de Dragon Ball Super se supone que debería aclararnos algunas de las dudas entre la asociación entre Zamasu y Blak, lo cierto es que lo que produce son aún más preguntas. Tras el episodio anterior, que estuvo cargado de acción, este se nos presenta como lleno de diálogo, donde los personajes se dedican a asimilar (o a ayudar a que el espectador asimile, sobre todo si éste tiene en torno a los diez años de edad) toda la información acumulada. Pero vayamos por partes (atención, vienen los SPOILERS).

¿De qué trata el capítulo 58 de Dragon Ball Super? Como vimos con anterioridad, nuestros héroes se vieron obligados a huir de la batalla contra Black y Zamasu y regresar al presente, donde Bulma los encontró en un pésimo estado. Mientras tanto, Zamasu habría oído hablar de la existencia de las super dragon ball y se habría personado ante Zuno. Pues bien, así da comienzo el episodio que nos ocupa: con Zamasu exigiéndole (mediante intimidación) a Zuno que le de toda la información de la que dispone. Zuno así lo hace, diciéndole a su vez al aprendiz de kaioshin que para poder invocar al gran dios dragón tiene que esperar todavía un año. Acto seguido, Zamasu le pide que le cuente todo lo que sabe sobre Son Goku.

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De vuelta a la Tierra, Bulma cura a Vegeta, Goku y Trunks del futuro con las habichuelas mágicas, las cuales (a todo esto) habían sido olvidadas por Goku en el cuarto de baño. Pronto reciben la visita de Whis, Bills y el Kaioshin de su universo, ya que Zuno lo había contactado tras la visita de Zamasu y le había informado de todo. Todos hablan sobre lo ocurrido en el futuro y cómo Zamasu no solo se ha vuelto maligno, sino además inmortal. Whis y Goku entonces teorizan que Zamasu, en sus ansias de encontrar justicia y poder, le habría pedido a las super dragon ball que creasen algo tan fuerte como Goku (de donde surgiría Black) y, también, la inmortalidad para Zamasu. Con esta idea en mente Whis, Bills, Goku y Kaioshin deciden visitar a Gowasu e informarse sobre el estado en el que se halla Zamasu. Cuando llegan, encuentran al maestro solo, ya que Zamasu ha salido desde la mañana, pero Gowasu desconoce a dónde y para qué. En ese momento, aparece ante ellos sus discípulo, dispuesto a servir el te.

Lo cierto es que también suceden un par más de escenas en el capítulo relacionadas con Mai, primero con Trunks del futuro informándole a la del presente que su contraparte del futuro sigue con vida. La segunda se encuentra situada en ese futuro, con Mai y Yajirobee huyendo hacia el refugio y reencontrándose con los supervivientes, todos ellos bastante descorazonados debido a la huida de Trunks, Vegeta y Goku. El episodio, como vemos ya desde su título, está principalmente centrado en Zamasu.

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Sin embargo, tal como íbamos adelantando, las cuestiones no hacen más que aumentar: la explicación sobre el posible surgimiento de Black y la transformación de Zamasu son, al fin y al cabo, hipótesis de Whis y Goku (el cual, por cierto, sigue pareciéndose demasiado a Luffy. Si bien Goku nunca ha sido especialmente inteligente, se agradecería que se pusiera serio por una vez, como ocurría en algunas ocasiones en Dragon Ball y Dragon Ball Z). Resulta sorprendente que ninguno de los Guerreros Z se cuestione esta explicación, ya que posee una laguna fundamental: en el futuro (donde Black y Zamasu están haciendo de las suyas), Goku habría muerto hace varios años (antes de la aparición de los androides), por lo que el enfrentamiento contra Zamasu que supuestamente habría desencadenado todo no hubiera podido darse. A no ser, claro, que se saquen alguna explicación de la manga, al más puro estilo «Zamasu se encontró con el espíritu de aquel Goku fallecido (que no había llegado a alcanzar el super saiyan nivel 2, dando lugar a otra incongruencia)». Es decir, es aún demasiado pronto y quizás hay una explicación para todo, pero lo que extraña es que ninguno de los personajes (ni tan siquiera Vegeta o Bulma, quienes suelen dar muestra de mayor inteligencia para todo este tipo de cosas) hayan mostrado ni un atisbo de confusión por esta serie de incoherencias.

En otro orden de cosas, que Goku se haya olvidado las habichuelas en el baño resulta una especie de recurso humorístico que acaba por no resultar gracioso, sino facilón (eran varios los fans que se habían dado cuenta de la falta de habichuelas en la batalla del futuro) y que, como decíamos. suma puntos a ese Goku demasiado idiota e infantilizado. Que hablando de recursos humorísticos fallidos, seguimos preguntándonos qué pintan por allí Pilaf y sus acompañantes, por mucha importancia que pueda tener la Mai del futuro en este arco argumental. Otro que termina sobrando es el Yajirobee del futuro, cuya actitud no pinta nada con la ambientación oscura y tensa habida en dicha línea temporal. Se agradecería que todos estos personajes desaparecieran, que los mate Black o algo.

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No todo ha sido negativo en este capítulo (en lo personal, tras los dos últimos episodios, que habían sido realmente buenos, este baja el listón). Bills, como siempre, muestra a través de pequeños actos cómo crear humor del de verdad: por ejemplo, quitándole (e intentando que no se de cuenta) su copa de flan al Kaioshin del Universo 7, con el que se agradece que interactúe más (ya que conocimos en capítulos anteriores que ambos personajes se hallan vinculados al más puro estilo Kamisama y Piccolo). El hecho de que ya vayan surgiendo teorías sobre la posible creación de Black también da que pensar (aunque estas teorías sean las más simplonas posibles… en lo personal espero que Whis esté equivocado). Y puntos de más por la evolución del personaje de Zamasu en el presente, quien cada vez va perdiendo más la cabeza. Desde luego a Gowasu (que muestra tener la misma vista para su alumno que un topo miope) le quedan dos telediarios.

En cuanto a la animación… volvemos a tener un bajón en este capítulo. Tras la fluidez de los dibujos de los capítulos 56 y 57, en este episodio 58 volvemos a rostros acartonados y movimientos ortopédicos. Sin embargo, debido a la ausencia de acción, tampoco es que se sufra en demasía. Parece que para el capítulo 59 (el cual se emitirá en la semana del 25 de septiembre, por cierto) habrá una pequeña mejora.

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Dragon Ball Super 57: Las cosas se ponen serias

Si hay algo de lo que nos quejábamos los fans de Dragon Ball (no todos, pero sí porcentaje importante) es del tono cómico-infantil que abundaba en Dragon Ball Super. Era todo demasiado bonito, demasiado feliz, demasiado chorra (salvo momentos puntuales). Lejos quedaban las escenas cargadas de tensión de Dragon Ball Z o los ataques de enemigos temibles que dejaban a nuestros protagonistas escupiendo sangre (la cual en Super también brilla por su ausencia). Sin embargo, con el inicio del nuevo arco argumental, llamada «saga de Trunks del futuro», se iba percibiendo que las cosas, poco a poco, se iban oscureciendo (aunque la banda de Pilaf o Gohan haciendo el moñas se llevaban al traste cualquier buen intento que pudieran hacer). Desde el capítulo 56 las cosas ya habían cambiado: los enemigos se habían vuelto sorprendentemente fuertes (lo que ha pillado desprevenidos a los protagonistas) y a Vegeta ya le habían dado la del pulpo (para variar, Vegeta o Piccolo son siempre los primeros en recibir… mientras Krilín ya está muerto, probablemente). El capítulo 57 de Dragon Ball Super no hace más que confirmar esta (bienvenida) tendencia hacia el mayor dramatismo y oscuridad (siempre dentro de unos límites, que no estamos hablando de Monster). Ahora vienen los SPOILERS.

¿De qué trata el episodio 57 de Dragon Ball Super? Como habíamos adelantado, Black se ha vuelto mucho más fuerte que la última vez y había presentado a Goku, Vegeta y Trunks su nueva transformación: super saiyan rose. Mientras nuestros guerreros empiezan a encontrarse en una situación crítica, desciende de los cielos Zamasu, quien resulta ser un aliado de Black. Zamasu entonces le pide a Black que le deje a él terminar con Goku, con lo que ambos se ponen a luchar. Black acaba interviniendo también, algo que le reprocha su compañero. Black, sin embargo, objeta que su cuerpo le está pidiendo ir a por Goku, y que no puede controlarlo.

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Debido a que Goku está teniendo dificultades en ese dos contra uno, acaba asimismo interfiriendo Trunks (tras haberse asegurado de que su padre sigue con vida). Éste último le planta cara a Zamasu, mientras Goku hace lo propio con Black. Trunks parece superior al kaioshin, hasta el punto de llegar a atravesarlo con su espada. Sin embargo, Zamasu se recupera al instante: no hay rastro de corte alguno. Trunks se sorprende y el kaioshin le explica que él en realidad es inmortal, por lo que no podrán hacer nada más que apreciar lo débiles que son. El hijo de Vegeta lo intenta de nuevo con un Final Flash, sin éxito. Mientras, Goku también se encuentra en apuros contra Black, quien se dispone a lanzarles un kame hame ha. Zamasu los acorrala a ambos, por lo que el ataque les golpea de lleno a los tres; sin embargo, a Zamasu no le ha pasado nada. Goku y Trunks se encuentran maltrechos en el suelo y el segundo empieza a preguntarse cómo salir de esa. Zamasu y Black van preparando en conjunto el golpe de gracia, cuando justo en ese momento Vegeta sale al rescate lanzando una bola de energía, tras lo cual vuelve a quedar inconsciente. Eso ha dado tiempo suficiente para que Trunks y Goku sean rescatados por Yajirobee, quien sale corriendo con ellos a cuestas. Zamasu y Black suponen que no han podido ir muy lejos, pero deciden encargarse primero de Vegeta. Por suerte, Mai y un grupo de rebeldes, quienes estaban observando el combate, logran distraer a ambos enemigos para poder llevarse también al príncipe de los saiyans.

Todos reunidos, Mai saca la cápsula en la que Trunks tiene guardada la máquina del tiempo y la programa para que los guerreros Z regresen al pasado. Ella decide permanecer en el futuro, ya que se lo debe a la resistencia, muy a pesar de Trunks. La máquina realiza el trayecto sin mayores inconvenientes (Black intenta detenerla, sin éxito), aterrizando en la Capsule Corp. y ante una Bulma que se queda ojiplática al ver el lamentable estado en el que se encuentra Vegeta.

Mientras tanto, en el presente, Gowasu observa por televisión la batalle entre Goku y Hit. Zamasu sigue sin comprender cómo dejan actuar libremente a alguien que puede utilizar el ki de los dioses. Gowasu intenta hacerle ver que Goku no es una amenaza, sin mucho éxito. En medio del debate Zamasu observa que en la pantalla han aparecido unas brillantes esferas. Su maestro le explica que se tratan de las super dragon balls, las cuales pueden llegar a conceder cualquier deseo. Zamasu se sorprende, pero rápidamente se recompone: va a ir a pedir un deseo a las super dragon balls.

Y así termina el capítulo 57 de Dragon Ball Super. Como vemos, uno donde las tablas se han dado la vuelta en favor de los enemigos. Algo que no es extraño en Dragon Ball, donde los enemigos primero tienen que mostrar todo su poder (derrotando a los protagonistas, pero sin llegar a matarlos -salvo a Krilín-), para que luego los buenos tengan que entrenar más y, finalmente y tras mucho esfuerzo, obtener la victoria. Es una forma (efectiva) de crear una atmósfera de tensión y de peligro, a pesar de la existencia de las bolas de dragón. Es algo que ya vimos con Piccolo padre (primero mata a Krilín, derrota a Muten Roshi, etc.), Vegeta (derrota a todos, prácticamente), Freezer, y un largo etcétera. En Super esta sensación de peligro no había sido vista, con Bills (ya habiendo sido presentado en la película La batalla de los dioses) a medio camino entre el humor y el drama, y un Freezer que, si bien logra poner en apuros a los guerreros Z, no así del todo a Goku y Vegeta (que utilizan la batalla para presentar sus nuevas transformaciones más que otra cosa). Los torneos en Dragon Ball nunca habían dejado de ser amistosos (salvo el de Piccolo Jr. y el que anticipa la llegada de Boo), así que tampoco podíamos esperar mucho dramatismo del de Champa. Sin embargo, ahora, con la saga de Trunks, es distinto: hay drama, hay tensión, nuestros protagonistas han sido derrotados y aún no conocemos casi nada sobre Zamasu o Black. Además, el futuro vuelve a estar desolado y allí no existen las bolas de dragón (aunque sí las super dragon balls, si suponemos que el Zamasu del futuro también les hubiera pedido un deseo).

Pasemos a otro punto que ha caracterizado bastante al episodio: la acción. Las coreografías en este episodio han sido fluidas y dinámicas, y lo cierto es que en ese sentido la animación ha vuelto a cumplir (quitando, nuevamente, algún plano casi-deforme). Además, nos han mostrado (una de las pocas veces en Dragon Ball) un capítulo de dos contra dos. Curiosamente, el ejemplo de una batalla similar que se nos viene más rápido a la cabeza es aquélla de Trunks y Gohan del futuro contra los androides (en el OVA Un futuro diferente). Así, Goku y Trunks se enfrentan a la vez a Zamasu y a Black… con dramáticas consecuencias.

Probablemente, el apartado en el que más han sufrido las escenas de acción son las relacionadas con las escalas de poder, ya que aquí se han perdido por completo. ¿En serio Black puede pasar de igualar a Goku en super saiyan 2 a superar su nivel de super saiyan blue en cuestión de días? ¿Cómo es que Mai y los rebeldes, simples humanos, pueden tener tan siquiera una simple oportunidad contra ellos? Bueno, tampoco es algo que deba sorprendernos (ni arruinarnos la experiencia de disfrutar de un buen episodio); las escalas de poder hace tiempo que se fueron al carajo en Dragon Ball.

Poco más hay para comentar sobre este capítulo, que ha estado fundamentalmente centrado en la acción, sin por ello dejar de lado las interacciones entre personajes. Concretamente la de Black y Zamasu ha resultado de lo más interesante, ya que al parecer se tratan más como camaradas que como amo y siervo (o similar). Esperamos poder descubrir más sobre la conexión entre ambos en el próximo episodio, cuyo título precisamente es: «El misterio escondido entre Zamasu y Black«.

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Dragon Ball Super 56: En el futuro de Trunks…

Primero de todo, puede que el capítulo 56 de Dragon Ball Super, que es el que nos ocupa, sea el mejor hasta la fecha. Especialmente por el guión, ya que se tratan de 25 minutos que no te dan ni un respiro: pasan un montón de cosas en este capítulo. Por eso, hoy hacemos un aviso especial de SPOILERS para quien aún no lo haya visto.

¿De qué trata el capítulo 56 de Dragon Ball Super? Al final del episodio anterior, Trunks, Goku y Vegeta habían viajado juntos al futuro, encontrándose con la resistencia, que confunden a Goku con Black y lo disparan. Evidentemente, dichos ataques no le hacen nada a Goku. Entonces Trunks los avisa de que no hay nada que temer, ya que tanto Goku como Vegeta han llegado con él para derrotar a Black. Los miembros de la resistencia se emocionan al oírlo, avisando de que ya habían escuchado algo de Mai. Al oír su nombre, Trunks se sorprende y pregunta si Mai está viva y dónde. Acto seguido acude corriendo a su encuentro y ambos se alegran de verse, ya que los dos creían que el otro había muerto.

De vuelta al escondite de la resistencia (que se encuentra en los túneles del metro o subterráneo), Mai les cuenta a Trunks, Vegeta y Goku que ellos aguantaron frente a Black como pudieron, pero se habían visto obligados a huir del anterior escondite con los supervivientes. Mai se lamenta de que no pudiera rescatarlos a todos. En ese momento aparecen unos niños, que se asustan al ver a Goku. El susto no les dura mucho, ya que Trunks los anima rápidamente con juegos y muecas. Entonces él le dice a Mai que esos niños y las demás personas que hay allí pueden contarlo gracias a ella.

Vegeta los interrumpe avisando de que trae cápsulas llenas de comida para todos, cortesía de la Bulma del pasado. Todos comen plácidamente, cuando Goku reconoce a un viejo conocido entre la multitud: se trata de Yajirobee. Trunks le dice que creía que los androides lo habían matado, a lo que Yakirobee responde que pudo sobrevivir gracias a que Karin le dio la última habichuela mágica.

Vegeta, Goku, Trunks y Mai se encuentran fuera, dispuestos a ir a plantarle cara a Black. Vegeta dice que será él esta vez quien se haga cargo, pero Goku le propone que lo decidan a piedra, papel o tijera (en cualquier caso gana Vegeta). Trunks dice que los acompaña, ante lo que Vegeta objeta que debería quedarse o bien cuidarse mucho para poder volver junto a Mai. Ante estas palabras los dos jóvenes se sonrojan, diciendo que no tienen «ese» tipo de relación (¿aún?). Los tres acuden volando a por Black, con Mai animándoles.

Vegeta provoca con una bola de energía al susodicho, para que acuda a su encuentro. Así lo hace y comienza la lucha, con Vegeta transformado en super saiyan blue desde el principio. Pero pronto empiezan los problemas, puesto que todos detectan algo extraño en Black, se ha vuelto más fuerte desde la última vez. En ese instante, el enemigo da la sorpresa: se transforma en super saiyan rose (que viene a ser como el blue… pero en rosa ¿pálido?). Vegeta igual le planta cara, pero no dura mucho: Black le atraviesa el pecho con una ráfaga de energía en forma de filo de espada. Dejando a Vegeta K.O., solo queda Goku para poder detenerlo. Éste también se transforma en super saiyan blue, pero no puede hacer mucho: cuando Black va a asestarle un golpe, aparece de entre los cielos… ¡Zamasu! El kaioshin le pide a Black que no sea egoísta, ya que le había prometido que dejaría que él matase a Goku. Y así acaba este CAPITULAZO.

Vayamos por partes. Primero habría que destacar la ambientación que han logrado para mostrarnos ese futuro totalmente apocalíptico, cada vez más parecido al de Terminator (y cuando creíamos que Mai no podría ser más Sarah Connor…). Que hablando de la muchacha, es de agradecer que muestren a una fémina luchadora y constante (aunque sea por unos episodios) en Dragon Ball; aunque su nivel de poder ni se acerque a los del villanos y los protagonistas (sí, te estamos mirando a ti, Videl). Su reencuentro con Trunks, a todo esto, es todo lo emotivo que podría esperarse, teniendo en cuenta que tras el guión se encuentran japoneses, y ya sabemos cómo son con los romances (Trunks y Mai de besarse nada, habrá que conformarse con que se agarren de las manos, que eso es casi erótico en Japón). Pero, lo dicho, muy emotivo.

Volviendo a la ambientación del futuro, ésta se muestra sobre todo opresiva (abundan los grises y marrones en la paleta de colores, de hecho pareciera que hay una tormenta constante) y tensa. Algo que se agradece tras la cantidad de chistes y chorradas habidas en la línea del presente (empezando por el propio Goku y terminando en la banda de Pilaf). El hecho de que nos muestren a los supervivientes y sus pésimas condiciones suma enteros a esto. El guiño dedicado a Yajirobee también es de agradecer y no llega a desentonar, por suerte. En realidad, toda la primera mitad (dedicada a reflejar esta ambientación, junto con el reencuentro con Mai) es más pausada, pero logra con creces envolvernos en ese futuro asfixiante.

La segunda mitad del episodio está más orientada a la acción, a partir de la aparición de Black. Que hablando de Black… cómo le habíamos echado de menos. Su presencia en pantalla siempre suma enteros, y seguimos preguntándonos cómo es que Nozawa (seiyu tanto de Goku como de Black… y de Gohan, y de Goten, y en realidad casi de medio elenco) parece hacer mucho mejor de villano que de héroe(s). Desde el minuto uno en que se presenta ante Vegeta, Goku y Trunks sabemos que guarda algo baja la manga, y vaya si lo hace: ni más ni menos que una nueva transformación. Ésta, que lleva el nombre de super saiyan rose (sólo por imitar el blue, así lo afirma el propio Black) es igual que el resto de las transformaciones, pero con un aura color rosa oscuro. Lo que sí demuestra Black con todo esto es que, de alguna misteriosa forma, ha logrado superar el nivel de poder de Goku y Vegeta con sus respectivas transformaciones. Así lo corrobora en un instante atravesando el pecho de Vegeta (una de las imágenes más potentes de todo el capítulo… ya era hora de que hubiera sangre en Super). Y también derrotando rápidamente a Goku. Las cosas parecen complicadas para nuestros héroes.

Pero si creíamos que con el subidón de Black y las derrotas de Goku y Vegeta teníamos suficiente, aparece entonces en escena… ¡Zamasu! Y nos deja a todos boquiabiertos porque… bueno, porque todos pensábamos que Zamasu llegaría en algún momento a ser Black. Ahora resulta que son dos entidades distintas. Eso sí, cada uno con un pendiente potara colgándole de la oreja, lo que podría dar juego en un futuro para posibles fusiones. Esto, a su vez, significaría que Zamasu, en el futuro, ya habría asesinado (probablemente) a su maestro Gowasu. Faltaría explicar cómo es que el Zamasu de esa línea temporal podría haber llegado a conocer a Goku, ya que éste habría fallecido años antes de su supuesto encuentro. Pero, bueno, todo se andará.

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Volviendo al misterio habido entre Black y Zamasu, las teorías están resurgiendo con fuerza en internet. ¿Podría ser que Black fuese el nuevo dios de la destrucción del ahora kaioshin Zamasu? Recordemos que en el capítulo anterior se nos explicaba que, si el kaioshin de un universo moría, también lo haría el dios de la destrucción correspondiente. Por lo que, si el Zamasu del futuro hubiese asesinado a Gowasu, ¿significaría que también habría muerto el Bills de esa línea temporal? Ergo quedaría una vacante de dios de la destrucción. En cualquier caso, esta es solo una hipótesis. Hay gente que vuelve a creer que Black podría ser Goten en el futuro, siendo manipulado por Zamasu. O que ni dios de la destrucción ni nada, y Black es solo una entidad creada a raíz del cuerpo del Goku fallecido. Todo hipótesis.

No podemos terminar esta reseña sin mencionar lo que ha sido lo mejor del capítulo: Vegeta. Sí, somos conscientes de que ha sido derrotado con absoluta rapidez para dejar que Goku se luzca (pero, admitámoslo, esto era lo típico en Dragon Ball Z). Sin embargo, este capítulo ha sabido mostrarnos a un Vegeta que ha crecido como personaje, sin necesidad de hacer bailecitos ni chistes malos sobre cocina. Sin perder su eterna compostura, con su careto de mala leche y su bordería, Vegeta ha demostrado que ha desarrollado empatía por los demás terrícolas (les lleva comida), así como por Mai (la anima diciéndole que ha hecho todo lo posible) y por su hijo del futuro (se enorgullece al ver que es admirado por los supervivientes). Esa es la evolución de Vegeta que queríamos ver. Qué lejos queda ya aquel genocida espacial…

En cuanto al apartado técnico… pues hasta en eso ha estado bien el episodio. Empieza con una calidad tirando a mediocre, pero en seguida se recupera y las escenas de acción con Black son trepidantes. Incluso hay algún que otro plano en donde se nota claramente la influencia de Tadayoshi Yamamuro (uno de los mejores dibujantes del anime de Dragon Ball Z). La música también cumple, especialmente en momentos como el reencuentro entre Trunks y Mai o la transformación de Black.

En definitiva, creemos efectivamente que nos encontramos ante el mejor episodio de Dragon Ball Super hasta la fecha, donde suceden cosas sin parar, donde la acción no te da ni un respiro, y donde hasta el apartado técnico cumple. Esperamos con muchísimas ganas el capítulo 57, que nos presenta un doble enfrentamiento: por un lado, Goku contra Black, y por el otro Trunks contra Zamasu. ¡Nos vemos en una semana!

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