La herencia de Final Fantasy VI en Final Fantasy IX

Final Fantasy VI fue lanzado al mercado en 1994 en Japón durante los últimos coletazos de la SNES; mientras que Final Fantasy IX hizo lo propio en 2000 en las (casi) postrimerías de la PSOne. Las similitudes no terminan aquí, pues en el desarrollo de los dos títulos participaron muy activamente varios pesos pesados de la Squaresoft de aquel entonces: Hironobu Sakaguchi fue productor y guionista en ambos; mientras que Hiroyuki Itô dirigió (en el caso de la sexta entrega junto a Yoshinori Kitase); Yoshitaka Amano diseñaba los personajes y Nobuo Uematsu compuso las bandas sonoras; entre otros.

Así, obtenemos dos videojuegos que son dos obras maestras, pero en el que claramente se perciben las influencias de una en la otra. Final Fantasy IX no existiría sin Final Fantasy VI (advertimos de que habrá SPOILERS de ambos).

Las tramas política y mágica

En realidad, que el argumento se divida en dos principales subtramas: una más enfocada al plano político y el otro en el puramente fantástico o mágico es muy propio de las películas de Star Wars y no son los únicos Final Fantasy que lo hacen (Final Fantasy VII en este aspecto también le debe mucho a la sexta entrega).

El caso de Final Fantasy IX lo acerca al VI debido a que todo parte de una muchacha, Terra y Garnet respectivamente, que son «ayudadas» por un joven, Locke y Yitán, a huir de un maligno imperio/reino para buscar ayuda. Terra y Garnet son ambas las últimas descendientes de una especie estrechamente vinculada con la magia o con seres mágicos (esper y eidolon); mientras que Locke y Yitán son dos ladrones/cazadores de tesoros que viajan por el mundo.

Mientras que la protagonista de Final Fantasy VI estaba retenida contra su voluntad, la del IX es pariente cercana de la actual monarca. Ambas tienen así un vínculo estrecho con la potencia opresora, pero de naturaleza muy distinta. Eso sí, las dos fueron adoptadas siendo niñas pequeñas y por lo tanto apenas recuerdan nada de su vida anterior (algo muy conveniente para el avance de la narrativa y el efecto sorpresa).

A media que el argumento avanza, la subtrama política se va diluyendo y queda opacada por la fantástica/mágica (tanto el emperador Gestahlt como la reina Brahne desaparecen hacia la mitad de la historia). En el caso de Final Fantasy VI son los espers, las estatuas y Kefka y su transformación en dios los que quedan como principal motor narrativo; mientras que en el IX son los eidolons/invocadores, los magos negros, los genómidos y, finalmente, otro dios (mucho más repentino que Kefka). Los jefes finales son siempre divinidades.

El sistema de batalla y los trabajos/habilidades

El otro gran aspecto a destacar de cualquier JRPG que se precie, aparte de la historia, es la jugabilidad. En aquel entonces todavía imperaba el sistema por turnos, algo que comparten Final Fantasy VI y IX; pero las semejanzas van más allá: la sexta entrega tiene un mecanismo basado en habilidades según sea el rol del personaje (monje, ladrón, caballero, mago, etc.); mientras que la novena se basa en los trabajos de cada personaje (monje, ladrón, caballero, mago negro o blanco, etc.). Como vemos, salvo la diferencia entre magos negros y blancos (y otros tipos de magia), resulta todo muy parecido.

Evidentemente, el paso de los años se percibe y el menú de Final Fantasy IX es bastante más variado y completo que el del VI, pero la influencia es incuestionable. Así, tenemos que hay personajes por rol y habilidad prácticamente iguales en ambas entregas: Cyan y Steiner (caballeros), de nuevo Locke y Yitán (ladrones), Relm y Eiko (ambas magas, pero aquí además se suma la cuestión de la edad, pues ambas son las benjaminas del grupo), Gau y Quina (ambos absorben habilidades del enemigo, si bien Gau siendo un niño extraño y huérfano lo acercaría más narrativamente a Vivi), etc. Además de homenajes por parte de personajes más secundarios (en el IX), como Beatrix a Celes (la guerrera que sirve al reino/imperio y que termina arrepintiéndose de sus actos y vinculándose románticamente a otro personaje principal).

Celes y Beatrix haciendo equipo en el crossover Dissidia Final Fantasy Opera Omnia. Square Enix

La importancia tanto a nivel argumental como en el combate de las invocaciones, espers y eidolons, ya fue tratada en otra entrada. Aunque en la novena entrega los eidolon te ayudan en la batalla de forma bastante más limitada que en la sexta.

La cuestión existencial

Terra es uno de los personajes más recordados y queridos de Final Fantasy VI; quizás por eso es la que más aparece en spin off posteriores y en merchandising de Squaresoft/Square Enix, teniendo en cuenta que la sexta entrega es una obra coral donde no hay un protagonista definitivo.

A su popularidad contribuyen su diseño, sus poderes como medio esper y sobre todo su historia: criada y manipulada por el imperio como arma de combate, escapa sin recuerdos y recién recuperada su voluntad. A partir de entonces, y teniendo en cuenta que todas las secciones políticas desean hacerse con su poder, debe aprender a vivir como un ser humano «normal», sea lo que sea eso. En la segunda mitad del juego, con el Mundo en Ruinas, Terra se dedica a cuidar de unos niños huérfanos y aquí descubre lo que es la humanidad y el amor, en una escena que, si bien ha podido quedar algo anticuada, no deja de resultar emotiva.

En Final Fantasy IX la cuestión existencial es troncal en la trama: la encontramos en Vivi, en Yitán y en Kuja. Más allá de las citadas similitudes entre Terra y Garnet como últimas de su mágica especie y su vinculación con el imperio/reino; a nivel narrativo Terra es mucho más cercana a estos otros tres personajes.

En el caso de Vivi, al igual que Terra, fue criado por otro ser ajeno a su especie (los magos negros) y por ello creció con desconocimiento de su verdadera naturaleza. A medida que avanzamos, el jugador descubre junto a Vivi qué son los magos negros y qué significa que te hayan creado con un fin determinado (ser arma de guerra) y si tienes la capacidad de libre albedrío y cómo usarla.

Vivi en Final Fantasy IX. Square Enix.

Posteriormente a Vivi, Yitán (protagonista) y Kuja (villano, que a su vez toma prestadas algunos rasgos de Kefka, como un aspecto llamativo y una personalidad narcisista y melodramática) pasan por el mismo arco argumental con conclusiones opuestas: mientras que al héroe lo ayudan a salir del pozo sus amigos, Kuja entra en crisis existencial total y opta por destruirlo todo (para al final arrepentirse y salvar al equipo).

Es curioso el caso de Kuja si lo miramos con perspectiva a Final Fantasy VI. Como decíamos, de punto de partida parece mucho más cercano a Kefka, pero a medida que su arco narrativo avanza se va acercando más y más a Terra: creado como arma de guerra y utilizado para tal fin por Garland, una vez adquiere voluntad e identidad propias se rebela contra su creador. Al descubrir que su único fin es la muerte (la de los demás y la propia), Kuja se rebela mediante el caos y la destrucción (en este punto, nos viene a la mente el momento en el que Terra descubre que es un esper y, sin poder controlar su poder, se transforma y sobrevuela desbocada medio planeta). Finalmente, el antagonista descubre lo que es la humanidad mediante la ayuda a los demás. Al igual que Terra (y esto los distancia de Yitán), no lo hacen a través «del poder de la amistad» (si bien a Terra le ayuda, claro), sino por sí mismos, con la capacidad de poder salvar al prójimo.

A la semejanza narrativa se suma la mucho más evidente de los diseños, pues los trances de Yitán y Kuja son prácticamente iguales a la forma esper de Terra. Al parecer, los equipos tras el desarrollo de Dissidia 012 Final Fantasy y Dissidia: Final Fantasy también se dieron cuenta de estos paralelismos.

En cuanto a Kefka, queda como un villano mucho más al uso, con un pasado desdibujado (solo se conocen datos si hablas de forma opcional con un personaje no controlable en Vector) según el cual habría enloquecido como producto de la experimentación con la magia de los espers, con la finalidad por parte del imperio de convertirlo en el «guerrero definitivo». En este aspecto, el antagonista que más bebe del VI es claramente Sefirot (Final Fantasy VII). Es verdad que hacia el final Kefka desarrolla una visión completamente nihilista y destructiva, similar a la que tiene Kuja cuando entra en crisis, de la que sin embargo nunca se recupera (ni creemos que le interese hacerlo).

Es indudable la influencia que ha ejercido Final Fantasy VI en juegos posteriores, especialmente dentro de la franquicia; pero el caso de Final Fantasy IX es especial, probablemente debido a que las mentes pensantes detrás eran básicamente las mismas. A nivel artístico, las posibilidades de la PSOne nos dejaron un precioso juego en la novena entrega, algo que lamentablemente no podemos decir igual de la sexta (mucho más limitado tecnológicamente). Por ello, sería de agradecer un remake a estas alturas. Sería el mejor homenaje posible a uno de los Final Fantasy que más le debemos.

Kefka por Yoshitaka Amano. Square Enix

Héroes de Papel abre las reservas para «La leyenda de Final Fantasy IX», a la venta el 1 de diciembre

Pese a no ser inicialmente el episodio de la saga con mayor éxito de ventas, Final Fantasy IX se ha convertido con el paso de los años en una obra de culto con millones de seguidores en todo el mundo. El título supuso una vuelta a los orígenes de esta franquicia de videojuegos, una aventura inolvidable repleta de fantasía, épica y magia que invitaba al jugador a liberar Gaia del yugo de la reina Brahne y su secuaz Kuja.

Ahora, tras la reciente remasterización del título en su versión para la consola Playstation 4, el videojuego publicado por Squaresoft en el año 2000 vuelve a cobrar vida en las páginas de La Leyenda Final Fantasy IX, un libro que analiza con detalle todo el proceso de creación de este mítico videojuego, sus personajes, así como las fuentes de inspiración que sus creadores encontraron en la vida real para dar vida a un universo mágico, con una historia inolvidable.

Tras el éxito de La Leyenda Final Fantasy VII y La Leyenda Final VIII, ambos publicados por Héroes de Papel, llega ahora un nuevo volumen dedicado al episodio favorito de su creador, Hironobu Sakaguchi, que marcó el fin de una época dorada para esta saga de videojuegos en la primera Playstation. La Leyenda Final IX estará a la venta en librerías y grandes superficies a partir del próximo 1 de diciembre en edición de lujo, con tapa dura y más de 200 páginas.

Reserva ahora tu ejemplar en heroesdepapel.es y llévate de regalo 4 postales con la portada del libro e ilustraciones de tres de los personajes más icónicos de este título: Vivi, Yitán y Garnet. Y si te invade el espíritu coleccionista, no dudes en conseguir una de las tres ediciones especiales del libro, con sobrecubiertas exclusivas de los citados personajes, únicamente disponibles en la página web de la editorial. No tardes en hacerte con tu ejemplar… ¡Unidades limitadas! 

Cinco motivos por los que creemos que Final Fantasy IX es el mejor de la saga

Recientemente hemos vuelto a finalizar Final Fantasy IX, esta vez en su remasterización para Play Station 4, y el maravilloso recorrido nos ha servido para rememorar todos los buenos momentos, toda la magia y el encanto que desprenden esta entrega de la franquicia de Square Enix (antes Squaresoft) por todos sus píxeles.

Hay aspectos incluso en los que creemos (lo pensábamos antes, lo hemos verificado esta vez) que el noveno episodio es incluso superior al resto de videojuegos de la saga, por lo que vamos a ir enumerando y explicando los motivos de los cinco principales (como siempre, todo esto es subjetivo, y avisamos de SPOILERS).

La mejor estructura narrativa

Todos los Final Fantasy tienen una de sus principales virtudes (o deberían) en su historia. Los hay más o menos alegres, más o menos enreversados, pero el guión siempre ha de resultar atractivo para una parte mayoritaria del público si no quiere ser vapuleado sin piedad (todos conocemos el caso por el que está pasando Final Fantasy XV).

Final Fantasy IX no es solo dueño de una historia realmente atractiva, con varios giros sorprendentes y personajes carismáticos, sino que además posee la estructura narrativa mejor definida dentro de todos los juegos de la saga.

Escrito por Hironobu Sakaguchi y bajo la dirección de Hiroyuki Ito, el guión tiene un principio, un nudo y un desenlace bien definidos, dejando pocas cosas en el olvido o sin explicar. Atrás quedan los papeles poco demostrativos, para su importancia, de Sefirot (¿o Jénova?) y Aeris; o toda la segunda mitad de Final Fantasy VIII (¿el triángulo Squall-Rinoa-Seifer? ¿El propio Seifer? ¿Norg? ¿Artemisa?); Final Fantasy IX demuestra (salvo excepciones como Tiniebla Eterna o esa parte final psicodélica) que se puede seguir una (o varias) líneas narrativas con una trayectoria bien definida y una conclusión satisfactoria. Lo que nos lleva al siguiente punto.

El mejor final

Esta saga es famosa asimismo por sus finales, y es que una buena historia ha de tener una conclusión a la altura. Pues con la novena entrega Squaresoft fue y se sacó la chorra. Puede que peque de cursi en algunos apartados para varios, pero la emotividad y la cercanía que desprenden los últimos treinta minutos no los percibimos en ninguno de los otros episodios.

Además, para los que lo califican de «demasiado happy ending», tengamos en cuenta que esta conclusión da a entender que Kuja y sobre todo Vivi mueren. Sí, uno de los personajes más inocentes y queridos por el gran público la palma, dejando el legado de su recuerdo a través de sus amigos y de sus «hijos». Ni la séptima entrega se había atrevido a tanto. Y además tampoco queda muy claro por cuánto tiempo va a vivir Yitán, en un juego donde el tema principal es precisamente la muerte. Pero el conjunto de diálogos (sin voces), música y cinemáticas, concluyendo en esa escena de Garnet y Yitán abrazados, siempre SIEMPRE provoca que los vellos se pongan de punta.

Nosotros ya lo incluimos en la lista de nuestros mejores finales de la historia.

El mejor villano

Sí, soy consciente de que mucha gente estará ahora mismo pensando que el mejor es Sefirot (Final Fantasy VII), que para eso siempre gana en todas las encuestas de popularidad. En nuestro caso, ya hemos hablado del villano de la séptima entrega y hemos analizado por qué no nos parece el mejor desde una perspectiva «objetiva» (lo cual es imposible). Allí donde fallaba Sefirot, Kuja cumple con creces.

Vale, es verdad que el diseño de Kuja a simple vista puede ser causa de rechazo (aunque personalmente nunca lo he visto un inconveniente), pero es en su personalidad e historia donde el antagonista de Final Fantasy IX brilla con luz propia. Tiene una personalidad, interactua con varios de los personajes (no solo Yitán, de hecho es el creador de Vivi y el causante de la mayor parte de tragedias que le ocurren a Garnet) y al final muestra hasta profundidad.

Y es que Kuja, ahí donde se lo ve tan narcisista y tan seguro de sí mismo, es un compendio de inseguridades y rebeldías contra su creador (Garland). Para empezar, Kuja es un accidente: nacido como genómido en Terra, un recipiente más, de forma inesperada desarrolló una fuerza de voluntad arrolladora y personalidad propias, creándose una identidad. Garland intentó aprovechar este acontecimiento y lo mandó a Gaya para causar la guerra y muerte y allanar el terreno para la llegada de su verdadera creación definitiva, el genómido buscado: Yitán. Kuja, consciente de que iba a ser sustituido, no pudo soportarlo y raptó a Yitán cuando aún era un niño (infancia, un concepto que él mismo nunca tuvo al tratarse de un accidente) y lo abandonó en Gaya sin matarlo, como muestra de su propia existencia, tal como indica Garland.

El tiempo pasa y Yitán crece en Gaya ajeno a su pasado, origen y propósito con el que fue creado. Su camino termina cruzándose nuevamente con el de Kuja, de nuevo «accidentalmente». Al final, el villano descubre por boca de Garland que fue creado, al igual que el resto de genómidos normales, con una fecha de caducidad, lo que tampoco puede asimilar, enloqueciendo de la impotencia e intentando llevarse todo a su paso con él hacia la muerte para, a la postre, redimirse.

Kuja es de este modo Vivi, pero en adulto, unos pasos por delante; es Roy Batty (Blade Runner) y es en definitiva toda aquella persona que tan solo quiere llevar su propia vida y ser respetado como individuo. Por todo ello, Kuja posee una profundidad argumental de la que carecen otros villanos de la saga. Y su tema musical (Nobuo Uematsu inspirado como siempre) es cojonudo.

Incluso su diseño, tan extravagante para muchos, tiene su razón de ser en la personalidad de Kuja: muestra su narcisismo, su objetivo de destacar entre el resto (aborrece a los genómidos y a Terra, que al fin y al cabo son todos recipientes iguales), su oposición ante la idea de ser poco más que un robot (gesticula mucho, es sarcástico y dramatiza, algo que no es propio de las máquinas). Paradójicamente, al final Kuja sirve de inspiración para el resto de los suyos.

El mejor romance (o al menos el mejor construido)

Puede que Yitán y Garnet no sea nuestro romance favorito de la saga, ni tan siquiera dentro del grupo de los oficiales (tampoco nos molesta), pero nos parece sin duda el que está mejor elaborado.

Ambos se conocen fortuitamente con 16 años: él es un mujeriego y pendenciero de la banda Tantalus y ella la princesa heredera de Alexandría, que apenas ha salido de la vida en el castillo. Pronto, ambos van descubriendo nuevos mundos y experiencias, Yitán madura y se serena frente a los demás, aprende a apreciar lo que es realmente importante; mientras que Garnet descubre otros modos de vida y que uno tiene que ser dueño de su propio destino.

La relación amorosa entre ambos se prevé desde el minuto uno, pero no se siente forzada ni tampoco surgida de la nada. No es que un día Yitán despierta encontrándose enamorado pérdidamente de Daga (apodo de Garnet), ni que ella se meta en peligros solo para ser rescatada por su caballero en chocobo blanco (sí, miramos hacia Squall y Rinoa). Los dos van descubriendo más matices el uno del otro y van compartiendo momentos de cercanía que es lo que hace que toda la escena final sea de las más emotivas de la saga, tanto si eres su fan número uno como si no.

La mejor dirección artística

Final Fantasy IX es bonito. Bueno, no, es PRECIOSO. Es cierto que a muchos jugadores en su día le tiró para atrás su estética «super deformed», con personajes cabezones y variopintos en contraste con el realismo y homogeneidad de su antecesor, pero también lo es que sus escenarios, su detallismo bien dibujado y coloreado, todo en él destila belleza para los ojos. Y sino, basta con echar un mero vistazo a Alexandría, a Treno o a Burmecia, solo por poner unos ejemplos (agradecerle fundamentalmente a Hideo Minaba, director artístico del juego).

Las cinemáticas hechas enteramente con CGI, que abundan en este episodio, tampoco se quedan atrás, y son declaraciones de una dirección artística muy cuidada.

Si añadimos las partituras de Uematsu y los diseños de Yoshitaka Amano y de Toshiyuki Itahana en la combinación resultan en una gozada estética que se ha visto en poco juegos de la PSOne.

P.D.: Mención de honor merece, en la edición española del juego, la maravillosísima traducción.

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Final Fantasy IX y la representación de las minorías

Habiendo avanzado por enésima vez en mi vida (siendo la última hace más de un lustro) por esta maravilla de Squaresoft, ha sido esta la primera vez que he caído REALMENTE en la cuenta de algo importante: Final Fantasy IX tiene una (buena y hasta cierto punto realista) representación de las minorías.

Sí, enseguida se nos vendrá a la mente que el grupo principal está conformado por todo tipo de especies (los humanos son los que menos… de hecho creo que los únicos realmente humanos son Steiner y Amarant, y éste último es ¿azul?), pero si miramos bien hay mucho más en la narrativa.

Como ya hemos tratado con anterioridad el papel que juegan las mujeres en esta entrega, vamos a centrarnos en las minorías étnicas. Vamos a poner pues el foco en Vivi (y en menor medida en Yitán). Advertimos que habrá SPOILERS para los que no hayan finalizado Final Fantasy IX.

Vivi y los magos negros

Vale, Vivi es literalmente negro (un mago negro), pero dejando de lado esa obviedad, que en sí no tendría por qué significar nada, es en el rol que cumple este personaje en la historia en donde hallamos toda la sustancia.

Vivi es, como decíanos, un mago negro, pero al principio del juego no lo sabe. Creados por Kuja para ser meros instrumentos de guerra, los magos negros son elaborados en masa, metidos y apilados en cajas y llevados en un carguero hasta la reina Brahne de Alexandría, que ha pagado previamente por ellos al villano.

De este modo, en una escena del juego, aún en las primeras horas, mientras estamos en la aldea de Dali, Vivi es secuestrado al creer que se trata de un mago negro que se ha escapado y lo meten en una caja, a punto de ser transportado en el carguero hacia Alexandría. Veamos ahora las imágenes aquí expuestas, ilustraciones del siglo XVII que muestran barcos negreros, esos que cargaban esclavos africanos hacia tierras americanas. Como se puede observar, los llevaban apilados pegados unos sobre otros, como las maletas en un avión. Por supuesto, eran varios los que fallecían en el trayecto ante estas condiciones, según un negrero inglés al menos un 25% de ellos nunca llegaron a destino.

Vivi y los magos negros, pues, son tratados igual que los esclavos: mercancías con las que se trafica para que realicen labores que los demás, los poderosos, no quieren hacer, como lo es el ir a la guerra. En algunos casos las consecuencias fueron realmente desastrosas, por ejemplo en las guerras civiles posteriores a la declaración de la independencia argentina se dice que se mandaron a muchos esclavos de origen africano, muriendo la mayor parte en la batalla. Actualmente, es extraño encontrarte a gente de estas etnias o descendientes de al recorrer la ciudad de Buenos Aires.

El caso de Vivi es asimismo llamativo porque es el ejemplo de un mago negro que «despierta» y que se revela contra su destino asignado de carecer de voluntad e ir a la guerra. En el proceso, adquiere una identidad propia y un significado por el que vivir.

Vivi extiende asimismo esta enseñanza al resto de magos negros y a sus «hijos» al final del juego. A la postre, ellos no pueden cambiar completamente el sistema (al fin y al cabo, siguen siendo fabricados con un periodo de caducidad/fin/muerte), pero sí pueden ganar una identidad y adquirir dignidad.

No solo eso, sino que Vivi enseguida se gana el respeto y afecto de sus compañeros, primero por su bondad y ternura, segundo por sus poderes mágicos, inusuales en el resto de mortales. Curiosamente, el miembro del equipo que más respeto muestra hacia Vivi desde el primer minuto es Steiner, el leal soldado de Alexandría que, en cambio, sí tiene problemas con la procedencia de Yitán y los miembros de Tántalus.

Para Steiner, al contrario que Brahne y tantos otros ciudadanos del reino de Alexandría (como los que habitan en Dali), Vivi y los magos negros son congéneres merecedores de tanto respeto como cualquier otro miembro de la nobleza, llegando incluso a espetarle al Vals Negro 3 que lo que ha hecho es detestable tras asesinar a los otros magos negros del carguero.

«No importa lo que pase, ¡tú eres un individuo, Vivi!»

Yitán y las diferencias de clase

Por detrás de Vivi, otros personajes centrales sirven también de ejemplo de representación de minorías raciales y de clase. Es el caso de Yitán, que al final resulta ser un genómido creado, al igual que los magos negros, para destruir y matar. Yitán, que es creado desde el inicio con una inteligencia superior a la del resto de genómidos, es criado accidentalmente por Bakú y los miembros de la banda Tántalus, convirtiéndose en un joven de buenos sentimientos y gentil corazón, a pesar de la picaresca que caracteriza a los pillos.

Al final, esto demuestra que lo importante es quién te cría y las decisiones que toma uno (nuestro protagonista revela que durante al menos buena parte de su pasado estuvo inquieto por su desconocida procedencia). Puede que Tántalus sea una banda de canallas de dudosa clase de Lindblum, frente a los aires de aristócrata perturbado de Garland (y Kuja), pero es gracias a ellos que Yitán llegó a ser quién es.

Tal como señalábamos al principio, casi todos los personajes principales forman parte de razas no humanas, y todos ellos podrían servir de menor exposición, como Quina (quien en cierto momento afirma con absoluta naturalidad que, al contrario que ella, Vivi parece un niño de lo más normal), pero la historia y recorrido de Yitán y, sobre todo, Vivi y los magos negros hace que inevitablemente nos preguntemos si Hironobu Sakaguchi (creador de la saga y productor y guionista de la entrega que nos ocupa) no tenía en mente a Martin Luther King durante su creación.

Yitán, Vivi y Tántalus. Ilustración que NO es nuestra 😉

Las mujeres en Final Fantasy IX

Las mujeres en los videojuegos, las mujeres en los RPG, las mujeres en Final Fantasy. Son todos ellos temas sobre los que se han escrito (y escribirán) bastante, pero normalmente desde una perspectiva crítica. No es para menos, pues es sabido (pero no lo suficiente) la objetización de la mujer en este mundillo, donde o sirve como complemento del héroe masculino, o está ahí de bonito decorado (normalmente son ambas cosas).

Final Fantasy a veces ha pecado de esto, aunque quizás en donde más ha recurrido la saga es en el error de mostrar a la mujer como clichés de anime: o son moe (Serah), o tsundere (Lightning), o están ahí de relleno secundario que si te pasas la historia sin ella tampoco notas la diferencia (Yuffie).

Sin embargo, también hay que saber valorar cuándo y en qué lo hacen bien, y por eso vamos a hablar de Final Fantasy IX.

En realidad, hay muchas cosas que la novena entrega de la saga hace MUY bien, pero la representación de las mujeres es una de ellas y en la que vamos a detenernos durante un rato. Advertimos, para los que no se hayan pasado esta maravilla, que habrá SPOILERS.

Primero tenemos a la protagonista, Garnet Til Alexandros XVII, también conocida como Daga durante buena parte del juego. Garnet empieza como un modelo femenino no muy esperanzador: es una princesa en apuros que, al poco tiempo de conocer a Yitán (protagonista masculino), le pide que la «rescate»/secuestre para poder salir del castillo. Poco después cae inconsciente y tienes que rescatarla. En fin, un inicio de bostezo y «facepalm» totales.

Pero pronto esto cambia, y por ello debemos agradecer a Squaresoft por haber llevado a cabo uno de los desarrollos de personajes más magníficos y creíbles dentro del mundillo. Tan rápido como Garnet se da cuenta de que está siendo una carga (y NO quiere serlo), empieza a esforzarse por cambiar e intenta valerse siempre por sí misma.

Estos cambios incluyen el más obvio del nombre (no obstante, es una princesa escapada/secuestrada y, por lo tanto, fácilmente reconocible), pero también en la forma de hablar. Sobre todo, intenta desmarcarse en todo momento de lo que los demás (hombres, especialmente Steiner) creen que es más conveniente para ella, con la convicción de que tiene que luchar por lo que considera justo y tiene que hacerlo ELLA.

Otra mujer importante en Final Fantasy IX es la madre de Garnet y la que creemos que es villano principal durante los dos primero CDs: la reina Brahne. Odiada por muchos dentro y fuera del juego (lo cual no es más que la demostración de una muy buena caracterización), la mandataria de Alexandría demuestra ser de armas tomar y no duda ni tan siquiera en deshacerse de su hija con tal de cumplir sus objetivos. A pesar de que esto queda algo ensombrecido por la entrada en escena de Kuja, que nadie se llame a engaño: Brahne es antagonista y como tal cumple con creces su parte… lo que no significa que Garnet deje de quererla por ser su madre.

Y es que Daga, a pesar del cambio TAN drástico que piensa que ha sufrido su progenitora, en ningún momento deja de creer en su recuperación y en la bondad que escondería en su interior, convencida de que todo es producto de Kuja (un hombre), quien la ha corrompido y engañado. En este sentido, resulta especialmente conmovedora la escena de la muerte de Brahne.

Pero la reina de Alexandría no es la única en la ciudad que lleva las riendas. Dentro del ejército, el batallón comandado por la general Beatrix se muestra desde el principio como mucho más competente que el de Steiner (el batallón Pluto) y sus hombres. Hacemos aquí además un paréntesis para hablar de la propia Beatrix, probablememte el personaje secundario más interesante de la novena entrega. Una mujer fuerte, decidida y disciplinada, que sin embargo no duda en llegar a traicionar a la Corona cuando ve que ésta pone a Garnet en peligro. Como nota adicional, nuestros protagonistas NUNCA son capaces de derrotar a Beatrix, sin importar lo mucho que entrenemos o cuántos seamos contra ella sola.

Volviendo a nuestro equipo, Garnet no es la única mujer con forma humanoide (definir las razas en el IX resulta un pelín complicado). También encontramos a Freija, una dragontina, la primera con género femenino de toda la saga; y Eiko, otra invocadora que, debido al exterminio de los suyos, ha crecido y se ha criado sola con ayuda de los moguris. Como vemos, otros dos ejemplos de mujeres fuertes, valientes e independientes (en el caso de Freija su historia está más ligada a la de Flatley, pero no quita los rasgos de su personalidad). Y Eiko es además quien le abre los ojos a Garnet sobre su verdadera identidad y lugar de procedencia. De mujer (o niña, pues además solo tiene 6 años) a mujer.

Si echamos un vistazo por los personajes secundarios, encontramos también buenos ejemplos femeninos. Es el caso de Hilda, la gran duquesa de Lindblum y mujer de Cid, quien, cansada de los flirteos de su marido con otras mujeres, lo maldice y lo convierte en un bicho buri. En el juego, nunca se condenan los actos de Hilda, dando por hecho que ella tenía razón y sus decisiones estaban justificadas, incluso sirviendo para que Cid se arrepienta y pida perdón. Finalmente, el barco volador que usamos en el juego, el Hildagarde, está obviamente inspirado en ella, una mujer.

En el terreno de los genómidos, la raza de Yitán y Kuja, surge un personaje con aspecto femenino que destaca sobre el resto de los de su especie por poseer una personalidad e identidad propias, similar a nuestro protagonista. Su nombre es Mikoto, y fue creada como una versión mejorada de Kuja y del propio Yitán. Nuevamente, una mujer.

No es complicado visualizar, en conjunto o por separado, la importancia que tienen las mujeres en Final Fantasy IX, empezando por Garnet, protagonista del juego y cuya historia es la que mueve los hilos en prácticamente los tres primeros CDs. Quizás exageramos, pero ahora, habiendo regresado a esta maravilla, creemos que es el personaje femenino con el arco argumental mejor construido en toda la saga (seguida de cerca por Terra, Final Fantasy VI). Aeris (Final Fantasy VII) sigue siendo por ejemplo nuestra favorita, pero lo cierto es que su historia no está tan bien llevada (el mismo error que cometen con Sefirot en relación con Kuja), y lo que hacen con ella en la Compilation supone un retroceso en todas las direcciones. Garnet o Daga, en cambio, se mantiene como un constante motor de la narrativa, con su personaje creciendo y madurando de forma creíble y pasando por distintas etapas. Es verdad que necesita que la rescaten en un par de ocasiones, pero, ¿y las veces que la que rescata es ella? Porque sin Garnet, probablemente, Yitán nunca hubiera podido recuperarse de su estado tras la revelación de su verdadera identidad. Y son ella y Eiko, mujeres, las que plantan decididamente cara a Bahamut en Alexandría, al igual que Beatrix y Freija son las que deciden quedarse a enfrentar al ejército alexandrino mientras el resto de nuestro equipo huye (solo más tarde Steiner decide acompañarlas).

En definitiva, Hironobu Sakaguchi, padre de Final Fantasy y muy involucrado con esta novena entrega (aparte de productor, fue el guionista), ha declarado en varias ocasiones dos cosas: que la parte numerada que nos ocupa es su favorita y que es un admirador del trabajo de Hayao Miyazaki. Y todos sabemos que los personajes femeninos son una de las muchas virtudes del director de Ghibli.

P.D.: Los temas musicales de Garnet y de Beatrix («Rose of May»), ambos compuestos por Nobuo Uematsu, merecen de por sí estar en el podio de los podios.

P.P.D.: Sí, nos hemos dejado a Lani y a Rubí, otras dos mujeres que sirven de personajes secundarios repletos de carisma (en el caso de la primera, es además enemiga temporal).

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Hablemos de Prompto (Final Fantasy XV)

Las historias sobre la búsqueda de identidad no son ajenas al mundo de Final Fantasy. Ya se nos presentaba dicha temática con Cecil en Final Fantasy IV, Terra en Final Fantasy VI, Cloud en Final Fantasy VII o Vivi en Final Fantasy IX, y eso solo poniendo algunos y conocidos ejemplos. En realidad, las típicas preguntas «¿quién soy?», «¿de dónde vengo?» son inherentes al ser humano, y como tal han sido retratadas en múltiples ocasiones en obras de ciencia ficción y fantasía.

En Final Fantasy XV también tenemos nuestro caso particular de búsqueda identitaria en la forma de Prompto Argentum. El personaje se nos presenta como un joven de 20 años aparentemente de lo más normal, jovial, extrovertido (o eso creemos), preocupado por las chicas y los videojuegos. A simple vista podrá llegar incluso a resultar molesto, debido a su verborrea incontenible y a que es, en definitiva, el más enérgico del grupo de cuatro protagonistas que van recorriendo el mundo de Eos.

No obstante, hay más en el interior de Prompto de lo que pensamos (y a partir de aquí habrá SPOILERS para los que no se hayan pasado Final Fantasy XV  y Final Fantasy IX). En Final Fantasy XV Brotherhood se nos presenta como un «niño de la llave», o lo que es lo mismo, un pre-adolescente que se pasa solo casi todo el tiempo, tanto en el colegio como en casa. Probablemente debido a eso, desarrolla algo de obesidad, ya que Prompto simplemente «se deja estar». No parece que tenga ningún tipo de relación profunda con nadie, ni tan siquiera con sus padres (a los que nunca vemos), hasta que aparece un día una perrita herida en medio de la calle. Al muchacho, que siempre le han gustado los animales (como podemos apreciar por su colección de fotografías), se le ocurre llevársela a su casa para que se termine de curar, bañarla y darle de comer. Resulta que el can es en realidad Pryna, la perra de Luna, que a su vez es la amiga de la infancia de Noctis (compañero asimismo de colegio de Prompto). Cuando la dueña se entera de quién ha salvado a Pryna, le manda una carta de agradecimiento y, además, le pide que por favor siga siendo buen amigo de Noctis, puesto que en realidad el príncipe no se relaciona mucho. Debido a que es la primera vez en su vida que alguien le encomienda algo, Prompto se motiva para hablar con Noctis… pero solo logra intercambiar un par de palabras con el príncipe. En realidad, se siente una carga para él, como seguramente se sentirá que lo es para sus ausentes padres. Así, Prompto se propone bajar de peso, comer más sano y, en definitiva, vivir un poco y quererse más, para lanzarse a ser amigo de Noctis. Ambos empiezan a relacionarse realmente en cuanto entran al instituto, forjando una seria amistad que durará el resto de sus vidas.

Lo que Prompto (y lo demás, claro) no sabe es de dónde viene en realidad. Sabe que no es de Lucis, pero no hay más detalles. Durante un incidente mientras van en tren, Ardyn engaña a Noctis haciéndole creer que se encuentra delante de sus narices, causando que el príncipe lo empuje y lo lance fuera. En realidad, se trataba de una visión: la persona a la que Noctis había tirado del tren no era Ardyn, sino Prompto. A partir de este punto, el rubiales queda fuera del grupo hasta que casi hemos pasado todo el capítulo 13. El Episode Prompto intenta solucionar ese hueco, ya que el personaje, una vez regresa, lo hace como alguien más maduro y sereno, mostrándoles a sus amigos el tatuaje con forma de código de barras que lleva siempre oculto y que revela su verdadera identidad: un soldado del imperio de Niflheim. El nuevo contenido descargable del juego se centra en esta averiguación: qué es Prompto y cómo llega a superarlo, aceptarlo y afrontarlo, de paso derrotando a uno de los enemigos de la historia y con quien guarda un estrecho vínculo.

Prompto y Cloud… no, mejor Prompto y Yitán

Son inevitables las comparaciones entre Prompto y el protagonista de Final Fantasy VII, incluso partiendo de sus respectivos diseños (aunque Prompto tiene unos rasgos más «distinguibles» que Cloud), También hay áreas de las historias de ambos que resultan similares, a saber, los dos han formado parte de los experimentos del «científico loco» del juego y, una vez descubren su verdadera identidad, entran en shock y en una profunda crisis de la que solo salen (con ayuda de algún empujoncito) haciendo reflexiones de sus vidas y aceptando a sus verdaderos «yo» internos.

Bueno algo sí se parecen… ¿no?

Sin embargo, hay un personaje de la saga con la que, en mi opinión, Prompto guarda aún mayor similitud: Yitán/Zidane Tribal, protagonista de Final Fantasy IX. No solo guardan algo de parecido en su personalidad (ambos son alegres, enérgicos y suelen quedar prendados -de forma más o menos seria- de cualquier fémina con cara bonita), sino que sus historias son prácticamente iguales: Yitán fue creado por Garland, único superviviente de Terra y un señor con apariencia algo siniestra y barba blanca, para que al crecer terminase destruyendo Gaia. Kuja, anterior creación de Garland y por lo tanto hermano mayor de Yitán, lo secuestra aún siendo un crío y lo abandona en la misma Gaia, donde es encontrado y criado por la banda Tántalus. Yitán crece así en el planeta que estaba destinado a destruir, sin saber en realidad de dónde viene, haciendo amigos y creando lazos con la gente que habita en ese lugar. Cuando Garland le descubre la terrible verdad, el rubiales con cola cae en una depresión y crisis de identidad de la que sale con ayuda de sus amigos y, especialmente, de Garnet. Es probable que, si Final Fantasy IX se hubiese desarrollado con la tecnología que tenemos hoy en día, la escena de la revelación de Garland a Yitán hubiese sucedido de forma muy similar a la de Prompto con Verstael (éste último, científico de Niflheim y verdadero «padre» de Prompto, ya que lo creó como clon suyo); aunque seguramente de manera algo menos agresiva. Y es que Verstael, esta vez sí, con quien guarda verdaderas similitudes es con Hojo de Final Fantasy VII.

La escena posterior, especialmente en el momento en que entra en escena Garnet, también puede ser comparada al momento ante el fuego de Prompto y Aranea. En la novena entrega, el protagonista incluso llega a agradecerle a su compañera de forma muy similar a la que lo hace Prompto con Aranea hacia el final del episodio. Y, tal como dice la muchacha, con esto «el niño se hizo hombre». Prompto y Yitán dan aquí un salto de madurez. Conservan su esencia, su personalidad aparentemente despreocupada, pero tienen un objetivo claro y se han centrado, ya saben quiénes son y lo que quieren y lo aceptan con gusto. El principal problema de Prompto, lo dice también Aranea, es que se preocupa más por lo que buscan los demás que por lo que él quiere realmente. Esa es una de las principales características de Prompto: sus inseguridades, hasta el punto de tener en realidad una baja autoestima. El final de Episode Prompto nos deja al menos con el buen sabor de boca de que el rubiales se tiene un poco más en cuenta que antes.

Los logros del personaje

Hajime Tabata, director de Final Fantasy XV, dijo antes de la salida del juego que el equipo y él mismo se habían preocupado por lo bajo que puntuaba Prompto en las encuestas de popularidad. Por eso se molestaron especialmente en convertirlo en un personaje interesante de cara al público. Y vaya si lo han conseguido. Sí, es verdad que es un personaje que sigue resultando en algunos apartados irritante, pero no podemos obviar que en la actualidad, a más de seis meses después de la salida de Final Fantasy XV, es uno de los favoritos en las redes. Es, además, el preferido por el productor del juego, Akio Ofuji y la pareja formada por él y Noctis es probablemente la más popular entre el fandom (hasta el punto de denominarse «Promptis»).

Tiene su lógica. No solo su historia es una de las más profundas de Final Fantasy XV, sino que además Prompto es normalmente el personaje que sirve de punto de conexión con el jugador (quitando a Noctis, que es a quien controlamos, claro), llegando a romper en ocasiones la cuarta pared (es quien más referencias y guiños hace al resto de Final Fantasy). En ese sentido, su afición por la fotografía es un punto a su favor. A lo largo del juego, Prompto va haciendo fotos del resto de personajes y lugares que nos encontramos, convirtiéndose esto en el «modo selfie» del Episode Prompto, creando una serie de fotos de él mismo o Aranea de lo más hilarantes. Sirve de paso para percibir rasgos de estos personajes que de otra forma no quedan tan claros (como por ejemplo que en realidad tanto Prompto como Aranea son bastante payasos. Del rubiales te lo esperas, pero de la otra, a simple vista, no. Algo similar ocurre con Noctis).

En cualquier caso, la gran virtud que han conseguido con Prompto es, para mí, lo bien equilibradas que están las dos caras de su personaje: la externa y la interna. El «Prompto payaso», como decíamos, y el otro, repleto de inseguridades y con un pasado de lo más turbio. Este tipo de dualidad, en mi opinión, no la habían logrado tan bien en un Final Fantasy desde, justamente, Yitán en Final Fantasy IX. Sí, sé que Zack (Crisis Core) también es ese prototipo de personaje, pero el moreno no entra en el cuadro de los pasados oscuros e inseguridades escondidas en nuestro ser interno. Por eso, Prompto es, junto con Ardyn (por supuesto) y Noctis, uno de los mejores personajes de Final Fantasy XV. Y Episode Prompto, jugabilidad algo irregular en ocasiones aparte, un gran añadido (que a nivel historia, ritmo y química entre personajes incluso llega a superar a veces al juego principal). Pon un Prompto en tu vida.

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