Tokyo Goul: Re y la imagen de «la mala mujer»: Tooru Mutsuki

Tenemos en mente (desde hace bastante) escribir un Japoneando Anime de Tokyo Ghoul, pero desde hace un tiempo lleva rondando mi cabeza la presencia de un personaje en concreto de dicha serie, el cual me parece que lleva un desarrollo de lo más interesante (a la espera de ver su conclusión) a la par que atrayente, hablamos de Tooru Mutsuki.

Con el capítulo 155 recientemente lanzado en Japón, nos resultó ya inevitable ponernos a hablar de Mutsuki y toda la controversia que lo rodea, desde si es realmente o no un ejemplo de personaje transgénero, si es simplemente una mala pécora que merece morir lenta y dolorosamente o una pobre alma perdida. En realidad, Mutsuki tiene bastante de todo esto, y las reacciones de los seguidores del manga hacia él son de lo más variopintas y también intensas. Avisamos que puede haber SPOILERS de Tokyo Ghoul: Re y que este artículo se basa especialmente en nuestra opinión.

Hagamos un repaso de su historia: Tooru Mutsuki nació como mujer en una familia humana, donde su padre abusaba de él y su madre no parecía hacer mucho para impedirlo, hasta que en un momento dado Mutsuki tuvo una descarga de ira violenta y los mató a todos. Cuando la CCG los encontró, él parecía no recordar nada de lo sucedido, dijo que los ghoul habían asesinado a sus parientes y que de ahora en adelante le gustaría ser tratado como hombre, vistiendo y aparentando superficialmente ser uno, adoptando pronombres masculinos y haciendo uso de las instalaciones masculinas.

De este modo, Mutsuki va entrenándose como investigador ghoul y termina entrando en el equipo de Haise Sasaki (alter ego de Ken Kaneki) junto a Kuki Urie, Ginshi Shirazu y Saiko Yonebayashi. Durante una misión, Mutsuki atrae la atención del ghoul conocido como «Torso», quien descubre que es biológicamente una mujer y se obsesiona con él, hasta el punto de secuestrarlo y, nuevamente, sufrir abuso. Al principio Mutsuki se mantiene «pacíficamente» (es un decir) con Torso, hasta que otra vez estalla violentamente y lo mata, autoliberándose.

A partir de este episodio, Tooru comienza a recordar más eventos de su vida pasada más perturbadora y, unido a la partida de Sasaki de la CCG y su consecuente obsesión con él, empieza a desarrollar más su lado sádico y claramente dañado (y dañino) de su personalidad, hasta el capítulo que nos ocupa.

Esta es, a grandes rasgos, la historia de Mutsuki, la cual tiene grandes similitudes y paralelismos con la del propio Kaneki (abusos por parte de un familiar, personalidad amable y sumisa frente a otra más sádica y problemática, la no aceptación inicial de una identidad…). Sin embargo, a Mutsuki se le añade un matiz bastante interesante en relación con los problemas de género.

Para los que conozcan el caso real de Natascha Kampusch (y sino, tenéis un resumen como siempre en la auxiliadora Wikipedia), el de Mutsuki guarda con él alguna que otra similitud, especialmente en su caso con Torso. Unos meses después de su autoliberación, Kampusch salió en la prensa diciendo que quería raparse el pelo y «parecer un hombre, ya que los hombres no atraen tanto la atención». También se comentó que parecía tener una conducta más hostil hacia otras mujeres, de forma similar (aunque mucho más radical y violenta) a Tooru con Touka, a quien considera principal culpable de la partida de Sasaki.

La conducta de Mutsuki hacia Touka aquí es bastante ilustrativa: Sasaki no se fue porque él quisiera, porque el propio Haise fuera un «engaño», por la corrupción de la CCG o por la intervención de Arima. No, si Sasaki se fue es EXCLUSIVAMENTE culpa de otra mujer, en este caso Touka, y por lo tanto hay que erradicarla, así el querido inspector volverá. Algo así debe pensar la cabeza de Tooru.

Todos estos indicios, a mí me hacen vislumbrar a Mutsuki como, primero, una víctima de (repetidos) abusos a manos de hombres, en algunos casos cercanos a él. Y segundo, como alguien que absorbió todas las perspectivas de esas figuras masculinas hacia las mujeres, que son completamente negativas: la mujer como el sexo débil, como alguien perturbador y desequilibrado, excesivamente emocional, que «roba» a otros hombres.

Por eso, en mi opinión, y similar a Kampusch, Tooru quiso (quiere) hacerse pasar por hombre y ser tratado como uno, porque el hombre es el fuerte, el que tiene el control, el que no llama la atención y, por lo tanto, no recibe abuso. Cuando Mutsuki deja de usar el pronombre masculino «Ore» por el neutral «Watashi» es justamente cuando Torso lo secuestra: ahí vuelve a ser mujer, en posición inferior, sumisa, lista para ser abusada. Actualmente habla más abiertamente de que en realidad es del género femenino (en el capítulo 154 lo dice directamente a Urie, quien ya lo sabía, y Saiko), porque se encuentra de nuevo en una posición de descontrol (al menos emocional).

Lamentablemente, y como vemos, estos casos suceden en la vida real (algo intolerable), donde el hombre (evidentemente, en este tipo de casos) intenta robarle a la mujer su identidad y voluntad, como si se tratase de una mera extensión de él, el fuerte, a quien le debe su propia existencia. Es la figura femenina mal entendida y que sirve para contrastar la posición dominante del otro, que no debe existir y ser erradicada; del mismo modo que la madre de Kaneki intentaba anular la voluntad de éste, pero despojado del elemento de género (porque los problemas de identidad de Ken nunca están relacionados con que si es o no un hombre, sino con su propia personalidad y lado más oscuro).

Curiosamente, no son pocos los seguidores de Tokyo Ghoul que, cuando ven a Tooru desatado, le dirigen los calificativos más propios de «la mala mujer», a saber: «bitch», «whore», acompañados o no de adjetivos como «crazy» o «fucked up» (lo traducimos brevemente, todos ellos significan puta). Es cierto que Mutsuki entra en todos los cánones de la figura «yandere» (el estereotipo dentro del manga donde un personaje se muestra normalmente como alguien tierno, amable y tímido, pero con un lado perturbado que de repente «explota»), pero también lo hace Kaneki y el grado de aversión hacia él es mucho menor (también somos conscientes de la irritante actitud de Tooru hacia Touka).

En definitiva, vemos a Mutsuki como la figura de una mujer repetidamente maltratada, que absorbe la ideología del maltratador hasta cierto punto y, en parte por esto y como medida de autoprotección, asimila una identidad masculina, que a su vez es la que refleja la parte más «controlada y equilibrada» de Tooru. ¿Significa esto que Ishida (autor de Tokyo Ghoul) está asociando el lado femenino con el negativo? Desde nuestro punto de vista, al contrario: está mostrando una lamentable realidad, donde la mujer en muchos casos se ve obligada a «dejar de existir» si es que justamente quiere vivir (la propia Kampusch habla extensamente sobre esto en su autobiografía 3096 días), que es lo que pretenden los hombres abusadores.

Ahora solo queda esperar a ver cómo se desenvuelven las cosas, ya cercanas a su conclusión. No por nada, frente a Mutsuki, Ishida ha colocado al que actualmente es quizás el personaje más equilibrado de Tokyo Ghoul: Re (que tampoco es decir mucho porque casi todos están como cabras): Kuki Urie.