Cinco películas (y una sorpresa) de anime para ver en San Valentín

San Valentín es uno de esos festivos anuales que buscan los comercios para levantar el vuelo durante la temporada posterior a la Navidad, cuando los bolsillos están todavía sufrientes. Es asimismo un día de empalague, que sirve para demostrarle a la pareja sentimental (o a la persona que aspiras a que lo sea) lo que uno siente. Desde hace unos años ha habido cierto furor en el cine de animación japonesa por las temáticas amorosas, con el director Makoto Shinkai a la cabeza. Por ello, aprovechando la jornada, recomendamos seis títulos de anime que hablan sobre el amor romántico con bastante soltura y mucha melancolía.

Your Name (Kimi no Na wa, 君の名は)

Ya adelantábamos que el director Makoto Shinkai estaría a la cabeza de este boom por el cine de anime que versa sobre el amor, en este caso sobre el adolescente. Para ello nos presentan a Taki, un estudiante que vive en Tokio, y a Mitsuha, residente de la zona rural de Itomori. Debido a cierto incidente en el que intervendrían los kami (dioses del sintoísmo), ambos intercambian cuerpos y Mitsuha se ve envuelta en la vida de Taki y viceversa. Solo es cuestión de tiempo que surja el amor.

Your Name es una de las películas más taquilleras de la historia de Japón y no es para menos, ya que posee un buen ritmo y logra hablar sobre el amor juvenil sin caer en lo empalagoso ni en demasiados lugares comunes. El hecho de que la química entre Mitsuha y Taki sea palpable aunque apenas compartan escenas ya es de por sí todo un logro. Y por supuesto, la maravillosa animación, que refleja de forma tan realista las calles de Tokio y el campo de Hida, junto a la banda sonora de Radwimps, hacen el resto.

De Makoto Shinkai en realidad se puede recomendar prácticamente toda su filmografía para hablar sobre el amor romántico. En lo personal nos quedamos con El jardín de las palabras y El tiempo contigo, pero ésta última tiene muchos puntos en común con Your Name.

Susurros del corazón (Mimi wo Sumaseba, 耳をすませば)

Estuvimos debatiendo qué título de Ghibli que verse al menos en parte sobre el amor romántico iría bien en la lista y al final terminamos decantándonos por la cinta dirigida por Yoshifumi Kondô (con guión de Hayao Miyazaki). Si bien también irían muy bien aquí El castillo ambulante o Recuerdos del ayer.

Nos encontramos de nuevo con una cinta que versa sobre el amor adolescente (seremos francos, a los japoneses les encanta hablar sobre esta etapa vital). Shizuku es una estudiante apasionada de la lectura que descubre que todos los libros que toma prestados de la biblioteca han estado antes en manos de un tal Seiji Amasawa. Una tarde, siguiendo a un gato con el que suele cruzarse, llega a una bonita tienda de antigüedades, conociendo al anciano propietario. Toda una serie de circunstancias que generarán que acabe conociendo al misterioso Seiji.

Susurros del corazón tiene el no escaso mérito de ser una película modesta, que habla de cosas simples y de la cotidianidad, pero con una sensibilidad y ternura que te transportan a esa etapa del primer amor, de la incertidumbre por el camino (profesional) a tomar en la vida, de elegir entre lo que nos apasiona o lo que nos brinda una oportunidad. Y escenas como el canto improvisado de «Country Road» ya son una delicia.

En este rincón del mundo (Kono Sekai no Katasumi ni, この世界の片隅に)

Hacemos un parón en los romances adolescentes y nos fijamos en esta maravillosa cinta dirigida por Sunao Katabuchi y basada en el manga de Fumiyo Kôno ambientada en la Segunda Guerra Mundial en Japón.

Suzu proviene de Hiroshima, pero cuando la casan con Shûsaku se traslada a la localidad de Kure para vivir con la familia del marido. Lo que empieza como un matrimonio casi por conveniencia, donde los cónyuges apenas se conocen, acaba derivando, a través del día a día, en un bonito vínculo de compañerismo, respeto y apoyo, sin dejar de lado el amor. Todo ello en medio de los avatares de la guerra, con todo lo que conlleva.

En realidad, En este rincón del mundo es, a pesar de su estilo de animación amable y casi infantil, una dura película sobre la pérdida y la resiliencia, en especial por parte de las mujeres de antaño. Romanticismo o no, no podemos dejar de recomendarla.

A Silent Voice (Koe no Katachi, 聲の形)

Estuvimos dudando de si incluirla o no en la lista (en lugar de La chica que saltaba a través del tiempo de Mamoru Hosoda, también muy recomendable), pero al final hemos optado, como puede comprobarse, por hacerlo. El motivo es que, si bien la relación entre los protagonistas puede interpretarse desde una perspectiva romántica (especialmente en el maga de Yoshitoki Ôima), aborda matices más importantes e interesantes en este caso.

Shouya Ishida es un estudiante deprimido y asqueado de la vida. El motivo es que durante su infancia se dedicó a hacer acoso a una nueva compañera de clase que sufría de serios problemas de audición llamada Shouko Nishimiya, hasta que su madre tuvo que cambiarla de colegio. A partir de lo cual los compañeros de Shouya empezaron a hacerle bullying de la misma manera que hacía él.

En este hermoso relato sobre la redención y el perdón encontramos además un reflejo bastante acertado sobre la discapacidad y lo que implica a la hora de intentar la inclusión en un mundo que no está lamentablemente preparado para ello. A pesar de los inicios, el vínculo entre Shouya y Shouko se ve fortalecido y se puede percibir el respeto que finalmente logran el uno en el otro y en sí mismos, tarea que no es fácil de retratar y mucho menos en una película de poco más de dos horas (dirigida por Naoko Yamada). De nuevo, la animación es sublime.

Quiero comerme tu páncreas (Kimi no Suizô wo Tabetai, 君の膵臓をたべたい)

Esta película de título tan sugerente (que nada tiene que ver con el tono y género, aunque sí con la temática) y dirigida por Shinichiro Ushijima fue una grata sorpresa para nosotros. Aparte de por el citado nombre, el equipo de animación no era especialmente conocido, pero nos topamos con una cinta muy emotiva y sensible, sin caer demasiado en ñoñerías, y con dos protagonistas con gran química entre ellos, su principal fortaleza.

El protagonista es un adolescente introvertido y solitario que carece de interés en hacer amigos, hasta que un día recoge un libro del suelo del hospital (a donde había acudido para recoger unas pruebas) bajo el título «Conviviendo con la muerte». Resulta que pertenece a una compañera de clase llamada Sakura y, con él, ha descubierto su secreto: debido a una incurable enfermedad de páncreas le queda poco tiempo de vida. Así, ambos empiezan a pasar tiempo juntos ya  desarrollar un inesperado vínculo que les resultará inolvidable.

Al igual que Susurros del corazón, Quiero comerme tu páncreas es una modesta cinta de animación (con muy buena calidad, eso sí) que narra la belleza de lo simple y lo cotidiano, del lugar que encontramos en el otro, ya sea mediante el romance o la amistad.

Y… Genji Monogatari (源氏物語)

Genji Monogatari es un clásico de la literatura mundial. Escrita a finales del siglo X por Murasaki Shikibu, esta historia recopilada en dos grandes tomos destaca por sus relatos amorosos, protagonizados por varias mujeres (algunas tan recordadas como Murasaki, Fujitsubo o Yugao) y por el retrato de la corte Heian de la época y de sus cortesanos, que se pasaban todo el día componiendo versos, contemplando la naturaleza y tocando música. Pero sobre todo por ser la primera obra en ahondar en la psique de varios de sus personajes (empezando por el protagonista, que a todas luces puede ser visto negativamente desde nuestra perspectiva actual), incluso presentando al probable primer antihéroe literario (Kaoru).

Lo que incluimos en este listado no es en sí la novela de Genji (aunque nunca es tarde si la dicha es buena), sino la curiosa adaptación a anime de dos horas que dirigió Gisaburô Sugii en 1987. Si no sabes nada de la historia es probable que te enteres de poco y lo que narra son solo sus 12 primeros capítulos aproximadamente (de un total de 54); pero la dirección artística, la música, la ambientación Heian y la presentación de los personajes principales merecen todos ellos la pena. Y que el Genji Monogatari es un clásico japonés que explicaría varios tropos que permanecen aún en el anime actual, especialmente en lo concerniente a los románticos.

Ghibli y la importancia de los ancianos

La ancianidad ha sido la gran ignorada en la ciencia ficción y fantasía, salvo excepciones (caso de la figura del maestro o títulos como Up de Pixar). Vivimos una etapa en la que, además, están siendo las grandes víctimas (y, muchas veces, dejados a su suerte), como si fuesen el lastre de la sociedad. Nada más lejos de la realidad. Studio Ghibli ha ido mostrando a lo largo de la mayor parte de su filmografía la importancia de los ancianos en las vidas de los héroes (cuando no son ellos mismos los protagonistas). Repasamos los títulos donde han tenido papeles más relevantes.

Ponyo en el acantilado (崖の上のポニョ, Hayao Miyazaki)

Esta reinvención de La Sirenita por el gran Miyazaki nos sitúa en un pueblo costero de Japón, donde un niño llamado Sôsuke encuentra y acoge a una niña-pez a la que bautiza como Ponyo. La madre de Sôsuke, Lisa, trabaja como cuidadora en una residencia de ancianos, siendo éstos testigos de varios de los acontecimientos de la película (especialmente durante el tercer acto). La forma en la que el director nipón retrata a los abuelos y su interacción con los personajes más jóvenes es de una naturalidad y gracia que rara vez se ven en el cine. El geriátrico está lejos de ser un lugar triste y sombrío y la energía de sus residentes se alejan de determinados estereotipos.

Nicky, aprendiz de bruja (魔女の宅急便, Hayao Miyazaki)

Otra de Miyazaki y quizás uno de sus títulos más pasados por alto  es este relato sobre la búsqueda de la independencia y nuestro lugar en el mundo laboral, visto desde la perspectiva de una adolescente que tiene la particularidad de ser una bruja. Nicky se muda del hogar familiar, como viene siendo costumbre entre los suyos, para buscar trabajo en la gran ciudad. Allí, entre otros, conoce a una señora (conocida solo como «Oku-sama» en la versión japonesa) que la ayudará a reencontrarse y que le pedirá un encargo para el cumpleaños de su nieta.

Miyazaki muestra aquí el papel de apoyo de los abuelos sin que esperen nada a cambio, ya que la nieta solo muestra rechazo y desapego ante el regalo. También cómo algunos, en los avatares de la juventud, tienden a pensar en los ancianos como un incordio; mientras que la propia Nicky se ve alejada de los suyos.

Nicky, aprendiz de bruja. Studio Ghibli

Susurros del corazón (耳をすませば, Yoshifumi Kondô)

Dirigida por alguien que no es Hayao Miyazaki (aunque el guión sí está firmado por él), esta obra nos narra la búsqueda de inspiración por parte de una adolescente apasionada de los libros, Shizuku Tsukishima, en el Japón de 1994. Un día, siguiendo a un rechoncho y misterioso gato, la joven encuentra una tienda de antigüedades que pertenece a un anciano, Shirô Nishi, a su vez abuelo de un compañero de curso.

El papel que el anciano jugará en la búsqueda de Shizuku para encontrarse a sí misma será fundamental, así como sirve de apoyo para su nieto en la familia. Estamos de nuevo ante la representación de un abuelo jovial, amable, culto y que será amigo de la protagonista. Especial mención a su aportación (con sus colegas músicos) a la interpretación de «Country Road».

El viaje de Chihiro (千と千尋の神隠し, Hayao Miyazaki)

La que es considerada obra magna de Miyazaki es esta especie de Alicia en el País de las Maravillas con muchos elementos del folclore nipón. La protagonista, Chihiro, va a parar a un misterioso negocio de baños para deidades regentado por una bruja, Yubaba. Ésta tiene aspecto de anciana, no por ello sin dejar de ser autoritaria, vital y poderosa. Además, Yubaba cuenta con una hermana gemela, de características similares, que responde al nombre de Zeniba.

Si bien no son propiamente abuelas de nadie, Yubaba y Zeniba representan a la bruja de aspecto anciano y que no por ello es necesariamente maligna (ya que los cuentos nos tienen más que habituados a que bruja y vieja equivale a villana).

El castillo ambulante (ハウルの動く城, Hayao Miyazaki)

Como mencionábamos al inicio, la representación de la ancianidad en la ficción por lo general ha sido ausente o ha dejado bastante que desear, algo que se ve incrementado en los casos de papeles protagonistas. Son contadas con los dedos de la mano las películas con un anciano en el papel principal. En el caso de Ghibli, ese título sería El castillo ambulante.

Adaptación (muy libre) de la novela escrita por Diana Wynne Jones, la historia cuenta cómo una joven sombrerera llamada Sophie se ve maldita por una bruja, por lo que su aspecto cambia repentinamente al de una anciana. Sophie irá a la búsqueda del mago Howl con la idea de revertir la maldición, a la vez que aprende a aceptarse a sí misma.

Si bien Sophie no es propiamente dicho una anciana, se pasa casi toda la película como tal, por lo que sus actos y las interacciones con el resto de personajes son desde la perspectiva de alguien de la tercera edad.