El muro del ego corporativo…el único que Spidey nunca puede esquivar

Spiderman, el personaje más característico de Marvel, estaba marcado a sufrir todo tipo de contratiempos desde el estreno de su primera saga allá por el año 2002.  La fecha de estreno para la primera parte estaba prevista para un año antes, pero el atentado de las Torres Gemelas ese mismo año retrasó considerablemente su exhibición, ya que el tráiler de la película tenía escena fundamental donde intervenían las torres más icónicas del World Trade Center.

Lo que lamentablemente ocurre entre esta guerra de gigantes confirma el axioma de que solo hace falta un paso en falso para arruinar todo lo construido. Aquí, como suele ocurrir, el único perjudicado es el espectador. Ambas empresas, Sony y Marvel (en su vertiente cinematográfica con Disney), se dieron cuenta que de el personaje tiene vuelo propio tras los eventos acaecidos en Avengers: Endgame y quisieron ajustar las tuercas de su preciado juguete.

Varias voces se han pronunciado desde ambas trincheras. Por parte de Disney o más bien en pos del personaje en sí se aliaron Robert Downey Jr, Jeremy Renner y el mismo Tom Holland. Sony por su parte tiene el favor de Joan Celia Lee, hija del gran Stan Lee, que ha dejado sin mucho crédito a la factoría del ratón Mickey afirmando que “desde el  primer día (tras la muerte de Stan Lee) los ejecutivos de Disney y Marvel se han dedicado a mercantilizar el trabajo de mi padre, pero nunca le mostraron respeto o algo de decencia a su legado. Al final, nadie pudo haber tratado peor a mi padre que ellos”. También es cierto que la retoña de Lee no acabó en muy buenos términos con su afamado padre y le persiguen ciertas polémicas (relacionadas sobre todo con la herencia y la explotación de Lee) desde hace unos años.

Para continuar con la serie de contratiempos que signaron a las adaptaciones del trepamuros a la gran pantalla, en la segunda parte dirigida por Sam Raimi, Toby Maguire, debido a una lesión en la espalda durante el rodaje de Seabiscuit, casi resulta reemplazado por Jake Gyllenhaal, quien casualmente encarnó a Mysterio en la (por ahora, ya que tiene firmadas otras dos cintas) última entrega con Tom Holland. A pesar de que la trilogía de Raimi tuvo a nivel global una recaudación considerable,  y una cuarta parte de la saga de Maguire estaba en proceso con el Buitre como villano principal,  por una simple y a su vez tirana cuestión de plazos, lamentablemente no pudo realizarse. Sony se marcaba así su primer descuido hacia Spidey.

En 2012, con The Amazing Spiderman, Sony intentó replicar la esencia noir del Batman de Chistopher Nolan. Un elenco más que probo se reclutó para esta nueva etapa, con nombres tales como Andrew Garfield, Emma Stone, Martin Sheen o Sally Field.  Pero aunque haya habido una conjunción de ideas innovadoras, parecieron mezclarlas sin ton ni son. Ese factor, sumado a un guión que desaprovecha llamativamente la calidad de actores que se le brindan, hicieron que la recepción por parte de crítica y público se fueron tornando cada vez más tibia, especialmente tras el estreno de la segunda entrega.  La recaudación de taquilla de ambas partes fue más que suficiente para dar luz verde a una tercera cinta de la versión de Andrew Garfield, pero por desavenencias entre este último y los ejecutivos de Sony, no hubo una continuación. Al parecer, el protagonista de Silencio no se presentó en Japón para  la «avant premiere» de la segunda parte, lo cual enfureció a los directivos nipones.

En conclusión, creemos que el concepto y el personaje de Spiderman ha sido y está siendo vapuleado en todas sus versiones cinematográficas, de alguna u otra manera, por factores externos y ajenos a la magia que alguna vez Stan Lee supo imprimirle, como personaje icónico de  los estudios sitos en Burbank. No creo que sea posible (nunca se sabe…), pero ojalá ambas empresas logren acercar posiciones sobre este tema, porque por una mera cuestión de egos y poder están maltratando a un producto que ya dio probadas razones para ser considerado por sí solo como la gallina de los huevos de oro.

Y por último, pero no por ello menos importante, es que con este juego de egos estropean de manera irremediable la confianza del espectador promedio, así como la del fan de primera línea, justo ahora cuando la versión y el personaje de Tom Holland estaba terminando de encajar a la perfección en el inconsciente colectivo de la gente como asociación natural entre su persona y el trepamuros.

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La nueva secuela de Tom Holland como el héroe arácnido, Spider-man: Lejos de casa (Far From Home en el original) marida perfectamente entre un juego de ilusiones y realidades alternativas, dando así por finalizada la tercera fase del Universo cinematográfico de Marvel. Aviamos, por tanto, de que puede haber SPOILERS de Avengers: Endgame.

La trama de esta entrega, dirigida por un siempre eficiente Jon Watts, gira en torno al peso y la carga emocional que deja Tony Stark sobre los inexpertos hombros de Peter Parker, tras los eventos acaecidos en Avengers: Endgame. El deseo de Peter por ser un chico normal se ve empañado por sus inmediatas obligaciones que conllevan ser el trepamuros.

La amenaza de turno que hace tambalear la tranquilidad de nuestro joven arácnido son los Elementales, invocaciones malignas de Aire, Fuego, Tierra y Agua. Secundado por Quentin Beck (Mysterio, interpretado por un carismático Jake Gyllenhaal), quien luchó anteriormente contra ellos en su alterna Tierra 833. Es este maestro de la ilusión y junto con Spidey quienes deberán luchar contra esta amenaza que tiene más de una arista donde deberá  ser enfrentada.

Jon Watts y compañía tienen la difícil tarea de mantener el espíritu de Marvel después del cimbronazo que supusieron los eventos que tuvieron lugar en Avengers: Endgame y debo reconocer que salen airosos y con brío en semejante tarea.

Aunque por todos es sabido que Marvel repite de forma exitosa y casi sin sobresaltos en  todas sus películas hasta la fecha una fórmula apta para toda la familia y todo tipo de público, este largometraje ofrece, en mi humilde opinión, un simple y efectivo giro en cuanto a lo que a trama se refiere. Básicamente juegan aquí con giros de guión y un villano algo más originales respecto a lo que nos tienen acostumbrados.

Personalmente, creo que siempre es algo bueno  recordar los orígenes y cómo alguien llegó a cierta posición notoria, pero también es que el constante recuerdo de Iron Man como mentor de Spiderman, aunque lógico hasta cierto punto, resulta ya un recurso que lo único que logra desgastar el brillo propio de Peter en una historia donde no se termina de acomodar como héroe completamente, si bien ha mejorado notablemente en comparación con su predecesora.

Jake Gyllenhaal  da vida a un villano que da la talla aprovechando el giro obvio que tiene la historia, jugando con la dualidad de animar a Peter en sus momentos grises para así observar y poder vigilar más de cerca a nuestro joven amigo.  El dato curioso es que Gyllenhaal estuvo a punto de ponerse el traje de Spiderman en reemplazo de Tobey Maguire, quien se había lastimado la espalda rodando el film de tono ecuestre Seabiscuit.

Entendemos que Peter Parker está transcurriendo, no sin sobresaltos, una difícil adolescencia. Una dualidad inclaudicable entre la vida de un superhéroe y la vida de un chico normal, pero aunque por momentos aportan sus gags y sus recursos humorísticos, no vemos necesaria la constante presencia de los compañeros de colegio de Peter Parker.

No sé que será realmente, si los años que ya tengo o no sé muy bien el qué, pero esta entrega  es la primera película de acción donde se ve muy claramente los pasos de pelea y las coreografías, destacando así la dirección y sobre todo los efectos especiales, cuando en realidad, es en una película de este tipo cuando las escenas de acción inundan la pantalla y uno no suele enterarse de nada o más bien muy poco.

PROS:

  •  La película releva muy bien la efectiva, aunque repetitiva, fórmula de Marvel. Es una entrega entretenida donde ni la acción ni el argumento de la trama decaen en ningún momento.
  • Jake Gyllenhaal nos brinda una carismática interpretación con tono paternalista aportando el matiz exacto entre realidad e ilusión, justamente el hilo conductor del villano de turno, a quien da vida de forma magistral.
  • Tom Holland se asienta como Spiderman y el traje le va quedando de maravilla.
  • El hecho de que Peter tiene que viajar a diversos lugares de Europa, usando distintos artilugios gracias al siempre presente Tony Stark, le da cierto rasgo que lo asemeja a James Bond, lo cual es un punto interesante y gracioso.

CONTRAS

  • Claramente Peter Parker está en edad adolescente, y esto tiene su parte graciosa y vital para entender las vicisitudes y tropiezos características de la edad, pero, ¿tenemos que seguir lidiando, con todos sus compañeros de clase ya en la segunda entrega también?
  • Es claro que la mención de Tony Stark/ Iron Man, con la nostalgia que trae aparejada, es importante, pero creo que es un recurso ya desgastado y para mi gusto, un tanto repetitivo.

En conclusión, esta secuela tiene muchas más virtudes que defectos en todo su conjunto. Nostalgia, novedades en el traje, dualidades emocionales, ilusiones que luego no lo son tanto, pero en contrapartida, creo que por motivos como recurrir al pasado en recuerdo de personajes que ya no están no brindan la cuota necesaria de soltura como para que un superhéroe de la talla de Spiderman pueda volar en solitario completamente y de una vez por todas.

Valoración: 8/10

Spiderman de PS4, un auténtico «quemadedos»

Finalmente llegó el día. El 7 de septiembre pasado, el tan ansiado y esperado juego de Spiderman llegó a las bateas de todas las tiendas del sector y en formato digital para PlayStation 4, lógicamente en calidad exclusiva. Esta entrega supo valer su espera, sorprendiendo a los jugadores con un nivel de gráficos impresionante y una jugabilidad completa, diversa y muy intuitiva.

Un sinfín de experiencias aguardan al jugador en este título. Desde subirse a lo más alto de un edificio, hacer volteretas en el aire o caer en picado con la sensación y velocidad correspondientes.

Este nuevo Spiderman, con un diseño gráfico y fidelidad de su entorno que realmente son para sacarse el sombrero, deberá luchar con jefes de la talla de Kingpin, Shocker y Taskmaster, entre muchos otros.

La trama que envuelve al joven trepamuros esta vez tiene que ver en el contexto de su vida universitaria, entre ayudar a su tía May con el centro de desamparados y por otro lado a un Otto Octavius que no encuentra llevar a buen puerto sus bienintencionadas invenciones

Marvel hizo una copia disImulada del sistema de pelea de la saga Arkham de Batman, más allá de obvias variaciones. El sistema de mejoras de artilugios, trajes y golpes por puntos de experiencia tiene un notable tufillo con olor a imitación. Ya que estamos en el tren de admitir copias u homenajes no podemos dejar de lado al Spiderman 2 de Treyarch, que es una filial de Activision.

Los minijuegos, que se van revelando según se avanza en la historia, van desde descubrir nuevos elementos químicos con el espectógrafo, reparar circuitos averiados, perseguir pichones, y muchos desafíos más, los cuales desbloquean distintas mejoras en los trajes y los artilugios del joven arácnido. A pesar de no ser muy relevantes en cuanto a dificultad, complementan un poco más la trama. También es cierto que si no estuvieran no cambiaría mucho el panorama.

Mención aparte merece el entorno gráfico logrado para el icono de Sony. La movilidad y soltura de Spidey balanceándose entre edificios y rascacielos resulta ser muy realista y envolvente. La fluidez de los gráficos aporta una sensación muy real tanto de velocidad como de gravedad.Aunque, como todo en la vida, nada es perfecto, y a veces Peter Parker parece depender de ángulos un tanto imposibles para mecerse correctamente e impartir justicia.

En lo personal, me ha gustado mucho el contexto, el cómo se ha llevado la adaptación del mundo de Spiderman a un entorno juvenil, con sus lógicos problemas e inseguridades propios de la edad. Utiliza las redes sociales para estar en contacto con sus fanáticos, manda mensajes, utliza el móvil, en fin, un millennial en toda regla. Con la ayuda de la capitana de policía Yuriko Watanabe, Peter va lentamente descubriendo que aquellos en los en que confía no son lo que realmente decían ser.

Si puedo decir algo que no me ha gustado de este juego es que es secuencial y, si bien es una trama que toma lugar en un mundo abierto, hay que lograr desbloquear ciertos desafíos u objetivos para avanzar en la historia en vez de que estos funcionen de forma más independiente. El sistema de juego ni siquiera engaña al jugador dándole tal vez una falsa sensación de libertad, sino más bien el desarrollo del juego es un tanto convencional.

Un tema que ha resultado ser un secreto a voces es la poca duración del juego y ese es un hueso duro de roer que no le gusta a ningún jugador promedio de plano, siendo aproximadamente un total de cuarenta horas incluyendo todos los objetivos y coleccionables. Creo que Imsoniac  se equivocó y apeló más al fanatismo y al engaño con las ansias que conlleva la espera.

En conclusión, el trepamuros nos entrega un nuevo capítulo de su vida llena acción trepidante, momentos heroicos y también emotivos, así como enfrentamientos con enemigos que no dan respiro, una fidelidad gráfica de envidia, y un montón de puntos positivos más. En contraparte, encuentro que Inmsoniac de alguna manera jugó al punto seguro reciclando en gran parte un juego de 2004 como lo es Spiderman 2. El juego peca de ser secuencial y por momentos previsible. Pero dicho todo esto, aun así, es una apuesta segura al entretenimiento. El juego promete tanto que ya se vislumbra una secuela.

Spiderman Homecoming: Un héroe con ruedines (crítica sin spoilers)

Reza la frase: «la tercera es la vencida”. Creemos que con esta nueva versión del joven arácnido por parte de Tom Holland (futuro Nathan Drake en la versión cinematográfica de Uncharted) han dado en el clavo. Pero nada ni nadie es perfecto, sino que son los matices entre lo bueno y lo malo los que hacen la diferencia en la vida. Y este Spiderman Homecoming de Jon Watts (Clown) alcanza bien la tonalidad de grises.

Personalmente, creo que el protagonista logra captar la torpeza y la distracción intrínsecas al personaje. Otro punto a destacar es que no repite la moraleja famosa sobre la responsabilidad que este conlleva. El interés amoroso, afortunadamente, pasa a un segundo plano, para luego sorprender con un ingenioso giro.

Como villano, Michael Keaton (Batman, Birdman) realmente se luce encarnando al Buitre (Adrian Toomes), papel reservado en su momento para John Malkovich en una supuesta cuarta entrega en el universo de Sam Raimi y Tobey Maguire. Quien supo ser Batman en la versión de Tim Burton en los años ’90, retrata ahora a un antagonista con rasgos antisistema, pero que aún así, le gusta la buena vida sin altibajos, y es por eso que se dedica a robar para sostener su buena posición económica.

Marisa Tomei (El luchador) da vida a una fresca versión de la tia May, pero con algunos rasgos de Rosemarie Harris y Sally Field, las antiguas parientas de Peter Parker en el mundo del celuloide.

Como puntos negativos, no podemos obviar que, desde que Marvel se encuentra bajo el ala protectora de la gigante Disney, hay una constante necesidad o alusión de todo aquello que engloba lo políticamente correcto. Enfrentamientos de Spiderman donde podemos recordar sin equívoco a Steven Seagal y sus películas, ya que por más que reciba miles de golpes de objetos de todo tipo y condición, ni se despeina ni sangra en forma notoria.

Desde que Spiderman se integró al universo de Los Vengadores, hay una necesidad de equiparar los equipos y recursos similares a los ya vistos en otras películas de otros superhéroes. Hablamos específicamente de Iron Man (un como siempre solvente Robert Downey Jr.). Realmente no vemos la necesidad de complementar el traje del trepamuros con émulo al de J.A.R.V.I.S. En esta nueva versión, Tony Stark tiene un papel de figura paternal, quitándole quizás un poco de libertad y decisión a la araña de Marvel. Sin embargo y por suerte, no aparece demasiado en pantalla.

Pros:

  • Generalmente, las nuevas versiones de un personaje famoso y querido por todos generan cierta e inevitable reticencia (más siendo su tercera versión en 15 años), pero para nosotros no es el caso, ya que Tom Holland logra un Spiderman, a diferencia del encarnado por Andrew Garfield, completo y sin fisuras.
  • Por fin vemos un Spiderman más humano, con sus torpezas y distracciones típicas del transcurso adolescente. En realidad, es bastante torpe a lo largo de toda la película.
  • Se respira una notoria frescura, donde no vemos una necesidad imperante de la búsqueda del amor adolescente, en contraposición como las anteriores entregas de Marc Webb y Sam Raimi.
  • Michael Keaton es inoxidable y eterno. Ya es la tercera vez que encarna un personaje alado, siendo Batman el primero, Birdman el segundo y en este caso el Buitre. El otrora murciélago de Tim Burton logra destacar como villano, siendo esta una posición donde Marvel y Disney llevan haciendo agua en reiteradas oportunidades.

Contras:

  • Si bien las apariciones de Tony Stark y su Iron Man son contadas y precisas en momento y lugar, parece ser que su misión es coartar las libertades y el albedrío del joven arácnido. Todo sea por integrar al personaje al universo Avengers de cara a la futura tercera entrega, pero no nos termina de gustar este encuadre.
  • La necesidad de todo aquello que sea políticamente correcto suele quitar espontaneidad y sorpresa al personaje. No vemos mal la inclusión de elementos que respondan a este tendencia, solo observamos que el abuso de esto tiene consecuencias no siempre positivas a la hora de contar una historia.
  • Adyacente a esta tendencia arriba mencionada, vemos con sorpresa y cierta desazón que Spiderman no sangra a pesar de recibir incontables golpes y zamarreos.

Concluimos que esta nueva entrega tiene una buena dosis de frescura y espontaneidad con actores que destacan sobradamente, pero aún así, el imperio Disney le impone ciertas reglas, tales como lo políticamente correcto, la necesidad de constantes gags y que el argumento de la película dependa en forma global del universo de Los Vengadores.

Capitán América: Guerra Civil (Captain America: Civil War). SIN SPOILERS

Desde que Disney absorbiera los estudios cinematográficos de Marvel, las películas basadas en los cómics de la susodicha no han parado de llegar a nuestras carteleras. Si además le sumamos la creación de un universo interactivo, donde los personajes de una película se pasean y participan en otras, lo cierto es que tenemos ante nosotros un mundo cinematográfico que a nivel de entretenimiento resulta de lo más dinámico y divertido. Y ese es uno de los grandes aciertos de Marvel.

Con todo esto en mente, era cuestión de tiempo la llegada de la adaptación de uno de los arcos argumentales más importantes de los últimos años de Marvel: Guerra Civil (o Civil War, como es en el original y como mayormente se le conoce).Dentro de esta línea argumental, personajes tan importantes como Iron Man y Capitán América se enfrentaban entre sí, creando a su vez en torno a ellos sendos bandos de superhéroes, partidarios de una u otra causa. Los hermanos Russo (directores) parece que han querido tomar esta línea argumental como punto de partida… de algo aún más grande (ya se sabe que tienen planeadas las dos partes de The Avengers: Infinity War). En este sentido, la película nos regala momentos verdaderamente épicos (combate en el aeropuerto), pero también se siente como una introducción, un final abierto (los fans de los cómics percibirán que ahí se echan de menos, y mucho, a los X-Men… pero bueno, temas de derechos y eso, ya los conocemos bien).

Captain-America-Civil-War

Hablando de derechos e incorporaciones, tenemos que estar agradecidos de que al menos hayan podido incluir a un joven (más que nunca) Peter Parker / Spiderman. La nueva encarnación del superhéroe arácnido recae esta vez sobre los hombros de Tom Holland (Lo Imposible), y lo cierto es que, durante los minutos que se lo puede apreciar en esta cinta, no defrauda. Especialmente, o mejor dicho gracias a, la química con Robert Downey Jr. (Iron Man). Marisa Tomei como tía May también se nos hace simpática, aunque aparece demasiado poco como para poder llegar a ninguna conclusión determinante. Volviendo a Holland, está claro que han querido mostrar al Spiderman más parlanchín y graciosillo con él (atención a cierta referencia a una película de Star Wars). Pero bueno, por el momento cumple y nos deja con ganas de más, que es el objetivo al prepararnos para la próxima cinta del Hombre Araña, ya en realización.

Qué añadir sobre las nuevas incorporaciones. Chadwick Boseman como Pantera Negra, a pesar de que tiene más minutos y relevancia en el guión como Spidey, no llega a brillar tanto como él. Los demás son todos viejos conocidos, unos mejor explotados que otros (como suele ocurrir). Todos sabemos que la estrella en este tipo de funciones suele ser Robert Downey Jr.; aunque en esta ocasión, al menos para quien esto suscribe, lo he encontrado algo más apagado de lo habitual (también las circunstancias acompañan). O puede que el actor ya esté cansado de interpretar el mismo papel por enésima vez (aunque habiendo firmado para aparecer en la próxima adaptación de Spiderman, quién sabe). Frente a Iron Man, tenemos a Chris Evans como Capitán América, que sigue cumpliendo en el papel (se nota que ya conoce sobradamente al personaje). De los demás, destacar especialmente las intervenciones de Paul Rudd (Ant-Man), que son todo un acierto (especialmente para aliviar la carga dramática, similar a lo que sucede con Peter Parker); y el dúo compuesto por Anthony Mackie y Sebastian Stan: solicitamos una película para ellos solos. Daniel Brühl pasa un poco de puntillas entre tanto careto archipopular, pero nunca llega a molestar y cumple (acertadamente) con su cometido.

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Sin embargo, el punto más fuerte de Capitán América: Civil War es su guión. El ritmo no decae en las casi tres horas que dura la película, y varias son las ocasiones en las que éste llega a cotas de frenetismo que no habíamos visto antes en una película de superhéroes. Sin duda, aparte de al guión (firmado por Christopher Markus y Stephen McFeely), se lo debemos a la dirección de los hermanos Russo: escenas de acción (además múltiples) rodadas de forma clara, sin aspavientos extraños ni encuadres imposibles. Tiene que ser complicado lograr que el espectador entienda dónde se encuentra cada personaje en batallas con tanto elemento suelto, y sin embargo los hermanos lo consiguen. No queremos levantar ampollas, pero esta película encuentra varios aspectos (de narrativa, especialmente) similares con la también reciente Batman v Superman, y las formas que tienen de desarrollarlos Zack Snyder (director de ésta última) y los Russo son totalmente diferentes (y en un enfrentamiento, hallamos claros vencedores en los segundos).

En definitiva, nos encontramos ante otro éxito (de crítica y segurísimamente comercial) de los Russo, que junto a su Soldado de Invierno han vuelto a lograr que el Capitán América sea un personaje interesante. No solo eso: también nos ofrecen un relato sin altibajos, de estar casi tres horas con nuestra atención en la pantalla, y encima hacernos pasar un rato divertido. Para qué queremos más con este tipo de cintas. En nuestra (modesta) opinión, ambos coincidimos en ponerle un 8 sobre 10 (y eso que José iba con Iron Man y yo con el Capi…).

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