Desglosando a: Severus Snape (Harry Potter)

En los próximos días, vamos a inaugurar nuevo espacio en la tienda dedicado a las aventuras del joven mago más famoso de todos los tiempos. Pero nosotros, también, queríamos aportar nuestro granito al que es, opinión nuestra, el mejor personaje de toda la saga: Severus Snape, profesor de Pociones (y, durante un año, de Defensa contra las Artes Oscuras).

Snape es, en realidad, un personaje polémico. Adorado por hordas de fans, pero también detestado por tantos otros. Es, en definitiva, síntoma de que se trata de un buen personaje. Se pasa durante seis libros y medio siendo un verdadero grano en el culo para Harry y sus amigos, el típico profesor que a todos nos caía mal, hasta el punto de tener pesadillas con él. Pero vayamos por partes… (aviso de SPOILERS para quienes no hayan leído los libros ni visto las películas… aunque no sabemos a qué estáis esperando).

El mismo nombre de Snape ya simboliza muchas cosas sobre su personaje. El significado más inmediato es el del latín, «Severus», que significa evidentemente «severo». Y lo es, vaya que sí. Por otro lado, podría proceder del inglés «sever» (to sever), que significaría «cortar«, lo que en Snape adquiere mayor relevancia, si lo encajamos en el contexto de cortar lazos. Más que nada porque nunca sabemos en qué bando se encuentra el profesor de Pociones hasta el final del último libro. En cuanto a Snape, se trata de una pequeña localidad en el condado de Suffolk, en Inglaterra. También puede estar relacionado con un profesor que tenía J.K. Rowling (para los despistados, autora de los libros de Harry Potter) durante su juventud.

Snape tal como se lo imaginó Rowling

Snape tal como se lo imaginó Rowling

A modo de breve biografía, Severus Snape nació en el año 1960, hijo de Tobias Snape (muggle) y Eileen Prince (maga). Creció en una casa humilde en medio de un barrio obrero, muy cerca de donde vivían otras dos niñas: Lily y Petunia Evans. Debido a su capacidad para la magia, asistió a Hogwarts entre los años 1971 y 1978. Al finalizar sus estudios, desempeñó un papel muy importante en la guerra de Voldemort (primero como mortífago; después como espía de Dumbledore). Al finalizar ésta, comenzó a trabajar en Hogwarts como profesor de Pociones; aunque su verdadera vocación siempre habían sido las Artes Oscuras, de las cuales (según Sirius) sabía más, al ingresar en Hogwarts, que muchos de los alumnos mayores.

Como íbamos adelantando, Snape es un personaje que suele dividir abiertamente al fandom de Harry Potter. Por un  lado, es percibido como un profesor abusivo e injusto. La propia Rowling dijo que «Snape es un profesor horrible«. También es cierto que la autora ha salido en defensa del personaje en su twitter oficial, aclarando que es un ser muy gris. Por un lado, como decíamos, es injusto y duro con Harry y sus amigos, por el simple hecho de asociar al hijo con el padre (James Potter), a quien detestaba. Por el otro, termina siendo un mártir que muere por una causa justa (y sí, protegiendo al mismo Harry).

snape mcgonagall

Snape y los abusos

«Esta es la segunda vez que ha hablado fuera de turno, señorita Granger. Cinco puntos menos para Gryffindor por ser una sabelotodo insufrible.»

La cuestión de los abusos se encuentra muy presente en el personaje de Snape. Por un lado, los recibe (cuando era niño, de su padre, y más tarde por parte de James y sus amigos en Hogwarts). Por otro, los da (a los muggles, a Harry y sus amigos). Esto conlleva que no sepamos muy bien en dónde posicionarnos en relación con el personaje: ¿nos cae mal porque trata horriblemente a otros, incluso a niños? ¿nos inspira lástima porque tuvo una infancia traumática? Tampoco es de extrañar que el abusado acabe convirtiéndose en el abusador, y Snape definitivamente no lo tuvo fácil. Este es un punto que, en nuestra opinión, lo coloca en un plano totalmente distinto a James o Draco (otros abusones de la serie): ninguno de estos dos personajes ha recibido abuso de ningún tipo, siendo más bien el prototipo de «niño malcriado» y, sin embargo, reparten abuso a otros.

Paradójicamente, Snape es, en este sentido, más similar a Harry: ambos con infancias duras, familiares muggles que los maltratan y dejan de lado. La diferencia, ya queda bien remarcada en la serie, viene por otro lado: las elecciones que ambos toman. Harry decide, a pesar de todo, quedarse con lo bueno y seguir los pasos de quienes él considera gente honesta y buena. Snape, en cambio, prefiere tomar la vía del poder, de adquirirlo sea como sea y lo más rápido posible, probablemente para defenderse a sí mismo (al menos en un principio), y, más tarde, poder proteger a otros (a Lily, al propio Harry). El carácter de Snape es, en resumidas cuentas, muy distinto del de Harry, tratándose más bien de una persona oscura, rencorosa y vengativa. Tampoco podemos culparlo. Otros opinan que Harry es, en ocasiones, un Gary Stu.

snape harry ron

Con todo esto en mente, pasemos al siguiente punto.

Snape versus James

Tu padre nunca me atacaba si no eran cuatro contra uno. ¿Cómo lo llamarías a él?

James nos es presentado durante cuatro libros y medio como el padre (muerto) perfecto: valiente, atrevido, galán, amigo de sus amigos y justiciero. Todo son buenas palabras para James Potter. Sin embargo, llegamos al momento en que Harry se mete (por accidente) en el peor recuerdo de Snape: en quinto curso, James y sus amigos lo acosaron de tal modo (algo habitual, a todo esto) que hasta lo obligaron a quedarse en calzoncillos delante de todo el mundo. Justo entonces, aparece Lily (futura madre de Harry) y recrimina a Potter sus actos contra Snape. En medio de la humillación y frustración del momento, Snape le grita a Lily que no necesita la ayuda de una «sangre sucia» (insulto racista y despectivo hacia magos hijos de muggles) como ella. Ahí se acaba el recuerdo… o Snape le obliga a Harry a salir de él, mejor dicho.

Pero el daño está hecho: Harry y los lectores hemos visto una cara de James que desconocíamos hasta la fecha. Snape siempre ha demostrado abiertamente su odio hacia el padre de nuestro protagonista… y con razón. ¿Quién recuerda con cariño a sus abusadores? Al final, todo queda «solucionado» con un «es que cómo son los jóvenes» y que James maduró. En lo personal, para alguien que ha sufrido bullying (y ni siquiera tan terrible como el que sufre Snape), la excusa queda en algo bastante «meh»… pero en fin.

James, Sirius, Lupin y Pettigrew

James, Sirius, Lupin y Pettigrew

Sin embargo, el peor recuerdo de Snape no lo es debido al abuso y humillación sufridos, no es debido a que se quedase en calzoncillos en medio de Hogwarts… el peor recuerdo de Snape, lo descubrimos al final del séptimo libro, lo es porque es ese momento en que se rompe su relación con Lily.

Snape y Lily

«¿Tiene mucha importancia que seas hijo de muggles?
Snape titubeó y sus ojos –muy negros-, codiciosos en la verdosa penumbra, recorrieron el pálido rostro y el cabello pelirrojo de Lily.
-No –respondió- No tiene ninguna importancia.

La mejor parte de Snape la vemos en sus recuerdos, cuando está junto a la madre de Harry, Lily Evans. Aquí, se nos muestra a un Severus que, desde niño, ha sentido una clara atracción por la pelirroja. No así por su hermana, Petunia, con quien comparte cierto rechazo y aborrecimiento. En parte, porque es una muggle. Lily también es pariente de humanos corrientes, pero eso a Snape no le importa, siendo probablemente la primera (y casi única) amiga que ha tenido. Hasta llegar al punto de decirle a Lily, tras dudar, que no hay ninguna diferencia entre ella y el resto de magos. Hay que tener en cuenta, llegados a este punto, el enorme rechazo que ya siente Snape hacia los muggles, gracias en gran medida a su padre, humano sin poderes, quien los maltrata a él y a su madre y los desprecia por poder hacer magia. Hasta ese punto llega la adoración de Snape por Lily.

snape lily2

Sin embargo, este afecto no es suficiente como para mantenerlo alejado de las malas compañías de Slytherin. Como muchos sabrán, Snape es elegido por el sombrero seleccionador para ir a Slytherin, mientras que a Lily la manda a Gryffindor (uno de los puntos que lamenta Dumbledore hacia el final de la serie es que quizás el sombrero elige demasiado temprano las casas para los todavía niños, estigmatizándolos en parte de por vida). Así, en Slytherin se encuentran los racistas (por decirlo resumidamente), mientras que a Gryffindor van los justos y valerosos. No por nada, Harry y sus amigos van a Gryffindor, mientras que Draco y el mismísimo Voldemort son de Slytherin (un maniqueísmo que quizás es de lo poco criticable de las obras de Rowling). Como no podía ser de otra forma, Snape está destinado a ir «con los malos». Y eso es lo que hace. Muy al pesar de Lily, quien siempre procura recordarle que son amigos y que no entiende que pueda ir con ese tipo de gente, que busca maltratar a los que son como ella.

Ese es el principal motivo por el que Lily termina rompiendo todos sus lazos con Snape en quinto curso, y no otro. No es simplemente porque la llamase «sangre sucia» en público, esa fue la gota que colmó el vaso. También hay que tener en consideración, leyendo detenidamente el pasaje del peor recuerdo de Snape, que aquello a Lily le dolió. No fue que lo rechazara por puro capricho, «para poder irse con los populares Potter y compañía» (como algunos lectores sostienen…). No, lo hizo porque cada uno había elegido su camino, y no eran compatibles. Pero pensar que a Lily no le dolió aquello es pasar muchas cosas por alto. Por ejemplo, que ha pasado un total de seis años siendo amiga de ese joven extraño que la espiaba y que le descubrió todo el mundo mágico, del cual ella también pasaría a formar parte.

Ilustración por kate-b-nd

Ilustración por kate-b-nd

Pero la relación con Lily no terminó ahí. No al menos para Snape (la perspectiva de Lily nunca llegamos a saberla, lamentablemente… en realidad, no hay mucha información que sea «propiamente» de Lily en los libros, pero eso lo dejaremos para otra entrada). La madre de Harry fue el único motivo por el que Snape decidió abandonar a Voldemort e incluso dedicar prácticamente todos sus esfuerzos a su destrucción (a escondidas, evidentemente, de ahí que Snape juegue a ser un doble espía durante los siete libros). El amor es su redención. 

«¿Después de todo este tiempo?
Siempre.»

En resumidas cuentas, Severus Snape probablemente sea el personaje más complejo de toda la saga de aventuras del joven mago, y no es para menos. Adorado y detestado a partes iguales, abusador y abusado, mortífago y mártir. Otro de los grandes logros de J.K. Rowling. Y, por supuesto, mucho le debe también el personaje a esa maravillosa encarnación que hizo de él Alan Rickman (que en paz descanse). Para muchos, Snape ya nunca tendrá otro rostro.

P.D.: Os dejamos, a modo curiosidad, un vídeo que hicimos en memoria del fallecimiento de Alan Rickman (Snape) y David Bowie (Jareth), por aquí.

snape lily

 

Sobre profesores de Hogwarts y Reyes de los Goblins

A todos y todas nos han cogido por sorpresa las muertes (hace pocos días) de David Bowie (1947-2016) y Alan Rickman (1946-2016), ambos con 69 años de edad y luchando contra el cáncer. Su muerte sólo es separada por cuatro días.

Pero no vamos a hablar de toda la (amplísima) obra artítica de estos dos genios. Tampoco de sus prolíficas vidas. De ello ya se han encargado multitud de medios a lo largo y ancho del planeta. Nosotros vamos a hablar de los dos personajes emblemáticpos que interpretaron, y que marcaron una buena porción de nuestra infancia/adolescencia).

Porque Jareth, rey de los goblins, y Severus Snape, profesor de Pociones (a su pesar, él lo que quería era serlo de Defensa contra las Artes Oscuras) de Hogwarts, tienen bastante más en común de lo que podría decirse a simple vista. Para empezar, el rol que desempeña cada uno: Jareth empieza siendo el principal villano de ese clásico de los 80 que dirigió Jim Henson que es Dentro del Laberinto (Labyrinth, en inglés), el que le pone las cosas difíciles a la heroína, una adolescente Jennifer Connelly que interpreta a Sarah Williams. A su vez, Snape comienza siendo la horma en el zapato para Harry Potter en la escuela mágica de Hogwarts. Es el típico profesor odioso que todos hemos tenido alguna vez en nuestras vidas (Rowling de hecho se inspiró en un profesor que ella tuvo), y que con su constante careto de mal huele le hace recordar continuamente a Harry (y, por extensión, a sus amigos) lo insufrible que le resulta. La cosa va más allá y, durante el primer libro, se llega a pensar que Snape ha llegado tan lejos como para haber intentado matar al protagonista.

Los acontecimientos dan un vuelco a mitad de la obra. Los villanos ya no son lo que eran. Tienen un motivo para ser lo que son, resultan presa de sus circunstancias. A mitad de la obra, tanto Jareth como Snape se van vislumbrando como otro tipo de personajes. Hay algo (tortuoso) que esconden (especialmente Snape), y lo que hacen persigue un objetivo o (des)motivación. Jareth empieza a mostrarse más complaciente (hasta seductor) con Sarah, celoso del amigo que ella ha encontrado en Hoggle, y aburrido de pasarse los días encerrado en su castillo rodeado de muñequitos que le bailan alrededor sin ton ni son. Él ha secuestrado a Toby (el hermano pequeño de Sarah), no porque quiera dañarlo, sino porque ella se lo ha pedido. Al final, dice (o hasta canta), él lo que busca es que ella se quede eternamente con él, y a cambio él hará lo que ella le pida.

Labyrinth2

Las (des)motivaciones de Severus Snape también tienen nombre de mujer: Lily Evans. Y no se revelan hasta la segunda mitad del séptimo y último libro (aunque algo se iba oliendo). Snape no es así porque quiera, es que está verdaderamente jodido. Lo está desde que nació, en medio de una familia que al parecer tenía escasos recursos. Para el colmo, su padre era un muggle (humano sin poderes mágicos) que maltrataba a su madre (la que sí era maga). En medio de esta situación de familia desestruturada total, Snape conoce, casi (CASI) por casualidad, a Lily Evans y a su hermana Petunia, mientras jugaban un día. El aspecto desaliñado y la magia del joven aterrorizan a Petunia, pero no a Lily, quien pronto se hace amiga de él (ya que asimismo los une el que ambos pueden realizar magia). Ambos van juntos a Hogwarts, donde conocen a James Pottery a su amigo Sirius Black (vamos a decirlo claro, dos jóvenes que eran dos cretinos como encinas de grandes y que se divertían haciendo bullying; pero que como van a Gryffindor y maduran, pues enga, no pasa nada). Lily es asignada a Gryffindor y Snape a Slytherin, las dos casas rivales, pero no por ello dejan de ser amigos. La cosa se va poniendo más complicada cuando Snape empieza a juntarse con amistades «de dudosa reputación». Vamos, que se empieza a ir de fiesta junto con los más nazis de Slytherin. Lily, que además es una muggle (hija de padres no magos), no entiende este camino que va tomando su amigo, y acaban rompiendo su relación. Así las cosas, ella se casa con James Potter, y tienen a Harry. Lo de la profecía y que Snape va en seguida a contársela a Voldemort, a cambio de que no mate a Lily (James y Harry le dan un poco igual), pues ya es historia. Conclusión: Voldemort mata a todos menos a Harry, incluida a Lily, y Snape no puede con la pérdida y la culpabilidad, por lo que acude a Dumbledore para intentar redimirse. Ambos llegan a una conclusión: la manera de lograr la redención es protegiendo a Harry mientras crece, y a su vez seguir como infiltrado entre los Mortífagos (acólitos de Voldemort) hasta descubrir su paradero y terminar de una vez por todas con él.

El camino de Snape no es fácil. Como agente doble se ve obligado a realizar actos drásticos y extremos, que lo enemistan definitivamente con todos (salvo con los Mortífagos). Pero al final, todo conducía a la muerte de Lily Evans y a que Snape se quedó atascado en dicho momento (o puede que se quedase atascado antes, cuando Lily lo mandó a freír espárragos definitivamente). Snape nunca se recuperó de aquello, y si odiaba a Harry, era porque le recordaba demasiado a James. Salvo en una cosa: los ojos verdes de Harry eran como los de Lily. Por ello, justo antes de morir (sacrificándose ante Voldemort), Snape sólo tiene una petición que hacerle a Harry: «mírame«.

snape lily2

Como vemos, los villanos han pasado a ser antihéroes. No van contra los deseos del protagonista por mera maldad, sino porque HAN de hacerlo, o porque en el fondo buscan algo más, algo que los saque de sus aburridas rutinas (en el caso de Jareth). Son ejemplos de héroe byroniano, que definitivamente se alejan del perfil de villano. Hay bastantes más elementos que unen a Jareth y a Snape: ambos sentían esa fijación (rayando en la obsesión) por sus respectivas mujeres desde muy temprano (desde antes incluso de dar comienzo la historia); esto puede verse en el hecho de que tanto Jareth (en forma de búho) como Snape (siendo un niño) se dedicaban a observar a Sarah y a Lily desde lo lejos, sin que ellas advirtieran sus presencias. En cierta forma, tienen algo de depredadores. Pero luego, una vez la chica entra en acción, la relación se invierte, y ellos pasan a ser las presasde sus objetos de deseo. Tanto que, como mencionamos, llegan al punto de la obsesión.

El final es ciertamente agridulce (o trágico, dependiendo de la perspectiva en que se mire) para ambos: Jareth acaba siendo superado por Sarah, que continúa con su vida «en el mundo real», mientras él sigue limitándose a contemplarla desde lo lejos como búho. Snape, una vez muerto heroicamente, le hace descubridor a Harry de toda la verdad; y éste, en compensación, acaba poniéndole su nombre (Severus) a su propio hijo.

Podríamos seguir escribiendo largo y tendido sobre estos dos personajes, y aún mucho más sobre David Bowie y Alan Rickman. Pero todo tiene un límite. Por ello, hemos querido asimismo rendirles un modesto homenaje a través del siguiente vídeo, dedicado a ambos, grandes y perfectas figuras antiheróicas, representantes de todo lo que debe tener un «héroe byroniano». Adiós, Jareth, y adiós, Severus, descansad en paz entre aquéllos que merecen romper las barreras de la posteridad, allí donde se convierten en inmortales.