Han Solo: Una historia de Star Wars, la que más se acerca a la trilogía original

Hoy, coincidiendo con el Día del Orgullo Friki y con la fecha de estreno (allá por el año 1983) de El retorno del jedi, será probablemente el día en el que un gran porcentaje del fandom acuda a ver por primera vez Han Solo: Una historia de Star Wars. La coincidencia con el estreno del cierre de la trilogía original de George Lucas no será lo único que vincule a estas películas.

Y es que esta precuela del contrabandista más conocido de la galaxia, la cual era fácil tachar de «innecesaria», es sin lugar a dudas la que más bebe de lo que nos ofreció la trilogía original de esta franquicia, empezando, claro está, por su protagonista y sin dejar atrás todo el sabor añejo de la ambientación (MUY lograda, todos y cada uno de los planetas, incluyendo el que se asemeja a una pequeña porción de Mad Max con vistas a la playa) y del estilo narrativo.

El guión lo firman Lawrence y Jonathan Kasdan, padre e hijo (el primero ya estuvo detrás de, entre otras, las historias de El imperio contraataca y En busca del arca perdida), lo cual ya garantiza ese estilo de cine de aventuras tradicional y repleto de nostalgia (los guiños a las películas antiguas son numerosos), con unos personajes que rebosan carisma y que llenan la pantalla.

De hecho, ese es el otro gran punto fuerte de Han Solo: Una historia de Star Wars, sus personajes. Desde el propio Han (resuelto con mucha solvencia y gracia por Alden Ehrenreich), hasta Lando (un inspirado Donald Glover que lamentablemente no aparece lo que quisiéramos), y por supuesto Chewbacca (con Joonas Suitamo bajo el traje), pasando por las nuevas caras (en esta galaxia muy, muy lejana) de Qi´ra (Emilia Clarke), Beckett (Woody Harrelson), Dryden Vos (Paul Bettany), Val (Thandie Newton) y Enfys Nest. Todos ellos nos dejan con ganas de más (en lo personal, mención especial en este sentido para Enfys, Dryden y Qi´ra), y eso que algunos salen realmente poco en pantalla.

La química que desprenden es otro de sus aciertos. No ya entre Han y Chewbacca (claramente las estrellas de la película), sino en todas las combinaciones posibles (y queremos decir TODAS): Han y Lando, Lando y L3, Qi´ra y Han, Qi´ra y Dryden, Han y Beckett, Beckett y Val, y etcétera. En este punto, se nota que los Kasdan se mueven como pez en el agua y nos ofrecen personajes frescos y entrañables, de nuevo con ese sabor añejo más propio del cine de aventuras de los 80 fusionado con el western.

Sin embargo, el guión también adolece de algunos altibajos notables, y a la postre pudiera parecer fácilmente una cinta que presenta una serie de situaciones de las que se sale al paso y poco más. Es decir, nada «trascendental», no hay un GRAN momento que te deja con la boca abierta ni tampoco los vellos de punta (alguno se le acerca), aunque la tensión en las escenas de acción está bastante lograda, así como en cada momento en el que Dryden Vos hace acto de presencia.

La tensión y la buena dirección de la película se las debemos a Ron Howard (un veterano tras las cámaras, contando con Willow o Una mente maravillosa a sus espaldas), quien llegó de improvisto para sustituir a Phil Lord y Chris Miller (quienes han quedado como productores ejecutivos). En lo personal, pensamos que han acertado con el cambio, y es que en cuanto a dirección se refiere, Han Solo cumple sin mucho riesgo, pero con una base muy sólida, que al fin y al cabo es lo que se suele esperar de una cinta de Star Wars.

No podemos cerrar esta crítica sin spoilers sin hablar de la banda sonora, a cargo de John Powell (Cómo entrenar a tu dragón), la cual bebe mucho de John Williams (son varios los temas de éste último que se dejan oír a lo largo de la cinta), pero no por ello sin dejar de ser al menos resultona. Especialmente llamativo nos ha resultado el tema dedicado a Enfys Nest.

En definitiva, Han Solo: Una historia de Star Wars es esa precuela que creíamos innecesaria, cuyo desarrollado ha estado repleto de baches, pero que ha salido con bastante dignidad. Sin duda, será más del gusto de los habituales de esta saga que, por ejemplo, Los últimos jedi, y es la típica cinta que te deja con una sonrisa en la cara y con la sensación de que es la que podrás ver con tus sobrinos/hijos/nietos de cualquier edad sin problemas. ¿Lo mejor? Una ambientación nostálgica muy lograda y artesanal junto a unos personajes que rebosan carisma. ¿Lo peor? Un guión en ocasiones atropellado que adolece de la sensación de que está pensado para que haya secuelas. Y sí, seguimos pensando que las influencias de Cowboy Bebop (western y cine negro en el espacio) están ahí.