Especial Doctor Who: Nueva Generación. Temporada 1 y el Noveno Doctor

Doctor Who está marcada en el Libro Guinness de los Récords como la serie televisiva más longeva de la historia. Iniciada en 1963 por parte de la cadena pública inglesa BBC, tuvo varias temporadas hasta 1989, cuando la cancelaron. Posteriormente, en 2005, los productores y escritores Russell T. Davies y Julie Gardner decidieron retomarla por todo lo alto, en una versión conocida como Doctor Who: Nueva Generación y que continúa emitiéndose en la actualidad (y más presente en redes que nunca con el reciente anuncio de que el treceavo doctor será, por primera vez, una mujer).

No todo ha sido un camino de rosas para esta nueva generación, a pesar de que en general las críticas son positivas (llegando a recibir varios premios) y de que su popularidad en varios países ha aumentado de forma sobresaliente. La primera temporada, si bien tiende a ser olvidada años después por el paso posterior de David Tennant en la Tardis, es en buena parte culpable de ello.

Todo buen fan del Doctor que se precie sabe de sus características reencarnaciones. El personaje es un alienígena, un señor del tiempo, que no envejece y que, llegado el momento de «morir», lo que hace en realidad es reencarnarse en otra forma y con distinta personalidad, aunque con la misma identidad y recuerdos. Una muy buena excusa que desde el principio consiguieron los guionistas para que la serie pudiera tener continuidad con distintos actores y que no supusieran constantes reinicios (como sí pasa, por ejemplo, con James Bond o más recientemente Spiderman).

Nuevo inicio, nueva tripulación de la Tardis

Para la nueva generación, contaron con Christopher Eccleston (un actor bastante reconocido en la televisión británica) como Doctor, su novena encarnación. Para sorpresa de Davies (ya que era su primera opción), éste aceptó. Como compañera del Doctor (otra de las características básicas de la serie: el Doctor siempre viaja con una, que es terrícola y sirve como punto de unión con el espectador) eligieron a Billie Piper interpretando a Rose Tyler, la que sigue siendo, probablemente, acompañante más popular de todas las temporadas (con permiso de Sarah Jane).

Uno de los grandes aciertos, ya que ambos no solo demuestran ser buenos actores, sino que desprenden una potente química en pantalla. De hecho, y quizás debido a esto, la primera temporada de la nueva generación sería la primera en toda la historia de la serie en dejar entrever un romance entre el Doctor y su compañera, algo que, según Piper, no estaba previsto inicialmente y que además continuaron hasta la cuarta etapa.

Al dúo se les unen compañeros ocasionales, concretamente Adam Mitchell (Bruno Langley) y el Capitán Jack Harkness (John Barrowman), siendo éste último otra de las virtudes de esta primera temporada de la nueva generación, llegando a tener su propio spin off: Torchwood. Hacemos aquí un inciso para decir que no solo la química entre el Doctor y Rose, sino también la desprendida entre estos dos (juntos o por separado) con Jack es también muy palpable, dando quizás lugar a una de las mejores tripulaciones, en conjunto, de todas las que ha tenido Doctor Who. Lamentablemente, la temprana partida de Eccleston no permitió profundizar más en estos aspectos, dando lugar, eso sí, a la aclamada entrada de Tennant.

Aparte de los personajes, cabe destacar en esta temporada del noveno doctor algunos momentos enormes, como el regreso de los daleks (en general, todo el episodio Dalek es una joya), o capítulos enteros como El día del padre, El niño vacío o El Doctor baila. Los guiones de estas historias, las ambientaciones (la Inglaterra nocturna bombardeada por los nazis es realmente mágica) y, sobre todo, las relaciones que van estableciendo los personajes entre ellos, desprendiendo una calidez que puede casi hasta tocarse, elevan este periodo del Doctor Who a los altares. Realmente, no pudo haber tenido un mejor reinicio.

El noveno Doctor

Centrándonos en el personaje del Doctor, en esta ocasión se nos presenta con dos novedades principales: es el que viene inmediatamente después del «doctor de la guerra» (inconmensurable John Hurt, del que hablaremos en otra ocasión) y, por lo tanto, es el más oscuro y melancólico de todas las encarnaciones pasadas y futuras. Sin llegar a perder nunca del todo la frescura y cierto humor que caracterizan al personaje, lo cierto es que esta novena versión puede resultar, sobre todo inicialmente, bastante borde. Es el que más desprecia (a veces abiertamente) a los humanos, aunque nunca deje de protegerlos en caso necesario, y se lleva bastante mal con Mickey (al que llama «Ricky», el ¿ex novio? de Rose interpretado por Noel Clarke). La madre de su compañera (Jackie, interpretada por Camille Coduri) tampoco se libra de sus comentarios mordaces, aunque a la postre termina desarrollando cierto cariño por ella.

En realidad, lo mejor que nos trae este noveno doctor es la evolución del personaje mismo, y solo en 13 episodios. Empieza irascible y taciturno, pero termina aprendido a valorar más las cosas y su buen humor va aumentando (la escena de baile en El Doctor baila es quizás el momento más significativo de este cambio), en buena parte gracias a Rose y su positiva influencia (que no lo digo yo, lo dice el décimo doctor).

Su cambio de diseño y vestimenta, menos estrafalaria que otras encarnaciones, es la otra principal novedad. A petición del propio Eccleston, quien pensaba que el hecho de que fuera un alienígena con dos corazones, que viajaba en el tiempo y que era el último de su especie ya era de por sí bastante raro. Por eso, el noveno doctor viste solamente con una característica cazadora de cuero negra, una camiseta, unos pantalones y unas botas, aportándole además un ligero toque militar (no olvidemos que proviene del conflicto bélico contra los daleks). También habla (en la versión original, claro está) con un marcado acento del norte de Gran Bretaña, algo que el actor hizo a propósito para mostrar que los intelectuales (y el Doctor lo es bastante) no tienen porqué hablar siempre con una marcada pronunciación británica urbanita.

En definitiva, nos encontramos ante un inmejorable regreso de Doctor Who, con un noveno Doctor algo innovador, con una compañera simpática y con la que tiene gran química, y unos secundarios de lujo y con vida propia, además de varios episodios memorables. La mayor pega es, probablemente, lo corto del periodo de Eccleston y que lo sucedió David Tennant, el que es considerado por la opinión popular y aún hoy como mejor Doctor de toda la serie.

P.D.: ¿Cómo se me pudo pasar por alto uno de los mejores clímax de todas las series habidas y por haber?