Mulan (2020), el remake más alejado del original de Disney resulta en un interesante híbrido

Mulan es probablemente una de las heroínas más «originales» de Disney, teniendo en cuenta las limitaciones propias de la compañía: china, no está emparentada con la realeza (pese a que posteriormente la han metido en el marketing de «princesas») y precursora del feminismo en la factoría, antes de que surgieran Mérida (Indomable) o Elsa (Frozen). Hablamos, claro, de la Mulan de la cinta animada de 1998.

Teniendo en cuenta lo bien que le han estado saliendo en cifras a los de la Factoría del Ratón los remakes en acción real de sus clásicos animados, era cuestión de tiempo que le dieran luz verde a la nueva adaptación de Mulan; pero teniendo en cuenta los tiempos que corren y la llegada de nuevas generaciones, era preciso realizar varios cambios. 

Uno de ellos recaía en profundizar la mirada sobre China, ya que la producción animada no solo se alejaba notoriamente del relato original (que se cree es de entre los siglos V y VI), sino que pecaba de superficial en varias cuestiones propias de la cultura y creencias de allí, como la veneración a los antepasados o la resolución con la figura del emperador.

Por ello, desde etapas iniciales de producción se anunció que se eliminaría la figura de Mushu (que básicamente convertía en todo lo relacionado con los antepasados en un chiste) y los números musicales para otorgarle mayor «realismo». Ésto último no tengo claro que haya quedado bien reflejado en este remake, pero que querían homenajear además al género wuxia (del que forman parte, por ejemplo, cintas como Tigre y Dragón, La casa de las dagas voladoras o La novia del cabello blanco) estaba claro.

Mulan (2020). Disney.

El otro cambio venía a caer en el mismo mensaje feminista, que, a pesar de que sigue funcionando bastante bien a nivel general, empezaba a chirriar en algunos aspectos dentro de la nueva ola (como el hecho de que pueda confundirse que Mulan es bien recibida al final en el hogar porque trae con ella a un maromo bien posicionado socialmente o la escena, con fines humorísticos, de los soldados disfrazándose de mujeres para infiltrarse en el palacio).

Sea como sea, se contó con la profesionalidad de Niki Caro (quien ya trató temas relacionados con el feminismo en Whale Rider) y con guión de Rick Jaffa, Amanda Silver, Elizabeth Martin y Lauren Hynek para sacar adelante la nueva adaptación. Entre el reparto, destaca la figura de Liu Yifei para interpretar a Hua Mulan, lo cual termina haciendo con bastante soltura tanto en las escenas donde se hace pasar por soldado como cuando ya se descubre su verdadera identidad.

La leyenda de Hua Mulan cuenta cómo una joven se fuga de casa para alistarse en el ejército imperial y salvar así a su anciano padre (quien no tiene hijos varones). Debido a su valor y grandes logros en la batalla, el emperador de China le ofrece ocupar un alto cargo, pero Mulan pide solo poder volver a casa.

La película narra todo ello de forma bastante fidedigna (en líneas muy generales) e incluso añade algunos guiños a la recopilación de poemas de esta leyenda más famosa (del siglo XI), como cuando Mulan cuenta que ha estado persiguiendo a una pareja de liebres (macho y hembra) y que no era capaz de diferenciarlas (que así es como finaliza el escrito).

Mulan (2020). Disney.

También parece haber querido retratar la forma de vida (hasta cierto punto) de la China de antaño, con esas construcciones en forma de corral que nos traerán a la mente producciones chinas como Big Fish and Begonia; así como los espectaculares paisajes y vestimentas (obra de la diseñadora Bina Daigeler).

Sin embargo, el mensaje feminista es aquí transformado al de la mujer que debe ocultar su talento solo por su sexo, lo que la aleja de la animada y que introduce elementos cuestionables como el «chi», reflejado aquí de forma similar a la Fuerza de Star Wars (que sí, está inspirado en el chi, al igual que multitud de manga shônen… pero es que al parecer eso no es exactamente el chi).

Otros cambios sustanciales han sido la introducción de nuevos personajes, como la «bruja» interpretada por Gong Li y que sirve como contrapunto a Mulan, pero que al final está bastante desaprovechada; o la modificación de otros como la del general Shang por Honghui (un carismático Yoson An), quien de forma similar a Rey en Los últimos jedi ya no procede de ningún linaje y es un completo igual a la protagonista.

El que sí sigue saliendo igual de perjudicado es el villano, en esta ocasión Böri Khan (Jason Scott Lee), un personaje totalmente estereotipado y predecible, que serviría de contrapunto (negativo, claro está) en su vínculo con la «bruja» al que va estableciendo Mulan con sus colegas del ejército.

Mulan (2020). Disney.

Al final, esta mezcla de elementos de China pero en una superproducción de Hollywood ha dado como resultado un híbrido interesante, pero algo extraño (la escena de Mulan desmelenándose cuando los hombres también tenían largas cabelleras, chinos en China hablando en inglés…) y errático (quizás por eso no triunfa entre el público chino), sobre todo en cuanto a ritmo y narrativa, que termina cayendo en un tercer acto en el que se percibe un bajón importante. También en los efectos especiales.

Aún así, el remake en acción real de la Mulan de Disney está lejos de ser una mala película y es probablemente y junto a El libro de la selva la mejor de las nuevas adaptaciones realizadas por la Casa del Ratón (al menos no es una repetición plano por plano). Los escenarios, vestuario, banda sonora (de Harry Gregson-Williams) y las interpretaciones de parte de su reparto (destacamos las escenas de Mulan en el ejército; el tono intimista le sienta mucho mejor que la acción, a la que por cierto le falta epicidad) hacen que al menos vista y oídos se deleiten.

P.D.: Aclaramos que no somos expertos en la historia y cultura china, por lo que es perfectamente posible que la hayan «pifiado» con los vestuarios o la estructura del edificio que hemos mencionado, aunque nos haya parecido todo muy bonito a la vista.

Bina Daigeler: «Mulán es un live action realizado con una visión contemporánea»

El pasado enero fuimos invitados a participar en el visionado de tres escenas del próximo gran estreno de Disney, el remake en acción real de Mulán. Tras la visualización, hubo un coloquio con la directora de la película, Niki Caro;y la diseñadora de vestuario, Bina Daigeler.

Si bien es una película de época, Daigeler ha asegurado durante el coloquio que han optado por mantener las tradicionales vestimentas de la época y además se han introducido ciertos y sutiles toques modernos, para dar con la idea de que una figura femenina  como  la que evoca la protagonista es necesaria en este tiempo actual y cambiante.

Esta es la primera película en imagen real que, si bien es de Disney, no parece de la Casa del Ratón, ya que por lo que hemos visto no tiene intención alguna de matizar el tono del guión o la eventual crudeza de sus escenas bélicas.  Esto es algo que a nivel personal lo disfruto mucho, ya que, como bien hemos mencionado anteriormente, no solo  Mulan muestra una clara evolución en el marco de su personaje  sino también su contexto tiene la seriedad y el enfoque requeridos para darle una vuelta de tuerca a esta adaptación.

Esta versión live action  está inspirada en parte en el clásico animado de 1998 y es otra apuesta segura por parte de la factoría del ratón más famoso del mundo de demostrarnos que las versiones “en carne y hueso” pueden aportar un poco más de historia, detalles y muchas cosas más a lo que uno pudo llegar a percibir en primera instancia con el que es considerado uno de los clásicos de la empresa de animación.

Esta versión, además de agregar detalles a la trama, da una clara referencia de madurez del personaje. Está claro que la versión real de la película ofrece más juego y rodaje y posibilidades de desarrollo de todos los personajes y la realizadora, Nikki Caro, ha sabido tomar buena ventaja de este factor.

El componente de una emotividad evidente de este largometraje  se puede traslucir en la epifanía que transita Mulan cuando se da cuenta que su padre no puede acudir al llamado del emperador para que este integre sus filas.

La diseñadora de vestuario, Bina Daigeler; y la directora, Niki Caro, durante el coloquio sobre Mulán en Madrid. Disney España.

Yi Fei Liu, quien tras pasar por un largo casting consiguió el papel para interpretar a la protagonista debido a su bagaje multifacético, siendo además de actriz, cantante y artista marcial, entre muchas otras cualidades, fue finalmente elegida y por lo que pudimos ver en las escenas proyectadas, el casting de ella y todo el elenco es excelente.

Tomando pautas e influencias  de iconos de la talla de Kurosawa y películas como Salvando al General Yang, entre otras, podemos afirmar que la cinta proyecta una fidelidad visual bélica.

Lo que más me gusta de lo visto de esta nueva versión de Mulán es que, estando en una época de un sinfín de películas de superhéroes de todo tipo y color, Mulán no deja  de ser una mujer normal y corriente que por circunstancias adversas saca a relucir poco a poco su verdadera fortaleza y valentía.

Niki Caro, quien no es ajena a dirigir personajes femeninos con carácter y muchos matices, creemos que  ha sido una correcta elección para sacar adelante un proyecto de tal envergadura. Esta directora ha demostrado sobradas tablas con sus largomertrajes anteriores tales como En Tierra de Hombres (North Country), La Casa de La Esperanza (Zookeeper’s Wife) y Jinete de Ballenas (Whale Rider), donde ha sabido retratar la fuerza y valentía  de las protagonistas femeninas desde distintos ángulos y tonalidades. Creemos por lo que hemos podido ver en la selección de escenas que Mulán no va a ser excepción a la regla.

Por último, pero no por ello menos importante, hacemos mención del factor Mushu. La no inclusión de este simpático personaje tiene para mí dos acepciones. Como fan de Disney, me duele que no esté porque es cierto  que en la versión animada se compenetra muy bien con la protagonista y aporta frescura y humor. Pero en la versión de carne y hueso, desde un punto de vista objetivo, el hecho de que  no esté incluido este personaje tan icónico es síntoma evidente de la seriedad y el compromiso del enfoque que este largometraje quiere demostrar.

Creemos que Mulán va a ser un éxito, no solo por hecho de de ser de Disney, sino también porque ofrece un plano realista en todo sentido a la importancia de las muchas vetas de la valentía femenina. Tan actual como necesaria en el ritmo imperante de nuestra época.

Mulán se estrenará en cines el próximo 27 de marzo.