Spiderman Homecoming: Un héroe con ruedines (crítica sin spoilers)

Reza la frase: «la tercera es la vencida”. Creemos que con esta nueva versión del joven arácnido por parte de Tom Holland (futuro Nathan Drake en la versión cinematográfica de Uncharted) han dado en el clavo. Pero nada ni nadie es perfecto, sino que son los matices entre lo bueno y lo malo los que hacen la diferencia en la vida. Y este Spiderman Homecoming de Jon Watts (Clown) alcanza bien la tonalidad de grises.

Personalmente, creo que el protagonista logra captar la torpeza y la distracción intrínsecas al personaje. Otro punto a destacar es que no repite la moraleja famosa sobre la responsabilidad que este conlleva. El interés amoroso, afortunadamente, pasa a un segundo plano, para luego sorprender con un ingenioso giro.

Como villano, Michael Keaton (Batman, Birdman) realmente se luce encarnando al Buitre (Adrian Toomes), papel reservado en su momento para John Malkovich en una supuesta cuarta entrega en el universo de Sam Raimi y Tobey Maguire. Quien supo ser Batman en la versión de Tim Burton en los años ’90, retrata ahora a un antagonista con rasgos antisistema, pero que aún así, le gusta la buena vida sin altibajos, y es por eso que se dedica a robar para sostener su buena posición económica.

Marisa Tomei (El luchador) da vida a una fresca versión de la tia May, pero con algunos rasgos de Rosemarie Harris y Sally Field, las antiguas parientas de Peter Parker en el mundo del celuloide.

Como puntos negativos, no podemos obviar que, desde que Marvel se encuentra bajo el ala protectora de la gigante Disney, hay una constante necesidad o alusión de todo aquello que engloba lo políticamente correcto. Enfrentamientos de Spiderman donde podemos recordar sin equívoco a Steven Seagal y sus películas, ya que por más que reciba miles de golpes de objetos de todo tipo y condición, ni se despeina ni sangra en forma notoria.

Desde que Spiderman se integró al universo de Los Vengadores, hay una necesidad de equiparar los equipos y recursos similares a los ya vistos en otras películas de otros superhéroes. Hablamos específicamente de Iron Man (un como siempre solvente Robert Downey Jr.). Realmente no vemos la necesidad de complementar el traje del trepamuros con émulo al de J.A.R.V.I.S. En esta nueva versión, Tony Stark tiene un papel de figura paternal, quitándole quizás un poco de libertad y decisión a la araña de Marvel. Sin embargo y por suerte, no aparece demasiado en pantalla.

Pros:

  • Generalmente, las nuevas versiones de un personaje famoso y querido por todos generan cierta e inevitable reticencia (más siendo su tercera versión en 15 años), pero para nosotros no es el caso, ya que Tom Holland logra un Spiderman, a diferencia del encarnado por Andrew Garfield, completo y sin fisuras.
  • Por fin vemos un Spiderman más humano, con sus torpezas y distracciones típicas del transcurso adolescente. En realidad, es bastante torpe a lo largo de toda la película.
  • Se respira una notoria frescura, donde no vemos una necesidad imperante de la búsqueda del amor adolescente, en contraposición como las anteriores entregas de Marc Webb y Sam Raimi.
  • Michael Keaton es inoxidable y eterno. Ya es la tercera vez que encarna un personaje alado, siendo Batman el primero, Birdman el segundo y en este caso el Buitre. El otrora murciélago de Tim Burton logra destacar como villano, siendo esta una posición donde Marvel y Disney llevan haciendo agua en reiteradas oportunidades.

Contras:

  • Si bien las apariciones de Tony Stark y su Iron Man son contadas y precisas en momento y lugar, parece ser que su misión es coartar las libertades y el albedrío del joven arácnido. Todo sea por integrar al personaje al universo Avengers de cara a la futura tercera entrega, pero no nos termina de gustar este encuadre.
  • La necesidad de todo aquello que sea políticamente correcto suele quitar espontaneidad y sorpresa al personaje. No vemos mal la inclusión de elementos que respondan a este tendencia, solo observamos que el abuso de esto tiene consecuencias no siempre positivas a la hora de contar una historia.
  • Adyacente a esta tendencia arriba mencionada, vemos con sorpresa y cierta desazón que Spiderman no sangra a pesar de recibir incontables golpes y zamarreos.

Concluimos que esta nueva entrega tiene una buena dosis de frescura y espontaneidad con actores que destacan sobradamente, pero aún así, el imperio Disney le impone ciertas reglas, tales como lo políticamente correcto, la necesidad de constantes gags y que el argumento de la película dependa en forma global del universo de Los Vengadores.