Cinco títulos que tratan el especial vínculo entre un chico (o chica) y un robot (o alienígena)

Bumblebee (Travis Knight) se estrenará en cines de España el próximo 28 de diciembre y lleva hasta la fecha acumuladas una apabullante mayoría de críticas positivas (94% a día de hoy en Rotten Tomatoes, con un 7,1 de media y un 4 sobre 5 entre el público), lo que la convierte en la cinta del universo Transformers con mejor recibimiento hasta la fecha (algo que tampoco es que sea muy complicado, siendo sinceros).

Las críticas suelen estar de acuerdo en que el gran punto fuerte de la cinta es el vínculo que se establece entre el «autobot» protagonista, Bumblebee, y la joven Charlie (Hailee Steinfeld), algo que hemos visto ya en un buen puñado de títulos de diversa índole, lo que no deja de demostrar que un buen relato sobre amistades y lazos especiales inesperados siempre será bien recibido y generará cierta fascinación por parte del gran público.

Hagamos un repaso de los cinco títulos que ya han tratado este tema y que se encuentran entre nuestros favoritos (sin especial orden de preferencia), teniendo en cuenta que uno de los protagonistas sea un robot o alien (o ambas), como el caso de Bumblebee.

. El gigante de hierro (Brad Bird, 1999)

Este título dirigido por Brad Bird antes de unirse a Pixar supone hoy en día una cinta de culto para los amantes del cine de animación. Basado en la novela El hombre de hierro de Ted Hughes (1968), la historia cuenta cómo el preadolescente Hogarth Hughes se topa accidentalmente con un extraño ser gigantesco y con apariencia de robot en medio del bosque. Ambos van haciéndose cada vez más amigos mientras el Gobierno de los Estados Unidos (que ha detectado la entrada de un objeto no identificado en la atmósfera terrestre) se dedica a seguir sus pasos, ya que el gigante resulta ser un ser venido del espacio.

La película supuso un fracaso en taquilla pero todo un éxito de crítica, especialmente a posteriori, por lo alejado que se mantiene Bird de los tópicos Disney de aquel entonces y por la multitud de referencias a la Guerra Fría y a la literatura y cine de ciencia-ficción más clásicos, sobresaliendo el vínculo que se crea entre Hogarth y el robot.

. E.T., el extratesrrestre (Steven Spielberg, 1982)

Qué podemos decir de E.T. que no se haya escrito ya en multitud de ocasiones. Una de las cintas más comerciales de Spielberg, absoluto éxito de taquilla y también de crítica que, además, no ha envejecido nada mal. Para los que hayan vivido en una cueva. E.T. cuenta la historia de Elliott (Henry Thomas), un niño que vive con su madre, su hermano mayor y su hermanita en una casa típica de la clase media en Estados Unidos y que un día se topa (también accidentalmente, claro) con un alienígena al salir a buscar pizza fuera de su casa. Al principio aterrado, el muchacho se va dando cuenta de que el ser es inofensivo y además posee inteligencia (más avanzada que la humana, de hecho), por lo que decide esconderlo en su cuarto hasta averiguar cómo demonios poder devolverlo a su planeta (ya que se ha perdido). E.T. establece un vínculo de amistad y psíquico con Elliott, lo que le sirve para ir descubriendo más sobre su entorno y que supone asimismo que ambos sientan lo mismo bajo ciertas circunstancias.

Este título de Spielberg nos ha dejado escenas para el recuerdo y que se han establecido en la cultura popular, como la de las bicis volando con la luna de fondo o la popularísima frase «teléfono, mi casa», por no hablar de la banda sonora de John Williams. Un clásico indiscutible.

. Terminator 2: El juicio final (James Cameron, 1991)

De un clásico saltamos a otro, esta vez uno mucho más adulto y con temática y escenas más crudas. Cameron ya se dio sobradamente a conocer (al igual que Arnold Schwarzenegger) con la primera Terminator (1985), creando una segunda parte que se sitúa unos cuantos años atrás de aquélla, con un John Connor adolescente (Edward Furlong) y una Sarah Connor (Linda Hamilton) entre rejas. El muchacho es ahora perseguido por el T-1000 (Robert Patrick), un modelo enviado del futuro mucho más avanzado y letal. Para contrarrestarlo, la resistencia envía a un modelo T-800 para protegerlo, estableciéndose, cómo no, un estrecho vínculo entre el joven y la máquina.

A medio camino entre la ciencia-ficción, la acción y el terror, esta segunda parte logra incluso superar a su antecesora y nos regalo auténticos momentazos. Mención especial se merecen los efectos especiales (que han envejecido estupendamente) la banda sonora de Brad Fiedel.

. Dragon Ball (Akira Toriyama, 1984)

Tampoco podemos escribir mucho sobre la obra magna de Toriyama (y una de las más importantes dentro del género shônen en el manga y anime) que no se haya escrito ya. Planteada como una adaptación bastante libre del relato clásico chino Viaje al Oeste (luego reconvertido más en un Superman a la japonesa), la historia parte de una adolescente llamada Bulma que se topa accidentalmente (cómo no) con un extraño muchacho que responde al nombre de Son Goku (de Sun Wukong, el Rey Mono), criado en el bosque y que ha carecido de contacto social alguno, con la excepción de su fallecido abuelo. Bulma se da cuenta rápidamente de la increíble fuerza del chico y, a pesar de sus rarezas, lo convence para acompañarla a buscar las bolas de dragón, que reunidas invocan al dragón Shenron, capaz de conceder cualquier deseo. De más está decir que Goku y Bulma acaban estableciendo una amistad de lo más entrañable (y duradera) y que él acabará protegiendo a la Tierra de numerosos peligros, aún cuando descubre su verdadera identidad como «saiyan», un ser de otro planeta.

Dragon Ball continúa hoy en día siendo uno de los títulos más populares dentro de todo el mundo del manga y anime, con más de 30 años a sus espaldas y aún produciendo series (Dragon Ball Super) y películas (Dragon Ball Super: Broly, que se estrenará el próximo 1 de febrero en España).

. Chobits (Clamp, 2002)

El grupo de mangakas conocido como Clamp se dio a conocer especialmente a finales de los 90 con sus obras X-1999 y Cardcaptor Sakura. Más tarde llegarían Tsubasa Reservoir Chronicles y su participación en el diseño de personajes de Code Geass. Entre medias, se atrevieron con títulos de diversa índole como Chobits, que mezcla el clásico «slice of life» con elementos de la ciencia-ficción. En ella, un joven llamado Hideki Motosuwa se muda a Tokio, donde numerosos habitantes cuentan con «persocons», robots con apariencia humana y orejas como de gato (por donde establecen la conexión a la base de datos) que sirven de ordenadores y también como compañía. Un día, Hideki se encuentra con una de estas «persocon», con apariencia de chica, tirada en la basura y tapada con vendas. Se la lleva a su casa, donde consigue arreglarla, pero la muchacha solo puede comunicarse diciendo «chii», por eso la bautiza con ese nombre. Poco a poco, Chii e Hideki irán estableciendo una relación que va más allá de la clásica entre humanos y máquinas y que lleva a pensar hasta qué punto los robots son incapaces de desarrollar sentimientos.

A pesar de que el manga y anime tienen su propio género protagonizado por robots («mechas»), normalmente pilotados por jóvenes, lo cierto es que Chobits explora un terreno algo más íntimo y que no se centra en las clásicas batallas entre máquinas y «kaijus» (monstruos gigantes), narrando otro tipo de relación establecido entre robots y humanos.

Por supuesto, nos dejamos muchos títulos en el tintero, incluyendo varios que versan sobre amistades o vínculos inesperados que no son necesariamente con robots y/o alienígenas, como El viaje de Arlo, Cómo entrenar a tu dragón, The Last Guardian, entre muchos otros. ¿Vosotros con cuáles os quedáis?

Seis animes de mechas que DEBERÍAS ver

El género mecha (ロボットアニメ, «robotto anime», anime de robots) es uno de los más prolíficos y conocidos por los aficionados al anime de todo el mundo. Las características comunes de este tipo de series son los robots gigantes (mechas) controlados habitualmente por humanos desde su interior, que normalmente muestran a su vez sus problemas existenciales y personales en un futuro distópico (o directamente en el espacio). Por lo tanto, se podría decir que el género mecha tiene bastante a su vez de ciencia-ficción.

Faltan manos para contar la cantidad de animes de mechas que se han realizado en Japón, siendo algunas de sus franquicias emblemáticas (Gundam) las que han sostenido a ciertos estudios durante años (en este caso, Sunrise). Sin embargo, nosotros tenemos a nuestras elegidas, las seis series de mechas que deberías ver al menos una vez en la vida, aunque no seas fan del género.

6 – Argento Soma (アルジェント ソーマ, 2000-2002)

Este anime de 25 episodios y un OVA realizado por Sunrise y producido por Bandai tuvo la suerte o desgracia (más bien la segunda) de ir bastante pegada a Evangelion y su alargada sombra… lo que resalta sus similitudes con aquélla, resultando en una serie no muy conocida y que enseguida es tachada de «copia» (en realidad, siempre hay un sector que denomina «copias» de la obra de Gainax a todo anime de mechas).

Si bien es cierto que los diseños de los extraterrestres y mechas de Argento Soma guardan bastantes similitudes con los del producto de Anno, y que incluso se pueden observar por ahí algunos conceptos (ya avanzada la trama) MUY parecidos, lo cierto es que esta obra, vencidos algunos momentos de sopor, es una serie bastante disfrutable y que deja con buen sabor de boca, después de tirarte los 25 capítulos viendo al protagonista con el culo escocido. Y Hattie y Walton son lo mejor.

Cabe destacar asimismo que los realizadores pretendían llevar a cabo una adaptación moderna y en mecha de Frankestein, si bien guarda bastantes similitudes con El gigante de hierro.

5- Code Geass (コードギアス, 2006-2008 y más allá)

Sunrise ataca de nuevo con esta serie de la que ya escribimos un Japoneando Anime. Con el característico diseño de las Clamp, esta obra nos presenta a Lelouch en su cruzada de venganza contra el Imperio de Britannia en su opresión a Japón, cruzándose en su camino con una misteriosa mujer conocida como C.C., quien le otorga el poder del «geass».

Si bien la serie promete y guarda bastantes momentos para el recuerdo, lamentablemente deriva en una especie de culebrón estudiantil, especialmente en su segunda parte. Sunrise ya ha anunciado que tendrá una tercera temporada con el sobrenombre «Fukkatsu no Lelouch» (literalmente, «La resurrección de Lelouch»), cargándose ya de paso uno de sus mejores aspectos: su final.

4- Darling in the FranXX (ダーリン・イン・ザ・フランキス, 2018-)

Los estudios Trigger y A-1 Pictures se están encargando de esta serie que todavía está en emisión (lleva 12 capítulos de 24), por lo que, dependiendo de su desenlace, podría ascender o caer más en la lista. Por el momento tenemos un anime que, siguiendo la estela de Evangelion, mezcla peleas de mechas con asuntos existenciales y romances juveniles en medio de un futuro distópico con una humanidad algo alelada y bastante reducida.

Yendo al grano, lo mejor hasta la fecha está siendo su protagonista, Zero Two, de la cual todavía nos queda conocer su historia y verdaderas motivaciones (ya estamos cerca…); mientras que el resto del elenco también puede levantar mayores o menores simpatías (bueno, Hiro se ha ganado el cielo por su bendita paciencia).

Quizás algo en lo que está pretendiendo innovar esta serie (aunque, sí, también lo vimos hasta cierto punto en Evangelion) es en toda la simbología relacionada con el sexo y el despertar sexual en medio de un mundo artificial y aparentemente estéril. También en los diseños de los mechas, los cuales no dejarán indiferente a nadie.

3- La visión de Escaflowne (天空のエスカフローネ, 1996)

Este anime producido nuevamente por Sunrise (esto parece un monográfico) se estrenó hace ya varios años y lo que más guardamos en el recuerdo es su mezcla de mechas con fantasía, ya que su protagonista, Hitomi, se ve misteriosamente transportada a Escaflowne, un mundo mágico y con toques medievales en el que existen estos robots gigantes y una trama que se va tornando algo más compleja.

Como suele set habitual en este género, las batallas también dan lugar a los romances, ya que en el camino de Hitomi se cruzan, entre otros, Van y Allen.

Escaflowne contó con 26 episodios y una película remake-recopilatorio posterior que, en nuestra humilde opinión, no le hace sombra a la serie original (animación aparte). Recomendamos verla aunque sea solamente porque ha envejecido bastante bien y no es habitual encontrarse con la fusión mecha-medievo (ah, y Maaya Sakamoto, Aeris y Lightning en Final Fantasy, es la voz de Hitomi y del opening).

2- Tengen Toppa Gurren-Lagann (天元突破グレンラガン, 2007-2009)

Empieza el dominio de Gainax con este anime de 27 episodios y un par de películas. El porqué de su posición tan alta lo encontramos en su ambientación postapocalíptica bastante misteriosa (que encierra todo un contexto idiosincrásico y hasta ¿religioso?), sus personajes carismáticos (ay, Kamina…) y en que parece que a veces no se toma en serio a sí misma, pero luego su drama te golpea como un mazazo.

En el apartado técnico tampoco se queda atrás, con una animación bastante constante y dinámica, unos diseños que a veces rozan lo absurdo (como decíamos, en ocasiones parece parodiarse) y una banda sonora que acompaña los momentos más épicos con mucha solvencia.

Tengen Toppa Gurren-Lagann es bastante más que el recorrido por la madurez de Simon, es una emocionante serie que se pasa como un suspiro y que te deja con varios momentos grabados en el kokoro.

1- Neon Genesis Evangelion (新世紀エヴァンゲリオン, 1995-1996)

También conocida como simplemente Evangelion, llegamos a la madre de todos los animes de mechas con este producto parido por Gainax y por la mente de Hideaki Anno. Admitimos que en lo personal no es nuestra favorita (Shinji es en parte culpable), pero el hecho de que sea considerada una obra de culto nos obliga a ponerla en lo más alto del podio.

Como ya adelantábamos, Evangelion supuso la base de varios conceptos que serían retomados posteriormente para otros animes del género (y no solamente de mechas), aunque sinceramente tampoco ha inventado la panacea. Entre sus grandes logros se encuentran esa mezcla entre ciencia-ficción, religión y filosofía; los personajes llevados al extremo de sus posibilidades y que rozan los tabúes culturales y sociales; y un apartado técnico soberbio. Y no, no nos olvidamos de su final casi incomprensible (en formato de dos películas que continúan a la serie de 26 episodios) y que sigue generando debates décadas después.

Menciones de honor

Como decíamos, hay animes de mechas para elegir y para todos los gustos. Desde las que hemos tratado, más o menos serias, hasta parodias de todo tipo (FLCL, también de Gainax) y, por supuesto, los grandes clásicos del género como Mazinger Z, toda la franquicia Gundam o Macross, entre muchos otros.

Japoneando Anime: Code Geass (Code Geass: Hangyaku no Lelouch)

Hace varios meses que no estrenamos entrada de Japoneando Anime, lo que no significa que no le demos vueltas al tema de vez en cuando. Justo como le sucede al anime que aquí nos ocupa, que parece terminar un año… para seguir volviendo. Hablamos de Code Geass y sus dos temporadas (dentro de poco serán tres), más OVAs, más mangas, más merchandising a tutiplén…

Y es que Code Geass resultó ser altamente popular entre los japoneses y los occidentales. ¿Cuáles son los secretos de su éxito? En Japoneando Anime vamos a ver algunos de los aspectos que abarca y que, además, se encuentran estrechamente vinculados con la sociedad y cultura niponas.

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Un anime de mechas

Code Geass (nombre completo: Code Geass: Hangyaku no Lelouch, コードギアス 反逆のルルーシュ, La rebelión de Lelouch) está realizada por los estudios Sunrise, concretamente bajo el mando de Goro Taniguchi(quien también trabajó en la serie Gundam, uno de los clásicos de los mechas) e Ichirô Ôkouchi (aparte de en Gundam, también coincidió con Taniguchi en Planetes, una seriaza, por cierto). El característico diseño de personajes fue realizado por las archi famosas CLAMP (Tokyo Babylon, X-1999, Card Captor Sakura, etc.). En definitiva, la serie se estrenó en octubre del 2006 en Japón, lanzándose a partir del 2007 en el resto del mundo. Se convirtió en una obra de culto entre los fanáticos del anime casi al instante. Personajes atractivos y carismáticos (es pensar en Lelouch y C.C. y no puedo evitar que se me venga a la mente una especie de House of Cards con adolescentes -aunque C.C. diste de serlo-…), una narrativa trepidante y un apartado técnico muy cuidado lo pusieron fácil. Pronto siguió una segunda temporada (Code Geass: Hangyaku no Lelouch R2, コードギアス 反逆のルルーシュ R2), una tercera a punto de estrenarse (Code Geass: Fukkatsu no Lelouch, que vendría a significar El regreso/La resurrección de Lelouch), además de todo el arsenal que ya mencionábamos de OVAs, mangas, películas y merchandising.

¿De qué trata Code Geass? Nos situamos en un ficticio año 2010 del calendario imperial (adelantado 55 años al gregoriano, el que tenemos nosotros), fecha en la que el Sacro Imperio de Britannia ganó la guerra contra Japón y la sometió, pasando a llamarse Área 11, y sus habitantes, Elevens (al español vendría a ser «Onces»). Éstos sobreviven entre fuerzas armadas, guetos y grupos rebeldes que buscan de nuevo la independencia y la libertad. En medio de esta situación vive nuestro protagonista, Lelouch,uno de los numerosos hijos del emperador Charles de Britannia, junto con su hermana (paralítica y ciega debido a un atentado que también acabó con la vida de la madre de ambos). Un día como otro cualquiera Lelocuh se topa con C.C., una misteriosa joven (o no tanto), con quien realiza un pacto por el que le concede un extraño poder: el Geass, con el que podrá someter a todo aquel que lo mire directamente a los ojos para que cumpla cualquiera de sus órdenes. A cambio, el Geass lo condenará a llevar una vida de soledad…

Además de por el trasfondo político (aparte del Sacro Imperio de Britannia, en el mundo también gobiernan la Unión Europea y la Federación China) y por sus carismáticos personajes, Code Geass resulta llamativo por algo muy característico de un amplio porcentaje de manganimes: las peleas de mechas (de la abreviatura Meka, de «Mechanical», メカ). Éstos vendrían a ser como robots gigantes, siempre controlados por un piloto y normalmente empleados como armas. Varios ejemplos de reconocidos animes de mechas serían el mencionado Gundam, Neon Génesis Evangelion o Macross Plus, pero en realidad el que es, quizás, más nostálgico para los fans y que asentó las bases es Mazinger Z (マジンガ, de Gô Nagai). La lista podría seguir durante varias entradas más (que Escaflowne y Tengen Toppa Gurren Lagann también se encuentran entre nuestros animes favoritos). Los mechas pueden ser mecánicos o biológicos (la propia palabra señala la diferencia) e incluso llegar a tener en algunos casos (no mayoritarios) algo así como conciencia propia. En cualquier caso, sirven como un buen instrumento para lucimiento de los protagonistas durante épicas batallas.

El protagonista y su harem

Otra característica que solemos hallar en algunos animes es la de la figura del protagonista, normalmente bastante atractivo, y todo un corrillo de posibles intereses amorosos (normalmente del sexo opuesto) que suspiran por él/ella. En el caso de los shônen (mangas y animes dirigidos a chicos adolescentes), el objeto de deseo suele ser un hombre; mientras que en los shôjos (mangas y animes dirigidos a un público femenino y juvenil) es una mujer (Fushigi Yûgi, por ejemplo). Code Geass no se queda atrás en este aspecto.

Y es que prácticamente casi todas las féminas (no vinculadas con él por lazos de sangre) suspiran o han suspirado en algún momento por Lelouch. Desde Shirley, hasta Kallen, pasando por C.C. (y Euphemia si contamos su historial de cuando eran niños). Por supuesto, todas ellas son además atractivas (aunque en lo personal C.C. pasa ya de eso para situarse en el nivel DIOSA). Al menos Lelouch también está de buen ver y justifica su magnetismo con una portentosa inteligencia y oratoria, porque hay casos de harem como el de Love Hina (o, nuevamente, el de Fushigi Yûgi) que son dignos de un estudio sociológico.

En cualquier caso, este rasgo de algunos animes suele estar más dirigido hacia un público mayoritariamente adolescente, por los triángulos (o pentágonos) amorosos, lo atractivo de todos sus personajes y por el abundante fan service, esto es, enseñar más chicha de la cuenta sin que venga a cuento a nivel argumental. Personalmente, hubiese preferido que Code Geass se volcase algo más en el plano político y menos en el del fan service (siendo Kallen la reina en este aspecto), pero bueno, no se puede tener todo en esta vida.

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Japón y sus traumas recientes

Ya hemos hablado en algún Japoneando Anime anterior de las bombas de Hiroshima y Nagasaki y algunos acontecimientos bastante turbios de la II Guerra Mundial. Lo cierto es que Japón ha sido, hasta la fecha, el único país donde se han lazado bombas masivas de energía nuclear contra población civil, algo que no es un tema baladí. Además, como una de las grandes perdedoras de la guerra, sufrió la ocupación de Estados Unidos hasta el año 1972, cuando el ejército yankee dejó Okinawa. En realidad, la ocupación más efectiva como tal, se dio durante siete años (hasta la firma del Tratado de San Francisco). Durante ésta, unos 150.000 soldados estadounidenses se repartieron a lo largo del país nipón durante dicho tiempo. Lo que se buscaba, en realidad, era una transformación cultural profunda (una forma de sometimiento típica de las colonizaciones), algo que se logró con bastante éxito. No fue meramente labor de los norteamericanos: la disciplina social y la nueva actitud grupal afrontada por los japoneses ante la crisis de la posguerra tuvo mucho que ver. Sobre todo, la caída de la figura del Emperador (a quien la sociedad nipona nunca había oído hablar hasta el día de la derrota, por la radio), quien tomó una postura de rendición y cooperación con el gobierno de Estados Unidos. La nueva Constitución, aprobada en mayo de 1947, lo dejaba prácticamente fuera del poder, como una figura simbólica. A pesar de todo, el pueblo japonés siguió rindiendo tributo al emperador y su familia (lo siguen haciendo hasta la fecha, aunque probablemente de manera mucho menos reverencial), lo que a su vez ayudó a la colaboración con los yankees. Si el emperador los seguía, ellos también lo harían.

No obstante, Japón también entró en una coyuntura que sigue percibiéndose hasta nuestros días: por un lado, las tradiciones, el Japón más «enraizado» y propio, sin influencias occidentales (representado especialmente a través de los mayores); por el otro, el Japón del aperturismo a Occidente, con sus nuevas costumbres, películas, vestidos y tecnología. También con su capitalismo, movimientos políticos como el socialismo y cada vez mayor participación de las mujeres en ámbitos políticos y sociales. Algo de esto se halla bastante presente en Code Geass, fundamentalmente a través del emperador Charles y del Sacro Imperio de Britannia (el nombre no es coincidencia, los ingleses también colaboraron en la ocupación estadounidense de Japón). Ellos son los invasores, los que ultrajan, los de fuera. Los japoneses bajo su dominio poco a poco van perdiendo su identidad y hasta dejan de denominarse japoneses por una palabra propiamente inglesa (elevens). La figura (SPOILER) de Lelouch convertido en el nuevo emperador que ha derrocado a Charles trae, sin embargo, consecuencias de inestabilidad y cambio que no gusta a todo el mundo (ni tan siquiera a los japoneses más radicales). Japón y sus traumas recientes…

https://www.youtube.com/watch?v=ZCiK5BK-Lzs

Japoneando Anime: One-Punch Man

Esta semana en Japoneando Anime os traemos el shônen de los shônen, al superhéroe de los superhéroes, al único e irrepetible One-Punch Man (más conocido quizás como Saitama o Calvo con Capa). Para los no iniciados, One-Punch Man es un manga con guión del artista One y dibujo de Yusuke Murata (Eyeshield 21) cuyo origen se encuentra en el formato web cómic (es decir, viñetas o tiras autoconclusivas publicadas exclusivamente en la red). Debido al éxito que tuvo, el mencionado dibujante contactó con One para crear un manga como Saitama manda, y así surgió la serie tal como la conocemos hoy en día. La adaptación al anime no se hizo esperar, y ésta llegó en forma de serie de 12 capítulos (más 6 especiales), de 25 minutos de duración cada uno. Debido a que el manga todavía se encuentra en publicación, es altamente probable que realicen más temporadas en un futuro (esperamos que no muy lejano).

¿De qué trata One-Punch Man? Saitama es un apático joven que en sus ratos libres se dedica a salvar el mundo (ficticio, aunque basado en el Japón actual), ya que éste se encuentra constantemente amenazado por monstruos de diversa índole. En su trayectoria se van cruzando otros héroes como Genos o Cyborg Demonio (quien, sorprendido ante su enorme fuerza, le suplica ser su aprendiz), Tatsumaki o Tornado del Terror, o Mummen Rider; y monstruos como el Rey del Mar/Sea King, Lord Boros o el Hombre-Cangrejo, entre otros. El reparto de personajes, todo sea dicho, no puede ser más variopinto (e hilarante).

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  • El shônen (少年)

Muchos sabréis ya que el shônen es uno de los géneros dentro del manga y el anime más populares, tanto dentro como fuera del país nipón. Por si acaso, y para ir refrescando la memoria, empezaremos recordando que el shônen es aquel género del manga y del anime cuyo público mayoritario al que va destinado son niños mayores y adolescentes (masculinos, aunque en realidad puede verlo y disfrutarlo cualquiera). Algunas de sus características comunes son héroes con super poderes (ya sea una gran fuerza, o una poderosa magia, o algún tipo de mutación o condición ventajosa, etc.), personajes femeninos pechugones, mucha acción, dinamismo en las batallas (aunque en algunos casos éstas pueden verse alargadas hasta el infinito y más allá), exaltación del poder de la amistad (los ya famosos nakama) y uno o varios villanos carismáticos (que suelen asimismo entrar en el terreno del bishônen (美少年), es decir, «chico guapo»). Con todo esto en mente, seguro que los que halláis visto animes como Dragon Ball, One Piece, Naruto, Bleach, Saint Seiya o Rurôni Kenshin ya los habréis identificado como shônen.

One-Punch Man es claramente un shônen… tanto, que se encarga en realidad de parodiar a todos ellos. Echemos un vistazo a Saitama, por ejemplo. A simple vista, es lo contrario de un héroe shônen: apático, calvo, mirada perdida, traje estrafalario, etc. Sin embargo, en cuanto despliega su inmensa fuerza no tiene rival. Tanto, que los enemigos tan solo le duran un puñetazo… para pesar de Saitama, que no encuentra ningún tipo de estímulo ni motivación en lo que hace, ya que no encuentra rival a su altura. Los villanos, a su vez, son presentados como seres terribles a los que no le frena nada ni nadie. De hecho, uno de los grandes alicientes de One-Punch Man es la creación de un ambiente cargado de tensión en cuanto aparece un nuevo villano. Muy similar a lo que hacen los shônen, éstos son presentados como seres muy poderosos y sádicos. Sin embargo, en cuanto aparece Saitama, con un puñetazo ya está todo arreglado. Es una forma de reírse de las típicas batallas en los shônen, que como mencionábamos antes se prolongan hasta lo indecible para al final acabar ganando el héroe, que en el fondo es lo que todos sabíamos desde el principio que iba a pasar (en serio, ¿alguien se espera que en Dragon Ball Goku y los Guerreros Z pierdan, acaben muertos y con todo destruido?).

Sucede algo similar cuando al fin Saitama revela el secreto de su fuerza: su GRAN entrenamiento consistía en correr 10 kilómetros todos los días, durante 3 años, hacer 100 sentadillas, 100 flexiones y 100 abdominales también a diario, comer 3 veces al día (desayunando solo un plátano), y no utilizar nunca ni aire acondicionado ni calefacción. Como vemos, nada del otro mundo (para quien esté metido en asuntos de gimnasio). Sin embargo, por algún extraño motivo, al protagonista de One-Punch Man le ha funcionado hasta el punto de no poder hallar rival. Esto es asimismo una parodia de los típicos «entrenamientos» que siguen los héroes en los shônen, tras los cuales y por lo general reaparecen con su poder aumentado de tal forma que ya pueden derrotar a todos los villanos. Pero ojo, esto solo les sucede sistemáticamente y por norma a los protagonistas. No esperéis lo mismo de los personajes secundarios o ayudantes; aunque sigan exactamente ese mismo entrenamiento.

  • Los mechas, monstruos y demás bestialidades

Otros de los géneros (o sub-géneros) más conocidos dentro del mundo del anime y el manga (decimos lo de «sub» porque suelen ir vinculados a los shônen) son los mechas y los kaijus (怪獣). También tenemos bastante de ellos en One-Punch Man. Especialmente de éstos últimos, ya que todos los enemigos (o la absoluta mayoría) con los que va topándose Saitama son monstruos. En cuanto a los mechas (cuyo término proviene de mechanical), hace referencia a los robots gigantes… que suelen ser los que se enfrentan a los monstruos. Pensemos en este sentido en Evangelion o en Mazinger Z. En One-Punch Man no hay mechas en sí, en formato mastodóntico, pero el propio Genos sí es un robot (a secas), que planta cara muy efectivamente a las amenazas.

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Toda esta fijación que hay en Japón por las cosas enormes y muy destructivas tiene una explicación, que son las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Como muchos sabrán, antes de finalizar la guerra, Estados Unidos lanzó en pleno verano del año 1945 dos bombas nucleares sobre el país nipón (ambos eran enemigos declarados, obviamente). Ambas cayeron sobre población civil (tanto Hiroshima como Nagasaki eran -y son- dos centros urbanos de un considerable tamaño) y acabaron con la vida de numerosas víctimas, ya que no solo el momento de la explosión causó (evidentes) pérdidas, sino también los efectos secundarios a posteriori, causados por la radiación, que provocaron elevados (y mortales) casos de cáncer, entre otros.

Se piensa que el impacto de las bombas atómicas sobre Japón fue tal, que no solo causó la rendición inmediata del país (y con ello la victoria para los EEUU), sino a su vez numerosos ejemplos de imaginarios colectivos plasmados en medios audiovisuales. Es el caso de Godzilla, archiconocido monstruo con forma de lagarto gigante y que destruye todo a su paso. Godzilla es una amenaza desconocida que aparece repentinamente desde el mar (es decir, viene de fuera) y que arrasa con todo a su paso. Nos suena, ¿verdad? Además, la primera película de Godzilla fue estrenada en el año 1954, solo nueve después de la explosión de las bombas.

  • Conclusión

One-Punch Man resulta un manga y anime de lo más ameno y caricaturesco, con una historia versión shônen que se ríe del resto de los shônen. Algunos podrían pensar que entonces sería algo similar a One Piece… pero, en realidad, One Piece es un shônen de humor con momentos dramáticos (y, no lo olvidemos, el poder de los nakama).. One-Punch Man nunca llega a tomarse a sí misma totalmente en serio, a pesar de lo tensa que pueda volverse la atmósfera. Es aparecer Saitama y todo ello se esfuma. Goku y Luffy pierden o lo tienen complicado alguna vez, al menos.

Todo esto no significa que no pueda disfrutarse igualmente One-Punch Man, pero convendría tener en consideración su carácter paródico. Por lo demás, una animación fluida y una banda sonora potente hacen el resto. Nada más escuchar el pegadizo opening cantado por (entre otros) Hironobu Kageyama (sí, el mismo que canta el Cha la head cha la original) ya sabes que viene algo épico. Y MUY DIVERTIDO.