The Mandalorian, una (casi) impecable primera serie en acción real de Star Wars

Disney+, la plataforma de streaming con la que la casa del ratón pretende hacer competencia a Netflix, ha arrancado con artillería pesada sus andanzas por Estados Unidos (por estos lares no llegará hasta marzo de 2020). Uno de sus títulos estrellas que celebran su llegada ha sido la que se consideraría primera serie en acción real de Star Wars, The Mandalorian.

El mismo George Lucas había admitido en alguna ocasión su propósito de realizar un producto con formato episódico ambientado en una galaxia muy, muy lejana, pero quizás por falta de tiempo o de presupuesto la idea nunca se materializó… hasta ahora. Y promete ser la primera de varias series de Star Wars.

The Mandalorian opta así por alejarse de la parte más mística (al menos por ahora) de Star Wars para adentrarnos en los bajos fondos de la galaxia de la mano de un cazarrecompensas después de la caída del Imperio (se sitúa tras los acontecimientos de El retorno del jedi). El mandaloriano (cuyo nombre desconoceremos hasta casi finalizada la temporada e interpretado por Pedro Pascal) recorre así varios planetas, donde irá conociendo a diversos personajes (o reencontrándose con viejos conocidos). Hasta que durante una importante misión se topa con alguien que le hará cambiar el rumbo y replantearse varias cuestiones.

Disney ha contado para esta primera inversión (e inmersión) con un conocido para el estudio como es Jon Favreau (Iron Man, los remakes de El libro de la selva y El rey León). Esta especie de nuevo Rey Midas, quien sabe brindar entretenimiento sobre seguro y ofrecer a las grandes masas lo que quieren, ha vuelto a acertar en esta ocasión con un formato que, a priori, sí podría resultar más arriesgado.

Arte conceptual de The Mandalorian. Disney+ y Lucasfilm.

Nos referimos al estilo episódico y autoconclusivo que adopta la serie desde sus inicios. Una característica que quizás puede echar para atrás a alguno o llevar a creer que no está sucediendo gran cosa en la pantalla.

Sin embargo, Favreau ha sabido dotar de encanto a este formato, como ya lo hicieran (por ejemplo) Star Trek, Doctor Who o Cowboy Bebop y, salvo la trama principal que va desarrollándose de fondo y al final, cada capítulo cuenta una historia distinta con diversos personajes.

Esto no funcionaría si dichos invitados no tuvieran el suficiente carisma, pero vaya si lo tienen. A Pascal lo acompañan (a veces detrás de las cámaras, aportando únicamente la voz) actores como Nick Nolte, Gina Carano, Werner Herzog, Giancarlo Esposito o Natalia Tena. Y todos ellos brillan con luz propia hasta el punto de apenarnos pensando que quizás no los volveremos a ver más (de nuevo, por el formato autoconclusivo).

Favreau también ha sabido apoyarse en algunas de las bases que influyeron en la Star Wars original y explotarlas. Estas son, claramente, el western clásico y elementos de la cinematografía y literatura japonesas como la obra de Akira Kurosawa o títulos como El lobo solitario y su cachorro. Bases estas que le van como anillo al dedo al personaje del cazarrecompensas solitario con naturaleza noble.

Otro de los aciertos, que favorece el formato episódico y autoconclusivo, es la lista de directores con la que han contado, desde Bryce Dallas-Howard hasta Deborah Chow o Taika Waititi, pasando por un entendido en la franquicia como es Dave Filoni (aunque, curiosamente, uno de los episodios dirigidos por éste último es para nosotros el más flojo).

The Mandalorian. Disney+ y Lucasfilm.

La banda sonora, compuesta por Ludwig Göransson, logra sorprendentemente que apenas echemos en falta al genio de John Williams. Sus partituras, influenciadas asimismo por el western, ayudan a crear esa atmósfera que le ha quedado tan bien al personaje. Mención especial para el tema que suena durante los créditos de cada capítulo.

No obstante, The Mandalorian no está exenta de fallos. El más notorio de todos ellos es que es bastante previsible. Vale, sí, es Star Wars, y no hay nada de malo en que esté dirigido potencialmente a un público pre y adolescente, pero Disney esto lo exagera mucho. Básicamente, sabemos que no le va a pasar nada malo al protagonista (y diríamos que suavizan bastante su parte más turbia, teniendo en cuenta lo que puede dar de sí el tema).

Veremos por qué caminos derivan las siguientes temporadas y si la cosa se pone más seria. Por ahora, basta con dejarse llevar por este puro entretenimiento con mucha de la sensibilidad de Star Wars y carismáticos personajes que es The Mandalorian.

P.D.: Nos lo queríamos guardar por si SPOILERS (y si alguien que esté leyendo esto no ha visto NADA de la serie y es ajeno a las redes sociales debería detenerse aquí), pero es evidente que, a pesar de todos los notables aciertos de Favreau, del carisma de Pascal y de los personajes que lo acompañan, de la banda sonora tan western, gran parte del éxito que está cosechando la serie se lo deben a esa criaturita adorable aún sin nombre que es comúnmente conocida como «Baby Yoda».

Star Wars: El ascenso de Skywalker, un ¿punto final? con momentos épicos y algo de trampa

J. J. Abrams no lo tenía fácil. Tras la repentina salida de Colin Trevorrow de la dirección del noveno y último episodio y la muerte de Carrie Fisher (quien a todas luces desempeñaría un papel principal en esta entrega), decidió retomar las riendas tras su inicio con El despertar de la Fuerza y cerrar la trilogía y la saga con El ascenso de Skywalker.

Para escribir el guión eligió a Chris Terrio, quien ya había trabajado junto a Ben Affleck en Argo y a Zack Snyder en Batman v Superman, dando origen a una narrativa que resulta quizás lo peor de la película por su barroquismo y sus irregularidades, con una primera parte que, de verdad, no da respiro. Pero del estilo que uno se pregunta si los personajes no deberían parar a comer o echarse una siestecita.

Tras este inicio sigue un segundo acto más intenso y un final que ya es el colmo del horror vacui, con apariciones de última hora, regresos inesperados, villanos que cambian de planes sobre la marcha y más regresos inesperados… Lo que puede hacerle parecer un despropósito. Por suerte, el irregular ritmo y la sobrecarga van acompañados de momentos épicos, tensos, dramáticos y románticos… Y nostalgia. Mucha nostalgia.

Los que más sobresalen (para variar) en El ascenso de Skywalker son Rey y Kylo Ren, con una Daisy Ridley y un Adam Driver que siguen desprendiendo esa química que los lleva de enemigos que no pueden ni verse a tensión sexual no resuelta (y algo más). El arco argumental de estos dos personajes ha sido quizás el más constante de esta trilogía.

Star Wars: El ascenso de Skywalker. Disney y Lucasfilm.

Ridley también desprende buena química con John Boyega (Finn) y Oscar Isaac (Poe Dameron, quien por cierto a su vez tiene buena química hasta con una roca de Jakku). Suya es la primera y frenética parte de la película, donde la acción se atropella y no paran de soltar chascarrillos (alguno más afortunado que otro).

Mientras que el personaje de Poe está aquí más aprovechado, me temo que no podemos decir lo mismo de Finn, quien sigue encorsetado en la figura del secundario cómico (y pelín obsesionado con Rey). Lo mejor aquí, una vez más, el vínculo entre Boyega e Isaac, junto a las (breves, pero intensas) presentaciones de dos nuevos personajes: Zorii Bliss (Keri Russell, acompañada de un personajillo ciertamente hilarante) y Jannah (Naomi Ackie).

Una de las mayores complicaciones a la que se enfrentaba Abrams era cómo retomar el papel de Leia tras el fallecimiento de Fisher, optando por recuperarla con material rodado y no utilizado de otras películas, y hemos de decir que esto es algo que han resuelto sorprendentemente bien. Es verdad que algunos diálogos se perciben un poco inconexos y forzados, pero suyo es uno de los momentos más emotivos de la cinta, y esto es todo un logro.

Star Wars: El ascenso de Skywalker. Disney y Lucasfilm.

Leia no es la única cara conocida que hemos visto (sí, hay bastante fan service, uno mejor integrado que otro). Billy Dee Williams vuelve a ponerse la capa como Lando Calrissian y la verdad es que agradecemos su presencia, enérgica a pesar de la edad. También regresa Mark Hamill como Luke Skywalker en un momento breve pero sustancial (aunque nos preguntamos si a los fantasmas de la Fuerza les crecen las greñas). C3PO (Anthony Daniels) tiene aquí mayor peso argumental que en las dos anteriores entregas, lo que añade su característica vis cómica; y Chewbacca (Joonas Suotamo) protagoniza uno de los (breves) momentos más inquietantes del metraje.

Uno de los retornos más anunciados y esperados era el de Ian McDiarmid como el emperador Palpatine. Será con seguridad también uno de los más polémicos tras El ascenso de Skywalker. Digamos que su personaje es víctima de la sobrecarga que trae toda la película y especialmente el final, pero su presencia sirve (aparte de para el citado fan service) para cerrar una trama a nivel más global y que incluya a las precuelas, ya que hay, eso sí, decepcionantes «ausencias».

Uno de los elementos característicos de Star Wars son sus planetas, y aquí Abrams cumple su parte. Pasaana, Kimiji, Exogol… Algunos nos resultan más familiares que otros, pero sin duda la dirección artística en algunos de ellos es para tenerla en consideración.

Star Wars: El ascenso de Skywalker. Disney y Lucasfilm.

Decir que la banda sonora de John Williams es uno de los puntos fuertes de la película es caer en la redundancia. El compositor regresa aquí a sus 87 años y nos trae consigo temas ya familiares y otros nuevos. La experiencia no sería la misma sin su partitura y se perdería la mitad de la emoción en el camino. Hay un tema en especial, «Farewell», que nos pone los pelillos de punta al escucharlo.

No queríamos terminar la crítica sin aclarar que, si bien El ascenso de Skywalker rehuye de algunos de los temas planteados por Los últimos jedi (como hiciera aquélla con El despertar de la Fuerza, lo que sí denota una cierta falta de unión metanarrativa en la trilogía), está lejos de mandarle un «fuck you», como hemos llegado a leer. Hace referencias claras a acontecimientos sucedidos en el octavo episodio e incluso se da cierto cameo de unos bichitos bastante reconocibles.

En definitiva, El ascenso de Skywalker tiene fallos como película notorios, como son la ausencia de la personalidad que desprendía su antecesora, una narrativa con ritmo errático o conclusiones tramposas a alguna de sus tramas (no olvidemos que está Abrams tras la cámara y Disney tras el marketing). Sin embargo, lo compensa con fan service que hará las delicias de nosotros, seguidores de la saga (servidora también se llevó su parte del pastel) y momentos épicos y hasta emotivos, con alguna carcajada, sonrisa y hasta llanto. Al fin y al cabo, George Lucas no creó esta saga situada en una galaxia muy, muy lejana para contentar a los académicos (que inicialmente no dieron un duro por ella y la vapulearon), sino para seguir despertando a ese niño interior que ansía con visitar distintos mundos y acompañar a sus héroes por duros derroteros.

Luke, Lando y Leia vuelven para el episodio IX de Star Wars

Disney y Lucasfilm han confirmado que el rodaje de Star Wars: Episodio IX arrancará el 1 de agosto de 2018 en los Estudios Pinewood de Londres. J.J. Abrams, quien escribió el guion junto a Chris Terrio (Argo) regresa para dirigir la última entrega de la saga de Skywalker.

Los miembros del reparto que repiten incluyen a Daisy Ridley (Rey), Adam Driver (Kylo Ren), John Boyega (Finn), Oscar Isaac (Poe Dameron), Lupita Nyong’o (Maz Kanata), Domhnall Gleeson (Hux), Kelly Marie Tran (Rose), Joonas Suotamo (Chewbacca), y Billie Lourd (Connix). Al elenco del Episodio IX se incorporarán Naomi Ackie y Richard E. Grant, a quienes se unirán los veteranos actores de Star Wars Mark Hamill (Luke Skywalker), Anthony Daniels (C3PO) y Billy Dee Williams, que retomará su papel de Lando Calrissian.

El papel de Leia Organa volverá a ser interpretado por Carrie Fisher, utilizando material de archivo inédito de Star Wars: El despertar de la fuerza. «Amamos desesperadamente a Carrie Fisher», ha dicho Abrams, quien ha añadido que «nos resultaba imposible encontrar un final totalmente satisfactorio a la saga de Skywalker sin ella. No íbamos a buscar otra actriz ni utilizar un personaje creado por ordenador. Con el apoyo y la autorización de su hija Billie, hemos encontrado la forma de rendir homenaje a su legado y al papel de Carrie como Leia en el Episodio IX utilizando imágenes inéditas que rodamos juntos para el Episodio VII«.

El compositor John Williams, que ha escrito la música de todos los capítulos de la saga de Star Wars desde Una nueva esperanza en 1977, regresará a una galaxia muy, muy lejana con el Episodio IX. El estreno está programado para diciembre de 2019.

Sobre Luke, Leia y Lando

Definitivamente, de entre todo lo confirmado, nos quedamos con el ataque de nostalgia que supone la vuelta de Billy Dee Williams como Lando, añadiendo la incertidumbre de si el (todavía desconocido) personaje que interpretará Naomi Ackie estará vinculado a él de alguna forma.

Por otro lado, el que Luke regrese confirma su proyección como fantasma de la Fuerza, al igual que ya lo hicieran Obi-Wan o Yoda. La cuestión es, ¿se aparecerá ante Rey para seguir su entrenamiento? ¿A Kylo para atormentarlo y seguir su despedida («hasta luego, muchacho»)? ¿A los dos?

En cuanto a la reutilización de material rodado con Carrie Fisher como Leia, nos parece lo más acertado, aún a sabiendas de que seguramente suponga una breve aparición del personaje y/o una pronta muerte (al menos no fallecerá detrás de las cámaras y que lo anunciasen en los créditos iniciales, como temíamos la mayoría). Es algo arriesgado, teniendo en cuenta que puede salir algo «chapuza» de todo esto, pero tengamos fe en Abrams.

¿Película de Obi-Wan Kenobi? Todo lo que podría ofrecernos el spin off del famoso jedi

Hace unos días, Hollywood Reporter anunció que Disney y Lucasfilm estarían preparando un spin off sobre Obi-Wan Kenobi (el tercero de la saga, tras Rogue One y el de Han Solo). El mismo estaría en fases muy iniciales, sin guión, y estarían negociando con Stephen Daldry (Billy Elliot, Las horas) para dirigirla, lo cual, de confirmarse, sería una muy buena noticia (en la filmografía de ese hombre hay cosas realmente interesantes). Aunque no se ha dicho nada oficial al respecto, Ewan McGregor (Obi-Wan en las precuelas) ya ha dicho en más de una ocasión que estaría más que dispuesto a volver a ponerse las botas del maestro de Anakin y Luke, por lo que estaría prácticamente asegurada su participación.

Si bien una película sobre Obi-Wan Kenobi podría parecer en principio redundante y hasta prescindible (¿19 años solo en un planeta desértico?), lo cierto es que, en buenas manos, podría producir algo interesante y «atípico» para la saga.

Soledad, depresión y culpa del superviviente

La mayor parte de seguidores de Star Wars estamos acostumbrados a ver a un Obi-Wan tirando a serio pero que sabe cuándo soltar un chascarrillo, estable, paciente, equilibrado y compasivo (generalmente) con los demás. Desde Ewan McGregor hasta Alec Guinness, esa es generalmente la imagen que se ha reflejado del maestro jedi (salvo en La amenaza fantasma, donde debido a su juventud se le deja entrever algún momento de impulsividad).

Sus 19 solitarios años en Tatooine podrían (DEBERÍAN) mostrarnos una faceta muy diferente del personaje: solitario, deprimido, con la culpabilidad del superviviente y hasta algo de estrés postraumático. No olvidemos que los acontecimientos narrados en La venganza de los Sith marcan un antes y un después en la galaxia y Kenobi estuvo muy involucrado en ellos. Incluso años después, el fantasma de Obi-Wan le diría a Luke que buena parte de la caída de Anakin era «culpa suya», al no saber ver las deficiencias y arrogancia de su alumno.

Prácticamente el último de los jedi (hasta la llegada de Rebels y sin contar a Yoda), ahora convertido en ermitaño y obligado a refugiarse para que el emperador y Vader no lo descubran (a él y a Luke), esperando el momento en que el hijo de Skywalker se haga adulto y pueda empezar a entrenarlo… ¿Cómo pudo Obi-Wan soportar tanto tiempo solo, más aún tras un cambio de vida tan drástico y con unos hechos tan traumáticos como precedentes?

Los cómics de Marvel han dado buena nota de estas posibilidades de ahondar más en la psique algo perturbada (de forma lógica) del personaje, pero esto llevado a una película (de nuevo, en las buenas manos, algo de lo que creemos alguien como Daldry sería capaz), sería muy interesante de ver. McGregor también ha demostrado tener capacidad interpretativa de sobra para ello.

 

Dos posibles vertientes: Obi-Wan como abuelo (o no) de Rey

Una teoría bastante difundida por la red, de entre las miles de millones sobre la procedencia de Rey, es que ésta es en realidad la nieta de Obi-Wan Kenobi. ¿Cómo? Pues como damos por hecho que no hace falta explicar cómo se hacen los niños, suponemos que los años de soledad del jedi en Tatooine pudieron dar para más de lo que pensamos. No ahondaremos ahora mucho en la hipótesis (pues no es lugar), dejaremos para ello a continuación un vídeo que la expone bastante detalladamente. Solo añadiremos que esta es una teoría en la que cree bastante gente, incluyendo periodistas como Anthony Breznican (el último en realizar un reportaje sobre Los últimos jedi para Entertainment Weekly).

Dependiendo de la revelación sobre los antepasados de Rey, la película de Obi-Wan podría tomar un (evidente) giro u otro. De hecho, hay gente que cree en el #ReyKenobi que piensa que la tardanza de Disney y Lucasfilm en confirmar el tercer spin off añadiría más motivos para la causa (en pocas palabras, que con tanto secretismo estarían intentando evitar una «confirmación previa» a esta teoría).

En el caso de que Rey terminase estando relacionada con el maestro jedi, la película de Obi-Wan iría evidentemente sobre esto, al menos en buena parte, creando una especie de «Cómo conocí a vuestra abuela». Más que nada porque la muerte del personaje en Una nueva esperanza torna (casi) imposible añadir muchas explicaciones sobre la procedencia de Rey, si este fuera el caso, además de que rompería totalmente el ritmo.

No sería la primera vez que esta «falta de detallismo» sucediera en Star Wars. Ya ocurrió con Luke y Leia, cuya madre nos fue desconocida durante casi dos décadas. Darth Vader era su padre, esa era la gran revelación (y que ellos resultaban ser hermanos), punto. Los detalles vinieron después con la trilogía en forma de precuelas de George Lucas. La metodología con el spin off de Obi-Wan sería similar a esto, solo que con menos tiempo de espera. Evidentemente, este tipo de información es, a la postre, más importante para el espectador que para los propios personajes dentro del universo (¿Luke y Leia saben que su madre es Padme? ¿Acaso les importa?), lo cual coincidiría con el hecho de que Daisy Ridley aclaró hace poco que Rey descubrirá su verdadero origen… y a la vez comprobará que tampoco lo considera tan importante. Porque, si Obi-Wan fuese su abuelo, claro que sería algo de lo que enorgullecerse, pero… bueno, él lleva años muerto (y es probable que los padres de Rey también). Por lo tanto, y como ya le dijera Maz Kanata, a otra cosa.

Pero si Obi ya se nos ha enamorado en la serie The Clone Wars

El spin off de Obi-Wan serviría entonces para rellenar esos huecos que tanto nos intrigan a nosotros, los espectadores. Por supuesto, y más siendo Disney, no esperamos que la cosa se produzca a raíz de una noche de diversión y desenfreno en la cantina de Mos Eisley, así que habría que trabajarse algún tipo de historia que no nos haga chirriar como la de Anakin y Padme (mejorar esto es fácil) y que haga creíble que, a la postre, Obi-Wan decida seguir en Tatooine cuidando de Luke por encima de otros menesteres.

En el caso de que no sea abuelo de Rey, pues bueno, también se puede sacar de aquí otra historia de aventuras en el espacio en medio de la soledad, aunque resulta innegable que se perdería bastante interés.

¿Salida de Tatooine?

Otra cuestión que tendrá que abordarse en un supuesto spin off de Kenobi es si éste sale de Tatooine puntualmente, bajo qué pretexto y en qué condiciones. Evidentemente, desarrollar un largometraje de unas dos horas totalmente en un planeta desértico no parece muy atractivo, por lo que sería altamente probable que se mostrasen otros (¿nuevos?) planetas.

¿Quizás lo contacta alguien de la Alianza Rebelde, similar a como lo hará Leia en años posteriores? ¿U ocurre algo fortuito por lo que Obi-Wan entra en contacto con otra persona, de manera parecida a Rey y Finn? ¿Entrará en contacto con la Alianza Rebelde y/o el Imperio? Esto último también parecería algo probable.

Están claras dos cosas: Obi-Wan tiene que terminar volviendo a Tatooine (su misión es vigilar a Luke) y Vader y el emperador no pueden descubrir en ningún momento su existencia y, aún menos, procedencia, pues esto supondría el final mismo de Kenobi e incluso y quizás del hijo de Anakin (del cual por cierto se esperaría un cameo, siendo niño o algo).

Al final, todo esto queda en meras suposiciones, pues, aunque las fuentes son fiables, ni Lucasfilm ni Disney han confirmado aún la película centrada en Obi-Wan Kenobi. ¿Quizás estén esperando a que se revele la procedencia de Rey en Los últimos jedi? Solo el tiempo lo dirá.

P.D.: ¿Historias de un Obi-Wan Kenobi adolescente, anterior a La amenaza fantasma? Esperamos que NO, gracias.

Rogue One: Una historia de Star Wars. Crítica sin Spoilers

Desde que Disney comprase Lucasfilm, se decidió que habría una película por año de la mítica franquicia creada por George Lucas. Muchos se (nos) mostraron escépticos con esta decisión, pensando que la fórmula terminaría agotándose y todos acabaríamos bastante hartos de aquellas letras que rezan «En una galaxia muy, muy lejana…». Es probable que el dicho hartazgo termine llegando, pero no será Rogue One: Una historia de Star Wars la culpable. 

La cinta que nos ocupa es la primera en formar parte de una serie de spin-offs que se compilan dentro del título Star Wars: Antologías y que se encargan de narrar aspectos colaterales de las películas numeradas y que ocupan las trilogías principales. Para esta complicada misión han decidido poner detrás de las cámaras a Gareth Edwards (Monsters, Godzilla), aunque para las ya famosas escenas que se tuvieron que volver a rodar también contaron con la ayuda de Tony Gilroy (El legado de Bourne), quien a su vez firma el guión. Desde ya podemos avisar que se puede respirar tranquilamente: no se percibe el cambio de la mano de director, o al menos la película no sufre ningún altibajo brusco, que ya es de agradecer. Probablemente (o así se rumoreaba), Disney quiso endulzar un poco el tono de la cinta, de por sí ya bastante oscuro. Y es que nos encontramos ante, probablemente, la película más cruda de todo Star Wars (puede que solamente superada por ciertos fragmentos de La venganza de los Sith).

Rogue One: A Star Wars Story Cassian Andor (Diego Luna) Ph: Jonathan Olley �Lucasfilm LFL 2016.

La historia que se nos presenta de tal manera: situada justo antes de Star Wars: Una nueva esperanza (la primera de todas, estrenada allá por el año 1977), Rogue One nos cuenta cómo un grupo de rebeldes pudo robarle al Imperio los planos que indicarían el único punto débil de la Estrella de la Muerte. Sin soltar spoilers, para empezar esta película ya se encarga de solucionar uno de los mayores vacíos argumentales de la historia de La guerra de las galaxias, y además lo hace de forma convincente, por lo que ya solo por eso merece nuestro agradecimiento. Además, en el camino nos va presentando nuevos y jugosos personajes, alejados (al fin) de controvertidos y traumatizados linajes. Jyn Erso (Felicity Jones) es aquí la protagonista, sobresaliendo algo más que el resto. Como tal cumple sobradamente, alejándose bastante del convenio de perfecciones que era/es Rey (aunque la sigamos adorando, eso no quita lo Mary Sue) y dejándonos a un personaje femenino fuerte y vulnerable a la vez (no veréis escenas tipo «¡No me agarres de la mano!» en los primeros diez minutos de película, no os preocupéis).

No por tener algo más de relevancia deja al resto de personajes atrás, acompañándola en el camino el capitán Cassian Andor (Diego Luna), un rebelde bastante más cabreado de lo que parecía en los tráilers (por suerte, a nuestro gusto) y el droide imperial (ahora reprogramado por Cassian) K2SO (Alan Tudyk), uno de los grandes aciertos de la película. A este trío calavera se les suman Chirrut (Donnie Yen), una especie de guerrero místico también muy acertado; Baze (Wen Jiang), compañero de éste último y con quien forma una muy buena química; y Bodhi (Riz Ahmed), un ex piloto del Imperio con más peso argumental del que parece inicialmente. Completan el elenco Saw Guerrera (Forest Whitaker), un viejo conocido de la serie animada y que muestra la cara más radical de la Rebelión; Galen Erso (Mads Mikkelsen), el padre de Jyn, muy vinculado a la construcción de la Estrella de la Muerte y Orson Krennic (Ben Mendelsohn), el nuevo villano y quien se encuentra detrás de la idea de la creación de un enorme arma imperial. Lamentablemente, los dos últimos personajes, si bien son interpretados por grandes actores, son los que se encuentran más desdibujados. Galen porque no tiene apenas tiempo para lucirse, y Krennic porque… bueno, porque claramente se ve ensombrecido por la presencia de Darth Vader (que en versión original sigue contando con la voz de James Earl Jones, desconociendo quién habrá sido el elegido para sustituir a Constantino Romero en la versión española) y por cierta cara conocida que se deja ver bastante por el metraje de la cinta.

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Porque si algo rebosa Rogue One por todos sus costados es su amor por Star Wars, percibiéndose rápidamente que la ha dirigido un gran fan de la saga. Cameos y guiños (no solo de la trilogía principal) aparte, las escenografías se encuentran tan cuidadas, tan repletas de detalle, que es fácil que se nos escape algo. Los planetas de Rogue One se hallan poblados por multitud de alienígenas de distintas formas y tamaños, además de rincones oscuros y otros no tanto. No por ello se abusa del ordenador (como hiciera Lucas con las precuelas), sino al contrario: los seres que caminan por estos mundos se perciben con vida, son «reales». Unos nos resultarán familiares y otros en cambio serán totalmente nuevos, pero en cualquier caso es una variedad que se agradece, porque sobre todo enriquece este fantástico universo. Podemos decir claramente que la fotografía, las maquetas, el arte, todo lo que rodea a la ambientación de Rogue One es absolutamente maravilloso.

Sin embargo, no todo es color de rosa. La narrativa, si bien trepidante, peca de serlo quizás DEMASIADO. Que da la sensación de que están pasando muchas cosas y muy deprisa (casi) todo el tiempo, vaya. Esto causa la sensación de que las relaciones entre los personajes, si bien se quieren y desprenden química, no siempre resultan del todo creíbles. De todos modos, un fallo menor dentro de algo más grande. Y es que Disney, sorprendentemente, aquí arriesga. No vamos a decir que nos encontramos ante una película bélica, cuando la parte más centrada en dicho género ocupa solo unos (varios) minutos, pero sí una cinta de aventuras que sorprende, especialmente en su desenlace. Cierta escena (muy bien llevada, por cierto) incluso nos acerca más a una película de terror. Por ello, pensamos que, por esta vez, Star Wars no es para niños muy pequeños (sí para niños, a secas, tampoco es que Disney se haya vuelto ahora Wes Craven).

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En definitiva, Rogue One: Una historia de Star Wars es un enorme tributo al Star Wars de Lucas, pero al de la trilogía original, con nuevos planetas y rincones por descubrir, personajes que, si bien son «los buenos» y «los malos», también poseen sus claroscuros, droides carismáticos (y con personalidad, que no solo sirven para vender merchandising) y combates aéreos apoteósicos. No por nada, al dueño del Skywalker Ranch le gustó esta película bastante más que El despertar de la Fuerza.

P.D.: Hoy, día 16 de diciembre, os recordamos que tenemos una cita durante la proyección de la película, donde además sortearemos merchandising entre los asistentes. Entradas a 7,90 por aquí.

Primer teaser trailer oficial de Star Wars: Rogue One

Ya está aquí, el primer teaser trailer oficial del esperado primer spin-off (de tantos que tienen pensado hacer Disney y Lucasfilm) de Star Wars, con el sobretítulo Rogue One. Se estrenará en diciembre del 2016 en los cines de todo el mundo y narrará las pericias que tuvo que pasar un equipo de la Alianza Rebelde para robar los planos de la primera Estrella de la Muerte.

En el reparto estará Felicity Jones, Diego Luna, Mads Mikkelsen y Forest Whitaker, entre otros. Dirige Gareth Edwards (Monsters). Ya falta menos para poder ver de nuevo (y otra vez) a la Estrella de la Muerte. Ahora, los trailers en versión original y en castellano.

La necesidad o no de continuar una saga

Cuando me enteré que Lucasfilms  vendió la mayor parte de su paquete accionario a Disney temí y temo lo peor. No me malinterpreten, me encanta. Pero hay cosas para las cuales determinados estudios son especialistas y otras cosas para las que directamente mejor no intentarlo.

Bajo nueva gerencia, Disney pretende continuar la saga de Star Wars con tres secuelas más a un ritmo de una cada dos años, cuando las seis películas anteriores tomaron su tiempo y dedicación, teniendo en cuenta que todas se realizaron con un intervalo de 3 años cada una, que es lo estipulado como el normal lapso de tiempo realización  de filmación, producción y postproducción. A las pruebas me remito:

 

  • 25 de mayo de 1977:  Star Wars: Episode IV – A New Hope
  • 21 de mayo de 1980: Star Wars: Episode V – The Empire Strikes Back
  • 25 de mayo de 1983: Star Wars: Episode VI – The Returm of The Jedi
  • 19 de mayo de 1999: Star Wars: Episode I – The Phantom Menace
  • 16 de mayo de 2002: Star Wars: Episode II – The Attack of The Clones
  • 19 de mayo de 2005: Star Wars: Episode II – The Revenge of The Sith
  •  18 de diciembre de 2015: Star Wars: Episode VII – The Force Awakens

Con estas fechas intento demostrar mi punto.  Disney  inconscientemente y a un  ritmo claramente vertiginoso, le va dar a la nueva trilogía un impresión de película hecha a corte industrial .  No creo que tenga en cuenta la expectativa de los fans y si la tiene, poco le importa tener la vara bien alta como una película de estas envergadura merece.

Pero no todo es negativo! La película está dirigida por J. J. Abrams que tiene carta blanca y buenas credenciales al ser el único director de la historia que dirigió películas tanto en el universo de Star Trek como ahora en el de Star Wars. Abrams sabe manejar el cine de acción y aventura como pocos. Ha tenido tropiezos, sí como Super 8 (2011)pero por suerte sus logros son mayores, tales como Misión Imposible III (2006), Star Trek I y II (2009/13). Tampoco nos podemos olvidar que ha sido el creador de las series de culto Alias (2001) y Lost (2006)

Otro punto que le juega muy a favor de Episodio VII, es la vena nostálgica que esta le supo imprimir a cada uno de sus fans con una sufrida espera. Volveremos a ver  a Mark Hamill encarnando a Luke Skywalker , papel que le dio una inusitada pero merecida fama . Quien se mantiene en activo siendo actor de doblaje y otras películas de bajo presupuesto. Vuelve también Carrie Fisher, quien lamentablemente tuvo notables problemas de salud , pero esto no la detuvo para nada.

Como conclusión, soy optimista con reservas. Purista pero abierto. También hay que reconocer que el hecho de que no esté Darth Vader abre una tangible incertidumbre pero un muy completo abanico de nuevas y escalofriantes posibilidades!

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