Por qué los guionistas de Dragon Ball Super no han entendido nada (Capítulo 93)

Sí, el título es pretencioso, pero es lo que siento ahora mismo mientras veo el último capítulo de Dragon Ball Super (el 93) emitido en Japón. Algo similar me ocurre con Los Simpson desde hace algunos años. Opino  que, debido a que las hordas de guionistas (que son varios)  nuevas son de generaciones que crecieron viendo el Dragon Ball y Dragon Ball Z de antaño (con suerte, porque a lo peor alguno no habrá visto nada del Dragon Ball de Toriyama), se habrán formado ideas en su cabeza con el tiempo que luego querrán plasmar, así en plan fan fiction. Lo malo es que a veces esas ideas no quedan bien ejecutadas, o directamente no son coherentes con el resto de la historia creada por Akira Toriyama. Puede que el culpable sea éste mismo, ya que a veces es él el que viene dando la idea base para la historia en Super (como ocurrió con Goku Black). Probablemente, el haber podido acceder a través de internet a algunas obras creadas por los fans (el Multiverse es el que más se viene a la mente), ha llevado a la decisión de plasmar algunos conceptos «cool» en el canon de la serie (que, a veces, no quedan bien ejecutados en cualquier caso).

Pongámonos en situación, porque son varios los frentes que tengo ahora abiertos con Dragon Ball Super (SPOILERS para quiénes no hayan llegado hasta el capítulo 93):

Los saiyans del Universo 6: Los que nos siguen por redes sociales saben de nuestra debilidad por la introducción de estos nuevos saiyans. No es de extrañar, puesto que, de los tres, dos de ellas son mujeres, ¡y encima se transforman! ¡Las primeras mujeres super saiyan en toda la historia de Dragon Ball! Así, era imposible no emocionarse ante la perspectiva. Además, el diseño de Caulifla (hecho por el mismo Toriyama) mola (aunque le falten varios bocatas de chorizo, como a Cabba), y Kale es directamente una copia de Broly para atraer a los fans de éste último, que no son pocos. ¿Qué empieza a fallar, entonces?

Por un lado, la forma de transformarse. La de Cabba tuvo un pase porque Vegeta lo provocó malamente con amenazas REALES (Cabba no conocía de nada a ese saiyan tan fuerte y de apariencia amenazante). Pero las de Caulifla (que ya va por super saiyan nivel 2 y nadie se ha dado cuenta (!!)) y Kale, no. Son aún peores que las de Trunks y Goten, de por sí ya muy criticadas por los seguidores de la serie en su día. Caulifla resulta que se transforma con solo pudiendo concentrar bastante energía en su espalda. Y ya. Lástima de Vegeta, que se dejó torturar y matar por Freezer porque nunca había llegado a tan compleja conclusión. O Goku, que tuvo que ver la muerte de su mejor amigo para nada. Y encima lo llaman «genio de la estrategia». Se ve que la espalda de Caulifla está muy entrenada porque, lo dicho, ya va por el nivel 2 y, a este paso, no nos sorprenderá verla en super saiyan 3 o incluso blue. Total…

Ahora vamos con Kale, «la Broly femenina». Curioso que sea una copia de Broly sin disimulo alguno (hasta le imitan frases y poses), porque los guionistas parece que no han entendido nada de lo que es el personaje. Broly surgió en las películas como la figura del verdadero super saiyan legendario en lugar de Goku/Kakakrotto (de hecho, nacieron el mismo día). Por lo tanto, desde el minuto 1 de su existencia poseía un potencial y un nivel de poder incalculables, causando el temor del Rey Vegeta, quien decidió acabar con Broly aún siendo un bebé y con su padre, Paragus. Ambos sobrevivieron gracias al poder del infante, quien pudo transformarse en super saiyan desde muy temprana edad (sin apenas poder controlarlo, por lo que Paragus le construyó y puso por la fuerza una diadema para mantener a raya dicho poder). Kale no. Kale es una saiyan tímida y algo peculiar (en pocas palabras, es una yanguire total) que pasa totalmente desapercibida para cualquiera (Cabba ni la registra) hasta que alguien osa dirigirle la palabra a su admirada Caulifla. Entonces estalla y se convierte en una monstruosa figura que, bueno, que copia todo de Broly. Ni una mención a que Kale naciera como alguien especial, a que fuese temida por el resto de sus compañeros o a que Caulifla se acercase a ella porque vio «algo» en ella que le decía «tiene un poder incalculable», o similar. Kale no tiene en absoluto el trasfondo que tenía Broly y, por lo tanto, su transformación carece de lógica y hasta de ritmo. Lo único que tiene en común con el personaje de las películas (apariencia y tal aparte) es que el motivo de que ambos «estallen» es totalmente ridículo. Sí, puede que un futuro cuenten mediante flashbacks aspectos del pasado de Kale que la acerquen más al armario empotrado que era Broly (aunque lo dudo), pero el daño sobre la primera vez en que vemos su transformación ya está hecho.

De Cabba no voy a hablar, porque hasta la fecha solo ha servido de saco de boxeo de las féminas. Está bien que introduzcan a mujeres poderosas y fuertes en Dragon Ball (ya era hora); no que lo hagan a costa de ningunear a otro personaje que inicialmente también prometía.

La vuelta de Freezer. Ay, la vuelta de Freezer. Otra vez, que a este paso se está pareciendo justo a Broly en las películas. Ya he mencionado lo que me parece el regreso de este villano (puede que el más emblemático e irredimible de toda la serie), pero seguiré por la misma vía: ¿Toei quiere cargarse la saga de Namek o qué? ¿Cómo es posible que Krilin, Vegeta o Piccolo estén de acuerdo con que semejante ser luche junto a ellos? ¡Si apenas muestran oposición! Recordamos que al primero lo mató y se cargó las razas enteras del segundo y del tercero (bueno, y al príncipe de los saiyans también lo tuvo esclavizado durante unos cuántos años, ya de paso). Pero nada. Y Goku también como si nada, que le interesa más ver el nivel de una supuesta nueva forma de Freezer (¡¿otra?!) que todo lo que le hizo pasar el tirano espacial en el pasado. Es verdad que puede que Goku esté jugando con el villano, ya que en principio le ha prometido algo que las bolas de dragón de la Tierra no pueden cumplir (ser resucitado, lo cual siendo ya dos veces, no debería poder ser). También es cierto que puede resultar interesante ver a un villano como este luchando del lado de los buenos, pero en definitiva, a mí me sigue sonando como un mal fan fiction. Si lo comparase con otras series, sería como si Luke volviese a por Palpatine o Naruto a por Madara (y eso que los grados de evangelización de Naruto a veces alcanzas cuotas incalculables). Un sinsentido total.

Y Buu es como Cabba, mejor no hablar de él y de su (mal)trato por parte de Toei…

En definitiva, sigo esperando a que esta nueva saga de Dragon Ball Super me demuestre algo coherente y de calidad. Quizás una vez empezado el Gran Torneo, que se está haciendo desear. Por lo demás, me sigue pareciendo una mala copia del Multiverse con muy poca lógica y coherencia. Y eso que los nuevos personajes prometen…

P.D.: La animación sigue en su línea, no hace falta mencionar más.

P.P.D.:Escenas como la de abajo ahora carecen de sentido…

Dragon Ball Super 62: Todos reunidos de nuevo

El anterior capítulo de Dragon Ball Super había sido uno de esos con final apoteósico, donde sucedían grandes revelaciones y en donde Goku (AL FIN) se ponía serio. No obstante, como decíamos, el punto álgido fue su final: ¿qué le había pasado a Trunks? Si esperabáis encontrar respuesta en este episodio 62… pues bien, toca seguir esperando.

¿De qué trata, entonces, el capítulo 62 de Dragon Ball Super (ahora vienen los Spoilers)? El episodio da comienzo con una nueva (supuesta) transformación de Trunks plantando cara a Black y Zamasu. A pesar de que logra darles un par de golpes, lo cierto es que rápidamente Black logra sobreponerse y parece que la victoria no está tan cerca. Viendo el panorama, Trunks le dice a su padre que él retendrá a Black y a Zamasu mientras ellos regresan al pasado y hallan alguna forma de poder acabar con ellos. Vegeta al principio duda, pero acaba accediendo y huye junto a un malherido Goku y Bulma. Antes de irse, le da las habichuelas mágicas a Mai, quien jura cuidar de Trunks.

De vuelta a la línea temporal del presente, Goku se cura en una cápsula especial, mientras Bulma se enfrenta a Bills debido a que su teoría de que al haber matado a un aprendiz de kaioshin en una línea temporal habría alterado al resto había resultado errónea. Bills se excusa diciendo que era una mera hipótesis y que lo que ocurra en líneas temporales distintas a la suya no le concierne. Dicho esto, se marcha con Whis. En ese momento aparecen Trunks y Goten, quienes quieren unirse a la lucha (a lo que Bulma se muestra reticente). Del mismo modo aparecen Chichi y Gohan, quienes momentos antes estaban preguntando a Krilin si conocía el paradero de Goku (ya que lleva días sin pasar por su casa y no avisó de nada). El susodicho y Piccolo también llegan a la Capsule Corp., preocupados asimismo por cómo está yendo todo el asunto con Black. Bulma trata de relajar a todos haciéndose como que no sabe la mitad, cuando en medio de todo el panorama aparece Goku con vendajes. Chichi acude a él preocupada, pero éste le comenta que ya se encuentra mucho mejor… y con hambre.

Una vez todos reunidos a la mesa, mientras Goku come, Bulma les cuenta a todos cómo es que ha surgido Black y su vínculo con Zamasu. Ante la inmortalidad de Zamasu y el creciente poder de Black, Vegeta se pregunta qué pueden hacer. Entonces Piccolo tiene una idea: Mafuba (para quienes no lo recuerdan, es la técnica que utilizó Kame Sennin para encerrar a Piccolo Daimaô en una tinaja). Con el Mafuba, podrían encerrar para siempre a Black y a Zamasu. Goku queda entusiasmado con esta nueva posibilidad, y acude raudo y veloz (mediante teletransportación) a la Kame House, antes de darle la oportunidad a Piccolo de hacerle una demostración.

Ya en la Kame House, Goku le pide a su antiguo maestro que le enseñe a hacer la técnica, a lo que Roshi le advierte de los peligros que ello conlleva. Así, Goku pasa toda una noche practicando con la pobre tortuga, a la que al final logra meter en la tinaja. Mientras tanto, Bills y Whis vuelven a visitar a Gowasu. Bills se encuentra sorprendentemente cabreado, y sigue excusándose con que él no puede hacer nada en líneas temporales alternativas (lo tienen prohibido). Nos obstante, Gowasu, sintiéndose responsable como anterior maestro de Zamasu, se ofrece para ayudar en lo que pueda. Y así termina el capítulo 62 de Dragon Ball Super.

Lo cierto es que, tras haber tenido un final tan épico en el episodio anterior, este nuevo capítulo pega un bajón de ritmo considerable. No solo porque no se explica nada sobre la transformación de Trunks (¿quizás para el próximo?), sino porque lo poco que vemos de pelea contra Zamasu y Black es bastante…. mediocre. Y es que desde luego con la animación en este capítulo no se han lucido nada (o sí lo han hecho, pero para mal): movimientos acartonados, caras mal dibujadas, la transformación de Trunks que no se sabe ya si es un super saiyan 1, 2 o qué, y un largo etcétera. Por suerte, parece que el episodio 63 tendrá una mejor animación. Y es que solo el avance del próximo capítulo ya está mejor dibujado que el resto.

Pero no vamos a comentar solamente lo malo. El ritmo más pausado (en comparación con el capítulo 61) era probablemente necesario debido a que nos encontramos ante un episodio más reflexivo. Y es aquí cuando llega el momento estrella de la semana: la ocurrencia de Piccolo con el Mafuba, técnica que había sido totalmente olvidada desde la era de Dragon Ball (sin la Z y sin nada detrás). Bien es cierto que el Mafuba se había visto poco efectiva contra Piccolo Daimaô, por lo que no sabemos cómo podrán hacer contra alguien con un poder mucho más superior que el de aquél. Pero quizás ahí está «el riesgo» del que habla Kame Sennin hacia el final del capítulo: ¿se sacrificará alguno de nuestros héroes (recordamos que el propio Muten Roshi se sacrificó contra Piccolo padre)? Dado el tono mucho menos dramático del que hace gala Dragon Ball Super, es algo que hoy por hoy dudamos que llegue a pasar, pero nunca se sabe…

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Como referencia especial, agradecemos la (breve) reaparición de un Gohan que no hace mucho más aparte de preocuparse. Pero algo es algo. Al menos no ha quedado ignorado como sucediera con el torneo del Universo 6. Eso sí, si había alguna (pequeña) esperanza de que el primogénito de Goku pudiera participar de alguna forma, ésta ha quedado nuevamente machacada.

En definitiva, capítulo donde se reúnen nuevamente todos los personajes (algo que de por sí se agradece), que además conlleva un cierto toque de nostalgia (especial mención al breve entrenamiento de Goku con Roshi), pero dejando totalmente de lado al Trunks del futuro y su peculiar nueva transformación. El episodio 63 promete más acción y mejor dibujada. Lo veremos la semana que viene.

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La amistad en Dragon Ball

Cuando pensamos en Dragon Ball, se nos vienen a la mente conceptos como luchas eternas (y épicas, no hay que negarlo) y la autosuperación por encima de todo. Sin embargo, se tiende a pasar por alto que uno de los rasgos que más definen a Dragon Ball (y a prácticamente cualquier shônen) es el valor de la amistad, aún por encima del amor romántico e incluso familiar.

Dragon Ball (y, en menor medida, Dragon Ball Z) ya nos muestra esto a través de su protagonista, Son Goku. El niño que creció solo (desde la muerte de su abuelo) en el monte Paoz acabó cruzándose con gente de todo tipo y condición y con la que acabaría teniendo una amistad de esas que duran toda una vida. Es normal si lo pensamos, puesto que el carácter de Goku, afable y fiel a los suyos, provoca el establecimiento de este tipo de relaciones.

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La chica y el mono

Convendría empezar por la primera relación de toda la serie, que dio inicio a la misma: la de Goku y Bulma. Su encuentro fue puramente fortuito, ya que la muchacha se encontraba buscando las bolas de dragón con el radar (de invención propia)… y justamente una la tenía en posesión Goku como recuerdo de su fallecido abuelo. Así, y tras una presentación algo accidentada, ambos se embarcan en la búsqueda del resto de las esferas: Bulma para pedirle al dragón un novio guapo y Goku para poder recuperar su bola de cuatro estrellas una vez se haya invocado al dragón Shenron.

Pero este encuentro supone muchísimo más para ambos personajes. Para Goku, el descubrimiento de un mundo totalmente nuevo (nunca había tratado con una persona que no fuera su abuelo y siempre había permanecido en el monte Paoz); para Bulma, el inicio de una serie de increíbles aventuras y el establecimiento de una amistad verdadera con quien, desde aquel momento, salvaría su hogar en multitud de ocasiones. Lamentablemente, la mayor parte del fandom suele pasar por alto la amistad entre estos dos personajes, cuya confianza mutua es enorme y que perdura hasta Dragon Ball Super (de hecho, vuelve a recuperarse un poco a la Bulma y los chistes picantones con Goku -quien no se entera de nada- en esta parte de Dragon Ball). Normalmente los fans tienden a fijarse más en las relaciones románticas de ambos personajes (especialmente en la de Bulma y Vegeta), pero lo cierto es que sin el encuentro Goku y Bulma nunca habría existido la historia de Dragon Ball.

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El monje y el pueblerino

La relación amistosa que sí suele ser considerada por la mayor parte del fandom de Dragon Ball es la de Goku y Krilín. No es para menos: ambos se conocieron cuando entrenaban bajo las órdenes de Muten Roshi y lo que comenzó siendo una rivalidad (al menos por parte de Krilín), terminó convirtiéndose en una larga y bonita amistad. Al contrario que pasa con Bulma, la relación de Goku y Krilín, que también dura toda una vida, sí se encuentra en el foco de varios miembros del fandom e incluso dentro del propio manga. Al fin y al cabo, son las muertes de Krilín las que siempre llevan a Goku a actuar e, incluso, lograr su transformación en super saiyan contra Freezer/Frieza.

En realidad, si nos andamos sin rodeos, esta amistad no es tan importante para la historia como la de Goku y Bulma (momento citado del super saiyan aparte), pero sí sirve para poner de manifiesto que para Goku los amigos están por encima de todo. Además, Krilín fue el primer luchador con quien Goku logró tener una verdadera conexión en dicho ámbito (la pelea), como así se demostró en el entrenamiento con Muten Roshi y más tarde con los distintos torneos de artes marciales.

El príncipe y el plebeyo

Probablemente, para el final de Dragon Ball Z (y más aún en Dragon Ball Super), la persona con la que Goku ha logrado tener mayor conexión a nivel combates y entrenamientos sea, sin lugar a dudas, Vegeta. A diferencia de Bulma, que no lucha, y de Krilín, quien disfruta de las artes marciales pero no entiende el espíritu guerrero de los saiyans, Vegeta es igual de combativo (y fuerte, puesto que son de la misma raza) que Goku. Esto hace que sean las dos últimas Coca-Colas en el desierto. Justamente, ambos son, al final de la serie, los dos únicos supervivientes de su raza (mestizos y hermanos desaparecidos aparte). Por eso la ,mayor parte del fandom se centra tanto en Goku y Vegeta, porque es con lo último que nos deja Dragon Ball Z (que Dragon Ball Super sea «El show de Goku y Vegeta» también contribuye).

Preferencias aparte, lo cierto es que la relación entre Goku y Vegeta es (al menos para quien esto escribe) una de rivalidad y respeto mutuos más que de verdadera amistad. No se puede negar que ambos se llevan bien al final de la serie (después de haberse intentado matar en varias ocasiones, es un gran logro), pero no es comparable a lo que une a Goku con Krilín o con Bulma. Con Vegeta es el puro vínculo del guerrero, del que es apasionado de algo y comparte dicha pasión con otra persona. Lo cual no le quita ni le añade mérito, simplemente puede ser visto como otro enfoque.

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El dios y el mortal

No, no vamos a hablar de Zamasu. Si hay otra relación de amistad en Dragon Ball que sea pasada por alto (aún más que la de Goku y Bulma) es la de nuestro protagonista… y Kaio (del norte). Pensándolo bien, Kaio sería firme candidato a ocupar el puesto de ser más importante en la vida de Goku. ¿Que no? ¡Pero si el saiyan se pasa más tiempo viviendo con él que con su propia familia! Y no solo eso, es a quien recurre cada vez que se ve metido en un aprieto (sí, incluso cuando hay destrucción y muerte involucrados). Y Kaio sigue ahí aguantando estoica y comprensivamente a Goku y sus jaleos. Que no lo haya mandado a cagar todavía sí que es significado de verdadera amistad (o de que Kaio es aún más buenazo que Goku).

Sabemos que nos dejamos relaciones de amistad importantes en Dragon Ball (Gohan y Piccolo, Goten y Trunks), pero queríamos hacer un breve repaso a las que involucran a nuestro protagonista. Aunque no lo creáis, hay verdaderos debates en internet sobre quién es el mejor amigo de Goku en la serie. ¿Y vosotros qué opináis?

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Dragon Ball Super 53: Presentación de un nuevo ¿enemigo?

Tras el parón de una semana, es probable que todos estuviéramos esperando el nuevo capítulo de Dragon Ball Super como agua de mayo. Es probable que, en nuestras cabezas, nos hubiéramos imaginado un buen y épico combate entre Son Goku y Zamasu, el nuevo kaioshin del Universo 10 y cuyo ki parece haber sido asociado con el de Black por Whis y Bills. Es probable que, debido al título («Se revela la identidad de Black«) esperásemos conocer algo más sobre la procedencia del nuevo y misterioso enemigo que ha tomado la forma de Goku. Bueno, lamentablemente, nada de esto ha sucedido en el episodio 53 de Dragon Ball Super.

Por partes (y vienen los SPOILERS). El capítulo 52 nos había dejado con Whis, Bills y Goku dirigiéndose hacia el hogar de los kaioshin en el Universo 10. En este caso, Whis informa, se trata de un aprendiz de kaisohin muy aventajado en el combate, por lo que su formación corre a cargo de un kaioshin mayor y superior para que éste termine sucediéndole. Sus nombres son Gowasu (el maestro) y Zamasu (el aprendiz). Mientras los dioses y el saiyan se dirigen hacia su destino, los citados kaioshin charlan entre ellos. Gowasu felicita a Zamasu por su buen té, asegurándole que eso es propio de alguien que se encuentra en armonía consigo mismo. Sin embargo, no parece ser así, ya que Zamasu le confiesa a su maestro que le inquietan los mortales: por qué existen, para luego destruirse entre ellos. No logra entenderlo. Gowasu le pide paciencia a su discípulo y le intenta consolar diciéndole que acabará comprendiendo mejor a los mortales. Justo en ese momento llegan Bills, Whis y Goku. Éste último, al observar a Zamasu, se emociona pensando en su fuerza y le suplica que pelee con él. Zamasu, en cambio, se asquea por la insistencia de Goku y no comprende cómo un mortal puede estar allí, menos aún en compañía de los dioses. Mientras, Bills y Whis le informan a Gowasu de lo acontecido con Black, pidiéndole que por favor les muestre los anillos del tiempo que tienen en su posesión (recordemos que Black llevaba uno de estos anillos, lo que le permitió seguir a Trunks del futuro hasta el presente). El kaioshin así lo hace, pero Whis y Bills perciben en el proceso que Zamasu parece desconocer la existencia de dichos anillos. Efectivamente, se encuentran todos en su lugar, por lo que Whis y Bills continúan igual que al principio.

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Mientras tanto, en la Tierra, Trunks del futuo charla con Krilin sobre Gohan y su familia. Krilin le informa de que él también tiene una hija, pero se niega a revelarle a Trunks que su mujer es A18. Justo en ese momento aparece la susodicha cargando a Marron y saludando a Trunks. Éste reacciona a la defensiva, pero Krilin se interpone diciéndole que no es la misma A18 que había en su línea temporal. La androide entonces se dirige hacia el hijo de Vegeta y le dice que le debe compensar por los daños, ya que él ha asesinado a su otra yo del futuro. Para desconcierto (y posterior alivio) de Trunks, A18 le informa que sólo estaba tomándole el pelo, y se va feliz con Krilin y con Marron. Mai, a su vez, contempla embelesada a Trunks del futuro, mientras Pilaf y Shuu prometen ayudarla a conquistarlo.

De vuelta al Universo 10, Gowasu le pide a Zamasu que acepte la petición de Son Goku de pelear contra él. Así lo hace y ambos se preparan para la batalla. Para sorpresa de Zamasu, que no alcanza a entender cómo un mortal puede albergar tanto poder, Goku se transforma en super saiyan nivel 2. La pelea se da sin mayores complicaciones, con Zamasu reteniendo todos los golpes de Goku. Finalmente, éste último gana. Bills, Whis y el saiyan deciden marcharse entonces. En el camino de regreso, Bills se pregunta si no convendría destruir ya a Zamasu, ya que podría convertirse en Black. Goku le hace dudar, diciendo que él no cree que sea un mal tipo a pesar de todo. Al final, Gowasu y Zamasu continúan con su charla. El maestro espera que su alumno haya aprendido una lección al haber combatido contra un mortal como Son Goku, ante lo que Zamasu afirma. Sin embargo, sus pensamientos nos revelan lo contrario: él cree que mortales como Goku son un peligro para todos, prometiendo volver a encontrarse con él.

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Como vemos, un episodio donde sobre todo se nos desvelan nuevos personajes, pero que deja muchas incógnitas en el camino. Especialmente en lo referente al título: como decíamos al principio, nunca se nos revela la identidad de Black. Es más, ni tan siquiera aparece Black en todo el capítulo. Por lo que el misterio deberá proseguir por más tiempo,

Ahora bien, Zamasu se nos presenta como un personaje interesante. Su seiyuShin’ichirō Miki (Roy Mustang en Full Metal Alchemist o Urahara en Bleach, entre otros), tiene buena parte de culpa, con una genial interpretación y con un tono de voz que le va como anillo al dedo al aprendiz de kaioshin: a medio camino entre lo misterioso, educado y algo amenazante. A pesar de que nos presentan que su alter ego va a ser Black como una obviedad, lo cierto es que al final recae la duda: ¿es Zamasu en verdad un buen tipo, como dice Goku? ¿Y si en verdad no es él Black? Por el diseño y por lo que promete (el mismo Goku sugiere que con entrenamiento Zamasu podrá llegar a ser tan poderoso como Bills), podría acabar siendo un nuevo personaje del grupo de «los buenos». El maestro de Zamasu, Gowasu, en cambio, no lo deja tan claro. No solo porque sus pendientes sean exactamente iguales que los de Black, sino porque su presencia parece pasar más desapercibida que la de su alumno: algo perfecto si quisiera jugar al despiste mientras llega a ser Black. Sea como sea, sólo el tiempo lo dirá.

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El otro gran momento del episodio ha sido el breve (re)encuentro entre A18 y el Trunks del futuro. Con la actitud juguetona de la primera, se deja así cerrado otro capítulo en la vida del viajero del tiempo (mientras se abren otros). La aparente rivalidad que parece haber despertado en el Trunks niño hacia su contraparte vuelve a hacer acto de presencia (brevemente y como un acto cómico) frente a Mai y los suyos. Veremos hacia dónde nos dirige, y si por fin va a significar algo de madurez y crecimiento en el Trunks del presente, que falta le hace (su diseño y personalidad continúan siendo los mismos que durante la saga de Boo).

Por otro lado, la animación… vuelve a dejar bastante que desear. Lamentamos sonar repetitivos, pero apenas se le puede llamar «batalla» a lo que hay al final (durante unos pocos minutos) entre Goku y Zamasu. Los rostros también vuelven a aparecer algo deformes en algunos planos (en otros pocos primeros plano, sin embargo, pasan el aprobado). El ritmo lento (de la misma batalla) tampoco ayuda.

Poco más que añadir sobre el episodio 53 de Dragon Ball Super. El 54 promete bastante, sobre todo porque va a ser un capítulo sobre Vegeta y su hijo del futuro (cuya relación siempre ha sido algo tormentosa). Y además continuará el misterio con Gowasu y Zamasu, que al parecer emprenderán un viaje temporal hacia el futuro, a un nuevo planeta llamado Babari. Nos vemos en una semana.

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Dragon Ball Super 52: de reencuentros y «Son Gohans»

Llegamos al episodio 52 de Dragon Ball Super, y sexto de la saga de Trunks del futuro. Tras un comienzo trepidante (quizás demasiado apresurado), lo cierto es que los dos últimos capítulos han pegado un bajón de ritmo considerable. Podrían considerarse perfectamente episodios de transición, donde lo importante es construir las relaciones entre los distintos personajes y asentar las bases para las futuras líneas argumentales. ¿Cumple el capítulo 52 con esto? Vamos a verlo.

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Primero, ¿de qué trata el episodio 52? (a continuación llegan los SPOILERS para quienes aún no lo hayan visto). Como sabíamos por anteriores capítulos, Bulma y su padre se han puesto a reparar la máquina del tiempo, lo que al parecer les llevará algunos días. Sin embargo, cuentan con la ayuda de la banda de Pilaf, entre los que se encuentra una entusiasmada Mai. Trunks del presente, sintiéndose celoso de su contraparte del futuro, intenta impresionar en el proceso a la muchacha, sin mucho éxito. Vegeta, por su parte, sigue entrenando en la habitación de la gravedad, enfadado por lo que Black le ha hecho a su familia de la línea temporal alternativa. Mientras tanto, Trunks del futuro (o Mirai Trunks) intenta dormir, pero las pesadillas de Black atacando a Mai se lo impiden. Tras levantarse, acude a ver cómo va la reparación de la máquina del tiempo. Bulma le informa que por suerte ya tienen parte de la energía necesaria para el viaje (casualmente, era el líquido azul que le ayudó a obtener Monaka en capítulos anteriores) y que las reparaciones llevarán unos días más de tiempo. Trunks se tranquiliza (y sorprende) tras escuchar la rapidez con la que están logrando todo, y Bulma lo achaca a que en esta línea temporal hay mucha más abundancia de recursos. Mirai Trunks aprovecha entonces para ir a visitar a Son Gohan, que en su línea temporal fue su mentor hasta que lo mataron los androides, y tras esto Trunks nunca tuvo ocasión de agradecerle todo lo que había hecho por él. Tras preguntarles a Krilín y Piccolo el paradero del primogénito de Son Goku (el namekiano ya le advierte que Gohan no será de mucha ayuda, puesto que ahora es un hombre de familia y estudios), se dirige a buscarlo a la salida de una conferencia en la universidad. Allí, Gohan lo reconoce enseguida y lo invita a tomar un helado y a cenar a su casa, para que así pueda conocer a su familia. Al llegar al susodicho hogar, se encentra con Videl, Pan (a quienes no conocía) y con Mr. Satán (a quien sí había visto en los juegos de Cell). Mientras Gohan prepara unos trabajos y Videl prepara la cena, Satán le enseña unos vídeos de sus victorias a Trunks. Entonces el suegro de Gohan acude a ayudar a su hija, dejando a la pequeña Pan al cuidado del (ahora) peliazul. Resulta que el bebé es más o menos un pequeño monstruo que ya sabe volar y que posee una considerable fuerza, poniendo en varios aprietos a Trunks. En ese momento llega Gohan y se encuentra con la habitación semi destruida por su hija y con un Trunks algo alterado. Los tres salen fuera, donde Trunks observa a Gohan jugando con su hija y siendo un padre de familia feliz, lo que nunca pudo contemplar en su línea temporal. Este pensamiento de qué sería de su vida ahora, con Mai y Bulma, de no existir Black, hunde bastante a Trunks, hasta que les avisan de que la cena ya está lista. Tras finalizar la velada, Trunks se despide de Gohan y su familia y regresa a la Capsule Corp., agradeciéndole a su antigua maestro que le haya descubierto el motivo por el que seguir luchando: poder ver a los demás algún día así de felices en el futuro. Mientras, Videl le pregunta a su marido por qué había vuelto Trunks al pasado, a lo que Gohan responde que se le había olvidado preguntárselo. De vuelta en casa, Trunks se cambia de ropa y pregunta dónde se encuentra Goku. Los demás le indican que se ha ido con Whis y Bills a buscar a un kaio shin del universo 10, ya que habían percibido un ki similar en él al de Black.

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Como vemos, y tal como íbamos adelantando, un capítulo de escasa (o nula) acción, donde lo importante son las interacciones entre los personajes. Siempre es de agradecer que Mirai Trunks se haya acordado de Son Gohan en esta ocasión, ya que durante la saga de Cell ambos personajes apenas coincidieron. Por otro lado, es altamente probable que los fans del primogénito de Goku no estén del todo contentos con el enfoque que le están dando a este personaje. Especialmente tras la saga de la resurrección de Freezer (o Frieza), que en la versión anime mostraba a un Gohan decidido a volver a entrenar tras la muerte de Piccolo. Esto en la película que abarca el mismo arco argumental no sucedía, por lo que algunos (me incluyo) esperábamos que Toei hubiese añadido dicho escenario para intentar recuperar a nuestro Gohan favorito. Sin embargo, parece que no va a ser así, puesto que este episodio más bien parece haberse decantado por la opción de un Gohan estudiante y familiar, siendo feliz así. Para ponerle la guinda al pastel, además lo muestran como desconocedor del motivo por el que Trunks habría regresado al pasado (una conveniencia argumental total, ya que resulta forzado creer que Son Gohan no le haya podido preguntar a Mirai Trunks cómo le va la vida -con todo lo que eso supone- tras reencontrarse después de muchos años y haber cenado juntos). Es decir que, para no desilusionarnos, lo mejor será esperar una escasa (o nula, directamente) intervención de Gohan durante esta saga. Toei podría haberse ahorrado las escenas adicionales que mencionábamos durante el arco de la resurrección de Freezer, eso sí.

Cambiando de tercio: la animación. Sí, sabemos que Dragon Ball Super tiene varios episodios con animación más bien mediocre… y este es uno de ellos, al menos en nuestra opinión. Si bien hay algunos primeros planos logrados (Vegeta entrenando, Mirai Trunks en los flashbacks y en el presente llorando), lo cierto es que a nivel general el dibujo deja bastante que desear. Y como sigan adelgazando a Mr. Satán va a acabar volatilizándose. La cosa se agrava cuando vuelven a animar algunas escenas del famoso OVA «Un futuro diferente: Gohan y Trunks«, ya que ni por asomo se acercan a la calidad de ésta última, perdiendo emotividad y dejando atrás un grato recuerdo en el camino. Que por cierto, Toei sigue empeñada en hacernos creer que el pelo de Mirai Trunks fue siempre azul.

Y a falta de Black, lo mejor del capítulo ha sido definitivamente Pan. Sí, aún no nos explicamos cómo es posible que un bebé ya sepa volar (cuando al mismo Son Goten le costó aprender a hacerlo), pero en cualquier caso sirve y cumple como complemento humorístico. Está claro que, a pesar de todo, ha hecho buenas migas con Mirai Trunks… lo que nos hace pensar que este episodio ha servido fundamentalmente para ahondar más en la personalidad de este personaje y (probablemente, sobre todo ahora que se ha confirmado que la Mai del futuro sigue con vida) terminar cerrando su arco argumental con él formando su propia familia (o con vistas a hacerlo). Algo más satisfactorio que el hecho de seguir viviendo eternamente con su madre… por mucho que ésta sea Bulma.

El capítulo 53 promete grandes revelaciones y tener más acción, ya que nos presentará definitivamente a Zamasu, el aprendiz de kaio shin del universo 10, y su (posible) relación con Black. Además parece que sabe luchar, a juzgar por las escenas del adelanto en el que se lo ve peleando con Goku. Pero para poder verlo… tendremos que esperar al día 31 de julio, ya que el 24 no emitirán capítulo en Japón. Esperemos que tiempo de espera pase rápido.

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