Algo me pasa con Final Fantasy XVI

Final Fantasy XVI salió para PlayStation 5 hace ya más de dos meses (de hecho, vamos camino de tres) y, lamento darme cuenta, no he escrito apenas nada sobre él. Incluso me cuesta. Es cierto que esta temporada hemos estado menos activos en redes, pero esta saga ha ocupado (ocupa) un lugar muy importante en mi vida, y esta entrega no podía ser menos.

El título producido por Naoki Yoshida ha traído consigo altas expectativas, precisamente, por la trayectoria que arrastra el director de Final Fantasy XIV. Los avances mostraban desde el inicio un estilo más inclinado hacia el hack and slash que no hacía presagiar nada bueno a los fieles de la franquicia, cada vez más preocupados por el alejamiento progresivo de ciertos elementos característicos del RPG de Japón que han ido adoptando las últimas entregas numéricas.

Sin embargo, Final Fantasy XVI ha sabido compensar este mayor giro a la acción con una historia más madura y oscura, escrita principalmente por Kazutoyo Maehiro, que transmite no pocas vibras de series estilo Juego de tronos. ¿Pero ha sido suficiente? Avisamos de que habrá SPOILERS de Final Fantasy XVI.

Final Fantasy XVI. Square Enix.

Clive Rosfield, un único protagonista

No soy muy amiga de las narrativas RPG con un único protagonista, y admito que esto es algo muy personal. Es mi mayor problema, dentro de todo lo que es Final Fantasy, con títulos bastante laureados como Crisis Core o Lightning Returns. Mira que Clive me parece un personaje principal de lo más competente, con un diseño atractivo (¡ejem!) y un trabajo de voz (en inglés) por parte de Ben Starr cargado de carisma.

Sin embargo, dentro de la experiencia general, no puedo evitar sentir que falta algo. Apenas llegamos a ver nada de las historias de Joshua y Jill, dos personajes muy importantes dentro del argumento. Y de controlarlos, únicamente a Joshua por un par de estancias cuando es niño.

Pero centrándonos únicamente en lo que es la historia, que es sin duda el punto más fuerte de Final Fantasy XVI, esto me resulta una oportunidad totalmente desperdiciada. Ahí tenemos Final Fantasy Tactics, una de las grandes inspiraciones para esta entrega, con Ramza y Delita robando foco (casi) a partes iguales. Hay un buen puñado de escenas protagonizadas por uno y por otro.

Final Fantasy XVI. Square Enix.

Sin embargo, saltándose el famoso muéstrame, no me lo digasshow, don´t tell») narrativo, aquí de Joshua no vemos prácticamente nada, y toda su (importante e interesante) subtrama se ve totalmente relegada a la última parte, salvo un par de escenas puestas aquí y allá, que enseguida te vuelves a olvidar de que existe. El misterio sobre su identidad se resuelve en la primera mitad del juego, por lo que no acabo de captar el porqué de esta decisión en el devenir de los acontecimientos.

Pasa algo similar respecto a Jill, pero en su caso es todavía peor. Su trama se resuelve en un capítulo y no la llegamos a controlar nunca. Se trata del principal personaje femenino del juego y nuestra compañera durante la mayor parte de la aventura (aunque la retiran convenientemente en momentos tan clave como el final de Titán, con quien diría ella también tendría alguna cuenta pendiente –como haberla intentado ejecutar-; pero pelillos a la mar).

No voy a proseguir con otros personajes como Cid, el propio Titán/Hugo, Benedikta o Barnabas, porque se me llevan los demonios (Dion se salva porque es, curiosamente, el que más escenas aparte protagoniza). No son tan importantes como Joshua o Jill, cierto; pero es que directamente apenas tienen subtramas. Sabemos algo de los vínculos que hay establecidos entre ellos, pero poco más. ¿Os imagináis que no supiéramos casi nada de Barret, Red XIII o Tifa? ¿O de Vivi, Steiner, Freija…? Si hasta los “opcionales” como Yuffie o Vincent tenían sus propias historietas. Y no, no me vengáis con los datos que te cuentan las Ultimania o Harpócrates (de nuevo, la ausencia del “show, don´t tell”).

Final Fantasy XVI. Square Enix.

¿Pero esto qué es?

No, no vamos a entrar en el manido debate sobre qué es un Final Fantasy. Primero, porque se trata de una franquicia que ha ido dando giros en su apartado jugable desde hace décadas. Y sí, cada vez más orientado a la acción hasta haber llegado a este culmen del repartir guantazos que es Final Fantasy XVI. Segundo, porque es algo tremendamente subjetivo. Tampoco vamos a entrar en si el sistema de batalla es bueno o no.

Lo que sí es cierto es que es un hack and slash. Y esto lo saben hasta sus propios desarrolladores, pues han querido intentar compensar la balanza hacia el lado del RPG introduciendo elementos más característicos de este último aquí y allí. Así, tenemos una larga batalla con únicamente Clive dando golpes y luego pasamos a nuestra guarida con unas cuántas misiones secundarias sobre conseguir materiales para nuestro futuro barco esperándonos.

¿El problema? Que no hay coherencia en el ritmo. Pasas del frenetismo que supone el jugar en un estilo de acción a… buscar puntos de luz por el mapa. Y no para cuestiones motivadoras como, qué sé yo, averiguar más sobre el pasado de Jill; sino para dar con no sé qué metal que no puede hacer combustión al entrar en contacto con no sé qué artefacto para esa tipa quien, dicen, es hija de no sé quién (ni una escena comparten, oiga, que de nuevo me lo cuentan) y que aparece y desaparece detrás de las cámaras porque sí.

Final Fantasy XVI. Square Enix.

Por lo tanto, Final Fantasy XVI es en su jugabilidad de combate un hack and slash y un RPG en todo lo demás. Una mezcla que, en mi opinión, lograron con mayor éxito juegos como NieR Automata (y cómo se nota la mano de Yoko Taro en un par de secundarias aquí).

¿Es Final Fantasy XVI un Final Fantasy indigno?

Para ir concluyendo, no quiero decir con todo esto que Final Fantasy XVI me haya resultado una mala experiencia; al contrario, he podido disfrutar sus numerosas virtudes. Se nota que han tomado nota de algunos aspectos negativos de la anterior entrega numerada y los han corregido (con mayor o menor éxito).

Lo que llevo tiempo observando, no obstante, es que Square Enix está teniendo problemas a la hora de desarrollar sus grandes proyectos dentro de esta franquicia, quizás con la excepción de Final Fantasy VII Remake/Rebirth, el cual utiliza el motor gráfico de Unreal Engine. Final Fantasy XIII, XIV, XV y XVI, en cambio, usan software propio de la empresa, lo cual no sé si tendrá algo que ver con las evidentes limitaciones que han mostrado estos títulos (reducción de escenarios abiertos, de equipo de personajes y/o de su manejo, juegos cada vez más cortos de duración –rellenos aparte- y desarrollos más largos), etc. Quizás convendría plantearse la posibilidad de usar otro software o, incluso, modificar la estética realista por otra más cartoon o estilo anime (veremos si anuncian el tan cacareado remake de Final Fantasy IX).

Final Fantasy XVI. Square Enix.

Clive, Joshua y Jill son los protagonistas de Final Fantasy XVI

Final Fantasy XVI es ya una realidad bajo el equipo de desarrollo (en gran parte) de Final Fantasy XIV, con Naoki Yoshida como productor y Hiroshi Takai (The Last Remnant) como director. Saldrá para PlayStation 5 y PC y aún no tenemos fecha de salida, pero hoy Square Enix nos ha sorprendido con nuevo y jugoso contenido en la web oficial del juego.

El mundo se llama esta vez Valisthea, donde gobiernan las casas del Ducado de Rosaria, Sacro Imperio de Sanbreque, Reino de Waloed, República de Dhalmekia, Reino de Hierro y Dominio Cristalino, cada uno de ellos distribuidos alrededor de los denominados cristales madre, que permiten realizar magia y vivir con cierta prosperidad, también equivalentes al esqueleto de un dragón o zonas geográficas. Evidentemente, todos quieren el poder estos cristales.

En cada casa reinante (salvo aparentemente en el Reino de Hierro, donde son tomados como criaturas oscuras, y en el Dominio Cristalino) hay un Dominante, un humano que alberga a un eikon (así es como denominan ahora a las invocaciones). Estos son elegidos contra su voluntad y cada casa aborda al eikon de una u otra manera, bien como criaturas divinas, malignas o meros instrumentos de guerra. Se sabe ya que Titán es el eikon de Dhalmekia y Fénix el de Rosaria.

Con esto queda más que asentado que el mundo de Final Fantasy XVI tiene una profunda inspiración de la Europa medieval y que el tema de las distintas casas puede dar mucho jugo a nivel de política, religión y, por supuesto, lugares que visitar (esperamos que no termine con la mitad del mundo «vacío» o siendo inaccesible).

Final Fantasy XVI. Square Enix.

Clive, Joshua y Jill, los personajes principales de Final Fantasy XVI

Los nombres de los personajes principales también han sido revelados, siendo así Clive Rosfield el protagonista. Hermano biológico mayor de Joshua y primogénito del archiduque de Rosaria, el destino elige a Joshua como Dominante del Fénix, lo que al parecer decepciona a todos y causa que le den la espalda. Por ello, Clive se esfuerza entrenando con la espada y logra ser nombrado con 15 años guarda mayor del eikon, lo que le permite usar parte de su poder. Jura venganza contra Ifrit, que es descrito como «eikon oscuro».

Joshua Rosfield es por lo tanto el hermano menor de Clive y el elegido como Dominante del Fénix, algo que parece generar descontento incluso a él mismo, siendo más bien un muchacho enfermizo y débil, que gusta más de leer libros y soñar despierto. Trata a todos por igual sin importar su estatus social y tiene 10 años.

La última en ser revelada hasta ahora es la chica que aparece en el tráiler y que todo apunta a que se trata de la Dominante de Shiva, Jill Warrick. Proveniente «de los territorios del norte», es algo así como la Theon Greyjoy de esta historia, ya que fue enviada como «garante de paz» con Rosaria. Creció así con los hijos del archiduque, a quienes considera sus hermanos y de quien es su mejor confidente. Es descrita como cortés y afable y tiene 12 años.

Esta es por ahora toda la nueva información de Final Fantasy XVI, que resulta bastante interesante y que da pie a una intrincada historia de luchas por el poder y traiciones (máxime teniendo en cuenta que Yoshida es declarado seguidor de las obras de Yasumi Matsuno como Final Fantasy Tactics o Vagrant Story). Esperamos que la espera no se haga demasiado larga.

Final Fantasy XVI. Square Enix.