Especial Doctor Who: Nueva Generación. Temporada 3, Martha Jones y el Amo

Tras el final repleto de adrenalina y desconsolador de la temporada 2 de Doctor Who, y con un especial navideño de por medio mucho más hilarante (y que sirve para introducirnos a la que será un personaje importante, Donna Noble), la tercera etapa de esta nueva generación de la mítica serie de la BBC lo tenía complicado para mantener el ritmo. Y se nota.

Nueva compañera, nuevas historias, mismo Doctor en la forma de David Tennant. Si pudiéramos destacar algo de esta nueva temporada, es que va de menos a más. Y es que tiene uno de los mejores finales jamás vistos (en un título cuyos clímax de temporada destacan), con el regreso de uno de los antagonistas más emblemáticos (avisamos, por si acaso, que esta vez sí habrá algún SPOILER, siempre de la temporada 3).

Martha Jones, nueva compañera

Lo primero que vamos a encontrarnos, tras la dolorosa partida de Rose Tyler, es que el Doctor se topa con una nueva compañera para sus viajes (siempre ha de tener una). La «afortunada» es Martha Jones (interpretada por Freema Agyeman) , una estudiante de medicina un poco mayor que Rose, pero también con una familia detrás, independiente, fuerte e inteligente.

Por desgracia, todos estos buenos atributos del personaje se ven ensombrecidos por su repentino enamoramiento del Doctor, el cual, a diferencia del de Rose en la primera temporada, parece un poco salido de la nada. Vale, admitimos que Tennant es atractivo y tiene encanto, ¿pero tanto como para traerlas loquitas a todas? Menos mal que luego viene Donna a poner un poco de orden…

Siguiendo con el enamoramiento (no correspondido, algo en lo que se hará hincapié en demasiadas ocasiones a lo largo de esta tercera temporada, desde luego más de las necesarias), lo malo no es solo que éste sea tan repentino. Es un poco incomprensible que alguien inteligente como Martha, más adulta que Rose, no se pregunte quién es ese tipo tan extraño y que puede llegar a parecer un poco zumbado antes de caer rendida a sus pies. Y es que Rose, en el primer capítulo de la primera temporada, empieza más o menos con buen pie con el Doctor, para cuestionarlo frontalmente ya en el segundo episodio. La relación fluye y se va cociendo, entiendes en todo momento porqué esos dos se están volviendo locos el uno por el otro. Lamentablemente, esto no ocurre con Martha.

Por supuesto, esto no es culpa de la actriz, sino de los guionistas. Probablemente percibieron el éxito que tuvo la historia del Doctor y Rose y quisieron continuarla de algún modo. Esto también se nota a raíz de que el Doctor menciona a la rubia un capítulo de cada dos. Lo que al principio es enternecedor y nos da pena acaba tornándose en cansino. Vale, Doctor, sabemos que extrañas a Rose… MUCHO. Ya. Vale. Para.

Esto enturbia a su vez la relación entre el Doctor y Martha, a la que el primero parece que nunca recompensa de manera adecuada. Particularmente doloroso es el caso del doble episodio Naturaleza Humana – La familia de sangre, donde el Doctor se transforma en un irritante (en serio, el mayor «pero» a este par de capítulos que por lo demás destacan en bastantes aspectos) humano para huir de unos cazadores intergalácticos, perdiendo con ello la memoria y quedando completamente la situación en manos de Martha. Ésta hace todo lo que puede con lo que tiene (¿a quién carajo se le ocurre refugiarse en Europa a comienzos del siglo XX con una mujer negra como mayor carta a favor?), pero el Doctor humano, John Smith, no solo llega a dejarla tirada, sino que luego tampoco vemos al Doctor disculpándose ni nada, más centrado en el dolor de una desconocida (para él) Joan Redfern. Vale, entendemos que al Doctor le gustan las rubias y que Martha ya está irremediablemente enamorada de él, ¿pero hace falta este destrato?

Por suerte, la cosa remonta en los dos capítulos finales, con una compañera que salva al Doctor (y al mundo) de una situación que parece realmente irrevocable. Y he aquí uno de los grandísimos aciertos de esta tercera temporada.

El regreso del Amo

El Amo (The Master, interpretado aquí por Derek Jacobi y John Simm) es el antagonista por vía directa del Doctor. El Vegeta de Goku, el general Zod de Superman. Se trata de otro Señor del Tiempo (por lo tanto, también único superviviente) que suele usar sus poderes y gran inteligencia para su propio beneficio, resultando a la postre en alguien cruel, mezquino y sediento de poder. Eso sí, no exento de carisma (ains, estos villanos…), a lo que suma la actuación de Simm.

Debido a que resulta en alguien mucho más inteligente que los daleks (quienes, por cierto, protagonizan unos muy olvidables dos episodios en esta temporada), la amenaza que acaba representando el Amo al final se percibe como más grande y real que la de aquéllos. Además, lo une un vínculo emocional con el Doctor, ya que ambos, aparte de ser los dos únicos señores del tiempo que quedan en el universo, se conocen desde que eran niños, añadiendo un poco más de información al misterioso pasado del protagonista. También al del Amo, que aparece aquí reflejado como alguien que quedó perturbado debido a un incidente durante sus años de academia, cuando aún eran niños.

Parece increíble a veces la profundidad que se puede mostrar de un personaje en tan poco tiempo. Es el caso del Amo, cuyas verdaderas intenciones se dejan entrever hacia el final: él solo quiere morir de una vez, cansado de las regeneraciones, de la «inmortalidad» de los señores del tiempo, de los constantes tambores en su cabeza. En todo es un contraste con el Doctor, pues, salvo momentos puntuales, éste último es alguien que generalmente ama la vida y lo que hay en ella.

Otro yin y yang curioso que se muestra entre ambos es el tipo de relación que mantienen con sus compañeras, pues evidentemente el Amo también tiene la suya (Lucy Saxon, interpretada por Alexandra Moen). Al contrario que el Doctor, quien siempre mantiene una raya infranqueable con todas ellas (sabe que una relación a la postre es imposible y solo conllevará más dolor), el Amo va y hasta se casa con la suya. Es revelador el momento en que narra cuando llevó a su acompañante a ver la destrucción del mundo, muy similar al noveno Doctor mostrándole a Rose el final de la Tierra en el segundo episodio. Las reacciones de ambas parejas no pueden ser más opuestas.

Capítulos muy buenos y regresos emotivos

Como mencionábamos al principio, si hay algo que caracteriza a esta tercera temporada es que va de menos a más. Empieza floja y anodina (salvo honrosas excepciones como Atasco y su emotivo final) y termina en una serie de episodios apoteósicos. Mención especial merece Parpadeo (en inglés, Blink), el considerado uno de los mejores de toda la serie aún actualmente. Con guión de Moffat, este capítulo nos sirve además de introducción de los que serán unos de los villanos más importantes en el futuro: los ángeles llorosos. Su ritmo y giros de guión, junto con su lograda atmósfera, impedirán justamente que apartes la vista durante los 40 minutos que dura. Y eso que en este episodio apenas aparecen el Doctor y Martha.

Después de Parpadeo, la final «en tres partes» (Utopía-El sonido de los tambores-El último de los Señores del Tiempo) que nos traerán, además, el regreso del capitán Jack Harkness (John Barrowman), quien se quedará hasta el último episodio y supone siempre un acierto. De hecho, este personaje en la tercera temporada vendrá a traer una de las teorías aún sin descifrar del todo y que ha conllevado numerosos debates entre los Whovians: que el Rostro de Boe es en realidad Jack Harkness.

En definitiva, nos encontramos ante una temporada 3 que va creciendo en presencia y emoción a medida que avanza, con nuevas y viejas caras, momentos épicos y otros que no tanto. Es cierto que se echa en falta la frescura de Rose y un décimo Doctor más relajado (su faceta cada vez más oscura será comentada en otro apartado), pero Martha Jones es, a la postre, una compañera más que digna (si ya lo dice ella al final). Sin embargo, si tenemos que destacar en algo esta etapa (Parpadeo aparte) es por traernos de vuelta a un gran villano en la forma del Amo.

P.D.: Merece mención especial la cantidad de guiños a la cultura pop que hallamos a lo largo de la tercera temporada, desde Harry Potter hasta Regreso al futuro.

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