Japoneando Anime: Neon Genesis Evangelion

Neon Genesis Evangelion (o, mejor dicho, su serie de películas Rebuild of Evangelion, ヱヴァンゲリヲン新劇場版) ha llegado hoy, de la mano de Amazon Prime, a su final (formalmente hablando, pues The End of Evangelion no fue comprendido por prácticamente nadie) en Occidente, tras décadas de existencia de un anime que ha creado escuela y maravillado (para bien y para mal) a montones de seguidores por todo el mundo.

Creada por Hideaki Anno, uno de los aspectos «innovadores» de Evangelion (como mejor se la conoce de manera abreviada) es, aparte de su carga simbólica, la introspección que realiza sobre la psique de sus personajes. De hecho, el propio Anno sufría depresión cuando «concluyó» la serie allá por 1997, y se nota. Ahora (sin pretender realizar spoilers) su otro final versa sobre pasar página y seguir viviendo. Disfrutar de la rutina, que decían Misato y Ritsuko en 2.0: You Can(not) Advance.

De Evangelion se han escrito ríos de tinta y probablemente no vamos a contar nada nuevo; tampoco de los aspectos más propios de la sociedad y cultura japonesas que ahí aparecen. Pero, como buen reflejo del estado mental o de determinadas creencias de Anno, hablaremos de cuestiones que, si bien nos marcan a todos, especialmente en Japón.

La historia nos sitúa en Tokio-3, ciudad constantemente atacada por unos misteriosos seres llamados ángeles. Shinji Ikari es reclamado por su padre Gendô, uno de los jefazos tras la organización NERV, encargada de mantener las gigantescas máquinas denominadas EVA, utilizadas para detener a estos misteriosos entes destructivos. Shinji, quien tiene una relación complicada con su progenitor, acabará uniéndose en la lucha junto a otros niños-piloto como Rei Ayanami o Asuka Langley.

Neon Genesis Evangelion. Gainax y Hideaki Anno

Ya hemos escrito en el pasado sobre los anime de mecha (robot anime ロボットアニメ en Japón) y sobre los traumas en Japón ante grandes desastres naturales como terremotos y también creados por el hombre (bombas atómicas), por lo que abordaremos otras cuestiones asimismo presentes en la obra de Anno.

Uchi (内), soto (外) y la pertenencia al ie (家)

Conceptos muy anclados en la antropología japonesa, junto a los siguientes que veremos, y que se encuentran muy presentes en todo Evangelion (de forma tanto simbólica como visual). Uchi vendría a significar «dentro» y soto «fuera», pero hace aquí referencia al sentido de pertenencia, a encontrarse dentro de un lugar considerado propio.

A los japoneses se les enseña desde niños ciertos rituales a la hora de entrar y salir de sitios, muy vinculados éstos al sentido de purificación que acompaña al sintoísmo: descalzarse al entrar, lavarse las manos (especialmente antes de entrar a un templo, junto con la boca), determinadas expresiones (ittekimasu/itterasshai al salir y tadaima/okaeri al volver), etc. Estos ya marcan una diferencia clara entre el interior y el exterior.

Pero no es solo eso. El interior conlleva volver a un lugar de pertenencia, ya sea el hogar familiar (de ahí su profundo vínculo con el ie o familia tradicional japonesa), el instituto en el que estudias o la empresa en la que trabajas; por lo que hay asimismo un concepto de colectividad y de no sentirse aislado o dejado atrás (algo que no es poca cosa en la sociedad japonesa).

Shinji, al igual que el resto de los pilotos de EVAs, no tienen un ie/familia, por lo que actúan ocasionalmente de forma errática (cada uno en su estilo) y se sienten socialmente desplazados. Todos ellos comunican en algún momento que están bien solos. Sin embargo, las veces que Shinji llega y se va de la casa de Misato son recalcadas. Empieza a sentir un lugar de pertenencia y este es uno de sus arcos argumentales principales.

Neon Genesis Evangelion. Gainax y Hideaki Anno

Honne (本音) y tatemae (建前), nuestra forma de actuar según el contexto

Otra de las bases de la antropología de Japón es esta especie de adaptabilidad conductual según el contexto en el que nos encontremos: honne son los verdaderos pensamientos o sentimientos y tatemae la máscara que nos ponemos para actuar de forma correcta a nivel social. No es hipocresía, en realidad está presente en todas partes.

Ambos conceptos están muy vinculados a los de uchi y soto, pues puedes actuar de forma más genuina o honne cuando te encuentras en tu ámbito privado y el tatemae surge más en situaciones formales, como en el trabajo. Curiosamente, también en el ámbito laboral se puede pasar de honne a tatemae o viceversa cuando por ejemplo sales a cenar o a beber con los compañeros (práctica muy usual en algunas empresas niponas).

Evidentemente, estos conceptos no son del todo comprendidos por niños o incluso jóvenes (si bien se enseñan desde que tienen uso de razón y sí se practican, aunque sea inconscientemente, en su rutina diaria), lo que a veces lleva a que surjan pequeñas manifestaciones de rebelión.

Shinji, al no pertenecer a un ie ni por lo tanto tener del todo claro lo que es el uchi/soto, se descoloca cuando los adultos, como Misato, se comportan de forma radicalmente opuesta estando en su casa (donde no para de beber alcohol e ir vestida de forma extremadamente informal) y en el lugar en el que trabajan (donde además es su superiora). Lo que lleva a alguna confrontación entre ambos.

Neon Genesis Evangelion. Gainax y Hideaki Anno

Además, los EVA hacen de honne (muy visceral) de los pilotos, ya que se controlan cognitivamente, en base a sus pensamientos. Por ello, el EVA 01 es la mayor demostración de que algo va mal dentro de Shinji y que no es simplemente el chico apocado, sumiso y tímido que aparenta a simple vista.

Los menores de edad como protagonistas (y armas)

Evangelion le da ciertas vueltas de tuerca a varios tropos muy presentes en el anime, empezando por los mecha o robots gigantes y su control (que acabamos de comentar). Otro es el de los protagonistas menores de edad, algo recurrente en una gran parte de manga, anime e incluso en JRPG.

Solemos pasar esto por alto, pero normalmente estos muchachos pasan por situaciones que, cuando no resultan totalmente fantásticas, podrían tacharse simplemente de abuso. Uno además que es cometido normalmente por los adultos, ya que los villanos o antagonistas sí suelen ser mayores.

La serie de Anno resalta esto en varias ocasiones, ya que NERV hace uso de niños como armas (claro que cuando los sustituyen por la tecnología/pilotos automáticos los resultados son aún peores). Por lo tanto, no pueden llevar una vida del todo normal ni desarrollarse como alguien de su edad requeriría. Máxime si tenemos en cuenta que Evangelion se ambienta en una realidad muy similar a la nuestra, pero marcada por los constantes desastres (los refugios están a la orden del día).

Esta costumbre del niño protagonista (y guerrero) se retrotrae a los orígenes mismos del manga, ya que surgían en revistas que se lanzaban al público infantil. Astro Boy, de Osamu Tezuka, lo hizo extremadamente popular para el gran público (también en Occidente).

Se le suma asimismo el gusto por lo mono o kawaii (可愛い) que tienen los japoneses, o al menos una parte de ellos. Los adultos perdemos, evidentemente, parte de esa «monería».

En conclusión, Evangelion es en principio un mero anime de mechas, con escenas de acción trepidantes y muy bien animadas, acompañadas de una gran banda sonora. Pero lo que la ha hecho prevalecer en la mente de tanta gente ha sido su juego con determinados tropos y, especialmente, el manejo de la psique de sus personajes y el reflejo de su cotidianeidad, llevadas en ocasiones a situaciones extremas y simbólicas. Desde aquí recomendamos echar un vistazo, aunque sea, a la serie de películas Rebuild of Evangelion, con un final bastante satisfactorio para el crecimiento de Shinji Ikari.

Para saber más…

GUARNÉ, Blai (varios autores), Antropología de Japón. Identidad, discurso y representación. Barcelona, Edicions Bellaterra, 2017.

HENDRY, Joy, Para entender la sociedad japonesa, Barcelona, Edicions Bellaterra, 2018.

LANDERAS, Javier, Cómo hacen los japoneses, Gijón, Satori, 2014.

Japoneando ¿Anime?: Final Fantasy VII Remake Intergrade: episodio de Yuffie

En esta ocasión vamos a hacer una excepción y dedicaremos esta edición de Japoneando Anime a… un videojuego. Es más, a un DLC (contenido adicional descargable). Pero es que el episodio de Yuffie, dentro de Final Fantasy VII Remake Intergrade, que ha salido hace unas pocas semanas para PlayStation 5, lo merece. Al fin y al cabo, este personaje y su ciudad de procedencia, Wutai, son los más similares a Japón dentro del universo de Final Fantasy VII, pero de lejos. Y en esta casa somos muy fans de Yuffie (Sonon también nos ha ido conquistando). Así que allé voy.

Ninja, shinobi y kunoichi

Hay muchísimo escrito sobre esta misteriosa figura que son los ninja (忍者), pero la mayoría entra dentro del terreno de la literatura y la leyenda. Si bien hay figuras como Stephen Turnbull que han dedicado gran parte de su trabajo a la figura histórica del shinobi (忍び), siguen estando rodeados de misterio. Algo lógico, si tenemos en cuenta que eran básicamente espías.

Hace unos meses Fundación Japón organizó unas conferencias con el doctor en historia y antropología Yûji Yamada, donde arrojó luz sobre estos personajes: se los conocía históricamente como shinobi o shinobimono (忍びもの) y se dedicaban al espionaje y a la recaudación de información, pudiendo causar incendios y hasta asesinatos con tal de conseguir su objetivo. Hay registros de ellos desde inicios del siglo XIV hasta finales del período Edo (1603-1868). Para ellos era importante evitar la confrontación, ya que no eran guerreros propiamente dicho (por lo que, si entraban en combate, lo más probable era que murieran).

El entrenamiento de un shinobi era muy importante y equilibrado, con especial mención a la resistencia mental. En los manuales históricos de ninjutsu (忍術, técnica del ninja) se establecía que no debían oler, ni hacerse oír, ni jactarse de sí mismos. Debían decidir rápidamente y hasta en circunstancias adversas cuál era la mejor forma de actuar y memorizaban información, por lo que reunían técnicas para ello. Tenían que contar asimismo con habilidades sociales para poder acercarse a sus objetivos sin que sospechasen. Por lo tanto, debían poseer inteligencia e ingenio. Entre otras técnicas típicas se encontraban la abstinencia (evitar el alcohol, la comida y el amor) o modos de comportarse (fingir ignorancia, no alardear de inteligencia, conocerse a sí mismo). Los tres males del ninjutsu serían: el miedo, el desprecio y pensar demasiado.

Es fácil observar todas estas cualidades en Sonon y, de forma más torpe, en Yuffie, quien no dudará en engañarte con tal de robarte y salir huyendo (escondiéndose por diversos rincones de Wutai). Curiosamente, mucho más cercana a la imagen del ninja histórico que la del lobo solitario. Algo que a su vez percibe Escarlata cuando los observa actuar infiltrados en el edificio Shinra, denominándolos «ninjas adolescentes» (¿qué edad tiene Sonon, a todo esto?).

Contrario a la creencia popular, no está demostrado que los shinobi usasen el shuriken como arma (手裏剣) ni tampoco que existiesen realmente las kunoichi (くノ一, ninja femenina), si bien las mujeres también podían realizar labores de espionaje, entrando por ejemplo en el servicio de un señor feudal y haciéndose pasar por cocineras. Estos dos rasgos sí son exponentes en Yuffie (es mujer y su arma característica es el shuriken); pero parece que son dos tropos provenientes de la cultura popular, como el teatro kabuki.

Yuffie Kisaragi en Final Fantasy VII Remake Intergrade. Square Enix

Japón, la derrota y la ocupación

Dentro del mapamundi de Final Fantasy VII, Wutai se encuentra en una isla de forma extrañamente similar a Japón en uno de los extremos. Para que uno vaya haciéndose ya a la idea. Yuffie se apellida Kisaragi y Sonon Kusakabe, en medio de un reparto repleto de apellidos al estilo Strife, Wallace o Lockhart. Pero si nos adentramos en la historia más o menos reciente del país del sol naciente la similitud es aún mayor (por no hablar de la arquitectura y costumbres del lugar…).

La historia de Japón está bastante dividida en períodos de aislamiento y apertura al mundo, siendo el último de cierre que impuso el shogun Tokugawa desde 1639 hasta 1868 justamente durante la era Edo, conocido como sakoku (鎖国). Una vez reabiertas las fronteras niponas a Occidente y finalizado el período Meiji (1868-1912), Japón fue acumulando en tiempo récord poder armamentístico e ingeniería industrial al estilo de la modernidad occidental, lo que derivó en sendas participaciones en conflictos globales y colonizaciones de regiones de Asia.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945 con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, anunciada su derrota, el país pasó a estar ocupado por el ejército de Estados Unidos (1945-1952). Durante este último período, se redactó la nueva Constitución por parte del general Douglas MacArthur (fue posteriormente traducida al japonés), que es la que persiste en la actualidad, siguiendo las directrices idiosincrásicas norteamericanas, adaptadas hasta cierto punto a la realidad nipona (el emperador, por ejemplo, quedó como mero símbolo de unidad para el pueblo).

Japón se encuentra en medio de una profunda crisis identitaria no ya con la reapertura a Occidente en 1868 y lo que la siguió, sino con la influencia de los Estados Unidos, que todavía se siente. Si bien el país logró convertirse en segunda (y luego tercera) potencia económica mundial en pocas décadas, su dependencia del país norteamericano, sobre todo a nivel armamentístico (pues en el famoso Artículo 9 de la Constitución se establece la renuncia a la guerra y en el año 1951 se firmó un acuerdo de seguridad mutua entre ambos estados), sigue siendo notoria.

Yuffie Kisaragi recuperando «su» materia en Final Fantasy VII Remake Intergrade. Square Enix

En Final Fantasy VII Remake Intergrade, especialmente en el episodio de Yuffie, se ahonda en la situación en la que se encuentra sumergida Wutai: habiendo sido derrotada en la guerra unos pocos años atrás, dominada por Shinra (multinacional eléctrica todopoderosa con ejército incluido), se le arrebata la materia (que son las principales fuentes de poder en el mundo que nos ocupa). Yuffie, quien era una preadolescente cuando ocurrió el conflicto, ansía recuperar algo del esplendor del pasado (probablemente idealizado) para su lugar de procedencia. No obstante, nos topamos con que Sonon, asimismo con la venganza pendiente, pero más maduro, parece mucho más tranquilo al respecto. Al igual que el padre de Yuffie. Es el Wutai apaciguado y traumatizado por la guerra.

¡No soy tu hermana!: El ie y la familia

Tradicionalmente, antes de la ocupación norteamericana anteriormente mencionada, en Japón estaba profundamente establecido el ie (家) como unidad familiar principal. Ésta se basaba en varias generaciones residiendo bajo el mismo techo, pero en herencia solo a través de la línea del primer vástago varón. Es decir, el primogénito (hombre) debía hacerse cargo de los padres y del resto de la familia (hermanos y hermanas menores) hasta determinado punto y eran los que perpetuaban el negocio familiar.

Lo más habitual era que las mujeres, llegadas a una edad, entraban a otro ie mediante el matrimonio; y los hermanos menores se las arreglaban creando sus propios ie (con suerte) o, si se lo podían permitir, siendo mantenidos por el cabeza de familia/hermano mayor.

Es frecuente encontrarse en los anime, manga y videojuegos procedentes de Japón con vínculos fraternales quizás demasiado intensos (basado asimismo en el pensamiento confucianista del menor que debe rendir respeto al mayor y éste último a su vez otorgarle mentoría y protección). Yuffie no es solo que no quiera verse como una cría, sino tampoco como una carga para Sonon (quien inevitablemente recuerda a su hermana cuando la trata).

Esto contrasta, curiosamente, con la forma en la que el muchacho tiene de dirigirse a ella como senpai (先輩) o jefe, que es el superior en rango y, normalmente, también en edad. Algo que por supuesto complace (y sorprende) a Yuffie.

P.D.: Mención especial merecen la entrada de Yuffie tras deshacerse de su «disfraz», en homenaje a las magical girls a lo Sailor Moon; o al símbolo que representa la imagen del pompón del traje de moguri sobre el fondo blanco (en clara alusión a la bandera japonesa). O que Yuffie en su imagen promocional original, y posteriormente en la que aparece junto a Sonon, estén mirando hacia el amanecer (país del sol naciente).

Final Fantasy VII Remake Intergrade. Square Enix,

Para saber más…

HENDRY, Joy, Para entender la sociedad japonesa, Barcelona, Edicions Bellaterra, 2018.

PÉREZ RIOBÓ, Andrés y SAN EMETERIO CABAÑES, Gonzalo, Japón en su historia. De los primeros pobladores a la era Reiwa, Gijón, Satori Ediciones, 2020.

YÛJI, Yamada, ¡Anda ya! ¿Y qué es un ninja? en Fundación Japón el 06/04/2021 (conferencia).

Japoneando Anime: Dororo (2019)

Dororo (どろろ) es uno de los títulos con mayor reconocimiento del conocido como «dios del manga» Osamu Tezuka, si bien es uno de los más cortos y con un abrupto final. Tras pasar por varias adaptaciones de anime, videojuegos e incluso una película de acción real, el estudio Mappa llevó a cabo la última versión de Dororo (con permiso del manga de Satoshi Shiki, aún en publicación), aportando una visión algo más realista y cruda dirigida por Kazuhiro Furuhashi, quien ya había estado al cargo del anime y OVAs de Rurouni Kenshin.

La historia (que a grandes rasgos ocurre en todas las adaptaciones) nos presenta a Hyakkimaru, un joven que ha crecido sin extremidades, piel, vista, oídos o habla debido a que su padre, un daimio (大名, señor feudal) hizo un pacto con los demonios justo antes de su nacimiento, según el cual entregaría a su primogénito a cambio de prosperidad y riquezas para sus tierras. Hyakkimaru por suerte sobrevive y es criado por Jukai, quien le construye prótesis. Al alcanzar 16 años, se embarca en un viaje para derrotar a los demonios y recuperar así su cuerpo, conociendo a un niño llamado Dororo.

Dororo. Estudios MAPPA y Tezuka Productions.

Ayakashi, oni y otros demonios

Hace poco hablamos de los yôkai (妖怪), criaturas del folclore japonés que observan y en muchos casos imitan a los humanos, no siempre con carácter maligno. Hay yôkai de prácticamente todo tipo, incluso en objetos inanimados o en elementos de la naturaleza.

Dentro de los yôkai podemos encontrar especies como los ayakashi (アヤカシ), que suele hacer referencia a espíritus que habitan en el agua o que provienen de la otra orilla. En anime como Dororo o Noragami, el término ayakashi es generalmente utilizado para referirse a seres vinculados con el Más Allá, provenientes de la Orilla Lejana. En estos casos están más asociados a la corrupción del espíritu.

Otro conjunto de seres relacionados con los yôkai son los oni (鬼), que hacen mayor referencia a los demonios, ogros o diablos como tal. Los oni poseen por lo tanto un carácter algo más hostil hacia el ser humano y su forma es generalmente antropomorfa. Un anime reciente y popular que se apoya bastante en el mito del oni es Darling in the FranXX.

Si bien en Dororo Hyakkimaru persigue y derrota a los demonios, traducido así en nuestra lengua, no es que sean exactamente oni, pues su forma puede variar de una especie de escorpión/araña gigante a unos tiburones. En algunos episodios, como el 19, el enemigo a batir sí es más claramente un oni.

El budismo en Japón

Dororo posee muchas características del folclore japonés y también de su historia, a pesar de los evidentes elementos fantásticos. Por ejemplo su esfuerzo por mostrar una cara del Japón histórico que no está basada en la idealización del samurai (más bien al contrario) ni es la demostración de grandes castillos y templos. El arroz, tan característico y asociado a las teorías de la japonesidad o nihonjinron (日本人論) es aquí mostrado casi como la última y desesperada apuesta de un pueblo empobrecido y apartado del camino y de los anales de la historia por su falta de glamour.

El budismo (仏教) es otro de los rasgos clave de Japón, concretamente de su sincretismo religioso (pues convive pacíficamente con otras religiones como la natural del país, el sintoísmo). Introducido desde Corea en el año 552 según el Nihon Shoki (日本書紀), el budismo pronto se fue conformando en varias escuelas como la de la Tierra Pura (Jodo-Shu) o sobre todo la Zen, que sirvió de puente entre sectas viejas y nuevas y que ha supuesto una enorme influencia en la sociedad y cultura niponas.

El zen (禅) sostiene básicamente que la iluminación o satori (悟り) se alcanza mediante la meditación o zazen (坐禅). Se basa en alcanzar la visión de la verdadera naturaleza de las cosas y en aplicarlo a nuestra vida diaria y especialmente para con los demás.

Evidentemente, el budismo y el zen son mucho más complejos (máxime en Japón, donde puede percibirse el zen en prácticamente todo); no obstante este anime de Dororo es una buena ventana a lo que sería el budismo zen, pues lo hallamos en obviedades como la estatua bodhisattva de Guan Yin a la que reza la madre de Hyakkimaru y que impide que los demonios consuman su plan de devorar al niño; o en la historia del escultor Okaka.

Pero el budismo zen se encuentra asimismo en las principales tramas de la serie: quiénes somos realmente (cómo Hyakkimaru o Biwamaru, ambos ciegos, son capaces de percibir la esencia de los seres a su alrededor) y en el dilema de sacrificar una vida individual por el bienestar común.

Al final la propia madre de Hyakkimary y Tahomaru se asemeja a la figura de Guan Yin que reza. Dororo de estudios de MAPPA y Tezuka Productions.

«Aniki» y otras formas de dirigirse a otros

A lo largo de la historia Dororo se dirige a Hyakkimaru con la palabra «aniki» (兄貴), ocasionalmente mal traducida como «hermano». Al menos en inglés usan el término «bro», que aunque tampoco esté bien, le otorga ese rasgo de argot de pandilla callejera que puede asemejarse ligeramente a los yakuza, que es la idea prevaleciente por la actitud de Dororo y el haber sido criada entre bandoleros.

Aniki sí es un honorífico japonés (como «san», «sama», «chan», etc.) para dirigirse a un hermano mayor o a alguien de rango superior, que actualmente está desfasado y es utilizado principalmente por miembros de la yakuza o mafia japonesa para dirigirse a un camarada.

De todos modos, hay que tener en consideración (seguro que los que ven anime en versión original se han percatado de esto) la costumbre cultural y social japonesa de dirigirse a otra persona por honoríficos vinculados a la familia como onee san (hermana), oji san (tío) u obaa san (abuela), dependiendo del rango de edad y sexo del receptor y del emisor (si éste última fuera un niño, sería común que usase por ejemplo onee chan).

Así, que un niño u otra persona que no esté relacionado contigo se dirija a ti como «tío/a» (si estás alrededor de la treintena) no es de extrañar ni tampoco una rareza. Tampoco significa que te incluya dentro de su familia.

Esta costumbre puede pensarse como una derivación lógica de la división social que se tenía antiguamente en Japón basada en el ie (家, literalmente hogar), donde se arremolinaban en un sistema heteropatriarcal los abuelos, sus hijos, las esposas de éstos y toda su prole. El primer vástago terminaría ocupando el lugar del padre tras haberlo cuidado hasta su muerte, y así sucesivamente.

Dororo se dirige desde el principio a Hyakkimaru como «aniki». Dororo de estudios MAPPA y Tezuka Productions.

Por lo tanto, que Dororo se dirija a Hyakkimaru como «aniki» nos habla de su crianza, de su personalidad y también, por supuesto, de cómo percibe a Hyakkimaru como un camarada (es curioso que no lo llame por ejemplo «onii chan«, que es lo que suele escucharse en otros anime); más que de un vínculo sanguíneo o simbólico.

En conclusión…

Como ya hemos comentado con anterioridad, a nosotros Dororo nos ha gustado mucho, a pesar de sus evidentes defectos (esos altibajos en la animación…). Sobre todo por sus personajes, su vínculo y por lo «japonés» que es, por brindarnos una visión del Japón antiguo que no se limita a samuráis, castillos y arrozales (si bien están presentes), de forma similar a lo que hace Hayao Miyazaki en La princesa Mononoke.

De hecho, nos hemos tenido que dejar cosas como los biwa hôshi (琵琶法師), que es a lo que se dedica Biwamaru; el denominado «problema de Astro Boy« que arrastran las obras de Tezuka (incluida Dororo); el período Sengoku en el que se ambienta; o la profunda jerarquía dentro de los sistemas feudales y que se vislumbra en el hogar de Tahomaru; por problemas de espacio.

Para saber más…

Toiyama, Sekien (2014): Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón. Quaterni.

Suzuki, Daisetz T. (2020): El zen y la cultura japonesa. Satori Ediciones.

Landeras, Javier (2014): Cómo hacen los japoneses: Un enfoque cultural para negociar con Japón. Satori Ediciones.

Portada de la edición blu-ray. MAPPA y Tezuka Productions.