Japoneando Anime: El viaje de Chihiro

El viaje de Chihiro es una de las películas de anime con mayor reconocimiento a nivel mundial, lo que ha sido respaldado por premios tales como el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín o el Oscar a Mejor Película de Animación, entre otros. Su director, Hayao Miyazaki, no era ningún desconocido en el campo, pero este trabajo lo catapultó definitivamente en el panorama internacional. Fue asimismo la cinta más taquillera en la historia de Japón hasta la llegada de Your Name en 2016.

El viaje de Chihiro cuenta la historia de una preadolescente (con voz en el original de Rumi Hiiragi) que se muda a otra prefectura con sus padres (voces de Takashi Naito y Yasuko Sawaguchi). Poco antes de llegar a su nuevo hogar, su progenitor decide tomar un atajo que los lleva ante un misterioso túnel. Movidos por la curiosidad, lo atraviesan sin tener la menor idea de lo que encontrarán al otro lado.

La premisa puede sonar muy a lo Alicia en el País de las Maravillas (Miyazaki siempre se ha inspirado en buena parte en autores occidentales, siendo Lewis Carroll uno de ellos); sin embargo bebe a su vez bastante de Krabat y el molino del diablo, de Otfried Preussler; y de El tren nocturno de la Vía Láctea, de Miyazawa Kenji. Y es uno de los trabajos de este autor que más refleja la realidad japonesa, como veremos.

La crisis identitaria de Japón

Japón es un país que ha estado aislado durante más de dos siglos, concretamente desde el año 1639 hasta la llegada del comodoro Matthew Perry y los buques de Estados Unidos en 1853, bajo la política exterior denominada sakoku (鎖国, «país en cadenas») promovido por el shôgun (将軍, líder militar) Tokugawa con el pretexto de expulsar a los misioneros católicos y poder llevar un mayor control de la población. Únicamente se permitía la entrada puntual a comerciantes chinos y holandeses, poco más.

Los buques causaron cierta conmoción…

No es de extrañar que la llegada de los buques de guerra, que evidentemente se presentaron con la idea de ejercer presión para la apertura del comercio, causaran una enorme conmoción entre los japoneses de la época, aún anclados en un sistema básicamente feudal y en el bakufu. Tras la llegada de Perry siguió una guerra civil en Japón que terminó con la caída del shôgun, el auge del emperador como líder indiscutible y simbólico y el Período Meiji, que supuso una modernización y revolución industrial, a semejanza de Occidente, en tiempo récord.

A Meiji lo acompañó una política militarista y colonial de Japón hacia sus vecinos de Asia, lo que muy en resumidas cuentas llevó a la ocupación de Corea y de zonas de China como Manchuria (rebautizada como Manchukuo), entre otros. A grandes rasgos, esto generó confrontaciones con chinos (guerras sino-japonesas de 1894-95 y de 1937-45) y con rusos (guerra ruso-japonesa de 1904-05), además de la Primera Guerra Mundial de 1914-19 y finalmente la derrota en la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la posterior ocupación del ejército estadounidense, que a su vez participó en la redacción de la Constitución japonesa en 1947.

Todo esto, para Japón, ocurrió en menos de dos siglos; es decir, el aislamiento había sido más duradero que su modernización, revolución industrial, colonizaciones, guerras y derrota por una potencia de Occidente con la que guardaba poca relación histórica y cultural. No es de extrañar que se sumiera en una profunda crisis identitaria en la que todavía se ve inmerso.

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

El viaje de Chihiro muestra este profundo choque cultural: la película da inicio con Chihiro y sus padres en un Audi Quattro (que se conduce por la derecha), cargando con varias bolsas (entre ellas de Adidas), que se van adentrando en un camino en el bosque con un torii (鳥居) a la entrada y vigilado por dôsojin (道祖神), los cuales Chihiro ni reconoce y hasta teme. Es la imagen de la juventud que desconoce sus propios orígenes.

Cuando atraviesan el túnel (que da lugar a una estación de tren, otro de los símbolos por excelencia del Japón actual y que evidentemente trajeron desde Occidente; el tren está muy presente en el resto de la cinta), pasado un parque temático abandonado (símbolo del Japón de la burbuja de las décadas de 1970-80 y que algunos sirven como representación de países occidentales, tipo Holanda o España), llegan a una localidad habitada por deidades del sintoísmo o kami (神). Finalmente, Chihiro se ve abocada a trabajar en una casa de baños para estos mismos seres.

Una vez adentrada en el «otro» mundo, desaparecen casi por completo los elementos occidentales, incluso Chihiro debe cambiarse de ropa y los diseños de los trabajadores que son humanoides se asemejan a los cortesanos de los períodos Heian o anteriores. Aquéllos solo permanecen en el vestuario de Yubaba/Zeniba (más sobre esto a continuación) y en parte de la decoración de su despacho, que por otro lado tiene reminiscencias chinas.

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

El Japón que mira (y teme) al oeste

Los personajes también son reflejos de la crisis identitaria que atraviesa Japón. Chihiro pasa a ser Sen una vez comienza a trabajar para Yubaba y casi olvida su verdadero ser; en una representación a su vez de la importancia de las palabras y su significado en el japonés o kotodama (言霊).

Haku (Miyu Irino) ha olvidado quién es: kami de un río que fue tapado por la construcción de nuevos edificios (el «Japón de hormigón» que trajo la burbuja) y que salvó a Chihiro de ahogarse cuando era niña (lo que la atrae inconscientemente a ella), busca sin rumbo a Yubaba con la intención de que le enseñe magia, finalmente cae presa de sus propias ambiciones y vuela siguiendo sus órdenes (de forma muy similar al vínculo que se establece entre Japón y Occidente). La protagonista llega a preguntar en determinado momento de la película si hay «más de un Haku».

La propia Yubaba (Mari Natsuki) tiene una hermana gemela, Zeniba, que representa su lado humilde y austero de vida en el campo, no por nada Zeniba describe a su pariente como «ambiciosa». No obstante, ninguna es buena ni mala, simplemente son «problemáticas».

Los demás personajes, como Lin (Yumi Tamai), Sin Rostro o (Ryûnosuke Kamiki) también dan muestras de esta dualidad; ya sea para mostrar una cara diferente cuando se está en el plano laboral del personal; porque nos dejamos consumir por nuestros deseos o materialismo; o por cegarnos el temor a lo desconocido basado en la sobreprotección materna (Bô sirve además de reflejo del hikikomori -引き篭り-, el joven que se aísla en su cuarto por temor o frustración hacia las expectativas de la sociedad).

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

El corporativismo japonés

Si hay algo que se refleje del Japón actual (frente al tradicional del sintoísmo y los onsen) en El viaje de Chihiro, aparte del tren, es su relación con el mundo laboral.

Absorbiendo totalmente el capitalismo, mezclado con su propia conciencia de trabajo en colmena y el modelo del ie (家), en el Japón contemporáneo es todavía común la idea de permanecer toda una vida en la misma empresa, a la cual debes mayor fidelidad aún que a tu propia familia. De este modo, no es extraño que los japoneses echen horas extra»porque sí» y que incluso se llegue a la muerte por exceso de carga laboral o karoshi (過労死).

Así, Chihiro le entrega su propia identidad a Yubaba cuando empieza a trabajar para ella, del mismo modo a como hiciera Haku. Es la entrega devota que se le hace a la empresa con la firma del contrato, que se queda con una parte de tu ser. Una vez ambos recuperan su verdadero yo, dejan de trabajar para ella.

No obstante, Miyazaki, que no pretende hacer moraleja, refleja asimismo el trabajo como algo que dignifica, que es lo que te separa de convertirte en un animal (como un cerdo), ya seas un niño como Chihiro o un anciano como Kamaji (Bunta Sugawara). La propia Yubaba cita un juramento que hizo de no negarle trabajo a quien se lo pidiera.

Otro elemento muy característico del corporativismo japonés es la pronunciada jerarquía, que se simboliza hasta en los asientos que tiene asignado cada trabajador en las reuniones, entre otros. En la torre de baños, que es marcadamente vertical, los despachos de Yubaba se encuentran en el piso superior de todo, denominado como «cielo» con el kanji de 天.

Asimismo, el sello que Haku le roba a Zeniba por orden de Yubaba es un hanko (判子), que contiene su inkan (印鑑), un objeto que la mayor parte de japoneses adultos usan como firma personal. Ergo, otro elemento vinculado tanto al corporativismo como a la identidad.

El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

Al otro lado del túnel…

Vamos terminando este extenso Japoneando Anime dedicado a El viaje de Chihiro. Y sí, soy muy consciente de que no hemos tocado el sintoísmo, muy presente en toda la película a través de los kami, el concepto de purificación a través de los baños u onsen (温泉), los citados dôsojin, el mito de Izanami e Izanagi saliendo de la cueva o el hecho de que el mundo espiritual y material sean un contínuum. Dejaremos al menos una recomendación bibliográfica para quien quiera saber más sobre el tema.

Para saber más…

García Villar, Marta (2017): Biblioteca Studio Ghibli: El viaje de Chihiro. Héroes de Papel.

López Martín, Javier (2017): El viaje de Chihiro. Nada de lo que sucede se olvida jamás. Diábolo Ediciones.

Seco Serra, Irene (2010): Historia breve de Japón. Sílex Ediciones.

Landeras, Javier (2014): Cómo hacen los japoneses: Un enfoque cultural para negociar con Japón. Satori Ediciones.

Ono, Sokyo (2014): Sintoísmo: La vía de los kami. Satori Ediciones.

Cartel promocional chino de El viaje de Chihiro. Studio Ghibli.

Japoneando Anime: Anohana

En esta nueva entrega de Japoneando Anime vamos a hablar de la serie Ano Hi Mita Hana no Namae wo Boku-tachi wa Mada Shiranai, que para que no nos quedemos sin aire al decirla se resume en Anohana (あの日見た花の名前を僕達はまだ知らない。que traducido al español sería «Todavía no conocemos el nombre de la flor que vimos ese día«).

Anohana es un anime de 11 episodios de 25 minutos cada uno, dirigido por Tatsuyuki Nagai (Honey and Clover II, Toradora!), con el estudio de animación A-1 Pictures y emitido en el canal Fuji TV. A nivel técnico, lo que más se puede destacar de Anohana es la animación misma, con diseños de personajes bonitos y bien diferenciados, movimientos fluidos y dinámicos. La banda sonora tampoco puede ser dejada de lado, destacando especialmente el opening Aoi Shiori (青い栞), de Galileo Galilei; y el ending (que sonará varias veces a lo largo de la serie) Secret base ~Kimi ga Kureta Mono~ (10 years after Ver.) (secret base 〜君がくれたもの〜(10 years after Ver.)), por Ai Kayano con Haruka Tomatsu y Saori Hayami. Tras escucharlos y verlos, comprenderemos en seguida que todo lo que rodea a Anohana es bonito y achuchable (pero no nos dejemos engañar, el anime es un drama de los buenos).

https://www.youtube.com/watch?v=ANJTGxUq9gs

¿De qué trata Anohana? Tratando de no hacer mucho spoiler (aunque aprovechamos para avisar que vendrán más adelante). Jinta Yadomi es un adolescente que vive prácticamente encerrado en casa. De pronto, un día de verano se le aparece el espíritu (con cuerpo de adolescente) de Meiko Honma, una amiga de la infancia que murió hace varios años. Jinta piensa que es una alucinación producto de su estrés y del calor veraniego, pero a medida que pasa el tiempo y ve que Menma (que así es como la conocían sus amigos de la infancia) no se va y continúa interactuando con él como si fuera lo más normal del mundo (mientras que los demás ni pueden verla), comienza a confundirse. Entonces Menma le pide que tiene que cumplir su deseo… que no recuerda cuál es. Solo así podrá descansar en paz y reencarnarse. La única condición que Menma recuerda para que su deseo se cumpla es que todo el grupo de amigos de la infancia se reúna de nuevo. Todo un problema, ya que Jinta dejó de hablarse con ellos (salvo con una, Naruko Anjô, con quien en cualquier caso no acaba de tener buena relación) hace bastante tiempo. Así irán sucediéndose los 11 capítulos, con reencuentros, tensiones, revelaciones y sentimientos a flor de piel entre el grupo de amigos. Entre los cuales, por cierto, se encuentran voces de lo más conocidas en el mundillo, tales como Miyu Irino (Jinta «Jintan» Yadomi), Ai Kayano (Meiko «Menma» Honma), Haruka Tomatsu (Naruko «Anaru» Anjô), Takahiro Sakurai (Atsumu «Yukiatsu» Matsuyuki… nota aparte, es la voz de Cloud Strife, de Final Fantasy VII y todas su secuelas, precuelas, etc,), Saori Hayami (Chiriko «Tsuruko» Tsurumi) y Takayuki Kondo (Tetsudô «Poppo» Hisakawa).

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Los Nakama y aquellos maravillosos años

Aquellos que sean fanáticos del manga y del anime (especialmente del shônen) ya sabrán que el mundo se encuentra dividido entre los que son «nakama» y los que no. Pero por si acaso hagamos un repaso: ¿Qué es un «nakama«? Nakama (仲間) no tendría una traducción exacta al español. Sería un amigo, compañero, colega o aliado (personas con intereses comunes y una relación mínimamente cordial); sin embargo en algunos contextos puede resultar una relación muy profunda, significativa de un amor no romántico. No es exactamente «amigo» tal como entendemos en Occidente, ya que para ello los japoneses usan el vocablo Tomodachi (友達). Por lo tanto, Nakama, si el contexto así lo indica, podría representar una relación aún más profunda que la de la amistad como tal.

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En Anohana, el grupo de Jintan y Menma cuando eran niños está compuesto por varios nakama. Esto es así porque, por un lado, son niños y por lo tanto el vínculo que poseen se encuentra libre de fisuras y dobles sentidos (o al menos es así a simple vista), y por el otro porque les supone una forma de asociación de «ellos» frente a «los otros». Es por eso que surge el Super Peace Busters que lidera Jintan, porque es el típico grupo de amigos prepúberes, que pasan sus tardes juntos y (probablemente) comparten clase, y que idean todo tipo de «aventuras» en sus mentes infantiles. Es el vínculo de los nakama.

Sin embargo, a medida que van creciendo, las cosas se tornan mucho más complejas y oscuras. Aparte del accidente de Menma, Jintan pierde a su madre, el resto de amigos van a su vez conociendo a otras personas o desarrollando intereses distintos, y acaban perdiendo el contacto, que se diluye en el tiempo. Jintan, incluso, acaba volviéndose un hikikomori, aspecto que veremos en el apartado a continuación.

La juventud en Japón y los hikikomoris

Un Hikikomori (ひきこもり, cuyo significado literal es «estar recluido») es, tal como la palabra indica, una persona que decide aislarse del mundo. Es un término japonés porque el dicho fenómeno surgió (y sucede casi exclusivamente) en Japón. Esto es debido, principalmente, a la enorme presión social que sufren los jóvenes en el país nipón. Primero, por parte de la familia en relación con los estudios (hay que aprobar, sacar buenas notas, entrar a una universidad prestigiosa y así conseguir un buen empleo), y segundo por el mismo grupo social (si no aprueba es que es un delincuente (o acabará siéndolo), si no lo aceptan en la universidad de prestigio nunca podrá obtener un buen trabajo, etc.). Y, por otro lado, sucede debido a la libertad de acción e independencia que se les deja a los niños y a los jóvenes en el dicho país, también por parte de la familia. Esto conlleva que el padre o madre no obligue a salir a su hijo del cuarto, como pensamos que podría hacer un occidental. Asimismo, suele ser considerado un problema interno de la familia, por lo que ésta al completo procurará evitar que nadie descubra la existencia del hikikomori en el hogar, o que se hagan preguntas al respecto («no molestar al resto de la sociedad»). Ojo, que esto no significa que TODOS los padres japoneses sean así, ni que TODOS los jóvenes nipones vayan a aislarse, ni mucho menos. Si es un fenómeno social en Japón es precisamente porque ocurre entre una minoría de la población (por suerte).

Cuando empieza la serie, Jintan es un hikikomori, por lo que apenas sale de casa y, cuando se ve obligado a hacerlo, se «disfraza» poniéndose gafas. No quiere ser reconocido. Los vecinos cuchichean al verlo y a él le empieza a entrar un ataque de ansiedad. Tiene ganas de volver a encerrase. Pasa tres cuartos de lo mismo cuando por fin se decide a volver al colegio (por presión de Menma y, en menor medida, Anaru). Nota cada vez más el calor sofocante a medida que se acerca al instituto, y los pies le pesan. Casi está a punto de llegar cuando decide volverse a casa. Jintan muestra esa ansiedad social que afecta a los hikikomori. De hecho, a la mayor parte les sucede lo mismo y el encierro es progresivo, al igual que el regreso al mundo exterior (que suele ocurrir tras unos años y repentinamente). Durante la película de Anohana, que se sitúa un año después de los acontecimientos del anime, Jintan no ha terminado de reincorporarse a la escuela, yendo cada vez más, pero faltando algunos días (sí suele acudir a su puesto de trabajo, al menos).

El luto y la pérdida en Japón

Uno de los temas centrales de Anohana es la pérdida de los seres queridos, lo que sucede con los vivos tras el fallecimiento de un ser amado. Jintan lo sufre tanto con el caso de Menma como con el de su madre, siendo más grave en el caso de la primera por todo lo accidental que lo rodea. Además, hay que sumarle el sentimiento de culpa que sufre Jintan, ya que por vergüenza no le había admitido sus verdaderos sentimientos a Menma, ofendiéndola y huyendo. Eso la última vez que la vio. Ahora, con Menma de vuelta (al menos espiritualmente), Jintan puede retomar el asunto donde había quedado interrumpido y sincerarse finalmente con su amor platónico.

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En Japón, el luto y el sentimiento de pérdida no es como en Occidente. Tampoco lo son las creencias religiosas (en su mayoría sintoístas y budistas). Por lo general, la muerte no es tratada como un tema tabú como en los países occidentales, y el ser que parte al más allá (o que se reencarna) es considerado como un ser que nunca termina de irse. Ya sea en forma de recuerdos o en espiritualidad, lo cierto es que siempre va a estar presente de algún modo. No, tampoco nos estamos refiriendo al concepto de fantasma o poltergeist que tenemos en este lado del mundo. Es un concepto más abstracto, influido por aspectos religiosos y culturales. Forman parte de estas creencias el Obon (お盆), celebración anual en Japón que se dedica a honrar a los espíritus de los antepasados mediante bailes y danzas; o el Butsudan (仏壇), esa especie de templito que dedica un grupo familiar a sus fallecidos y que se encuentra dentro del hogar, y en el que se realizan ofrendas como la comida favorita del difunto, etc. En Anohana podemos ver que la familia de Menma le mantiene un butsudan en su casa, al que acuden a rezar asimismo Jintan y el resto del grupo. En la película se nos muestra que Jintan sigue cocinando el plato favorito de Menma para llevárselo a su butsudan, un año después de los acontecimientos del anime.

Conclusión

Anohana parece a simple vista un anime típico shôjo, muy bonito y lleno de brillos, colores y amoríos. Sin embargo, la temática que trata (y cómo la abordan) lo convierte en un drama de tintes más maduros de lo que se podría suponer. Los personajes llenos de carisma cobran vida propia, y sufrimos con ellos la pérdida de Menma. Pero justamente la que más brilla de entre todo el elenco es la propia Meiko Honda, que a pesar de su apariencia adolescente sigue conservando el encanto de una niña, lo que no quita su especial preocupación por Jintan y los demás. Porque, al final, lo que más nos cuenta Anohana, aparte de la superación de una pérdida, del valor de la amistad y de los buenos tiempos de cuando uno era niño, es la madurez emocional y lo que duele (en varias ocasiones) el inevitable hecho de convertirnos en adultos.