Vistazo a los nuevos personajes de Dragon Ball Super

Tras un par de meses de capítulos de relleno, Dragon Ball Super ve cercano el estreno de su nueva saga, centrada en un Torneo de Artes Marciales de los 12 Universos, auspiciados por los dos «Zenos». La fecha señalada es el 5 de febrero y la cosa promete acción de la buena. Con anterioridad ya habíamos podido observar en carteles promocionales el regreso de queridos personajes como A-17 y Son Gohan (porque el primogénito de Goku había estado haciendo el chorra durante buena parte de la nueva serie, básicamente).

Ahora ha salido un brevísimo avance donde podemos observar fugazmente a algunos de los nuevos dioses y combatientes de otros universos. El que más ha impactado desde el primer momento ha sido claramente este (o, mejor dicho, esta):

Tras esta especie de hermana de Broly (aún sin nombre), el resto nos iba a saber a poco. Pero no por ello deja de resultar interesante. Echemos un vistazo a los nuevos luchadores del torneo de otros universos que se pueden observar (aparte del regreso de caras conocidas, como Frost o Cabba del Universo 6):

Si nos fijamos un poco, parece que entre los viejos conocidos también se encontraría Gowasu (captura con el dios-elefante), el maestro del malogrado Zamasu y Kaioshin del Universo 10.

Falta cada vez menos para la nueva saga, la cual esperamos con ganas. Recordamos: el 5 de febrero tenemos una cita. 

Dragon Ball Super 66: La mejor animación de la saga

Con Dragon Ball Super (a muchos) nos pasa una cosa: hemos crecido. Cuando veíamos Dragon Ball y Dragon Ball Z (y algunos, también Dragon Ball GT) no percibíamos los capítulos que flojeaban en animación, ni los agujeros en el guión, ni las incoherencias argumentales. Porque las había. Dragon Ball dista de ser el mejor shônen (manga para chicos adolescentes) de la historia, no digamos ya manga a secas. Sin embargo, marcó un hito por el momento y lugares en los que se estrenó. Durante la década de 1990, cuando internet era todavía un proyecto lejano y en países a donde apenas había llegado anime (series de animación japonesa). Excepciones como Heidi, Marco, Mazinger Z y poco más. Entonces llegó una serie repleta de aventuras y acción, protagonizada por un niño con cola de mono que viajaba volando sobre una nube y a quien le seguían una atractiva joven algo ligera de cascos, un viejo verde maestro de artes marciales y un cerdo (esta vez literal) que cambiaba de forma, entre otros.

No voy a hacer un memorial de Dragon Ball, aunque esté resultando tentador. He decidido empezar así porque, por una vez en Dragon Ball Super, he vuelto a disfrutar como aquella niña que pasaba de todos los sinsentidos argumentales y desquiciantes escalas de poder y que solamente ansiaba que Vegeta derrotara de una vez por todas a ese Kakarotto (ingenua de mí). Y es que quien no haya levantado los brazos con la Genkidama de Goku contra Boo no ha tenido infancia.

https://www.youtube.com/watch?v=1YmyegGV9iQ

Así pues, vayamos al grano: ¿De qué trata el capítulo 66 de Dragon Ball Super (SPOILERS)? El episodio anterior había terminado con el Kamehameha lanzado por Goku contra Zamasu. Éste empieza a desfigurar al enemigo, cuyo medio rostro y brazo se empiezan a tornar morados. El adversario vuelve a cargar contra nuestro protagonista. A pesar de un breve ataque Kaioken, lo cierto es que poco más puede hacer Goku, que acaba optando por esconderse junto a Vegeta (malherido), Trunks, Gowasu y Kaioshin. Gowasu explica que Zamasu es ahora mortal, ya que la parte «Black» de la fusión (es decir, el cuerpo de Goku) lo era, por lo que la inmortalidad se ha esfumado. Por eso el cuerpo se ha empezado a descomponer. Goku, tras recuperarse con las habichuelas mágicas/senzu tiene la idea de volver a fusionarse con Vegeta con los pendientes potara, a lo que el príncipe saiyan protesta. Ambos se preguntan cómo es que la última vez contra Boo se separaron, respondiendo Gowasu que eso fue debido a que los potara solo funcionan eternamente para los kaioshin, siendo que con los mortales tienen duración de una hora. Ante este nuevo dato Vegeta se alivia y acepta fusionarse con Goku: aparece nuevamente Vegetto.

La nueva fusión se presenta ante la vieja, transformándose en super saiyan blue. Una épica batalla comienza y Vegetto parece llevarle ventaja a su contrincante, que empieza de nuevo con su cháchara sobre la superioridad de los dioses y blablabla. Vegetto evidentemente pretende acabar rápidamente con él, pero Zamasu comienza a desesperarse y a dejar crecer aún más su cuerpo. En palabras de Gowasu, esto se produce por las contradicciones internas de su antiguo discípulo, quien parece tener un buen cacao mental. Zamasu se dispone a atravesar a Vegetto con una de sus «espadas astrales», pero nuestros héroes fusionados se le adelantan y son ellos los que le dan el golpe. Además se disponen a lanzarle el «Final Kamehameha« definitivo, pero Zamasu no solo logra sobreponerse a él, sino que además Vegetto desaparece… con Goku y Vegeta separados de nuevo (Gowasu explica que la fusión se deshizo antes de tiempo probablemente debido a que usaron demasiado poder).

En cualquier caso Zamasu no tiene tiempo para contraatacar, puesto que en su camino se interpone Trunks. Éste ha recuperado su espada de manos de Maki (la niña superviviente) y se lanza armado con ella contra el enemigo. El hijo de Vegeta va envalentonándose y poco a poco va recibiendo la energía del resto de supervivientes (incluyendo a Goku y Vegeta), por lo que se acaba formando una especie de Genkidama con forma de espada de Trunks. Éste último definitivamente atraviesa a Zamasu, cortándolo en dos, mandándolo definitivamente al carajo junto a «toda su justicia divina».

Como vemos, un capítulo en el que pasan MUCHÍSIMAS cosas. Y es que va a un ritmo frenético desde el principio hasta el final. En 25 minutos tenemos: Goku en Kaioken, Vegetto, Zamasu (des)transformándose, información variada de Gowasu y, finalmente, la Genkidama-espada de Trunks (con aparente derrota definitiva del enemigo). Casi nada. Pareciera que han querido aprovechar al máximo todo el presupuesto que han invertido en este episodio. Y es que podemos afirmar tranquilamente que nos hallamos ante la mejor animación de todo Dragon Ball Super: bonita, con colores mucho más vivos, dinámica… En definitiva, un lujo para los ojos.

El guión es cierto que parece una locura total. Además de por el ritmo totalmente acelerado (que ya hemos comentado), también por las varias incoherencias que se nos presentas. Incoherencias que siempre se han encontrado por Dragon Ball, partiendo de la existencia misma de Vegetto (como si Toriyama no hubiera improvisado deprisa y corriendo una fusión de Goku y Vegeta que no implicase enseñar el bailecito de marras). Nosotros, lo admitimos, somos más de Gogeta, por lo que la aparición de Vegetto (muy previsible desde hace unos capítulos) nos daba un poco igual. Quizás por eso, que esta fusión haya durado apenas diez minutos de capítulo no nos ha molestado especialmente… cosa que sí ha hecho a un buen número de seguidores, que se esperaban mucho más del personaje.

Nos dejamos lo mejor (animación aparte) para el final: Trunks. Que el hijo de Vegeta haya dado el golpe final a un enemigo es muy significativo, y es que nunca había ocurrido algo similar en la serie. Es cierto que el mismo Trunks del futuro había sido el que diera el golpe de gracia a aquel Freezer recién reconstruido y convertido en medio robot, pero la batalla épica le había pertenecido a Goku. La única vez en que el protagonista de la serie no había derrotado al enemigo había sido contra Cell, de quien se hizo cargo su hijo Son Gohan. Vegeta y su estirpe siempre quedaban, a la postre, relegados a un segundo plano, con breves momentos de brillantez. Y he aquí a Trunks, rabioso y decidido a terminar de una vez por todas con este rival ya bastante debilitado y al que habíamos empezado a coger algo de asquete. Nos emocionamos con el tema que suena de fondo (The Birth of a God) y con la forma en que va haciendo ceder a Zamasu, grito final de éste incluido.

En definitiva, un episodio que no ha sido perfecto (quedándose muy cerca), pero que se nota que se han querido trabajar (al menos bastante más que la media): animación espectacular, banda sonora ídem y acción a raudales. Solo por el hecho de que nos haya vuelto a emocionar como cuando teníamos 8 años merece la pena verse, incoherencias argumentales (que también tenían Dragon Ball y Dragon Ball Z) aparte. En el capítulo 67 se espera que cierren esta saga, veremos cómo lo hacen. Extrañaremos (y mucho) a Mirai Trunks.

https://www.youtube.com/watch?v=xpFGkx278J0

Dragon Ball Super 63: Y vuelve Vegeta…

Últimamente pareciera que Dragon Ball Super estuviera llena de altibajos: en su narrativa, en el guión y, por supuesto, también en la animación. Tras un capítulo 61 bastante espectacular, vino un episodio 62 más pausado. Ahora, el capítulo 63 vuelve a tomar las riendas y se torna en uno que equilibra bastante bien la acción con el diálogo y la historia. Veamos porqué.

¿De qué trata Dragon Ball Super 63 (vienen SPOILERS)? Una vez Vegeta ha terminado de entrenar en la sala del espíritu y el tiempo, y Goku ha aprendido la técnica Mafuba, ambos regresan al futuro de Trunks junto a Bulma. Mientras tanto, en dicha línea temporal, el primogénito de Vegeta se recupera de sus heridas de su último enfrentamiento contra Black y Zamasu. Al despertar lo atiende Yajirobee, quien le dice que Mai se ha ido a la guarida de los dos enemigos para intentar abatir a Black. Efectivamente, la muchacha y dos miembros de la rebelión esperan poder abatir al impostor en el cuerpo de Goku con una bala especial que les dejó la Bulma del pasado antes de regresar a su tiempo. Curiosamente, Mai acierta en el disparo, pero, aparte de tumbarlo y un ligero abatimiento, apenas le hace nada a Black, quien se dispone a contraatacar. En ese momento llega Trunks, quien vuelve a transformarse en… pues en lo que sea que se transforme (todavía no han explicado nada) y logra dejar momentáneamente K.O. a Black. Mientras pasa a encargarse de Zamasu, éste se recupera y atraviesa a Trunks por la espalda.

La cosa no pasa a peores porque justo en ese momento y lugar aterrizan Vegeta, Goku y Bulma. Al verlos, Black automáticamente destruye la máquina del tiempo, mientras Goku se da cuenta de que se había dejado dentro de la misma la tinaja para realizar el Mafuba. Mientras Vegeta le echa la bronca a Goku, Black y Zamasu se dan cuenta de que nadie los está escuchando (Bulma en seguida fue a esconderse). Para añadir más gente a la fiesta, aparecen también Gowasu y el Kaisohin del Universo 7 usando el anillo del tiempo, quienes intentan hablar con Zamasu, reprochando sus actos. Algo que por supuesto resulta inútil, ya que Black intenta acabar (de nuevo) con su antiguo maestro. Vegeta y Goku lo impiden, ya transformados en super saiyan blue, y ambos deciden quién será su oponente: Vegeta irá a por Black, mientras Goku se encargará de Zamasu. La trepidante pelea comienza y, para sorpresa de Black y Zamasu, Vegeta se ha vuelto mucho más fuerte, poniendo en serios aprietos al enemigo. Goku tampoco se lo deja fácil a Zamasu, quien no tiene nada que hacer contra nuestro protagonista (inmortalidad aparte).

Mientras tanto, Bulma saca de una de las cápsulas una especie de garaje-laboratorio, donde se dispone a reparar la máquina del tiempo lo más rápido posible. Justo en ese momento llegan Trunks (ya recuperado) y Mai, a los que Bulma pide que reparen la tinaja para el Mafuba (con pegamento, cómo si no).

El capítulo termina con Vegeta dándole para el pelo a Black, echándole en cara que su mayor error es que, habiendo robado el cuerpo de Goku, no sabe utilizarlo (vamos, lo que le pasaba a Ginyu). Para terminar con un momento épico de «yo soy el príncipe de los saiyans«.

Podríamos resumir este episodio en: Vegeta mola. Mucho. Y ya. En realidad, a pesar de que yo siempre he sido más partidaria del príncipe de los saiyans, la serie deja una sensación extraña si comprobamos que saben sacarle mucho más jugo al personaje de Vegeta que al del propio Goku, quien nuevamente ha quedado a la altura de «un nuevo Luffy» (lo de la tinaja es realmente para echarse las manos a la cabeza). A pesar de todo, sigo creyendo que Goku será quien de el golpe de gracia al enemigo, como suele pasar (lo ideal sería que lo hiciera Trunks). Aunque, visto cómo se presenta el capítulo siguiente y las posibilidades que ofrece, quizás deberíamos ir pensando en Vegetto como oponente final de Black y Zamasu (fusionados o no).

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Si hay algo para destacar en este capítulo de Dragon Ball Super es la animación. Durante la primera mitad ésta continúa siendo bastante mediocre, pero en cuanto dan inicio las peleas la cosa da un giro de 360º y nos encontramos con un dibujo casi perfecto, y eso en Dragon Ball Super es mucho. Por una vez (al menos en bastante tiempo) hemos visto a un Vegeta expresivo, con la mala leche que lo caracteriza, musculoso y bien dibujado. Y que además pelea bien, con movimientos fluidos y elegantes. Goku no se queda atrás, aunque la pelea contra Zamasu da menos para lucirse. En cuanto a Trunks, esperamos que no se quede relegado a un puesto secundario de «reparador de tinajas» y continúe también repartiendo leña, que su nueva transformación (aún no explicada) se supone que es al menos tan poderosa como las de Goku y Vegeta. Pero, lo dicho, que lo que más se huele en el horizonte (al menos por ahora) es a Vegetto. Por cierto y hablando de Trunks, es un guiño gracioso que le hayamos visto realizar la técnica Cañón Garlick.

En definitiva, nos encontramos ante un ben capítulo, sobre todo en lo referente a la animación y para los estándares a los que nos tiene acostumbrados Dragon Ball Super. El siguiente episodio nos tiene preparada una «sorpresa» gorda (que yo no lo es tanto porque nos la han mostrado en el avance). Esperando que pase rápido la semana.

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Dragon Ball Super 62: Todos reunidos de nuevo

El anterior capítulo de Dragon Ball Super había sido uno de esos con final apoteósico, donde sucedían grandes revelaciones y en donde Goku (AL FIN) se ponía serio. No obstante, como decíamos, el punto álgido fue su final: ¿qué le había pasado a Trunks? Si esperabáis encontrar respuesta en este episodio 62… pues bien, toca seguir esperando.

¿De qué trata, entonces, el capítulo 62 de Dragon Ball Super (ahora vienen los Spoilers)? El episodio da comienzo con una nueva (supuesta) transformación de Trunks plantando cara a Black y Zamasu. A pesar de que logra darles un par de golpes, lo cierto es que rápidamente Black logra sobreponerse y parece que la victoria no está tan cerca. Viendo el panorama, Trunks le dice a su padre que él retendrá a Black y a Zamasu mientras ellos regresan al pasado y hallan alguna forma de poder acabar con ellos. Vegeta al principio duda, pero acaba accediendo y huye junto a un malherido Goku y Bulma. Antes de irse, le da las habichuelas mágicas a Mai, quien jura cuidar de Trunks.

De vuelta a la línea temporal del presente, Goku se cura en una cápsula especial, mientras Bulma se enfrenta a Bills debido a que su teoría de que al haber matado a un aprendiz de kaioshin en una línea temporal habría alterado al resto había resultado errónea. Bills se excusa diciendo que era una mera hipótesis y que lo que ocurra en líneas temporales distintas a la suya no le concierne. Dicho esto, se marcha con Whis. En ese momento aparecen Trunks y Goten, quienes quieren unirse a la lucha (a lo que Bulma se muestra reticente). Del mismo modo aparecen Chichi y Gohan, quienes momentos antes estaban preguntando a Krilin si conocía el paradero de Goku (ya que lleva días sin pasar por su casa y no avisó de nada). El susodicho y Piccolo también llegan a la Capsule Corp., preocupados asimismo por cómo está yendo todo el asunto con Black. Bulma trata de relajar a todos haciéndose como que no sabe la mitad, cuando en medio de todo el panorama aparece Goku con vendajes. Chichi acude a él preocupada, pero éste le comenta que ya se encuentra mucho mejor… y con hambre.

Una vez todos reunidos a la mesa, mientras Goku come, Bulma les cuenta a todos cómo es que ha surgido Black y su vínculo con Zamasu. Ante la inmortalidad de Zamasu y el creciente poder de Black, Vegeta se pregunta qué pueden hacer. Entonces Piccolo tiene una idea: Mafuba (para quienes no lo recuerdan, es la técnica que utilizó Kame Sennin para encerrar a Piccolo Daimaô en una tinaja). Con el Mafuba, podrían encerrar para siempre a Black y a Zamasu. Goku queda entusiasmado con esta nueva posibilidad, y acude raudo y veloz (mediante teletransportación) a la Kame House, antes de darle la oportunidad a Piccolo de hacerle una demostración.

Ya en la Kame House, Goku le pide a su antiguo maestro que le enseñe a hacer la técnica, a lo que Roshi le advierte de los peligros que ello conlleva. Así, Goku pasa toda una noche practicando con la pobre tortuga, a la que al final logra meter en la tinaja. Mientras tanto, Bills y Whis vuelven a visitar a Gowasu. Bills se encuentra sorprendentemente cabreado, y sigue excusándose con que él no puede hacer nada en líneas temporales alternativas (lo tienen prohibido). Nos obstante, Gowasu, sintiéndose responsable como anterior maestro de Zamasu, se ofrece para ayudar en lo que pueda. Y así termina el capítulo 62 de Dragon Ball Super.

Lo cierto es que, tras haber tenido un final tan épico en el episodio anterior, este nuevo capítulo pega un bajón de ritmo considerable. No solo porque no se explica nada sobre la transformación de Trunks (¿quizás para el próximo?), sino porque lo poco que vemos de pelea contra Zamasu y Black es bastante…. mediocre. Y es que desde luego con la animación en este capítulo no se han lucido nada (o sí lo han hecho, pero para mal): movimientos acartonados, caras mal dibujadas, la transformación de Trunks que no se sabe ya si es un super saiyan 1, 2 o qué, y un largo etcétera. Por suerte, parece que el episodio 63 tendrá una mejor animación. Y es que solo el avance del próximo capítulo ya está mejor dibujado que el resto.

Pero no vamos a comentar solamente lo malo. El ritmo más pausado (en comparación con el capítulo 61) era probablemente necesario debido a que nos encontramos ante un episodio más reflexivo. Y es aquí cuando llega el momento estrella de la semana: la ocurrencia de Piccolo con el Mafuba, técnica que había sido totalmente olvidada desde la era de Dragon Ball (sin la Z y sin nada detrás). Bien es cierto que el Mafuba se había visto poco efectiva contra Piccolo Daimaô, por lo que no sabemos cómo podrán hacer contra alguien con un poder mucho más superior que el de aquél. Pero quizás ahí está «el riesgo» del que habla Kame Sennin hacia el final del capítulo: ¿se sacrificará alguno de nuestros héroes (recordamos que el propio Muten Roshi se sacrificó contra Piccolo padre)? Dado el tono mucho menos dramático del que hace gala Dragon Ball Super, es algo que hoy por hoy dudamos que llegue a pasar, pero nunca se sabe…

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Como referencia especial, agradecemos la (breve) reaparición de un Gohan que no hace mucho más aparte de preocuparse. Pero algo es algo. Al menos no ha quedado ignorado como sucediera con el torneo del Universo 6. Eso sí, si había alguna (pequeña) esperanza de que el primogénito de Goku pudiera participar de alguna forma, ésta ha quedado nuevamente machacada.

En definitiva, capítulo donde se reúnen nuevamente todos los personajes (algo que de por sí se agradece), que además conlleva un cierto toque de nostalgia (especial mención al breve entrenamiento de Goku con Roshi), pero dejando totalmente de lado al Trunks del futuro y su peculiar nueva transformación. El episodio 63 promete más acción y mejor dibujada. Lo veremos la semana que viene.

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Dragon Ball Super 59: Bills entra en acción

Tras el parón de una semana en Japón, vuelve como siempre Dragon Ball Super con su capítulo semanal. Lo hace con un episodio 59 algo pausado, especialmente en su primera mitad, pero que pega un subidón de ritmo hacia el final, gracias especialmente a la intervención de Bills (que se estaba haciendo desear).

¿De qué trata el capítulo 59 de Dragon Ball Super? (atención, SPOILERS). Tal como había terminado el 58, Goku, Whis, Bills y Kaioshin habían decidido viajar hasta el Universo 10 para hacerle una visita a Gowasu y a su discípulo, Zamasu, tras haberse enterado de que éste último había estado preguntando por las super dragon ball y por Son Goku. Justo en ese momento había hecho acto de presencia el susodicho. Ambos, maestro y alumno, muestran su sorpresa por la presencia del saiyan y de los dioses en su morada. Goku entonces le reclama a Zamasu una revancha por su última pelea, a lo que Zamasu no se niega. Sin embargo, Whis objeta diciendo que es de mala educación interrumpir el té de alguien, por lo que nuestros protagonistas se marchan, no sin antes hacer una parada a medio camino para que puedan vislumbrar (sin que Gowasu y Zamasu se enteren) qué es lo que hacen los kaioshin del décimo universo.

Mientras tanto, de vuelta a la Capsule Corp., Vegeta sigue entrenando mientras Bulma revisa la máquina del tiempo. Trunks del futuro (o Mirai Trunks), a su vez, medita apesadumbrado sobre el hecho de haber tenido que dejar a Mai atrás. La banda de Pilaf lo observa e idean un plan para que la Mai niña actúe en ese momento aprovechando que Trunks adulto se encuentra vulnerable. La joven se niega, pero justo en ese momento llega el Trunks del presente y lo reta a su contraparte, diciendo que tal como está no va a poder proteger nunca a Mai.

En el futuro nos encontramos a Black y a Zamasu en una bucólica casa de campo (la única que debe de quedar en la Tierra). Black habla sobre darle el golpe de gracia a Son Goku la próxima vez, a lo que Zamasu objeta que, si lo hace, se quedará sin rivales con los que poder luchar. Esto apena a Black, quien además rechaza la oferta de Zamasu de pedirle la inmortalidad a las super dragon balls. Él lo que quiere es continuar luchando contra fuertes oponentes.

De vuelta al Universo 10, Zamasu le sirve el té a su maestro y se excusa de probarlo, mientras Gowasu se prepara para saborear su merienda. A su vez, Whis, Bills, Kaioshin y Goku observan desde lejos cómo Zamasu se dispone a matar a su maestro con un ataque por la espalda. Así se confirma, con lo que Whis retrocede en el tiempo unos pocos minutos: Gowasu vuelve a estar con vida y ya tienen las pruebas suficientes en contra de Zamasu. De este modo, todos se presentan repentinamente y de nuevo ante los kaioshin del Universo 10 y logran detener el inminente asesinato de Gowasu. Zamasu, sabiéndose descubierto, y escuchando de la boca de Whis que en un futuro sus planes se harán realidad, se lanza a atacar, pero Bills lo detiene y lo fulmina en el acto. En teoría, el Zamasu del presente ya no debería ser una molestia.

De nuevo en la Capsule Corp., Trunks del futuro da por finalizado su enfrentamiento contra su mini yo, diciendo que por fin entiende lo que quería decirle, agradeciéndole por todo. Justo en ese momento regresan Bills, Whis y Goku, quienes informan de lo acontecido en el Universo 10. Bills le dice a Trunks que, probablemente, debido a la desaparición de Zamasu en el presente, el futuro se habrá visto alterado y Black ya no debería estar causando altercados. Trunks lo duda, debido a que la derrota de los androides en el presente no cambió en nada su línea temporal, pero Bills insiste en que la divinidad funciona de otra forma. Con esta duda, tanto a Trunks como al espectador, nos deja el capítulo 59 de Dragon Ball Super.

Capítulo que, si bien nos brinda algún que otro buen momento (como decíamos, con la ansiada intervención de Bills alcanza su cenit), transcurre sin contarnos nada especial. Y sobre todo, y volviendo a la desaparición de Zamasu por parte de Bills, se nos hace también algo… anticlimática. Por parte del dios de la destrucción su entrada en acción es fantástica, brindándonos uno de esos momentos que son totalmente cool. Sin embargo, en cuanto a Zamasu, se vuelve todo lo contrario: nos han estado presentando a un villano que, quitando su versión futura, se ha visto derrotado en cuestión de segundos. Creo que nunca había pasado algo semejante con ningún otro villano en la serie (cuestiones humorísticas y algunos villanos de la primera etapa de Dragon Ball aparte). Esto produce que nos quedemos con una sensación de «¿tanto para esto?» que no le hace muy bien al intento de darle un tono más dramático a esta saga.

Lo que nos lleva a nuestro siguiente punto: ¿ha sido este realmente el fin de Zamasu (el del presente)? ¿Y si le hubiera dado tiempo a viajar al futuro y haberle pedido la inmortalidad a las super dragon balls antes de regresar para servirle el té a su maestro? Esto supondría asimismo una bajada de guardia por parte de Bills y Whis, lo que los dejaría (momentáneamente) fuera del ring, con lo que la amenaza se tornaría (al menos también momentáneamente) más real. Como decimos, esto es solo una teoría de nuestra parte, pero por otro lado supondría que la derrota definitiva de Zamasu podría al menos ser un poco más… épica. O menos instantánea.

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Realmente hay poco más que comentar sobre este capítulo. La interacción entre ambos Trunks siempre es de agradecer, pero en lo personal la hemos visto algo forzada (¿qué es exactamente lo que Trunks niño pretende del mayor? ¿Que se vuelva más fuerte? ¿Que deje de estar deprimido? ¿Que deje de hacerle sombra? No queda del todo claro).

El próximo episodio, en cambio, promete y mucho. No solo en cuanto a animación, que al menos en el resumen parece que vuelve a ser más que aceptable (por cierto, en este capítulo cumple sin más, con aprobado raspado), sino en cuanto a trama: ¡al fin conoceremos la verdadera identidad de Black! Y, por lo poco que adelantan, ¿al final no será una versión maligna de Son Goku? Eso, unido a que la propia Bulma viajará esta vez al futuro, solo hace que auguremos un episodio la mar de emocionante. Este domingo tenemos, de nuevo, una cita con los Guerreros Z.

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Dragon Ball Super 58: más dudas sobre Zamasu y Black

Aunque en realidad el capítulo 58 de Dragon Ball Super se supone que debería aclararnos algunas de las dudas entre la asociación entre Zamasu y Blak, lo cierto es que lo que produce son aún más preguntas. Tras el episodio anterior, que estuvo cargado de acción, este se nos presenta como lleno de diálogo, donde los personajes se dedican a asimilar (o a ayudar a que el espectador asimile, sobre todo si éste tiene en torno a los diez años de edad) toda la información acumulada. Pero vayamos por partes (atención, vienen los SPOILERS).

¿De qué trata el capítulo 58 de Dragon Ball Super? Como vimos con anterioridad, nuestros héroes se vieron obligados a huir de la batalla contra Black y Zamasu y regresar al presente, donde Bulma los encontró en un pésimo estado. Mientras tanto, Zamasu habría oído hablar de la existencia de las super dragon ball y se habría personado ante Zuno. Pues bien, así da comienzo el episodio que nos ocupa: con Zamasu exigiéndole (mediante intimidación) a Zuno que le de toda la información de la que dispone. Zuno así lo hace, diciéndole a su vez al aprendiz de kaioshin que para poder invocar al gran dios dragón tiene que esperar todavía un año. Acto seguido, Zamasu le pide que le cuente todo lo que sabe sobre Son Goku.

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De vuelta a la Tierra, Bulma cura a Vegeta, Goku y Trunks del futuro con las habichuelas mágicas, las cuales (a todo esto) habían sido olvidadas por Goku en el cuarto de baño. Pronto reciben la visita de Whis, Bills y el Kaioshin de su universo, ya que Zuno lo había contactado tras la visita de Zamasu y le había informado de todo. Todos hablan sobre lo ocurrido en el futuro y cómo Zamasu no solo se ha vuelto maligno, sino además inmortal. Whis y Goku entonces teorizan que Zamasu, en sus ansias de encontrar justicia y poder, le habría pedido a las super dragon ball que creasen algo tan fuerte como Goku (de donde surgiría Black) y, también, la inmortalidad para Zamasu. Con esta idea en mente Whis, Bills, Goku y Kaioshin deciden visitar a Gowasu e informarse sobre el estado en el que se halla Zamasu. Cuando llegan, encuentran al maestro solo, ya que Zamasu ha salido desde la mañana, pero Gowasu desconoce a dónde y para qué. En ese momento, aparece ante ellos sus discípulo, dispuesto a servir el te.

Lo cierto es que también suceden un par más de escenas en el capítulo relacionadas con Mai, primero con Trunks del futuro informándole a la del presente que su contraparte del futuro sigue con vida. La segunda se encuentra situada en ese futuro, con Mai y Yajirobee huyendo hacia el refugio y reencontrándose con los supervivientes, todos ellos bastante descorazonados debido a la huida de Trunks, Vegeta y Goku. El episodio, como vemos ya desde su título, está principalmente centrado en Zamasu.

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Sin embargo, tal como íbamos adelantando, las cuestiones no hacen más que aumentar: la explicación sobre el posible surgimiento de Black y la transformación de Zamasu son, al fin y al cabo, hipótesis de Whis y Goku (el cual, por cierto, sigue pareciéndose demasiado a Luffy. Si bien Goku nunca ha sido especialmente inteligente, se agradecería que se pusiera serio por una vez, como ocurría en algunas ocasiones en Dragon Ball y Dragon Ball Z). Resulta sorprendente que ninguno de los Guerreros Z se cuestione esta explicación, ya que posee una laguna fundamental: en el futuro (donde Black y Zamasu están haciendo de las suyas), Goku habría muerto hace varios años (antes de la aparición de los androides), por lo que el enfrentamiento contra Zamasu que supuestamente habría desencadenado todo no hubiera podido darse. A no ser, claro, que se saquen alguna explicación de la manga, al más puro estilo «Zamasu se encontró con el espíritu de aquel Goku fallecido (que no había llegado a alcanzar el super saiyan nivel 2, dando lugar a otra incongruencia)». Es decir, es aún demasiado pronto y quizás hay una explicación para todo, pero lo que extraña es que ninguno de los personajes (ni tan siquiera Vegeta o Bulma, quienes suelen dar muestra de mayor inteligencia para todo este tipo de cosas) hayan mostrado ni un atisbo de confusión por esta serie de incoherencias.

En otro orden de cosas, que Goku se haya olvidado las habichuelas en el baño resulta una especie de recurso humorístico que acaba por no resultar gracioso, sino facilón (eran varios los fans que se habían dado cuenta de la falta de habichuelas en la batalla del futuro) y que, como decíamos. suma puntos a ese Goku demasiado idiota e infantilizado. Que hablando de recursos humorísticos fallidos, seguimos preguntándonos qué pintan por allí Pilaf y sus acompañantes, por mucha importancia que pueda tener la Mai del futuro en este arco argumental. Otro que termina sobrando es el Yajirobee del futuro, cuya actitud no pinta nada con la ambientación oscura y tensa habida en dicha línea temporal. Se agradecería que todos estos personajes desaparecieran, que los mate Black o algo.

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No todo ha sido negativo en este capítulo (en lo personal, tras los dos últimos episodios, que habían sido realmente buenos, este baja el listón). Bills, como siempre, muestra a través de pequeños actos cómo crear humor del de verdad: por ejemplo, quitándole (e intentando que no se de cuenta) su copa de flan al Kaioshin del Universo 7, con el que se agradece que interactúe más (ya que conocimos en capítulos anteriores que ambos personajes se hallan vinculados al más puro estilo Kamisama y Piccolo). El hecho de que ya vayan surgiendo teorías sobre la posible creación de Black también da que pensar (aunque estas teorías sean las más simplonas posibles… en lo personal espero que Whis esté equivocado). Y puntos de más por la evolución del personaje de Zamasu en el presente, quien cada vez va perdiendo más la cabeza. Desde luego a Gowasu (que muestra tener la misma vista para su alumno que un topo miope) le quedan dos telediarios.

En cuanto a la animación… volvemos a tener un bajón en este capítulo. Tras la fluidez de los dibujos de los capítulos 56 y 57, en este episodio 58 volvemos a rostros acartonados y movimientos ortopédicos. Sin embargo, debido a la ausencia de acción, tampoco es que se sufra en demasía. Parece que para el capítulo 59 (el cual se emitirá en la semana del 25 de septiembre, por cierto) habrá una pequeña mejora.

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Dragon Ball Super 57: Las cosas se ponen serias

Si hay algo de lo que nos quejábamos los fans de Dragon Ball (no todos, pero sí porcentaje importante) es del tono cómico-infantil que abundaba en Dragon Ball Super. Era todo demasiado bonito, demasiado feliz, demasiado chorra (salvo momentos puntuales). Lejos quedaban las escenas cargadas de tensión de Dragon Ball Z o los ataques de enemigos temibles que dejaban a nuestros protagonistas escupiendo sangre (la cual en Super también brilla por su ausencia). Sin embargo, con el inicio del nuevo arco argumental, llamada «saga de Trunks del futuro», se iba percibiendo que las cosas, poco a poco, se iban oscureciendo (aunque la banda de Pilaf o Gohan haciendo el moñas se llevaban al traste cualquier buen intento que pudieran hacer). Desde el capítulo 56 las cosas ya habían cambiado: los enemigos se habían vuelto sorprendentemente fuertes (lo que ha pillado desprevenidos a los protagonistas) y a Vegeta ya le habían dado la del pulpo (para variar, Vegeta o Piccolo son siempre los primeros en recibir… mientras Krilín ya está muerto, probablemente). El capítulo 57 de Dragon Ball Super no hace más que confirmar esta (bienvenida) tendencia hacia el mayor dramatismo y oscuridad (siempre dentro de unos límites, que no estamos hablando de Monster). Ahora vienen los SPOILERS.

¿De qué trata el episodio 57 de Dragon Ball Super? Como habíamos adelantado, Black se ha vuelto mucho más fuerte que la última vez y había presentado a Goku, Vegeta y Trunks su nueva transformación: super saiyan rose. Mientras nuestros guerreros empiezan a encontrarse en una situación crítica, desciende de los cielos Zamasu, quien resulta ser un aliado de Black. Zamasu entonces le pide a Black que le deje a él terminar con Goku, con lo que ambos se ponen a luchar. Black acaba interviniendo también, algo que le reprocha su compañero. Black, sin embargo, objeta que su cuerpo le está pidiendo ir a por Goku, y que no puede controlarlo.

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Debido a que Goku está teniendo dificultades en ese dos contra uno, acaba asimismo interfiriendo Trunks (tras haberse asegurado de que su padre sigue con vida). Éste último le planta cara a Zamasu, mientras Goku hace lo propio con Black. Trunks parece superior al kaioshin, hasta el punto de llegar a atravesarlo con su espada. Sin embargo, Zamasu se recupera al instante: no hay rastro de corte alguno. Trunks se sorprende y el kaioshin le explica que él en realidad es inmortal, por lo que no podrán hacer nada más que apreciar lo débiles que son. El hijo de Vegeta lo intenta de nuevo con un Final Flash, sin éxito. Mientras, Goku también se encuentra en apuros contra Black, quien se dispone a lanzarles un kame hame ha. Zamasu los acorrala a ambos, por lo que el ataque les golpea de lleno a los tres; sin embargo, a Zamasu no le ha pasado nada. Goku y Trunks se encuentran maltrechos en el suelo y el segundo empieza a preguntarse cómo salir de esa. Zamasu y Black van preparando en conjunto el golpe de gracia, cuando justo en ese momento Vegeta sale al rescate lanzando una bola de energía, tras lo cual vuelve a quedar inconsciente. Eso ha dado tiempo suficiente para que Trunks y Goku sean rescatados por Yajirobee, quien sale corriendo con ellos a cuestas. Zamasu y Black suponen que no han podido ir muy lejos, pero deciden encargarse primero de Vegeta. Por suerte, Mai y un grupo de rebeldes, quienes estaban observando el combate, logran distraer a ambos enemigos para poder llevarse también al príncipe de los saiyans.

Todos reunidos, Mai saca la cápsula en la que Trunks tiene guardada la máquina del tiempo y la programa para que los guerreros Z regresen al pasado. Ella decide permanecer en el futuro, ya que se lo debe a la resistencia, muy a pesar de Trunks. La máquina realiza el trayecto sin mayores inconvenientes (Black intenta detenerla, sin éxito), aterrizando en la Capsule Corp. y ante una Bulma que se queda ojiplática al ver el lamentable estado en el que se encuentra Vegeta.

Mientras tanto, en el presente, Gowasu observa por televisión la batalle entre Goku y Hit. Zamasu sigue sin comprender cómo dejan actuar libremente a alguien que puede utilizar el ki de los dioses. Gowasu intenta hacerle ver que Goku no es una amenaza, sin mucho éxito. En medio del debate Zamasu observa que en la pantalla han aparecido unas brillantes esferas. Su maestro le explica que se tratan de las super dragon balls, las cuales pueden llegar a conceder cualquier deseo. Zamasu se sorprende, pero rápidamente se recompone: va a ir a pedir un deseo a las super dragon balls.

Y así termina el capítulo 57 de Dragon Ball Super. Como vemos, uno donde las tablas se han dado la vuelta en favor de los enemigos. Algo que no es extraño en Dragon Ball, donde los enemigos primero tienen que mostrar todo su poder (derrotando a los protagonistas, pero sin llegar a matarlos -salvo a Krilín-), para que luego los buenos tengan que entrenar más y, finalmente y tras mucho esfuerzo, obtener la victoria. Es una forma (efectiva) de crear una atmósfera de tensión y de peligro, a pesar de la existencia de las bolas de dragón. Es algo que ya vimos con Piccolo padre (primero mata a Krilín, derrota a Muten Roshi, etc.), Vegeta (derrota a todos, prácticamente), Freezer, y un largo etcétera. En Super esta sensación de peligro no había sido vista, con Bills (ya habiendo sido presentado en la película La batalla de los dioses) a medio camino entre el humor y el drama, y un Freezer que, si bien logra poner en apuros a los guerreros Z, no así del todo a Goku y Vegeta (que utilizan la batalla para presentar sus nuevas transformaciones más que otra cosa). Los torneos en Dragon Ball nunca habían dejado de ser amistosos (salvo el de Piccolo Jr. y el que anticipa la llegada de Boo), así que tampoco podíamos esperar mucho dramatismo del de Champa. Sin embargo, ahora, con la saga de Trunks, es distinto: hay drama, hay tensión, nuestros protagonistas han sido derrotados y aún no conocemos casi nada sobre Zamasu o Black. Además, el futuro vuelve a estar desolado y allí no existen las bolas de dragón (aunque sí las super dragon balls, si suponemos que el Zamasu del futuro también les hubiera pedido un deseo).

Pasemos a otro punto que ha caracterizado bastante al episodio: la acción. Las coreografías en este episodio han sido fluidas y dinámicas, y lo cierto es que en ese sentido la animación ha vuelto a cumplir (quitando, nuevamente, algún plano casi-deforme). Además, nos han mostrado (una de las pocas veces en Dragon Ball) un capítulo de dos contra dos. Curiosamente, el ejemplo de una batalla similar que se nos viene más rápido a la cabeza es aquélla de Trunks y Gohan del futuro contra los androides (en el OVA Un futuro diferente). Así, Goku y Trunks se enfrentan a la vez a Zamasu y a Black… con dramáticas consecuencias.

Probablemente, el apartado en el que más han sufrido las escenas de acción son las relacionadas con las escalas de poder, ya que aquí se han perdido por completo. ¿En serio Black puede pasar de igualar a Goku en super saiyan 2 a superar su nivel de super saiyan blue en cuestión de días? ¿Cómo es que Mai y los rebeldes, simples humanos, pueden tener tan siquiera una simple oportunidad contra ellos? Bueno, tampoco es algo que deba sorprendernos (ni arruinarnos la experiencia de disfrutar de un buen episodio); las escalas de poder hace tiempo que se fueron al carajo en Dragon Ball.

Poco más hay para comentar sobre este capítulo, que ha estado fundamentalmente centrado en la acción, sin por ello dejar de lado las interacciones entre personajes. Concretamente la de Black y Zamasu ha resultado de lo más interesante, ya que al parecer se tratan más como camaradas que como amo y siervo (o similar). Esperamos poder descubrir más sobre la conexión entre ambos en el próximo episodio, cuyo título precisamente es: «El misterio escondido entre Zamasu y Black«.

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Dragon Ball Super 55: Goku tiene un nuevo amigo

¿Recordáis cuando, en el anterior capítulo (el 54) de Dragon Ball Super, aparecía al final el dio Zeno (el dios de TODO) y le pedía a Bills que quería ver a Son Goku? Pues bien, de eso va el 55, a grandes rasgos, del encuentro entre Zeno y Goku. Pero, ¿para qué quería verlo? Pues veamos…. (ATENCIÓN, SPOILERS)

Como íbamos diciendo, el capítulo empieza con Bills y Whis informando a Goku sobre los deseos del dios Zeno. Goku objeta con que está muy ocupado ahora como para ir a ver al susodicho, ya que la máquina del tiempo está casi lista. Bills y Ehis le advierten de que no hay opción, lo que Zeno ordene hay que hacerlo… bajo amenaza de la posibilidad de destrucción de todos los universos. En ese caso, Goku acepta, pero Bills le sugiere que lleve consigo al kaioshin de ese universo, para asegurarse de que va a estar bien. Goku se sorprende de que el dios de la destrucción pueda llegar a preocuparse por otro ser, ante lo que Whis comenta que, si el kaioshin de un universo es destruido, entonces también lo será (y automáticamente) el dios de la destrucción correspondiente. Goku se sorprende ante esta nueva información, ya que llega a la conclusión de que, si quiere derrotar a Bills, solo le bastaría con dejar K.O. a Kaioshin. Bills se molesta con Whis por haber revelado dicho dato.

De vuelta a la Tierra, efectivamente Bulma confirma que la máquina del tiempo ya está lista. Mai dice que va a ir a avisar al Trunks del futuro, pero Bulma la frena diciéndole que se encuentra todavía recuperándose del último entrenamiento con Vegeta.

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En cuanto a cómo les va a Zamasu y Gowasu, ambos continúan en el planeta de los babari. Éstos continúan atacándose y matándose entre ellos, lo que causa gran frustración a Zamasu. De pronto, uno de los bichejos lo ataca, ante lo que el aprendiz de kaioshin lo destruye sin contemplaciones. Gowasu decide que ya ha sido suficiente y deciden volver a su tiempo y a su planeta, no sin antes pedirle a su alumno que le devuelva los potara. Ya de regreso, Zamasu se encuentra sumamente ofuscado debido a que considera que los mortales no saben aprovechar la inteligencia que les han dado los dioses, y que deben hacer justicia. Gowasu, en cambio, considera que su aprendiz está obrando impulsivamente y de forma incorrecta, ya que los dioses no deben intervenir en la historia. Al matar a ese babari, es posible que Zamasu haya alterado la misma.

Regresando con Goku y compañía, hacen una parada en el planeta de los kaioshin. Éstos se sorprenden por la invitación de Zeno, ya que el kaioshin joven nunca ha estado en el castillo del susodicho, mientras que el kaioshin mayor solo ha acudido en tres ocasiones. Al llegar ante el famoso palacio, los recibe un ser similar a Whis, pero con apariencia más juvenil, que recibe el nominativo de «gran sacerdote». Whis informa de que se trata de uno de los cinco seres más poderosos de todos los universos, mucho más fuerte que él mismo. Cuando se encuentran ante Zeno, éste le informa a Son Goku que lo que quiere ser es… ¡su amigo! Goku al principio no lo entiende muy bien y vuelve a decir que ahora no tiene tiempo para eso, ya que ha de encargarse de un tema muy importante (Bills y Whis le habían pedido que no mencionase absolutamente nada de Trunks, Black o los viajes en el tiempo). Los guardianes de Zeno y Kaioshin se aterrorizan, pero curiosamente el dios de dioses no tiene nada que objetar, y le pide a Goku que le enseñe a jugar a más cosas divertidas la próxima vez. Para ello le da un botón de llamada: si lo pulsa, Zeno acudirá en el acto. Con todo esto, Goku y los demás se retiran, no sin haberle prometido antes a Zeno que volverá y además con otra persona que será «aún mejor amigo» que él.

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Ya de regreso, Whis y los demás se preguntan a qué otra persona se refería Goku, pero éste dice que no tenía a nadie concreto en mente, solo lo dijo para poder retirarse y quedar bien. Bills se aterroriza pensando que, de enterarse Zeno, morirán todos.

Nuevamente con Gowasu y Zamasu, éstos vuelven a discutir sobre el papel de los dioses y si deberían o no impartir justicia. Gowasu nota que el te de Zamasu vuelve a estar mal, por lo que percibe alguna perturbación en el alma de su aprendiz.

Goku vuelve a la Capsule Corp., donde Bulma ya tiene a punto la máquina del tiempo para el despegue. La banda de Pilaf y los demás despiden al Trunks del futuro, Vegeta y Goku, quienes en seguida llegan al futuro. Una vez allí, Trunks se sorprende al encontrar el gorro de Mai, pero sin rastro de ella. Mientras, Goku inspecciona la zona, cuando de repente unos rebeldes lo atacan con misiles.

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Y así acaba el capítulo 55 de Dragon Ball Super. Como vemos, la trama va avanzando (especialmente en la segunda mitad), y se nos ha dado más información sobre los kaioshin y los dioses de la destrucción, y la conexión que los une. Al respecto, ésta es prácticamente la misma que tenían Piccolo y Kamisama, por lo que tendremos que esperar a ver si la utilizarán para algún tipo de trama en un futuro (al menos, Bills ya tiene más posibilidades de morir, ya que antes de eso su poder era demasiado inalcanzable).

En cuanto al encuentro entre Goku y Zeno, lo cierto es que, al menos de momento, lo hemos considerado demasiado prescindible y «tonto», ¿Por qué, de entre todos los mortales, Zeno querría tener como amigo a Son Goku? Bueno, la respuesta es fácil: es el protagonista de un shônen. Más curiosidad nos ha causado la persona a la que podría estar refiriéndose Son Goku (aunque éste no tuviera a nadie concreto en mente, suponemos que deberá cumplir su promesa con Zeno en un futuro). Nuestros candidatos: Vegeta (para seguir siendo «el show de Goku y Vegeta»), Mr. Satán (debido a su buena relación con Buu), Gohan o Goten (éstos últimos porque no están desempeñando ningún papel en la historia, más que nada). También deberemos estar atentos al botón de llamada que Zeno le ha dado a Goku, y si éste tendrá algún uso importante en tramas futuras.

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La mejor parte (a nivel argumental) del episodio ha sido, sin duda, la correspondiente a Zamasu y Gowasu. Están logrando bastante eficazmente aumentar la atmósfera de tensión entre estos dos personajes, hasta tal punto que no podemos evitar pensar que a Gowasu le quedan dos telediarios. Zamasu, a su vez, está perdiendo cada vez más la cabeza. Todavía queda por ver cómo lo vincularán con la trama de Black Goku del futuro, ya que…

Goku, Vegeta y Trunks ya se encentran en dicha línea temporal. Y, según el avance del próximo capítulo, el enfrentamiento con Black es inminente (nueva transformación incluida). ¿Significa esto que lograrán derrotar ya al Black del futuro, pero que aún deberán hacerse cargo del Zamasu del presente? Demasiado pronto para saberlo, ya que hay demasiadas puertas abiertas. Y hablando del avance, ¡Yajirobee está vivo en el futuro! Que ya estén en el futuro es, al menos, una buena señal para el avance de la trama.

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En cuanto a la animación, nuevamente hemos encontrado altibajos en este episodio, pero no tan graves como en otros. Hay algunos planos que incluso están bien dibujados. Lo que más nos sorprende en este sentido es que parece que el personaje que más les cuesta dibujar es precisamente Goku. No les sale tan mal (aparentemente) con Vegeta, Bills, Trunks o incluso Black Goku, por mencionar a algunos. Claro, que el hecho de que Goku se esté transformando cada vez más en Luffy (One Piece) tampoco ayuda.

El próximo capítulo, el 56, de Dragon Ball Super, promete y mucho. No solo por los citados Yajirobee y Black (con super saiyan rose), sino también porque habrá reencuentro entre Trunks y Mai, Vegeta será el que plante cara y, sobre todo, ¡la animación! En serio, creemos haber visto mejor animación en este avance de Dragon Ball Super que en todo el resto de la serie. A esperar una semana toca.

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Dragon Ball Super 54: O cuando el relleno puede llegar a tener calidad

Hoy se ha emitido el capítulo 54 de Dragon Ball Super, donde se nos prometía un entrenamiento de Vegeta a Trunks del futuro (o Mirai Trunks) y, por lo tanto, interesantes a intensas interacciones entre padre e hijo. Lamentablemente, el capítulo no ha sido lo que prometía, y de Vegeta y Trunkes hemos tenido los últimos cinco minutos del capítulo. Entre medias, un arranque de relleno muy flojo y, posteriormente, una interesante escena entre Zamasu y Gowasu que sirve para aumentar las dosis de misterio en torno a ambos kaioshin y la figura de Black.

Vayamos por partes, ¿qué ha pasado en el episodio 54 de Dragon Ball Super (ATENCIÓN, SPOILERS)? Pues bien, empezamos en la Capsule Corp y con un Mirai Trunks que se encuentra intentando imaginar ideas para poder derrotar a Black. Por mucho que se esfuerce, no haya ninguna, siendo el final siempre el mismo: Black derrotándolo. Mientras, Mai y Shuu lo contemplan con la primera embelesada e imaginándose en un futuro con el Trunks mayor. El Dr. Brief, Pilaf y Bulma, a su vez, ya ultiman los detalles para poder arrancar la máquina del tiempo, puesto que han logrado acumular suficiente combustible como para un viaje. En esos momentos regresan Goku, Bills y Whis, que le pasan el informe a Mirai Trunks: efectivamente, Zamasu y Black tienen un ki extremadamente similar. No obstante, no pueden afirmar que se trate de la misma persona. Goku cree que es probable que no lo sean, ya que el ki de Black transmitía mucha maldad, mientras que el de Zamasu no. Además, Zamasu no había reconocido a Goku al verlo. Bills se pregunta si acaso Black no será Zamasu en un futuro, después de que haya pasado algo que lo haya hecho actuar así.

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Volviendo con los kaioshin, Gowasu se lamenta de que el té que prepara Zamasu ha dejado de saber tan bien como antes, simbolizando que algo anda mal en el interior de su aprendiz. Mientras tanto, observa a una nueva especie que ha surgido en el planeta Barbari. Dicha especie parece poseer inteligencia, sin embargo actúan de forma poco civilizada. Para saciar su curiosidad, Gowasu decide viajar varios siglos en el futuro para contemplar cómo han evolucionado los susodichos. Le pide a Zamasu que lo acompañe, contándole en el camino cómo van creándose los anillos que permiten viajar en el tiempo y que solo pueden usar los kaioshin (menciona que el último anillo surgió por la alteración temporal que creó Mirai Trunks al viajar al pasado para derrotar a los androides). Los dichos anillos permiten dar saltos siempre hacia el futuro, no al pasado, puesto que cambiar la historia está estrictamente prohibido. Llegan a Barbari y efectivamente contemplan cómo la especie ha desarrollado bases culturales, pero que sin embargo siguen peleándose y matándose entre ellos. En esas, Gowasu le ofrece a Zamasu un ascenso, ya que solo los kaioshin (no los aprendices) pueden viajar en el tiempo. Por ello, le da uno de sus pendientes, advirtiéndole que tenga cuidado al colocárselo, ya que si llevan cada uno en una oreja diferente, se fusionarían irremediablemente (y ninguno quiere eso). Ambos vuelven a su linea temporal con Zamasu maldiciendo la existencia de todos los mortales.

De vuelta a la Tierra, Vegeta ha decidido darle una sesión de entrenamiento a Mirai Trunks. Por ello, le muestra su transformación más poderosa: el super saiyan god blue (o super saiyan god super saiyan), ante la que Trunks piensa que no puede hacer nada. Vegeta lo anima diciéndole que será suficiente si logra golpearlo solo una vez. Entonces el hijo se transforma en super saiyan grado 3 (aquella versión ultra musculada que utilizó sin éxito contra Cell), pero para engañar al padre e intentar pillarlo por sorpresa. Vegeta empieza a pegarle una paliza a Trunks, hasta que éste último se lamenta diciendo que Goku y él serían suficiente para derrotar a Black, y que a él no lo necesitan para nada. Ante estas palabras, Vegeta se enfada y le suelta a Trunks que un verdadero portador de la sangre saiyan, y más si es su hijo, nunca se rinde ni se deja vencer por ningún adversario, sea el que sea. En esas llegan Goku y Bulma, quien se altera al contemplar la dureza con la que Vegeta está tratando a Trunks. Entonces el (ahora) peliazul pilla desprevenido a su padre y lo golpea, tumbándolo. Trunks le agradece a su padre la lección aprendida y que gracias a él haya vuelto a ganar confianza. Mientras tanto, en el planeta de Bills y Whis, aparece el dios todopoderoso Zeno, quien anuncia que quiere ver a Son Goku.

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Como vemos, un capítulo mayoritariamente de transición, quitando el aspecto motivacional de Mirai Trunks y alguna explicación de Gowasu. La primera parte del episodio directamente sobraría y, realmente, las bromas de la banda de Pilaf hace tiempo que empezaron a resultar cansinas y cargantes. Harían mejor en mostrar cómo le va a la Mai del futuro, que desde el final del capítulo 50 (y la revelación de que estaba con vida) no hemos vuelto a saber nada de ella. Tiene que estar más asada que un pollo al spiedo.

Quitando, lo dicho, el arranque del episodio, lo cierto es que el resto no ha estado mal. La parte de Gowasu y Zamasu ha servido básicamente para aumentar la atmósfera de tensión que ya se había creado en el capítulo anterior. Efectivamente, parece que Gowasu sabe más de lo que ha dejado ver ante Whills y Bills, y la forma que tiene de dirigirse hacia su aprendiz y de revelarle ciertas cosas en determinados momentos, no hace sino aumentar la sospecha de que quizás él tenga más que ver con Black que el propio Zamasu. Éste último, en cambio, continúa siendo la opción más evidente, con su creciente odio hacia los mortales y su aparente inquietud emocional (a la cual Goku parece no darle excesiva importancia).

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Los minutos dedicados a Trunks y Vegeta han resultado, quizás, lo más intenso del episodio. También lo más nostálgico, puesto que el nuevo entrenamiento se ha encontrado bastante respaldado por flashbacks y guiños a Dragon Ball Z: desde las transformaciones de Vegeta y Trunks (saga de Cell), hasta la apuesta de Vegeta de que Trunks llegue a golpearlo siquiera una vez (saga de Boo, cuando Vegeta y Trunks niño entrenan en la cápsula de gravedad). El clímax de este entrenamiento ha servido para motivar a Mirai Trunks y decidirse a superar tanto a Black como a su padre. Veamos si lo logra. De momento, va en camino de convertirse en el nuevo Gohan (ya que el original se encuentra dando conferencias en universidades y haciéndole moñerías a Pan).

En cuanto a la animación, ha mejorado en relación con los capítulos anteriores, pero sigue siendo regulera. Y podrían haber pensado en cortarle el pelo a Trunks en su transformación en super saiyan grado 3, en lugar de copiar tal cual su imagen de la saga de Cell (cuando llevaba el pelo largo). Parece que en el 55 sí vamos a tener animación de mayor calidad.

Poco más que comentar sobre el episodio, donde quizás lo mejor ha sido la reacción de Bills al encontrarse con Zeno. Ha sido realmente un capítulo de transición, de asentar bases para posibles futuras tramas. En el 55, y en el 56 y en el 57, parece que «la acción» va a estar especialmente centrada en Goku. Mientras no siga siendo una versión desmejorada de Luffy (One Piece), no tendré nada más que objetar. También nos presentarán a nuevos personajes, que parecen estar relacionados con el mundo de los dioses. Veremos qué tal. Por cierto, el capítulo 55 está fechado para emitirse el día 21 de agosto, por lo que la próxima semana no habrá Dragon Ball Super. Esperemos que se pase rápido.

Dragon Ball Super 53: Presentación de un nuevo ¿enemigo?

Tras el parón de una semana, es probable que todos estuviéramos esperando el nuevo capítulo de Dragon Ball Super como agua de mayo. Es probable que, en nuestras cabezas, nos hubiéramos imaginado un buen y épico combate entre Son Goku y Zamasu, el nuevo kaioshin del Universo 10 y cuyo ki parece haber sido asociado con el de Black por Whis y Bills. Es probable que, debido al título («Se revela la identidad de Black«) esperásemos conocer algo más sobre la procedencia del nuevo y misterioso enemigo que ha tomado la forma de Goku. Bueno, lamentablemente, nada de esto ha sucedido en el episodio 53 de Dragon Ball Super.

Por partes (y vienen los SPOILERS). El capítulo 52 nos había dejado con Whis, Bills y Goku dirigiéndose hacia el hogar de los kaioshin en el Universo 10. En este caso, Whis informa, se trata de un aprendiz de kaisohin muy aventajado en el combate, por lo que su formación corre a cargo de un kaioshin mayor y superior para que éste termine sucediéndole. Sus nombres son Gowasu (el maestro) y Zamasu (el aprendiz). Mientras los dioses y el saiyan se dirigen hacia su destino, los citados kaioshin charlan entre ellos. Gowasu felicita a Zamasu por su buen té, asegurándole que eso es propio de alguien que se encuentra en armonía consigo mismo. Sin embargo, no parece ser así, ya que Zamasu le confiesa a su maestro que le inquietan los mortales: por qué existen, para luego destruirse entre ellos. No logra entenderlo. Gowasu le pide paciencia a su discípulo y le intenta consolar diciéndole que acabará comprendiendo mejor a los mortales. Justo en ese momento llegan Bills, Whis y Goku. Éste último, al observar a Zamasu, se emociona pensando en su fuerza y le suplica que pelee con él. Zamasu, en cambio, se asquea por la insistencia de Goku y no comprende cómo un mortal puede estar allí, menos aún en compañía de los dioses. Mientras, Bills y Whis le informan a Gowasu de lo acontecido con Black, pidiéndole que por favor les muestre los anillos del tiempo que tienen en su posesión (recordemos que Black llevaba uno de estos anillos, lo que le permitió seguir a Trunks del futuro hasta el presente). El kaioshin así lo hace, pero Whis y Bills perciben en el proceso que Zamasu parece desconocer la existencia de dichos anillos. Efectivamente, se encuentran todos en su lugar, por lo que Whis y Bills continúan igual que al principio.

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Mientras tanto, en la Tierra, Trunks del futuo charla con Krilin sobre Gohan y su familia. Krilin le informa de que él también tiene una hija, pero se niega a revelarle a Trunks que su mujer es A18. Justo en ese momento aparece la susodicha cargando a Marron y saludando a Trunks. Éste reacciona a la defensiva, pero Krilin se interpone diciéndole que no es la misma A18 que había en su línea temporal. La androide entonces se dirige hacia el hijo de Vegeta y le dice que le debe compensar por los daños, ya que él ha asesinado a su otra yo del futuro. Para desconcierto (y posterior alivio) de Trunks, A18 le informa que sólo estaba tomándole el pelo, y se va feliz con Krilin y con Marron. Mai, a su vez, contempla embelesada a Trunks del futuro, mientras Pilaf y Shuu prometen ayudarla a conquistarlo.

De vuelta al Universo 10, Gowasu le pide a Zamasu que acepte la petición de Son Goku de pelear contra él. Así lo hace y ambos se preparan para la batalla. Para sorpresa de Zamasu, que no alcanza a entender cómo un mortal puede albergar tanto poder, Goku se transforma en super saiyan nivel 2. La pelea se da sin mayores complicaciones, con Zamasu reteniendo todos los golpes de Goku. Finalmente, éste último gana. Bills, Whis y el saiyan deciden marcharse entonces. En el camino de regreso, Bills se pregunta si no convendría destruir ya a Zamasu, ya que podría convertirse en Black. Goku le hace dudar, diciendo que él no cree que sea un mal tipo a pesar de todo. Al final, Gowasu y Zamasu continúan con su charla. El maestro espera que su alumno haya aprendido una lección al haber combatido contra un mortal como Son Goku, ante lo que Zamasu afirma. Sin embargo, sus pensamientos nos revelan lo contrario: él cree que mortales como Goku son un peligro para todos, prometiendo volver a encontrarse con él.

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Como vemos, un episodio donde sobre todo se nos desvelan nuevos personajes, pero que deja muchas incógnitas en el camino. Especialmente en lo referente al título: como decíamos al principio, nunca se nos revela la identidad de Black. Es más, ni tan siquiera aparece Black en todo el capítulo. Por lo que el misterio deberá proseguir por más tiempo,

Ahora bien, Zamasu se nos presenta como un personaje interesante. Su seiyuShin’ichirō Miki (Roy Mustang en Full Metal Alchemist o Urahara en Bleach, entre otros), tiene buena parte de culpa, con una genial interpretación y con un tono de voz que le va como anillo al dedo al aprendiz de kaioshin: a medio camino entre lo misterioso, educado y algo amenazante. A pesar de que nos presentan que su alter ego va a ser Black como una obviedad, lo cierto es que al final recae la duda: ¿es Zamasu en verdad un buen tipo, como dice Goku? ¿Y si en verdad no es él Black? Por el diseño y por lo que promete (el mismo Goku sugiere que con entrenamiento Zamasu podrá llegar a ser tan poderoso como Bills), podría acabar siendo un nuevo personaje del grupo de «los buenos». El maestro de Zamasu, Gowasu, en cambio, no lo deja tan claro. No solo porque sus pendientes sean exactamente iguales que los de Black, sino porque su presencia parece pasar más desapercibida que la de su alumno: algo perfecto si quisiera jugar al despiste mientras llega a ser Black. Sea como sea, sólo el tiempo lo dirá.

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El otro gran momento del episodio ha sido el breve (re)encuentro entre A18 y el Trunks del futuro. Con la actitud juguetona de la primera, se deja así cerrado otro capítulo en la vida del viajero del tiempo (mientras se abren otros). La aparente rivalidad que parece haber despertado en el Trunks niño hacia su contraparte vuelve a hacer acto de presencia (brevemente y como un acto cómico) frente a Mai y los suyos. Veremos hacia dónde nos dirige, y si por fin va a significar algo de madurez y crecimiento en el Trunks del presente, que falta le hace (su diseño y personalidad continúan siendo los mismos que durante la saga de Boo).

Por otro lado, la animación… vuelve a dejar bastante que desear. Lamentamos sonar repetitivos, pero apenas se le puede llamar «batalla» a lo que hay al final (durante unos pocos minutos) entre Goku y Zamasu. Los rostros también vuelven a aparecer algo deformes en algunos planos (en otros pocos primeros plano, sin embargo, pasan el aprobado). El ritmo lento (de la misma batalla) tampoco ayuda.

Poco más que añadir sobre el episodio 53 de Dragon Ball Super. El 54 promete bastante, sobre todo porque va a ser un capítulo sobre Vegeta y su hijo del futuro (cuya relación siempre ha sido algo tormentosa). Y además continuará el misterio con Gowasu y Zamasu, que al parecer emprenderán un viaje temporal hacia el futuro, a un nuevo planeta llamado Babari. Nos vemos en una semana.

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