¿Qué pasa con Final Fantasy XV?

La división en el fandom de Final Fantasy, la cual empezó a percibirse a partir de la doceava entrega de la saga (puede que incluso con la secuela del Final Fantasy X y con el estreno de La fuerza interior), lleva bastantes años agrandándose. Pero, ¿qué lo ha causado y sigue causando, y cómo afecta eso a la nueva entrega de la franquicia: Final Fantasy XV? De eso va a tratar nuestro debate de Final Fantasy en esta entrada.

Como muchos sabrán, para la mayor parte del fandom la era dorada de Final Fantasy llegó con la época de la PSOne. Las entregas séptima, octava y novena conforman un trío que todavía en la actualidad sigue siendo considerado de lo mejorcito que nos ha dado Square Enix (por aquel entonces Squaresoft), con un encanto y magia especiales que son difíciles de superar. La décima entrega no se queda muy atrás, siendo asimismo la favorita de muchos. Las continuaciones no lo tenían fácil.

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Sin embargo, no es solo que no lo tuvieran sencillo, sino que, por otro lado, pareciera que Square Enix todavía no hubiera sabido adaptarse del todo a los nuevos tiempos. Es como si aún estuvieran buscando su sitio en esta nueva era. Con Final Fantasy XII, llegaron los cambios más significativos en el sistema de batalla, que a pesar de todo seguía siendo por turnos (aunque el hecho de que lo dinamizaran más y lo volviesen más interactivo hace parecer que fuese más orientado a la acción). Con Final Fantasy XIII la ruptura fue prácticamente total: ausencia de ciudades, mundo cerrado y pasillero (salvo la última parte del juego), largos diálogos que parecían sacados del más estereotipado de los animes y la no existencia de las emblemáticas tiendas o posadas provocaron que muchos le dieran la espalda a la saga. Las dos secuelas de Final Fantasy XIII no hicieron más que aumentar el rechazo, a pesar de los intentos de Square Enix por arreglar lo del mundo abierto, la inclusión de ciudades o incluso de tiendas en forma de señorita vestida de chocobo.

¿Qué sucede entonces con Final Fantasy XV, un juego que todavía no ha salido al mercado (será el 29 de noviembre)? Vamos a ver los principales puntos por los que algunos incluso ya lo han llegado a tachar de «decepción»:

No es un «verdadero Final Fantasy»

Es la queja que más suele repetirse. En realidad, es una objeción que llevamos oyendo desde el Final Fantasy XII (o incluso con el X-2, como adelantábamos), pero que en este caso ha llegado a niveles alarmantes: se han perdido totalmente los combates por turnos, manejamos a un solo personaje y el elenco es demasiado homogéneo (y encima solo está compuesto por cuatro personajes más invitados puntuales).

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En realidad, el concepto de «verdadero Final Fantasy» (también denominado como «la esencia de Final Fantasy«) es algo tan subjetivo que es difícil ver qué es exactamente el qué. Por ejemplo, para una servidora la esencia de los Final Fantasy reside en su historia y, sobre todo, el carisma de sus personajes. Sí, el sistema de batalla es importante a la hora de divertirse, pero quién dice que tienen que ser por turnos para poder entretenernos. Un juego de The Legend Of Zelda no es menos JRPG (Japanese Role Playing Game) por estar más orientado a la acción que los Final Fantasy clásicos. Y nadie discutiría normalmente la calidad de los Zelda.

Sí estamos de acuerdo en que el elenco de personajes principales resulta bastante homogéneo (personalmente, los diseños que más me gustan son los de Luna y Regis… aparte del Noctis mayor), pero esto tampoco es algo que ocurra por primera vez en un Final Fantasy: en el VIII todos eran humanos, jóvenes y guapos; en el Final Fantasy X-2 nos acompañaba todo el tiempo un grupo de tres chicas (también jóvenes y guapas) y en la trilogía de Final Fantasy XIII la mayor «discrepancia» era que había un negro con pelo afro. Incluso en el Final Fantasy XII el equipo estaba compuesto por humanos jóvenes y una viera (que vendría a ser Naomi Campbell con orejas de conejo). Es cierto que preferimos repartos más llamativos, como los de Final Fantasy VI, Final Fantasy VII o Final Fantasy IX, pero lo cierto es que un elenco homogéneo no es necesariamente sinónimo de un mal juego, mucho menos de un mal Final Fantasy. Quejas sobre el reparto de esta quinceava entrega nos llevan asimismo al siguiente punto…

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¿Un juego machista?

¿Cómo puede ser, a estas alturas del siglo XXI, que no haya ni una sola chica en medio de todo este campo de nabos? ¡Sacrilegio! Algo así es el pensamiento que ocupa a este grupo de discrepantes con esta entrega.

Si bien es cierto que puede chocar la ausencia de mujeres (que tampoco es tal, puesto que sabemos que al menos Iris y Luna formarán parte de nuestro equipo momentáneamente) en un Final Fantasy, una vez más deberíamos tener en cuenta que no es la primera vez que esto sucede: en Final Fantasy X-2 el grupo era (lo repetimos) un grupo de tres chicas que, para más inri, desprendían montones de conductas estereotipadas femeninas (o propias de mujeres en anime): saltitos, grititos, cambios de trajes extravagantes y cantos. Sólo les faltaba ponerse a hablar sobre tíos buenorros y… (oh, espera). Sin embargo, en aquel entonces no hubo quejas al respecto, a pesar de que estereotipar a la mujer puede llegar a ser incluso más machista que el mostrar solamente a hombres (y, como mujer, no suelo sentirme identificada con ninguna de estas conductas).

Además, en Final Fantasy XV la historia parte de la idea de un viaje de un príncipe y sus personas de mayor confianza (y que vendrían a ser sus amigos) antes de su boda: una despedida de soltero en toda regla. Pero no solo eso, también nos encontramos con que la principal relación romántica que habrá en el juego, la de Noctis y Luna, intercambia totalmente los papeles: Luna es la mayor, madura y segura de sí misma, es una persona activa y autosuficiente; Noctis en cambio se nos muestra como un joven inseguro, tímido, algo reacio a cumplir con el papel que le ha tocado desempeñar en el mundo y en la historia. Es cierto que Kingsglaive no le hace toda la justicia que debiera a esta supuesta Luna, fuerte y sin la necesidad de protección de un hombre, pero al menos en los avances que hemos podido ver del juego esta es la Luna que más se percibe. Para muestra, una escena: Luna hablándole enérgicamente a un público embelesado… entre el que se encuentra Noctis. Así que, al menos hasta que tengamos la oportunidad de poder disfrutar de Final Fantasy XV: machismo, ¿dónde?

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No es Final Fantasy Versus XIII

De entre todas las quejas, esta es la que personalmente encuentro más difícil de comprender. En realidad sí que la entiendo, pero desde una perspectiva de fan fiction, es decir… Versus XIII tan solo existía en nuestras mentes. Así, todo lo que creíamos saber de dicho proyecto, de Stella, de la yakuza en Insomnia… era algo que habíamos desarrollado con nuestra imaginación. Poco más se puede sacar de trailers que duran a lo sumo cinco minutos (y que era lo único que teníamos de Versus XIII). Es como si creyésemos saber cómo va a ser Rogue One: Una historia de Star Wars a estas alturas de la vida, habiendo visto solo un par de avances.

Es cierto que era Tetsuya Nomura el que se encontraba detrás del proyecto, un nombre muy aclamado en la comunidad gamer actual (es el director de la saga Kingdom Hearts y conocido diseñador de personajes dentro de la franquicia), pero también lo es que Nomura no tiene en su currículum un historial de personajes femeninos realmente destacables (ejemKairiNamineejem); y sin embargo de ahí hay gente que ha llegado a creer que Stella habría sido un personaje femenino unas 623232 veces mejor que Luna. Cuando no hemos (a día de hoy) llegado a conocer ni a una ni a la otra. Ver para creer.

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Por otro lado, tampoco sabemos hasta qué punto Final Fantasy XV ha cambiado lo que iba a ser Final Fantasy Versus XIII. Es cierto que ya no está Stella, pero sí una mujer rubia que viste de blanco, que proviene de un reino rival al de nuestro protagonista y que se encuentra relacionada de alguna manera con un misterioso encapuchado. Tres cuartas partes de lo mismo sucede con la yakuza: en aquel entonces había hombres trajeados de negro sentados en torno a Regis; ahora tenemos a personas con túnicas y colores oscuros sentados en torno a Regis (visiblemente más mayor). Es cierto que Insomnia ha adquirido un tono más medieval, pero la influencia del Tokio actual o de incluso otras grandes y conocidas ciudades como Berlín siguen siendo perfectamente perceptibles. Conceptos como el cambio de color de ojos de Noctis, el que puedan ver las almas que van a expirar o la existencia de una «diosa Etro» continúan estando presentes en Final Fantasy XV.

En definitiva…

En contra de Final Fantasy XV juegan dos grandes factores: su largo periodo de desarrollo, desde que era Versus XIII, con cambios de plataforma, director y equipo incluidos; y que lo precede Final Fantasy XIII (Final Fantasy XIV es online y no suele incluirse dentro de la misma categoría que el resto, con excepción del Final Fantasy XI). Por eso mismo el propio Hajime Tabata (director) se ha intentado desvincular de las aventuras de Lightning y compañía en medida de lo posible (no vamos a entrar en el debate de si el vapuleo a la treceava entrega está justificado o no, eso da para otra entrada).

Sin embargo, adelantarse a la salida del juego mismo y asegurar que éste va a ser «un fracaso» nos parece cuanto menos algo… precipitado. No solo porque nos es imposible probar las aventuras de Noctis por nosotros mismos, sino además por el hecho de que todo lo que nos han ido mostrando hasta la fecha hace prever un juego que al menos está siendo fabricado con mimo y cuidado. La propia Square Enix es consciente de lo que se juega con Final Fantasy XV.

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