Cambio de perspectivas a medida que creces con Final Fantasy VII

Final Fantasy VII, un clásico en el sector de los videojuegos, salió al mercado allá por 1997. A la espera actual de la llegada de su Remake, cuya vuelta todavía sigue causando sensación (y se espera mucho más para el próximo E3), se asume que los que lo jugaron en el momento de su salida (quizás de niños o adolescentes) ahora ya son evidentemente adultos. Puede que incluso tengan a su vez hijos que disfrutan de este título.

En el caso que nos ocupa, Final Fantasy VII es una de esas obras que marcan, que consideras (con sus imperfecciones) de una calidad superior a otros productos audiovisuales por lo hondo que ha calado. Esta sensación no ha cambiado, pero hemos ido observando con el paso de los años que otros aspectos que lo rodean sí lo han hecho, quizás por ser capaces (con la madurez y la repetición de la historia) de percibir más matices, quizás por el cambio propio que experimenta uno al crecer e ir acumulando experiencias. Enumeremos algunas. Avisamos de que habrá SPOILERS de Final Fantasy VII.

Final Fantasy VII hubiese sido (aún) mejor con otro final

La conclusión de Final Fantasy VII es bastante abierta y puede dejar a los jugadores confusos la primera vez que lo experimentan. ¿Mueren o viven todos? ¿Qué pasa con el planeta? ¿Qué son las risas de esos niños y de dónde vienen? ¿Cómo ha tenido descendencia Red XIII?

Red XIII y su descendencia frente a Midgar. Final Fantasy VII: Advent Children

Aunque la Compilación, años más tarde, se ha encargado de responder con más o menos éxito algunas de estas preguntas, son varias las que siguen en el aire. Es más, algunas de las respuestas de la Compilación casi que mejor no se hubieran dado.

El equipo de desarrollo ya admitió que tuvieron la idea de que todo el elenco moría originalmente en el juego (inicialmente, durante la caída sobre Midgar para detener a Arma). No es descabellado pensar que este fuese el planteamiento inicial con un final tan abierto.

Personalmente pensaba que una conclusión trágica iba más acorde con Final Fantasy VII, y la Compilación en principio no me hizo cambiar de opinión. Sin embargo, parece que con la edad nos sensibilizamos más con estos temas y actualmente disfruto más de finales agridulces e incluso felices, siempre que vaya al compás de la historia y no se muera de diabetes en el proceso. Además, sintiendo un mundo y a unos personajes tan cercanos como estos, con los que llegas a identificarte tanto, al final no vas a desear que sigan pasando penurias.

Cloud y Tifa durante el final de Final Fantasy VII

Un mundo muy como el nuestro

La fecha de lanzamiento de Final Fantasy VII es relativamente cercana y muchos de los temas que aborda ya nos afectaban en la vida real. Lo cierto es que esto se ha acentuado con el paso del tiempo: el cambio climático, la supremacía mundial de las multinacionales (el Ibex35 en el plano nacional), la manipulación de los medios, el desarrollo tecnológico imparable que busca (supuestamente) acomodarnos a cambio de taparnos los ojos sobre determinados asuntos incómodos. Así como en lo visual Final Fantasy VII no ha envejecido tan bien como otras entregas, en el aspecto de historia sí lo ha hecho excepcionalmente.

El elenco de este título, gran culpable en parte de su éxito, también es lo suficientemente mundano. Diseños repletos de colores apagados y grises, personajes complejos con crisis existenciales con los que es fácil que nuestras generaciones se identifiquen.

Hay un miembro del grupo que destaca, Aeris. Esto me lleva al siguiente punto, uno sobre los que mi perspectiva más se ha ido modificando con el paso de los años.

Las guerras de parejas

Ya hemos hablado más detalladamente sobre este punto hace bastante tiempo (lo cuál prueba la intención de esta entrada sobre el cambio de perspectiva con los años), por lo que no voy a expandirme mucho más. Sí lo voy a hacer respecto a mi perspectiva en la relación de Cloud y Tifa y la de Cloud y Aeris, y cómo ambas son igualmente bellas e importantes respecto al personaje (ante todo me declaro fan del rubio y esto sí que no ha cambiado nunca).

Es evidente con el diseño de Aeris que este personaje ya fue concebido para ser especial. Colores excesivamente vivos en un entorno oscuro, flores por todos lados (cuando no crecen en ningún otro sitio en todo Midgar), una personalidad optimista y que mira hacia el futuro… Todo en Aeris rezuma vida y creación. Lo que evidentemente causa que su muerte tenga un mayor impacto sobre el jugador y que, posteriormente, se note su vacío.

Es una estrategia narrativa muy eficaz que Square Enix repetiría posteriormente con Zack (salvo el diseño, por motivos obvios) en Crisis Core con similares resultados, y que no nos extrañaría nada que lo hicieran de forma aumentada y exagerada en el Remake.

La relación que Aeris establece con Cloud sigue esta misma estrategia. La suya es la tragedia griega, la que busca hacer llorar a moco tendido a los espectadores. De nuevo, repitieron fórmula con Zack y la propia Aeris en la precuela. Y de nuevo la gente lloró.

Cloud y Aeris en el último tráiler de Final Fantasy VII: Remake

Frente a esto, Cloud y Tifa pasan como algo mucho más mundano, pero esto es para mí lo más hermoso de su vínculo. Tifa es en este aspecto mucho más realista que Aeris, que resulta casi celestial. Es fácil identificarse con ella, al igual que lo es con Cloud, pues ambos son tímidos, inseguros (a pesar de poseer habilidades que no tendrían personas normales) y, cuando Kazushige Nojima (guionista) lo hace bien, vamos viendo cómo van logrando salir adelante a pesar de los obstáculos externos y de los demonios internos.

Lamentablemente, así como en varios casos Aeris es recordada meramente por su muerte, Tifa lo es por el tamaño de su «corazón», simplificando a estos personajes hasta el extremo y entrando en batallas sobre cuál es más o menos importante o sobre cuál pinta mejor o peor con Cloud (en un juego que de forma evidente dejaba que el jugador fuera eligiendo según simpatías y hasta como recurso humorístico, a pesar de las estrategias narrativas que hemos mencionado).

Aeris es en definitiva el romance pasajero que te marca, Tifa es la persona que siempre va a estar ahí. Las dos importantes no solo por separado, sino además de forma complementaria.

Cloud y Tifa en la cita de Gold Saucer. Final Fantasy VII

Red XIII, ese gran compañero

Cuando jugué a Final Fantasy VII por primera vez contaba con 13 años. Me alucinaron enseguida los aspectos cyberpunk aderezados de rabiosa actualidad del juego, un tono muy melancólico y personajes arrebatadoramente carismáticos. Sin embargo, poca atención le presté a Red XIII, también conocido como Nanaki.

Con el paso de los años, Red XIII ha sido el arquetipo de personaje que ha ido creciendo en mí hasta convertirse en uno de mis favoritos. Similar a Tifa, en él conjugan una personalidad insegura con arrebatos de falsa confianza (véase cuando lo encontramos en el laboratorio de Hojo frente a la confrontación de su pasado en Cañón Cosmo) bajo una apariencia feroz. No por nada, es la morena quien más «confronta» al animal, intentando a la vez reconfortarlo, cuando todos están sumidos en la tristeza y el temor tras los acontecimientos protagonizados por Cait Sith en Gold Saucer.

Es otro de esos personajes con lo que es increíblemente fácil identificarse (máxime si estás en edad de crecer), ¡pero es que además tiene forma de león/lobo parlante con cola de fuego! ¿Qué puede haber más molón que eso?