Las mujeres en Final Fantasy IX

Las mujeres en los videojuegos, las mujeres en los RPG, las mujeres en Final Fantasy. Son todos ellos temas sobre los que se han escrito (y escribirán) bastante, pero normalmente desde una perspectiva crítica. No es para menos, pues es sabido (pero no lo suficiente) la objetización de la mujer en este mundillo, donde o sirve como complemento del héroe masculino, o está ahí de bonito decorado (normalmente son ambas cosas).

Final Fantasy a veces ha pecado de esto, aunque quizás en donde más ha recurrido la saga es en el error de mostrar a la mujer como clichés de anime: o son moe (Serah), o tsundere (Lightning), o están ahí de relleno secundario que si te pasas la historia sin ella tampoco notas la diferencia (Yuffie).

Sin embargo, también hay que saber valorar cuándo y en qué lo hacen bien, y por eso vamos a hablar de Final Fantasy IX.

En realidad, hay muchas cosas que la novena entrega de la saga hace MUY bien, pero la representación de las mujeres es una de ellas y en la que vamos a detenernos durante un rato. Advertimos, para los que no se hayan pasado esta maravilla, que habrá SPOILERS.

Primero tenemos a la protagonista, Garnet Til Alexandros XVII, también conocida como Daga durante buena parte del juego. Garnet empieza como un modelo femenino no muy esperanzador: es una princesa en apuros que, al poco tiempo de conocer a Yitán (protagonista masculino), le pide que la «rescate»/secuestre para poder salir del castillo. Poco después cae inconsciente y tienes que rescatarla. En fin, un inicio de bostezo y «facepalm» totales.

Pero pronto esto cambia, y por ello debemos agradecer a Squaresoft por haber llevado a cabo uno de los desarrollos de personajes más magníficos y creíbles dentro del mundillo. Tan rápido como Garnet se da cuenta de que está siendo una carga (y NO quiere serlo), empieza a esforzarse por cambiar e intenta valerse siempre por sí misma.

Estos cambios incluyen el más obvio del nombre (no obstante, es una princesa escapada/secuestrada y, por lo tanto, fácilmente reconocible), pero también en la forma de hablar. Sobre todo, intenta desmarcarse en todo momento de lo que los demás (hombres, especialmente Steiner) creen que es más conveniente para ella, con la convicción de que tiene que luchar por lo que considera justo y tiene que hacerlo ELLA.

Otra mujer importante en Final Fantasy IX es la madre de Garnet y la que creemos que es villano principal durante los dos primero CDs: la reina Brahne. Odiada por muchos dentro y fuera del juego (lo cual no es más que la demostración de una muy buena caracterización), la mandataria de Alexandría demuestra ser de armas tomar y no duda ni tan siquiera en deshacerse de su hija con tal de cumplir sus objetivos. A pesar de que esto queda algo ensombrecido por la entrada en escena de Kuja, que nadie se llame a engaño: Brahne es antagonista y como tal cumple con creces su parte… lo que no significa que Garnet deje de quererla por ser su madre.

Y es que Daga, a pesar del cambio TAN drástico que piensa que ha sufrido su progenitora, en ningún momento deja de creer en su recuperación y en la bondad que escondería en su interior, convencida de que todo es producto de Kuja (un hombre), quien la ha corrompido y engañado. En este sentido, resulta especialmente conmovedora la escena de la muerte de Brahne.

Pero la reina de Alexandría no es la única en la ciudad que lleva las riendas. Dentro del ejército, el batallón comandado por la general Beatrix se muestra desde el principio como mucho más competente que el de Steiner (el batallón Pluto) y sus hombres. Hacemos aquí además un paréntesis para hablar de la propia Beatrix, probablememte el personaje secundario más interesante de la novena entrega. Una mujer fuerte, decidida y disciplinada, que sin embargo no duda en llegar a traicionar a la Corona cuando ve que ésta pone a Garnet en peligro. Como nota adicional, nuestros protagonistas NUNCA son capaces de derrotar a Beatrix, sin importar lo mucho que entrenemos o cuántos seamos contra ella sola.

Volviendo a nuestro equipo, Garnet no es la única mujer con forma humanoide (definir las razas en el IX resulta un pelín complicado). También encontramos a Freija, una dragontina, la primera con género femenino de toda la saga; y Eiko, otra invocadora que, debido al exterminio de los suyos, ha crecido y se ha criado sola con ayuda de los moguris. Como vemos, otros dos ejemplos de mujeres fuertes, valientes e independientes (en el caso de Freija su historia está más ligada a la de Flatley, pero no quita los rasgos de su personalidad). Y Eiko es además quien le abre los ojos a Garnet sobre su verdadera identidad y lugar de procedencia. De mujer (o niña, pues además solo tiene 6 años) a mujer.

Si echamos un vistazo por los personajes secundarios, encontramos también buenos ejemplos femeninos. Es el caso de Hilda, la gran duquesa de Lindblum y mujer de Cid, quien, cansada de los flirteos de su marido con otras mujeres, lo maldice y lo convierte en un bicho buri. En el juego, nunca se condenan los actos de Hilda, dando por hecho que ella tenía razón y sus decisiones estaban justificadas, incluso sirviendo para que Cid se arrepienta y pida perdón. Finalmente, el barco volador que usamos en el juego, el Hildagarde, está obviamente inspirado en ella, una mujer.

En el terreno de los genómidos, la raza de Yitán y Kuja, surge un personaje con aspecto femenino que destaca sobre el resto de los de su especie por poseer una personalidad e identidad propias, similar a nuestro protagonista. Su nombre es Mikoto, y fue creada como una versión mejorada de Kuja y del propio Yitán. Nuevamente, una mujer.

No es complicado visualizar, en conjunto o por separado, la importancia que tienen las mujeres en Final Fantasy IX, empezando por Garnet, protagonista del juego y cuya historia es la que mueve los hilos en prácticamente los tres primeros CDs. Quizás exageramos, pero ahora, habiendo regresado a esta maravilla, creemos que es el personaje femenino con el arco argumental mejor construido en toda la saga (seguida de cerca por Terra, Final Fantasy VI). Aeris (Final Fantasy VII) sigue siendo por ejemplo nuestra favorita, pero lo cierto es que su historia no está tan bien llevada (el mismo error que cometen con Sefirot en relación con Kuja), y lo que hacen con ella en la Compilation supone un retroceso en todas las direcciones. Garnet o Daga, en cambio, se mantiene como un constante motor de la narrativa, con su personaje creciendo y madurando de forma creíble y pasando por distintas etapas. Es verdad que necesita que la rescaten en un par de ocasiones, pero, ¿y las veces que la que rescata es ella? Porque sin Garnet, probablemente, Yitán nunca hubiera podido recuperarse de su estado tras la revelación de su verdadera identidad. Y son ella y Eiko, mujeres, las que plantan decididamente cara a Bahamut en Alexandría, al igual que Beatrix y Freija son las que deciden quedarse a enfrentar al ejército alexandrino mientras el resto de nuestro equipo huye (solo más tarde Steiner decide acompañarlas).

En definitiva, Hironobu Sakaguchi, padre de Final Fantasy y muy involucrado con esta novena entrega (aparte de productor, fue el guionista), ha declarado en varias ocasiones dos cosas: que la parte numerada que nos ocupa es su favorita y que es un admirador del trabajo de Hayao Miyazaki. Y todos sabemos que los personajes femeninos son una de las muchas virtudes del director de Ghibli.

P.D.: Los temas musicales de Garnet y de Beatrix («Rose of May»), ambos compuestos por Nobuo Uematsu, merecen de por sí estar en el podio de los podios.

P.P.D.: Sí, nos hemos dejado a Lani y a Rubí, otras dos mujeres que sirven de personajes secundarios repletos de carisma (en el caso de la primera, es además enemiga temporal).

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