Una de cal y otra de arena con la representación femenina en Fire Emblem: Three Houses

Fire Emblem: Three Houses tiene una más que correcta representación femenina entre su numerosa plantilla de personajes, eso es un hecho. Desde Edelgard hasta Rhea, pasando por Catherine, Shamir, Ingrid, Hilda o Bernadetta, por poner solo unos ejemplos. Algunos incluso representan bastante positivamente al colectivo LGBTI (sobre todo la parte femenina, que no puede decirse lo mismo de la masculina hasta la llegada de Yuri; pero eso da para otro artículo). Sin embargo, esta representación no está exenta de claroscuros. Avisamos de que habrá SPOILERS.

Edelgard, buen personaje y líder más dependiente

Edelgard es uno de los personajes más polémicos de Fire Emblem: Three Houses (quizás el que más). Sus decisiones, actos y la deriva que toman los acontecimientos por su culpa (directa o indirectamente) la tornan inmediatamente en alguien interesante y complejo. Representa además a una líder fuerte y decidida… al menos aparentemente.

En realidad, si escoges la ruta Flor Carmesí, se descubre que Edelgard cuenta con numerosas inseguridades, todas ellas reveladas a Byleth/el jugador. Esto hace que Edelgard sea más humana, pero a la vez la jefa de casa más dependiente emocionalmente.

Sí, es verdad que Dimitri también cae en un momento de crisis importante y que Claude cuenta algunos (matiz importante) de sus planes al profesor (o profesora), pero donde el primero te mandaba al carajo y se terminaba recuperando «solo» con ayuda, eso sí, de personajes como Rodrigue, Gilbert o Byleth; Edelgard siempre va a necesitar al jugador. Si no, cae en desgracia o muere. Es importante matizar que Dimitri (aparentemente) no entra en crisis en la ruta de Flor Carmesí, pero Edelgard sí está como perdida en todas las rutas donde no se la une Byleth. Incluso en Viento Glauco, donde apenas hay relación directa con Edelgard, ésta tiene que soltar antes de morir que solo quería estar contigo (el jugador).

Edelgard en Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Nintendo.

Muchos interpretan esto como un romance (y es perfectamente válido); pero yo lo encontraba especialmente incómodo. Razoné que era porque Edelgard es la única líder de casa que es mujer y es la que han hecho (como mujer que es, faltaría más) más emocional y dependiente del jugador. Quizás tenga que ver también con la «cultura waifu«, donde el jugador evidentemente va a percibir (porque es MUY obvio) que esta mujer tan fuerte, cool y poderosa, su «waifu«, va a estar a sus pies.

Quizás por el mismo motivo, Edelgard es la única líder de casa (hasta la llegada de Yuri, otra vez) que puede terminar románticamente junto a Byleth tanto en hombre como en mujer. Dimitri y Claude, si Byleth es hombre, simplemente no es posible, a pesar de que los diálogos y situaciones son prácticamente los mismos en ambos casos.

No solo con el protagonista/jugador, Edelgard es asimismo la líder más vinculada (y dependiente) emocionalmente a su criado. Allí donde Dimitri y Dedue muestran a su vez un estrecho vínculo emocional (que se sumerge en el Síndrome de Estocolmo en el caso del duscuriano), ni Dedue lo sabe todo de su señor, ni está presente durante buena parte de la crisis de éste. En las rutas que no son la de los Leones Azules, Dedue puede llegar incluso a sobrevivir sin Dimitri (caso de narrativas de la iglesia y de los Ciervos Dorados). También duermen en cuartos separados por plantas, ya que pertenecen a distintas clases sociales.

Y esto es ya nada más empezar. Edelgard y Byleth en Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Nintendo.

De Claude no hace falta añadir mucho, pues ni tan siquiera tiene criado. Lo más parecido (en papel respecto a su personaje) sería Hilda, pero la relación entre ellos está construida en tiempos más recientes y es la más equitativa. Tampoco sus aposentos están juntos.

En el caso de Edelgard y Hubert, ambos se conocen desde muy niños, las han pasado putas, Hubert sabe todo de Edelgard (a la inversa no, algo que lamenta la muchacha en sus conversaciones), forma parte activa de todos sus planes (hasta el punto de que ocasionalmente no sabes de quién parten realmente algunas cuestiones), está MUY presente (bastante más que Dedue) en toda la ruta Flor Carmesí y sus cuartos están juntos (se podrían haber separado bajo la excusa de que están divididos por sexos). Sí, somos conscientes de que la idea es mostrar que están muy unidos y que maquinan contra el mundo, pero el que nuevamente sea la única líder mujer la que se muestre más necesariamente asociada a su criado (varón) está ahí.

A pesar de todo esto, Edelgard es muy buen personaje. Una mujer con carácter fuerte y firme (a pesar de las citadas inseguridades ante el jugador) que se las ha tenido que valer casi siempre ella sola para poder cambiar un mundo que le ha sido cruel e injusto prácticamente desde su nacimiento. Y lo que puede llegar a lograr en Fódlan es muy significativo, así como su papel en todas las narrativas del juego (aquí sí, más relevante que sus contrapartes masculinos).

Conviene tener finalmente en cuenta que la ruta Flor Carmesí parece la más incompleta de todas, con 18 capítulos (en lugar de los 21 ó 22 que duran el resto) y arcos que se quedan totalmente abiertos (¿la rebelión de los Vestra? ¿Qué pasa con Arundel? Y no me sirven dos líneas del epílogo). Por eso, es fácilmente comprensible que los arcos de Dimitri o Claude resulten más satisfactorios.

A la búsqueda de un marido

Hay dos personajes en Fire Emblem: Three Houses cuyas historias se centran básicamente en la búsqueda de un buen esposo, y por supuesto ambas son mujeres. Hablamos de Dorothea y Manuela.

En realidad, las dos son muy parecidas en todo, pero pertenecen a generaciones distintas (algo de lo que el guión es consciente). Antiguas divas de la ópera, nacieron en la plebe y tuvieron infancias complicadas hasta que alguien las sacó del mundo de la pobreza por su voz y/o belleza. Como ninguna está ya en la cresta de la ola y «se les está pasando el arroz», deciden alistarse en Garreg Mach con la idea de encontrar un buen partido entre los herederos de la nobleza para que las mantengan el resto de sus vidas. Una como maestra y la otra como alumna.

El problema queda patente cuando son solo personajes femeninos los que muestran esta inquietud u objetivo frente a ninguno masculino. Incluso tenemos a Sylvain, que se permite el lujo de hacer todo lo contrario (desbaratar los planes de las «buscafortunas»). O Yuri, que nació a su vez pobre y pasó una infancia de penurias, nunca expresa (probablemente ni piensa) la necesidad de encontrar una buena esposa que lo mantenga, así se pelee y aleje de su padre adoptivo, el conde de Rowe. Es más, a Yuri le sobra y le basta con su «carisma» para hacerse un hueco entre la nobleza, no como Manuela o Dorothea, a pesar de su evidente popularidad.

Por otro lado, es cierto que estas premisas pueden servir para exponer que, frente a los hombres, las mujeres nunca lo han tenido fácil, sufriendo un escrutinio más concienzudo y exigente por parte de la sociedad. Lamentablemente, en el caso de Manuela, esto es aún más cierto si se considera cómo en el juego muchos critican y juzgan su actitud frente a la bebida y las juergas; pero no se plantea lo mismo con otros personajes como Balthius.

El 90% de lamentaciones de Manuela son sobre por qué no logra encontrar a un buen tipo (y si el fallo está en ella). Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Nintendo.

Bernadetta o el historial de abuso (por ser mujer)

Queremos hacer un hincapié en Bernadetta, pues nos resulta uno de los personajes más fascinantes de Fire Emblem: Three Houses (que tiene una plantilla nada desdeñable). Aquí Intelligent Systems también nos ha dado una de cal y otra de arena.

En una historia donde el 98% de los personajes ha sufrido alguna forma de abuso, Bernadetta es el epítome de todos ellos, algo que se refleja constantemente en su personalidad: agorafobia, ansiedad generalizada y miedo terrible a socializar. Esto, que inicialmente (desgraciadamente) es presentado en el juego con la intención de echarte unas risas o pensar qué demonios le pasa «a la friki esta», se rebela como consecuencia de una vida de abusos por parte de sus padres, especialmente del progenitor.

Éste siempre habría exigido una conducta más que impecable a Bernadetta, ya que como única heredera (y con emblema) debía resultar en una mujer bien casadera y repleta de virtudes. La buena esposa. No es de extrañar, pues, que Bernadetta sea excelente (y disfrute) de tareas como la costura, la pintura o que le gusten las cosas monas. Todos estos eran atributos propios de las (buenas) mujeres nobles de antaño.

El problema mayor viene cuando Bernadetta disfruta haciéndolo sola, pues, con tal de no tener que sufrir las presiones y críticas constantes del padre, se encerraba en su cuarto. La idea era (es) desaparecer. Evidentemente, los abusos vienen principalmente por su condición de mujer, pues (generalmente) a los hombres no se los presionaba tanto para ser buenos maridos, sino más bien excelentes guerreros o gobernantes (ahí tenemos los casos de Sylvain o Caspar). La cosa llega a tal nivel que la madre de Bernadetta ordena que la secuestren y que la lleven (sin su consentimiento) a Garreg Mach.

Atarla todo el día a una silla para que se estuviera callada y quieta, una de las estrategias del padre de Bernadetta para convertirla en la buena (sumisa) esposa. Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Nintendo.

Como Bernadetta debe ser una buena pieza casadera en el tablero de alianzas de Fódlan, su padre no le permite tener amigos plebeyos. Es lo que ocurre en el caso de Yuri, a quien conoce cuando son niños y, siendo una de las pocas personas que es amable con ella, congenian enseguida. Un día, Yuri desaparece repentinamente y se entera de que su padre le ha mandado dar tal paliza que lo han dado por muerto. Bernadetta asume que es por su condición humilde y eso la hace recluirse aún más.

Más adelante ella y el jugador descubren por boca de Yuri que éste en realidad fue contratado para asesinarla por otra familia noble rival, pero llegado el momento no pudo hacerlo por haberse encariñado genuinamente de ella. En ese instante lo descubrió el padre y el resto ya es conocido. Por un momento, parece que el guión pretende justificar los abusos del progenitor en base a que defendió a su hija frente a un asesino y traidor (¡qué nivel!); pero lo cierto es que dicha escena no gira en torno a los actos del padre de Bernadetta, y Yuri ya aclara anteriormente que de culpar a alguien lo haría a Lord Varley y no a su compañera.

Bernadetta llega a superar parte de su agorafobia (especialmente en la ruta Flor Carmesí), pero nunca totalmente, lo que por un lado lo hace creíble (la ansiedad no se cura ni se elimina de un plumazo), pero a su vez triste. Máxime si tenemos en cuenta que, de todos los posibles finales que le han dado a Bernadetta, en la minoría llega a gobernar (es la heredera, al fin y al cabo) o a tener un papel realmente activo. Concretamente, esto pasa únicamente en las conclusiones que comparte con Raphael, Yuri o Edelgard (hasta cierto punto éste último, pues parece más por obligación que otra cosa). En el resto, Bernadetta o bien continúa aislándose, o se resigna y renuncia a su herencia, o sigue fielmente a su «amado».

Lo cierto es que la entrada nos ha quedado demasiado larga. Podríamos seguir hablando sobre cómo hay varias conversaciones entre personajes femeninos donde se habla «de cosas de mujeres», como el intento de volver más femenina a Ingrid (quien nunca se ha fijado en cuestiones como el maquillaje o la coquetería). O de cómo los finales del jugador con personajes femeninos son, en su mayoría, más apacibles (y ellas sumisas) que con los masculinos (algunos incluso pareciera que pasaran de ti, muy duros ellos), simplemente por seguir cumpliendo con determinados roles de género. Quizás para otra ocasión.

Hubert se pregunta cómo es posible que Bernadetta se haya desmayado estando de pie (mejor no saberlo…). Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Nintendo.

Posibles influencias históricas y literarias en los protagonistas de Fire Emblem: Three Houses

Fire Emblem: Three Houses es la última entrega para Nintendo Switch de la franquicia creada por Intelligent Systems y Koei Tecmo donde, en la piel del profesor/a Byleth, eliges dirigir a una de las casas que conforman el monasterio de Garreg Mach, cada una de ellas representada por uno de los máximos futuros dirigentes de Fódlan: Edelgard (Águilas Negras), Dimitri (Leones Azules) o Claude (Ciervos Dorados).

Ya hemos mencionado en nuestra reseña del juego que supone una fusión entre Harry Potter, Juego de Tronos y lo mejor de un JRPG de estrategia. Pero hay además bastante de historia medieval y moderna (europea, claramente). No fiel a la realidad ni mucho menos, no es un Assassin´s Creed; sino en base a posibles influencias para los personajes principales y sus rutas. Avisamos de SPOILERS de Fire Emblem: Three Houses.

Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Dimitri, Hamlet y los reyes daneses

Quizás la obra más popular (sin duda, una de las más famosas) de William Shakespeare es Hamlet, príncipe de Dinamarca. Con múltiples representaciones desde su publicación (se cree que entre 1599 y 1601) y adaptaciones (El rey león entre ellas), narra la historia de un príncipe destronado por su propio tío, quien antes había asesinado al legítimo rey y padre del protagonista, para así quedarse con la corona y la monarca regente. Hamlet empieza a recibir sueños de su progenitor donde le revela que fue asesinado por su hermano Claudio y que debe vengarlo. Consternado, el príncipe aparentemente empieza a enloquecer y empieza a idear la forma de su vendetta.

Es fácil ver a priori las semejanzas entre Hamlet y Dimitri: durante la tragedia de Duscur asesinan a su padre, el rey Lambert, y a toda su familia y amigos. Hasta que cumpla la mayoría de edad, el trono lo ocupa su tío; y Arundel, quien claramente muestra características de villano en rutas de Edelgard y Dimitri, recibe el título de «tío» por parte de ambos. Nunca olvida este acontecimiento, el cual lo atormenta, entre otras formas mediante las visiones del fantasma de su progenitor, quien le sugiere venganza. Finalmente, acude a reclamar su trono. Por suerte, la ruta de los Leones Azules no acaba tan dramáticamente como la obra de Shakespeare, pero los caminos de Dimitri y Hamlet van muy parejos.

Farghus, o lo que conocemos de éste, posee además rasgos en común con países del norte de Europa (Hamlet se sitúa en Dinamarca), como el clima helador o el que sus habitantes sean representados de manera más «burda», y a la vez caballeresca, que sus compañeros de otras casas (no hay más que ver el diseño de Dimitri tras el salto temporal de cinco años). Son como el ideal del vikingo. Curiosamente, nombres de procedencia rusa, como Dimitri, se entremezclan aquí con otros de origen francés (Rodrigue) e incluso español (Felix, Sylvain Jose).

Dimitri en uno de sus momentos chungos. Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Edelgard, Hildegard von Bingen y la reina Isabel

El nombre completo de la representante de las Águilas Negras, Edelgard von Hresvelg, es extremadamente similar al de Hildegard von Bingen, figura femenina relevante dentro de la cultura del siglo XII y reclamada posteriormente como una de las primeras figuras representativas del feminismo (dentro de los cánones de su época, claro está).

Hildegard von Bingen en realidad fue una religiosa, intelectual, científica, naturalista, filósofa, médica y escritora mística que decía recibir visiones desde muy temprana edad. Estas visiones levantaron mucha curiosidad ya durante los años en los que vivió y se ha escrito bastante sobre ellas, sin tener clara su naturaleza (hoy en día parecerían migrañas, según se ha teorizado).

Sea como fuere, Hildegard fue una figura importante en su época, llegando a ocupar el cargo de abadesa y líder monacal durante muchos años y siendo aclamada por hombres y mujeres no solo por las citadas visiones, sino por su intelecto, alto nivel cultural y amplios conocimientos.

Viendo el historial y personalidad de Hildegard (quien por cierto llegó a vivir 81 años, cifra nada desdeñable en la Edad Media europea), más que a Edelgard (Hildegard además nació y vivió en la época del Sacro Imperio Romano Germánico, representado por un águila negra bicéfala), nos trae a la mente al personaje de Rhea, por temas como la espiritualidad, su liderazgo religioso y su relevancia en la sociedad.

Rhea en Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Más allá del nombre, la figura histórica que más nos recuerda a Edelgard es la reina Isabel I de Inglaterra. No hace falta decir que fue una de las figuras más importantes a nivel mundial en el siglo XVI y, a día de hoy, una de las monarcas más estudiadas y queridas en el Reino Unido.

Hija de Enrique VIII y Ana Bolena, al caer su madre en desgracia fue encerrada y apartada del poder por su padre y posteriormente por su hermana. Antes que ella, los herederos al trono eran sus hermanos Eduardo y María. El caso es que ambos reinaron y murieron antes que ella, así que llegó su turno.

Isabel llevó a cabo varias reformas y retomó (y asentó) la senda del protestantismo tras el sangriento y católico reinado de su hermana mayor, de manera similar a como Edelgard se enfrenta (y renuncia) a la iglesia de Seiros, la cual considera cruel, mentirosa y corrupta. Al igual que la monarca inglesa, de personalidad fuerte e independiente (nunca se casó, aunque no le faltaron pretendientes), ambas tuvieron infancias difíciles, encerradas y apartadas de sus familias. Edelgard también accede al trono tras el fallecimiento de sus hermanos.

Hay una figura muy presente a lo largo de la vidad de Isabel I de Inglaterra que nos recuerda a alguien importante en la de Edelgard: hablamos, respectivamente, de Robert Dudley y Hubert.

Dudley e Isabel se conocieron siendo unos niños (llevándose un año de diferencia), ya que a él también lo encerraron al cosiderarlo junto a su familia parte de un levantamiento contra el monarca (de hecho, sus parientes fueron ejecutados). Tras haber crecido juntos, una vez Isabel accede al trono enseguida coloca a Dudley muy cerca de ella, nombrándolo maestro de caballerizas. A decir de las comidillas de la época, eran prácticamente inseparables y surgieron todo tipo de rumores, ninguno de ellos confirmados hasta la actualidad. 

De Dudley también se escribieron ríos de tinta y se llegó a decir de él que era un asesino, un extorsionador y un delincuente… muy al estilo Hubert. No se sabe hasta qué punto esto era real (su primera mujer apareció misteriosamente con el cuello roto en lo que se consideró un suicidio) o mera leyenda negra, pero el caso es que Robert se ganó numerosos enemigos por su posición de poder en la Corte y su cercanía extrema a la reina, a cuyo lado permaneció (broncas aparte) durante casi cuarenta años.

Es fácil ver asimismo aquí las similitudes: Hubert y Edelgard se conocen desde muy temprana edad y en situaciones adversas para ambos. Confiando plenamente el uno en el otro, al crecer ella ocupa el trono y coloca a su amigo cerca en todo momento. Hubert, por su parte, es un ser extraño y siniestro de quien se pueden rumorear fácilmente varias cosas; incluyendo la naturaleza de su relación con Edelgard, puesto que, básicamente, no paran de conspirar y hasta sus dormitorios están juntos en Garreg Mach, lo que se traslada a su final en común.

Hubert y Edelgard, conspirando para variar. Fire Emblem: Three Houses. Intelligent Systems y Koei Tecmo.

Fire Emblem: Three Houses, una aventura estratégica divertidísima con varias posibilidades

Intelligent Systems y Koei Tecmo han lanzado su última entrega, Fire Emblem: Three Houses, para Nintendo Switch por todo lo alto, apostando por una especie de mezcla entre un JRPG de sistema por turnos con sistema de los SIMS, escuela con casas a lo Harry Potter y una trama política muy al estilo Juego de tronos. A priori, la combinación parece una locura; sin embargo el resultado no ha sido más que pura diversión, entretenimiento y, por qué no decirlo, altas dosis de sufrimiento (tanto a nivel jugabilidad en clásico como en relación a la empatía con los personajes).

Como viene siendo habitual en la franquicia, elegimos desde el principio el sexo de nuestro personaje, quien responde al nombre de Byleth, que será desde entonces un avatar del jugador. Se nos ofrecerán distintas posibilidades, diálogos y rutas; hasta el punto de que podremos elegir con qué personajes tendremos mayor afinidad (incluso romance) o cómo se distribuirá y en qué se especializará nuestro equipo. Partiendo de que se deberá decidir a qué casa (Águilas Negras, Leones Azules o Ciervos Dorados) pertenecerá y enseñará el protagonista desde casi el inicio del juego, lo que marcará significativamente el resto del recorrido.

Esto puede generar que inicialmente el jugador se sienta confuso y aturdido por todas las posibilidades que se van abriendo a nuestro paso, pero rápidamente se va cogiendo el tranquillo a todo y uno no puede más que disfrutar, aún incluso preguntándose qué pasaría si se hubiese optado por otra ruta, lo que se traduce en un gran poder de rejugabilidad.

Fire Emblen: Three Houses. Nintendo.

Esta es una de las mayores virtudes de Fire Emblem: Three Houses, su duración, más aún si vamos sumando la de las historias de cada una de las casas (alguna de ellas ofrece incluso más de un desvío). Como es fácil encariñarse con personajes que incluso no pertenezcan a nuestra clase, es fácil cuestionarse qué pensarán o qué caminos estarán recorriendo a su vez. Y eso contando con que una sola ruta por sí sola puede superar fácilmente las 50 horas de juego.

No obstante, esto puede derivar en un pequeño fallo, o mejor dicho, frustración. Y es que si se elige una de las casas lo que se percibe de las otras será mínimo. Hablando claro, si vamos con las Águilas Negras no nos enteraremos muy bien de lo que sucede con Dimitri; y a la inversa si optamos por los Leones Azules o Ciervos Dorados respecto a Edelgard. Como hemos dicho, esto ofrece mucho interés en continuar jugando una vez superada una de las tramas; pero puede causar fácilmente confusión mientras la estamos pasando por primera vez. También supone que no todas las historias encajan igual de bien dentro de la metanarrativa, pues unas se sienten más forzadas que otras teniendo en cuenta que las experimentamos desde el punto de vista de Byleth.

El sistema de batalla supone uno de los grandes puntos de diversión de Fire Emblem: Three Houses. Sigue el estilo estratégico de rol por turnos, lo que puede resultar algo lento para los más acostumbrados a la acción, pero las posibilidades que ofrece aquí son asimismo infinitas. Podremos ir entrenando a los alumnos de nuestra casa y a otros que vayamos reclutando en base a sus especialidades, pero sin cerrarnos la puerta a probar combinaciones más o menos extrañas mediante tutorías, misiones, batallas y actividades grupales.

La exploración del monasterio de Garreg Mach, donde trabajaremos y pasaremos la mayor parte del tiempo, es otra de las virtudes. Recorreremos sus pasillos buscando (y entregando) objetos perdidos y llevando a cabo actividades tales como cocinar, invitar a alumnos y/o compañeros a tomar el té, cantar en el coro o plantar en el huerto, entre otros. Todas estas actividades influirán en mayor o menor grado en la afinidad con el resto de personajes, tanto en relación con Byleth como entre ellos, lo que afectará al desenlace de los acontecimientos.

El apartado gráfico no es precisamente grandilocuente ni tampoco es el objetivo de Intelligent Systems, que por cierto con el desarrollo de esta entrega al parecer se vieron algo apurados. Los escenarios son repetitivos tanto en las batallas como fuera de ellas; aunque se aderezan con algunas cinemáticas de anime bien animadas. Eso sí, los diseños de los personajes, a cargo de Chinatsu Kurahana, son variados y resultones, sumando a su amplio carisma.

La banda sonora, compuesta por Rei Kondoh y Masato Kouda, es a su vez resultona y bastante épica, especialmente en los temas con un sentir más místico, como «The Spirit Dais» o «Edge of Dawn» (éste último tema principal del juego).

En definitiva, Fire Emblem: Three Houses es una muy buena entrega de la franquicia y un excelente videojuego RPG estratégico, que ofrece diversión a raudales a través de un sistema de juego muy variado (una vez se va aprendiendo), una serie de personajes de lo más interesantes y diversas historias bien desarrolladas (aunque unas mejores implementadas que otras).

P.D.: La belleza (inesperada, ejem, Seteth, ejem) de algunos finales por sí sola hace que merezca la pena el juego.

Fire Emblem: Three Houses. Nintendo.