Lo mejor de 2018, el año del anime

Ya ha finalizado 2018 y, de hecho, llevamos casi tres días de 2019. Como llevamos haciendo desde 2016, hemos enumerado lo que ha sido para nosotros mejor del año dentro del sector de fantasía y ciencia-ficción en el cine, manga, anime, series y videojuegos. Sinceramente, hemos tardado un poco más porque siento que este 2018 no ha sido especialmente bueno (en vistas de un 2019 repletísimo de estrenos); aunque eso no significa que haya carecido de estrenos que nos han llegado en mayor o menor medida al «kokoro». Empezamos.

5- Vengadores: Infinity War

Estrenada el pasado 27 de abril, la que se anunciaba como primera mitad del épico desenlace del grupo de superhéroes provenientes de Marvel no defraudó. Con más de 2.000 millones de dólares recaudados y gran aceptación por parte de la crítica (84% en Rotten Tomatoes por parte de la prensa y 91% del público), la cinta se coronó como la mayor agrupación de personajes emblemáticos de la saga, desde Tony Stark (Robert Downey Jr.) hasta Capitán América (Chris Evans), pasando por Spider-Man (Tom Holland), Thor (Chris Hemsworth), Pantera Negra (Chadwick Boseman) o los guardianes de la galaxia, solo por nombrar a unos pocos, sabiendo equilibrar los hermanos Russo el tiempo y la trama para que todos ellos brillen.

Pero es que además Infinity War nos trajo un elemento al que la dupla Marvel-Disney nos tiene poco acostumbrados: un villano carismático y amenazante en la forma de Thanos (Josh Brolin). Si a todo ello le sumamos un ritmo trepidante (casi 3 horas que se pasan en un suspiro) y un final que te deja con los pelos como escarpias, no sale un producto (casi) redondo. Infinity War es simple y llanamente una muy buena película de los géneros fantástico y ciencia-ficción.

Vengadores: Infinity War, Marvel Studios y Disney

Puedes leer aquí nuestra crítica de Vengadores: Infinity War sin spoilers.

4- Octopath Traveler

El videojuego desarrollado por Square Enix y Acquire (mismo equipo que hay detrás de la saga Bravely Default) para Nintendo Switch se nos ha presentado como mejor JRPG («Japanese Role-Playing Game») del año, siendo conscientes de que probablemente este puesto iría para Dragon Quest XI si hubiésemos tenido ocasión de disfrutarlo con más tiempo.

Octopath Traveler nos lleva de vuelta a la esencia de los JRPG de las décadas de 1980 y 1990 con mucha maestría y buen gusto, un apartado artístico precioso, una banda sonora muy emotiva compuesta por Yasunori Nishiki, unos personajes en apariencia atractivos y un sistema de combate ultra adictivo. Lamentablemente, peca de no llegar a profundizar más en una historia que ofrece bastantes más posibilidades que las que acaban explotando (y algún desenlace bastante forzado).

Puedes leer aquí nuestra crítica de Octopath Traveler sin spoilers.

Octopath Traveler, Square Enix y Acquire

3- Bumblebee

Quizás porque la tenemos bastante reciente en el recuerdo, lo cierto es que la última cinta del universo cinematográfico de Transformers nos ha encantado. Desde la banda sonora repleta de temazos de los 80 hasta la emotiva relación que establecen Bumblebee y Charlie (Hailee Steinfeld) y que tan bien saben explotar el guión de Christina Hodson y la dirección de Travis Knight, o la sensación de querer volver a vivir en esos años tras salir del cine, o la del mimo con el que se aproximan a la serie animada de 1984-1987.

Lo cierto es que Bumblebee deja con una buenísima sensación después de haberla visto, más aún teniendo en cuenta que proviene de una saga tan desgastada como la de Transformers.

Puedes leer aquí nuestra crítica sin spoilers de Bumblebee.

Bumblebee, Paramount

2- Violet Evergarden

Ha tenido que venir Netflix a salvar este año con dos estrenos de anime que rebosan calidad por todos sus costados. El primero del que hablamos es Violet Evergarden, desarrollada por el estudio Kyoto Animation (sinónimo de calidad al menos en la animación) y basada en las novelas de Kana Akatsuki.

No solo nos hemos encontrado con una animación HERMOSA (en serio, de lo mejor que hemos podido ver en este aspecto en una serie televisiva), sino también con una historia conmovedora y una protagonista con la que empatizamos desde el primer momento, además de una variedad bastante rica de personajes secundarios. El final del primer episodio ya te deja en un mar de lágrimas. 

Por eso mismo, quizás haya gente a la que le pueda parecer que Violet Evergarden es «pornografía emocional» (en ese sentido, no sería un título recomendado); pero desde luego a nosotros nos ha dejado huella y además te hace pensar sobre la importancia de las palabras escritas, los sentimientos y nuestra capacidad (o no) para entenderlos y comunicarlos.

Puedes leer aquí nuestra crítica sin spoilers de Violet Evergarden.

1- Devilman Crybaby

Netflix también se ha hecho cargo de esta última adaptación al anime que conmemora el aniversario de la emblemática Devilman (Gô Nagai). Solo leer el nombre de Masaaki Yuasa en la dirección ya te lleva a pensar en un título de calidad (o cuanto menos «único»).

Efectivamente, Devilman Crybaby nos ofrece su mayor virtud y pecado en lo extraña que es, siempre siguiendo la trama central de la obra original. Nosotros hemos ido pasando de la perplejidad al espanto y de ahí a maravillarnos en cuestión de segundos y durante varias ocasiones en sus 10 episodios. Pasados sus dos primeros capítulos repletos de sexo y violencia bastante explícitos, lo cierto es que Devilman Crybaby guarda un mensaje bastante complejo y universal sobre la verdadera naturaleza del ser humano como ser racional e irracional y la religión. Akira, Ryô y las dos «Mikis» son perfectos ejemplos de ello.

La animación no podía ser menos y también es «rara» (muy del estilo de Yuasa), pero no por ello carente de genialidad.

Puedes leer aquí nuestra crítica sin spoilers de Devilman Crybaby.

Menciones de honor

Somos conscientes y hemos estado a punto de poner en alguno de los puestos videojuegos que aún estamos gozando como Red Dead Redemption 2 (PlayStation 4) o Pokémon Let´s Go: Pikachu/Eevee (Nintendo Switch). También estamos pendientes de Dragon Ball Super: Broly, que sí se ha estrenado este año en cines de Japón, pero aún no en estos lares (en enero en América Latina y el 1 de febrero en España), y que a todas luces está maravillando a los seguidores de la franquicia creada por Akira Toriyama.

Este ha sido también el año en el que hemos descubierto JOYAS como Made in Abyss, Bungô Stray Dogs o The Legend of Zelda: Breath of the Wild (éste último uno de los mejores videojuegos que hemos podido disfrutar en los últimos años). Pero ninguno de ellos es de 2018.

Bumblebee, nostalgia y personajes carismáticos se unen

La década de 1980 es considerada a día de hoy como una de las mejores en cuanto a contenido artístico se refiere dentro de la cultura pop, que incluye por supuesto a los «blockbuster» procedentes de Hollywood. De esa época son franquicias como Terminator, Alien, Karate Kid, Gremlins, Indiana Jones o Regreso al futuro; películas como E.T., El imperio contraataca, La historia interminable, El club de los cinco o La princesa prometida; personajes femeninos más allá de una superficial estrategia de marketing como Sarah Connor, la princesa Leia o Ripley; series de animación como Dragon Ball, Dragones y mazmorras o Transformers, basada en unos juguetes de Hasbro.

De esta Transformers del año 1984 (y de prácticamente todas las referencias anteriores) es de la que bebe el director Travis Knight (Kubo y las dos cuerdas mágicas) para Bumblebee, en bastante mayor medida que las cintas de Michael Bay (aquí como productor). Y eso se nota en cada segundo del largometraje, tanto en la estructura narrativa de la típica cinta de «chica se hace mayor» (Dentro del laberinto o Los Goonies, por ejemplo, se vienen a la cabeza), como en una inspirada banda sonora que recoge temas de Steve Winwood, The Smiths, A-ha o Duran Duran, entre otros.

Sin embargo, no solo de nostalgia de los 80 vive Bumblebee (algo muy manido últimamente, desde Strangers Things hasta la nueva IT o Guardianes de la galaxia), sino también de un sólido y sensible guión escrito por Christina Hodson y de unos actores, como Hailee Steinfeld (Charlie) o Jorge Lendeborg Jr. (Memo), en estado de gracia (evidentemente, no hace falta hacer mención a la calidad de los efectos especiales, sobre todo en todo lo referente a la expresividad de «Bee»; aunque esta película sea mucho menos artificiosa que las de Bay).

Bumblebee, Paramount Pictures

La historia parte del planeta Cybertron, en plena guerra entre los «Decepticons» y la resistencia «Autobot» liderada por Optimus Prime. En una emergencia, los autobots deciden huir y refugiarse en planetas apartados, eligiendo Bumblebee la Tierra. Allí cae en el año 1987, siendo malherido y perdiendo con ello la memoria y voz. Su único refugio es convertirse en un modelo Escarabajo y esconderse en un taller de chatarra… hasta que es encontrado por Charlie, una joven que acaba de cumplir 18 años y aún de luto por la pérdida de su padre.

Charlie y Bumblebee van estableciendo una relación que es sin lugar a dudas el punto fuerte de la cinta, junto con  la sensación de querer volver como sea a los 80 (o 90, considerada heredera directa de aquélla). En este sentido, Knight, al contrario que Bay, deja la acción de lado, sin olvidarse de ella, para centrarse en el desarrollo personal de unos y otros (aunque uno de ellos sea un alienígena con forma de robot), logrando que empaticemos totalmente con los personajes y que incluso se nos llegue a escapar alguna lagrimilla en un momento dado.

Por ello, Bumblebee se desprende del resto de entregas de la saga cinematográfica de Transformers (de las cuales confieso nunca he sido especial fanática; aunque otros miembros de Fantasy Cloud sí) y se erige como un título más de aventuras y sobre todo de personajes, con Charlie y Bumblebee creando un lazo más especial que el del resto de humanos y autobots vistos hasta ahora (desde luego bastante más que el del susodicho y Sam, interpretado por Shia LaBeouf). En este sentido, la película se acerca más a E.T., el extraterrestre, El gigante de hierro o Cómo entrenar a tu dragón.

Bumblebee, Paramount Pictures

Otro aspecto en el que Bumblee toma lejanía es el de «las mujeres-objeto», esto es, las modelos que son espectaculares, pero que de interpretación poco y nada; y que realmente no aportan mucho a la historia salvo el de ser objeto de deseo del protagonista masculino. Es cierto que las dos últimas entregas de Bay intentaban alejarse un poco de este concepto, poniendo la atención sobre Mark Wahlberg haciendo de abnegado padre, pero el resto de vicios del californiano seguían estando presentes y además se notaba ya un profundo desgaste en la franquicia.

En esta ocasión Steinfeld hace suyo al personaje desde el minuto uno y nos ofrece a una protagonista femenina con la que nos identificaremos fácilmente y que sirve de modelo (y no solo por el físico) para los espectadores más jóvenes, sin necesidad de enseñar más carne de la cuenta (todavía recuerdo los primeros planos de Transformers 3, el horror) y aportando algo sustancial a la trama.

Además, la película gustará casi con toda seguridad a los fanáticos de la serie animada de los 80 de Transformers, ya que como indicábamos al principio es la que más bebe de ésta, tanto en el ambiente como en los diseños de las máquinas. Sirve asimismo de precuela, al explicar el origen de varios aspectos que nos encontramos ya en las cintas de Bay.

Nota: 9 de 10

Cinco títulos que tratan el especial vínculo entre un chico (o chica) y un robot (o alienígena)

Bumblebee (Travis Knight) se estrenará en cines de España el próximo 28 de diciembre y lleva hasta la fecha acumuladas una apabullante mayoría de críticas positivas (94% a día de hoy en Rotten Tomatoes, con un 7,1 de media y un 4 sobre 5 entre el público), lo que la convierte en la cinta del universo Transformers con mejor recibimiento hasta la fecha (algo que tampoco es que sea muy complicado, siendo sinceros).

Las críticas suelen estar de acuerdo en que el gran punto fuerte de la cinta es el vínculo que se establece entre el «autobot» protagonista, Bumblebee, y la joven Charlie (Hailee Steinfeld), algo que hemos visto ya en un buen puñado de títulos de diversa índole, lo que no deja de demostrar que un buen relato sobre amistades y lazos especiales inesperados siempre será bien recibido y generará cierta fascinación por parte del gran público.

Hagamos un repaso de los cinco títulos que ya han tratado este tema y que se encuentran entre nuestros favoritos (sin especial orden de preferencia), teniendo en cuenta que uno de los protagonistas sea un robot o alien (o ambas), como el caso de Bumblebee.

. El gigante de hierro (Brad Bird, 1999)

Este título dirigido por Brad Bird antes de unirse a Pixar supone hoy en día una cinta de culto para los amantes del cine de animación. Basado en la novela El hombre de hierro de Ted Hughes (1968), la historia cuenta cómo el preadolescente Hogarth Hughes se topa accidentalmente con un extraño ser gigantesco y con apariencia de robot en medio del bosque. Ambos van haciéndose cada vez más amigos mientras el Gobierno de los Estados Unidos (que ha detectado la entrada de un objeto no identificado en la atmósfera terrestre) se dedica a seguir sus pasos, ya que el gigante resulta ser un ser venido del espacio.

La película supuso un fracaso en taquilla pero todo un éxito de crítica, especialmente a posteriori, por lo alejado que se mantiene Bird de los tópicos Disney de aquel entonces y por la multitud de referencias a la Guerra Fría y a la literatura y cine de ciencia-ficción más clásicos, sobresaliendo el vínculo que se crea entre Hogarth y el robot.

. E.T., el extratesrrestre (Steven Spielberg, 1982)

Qué podemos decir de E.T. que no se haya escrito ya en multitud de ocasiones. Una de las cintas más comerciales de Spielberg, absoluto éxito de taquilla y también de crítica que, además, no ha envejecido nada mal. Para los que hayan vivido en una cueva. E.T. cuenta la historia de Elliott (Henry Thomas), un niño que vive con su madre, su hermano mayor y su hermanita en una casa típica de la clase media en Estados Unidos y que un día se topa (también accidentalmente, claro) con un alienígena al salir a buscar pizza fuera de su casa. Al principio aterrado, el muchacho se va dando cuenta de que el ser es inofensivo y además posee inteligencia (más avanzada que la humana, de hecho), por lo que decide esconderlo en su cuarto hasta averiguar cómo demonios poder devolverlo a su planeta (ya que se ha perdido). E.T. establece un vínculo de amistad y psíquico con Elliott, lo que le sirve para ir descubriendo más sobre su entorno y que supone asimismo que ambos sientan lo mismo bajo ciertas circunstancias.

Este título de Spielberg nos ha dejado escenas para el recuerdo y que se han establecido en la cultura popular, como la de las bicis volando con la luna de fondo o la popularísima frase «teléfono, mi casa», por no hablar de la banda sonora de John Williams. Un clásico indiscutible.

. Terminator 2: El juicio final (James Cameron, 1991)

De un clásico saltamos a otro, esta vez uno mucho más adulto y con temática y escenas más crudas. Cameron ya se dio sobradamente a conocer (al igual que Arnold Schwarzenegger) con la primera Terminator (1985), creando una segunda parte que se sitúa unos cuantos años atrás de aquélla, con un John Connor adolescente (Edward Furlong) y una Sarah Connor (Linda Hamilton) entre rejas. El muchacho es ahora perseguido por el T-1000 (Robert Patrick), un modelo enviado del futuro mucho más avanzado y letal. Para contrarrestarlo, la resistencia envía a un modelo T-800 para protegerlo, estableciéndose, cómo no, un estrecho vínculo entre el joven y la máquina.

A medio camino entre la ciencia-ficción, la acción y el terror, esta segunda parte logra incluso superar a su antecesora y nos regalo auténticos momentazos. Mención especial se merecen los efectos especiales (que han envejecido estupendamente) la banda sonora de Brad Fiedel.

. Dragon Ball (Akira Toriyama, 1984)

Tampoco podemos escribir mucho sobre la obra magna de Toriyama (y una de las más importantes dentro del género shônen en el manga y anime) que no se haya escrito ya. Planteada como una adaptación bastante libre del relato clásico chino Viaje al Oeste (luego reconvertido más en un Superman a la japonesa), la historia parte de una adolescente llamada Bulma que se topa accidentalmente (cómo no) con un extraño muchacho que responde al nombre de Son Goku (de Sun Wukong, el Rey Mono), criado en el bosque y que ha carecido de contacto social alguno, con la excepción de su fallecido abuelo. Bulma se da cuenta rápidamente de la increíble fuerza del chico y, a pesar de sus rarezas, lo convence para acompañarla a buscar las bolas de dragón, que reunidas invocan al dragón Shenron, capaz de conceder cualquier deseo. De más está decir que Goku y Bulma acaban estableciendo una amistad de lo más entrañable (y duradera) y que él acabará protegiendo a la Tierra de numerosos peligros, aún cuando descubre su verdadera identidad como «saiyan», un ser de otro planeta.

Dragon Ball continúa hoy en día siendo uno de los títulos más populares dentro de todo el mundo del manga y anime, con más de 30 años a sus espaldas y aún produciendo series (Dragon Ball Super) y películas (Dragon Ball Super: Broly, que se estrenará el próximo 1 de febrero en España).

. Chobits (Clamp, 2002)

El grupo de mangakas conocido como Clamp se dio a conocer especialmente a finales de los 90 con sus obras X-1999 y Cardcaptor Sakura. Más tarde llegarían Tsubasa Reservoir Chronicles y su participación en el diseño de personajes de Code Geass. Entre medias, se atrevieron con títulos de diversa índole como Chobits, que mezcla el clásico «slice of life» con elementos de la ciencia-ficción. En ella, un joven llamado Hideki Motosuwa se muda a Tokio, donde numerosos habitantes cuentan con «persocons», robots con apariencia humana y orejas como de gato (por donde establecen la conexión a la base de datos) que sirven de ordenadores y también como compañía. Un día, Hideki se encuentra con una de estas «persocon», con apariencia de chica, tirada en la basura y tapada con vendas. Se la lleva a su casa, donde consigue arreglarla, pero la muchacha solo puede comunicarse diciendo «chii», por eso la bautiza con ese nombre. Poco a poco, Chii e Hideki irán estableciendo una relación que va más allá de la clásica entre humanos y máquinas y que lleva a pensar hasta qué punto los robots son incapaces de desarrollar sentimientos.

A pesar de que el manga y anime tienen su propio género protagonizado por robots («mechas»), normalmente pilotados por jóvenes, lo cierto es que Chobits explora un terreno algo más íntimo y que no se centra en las clásicas batallas entre máquinas y «kaijus» (monstruos gigantes), narrando otro tipo de relación establecido entre robots y humanos.

Por supuesto, nos dejamos muchos títulos en el tintero, incluyendo varios que versan sobre amistades o vínculos inesperados que no son necesariamente con robots y/o alienígenas, como El viaje de Arlo, Cómo entrenar a tu dragón, The Last Guardian, entre muchos otros. ¿Vosotros con cuáles os quedáis?