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Japoneando Anime: Bleach

En realidad, la decisión de dedicar esta entrega de Japoneando Anime a Bleach vino a última hora, debido a la finalización de dicho manga (y deberíamos puntualizar que esta entrada sería más bien un «Japoneando Manga«, ya que el anime de Bleach se canceló hace años). Pero comencemos…

Bleach es la obra de Tite Kubo, quien ha estado hasta quince años dedicándole su tiempo y esfuerzo (concretamente, desde el 2001 al 2016), llevando en total más de 66 volúmenes (tankôbon 単行本) recopilados. La adaptación al anime fue llevada a cabo por el estudio Pierrot desde el año 2004 al 2012 y consta de un total de 366 episodios.

¿De qué trata Bleach? Ichigo Kurosaki es un estudiante adolescente que reside en Tokio junto a su familia y que lleva una vida aparentemente normal. Sin embargo, Ichigo posee una extraña capacidad: puede ver las almas de los muertos. Un día se encuentra con un extraño monstruo y una chica vestida con un kimono negro: es una shinigami (死神), un dios de la muerte. Debido a los incidentes causados por el bicho (que después conoceremos que se trata de un hollow), la mujer shinigami se ve obligada a traspasarle sus poderes a Ichigo. Y así comienzan un sinfín de aventuras y batallas que juntan la vida terrenal con el más allá, y en donde habrá cabida para un sinfín de personajes de todo tipo y condición (desde los amigos de Ichigo hasta el resto de shinigamis o Sociedad de Almas, pasando por los arrancar, quincies y demás).

bleach 4

En su punto álgido, el éxito de Bleach llegó a ser tal que se la solía comparar con las otras dos grandes top en ventas de la Shônen Jump (revista donde se publicaba): Naruto y One Piece. En el 2009, por ejemplo, fue la tercera serie más vendida en Japón, justo por detrás de las dos susodichas. Sin embargo, Bleach no supo o no pudo aguantar el ritmo, y poco a poco fue decayendo hasta pasar por la cancelación del anime (en el 2012) y del propio manga (hace un par de semanas). ¿Por qué ha podido ser esto?

Relación entre mangakas y editores: entre el amor y el odio

Es bien sabido por los que llevamos años siguiendo este mundillo que la vida del mangaka (漫画家 dibujante de manga) de éxito no es fácil. Firman contratos realmente estrictos con las editoriales, donde se pueden llegar a incluir cláusulas que van desde lo más habitual (número de páginas, fechas de entrega, etc.) hasta lo más controlador (el mangaka de éxito no puede ser pillado viendo escaparates de dudosa moralidad, por poner un ejemplo). Las fechas de entrega, sobre todo, suelen ser bastante cortas (para todo lo que hay que realizar), ya que las tiradas de más éxito suelen ser publicadas en la Shônen Jump, cuya periodicidad es semanal. Por ello, gran parte de mangakas cuentan con la ayuda de uno o varios asistentes, que pueden llegar a desarrollar tareas de todo tipo (desde planificación de la obra y trato con el editor hasta dibujar solo determinado tipo de cosas, como maquinaria o vegetación). Aclamados mangakas de la actualidad, como Eichiro Oda (One Piece) o Nobuhiro Watsuki (Rurouni Kenshin) iniciaron sus andaduras siendo asistentes de otros mangakas veteranos.

tite kubo

Tite Kubo y sus obras

En el caso de Tite Kubo, su carrera al parecer no comenzó como asistente, sino con una pequeña obra de título Zombie Powder. Debido a que no tuvo el éxito necesario y a que la consideraron demasiado violenta, terminó siendo cancelada. Entonces comenzó Bleach. Con el caso de esta serie, tenemos algo curioso: tiene un ritmo MUY distinto en las diferentes sagas que la componen. Por ejemplo, la saga de la Sociedad de Almas (para la mayoría, la mejor de todas) posee un ritmo dinámico, donde descubrimos nuevos lugares y conocemos a los personajes, que van creciendo ante nosotros. También tiene grandes dosis de acción, pero sin llegar a saturar. Es, en definitiva, una narrativa (al más puro estilo shônen, claro) equilibrada. Llegamos al arco argumental de Hueco Mundo, y las batallas van alargándose más, pero no por ello los personajes quedan perdidos en un fondo del que nunca volveremos a saber (hay excepciones, claro, como Grimmjow o Szayel, personajes que serán retomados años más tarde). Y, amigo, llega la saga de los quincy. Para entonces, Bleach ya había ido perdiendo progresivamente interés, pero con este arco argumental directamente todo se va al carajo: batallas eternas una detrás de la otra y casi cero interacción entre los personajes. Hay escasos momentos como lo de Nemu y Mayuri en los que parece que Bleach retoma su esencia, pero duran poco (y, además, Mayuri nunca fue uno de los personajes principales). El desdibujamiento de prácticamente todos los personajes, en favor de mostrar nuevas técnicas (sin mucho sentido) y transformaciones, llega hasta tal punto que Rukia e Ichigo (los dos protagonistas) pueden pasarse capítulos y capítulos sin dirigirse la palabra. Imaginaros en ese sentido a Dragon Ball y a Vegeta y a Goku, que llevan años sin cruzarse. Es más, Vegeta lleva tres años sin aparecer más que en dos viñetas. Impensable, ¿verdad? Pues a ese punto había llegado Belach.

Pero, siendo justos, Bleach nos ha regalado grandes momentos en el pasado: la revelación de Aizen, el juicio de Rukia, sus recuerdos de Kaien, el final de Ulquiorra… En definitiva, grandes momentos protagonizados por personajes bien desarrollados, que quedarán siempre en el recuerdo de los lectores. ¿Qué había pasado entonces con ESE Tite Kubo?

Muchos creen haber hallado la respuesta en la editorial (en este caso, Shûeisha). Todo mangaka tiene a un editor que sirve de vínculo entre su trabajo y la editorial. El editor puede llegara involucrarse más o menos en los resultados de la obra, hasta el punto de llegara cambiarlo todo. Algunos editores llegan a ser verdaderos colaboradores de los mangakas, y otros en cambio pueden convertirse en su peor pesadilla. El ejemplo más famoso es el de Akira Toriyama (autor de Dragon Ball). Toriyama, acostumbrado a realizar historias cortas, quiso poner punto final a su serie en varias ocasiones, pero la editorial, debido al enorme éxito alcanzado, lo presionaba para seguir. El mayor cambio llegó con Dragon Ball Z (titulada así en el anime, no en el manga), cuando llegó otro editor (de Torishima Kazuhiko pasó a Yû Kondô) y éste ideó que, para que la serie alcanzase todavía más popularidad, la historia se orientase más hacia la acción y adquiriera tonos más dramáticos. El culmen llegó con la saga de Cell, donde Toriyama se vio obligado a cambiar los diseños de los androides hasta tres veces (C19 y C20 eran «un gordo y un viejo», C17 y C18 «unos críos», y Cell pasó de «tener aspecto de bicho deforme» a «cara de idiota»), llegando a improvisar semana tras semana. El hartazgo de Toriyama llegó hasta tal punto que, una vez pudo finalizar Dragon Ball con la saga de Boo, no quiso volver a hacerse cargo nunca más (Dragon Ball GT es un producto exclusivo de Toei y en las sagas y películas posteriores su papel se ha visto limitado a supervisar diseños y ayudar en la elaboración de los guiones, pero poco más).

En el caso de Tite Kubo, parece bastante obvio suponer que el editor ha debido de tener algo que ver en los cambios de ritmo y hasta de narrativa. También cabe la posibilidad de que Kubo se hubiera hartado de su obra, al más puro estilo Toriyama, y ya no supiera qué hacer. Pero al menos Toriyama supo darle un «final» (que no es tal) más que digno a Dragon Ball. En cualquier caso, la relación entre editores y mangakas no siempre es fácil (por no hablar de las veces en que el mangaka, probablemente superado por la presión, «desaparece» o se «enferma» cada determinado tiempo). Un manga y anime (bastante recomendable, por cierto) que trata muy bien las vicisitudes de este mundillo es Bakuman (Tsugumi Ôba y Takeshi Obata).

En definitiva, que como lectora que he sido de Bleach desde hace años (concretamente, desde la primera aparición de Ulquiorra y Yammy), el giro que tomó Bleach tras la saga de Hueco Mundo me entristeció bastante. También me decepcionó, por qué no decirlo. Pero hay que procurar quedarse con lo bueno: con los inicios de la relación entre Ichigo y Rukia, con toda (TODA) la saga de la Sociedad de Almas, con personajes realmente carismáticos y cuidados diseños (Gin… Gin y su final es otro de esos MOMENTAZOS). En cuanto al anime, nos hubiera gustado comentar más sobre la simbología y mitología habida tras la figura de los shinigamis en Japón, también con su concepto del «más allá», pero bueno, probablemente para otra ocasión. Y su banda sonora… cómo no recordar su banda sonora. Hasta siempre, Bleach, te recordaremos por lo que pudiste llegar a ser.

https://www.youtube.com/watch?v=UFGHBiRjy5M

Esos finales desesperantes… (y malos)

O finales desesperadamente malos. Porque, ahora que Bleach ha terminado, un año y medio más tarde que Naruto, lo normal es que todo el mundo esté hablando de su final. Pero, en este caso, parece haberse sumado lo decepcionante que ha sido. Pero el manga de Tite Kubo no ha sido el único. ¿Qué otros finales desastrosos recordamos? Por supuesto, avisamos de que habrá SPOILERS.

Lost/Perdidos (2004-2010)

Para muchos, la serie de televisión que dio inicio al fenómeno de seguimiento de masas, redes sociales y foros incluidos, con merchandising añadido y locas teorías y debates que nos dejaban sin dormir. Todo ello terminó un 23 de mayo del 2010.

Como muchos recordarán, Lost trataba sobre una serie de supervivientes de un vuelo que se había estrellado en medio de una isla. Allí, no solo tendrían que preocuparse por sobrevivir, sino también por la multitud de fenómenos y sucesos extraños que iban ocurriendo (desde osos polares aparecidos de la nada hasta misteriosas personas que raptaban niños). Seis temporadas más y la serie tenía tantas incógnitas abiertas como para llenar páginas y páginas enteras en los foros de internet. Y claro, el final no pudo satisfacer a todos. O más bien, no satisfizo a casi nadie. ¿La isla era un purgatorio? ¿Se salvaban todos menos Jack (y el perro)? ¿Era todo un sueño de Antonio Resines? ¿Por qué Hurley no adelgazaba, si en la isla apenas tenían comida para todos? Por suerte, siempre nos quedarán Desmond, Benjamin Linus (hasta las 5ª temporada) y grandes momentos. «Not Penny´s Boat«.

lost-final

Rurôuni Kenshin (1994-1999)

Uno de los shônen (manga para chicos adolescentes) más emblemáticos de la década de 1990 es este sobre un samurái vagabundo que huye de su pasado y que en el camino va encontrándose con otros samuráis, niños aprendices, ninjas y todo lo que se te pueda ocurrir sobre el Japón feudal (aunque en realidad estaba ambientado en la segunda mitad del siglo XIX, en la Era Meiji). El manga de Nobuhiro Watsuki, más conocido como El guerrero samurái en España, o Samurai X en Latinoamérica, nos dejaba a todos clavados en el sofá y con ganas de más.

Y llegó el final. Un final que variaba entre el manga, el anime… y los OVAs. Porque, veamos, el final del manga y del anime estaba bien, dejaba a los personajes felices y comiendo perdices. Kenshin por fin había logrado dejar atrás su pasado y asentarse con la insoportable de Kaoru. Pero los OVAs, ay amigos los OVAs…

Los OVAs de Rurôuni Kenshin siempre han intentado tener un estilo más realista y contemplativo que el de la serie. Algo que lograron, especialmente en esa maravilla que es Tsuiokuhen, donde se narraba el pasado de Kenshin, alejándolo de enemigos que parecían sacados de Marvel y de batallas con saltos y efectos imposibles. Debido al éxito de éstos, el Studio DEEN (encargados de su desarrollo) quisieron más y llevaron a cabo la segunda serie de OVAs de Rurôuni Kenshin, con el título Seisôhen (Final). Siguiendo el estilo realista de Tsuiokuhen, aquí nos muestran a un Kenshin envejecido, enfermo y cansado. Además, sufre el rechazo de su hijo Kenji por haberse sentido abandonado. Kaoru tampoco es que haya visto mucho a su marido en los últimos años, ya que éste se habría dedicado a viajar asistiendo a enfermos de lepra. En definitiva, todo un drama que acababa con los buenos y alegres sentimientos que dejaban el anime y el manga. Los fans prefieren en su mayoría hacer como que nunca existió.

Kenshin-Seisouhen

Cómo conocí a vuestra madre (2005-2014)

La que fuera anunciada como «la sucesora de Friends» (y al final no llega ni a la mitad) acaba teniendo, probablemente, el final más trolleante de todos los tiempos. O quizás sea el título lo más trolleante de todo.

Ted Mosby le cuenta a sus hijos, a través de flashbacks, cómo conoció a su madre. En realidad, es todo un pretexto para narrarnos historias sobre él y su grupo de amigos compuesto por Marshall, Lily, Robin y Barney. ¿La madre del título? Bien, gracias. Aparece durante los tres últimos capítulos y se muere en seguida de cáncer. Al final, todo era un pretexto para que un viudo Ted pudiera conseguir la aprobación de sus hijos y pedirle volver a salir (ooooootra vez) a la «tía Robin». Vamos, que sí, como Rachel y Ross, pero aún más cansinos. Por no hablar de que en el mismo y último capítulo nos cuentan cómo el aclamado matrimonio entre Barney y Robin (dedicaron TODA una temporada a su boda) se rompe en cuestión de minutos, Barney tiene una hija y Lily y Marshall… ya ni me acuerdo de Lily y Marshall, entre tanta información colada de golpe y a ritmo frenético (volvemos a repetir: el resto de la temporada la habían centrado en UNA boda).

como conoci a vuestra madre

X-1999 (1997- Hasta el infinito y más allá)

Tenemos que incluir este manga de Clamp, sí, sobre todo porque NO tiene final. Así, como se lee, lleva desde el año 1997 dando vueltas y con 18 tomos publicados. Pero, por algún extraño motivo que nunca conoceremos (se habla de enfrentamientos con la editorial, censura, que las Clamp habían perdido el juicio…) el final nunca salió (y eso que se percibe en la lectura que ya habían alcanzado el último tramo en la historia).

En fin (nunca mejor dicho), ¿de qué va esta obra del aclamado grupo de autoras? Pues sobre el fin del mundo, que llegaría en el año 1999 (milenarismo). Así, se forman dos grupos: los Dragones del Cielo (que creen en una convivencia pacífica entre la humanidad y la naturaleza) y los Dragones de la Tierra (que creen que la humanidad debe ser erradicada de la Tierra). En medio de todos ellos, y el que parece tener la clave para que uno u otro salga victorioso, se encuentra Kamui, un adolescente aparentemente normal y que solo parece buscar la protección de sus amigos de la infancia, Fuuma y Kotori.

Aunque salió una película que narraba (a toda pastilla) los acontecimientos de la serie, y tenía un final lo más traumático posible, y un anime con una conclusión algo más agridulce, lo cierto es que el manga quedó totalmente inacabado. Los fans todavía siguen esperando a que, un día de estos, las Clamp retomen su manga X.

Kamui_fuma

Bleach (2001-2016)

De no haber sido por este manga de Tite Kubo, no habría surgido el realizar este breve recopilatorio, por lo que hemos de dedicarle al menos un espacio.

Ichigo Kurosaki es un adolescente con la habilidad de ver muertos. Un día se topa en su camino Rukia Kuchiki, una shinigami (dios de la muerte) que se ve obligada a traspasarle sus poderes. A partir de ahí, se verán envueltos en numerosas aventuras (shônen) con otros shinigamis, hollows, quincy, arrancar, y todo ser no viviente que se pueda ocurrir. La serie llegó a alcanzar tanta popularidad que, en sus días, se decía que mantenía el podio de la Shônen Jump junto a One Piece y Naruto. Y ayer muchos fans pudimos conocer su último capítulo.

Pero es que menudo último capítulo. Vale que Bleach había dejado de ser interesante hace años (concretamente, desde la derrota de Aizen), pero lo del último capítulo es, es… En fin, mejor que cada uno lo vea por sí mismo. No por nada, se rumorea que a Tite Kubo le han obligado a cancelar la serie, debido a su pérdida de popularidad. Quizás por eso, por la falta de tiempo, no pudo atar todos los cabos que había sueltos. Claro que también cabe la posibilidad de que hace tiempo se le hubiera acabado el interés por su propio manga, y no supiera ni cómo seguirlo (hay otros ejemplos conocidos, como Akira Toriyama con Dragon Ball… claro que al menos Toriyama supo darle un final digno a su serie). Para ir resumiendo, el final de Bleach trata de imitar al de Naruto (Harry Potter también ha sentado precedentes), pero en peor. Al menos en Naruto, Kishimoto no se olvida de personajes como Kakashi o Rock Lee.

bleach 3

Y aquí llega nuestro breve recopilatorio de los finales más desastrosos que recordamos, aquéllos que prácticamente provocan la ruina de todo el resto de la serie. Y vosotros, ¿qué final más horripilante recordáis?