La larga sombra de Tetsuo Shima

Akira es uno de esos títulos que crearon escuela no solo en el mundo de la animación, sino en el cinematográfico en general. Desde hace décadas, Hollywood se ha interesado por intentar llevarla a su terreno, con figuras de la envergadura de Leonardo DiCaprio a la cabeza, sin éxito. Y es que es una obra descomunal.

Nos referimos especialmente al manga, compuesto de un total de seis voluminosos tomos. Su creador, Katsuhiro Otomo, dirigió asimismo la adaptación a anime en formato de película de cerca de dos horas de duración, que evidentemente no lograba condensar toda la trama que aparecía (y aparecería) reflejada en el papel. No obstante, corría el año 1988 y los cines de medio mundo colocaron en su cartelera uno de los primeros grandes ejemplos de animación que no iba dirigida a infantes.

La historia de Akira se sitúa en una distopia donde Tokio ha sido arrasada por una explosión nuclear, dando así lugar a la ciudad Neo-Tokio, urbe corrupta donde prosperan las bandas callejeras y motoristas. A una de ellas pertenecen los jóvenes Kaneda Shôtarô y Tetsuo Shima, huérfanos (aparentemente) y amigos desde la infancia. Un día, Tetsuo choca contra un misterioso niño con cara de anciano, a partir de lo cual es localizado y raptado por el ejército, experimentando con él. Tetsuo comienza a despertar así poderes inimaginables.

Es fácil creer inicialmente que el Akira del título son Kaneda o Tetsuo, pero nada más lejos de la realidad (especialmente en el manga, donde el personaje que da nombre a la obra tiene bastante más presencia). Es cierto, no obstante, que a Tetsuo se lo compara inicialmente con el susodicho, debido a que el despertar de sus poderes recuerda a los que tuviera aquél. La cinta cierra con la famosa frase «yo soy Tetsuo», lo cual es un fuerte indicador.

El nihilismo como bandera

Akira es una obra bastante nihilista, si bien finaliza con un rayo de esperanza (literal y metafóricamente). El personaje que mayormente representa dicho nihilismo, frente al idealismo y heroicidad de Kaneda (hasta cierto punto, pues en una obra tan nihilista hasta el que hace de héroe es algo cafre), es Tetsuo.

Tetsuo destruye, es una fuente de poder prácticamente infinita y descontrolada que solo deshace a su paso, incluso cuando no quiere hacerlo.

En este discurrir de destrucción se nos presenta una sociedad quebrada, harta, con manifestaciones e intentos de revolución de por medio y pretensiones de rupturismo. El manga de Akira comenzó a realizarse en 1982, década en la que Japón todavía nadaba en una abundancia económica que comenzaba a mostrar sus grietas.

Pero no solo en Japón, sino en todo el mundo occidental se respiraba nihilismo en la juventud. Las protestas de 1968 estaban aún recientes en el imaginario colectivo, así como el abuso de drogas y alucinógenos con los que se buscaban nuevas experiencias y manifestaciones artísticas. Unido a un auge del movimiento neoliberal en lo económico y un consumismo cada vez más exacerbado, se iba diluyendo el significado de las cosas. Lo que servía para hoy, o incluso en un instante, quizás no lo haría para mañana.

Akira (1988) de Katsuhiro Otomo

Hay una maraña de gente que sigue fielmente a un desatado Tetsuo; en el manga incluso tiene secuaces. Ni tan siquiera saben realmente lo que quiere (pues solo destruye), ni lo conocen (Tetsuo está lejos de ser un líder carismático a lo Lelouch Lamperouge, ni lo persigue), pero se ven atraídos por ese fin aparente del status quo.

Es por esta cuestión nihilista por lo que Akira como obra y Tetsuo como personaje han envejecido tan bien, pues en pleno 2021 seguimos básicamente en la misma tendencia: juventud nihilista, consumismo aún más exacerbado, vivencias que perduran instantes en nuestra mente.

Tetsuo y Kaneda, Vegeta y Goku, Bakugô y Deku

Es Tetsuo también el protagonista (porque lo es, aparte de Kaneda) cínico y sensible frente al mucho más simple y heroico (dentro de los cánones que presenta Otomo) Kaneda. Cabe decir que Tetsuo es un personaje que expone características mucho más éticamente dudosas, pero que sin embargo posee una gran popularidad.

Esto de presentar a dos protagonistas contrapuestos, con uno de ellos tornándose incluso a la vez en antagonista, es uno de los tropos clásicos que más se han ido repitiendo en el shônen y que de hecho ya aparecía en una conocida obra anterior a Akira, que es el Devilman de Gô Nagai, con Ryô Asuka y Akira Fudô.

Sin embargo, y a pesar de que Ryô ha servido claramente de influencia en personajes posteriores como Griffith de Berserk y probablemente Lelouch de Code Geass; creemos que la influencia de Tetsuo en la cultura pop japonesa posterior ha sido incluso más pronunciada.

El ejemplo más esclarecedor que se nos viene a la mente es Vegeta de Dragon Ball, principalmente por el diseño y apariencia general del personaje (la frente ancha y pelo en punta son rasgos característicos de Tetsuo, especialmente cuando alcanza el cénit de su poder). Además, el color base de Tetsuo, al igual que es de Vegeta, es el azul frente al rojo de Kaneda/Goku (exceptuando la famosa capa que se coloca en su ataque de megalomanía). Y Kaneda lo llama «canijo».

Las personalidades de Tetsuo y Vegeta son también muy similares: complejos de inferioridad (dirigidos especialmente hacia el héroe) disimulados con arrogancia, momentos de cierto patetismo que se ven eclipsados por otros mucho más cool, problemas de contención de la ira.

Es cierto que en la trama argumental inicial de Vegeta se percibe más notoriamente la influencia del general Zod de Superman, y en su diseño pudo tener algo que ver asimismo el Feyd-Rautha Harkonnen interpretado por Sting en la Dune de 1984 (el creador de Dragon Ball, Akira Toriyama, siempre ha sido un declarado fan del cine de Hollywood); pero las similitudes con Tetsuo son innegables.

En el manga de Akira, cuando Tetsuo alcanza más poder su pelo no solo crece y se pone en punta, sino que se vuelve dorado o blanco, lo que pudo haber servido también de influencia a Toriyama para la creación de su super saiyan (sin olvidar que en la leyenda del rey mono este personaje ya tornaba su pelaje en dorado cuando se volvía más fuerte, siendo la base general de Dragon Ball).

El autor que sí ha confirmado la influencia de Tetsuo para la creación de su personaje Katsuki Bakugô ha sido Kôhei Horikoshi (My Hero Academia). Evidentemente, Bakugô es a su vez muy similar a Vegeta y de nuevo repite los patrones de deuteragonista con complejo de inferioridad frente al héroe (en este caso Deku), arrogancia y problemas de contención de la ira. En este caso incluso se muestra un vínculo entre los dos personajes principales que se remite a la infancia (en el caso de Vegeta y Goku en cambio el príncipe saiyan hace acto de presencia cuando el protagonista ya es adulto).

Otro reconocido mangaka que ha comentado cómo le inspiró la obra de Otomo ha sido el creador de Naruto, Masashi Kishimoto, quien dijo quedar prendado en su juventud cuando vio el cartel de Kaneda caminando hacia su moto.

Si bien Sasuke Uchiha se aleja algo más en sus rasgos definitorios de Tetsuo, de nuevo hallamos el color azul de base frente al rojo (en este caso naranja) del héroe Naruto. Y, claro está, aquello del amigo del protagonista que se torna en antagonista.

De más está decir cómo todas estas obras y autores se han inspirado entre ellas, pues Dragon Ball fue asimismo un referente para Naruto, que a su vez lo fue para My Hero Academia. Pero el origen (bueno, el origen más popular, mejor dicho) lo encontramos en Tetsuo Shima.

Nos dejamos para el final de esta entrada otro conocido personaje, muy popular en tiempos recientes, que es Eren Yeager de Attack on Titan. Frente a su idealista y altruista amigo de la infancia Armin, Eren aparece como un joven casi siempre enfadado, acomplejado (especialmente frente a Mikasa), impulsivo y arrogante que acaba obteniendo un enorme poder, clave para el desenlace de la trama. Pues eso, el efecto Tetsuo, con el nihilismo como bandera todavía en plena forma.

Tetsuo y Kaneda (Akira) ilustrados por Masashi Kishimoto

Hitomi Odashima (My Hero Academia): «Cada vez hay más mujeres trabajando en la animación»

La última edición de Japan Weekend Madrid se celebró el pasado mes de febrero, contando con invitados de la talla del director de Mushishi, Hiroshi Nagahama; o de la directora de animación y diseñadora de personajes de My Hero Academia (Boku no Hero Academia, 僕のヒーローアカデミア), Hitomi Odashima, a quien tuvimos el honor de entrevistar y quien además respondió a varias preguntas de los asistentes mientras realizaba en directo una ilustración exclusiva protagonizada por Bakugo y All Might.

Odashima es uno de los ejemplos de mujeres que trabajan en el mundo de la animación japonesa, donde ocupa asimismo un puesto de responsabilidad. Por suerte, no es la única.

«Hoy en día hay más mujeres en el mundo del anime», nos ha asegurado. «Por ejemplo en el caso de My Hero Academia hay actualmente más mujeres que hombres trabajando».

Odashima estudió diseño y empezó trabajando como diseñadora de muebles y objetos. Empezó a trabajar en el mundo de la animación como diseñadora de personajes y de vestuario, por ejemplo en Digimon Adventure Tri. o en Ao no Exorcist.

«En My Hero Academia es la primera vez que trabajo de forma más general y con más responsabilidades, por lo que experiencias anteriores me han ayudado mucho», ha comentado.

Trabajar en My Hero Academia le ha aportado además muchas experiencias, como venir a otros países, siendo esta la primera vez que visita España.

Hitomi Odashima sosteniendo la ilustración realiada para Japan Weekend Madrid 2020 de My Hero Academia

Precariedad en el mundo del anime

Últimamente son más las voces que se alzan contra las condiciones laborales en el mundo de la animación japonesa, donde salarios bajos y el exceso de horas extra parecen estar a la orden del día.

«Es cierta la precariedad laboral en el anime, ya que la gente que empieza a trabajar tiene que dejarlo por no ganar suficiente dinero para vivir», ha contado Odashima, quien ha añadido que le «apena porque no pueden dedicarse a lo que les gusta y son jóvenes promesas». El gobierno va cambiando las condiciones de trabajo, por lo que esperan que la situación mejore, aunque es complicado y no esperan que sea a corto plazo.

A pesar de estas condiciones, la calidad en la animación en un anime (de larga duración) como My Hero Academia es notoria, lo que Odashima achaca a la pasión que todos ponen en el proyecto, «por eso lo sacan adelante». «Mantener la comunicación dentro del equipo» es asimismo esencial.

El proceso para animar cada episodio es de hecho realmente complicado, pero está a su vez perfectamente estructurado. Tal como nos ha contado, hay un plan estudiado (realizado por el productor) por cada capítulo dividido en secuencias, por lo que cada equipo de animación se encarga de un corte o secuencia. Hay varios cortes para una o dos personas,; luego se pasa a otro equipo para ponerlo en movimiento. Primero hacen el dibujo estático el equipo de arte conceptual y luego lo pasan a movimiento en el equipo de animación.

Diseño de Katsuki Bakugo realizado para el anime de My Hero Academia (Boku no Hero Academia). Estudio Bones.

Tras esto, envían el trabajo realizado al director de animación, quien le da el visto bueno o indica qué han de modificar o corregir. Después viene la edición y finalmente la publicación. Normalmente hay dos equipos (unas 300 personas) trabajando simultáneamente en cada episodio, que se complementan para sacarlo adelante en un período de tres meses (que puede verse prolongado a seis).

Normalmente cada episodio es terminado solo unas horas antes de la emisión. «Es realmente estresante», ha indicado Odashima. A veces se tiene que volver a dibujar todo a tal como lo quiere el director. Muchas veces no llegan a tiempo.

Bakugo es su personaje favorito de My Hero Academia

Odashima, cuyas inspiraciones provienen sobre todo de títulos como Fullmetal Alchemist o Naruto, se alegró mucho al empezar a trabajar en la adaptación a anime de My Hero Academia, ya que «el manga original es muy interesante».

Dentro del variado y enorme plantel de personajes que desfilan por la obra de Kôhei Horikoshi, Odashima se queda con Bakugo y con Mineta «porque es muy fácil de dibujar».

El momento que más les costó animar fue la pelea de Deku contra Overhaul. «En el estudio costó mucho animar esa lucha debido a que fue muy complicado dibujar todos los músculos del villano», ha añadido.

Por el contrario, el sexto ending, protagonizado por Erin y dirigido por ella misma, le supuso una experiencia de lo más gratificante.

Para el futuro, nos ha asegurado que le gustaría trabajar dirigiendo otro ending, un cortometraje, un videoclip o un anuncio.

Imagen del sexto ending de My Hero Academia (Boku no Hero Academia), dirigido por Hitomi Odashima. Estudio Bones.