Final Fantasy VII Remake: el bueno, el feo y el malo

Final Fantasy VII: Remake salió a la venta el 10 de abril, por lo que han pasado más de tres meses desde que pudiéramos disfrutar el regreso de Cloud, Tifa, Barret, Aeris y Avalancha en una recreación que llevaba años siendo solicitada por sus seguidores. ¿El resultado fue el esperado?

A grandes rasgos, sí, y así lo han demostrado por ejemplo las encuestas llevadas a cabo por Base Avalancha. Sin embargo, evidentemente, ni es perfecto ni puede llover a gusto de todos.

Resumiendo, Final Fantasy VII: Remake recupera la parte dedicada a Midgar del Final Fantasy VII original y la amplía, con matices, situaciones y rincones nuevos gracias en buena parte a la tecnología actual de la PlayStation 4. Se ha retomado a parte del equipo de desarrollo original, como Tetsuya Nomura (ahora director), Yoshinori Kitase (ahora productor), Motomu Toriyama (ahora subdirector) o Kazushige Nojima (sigue siendo el guionista principal). Sin embargo, hay nuevos rostros y generaciones, así como grandes ausencias (la más evidente, la de Hironobu Sakaguchi) que también se notan.

Final Fantasy VII Remake: el bueno

Todos estos años de arduo trabajo (porque se nota que ha sido duro) han dado como resultado un primer juego en este proyecto al que han denominado «Remake» (abordaremos esto más adelante) que, visualmente hablando y a grandes rasgos, es muy bonito, sobre todo en lo referido al diseño de personajes, tarea que ha recaído sobre Roberto Ferrari a partir de los originales de Nomura.

Estos tres siguen siendo maravillosos. Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Los personajes eran uno de los puntos fuertes de Final Fantasy VII, y es que todo el mundo que lo ha jugado (o a algún título de la Compilación) aún recuerda a Cloud, a Sefirot, a Aeris o a Tifa. El hecho de que sean nombres que han ido apareciendo recurrentemente en otros títulos de Square Enix habla por sí solo de su popularidad.

El Remake ha sabido recuperarlos de forma bastante fiel a lo que uno puede recordar, pero además han sabido añadirles más rasgos a su personalidad, así como evidentemente una gran expresividad y el soberbio trabajo de los actores de doblaje/seiyuu tanto en la versión japonesa como inglesa (no hemos probado las francesa y alemana).

No hablamos solo de los principales, ya que Cloud, Aeris y Tifa brillan por sí solos, sino de los secundarios: aquí los que más han pegado el salto de calidad han sido los miembros de Avalancha, con Jessie a la cabeza.

Vale, a la muchacha le han dado la personalidad de Aeris en el original, pero le han otorgado a su vez profundidad: la visita a la casa de sus padres y los pequeños vistazos a su pasado logran conmover al jugador y aportan una nueva luz al personaje.

Biggs y Wedge no se quedan muy atrás; aunque éste último no pueda entrar más en el tropo del «gordito tierno y gracioso» (¿algún día aprenderán los japoneses a retratar a personajes con sobrepeso?). Son guiños que se agradecen además el poder aprender un poco más sobre el pasado de Biggs si completamos alguna de las misiones secundarias con Aeris.

Avalancha en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

El hecho de ampliar el peso de Avalancha ha conllevado que también lo hagan las consecuencias de sus actos, presentándose estos dilemas en el Remake, cuando en el original apenas tenían cabida. Veremos a la población general de Midgar sufrir por los atentados de Avalancha (que Shinra sabe aprovechar en su beneficio, lo que asimismo añade un matiz de crítica a la manipulación de los medios por parte de los grandes poderes y corporaciones).

Mención especial merece Barret, ya que ha pasado de ser un poco el «apestado del cuarteto principal», un cliché con patas (estilo Lego), a un personaje más profundo y complejo. Se ha añadido un capítulo enteramente nuevo dedicado a él y a Tifa haciendo equipo que es de agradecer, en parte por su contraste con la perspectiva más bien apagada y sosegada de Cloud (que es a quien controlamos mayoritariamente en el resto del juego).

Sin embargo, Red XIII y Sefirot se han resentido en esta primera parte; el primero por su escasa participación (hace acto de presencia solo al final) y el segundo quizás por algo similar, ya que en el original ni salía en todo Midgar y aquí sus aportaciones son por lo tanto todas nuevas (y pierde bastante su aura amenazante). El hecho de que en la encuesta de popularidad que ha salido recientemente en Famitsu Sefirot haya resultado por debajo de Jessie habla por sí solo.

Es probable que la opinión sobre estos dos personajes cambie con las posteriores entregas, ya que Red XIII tendrá más peso (y su historia en Cañón Cosmo es de las más conmovedoras) y Sefirot… bueno, es Sefirot. Claramente es una versión distinta al que hemos visto en el original y sus intenciones no están todavía del todo claras.

Nos hemos quedado sin espacio para hablar de los Turcos, pero queda solo agradecer por haber dejado atrás a sus versiones pseudo-cómicas de la Compilación y mostrarnos su cara más cruda, incluso en Reno. Como curiosidad solo queda añadir que por primera vez se han revelado sus edades, con Tseng y Rude teniendo 30 años (al igual que Rufus) y Reno, el más joven, 28.

Rude y Reno en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Final Fantasy VII Remake: el feo

Si bien Final Fantasy VII: Remake es un juego visualmente bonito, no ha pasado desapercibido para bastantes fans la ausencia de una actualización sobre algunos de los fondos, que muestran su falta de pulido.

En realidad, esto puede pasar desapercibido hasta cierto punto (o puedes decidir fácilmente que no te moleste). El problema viene cuando se suma a un Midgar conformado por pasillos, algunos de los cuales tendrás que recorrer más de una y dos veces; y ahí vuelven a aparecer esos fondos sin terminar y que, siendo sinceros, son feos.

El hecho de que Midgar no sea todo lo abierto que se podría imaginar (previamente al lanzamiento del juego Nomura ya advirtió de que la ciudad no sería del todo mundo abierto… pero es que básicamente no lo es nada) es otro de los aspectos «no bonitos» de este primer juego del Remake. La megalópolis nunca fue hermosa, pero tampoco es que haya aquí ningún escenario, con toda su tecnología punta, con el que te quedes embobado (se queda cerca la casa de Aeris). Sí, el Mercado Muro es muy pintoresco, dinámico y divertido, pero hasta ahí.

Abundancia de alcantarillas, interiores de edificios minimalistas,estaciones y callejuelas es lo que más encontramos. Es verdad que, en definitiva, eso son los suburbios, y por otro lado puede traernos a la mente el bullicio o vida de cierto tipo de ciudades del mundo real (yo, que he vivido varios años en Buenos Aires, casi lloro cuando pasaba por los alrededores de la casa de Aeris y escuché el tango de fondo en una comuna de ancianos). Pero bonito, lo que es bonito, no es.

Ese fondo hermoso. Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Final Fantasy VII Remake: el malo

Llegamos a la peor parte, que podríamos decir no forma parte de algo intrínseco del juego, sino más bien de la estrategia de marketing adoptada por Square Enix, incluso actualmente, ya con el desarrollo de la segunda parte en marcha. Aquí pueden venir SPOILERS.

Final Fantasy VII: Remake no es un remake, y es comprensible que esto pueda sentar a cuerno quemado a algunos jugadores que, a medida que se van acercando al final, van arqueando las cejas en descreimiento. Hasta los últimos episodios el juego puede pasar perfectamente por una recreación, con nuevos añadidos, personajes y momentos del original (salvo algún guiño en forma de «visiones»); pero el final despeja todas las dudas: esta historia es nueva.

Se han roto las barreras de tiempo y espacio y personajes como Aeris o Sefirot claramente son más que sus contrapartes del original. En un recurso similar al que ya hizo J.J. Abrams con Star Trek (del que abusa Rick y Morty de forma paródica), los personajes ahora se están enfrentando al destino que ya tuvieran que soportar sus otras versiones.

Esto no es que sea malo en sí, pero cambia, al menos a priori, todo el significado del original, que era la vida. Aún es pronto para saber si ésta se verá modificada por el destino, el determinismo o vete a saber qué. Los personajes que ya tendrían que haber muerto en esta primera parte ni siquiera lo están para el epílogo, lo que puede darnos una idea de por dónde irán los tiros en un futuro. Evidentemente, si no gusta, los desarrolladores siempre podrán acogerse a la carta del «multiverso».

Esto no pasaba en la primera parte del juego… Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

Por lo tanto, más que remake nos encontraríamos ante un reboot o incluso secuela. Es por ello comprensible el sentimiento de haber sido estafado hacia el final.

El otro gran «malo» viene por la división en partes del original. Con este nuevo giro de los acontecimientos se entiende aún más por qué lo han hecho, pero esto es a costa de perder en sensación de aventura. Midgar por sí solo no es una aventura como evidentemente lo es la historia completa, sabe a poco. Las misiones secundarias sirven si acaso para profundizar en la historia y psique de los personajes (su punto fuerte), pero no para ganar en amplitud metanarrativa.

Probablemente con la llegada de las secuelas esto también se corrija, al menos en parte, ya que para el final hemos salido de Midgar y sabemos que nos espera un mundo rico en rincones, cuevas y ciudades de todo tipo. Claro que, viendo cómo han terminado Final Fantasy VII: Remake y su «es remake, pero no, que todavía no podemos explicarlo bien», me espero (casi) cualquier cosa.

Como comentario final, esto tampoco tiene que ver con el juego en sí, pero la resurrección de ciertos debates entre la comunidad de Final Fantasy VII me hace querer rasgarme las vestiduras. Estamos en pleno siglo XXI como para andar compitiendo entre personajes femeninos ficticios, que si cuál es la más guapa, la más simpática o la «mejor» para el protagonista (este tipo de discusiones no se da con la misma frecuencia ni intensidad entre personajes masculinos). Si además, total, probablemente con el «multiverso» van a dejar abierta la puerta a dejar contento a cualquier fanático.

Hasta estos dos tendrán su momento. Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

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Qué podemos intuir sobre la psique de los personajes a través de los avances de Final Fantasy VII: Remake

Final Fantasy VII: Remake sigue dando que hablar tras su paso por el E3 hace ya una semana. Para intentar amenizar un poco la espera hasta la salida de su primer juego, el 3 de marzo de 2020, vamos a dilucidar qué se nos ha ido mostrando de los personajes más queridos por todos a través de los avances que han salido hasta ahora, especialmente en lo relativo a su psique. Avisamos que habrán breves SPOILERS del juego original.

Cloud, el (anti)héroe que arrastra varios traumas

El protagonista de esta historia se caracteriza por tener una psicología algo compleja (para lo que estamos habituados a este tipo de personajes), lo que en varias ocasiones ha llevado a que varios seguidores lo hayan tachado de «emo», aburrido o soso (si ya intentan hacer ver en contraposición que Zack es mejor estos adjetivos se intensifican).

En realidad, Cloud es un tipo introvertido, tímido, con escasas habilidades sociales y traumatizado, lo que le ha llevado a asumir los recuerdos de otra persona durante ciertos acontecimientos decisivos, en buena parte fuente de su trauma.

Debido a que cuando da comienzo la historia de Final Fantasy VII Cloud no sabe muy bien dónde ubicarse ni qué hacer con su vida, va a lo fácil: el dinero. Así se nos muestra al principio como un tipo desapegado y con cierta carga nihilista que aparenta prepotencia… pero nada más lejos de la realidad.

En los avances de Final Fantasy VII: Remake ya se nos deja ver algo de esto, con un Cloud que frente a Avalancha aparenta desinterés, también ante lo que le pueda pasar al Planeta. Con Barret, con quien casi siempre está a la gresca por su choque de personalidades (e intereses), sigue mostrando ese pelín de desdén y hasta condescendencia e incluso lo vacila un poco durante la batalla contra jefe Escorpión.

Con Tifa, Cloud parece algo más interesado por lo que le pueda estar pasando y también vemos en una nueva escena cómo aparentemente le salva la vida a Jessie, lo que confirmaría el posterior interés de ésta por el rubio (que en el original solo se intuía). Con Aeris, como sabemos, Cloud conecta de forma casi inmediata, lo que se ve reforzado con el hecho de que Cloud ahora acepte su flor (es literal) de forma no opcional y con la nueva escena en la que los rodean los ¿clones de Sefirot? ¿almas de los muertos?.

Como sucediera en el original, Cloud parece que en el Remake va a volver a ser un imán para las mujeres sin comerlo ni beberlo, simplemente por su buen fondo tras su apariencia torpe y dura y porque no deja de ser un niño perdido.

Para finalizar con Cloud, pero no por ello menos importante, parece que se profundizará más en su relación antagónica con Sefirot (también tienen que justificar de alguna manera las apariciones del albino antes de su entrada oficial en el flashback de Kalm, ya que el primer juego abarcará solo Midgar). Respecto a esto, nos ha llamado la atención que las frases que Sefirot le espeta al rubio en el tráiler del E3 son muy similares a las que le dice Zack antes de morir, jugando ya así con su psique y torturándolo un poco, algo que habitúa a hacer.

Cloud y Sefirot en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix

Aeris, la damisela en apuros que en realidad no (¿o sí?)

Aeris es para mí uno de los personajes ficticios más fascinantes (la del Final Fantasy VII original y si acaso la de Advent Children, no lo que han hecho con ella en el resto de la Compilación), entre otros, porque tras su diseño más del estilo «dama y princesa», cuyos colores vivos contrastan con el mundo generalmente apagado del juego, se esconde una personalidad emocionalmente muy fuerte y descarada, que flirtea abiertamente con Cloud y que, a pesar de lo que ella misma ha pasado, no se deja amilanar.

Podemos ver algo de esa fortaleza de Aeris en los avances cuando Cloud le dice en las cloacas de la mansión de Don Corneo que se retire y ella lo mira desafiante; y del flirteo nada más ver a Cloud (un completo desconocido que inevitablemente le recuerda a alguien por sus ropas y arma idénticas, así como el brillo Mako en los ojos) y ofrecerle una flor. Sin duda también parece que seguirá siendo una persona básicamente alegre, ya que apenas hemos visto hasta ahora un plano de ella en el que no sonría, salvo…

Sí, la nueva intro. Donde Aeris se arrodilla para recoger una de sus flores, quizás marchitada por la contaminación de Shinra o incluso por la influencia de Jenova o Sefirot (en el primer teaser allá por 2014 se veía una pluma negra cayendo sobre una flor, aunque esto puede ser algo meramente conceptual).

El hecho de que Aeris ya perciba una amenaza desde el minuto uno y que esta amenaza aparentemente la persiga (los «dementores» que la rodean a ella y a Cloud) nos daría a entender que se va a establecer un vínculo más temprano y fuerte entre la muchacha y el villano, cuya ausencia vemos como uno de los aspectos negativos del original.

Esos espíritus y la comunicación de Aeris en la intro con la Corriente Vital, sumado al hecho de que van a dedicarle mucho más tiempo narrativo a este Remake, nos llevan a pensar que se profundizará en el pasado (bastante traumático) de Aeris, así como en su condición de Cetra, algo que también pecaba de (casi) ausente en Final Fantasy VII.

Por lo demás, que Aeris va a ser resaltada antes de su fatídico final es algo que damos por hecho, y una de las partes donde más se luce la florista (Templo de los Ancianos aparte) es en Midgar, por lo que previsiblemente aquí tendremos Aeris para rato. De paso, servirá para asentar las bases de la relación con los otros personajes y especialmente con Cloud, ya que como hemos dicho en alguna ocasión esto de hacer que el jugador y todos los personajes se encariñen en demasía con alguien que se sabe la va a palmar es un recurso narrativo muy eficaz (ya aplicado con Zack en Crisis Core).

Lo que más tememos de lo visto de Aeris es que acabe destacando por su faceta de damisela en apuros, cuando justamente en el original uno de sus rasgos más memorables es que, si bien a veces caía en ese papel, ella personalmente se negaba a cumplirlo. Que nada más encontrarse con Cloud se lance a él pidiéndole ayuda o que el rubio le diga que se retire de la batalla y ella acepte (con mirada desafiante y sin saber el contexto, eso sí) nos hacen saltar las alarmas.

Cloud y Aeris en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix

Tifa y los problemas comunicativos (y emocionales)

Tifa ha sido la gran revelación de Final Fantasy VII: Remane en este E3. De su nuevo diseño no podemos tener objeción (al igual que con el resto, todos son bellísimos), pero además se han mostrado pequeños matices interesantes.

Por ejemplo, en la escena del bar donde aparece tomando una copa con Cloud se nos da a entender que se va a indagar más en las motivaciones de Tifa, algo que nos parece estupendo, ya que en el original estaba como demasiado creada por y para Cloud y su historia se limitaba a la de aquél. Con este breve avance, podemos esperar que Tifa ahora sea su propio personaje. Tenemos ganas asimismo de saber más sobre cómo conoció a Barret y se unió a Avalancha, algo a su vez ausente en el original (¿e incluso de su entrenamiento con Zangan?).

El vínculo de gran camaradería entre Tifa y Barret se siente de hecho muy vago en Final Fantasy VII, salvo escenas puntuales como la huida de Junon. Está ahí pero no sabes muy bien por qué y cómo es que dos personas tan dispares llegan a confiar tanto el uno en el otro.

La escena del bar nos deja caer además los problemas comunicativos entre Cloud y Tifa (dejando un asiento vacío de espacio entre ambos), una de las bases sobre las que gira su relación en el original y más allá. Tímidos, introvertidos e inseguros ambos, tienen un largo camino por recorrer hasta llegar a la famosa escena de la Corriente Vital (que a saber en qué capítulo caerá).

Tifa y Cloud en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.

En contraste, durante la batalla es donde se ve la mejor compenetración de los dos, dando muestras de una plena confianza y (ahora sí) la cercanía física que no mantienen en escenas pausadas como la del bar.

Esperamos que Square Enix aproveche la mayor longitud del Remake para ahondar en la buena relación entre Aeris y Tifa, la cual se daba a entender en el original y que va más allá del triángulo amoroso que ambas forman con Cloud. Es bastante probable por lo mostrado hasta ahora que Aeris será mucho más cercana, abierta y directa con Cloud (su personalidad se presta a ello), algo que puede llegar a incomodar a la morena.

Poco más se puede añadir por ahora a este respecto, salvo que… ¡Barret (y Cloud) maldice! No vamos a detenernos en Barret porque esto nos está quedando más largo que un día sin pan y porque lo visto de su dinámica con Cloud sigue básicamente todos los patrones del original (a la gresca todo el tiempo, como ya hemos comentado). No sería de extrañar que el Remake se extendiese más en cómo se unió también este a Avalancha (algo que se tocaba vagamente en Before Crisis) y en su pasado como minero de Corel.

Probablemente la larga espera hasta el 3 de marzo de 2020 nos irá añadiendo más matices sobre estos personajes, los cuales conforman uno de los elencos con más carisma de toda la franquicia.

Barret, Marlene y Tifa en Final Fantasy VII: Remake. Square Enix.