Relato de NieR Replicant: Y entonces no quedó ninguno

NieR Replicant (al igual que todo el universo creado por Yoko Taro) está acompañado por una serie de materiales adicionales oficiales, como relatos. Es el caso de la guía Grimoire NieR, que incluye breves novelas sobre los pasados de los protagonistas o aspectos del mundo que los rodea. Ahora es el turno de la historia de Grimoire Weiss, la cual hemos traducido al español del inglés de RaizinMonk.

La flauta de Hamelin resuena y el telón es alzado. Un sacro escenario donde se decide la vida o la muerte de la raza humana.

Estaba en un cuarto sin ventanas ni puerta. Era un cuarto enorme. No había ninguna lámpara a la vista. Pero era luminoso. El techo entero parecía funcionar como la fuente de luz. A mi alrededor había gente que tenía casi mi edad. A primera vista, sus razas parecían totalmente distintas. Incluyéndome, había nueve varones y quedaban cuatro mujeres. Algunos todavía estaban inconscientes y otros ya estaban de pie y en guardia.  Y por alguna razón, cada uno de nosotros tenía un libro a su lado. ¿Qué sucedió? ¿Por qué estoy aquí?  Me sentí mareado, quizás porque me habían drogado para dormirme. Tan pronto como pude cerciorarme de la situación a mi alrededor, busqué mi arma. Sin embargo, como suponía, no estaba.

Al despertar en un inconfundible estado de secuestro, supe que las armas y cosas por el estilo serían confiscadas. Es algo natural. Sin embargo, incluso el alambre que estaba cosido en el dobladillo de mi ropa y los explosivos escondidos en la suela de mi zapato no estaban. Todos ellos, sin excepción. Fue ahí cuando me di cuenta. Había sido capturado por la misma organización para la que trabajaba. Tuve la sensación de que esto ocurriría. Me di cuenta cuando me contaron acerca de esta sombría “misión ultrasecreta”. Además, me dijeron que no era una orden. Era libre de aceptar la misión o no, dijeron.

No solo me darían una enorme compensación, sino que incluso me prometieron darme permiso para retirarme del servicio activo después de la misión. En otras palabras, me dijeron que podía decirle adiós a mi podrida vida. Debería ser realmente un auténtico tonto para rechazar una oferta como esa, o un maníaco homicida, supongo. Por supuesto, cuando estaban dispuestos a llegar tan lejos con esto, no iba a ser una misión decente. Quizás noventa de cien…no…novecientos noventa y nueve de mil candidatos no volverían con vida, o algo así. Lo más probable era que estaban dispuestos a dar esa clase de ofertas porque desde el principio no tenían intención de pagar nada. Por supuesto que yo lo sabía. A pesar de saberlo todo el tiempo, todavía estoy aquí metido en este lío. Al no poder recordarlo, me burlé de mí mismo.

Entonces, alguien me llamó desde un lateral. Era un chico presumiblemente más joven que yo, pero desafortunadamente no era del mismo país que yo. Silenciosamente, sacudí mi cabeza. Probablemente él también entendió la situación, ya que no volvió a hablarme desde entonces. Gente de todo tipo de países trabajan para mi organización. La mayoría de nosotros entiende nuestras lenguas madre. Cuando nuestra edad finalmente llega al segundo dígito, somos forzados a una vida de entrenamiento militar desde el anochecer hasta el amanecer. No recibimos una adecuada educación ni nada. No podemos leer ni escribir en nuestro propio idioma, ni siquiera aprender otros idiomas. Por supuesto están aquellos que nacieron de padres de diferentes países, y siendo criados en el extranjero han aprendido múltiples idiomas, pero no son nada más que una minoría. También hice un intento de saludo en mi idioma natal, pero asimismo sacudió su cabeza.

En ese momento, la chica que estaba frente a mí levantó su cabeza. Parecía ser que finalmente había recobrado el sentido. La resistencia a las drogas es diferente para cada persona, pero sujetos como ella son las que usualmente mueren primero. Ser más lento que los demás puede matarte. Ni bien nuestros ojos se encontraron, su rostro se llenó de sorpresa. ¿Me conoce? ¿Quién es ella? Un momento, creo que también la he visto en algún lado. La muchacha se levantó. Como era de esperar, eso la hizo marearse y con un gran ruido cayó al suelo.

Al ver su torpeza me acordé. «Entonces todavía estás viva, eh…»

Levantando la parte superior de su cuerpo, asintió. La muchacha sabía una pequeña cantidad de idiomas y escuché que su madre venía de mi país. Los niños aprenden naturalmente el idioma que habla su madre. «¡Que bien! ¡Tú también estás vivo!».

“Por supuesto que sí. No me pongas en la misma categoría que tú”.

La conocí hace tres años. Ambos fuimos sobrevivientes de la decimotercera cruzada. Una operación de limpieza a gran escala de la Legión. Por supuesto, estábamos en unidades diferentes, pero una vez que la operación comienza, no importa una mierda en qué unidad te encuentres. Todos los campos de batalla son así, pero este era incluso peor de lo habitual. En ese entonces yo tenía dieciséis años y ya era un soldado de alto rango, pero, aun así, a pesar de eso, sabía que mis oportunidades de supervivencia eran del cincuenta por ciento. En medio del tumulto encontré a una idiota que se quedó inmóvil frente a las Legiones. En un instante la derribé antes de que nuestro entorno se redujera a cenizas. No fue un acto de piedad ni nada admirable. Los soldados somos bienes valiosos. Por eso salvamos a nuestros camaradas. O, mejor dicho, no los desperdiciamos. Ese es el reglamento.

Para mi sorpresa, la idiota tenía mi edad. Así que de repente fue arrojada al campo de batalla sin siquiera haber recibido el entrenamiento adecuado. No es de extrañar que perdiera la cabeza al ver a las Legiones de cerca. Las Legiones se parecen a los seres humanos. Después de todo, alguna vez fueron humanos. Muchos infectados con el síndrome de cloración blanca se enfrentan a la muerte, pero algunos sobreviven. Convirtiéndose en monstruos rabiosos, eso es. La urgencia de exterminar a las Legiones no se debe simplemente a que atacan a los humanos. Las Legiones son una gran fuente de infección, creando nuevos pacientes con el síndrome de cloración blanca. Esta misteriosa enfermedad surgió hace treinta años y hasta el día de hoy no se ha encontrado ninguna cura. Tal vez fue una enfermedad transmitida por el gigante blanco que venía de otro mundo. Aunque no existe un remedio específico, existe la medicina preventiva.

El problema es que es imposible producir en masa este medicamento Luciferase. Además, sus efectos solo se han confirmado entre los jóvenes. Cuanto más joven, mayor es la eficiencia. De esta manera, los niños con una alta capacidad física son seleccionados, inoculados con el valioso Luciferase y por último asignados al exterminio de las Legiones. La organización internacional que entrena y envía a estos niños es la Organización Hamelin. El nombre fue tomado de un cuento de hadas sobre un flautista que reúne a los niños y los lleva lejos, pero en mi opinión es un nombre de muy mal gusto.

“Entonces, ¿por qué estás aquí?”

“Ellos hablaron de una… misión ultra secreta”

«Alta compensación, retiro del servicio. Eres libre de aceptar o no. ¿No?»

Sus ojos se abrieron con sorpresa, pero entendió todo rápidamente y asintió. Hasta ese día, hace tres años, la muchacha había estado yendo a la escuela de forma natural, así que, en todo caso, sus habilidades cognitivas y comprensivas ya eran superiores a las mías. «Me pregunto si a todos aquí se les ofreció el mismo trato».

Volví a dar un buen vistazo a mi alrededor. Tal vez somos de diferentes lugares porque nos traen aquí con las expectativas de nuestros países sobre nuestros hombros. A primera vista, no parece que otras personas, además de la chica y yo, estén planeando compartir sus intenciones entre sí. «La gente que puede rechazarlo no está aquí, creo».

Ella tenía razón, Todos deseaban con muchas ganas escapar de sus actuales vidas. Lo que estábamos haciendo era asesinato, un genocidio, después de todo. Se nos dice que nuestros oponentes son monstruos sin un ápice de inteligencia. Pero de primera mano parecen inconfundiblemente humanos. Y los incineramos vivos. Se dice que el síndrome de cloración blanca se transmite a través de los fluidos corporales como la sangre y la saliva, por lo que, al dispararlos, los esparcimos. Por lo tanto, se nos ordena abstenernos de disparar nuestras armas siempre que sea posible. No deseamos inhalar nada peligroso nosotros mismos, así que no nos quejamos. Sin embargo, ver criaturas que se parecen a los humanos morir envueltas en fuego no es nada agradable de ver. Incineré mi primera Legión cuando apenas cumplí diez años. Han pasado nueve años desde entonces, pero todavía no puedo acostumbrarme. No importa cuántas veces lo vea, nunca es placentero.

“Esta cosa, ¿qué crees que es? Parece un libro, pero no se puede abrir «. Con cara de curiosidad, la muchacha trató de abrirlo. Los libros que estaban cerca de cada uno de nosotros eran muy gruesos y las cubiertas, que podían ser negras o de un gris oscuro, no tenían nada escrito.

«¡Oye! ¡No toques eso tan descuidadamente! »

«Ah…» En su pánico, soltó el libro.

«No me digas ‘Ah’, caramba». Dejé escapar un suspiro espontáneo. Este rasgo suyo no ha cambiado ni un poco en los últimos tres años. Aunque fue solo por un tiempo, la muchacha y yo trabajamos juntos después de que la salvara.  No podía permitirme dejar compañeros sin ninguna experiencia de combate librados a su suerte. Por suerte, era una rápida aprendiz. Con solo unas pocas instrucciones a medias, ella consiguió mantener el ritmo conmigo sin demora. Sus habilidades físicas también eran formidables. Tenían que serlo, sino la muchacha no habría sido elegida a la edad de dieciséis años sin importar cuán alta era su receptividad al Luciferase. Sin embargo, cuando ya no pudimos evitar que nos separasen, pensé que ella moriría. Después del fin de la operación no tuvimos forma de comunicarnos entre nosotros.

“Buen trabajo por sobrevivir a eso. Tú sí que tienes buena suerte”.

Ella sacudió violentamente su cabeza en negación. “Porque tú me dejaste escapar.”

“Eso no es cierto. Eso fue un error de juicio de mi parte.”

Nos separamos porque estábamos rodeados por las Legiones. Si hubiésemos corrido en direcciones opuestas, al menos uno de nosotros hubiese podido escapar. Ese es el tipo de número y disposición que tenía el enemigo. Yo obviamente tengo probabilidades más altas de sobrevivir y más valor en combate. Entonces, si tengo que elegir entre ella o yo, debería ser yo quien tome la ruta más segura. Sin embargo, elegí la opción imposible. Debería haber estado poseído. Por eso estaba embargado con un sentimiento de incomodidad mientras recordaba. Me sentí irritado. Hasta este mismo día, me había esforzado por no recordar. Cuando ella abrió la boca, queriendo responder algo, escuchamos una pelea desde un rincón de la habitación. Eran un chico y una chica. Pensé que debían haberse entendido entre ellos, como nosotros, pero no parecía ser el caso. No sé cuál era la razón, pero debía de ser un asunto banal. De repente, la chica abofeteó al chico. Sonaba doloroso, aun así nadie intentó intervenir. Pero no podía culparlos. Todos y cada uno de nosotros hemos recibido suficiente entrenamiento para luchar contra una Legión con las manos desnudas. Si tuviera que intervenir, tendrían que prepararse para las posibles consecuencias.

El rostro del joven se puso rojo y agarró a la chica. En ese momento fuimos testigos de algo increíble. De repente se abrió el libro, que estaba a los pies de la muchacha. Aunque no lo había tocado, ni pateado con el pie por accidente. Desde el libro abierto, de repente, emergió una mano negra. Esta rápidamente se agrandó a proporciones gigantescas y agarró al joven, levantándolo en el aire. Con una expresión de asombro en su cara, fue aplastado hasta la muerte. La joven se quedó estupefacta. Aparentemente, ni siquiera ella sabía lo que estaba pasando. Pero eso no terminó ahí. El libro que pertenecía al joven comenzó a emitir una luz fuerte. Creí que aparecería otra mano negra, pero estaba equivocado. Su cuerpo fue absorbido por el libro, para no ser visto nuevamente. La luz del libro también desapareció. Luego, el color negruzco de la cubierta se convirtió en aguamarina y se formó un patrón en ella. Era un patrón inquietante que se asemejaba a un rostro humano.

El silencio no duró mucho. En un instante, toda la habitación se alzó con un alboroto.

«¿Qué fue eso?».

«¿Cómo debería saberlo? No me preguntes «.

Extendí mi mano hacia el libro que estaba a mi lado. Hasta ahora consideré que sería mejor no tocarlo descuidadamente, pero la situación había cambiado. Tenía que obtener la mayor cantidad de información que me fuera posible sobre estos tomos. No solo no había letras o ilustraciones en la portada, ni siquiera tenía un solo rasguño. Tenía la sensación de que el material era diferente al simple papel. Y como había dicho la muchacha, las páginas estaban completamente pegadas, como si estuvieran cerradas al canto.

¿Cómo hizo esa chica para abrir su libro?

En ese momento, como si fuera para responder, o, mejor dicho, para ridiculizar mi pregunta, unas voces comenzaron a fluir hacia la habitación. La gran cantidad de ellas hablaban todas simultáneamente, por lo que era difícil distinguir lo que decían.

Escuché con todas mis fuerzas, porque había oído palabras que creía que eran de mi idioma. Había probablemente trece voces fluyendo a la vez, para que de esa forma todos los que se encontraban en la habitación pudiesen entender. Las voces transmitieron información que era bastante importante, pero de nada sirvió. Los libros que nos habían dado a cada uno de nosotros eran “grimorios”… libros de magia. Debíamos utilizarlos para matarnos unos a otros. Solo dos de nosotros sobreviviría. La explicación, aun siendo corta como era, fue repetida, sin clarificar la razón exacta u objetivo.  “Misión ultra secreta y una mierda…” engañándome a mí mismo de esa manera… solté mientras cuidadosamente miraba a mí alrededor. En esta habitación sin ventanas ni puertas no había lugar hacia donde correr. Si quería salir vivo de allí, no tendría otra opción que pelear. Si todos en esta habitación hiciésemos todo lo posible para matarnos entre nosotros, sería difícil incluso dejar a dos con vida. El solo hecho de que una sola persona sobreviva sería mucho desear. Sin embargo, debo evitar al menos ser el primero. La chica que conjuró la mano negra tomó su libro una vez más pero el chico al lado suyo fue más rápido. El chico la alzó del cuello y se lo retorció. Con un sonido apagado, sus miembros perdieron su fuerza. Uno menos. Supuse que la próxima víctima sería el tipo que mató a la chica. Cualquiera se vuelve vulnerable en el mismo momento en que derriba a su presa, por lo que obviamente su espalda ya fue marcada para ser atacada. Dos personas lo atacaron a la vez, pero no porque conspirasen. Simplemente, ambos decidieron en un instante que esta era la acción más efectiva a tomar. Sin embargo, no mataron a su objetivo. En el momento en que el cuerpo de la niña desapareció en su libro, el tipo que parecía ser el vencedor cayó al suelo con angustia en su semblante. Yaciendo inmóvil en el suelo, él también fue tragado por su libro, y los dos tomos fueron todo el rastro que quedó de ellos. Las cubiertas de los libros se volvieron de un color verde como el jade, y el otro ámbar, ambos formando un peculiar patrón facial. “Utiliza el libro mágico…», musitó la muchacha con un ligero temblor en su voz. La joven que había conjurado la mano negra de su libro para matar al tipo fue reconocida como la vencedora porque usó este “grimorio”, pero el sujeto que la había matado con las manos desnudas no tuvo la misma suerte.

“Entonces así es como funciona. Entiendo.» En esta situación, evitar ser el primero en salir a pelear es la respuesta correcta. Por tal motivo no me moví y con los ojos le hice un gesto a la muchacha para que hiciera lo mismo. Ahora las reglas del juego estaban claras y finalmente pude comprender la cuestión.

“Pero ahora el problema es que no tenemos idea de cómo utilizar esta cosa”.

No te rías. ¿Cómo demonios quieres que utilice algo tan demencial como la magia? Había sentido una risita formarse en mis labios, aunque eso no era ni siquiera gracioso. Justo en ese momento me había dado cuenta de que me encontraba profundamente aturdido. Incluso cuando me enfrenté por primera vez a Las Legiones, no me había sentido así de perturbado. Solo tenía que hacer lo que me habían enseñado en el entrenamiento. Incluso en las situaciones inesperadas, siempre existe una salida. Porque sabía eso, pude mantener la calma. Pero, ¿qué hago aquí? No se parece en nada al entrenamiento y no sé si hay una salida. Encima de todo eso, tres personas murieron delante de mis ojos. En rápida sucesión. ¡Todo es por culpa de esos malditos libros! Había tratado de estrellar el libro contra el suelo con todas mis fuerzas, cuando alguien me agarró del brazo.

“Estoy feliz porque van a haber dos sobrevivientes, no uno. Podemos salirnos con la nuestra sin matarnos entre nosotros. Ambos podemos sobrevivir. Tenemos suerte.»

Me preguntaba si suerte era la palabra adecuada en esta situación. Pero ella me sonrió. No como la leve sonrisa que hice al volverme loco, pero una que salió desde el fondo de su corazón.

«Tranquilo. Todos los demás están solos, pero nosotros somos dos. Cuando se piensa con dos cabezas, se puede encontrar la solución más rápido que todos las demás». Probablemente tenía razón. Aquí, el hecho de tener a alguien con quien poder comunicar tus intenciones puede ser un arma muy poderosa.

“Solo digo, no soy el más inteligente aquí”.

“Lo sé”, dijo riendo disimuladamente. La muchacha golpeó la tapa de su libro con la mano, y luego lo examinó con una mirada seria en su rostro.

“Esa persona estaba enojada. Y casi se muere. La mano negra está conectada a uno de esos… O tal vez tienes que cumplir ambos requisitos para usar este ‘grimorio’. No obstante, si tuviéramos que estar al borde de la muerte para activar esta cosa, no nos facilitaría las cosas. Tal vez nos dijeron que nos matáramos entre nosotros para eliminar este requisito».

«Oh, o tal vez…» Ella levantó su cabeza como si se estuviera dando cuenta de algo, cuando de repente la expresión de su rostro se congeló. ¿Qué pasa?, pensé, pero no pude exclamar la pregunta. Creí verla estirar sus brazos hacia mí. Cuando sentí que algo me había golpeado en la espalda, me di cuenta de que me había tumbado al suelo. En perspectiva inclinada vi que una gigantesca lanza negra había penetrado en el cuerpo de la muchacha. Todo el sonido se desvaneció. Debe haber visto la mano negra por encima de mi hombro. Por eso de repente me derribó. Tal vez para devolver el favor de hace tres años, o tal vez ella…

Un libro cercano comenzó a brillar. Corrí a su lado. A este paso, el libro la absorbería. La sostuve en mis brazos y agarré fuertemente su mano. ¡No desaparezcas! ¡Por favor, no desaparezcas! Sus labios se movieron. ¿Qué quieres? ¿Qué quieres decir? Pero no pude entender su idioma. Ahora que lo pienso, ni siquiera sabía su nombre. Debido a que nunca habíamos pensado llegar a vivir lo suficiente como para volver a vernos, ninguno de los dos había dicho su nombre. De repente, el peso se me escapó de los brazos y la mano que sostenía con fuerza pareció escaparse de mi agarre mientras desparecía.

Todo lo que quedaba de ella era un libro con tapa roja. Era de un carmesí profundo, como el color de la sangre. El rostro que se formó en él no tenía el menor parecido con el de ella.

Todo se puso blanco ante mis ojos. Lo grité. Casi lo grité. Aparecieron innumerables letras que nunca antes había visto, bloqueando mi visión. Sin embargo, seguí gritando. De repente, el sonido desvanecido regresó. Escuché gritos. Y varias voces quejumbrosas. Muchas lanzas puntiagudas sobresalían del suelo. Con una mirada en blanco, miré cómo todos en la habitación fueron ensartados en un solo instante. Debido a las extrañas letras en mi vista, hacía mucho que había perdido el sentido de la realidad.

Sin embargo, en poco tiempo mi visión fue volviendo a la normalidad. Un joven estaba parado al otro lado de la habitación. Una sonrisa triunfante se formó en sus labios, con el libro en sus manos. Este fue el tipo que convocó las lanzas desde el suelo. Aparentemente, las cartas me habían protegido de problemas. Había sobrevivido. Pero la idea no me hizo feliz en absoluto. No tenía ni el menor deseo de reírme triunfante como el chico que tenía frente a mí, pero, por otro lado, tampoco tenía ganas de llorar por los muertos. Francamente, no me importaba ni un poco.

Entonces, vi algo brillando por el rabillo de mi ojo. El libro. Mi libro comenzó a emitir luz, ¡a pesar de que yo ya había ganado la pelea! El otro tipo gritó algo en un tono desconcertante. Supuse que se estaba quejando de cómo lo engañaron diciéndole que los dos últimos sobrevivientes podrían salir de aquí. Realmente, las voces habían dicho «sólo dos de ustedes van a sobrevivir», pero no habían dicho nada sobre dejarnos salir. Tenía la sensación de que esto iba a ocurrir. Los altos mandos en nuestra organización no eran un grupo agradable.

Después de todo, el Luciferase como medicina preventiva era una mentira total. Aunque puede retrasar la aparición de la enfermedad, no puede prevenir la infección. Me hablaron del rumor por primera vez hace poco. Fuimos engañados y simplemente nos usaron para satisfacer su conveniencia. Nos dieron medicamentos sin efectos preventivos y nos tiraron en medio de una enorme fuente de infección por el síndrome de cloración blanca. Los niños que son atraídos por el flautista están condenados a enfermarse y perecer, tarde o temprano. O se convierten en monstruos, para ser asesinados por sus camaradas. La situación en esta habitación probablemente también sea un experimento humano. Desde el momento en que nos reunieron aquí, nuestro destino ha estado sellado.

Los gritos del tipo se habían detenido y vi una cara formarse en el libro que ahora era negro como la boca de un lobo. Al igual que la muchacha, no guardaba el menor parecido con su rostro original. Sin embargo, no estoy seguro de si podría decir que lo «vi», ya que mi cuerpo ya fue absorbido por el libro. Aunque no puedo ver el color de mi propia portada…

Ah, ya veo. Blanco. El libro blanco… Grimoire Weiss. Qué nombre tan ridículo. No puedo contener la risa. Así que, a partir de ahora, comienza una nueva farsa. Ahora que tenemos caras nuevas, ¿qué roles vamos a desempeñar?

Continué riéndome.

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