Uncharted 4: Una digna despedida a todo trapo

Junto con el Final Fantasy XV, el Uncharted 4: El desenlace del Ladrón es uno de los juegos más esperados de este 2016.

Con aires más que renovados, pero igual de trepidante en emociones, Sony da de nuevo en la diana con este nuevo capítulo de la saga que ha sabido competir hombro con hombro con su más directo rival, el nuevo reboot de Tomb Raider.

Los estudios Naughty Dog han sabido calmar las ansias de los fans de Uncharted, reeditando para PS4 las tres entregas anteriores con Uncharted: The Nathan Drake Collection. El hype estaba servido y consolidado.

En lo que llevo avanzado del juego, vi aspectos que me gustaron y uno en especial que no me terminó de convencer: el sistema de pelea. Lamentablemente, sigue siendo el mismo. A pesar del clásico puñetazo y nuevas llaves y tomas, la defensa  de los golpes que te dan tus enemigos consiste únicamente en poder rodar y así evadir. Personalmente esperaba un sistema de aviso y contraataque como en la saga de Arkham. La  verdad que, siendo más que variados y potenciados los recursos que ofrece la PS4, esto parece lisa y llanamente un desperdicio.

uncharted 4 3

Como siempre, lo mejor para lo último:

  • Modo multijugador
  • Graficos muy realistas
  • Escenarios dinámicos
  • Extensas exploraciones

En pocas palabras, Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón cumple con creces nuestras (altas) expectativas, y aunque parece ser este el eslabón de una cadena que se cierra, esperemos que decidan continuar la saga de alguna manera.

Por ahora, y para poner la guinda en el pastel. Sony va a lanzar la película en 2017.

CONCLUSIÓN FINAL

Recomendamos este juego para el que no quiera aburrirse y además vivir una experiencia trepidante y con acabados realmente detallados y de calidad..

NOTA FINAL: 9.5

Uncharted 4 front

Confirmado el regreso de un personaje MUY conocido a Dragon Ball Super… y nuevo villano

Gracias a Dragon Ball Dream, hemos podido ver AL FIN el nuevo diseño (y su consecuente regreso) de uno de los personajes más queridos por los (y lAs, especialmente) fans de Dragon Ball. ATENCIÓN, SPOILER de Dragon Ball Super a partir de aquí, ya que todo esto aparecerá en el próximo arco, que se estrenará en Japón el 12 de junio.

Pero es que además, se nos ha avanzado de qué va a tratar el próximo arco argumental. ¿Estáis preparados? Se viene algo GRANDE.

Efectivamente, Trunks del futuro regresará para avisar a los Guerreros Z de una nueva amenaza. Resulta que la paz y armonía de su línea temporal (recordemos que había quedado así tras derrotar a Cell y a los androides) se ha visto perturbada por la presencia de… Black Goku. Es decir, un Goku maligno que, imaginamos, provendría de otro de los universos alternativos. Este sería un oponente demasiado fuerte incluso para Trunks, por lo que tendrían que intervenir en la lucha no solo los Guerreros Z, sino los propios dioses y hasta Zeno.

Y con todos ustedes, Toriyama nos presenta (renovadamente) a….

 

trunks futuro

TRUNKS FUTURO

¡Mirai Trunks! O Trunks del futuro, como es más popularmente conocido por estos lares.

Sobre el nuevo y joven Han Solo

Finalmente, hoy se ha hecho público el anuncio: el actor Alden Ehrenreich será el nuevo Han Solo, ya que, con su edad, a Harrison Ford no hay tecnología digital que lo rejuvenezca (y que conste que se mantiene estupendamente). A Ehrenreich lo hemos podido ver en «Ave, César», la última de los hermanos Cohen. Sin embargo, no ha sido el único candidato a interpretar al contrabandista más famoso y canalla de la galaxia.

Junto al nombre de Ehrenrich se encontraban los de, por ejemplo, Taron Egerton (Kingsman: Servicio Secreto) y Jack Reynor (Transformers: Age of Extinction). Y, con anterioridad, sonaron también otros como Blake Jenner (Glee) o Jack O´Connell (Invencible). Seguramente por una combinación de dotes interpretativas y de tratarse de ser el más parecido físicamente a Harrison Ford (aunque ninguno lo es), Ehrenrich ha sido finalmente el elegido. Para ver qué tal lo hace, tendremos que esperar a las navidades del 2018. Como directores, tendremos a Christopher MIller (quien subió a su twitter oficial la foto que ponemos abajo) y Phil Lord. Y de guionistas, Lawrence y Jon Kasdan, unos veteranos ya en esto del universo de Star Wars.

han solo spin off

Lo que esperamos ver de los nuevos personajes de Star Wars

Sí, es el Star Wars Day (Día de Star Wars, para aclararnos). Y sí, el hype por el Episodio VIII (a medio rodaje, que así lo comunicó el otro día Rian Johnson, su director) es grande. Así que, para conmemorar el primero y tratar de paliar un poco el segundo, hemos decidido hacer esta pequeña aportación: ¿Qué esperamos (nosotros, al menos) de los nuevos personaje de Star Wars? Nos referimos, claro está, a los nuevos protagonistas de El Despertar de la Fuerza… y a Luke y Leia, por supuesto. Contiene SPOILERS de El Despertar de la Fuerza y rumores del rodaje del Episodio VIII, avisados estáis.

Rey

Como ya sabrán los que han visto la última entrega, Rey es la nueva heroína, la nueva Luke, todo peso principal de la trama recae ahora sobre ella (y sobre el villano, que veremos más adelante). De Rey esperamos que siga siendo interpretada con la misma intensidad por Daisy Ridley. Y que tontee un poco (o bastante) con el Lado Oscuro de la Fuerza no le vendría mal a su personaje. De hecho, en la batalla final de El Despertar de la Fuerza, se la veía bastante dispuesta a acabar con Kylo Ren (o, al menos, desfigurarlo). Demasiado agresiva, quizás, en comparación con el bueno de Luke (cuando era aquel inocente granjero). Se acerca, en este sentido, más a Anakin. Hay incluso algunos rumores locos (ya descartados por Pablo Hidalgo) de que Rey sería en realidad una reencarnación de Anakin. Lástima: queríamos ver una escena similar a aquella de Fry en Futurama, donde Kylo Ren descubriría que Rey sería en realidad… ¡su abuelo! Todo esto nos lleva a que nos revelen (y que terminen de una vez con esta agonía) la procedencia de Rey.

Fan art que no es nuestro, más quisiéramos

Fan art que no es nuestro, más quisiéramos

Finn

A Finn ya nos lo estamos imaginando como el Espartaco de la Primera Orden: tiene que montar una rebelión de Stormtroopers (soldados de asalto) sí o sí. O bueno, al menos sería algo que estaría genial. Para ello primero tendría que despertar de su coma, claro. Y saber algo sobre su procedencia tampoco estaría mal, aunque no corre tanta urgencia como con el caso de Rey. Y sobre los rumores de un posible romance entre él y el personaje que interpretará Kelly Marie Tran (¿una rebelde?) no estarían nada mal, debido al friendzoned que le hizo Rey al final de la última cinta. Y más escenas con Poe, POR FAVOR.

Finn

 

Kylo Ren (SPOILERS de Bloodline)

Probablemente, y tras el lamentable estado en el que lo dejó Rey al final de El Despertar de la Fuerza, ahora estará en modo obsesión con ella (similar a lo que le sucedía a Darth Vader con Luke en El Imperio Contraataca). Esperamos que haya finalizado (o algo así) su entrenamiento con Snoke, y que ahora imponga más y se lo vea más seguro de sí mismo. Es probable que sepamos más sobre qué lo llevó a caer en el Lado Oscuro y unirse a los Caballeros Ren (en Bloodline, novela oficial situada seis años antes de El Despertar de la Fuerza, Kylo Ren sigue siendo Ben Solo). Y hablando de éstos últimos: más de ellos, por favor. La total ausencia de rastro de Adam Driver durante el seguimiento del rodaje por parte de los fans más acérrimos nos lleva a pensar que se están guardando algo grande con este personaje para el Episodio VIII. Ah, y una cicatriz en medio del rostro.

Fan art que tampoco es nuestro, también más quisiéramos

Fan art que tampoco es nuestro, también más quisiéramos

Poe Dameron

Con que tenga más escenas que en El Despertar de la Fuerza nos conformamos. Como personaje tiene mucho potencial y se comía la pantalla cada vez que hacía acto de presencia. Parece probable que tendrá algún papel de relevancia dentro de la Resistencia, y algunos rumores hablan de una escena que lo confronta con el personaje que interpretará Laura Dern.

Poe_Dameron

Luke Skywalker

Que diga más de una frase (que seguro que lo hará). Que explique porqué se estaba escondiendo (¿culpabilidad? ¿temor a algo?), y que muestre en qué estado se encuentran sus poderes y habilidades. Imaginarse a un gran maestro Luke, similar a Obi-Wan Kenobi y a Yoda, provoca que se nos hagan los ojos chiribitas. Y, por supuesto, que explique en qué consiste aquello del primer templo jedi.

Esto ya ha pasado, así que no hace falta imaginárselo

Esto ya ha pasado, así que no hace falta imaginárselo

Leia Organa (SPOILERS de Bloodline)

Al igual que Poe, que aparezca más en el Episodio VIII y que tenga mayor relevancia se agradecería mucho. Para los que hayan echado el ojo a la nueva novela oficial Bloodline (en inglés, por ahora) sabrán que Leia no lo ha tenido fácil como política dentro de la República. Y que, al parecer, no acaba de aceptar que Darth Vader fuera su padre (y que terminara redimiéndose). Así que mostrarnos más de todo esto, y saber explotarlo, nos otorgaría una gran satisfacción. Que Leia también tiene mucho que decir, creemos, y más aún siendo la madre del nuevo villano. Lo que nos lleva a imaginar, también, lo bien que estaría una escena entre ella y Kylo Ren (que sería raro que no se diera, ya sea en el Episodio VIII o en el IX).

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Capitán América: Guerra Civil (Captain America: Civil War). SIN SPOILERS

Desde que Disney absorbiera los estudios cinematográficos de Marvel, las películas basadas en los cómics de la susodicha no han parado de llegar a nuestras carteleras. Si además le sumamos la creación de un universo interactivo, donde los personajes de una película se pasean y participan en otras, lo cierto es que tenemos ante nosotros un mundo cinematográfico que a nivel de entretenimiento resulta de lo más dinámico y divertido. Y ese es uno de los grandes aciertos de Marvel.

Con todo esto en mente, era cuestión de tiempo la llegada de la adaptación de uno de los arcos argumentales más importantes de los últimos años de Marvel: Guerra Civil (o Civil War, como es en el original y como mayormente se le conoce).Dentro de esta línea argumental, personajes tan importantes como Iron Man y Capitán América se enfrentaban entre sí, creando a su vez en torno a ellos sendos bandos de superhéroes, partidarios de una u otra causa. Los hermanos Russo (directores) parece que han querido tomar esta línea argumental como punto de partida… de algo aún más grande (ya se sabe que tienen planeadas las dos partes de The Avengers: Infinity War). En este sentido, la película nos regala momentos verdaderamente épicos (combate en el aeropuerto), pero también se siente como una introducción, un final abierto (los fans de los cómics percibirán que ahí se echan de menos, y mucho, a los X-Men… pero bueno, temas de derechos y eso, ya los conocemos bien).

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Hablando de derechos e incorporaciones, tenemos que estar agradecidos de que al menos hayan podido incluir a un joven (más que nunca) Peter Parker / Spiderman. La nueva encarnación del superhéroe arácnido recae esta vez sobre los hombros de Tom Holland (Lo Imposible), y lo cierto es que, durante los minutos que se lo puede apreciar en esta cinta, no defrauda. Especialmente, o mejor dicho gracias a, la química con Robert Downey Jr. (Iron Man). Marisa Tomei como tía May también se nos hace simpática, aunque aparece demasiado poco como para poder llegar a ninguna conclusión determinante. Volviendo a Holland, está claro que han querido mostrar al Spiderman más parlanchín y graciosillo con él (atención a cierta referencia a una película de Star Wars). Pero bueno, por el momento cumple y nos deja con ganas de más, que es el objetivo al prepararnos para la próxima cinta del Hombre Araña, ya en realización.

Qué añadir sobre las nuevas incorporaciones. Chadwick Boseman como Pantera Negra, a pesar de que tiene más minutos y relevancia en el guión como Spidey, no llega a brillar tanto como él. Los demás son todos viejos conocidos, unos mejor explotados que otros (como suele ocurrir). Todos sabemos que la estrella en este tipo de funciones suele ser Robert Downey Jr.; aunque en esta ocasión, al menos para quien esto suscribe, lo he encontrado algo más apagado de lo habitual (también las circunstancias acompañan). O puede que el actor ya esté cansado de interpretar el mismo papel por enésima vez (aunque habiendo firmado para aparecer en la próxima adaptación de Spiderman, quién sabe). Frente a Iron Man, tenemos a Chris Evans como Capitán América, que sigue cumpliendo en el papel (se nota que ya conoce sobradamente al personaje). De los demás, destacar especialmente las intervenciones de Paul Rudd (Ant-Man), que son todo un acierto (especialmente para aliviar la carga dramática, similar a lo que sucede con Peter Parker); y el dúo compuesto por Anthony Mackie y Sebastian Stan: solicitamos una película para ellos solos. Daniel Brühl pasa un poco de puntillas entre tanto careto archipopular, pero nunca llega a molestar y cumple (acertadamente) con su cometido.

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Sin embargo, el punto más fuerte de Capitán América: Civil War es su guión. El ritmo no decae en las casi tres horas que dura la película, y varias son las ocasiones en las que éste llega a cotas de frenetismo que no habíamos visto antes en una película de superhéroes. Sin duda, aparte de al guión (firmado por Christopher Markus y Stephen McFeely), se lo debemos a la dirección de los hermanos Russo: escenas de acción (además múltiples) rodadas de forma clara, sin aspavientos extraños ni encuadres imposibles. Tiene que ser complicado lograr que el espectador entienda dónde se encuentra cada personaje en batallas con tanto elemento suelto, y sin embargo los hermanos lo consiguen. No queremos levantar ampollas, pero esta película encuentra varios aspectos (de narrativa, especialmente) similares con la también reciente Batman v Superman, y las formas que tienen de desarrollarlos Zack Snyder (director de ésta última) y los Russo son totalmente diferentes (y en un enfrentamiento, hallamos claros vencedores en los segundos).

En definitiva, nos encontramos ante otro éxito (de crítica y segurísimamente comercial) de los Russo, que junto a su Soldado de Invierno han vuelto a lograr que el Capitán América sea un personaje interesante. No solo eso: también nos ofrecen un relato sin altibajos, de estar casi tres horas con nuestra atención en la pantalla, y encima hacernos pasar un rato divertido. Para qué queremos más con este tipo de cintas. En nuestra (modesta) opinión, ambos coincidimos en ponerle un 8 sobre 10 (y eso que José iba con Iron Man y yo con el Capi…).

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El niño y la bestia (Bakemono no ko)

Mamoru Hosoda lleva un tiempo siendo uno de esos directores a los que conviene tener en el punto de mira. Ya apuntaba maneras con La chica que saltaba a través del tiempo, y eso que era una historia basada en una novela japonesa (escrita por Yasutaka Tsutsui). No fue hasta su siguiente película, Summer Wars, que Hosoda narraría una historia original… bueno, en realidad la parte narrativa no fue labor exclusivamente suya, sino también de la guionista Satoko Okudera. Ambos volverían a repetir en Wolf Children. Y, finalmente, Hosoda voló libre e independiente y escribió en solitario (y dirigió, claro) la cinta que nos ocupa: El niño y la bestia.

Al igual que el protagonista de esta película, llamado a veces Ren, a veces Kyuta, Hosoda pegó el salto hacia la madurez y la independencia, cosa que se percibe en la estructura del guión. Si bien guarda elementos en común con Wolf Children (la madurez, la búsqueda de la identidad, la relación con los padres), e incluso con Summer Wars (la mezcla entre los costumbrista y cotidiano con lo más fantástico; aunque en Summer Wars la dualidad era más entre el mundo real y el tecnológico), el relato en esta ocasión se torna algo más intenso (en comparación  con el ritmo pausado y algo contemplativo de sus otros dos trabajos) y cubre varios elementos, lo que hace obligado un segundo visionado. Ya no es solo la historia de Kyuta/Ren, también es la de Kumatetsu, y en ocasiones hasta la de Kaede o la de Ichirohiko.

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Es esta amalgama de personajes lo quizás provoque que, en algunos puntos, El niño y la bestia pueda llegar a aturdir (especialmente durante la segunda mitad). Sin embargo, son breves estos instantes, y el ritmo general de la cinta apenas siente el tambaleo. El punto fuerte es la relación y el crecimiento personal tanto de Kyuta/Ren como de Kumatetsu. Aprendiz y maestro (¿o es al revés?) van sacando adelante una relación llena de altibajos, debido en buena parte al carácter testarudo y temerario de ambos. Y es que ese es el punto de unión: los dos son unos marginados, que no encajan en ninguna parte de sus respectivas sociedades (Ren/Kyuta en el mundo real y Kumatetsu en el de las bestias). Curiosamente, es gracias al crecimiento (físico y mental) que le sucede a Ren, que Kumatetsu empieza a ganar reconocimiento en su propio mundo. No es de extrañar que este tipo de inquietud abarque una buena parte de la cinta: los japoneses, al fin y al cabo, buscan la armonía y cohesión social por encima de todo. Al final, es cuando Kumatetsu y Ren hacen las paces consigo mismos y con la gente (o bestias) que los rodea, que ambos pueden integrarse totalmente en sus respectivos grupos sociales.

El crecimiento hacia la madurez de ambos personajes es, no obstante, el verdadero punto central de la película. A pesar de todos los elementos fantásticos que rodean a Ren, nos sentiremos identificados en algunas ocasiones con él y sus dudas, o la búsqueda de su identidad y lugar de pertenencia. El crecimiento de Kumatetsu es menos obvio debido a que él ya empìeza el relato siendo un adulto, pero con actitud (así se lo dice de hecho uno de sus compañeros) de niño. Es cuando comienza a hacerse consciente de que debe hacerse cargo de otro ser (o, en este caso, un aprendiz humano) que da inicio a una etapa de cambio y autoconocimiento, de él mismo y de los demás. Kumatetsu estaba tan centrado en sí mismo y en superar a Iozen, que no se había percatado de los que se encontraban a su alrededor (incluyendo al propio Iozen). El acto final de un personaje de esta magnitud cobra aún mayor significado por eso mismo.

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Pasando al apartado técnico, los que ya conozcan a Hosoda sabrán que no le falta calidad a sus trabajos. Si bien los diseños son algo simplistas, y hasta se repiten entre sí (Ren parece el hijo menor de Wolf Children, y Kaede la madre con pelo más corto), la animación es fluida y, por momentos, impresionante. Desde luego, la representación del famosísimo cruce de Shibuya y los escenarios de los distintos países del mundo de las bestias son para quedarse ojiplático. La banda sonora también guarda un par de piezas que creo le otorgan mayor intensidad a determinadas escenas (con tema de Mr. Children en los créditos).

En definitiva, nos encontramos ante una buena y bonita fábula sobre el crecimiento, la madurez y la integración en la sociedad (sea cual sea), con una animación de lujo y unos personajes la mar de carismáticos. Hosoda sigue caminando con el buen pie (aunque lo haga de forma más independiente) y, una vez más, estaremos ansiosos ante la espera de su próximo trabajo.

Por cierto, que a la película en esta ocasión la acompañan una novela (escrita por el propio Hosoda) y una adaptación al manga (dibujada por Renji Asai). Ambas han sido traídas a España por Planeta y Norma, respectivamente, así que no hay excusas para no echarles un vistazo.

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Esos clásicos inolvidables: Final Fantasy VIII. Parte II

Tras la introducción habida en la Parte I de nuestro especial dedicado a ese clásico de la saga que es Final Fantasy VIII, hoy vamos a centrarnos en los personajes. Porque todos aquellos que nos hemos acercado alguna vez a la serie de Square Enix, sabemos que este es un elemento fundamental, capaz de determinar la calidad de cada episodio, por encima incluso del apartado gráfico (y a la par que la jugabilidad y la historia).

Como decíamos en la Parte I, la era de PSOne parece ser una de atrevimiento dentro del equipo de Squaresoft (antes de que se convirtiera en Square Enix). Con Final Fantasy VII, se adentraron en una estética cyber-punk, presentando a un elenco de personajes variopintos y carismáticos, que nos ayudaban a adentrarnos en un mundo lleno de encanto (porque no solamente Midgar… ¿quién no recuerda Cañón Cosmo o la Ciudad Olvidada?). Con el VIII, la ruptura fue casi total. La estética era futurista, pero basada en el realismo. Y los personajes seguían la misma línea: ya no aparecían animales parlantes (moombas aparte, e incluso aquí hacían referencia a la falta de lenguaje verbal de los mismos), ni peluches gigantes. A lo sumo, brujas y monstruos que en realidad eran extraterrestres. Todos ellos (exceptuando a los monstruos) con formas claramente humanoides.

También cambiaron las personalidades de los nuevos héroes y villanos que nos acompañarían en el camino. Si bien la comparación inicial entre Squall y Cloud es inevitable, lo cierto es que el primero va varios pasos más allá del segundo. Cloud era introvertido y tenía serios problemas de identidad, pero no dejaba de protagonizar sus momentos cómicos (la famosa escena del travestismo). Por otro lado, y al darnos al jugador la oportunidad de elegir entre varias opciones a lo largo del juego, Cloud queda en ocasiones algo desdibujado, en el sentido de que no sabemos bien qué es lo que está pensando, quedando a la interpretación del lector. A su vez, en el plano romántico, nunca parece del todo claro si Cloud acaba prefiriendo a Aerith o a Tifa (debido al mencionado mecanismo de opciones), por lo que en este sentido el héroe termina pareciendo un adolescente iluso que no se da cuenta de los (evidentes) sentimientos de Tifa hacia él. Y de las fichas que le mete Aerith ya ni hablemos; aunque aquí el flirteo sí se muestra con mayor eficacia (probablemente debido a la personalidad más juguetona y extrovertida de la florista, que invita a ello).

Boceto inicial de Squall, por Tetsuya Nomura

Boceto inicial de Squall, por Tetsuya Nomura

Con Squall quisieron hacer más evidentes sus sentimientos para el jugador. Como su personalidad iba a ser aún más introvertida que la de Cloud, Nojima (guionista) tuvo la buena idea de mostrar los pensamientos del personaje en viñetas aparte. Así, ya no queda duda de los sentimientos del héroe hacia Rinoa, o de que éste se enterase perfectamente de todo lo que sucede a su alrededor, incluyendo los avances amorosos de varias de las féminas (primero Quistis y luego la propia Rinoa). En este sentido, son varias veces en las que a lo largo del juego Squall es descrito por varios personajes no controlables como un tipo perspicaz, pensamiento que corresponde con el nuestro al poder ser conocedores de sus reflexiones en las mencionadas viñetas. Quizás este movimiento fuese algo arriesgado, ya que provocaría que no a todo el mundo le cayera bien Squall (cosa que efectivamente sucede).

Con Rinoa sucede algo similar. Si bien no tenemos ocasión de poder adentrarnos en los pensamientos de la muchacha (tampoco es que haga falta, debido a su carácter extrovertido), fue una jugada arriesgada por parte de Squaresoft el ponerla como único y claro interés romántico del héroe. No fue siempre así, ya que Nomura quería que se siguiera un mecanismo similar al de las citas en el Final Fantasy VII (donde según lo que habíamos ido eligiendo, nos aparecerían Aerith, Tifa, Yuffie o Barret…. por ese orden de probabilidad). Así, la famosa escena del baile podría haber sido con Rinoa… o con Quistis, o con Selphie. Fueron Nojima y Kitase (director) los que suspendieron dicha idea, y quedó definitivamente Rinoa. Con ésta última, sucede lo mismo que con Squall: no a todo el mundo le cayó bien. Teniendo en cuenta que son los protagonistas absolutos de la historia, esto provocó que a algunos jugadores se les atragantase la experiencia con Final Fantasy VIII. En cualquier caso, debemos admitir y agradecerles a los de Square que se atrevieran a arriesgar, y en nuestra opinión la jugada les salió redonda. Al menos, nos dejaron una bonita historia de amor, que era uno de los puntos centrales del juego.

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Para paliar un poco todo lo introvertido y borde de Squall, Nomura creó a Laguna, el misterioso personajes que aparece en sueños (luego escenas del pasado) de los protagonistas, y cuya personalidad es totalmente contraria a la del portador del sable pistola: extrovertido, dicharachero, divertido y sociable. Al inicio de estos «sueños», se nos muestra a un Laguna enamorado de Julia Heartilly, una famosa cantante y pianista. Pero los avatares del destino provocaron que acabasen separados y Laguna terminase viviendo con Raine y Eleone en un bonito y apacible pueblo. Menos mal, porque al final descubriremos que Julia es la madre de Rinoa y Laguna el padre de Squall. Y así se cierra un círculo, donde el destino juega nuevamente un papel importante. Y es que esos son los tres elementos fundamentales del guión de Final Fantasy VIII: amor, destino y el paso inexorable del tiempo.

Volviendo a Squall, y gracias a la mencionada lectura de sus pensamientos, descubrimos que en realidad tenemos ante nosotros a un personaje lleno de temores, con uno por encima del resto: el miedo al abandono. De forma similar al personaje de Matt Damon en El indomable Will Hunting, Squall es cerrado y evita crear lazos sociales profundos con los demás por ese mismo motivo: no tiene amigos, ni parientes (es huérfano, al menos que él sepa), ni parejas, ergo no sufrirá la posible partida o desaparición de los mismos. Esto es debido principalmente a la figura de Eleone: hermana mayor adoptiva de Squall y único referente del mismo en su niñez (al menos hasta la llegada al orfanato de Edea). Eleone es una pieza clave dentro de los entresijos de la historia, ya que puede trasladar la mente de las personas al cuerpo de otras, independientemente del tiempo o espacio en el que se encuentren. Por ello, Eleone es objeto de deseo de todas las brujas, y por eso mismo se ve obligada a huir y esconderse constantemente. La partida de Eleone fue el punto de inicio del trauma social de Squall, que acabará completándose (para bien, por suerte) con Rinoa… cuya aparición coincide con el regreso de Eleone (aunque Squall inicialmente no la recuerda). Y otro círculo se cierra.

Fan art de Mowblack

Fan art de Mowblack

En el bando de los villanos, aquí Squaresoft vuelve a alejarse del séptimo episodio de la saga, y en lugar de mostrarnos a uno bien definido y claro desde casi el inicio del juego (Sephiroth), nos sorprende con un conjunto de villanas (las brujas), que van pasando el relevo de una a otra: primero es Edea la principal villana, luego es Adel, y finalmente Artemisa (Ultimecia en algunos idiomas). Este movimiento de villanos ha provocado que el jefe final (Artemisa) no haya sido lo suficientemente desarrollado a lo largo de la historia (cosa que sí sucede con Edea, por ejemplo), y el consecuente surgimiento de multitud de teorías, algunas más fundamentadas y desarrolladas que otras. La más conocida entre los fans, cómo no, es la famosa Artemisa = Rinoa, la cual trataremos en la Parte III. Al final, esto acabó por convertirse en uno de los encantos adyacentes del Final Fantasy VIII: el rico mundo de teorías creadas por los fans. Y, en este caso por suerte, Square Enix no ha tenido ocasión de crear secuelas ni Compilation que las arruine. Aunque por lo general es rara la ocasión en la que la empresa nipona hace referencia explícita a alguna de las teorías, dejando todo en el terreno de la ambigüedad (como los sentimientos de Cloud).

Otro de los personajes más controvertidos del Final Fantasy VIII, por no ser ni héroe ni villano, es Seifer. Inicialmente, surge como otra contrapartida de Squall, especialmente en lo referido al diseño: Squall viste de colores oscuros y con un abrigo corto; Seifer viste de colores claros y con una gabardina; Squall es castaño oscuro y Seifer rubio; el símbolo de Squall es un león y el de Seifer una cruz; Squall es más afeminado en sus rasgos y Seifer más varonil. Sin embargo, tienen a su vez elementos en común: ambos usan el sable pistola y la famosa cicatriz en medio del rostro (que se la hicieron mutuamente en una de sus constantes peleas/entrenamientos, por cierto). En personalidad, Seifer es peleón, obstinado, rebelde e impulsivo. También algo agresivo. Esta personalidad choca con la taciturna, responsable y callada de Squall, lo que provoca que confronten todo el tiempo. Sin embargo, y gracias nuevamente a los pensamientos de Squall, sabemos que ambos en el fondo se respetan. Seifer es inicialmente un posible villano, esos antagonistas que tanto abundan en los animes, que poseen algo de bondad y acaban por pasarse al bando aliado. El romance en el pasado entre Seifer y Rinoa solo añade más leña al fuego sobre esta creencia inicial. Sin embargo, esto nunca llega a pasar: Seifer acaba siendo un aliado de las brujas, al cual tendremos que enfrentarnos en repetidas ocasiones, para al final llevar una vida pacífica junto a sus dos (y únicos) amigos Viento y Trueno. Lamentablemente, Seifer es uno de los grandes desperdicios del Final Fantasy VIII: un personaje que en el primer disco fácilmente crece ante nosotros, para que al final nuestras expectativas sobre él terminen frustradas. Ni tan siquiera acaba funcionando como contraparte de Squall (ese papel es más para Laguna dentro de la historia).

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Aún con esto, Final Fantasy VIII nos ofrece una rica gama de aliados y de personajes secundarios. No son pocos los que prefieren a Quistis sobre Rinoa, al fin y al cabo. Y qué decir de Zell, ese personaje que parece salido de un shonen (manga para chicos adolescentes, como Bleach o Naruto), y cuya personalidad se nos acaba por hacer entrañable. O el amorío secundario entre Selphie e Irvine. De secundarios, tenemos un jardín de Balamb que cobra vida: desde la enfermera Kadowaki hasta las cocineras de bocadillos (en la traducción española), o la bibliotecaria enamorada en secreto de Zell, pasando por el entrañable (y algo explotador, bien lo sabrá Squall) director Cid Kramer. O los simpáticos y fieles acompañantes de Laguna: Kiros y Ward, Y es que al final, buena parte del encanto que desprende el Final Fantasy VIII se lo debemos a estos secundarios, cuya presencia nos acompaña (muy a pesar de Squall) a lo largo de la historia.

Fan art no es nuestro, crédito a su creador ;)

Fan art no es nuestro, crédito a su creador 😉

Final Fantasy XV: Kingsglaive se estrenará el 9 de julio en Japón, y más noticias

Así lo han anunciado en el ActiveTime Report que el propio Hajime Tabata (director de Final Fantasy XV) desde Square Enix ha dado hoy desde las 13:00 (hora española). Han hablado principalmente sobre el pasado evento Uncovered: Final Fantasy XV, que organizaron por todo lo alto en Los Angeles. Como la mayor parte de los japoneses no pudieron verlo debido a la diferencia horaria, este directo estuvo especialmente dirigido a ellos.

Efectivamente, el mencionado evento resultó ser todo un éxito, lo que se ha traducido en un gran número de reservas de Final Fantasy XV (más de las esperadas por el equipo de Tabata), más de 90.000 registrados (al menos en Japón) para el futuro juego para móviles Justice Monsters V (el cual, por cierto, saldrá la próxima semana en Android, para iOS en junio y para Windows en algún momento del próximo verano en Japón) y un rápido agotamiento de la Ultimate Collectors Edition (la super coleccionista de casi 300 euros, vaya) de Final Fantasy XV. Relacionado con esto último, Square Enix ya ha anunciado que van a aumentar el número de ejemplares en 10.000 unidades más, que se repartirán a lo largo de los distintos mercados (vamos, que Europa y América también recibirán un porcentaje de ventas).

Por lo demás, y aparte del gran anunciamiento que fue la fecha de estreno de la película Kingsglaive (recordamos: película que se situará durante los eventos de Final Fantasy XV y que estará centrada en Regis, Luna y el asalto a Lucis), que será el 9 de julio en cines nipones, podremos esperar más novedades de la gran apuesta de Square Enix para el próximo E3 (también en Los Angeles).

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Esos clásicos inolvidables: Final Fantasy VIII. Parte I

Cuando Final Fantasy VII salió al mercado mundial (el primer juego de la saga en venderse en Occidente, a través de Sony y su flamante Play Station), Squaresoft (antes de ser Square Enix) no debía imaginar lo que se generaría: un fenómeno de masas sin precedentes para la compañía nipona. Por todos es sabido la pasión que aún a día de hoy (remake en camino) siguen generando Cloud, Aerith, Sephiroth y compañía. Al fin y al cabo, es un juego que en la actualidad lleva vendidas más de 11 millones de copias (en diversas plataformas y relanzamientos).

Con esta premisa en mente, es normal suponer la presión que llevaba sobre sus hombros Squaresoft durante aquel año de 1997. Sin embargo,no se amedrentó. Lejos de reproducir la misma fórmula que los llevó al éxito (famosos combates por turnos aparte), pusieron en marcha una historia que nada tenía que ver con la del VII. No solo eso: idearon un sistema de batalla de lo más original… y también complicado (tedioso para varios). Era una época en la que Squaresoft se atrevía a jugar una y otra vez por el caballo ganador (si bien el nombre del mismo variaba en cada carrera)… y ganaba.

Final Fantasy VIII llegó al mercado (japonés y occidental, al igual que la anterior entrega) en el año 1999, con las expectativas recientes debido a la impresión dejada por su predecesor. No lo tenía fácil, y en la actualidad la tendencia es creer que la octava entrega palidece en comparación con la séptima. Sin embargo, se nos suele pasar por alto lo arriesgado de la propuesta de Squaresoft: siguiendo con los modelos 3D (como ya lo hicieran, por primera vez, con Final Fantasy VII), la idea era volverlo todo mucho más realista. Los personajes ya no tendrían forma de muñequitos Lego, los edificios y las ciudades se verían con mucha mayor cantidad de detalles (para el nivel tecnológico de la época) y los tres miembros que conformarían el equipo aparecerían moviéndose a la vez en pantalla (ya no había nada de «fusiones»). La historia y los detalles de jugabilidad también seguían la misma premisa de realismo. Así, ya no se conseguían giles (la moneda de los Final Fantasy) tras acabar con los monstruos, sino que, como Seed (militar de élite de los jardines), cobrarías un sueldo cada determinado tiempo/pasos dados. Muchas de las técnicas y habilidades las aprenderíamos a través de la lectura de revistas de diversa índole que nos iríamos encontrando por el amplio mundo de Final Fantasy VIII. Y las magias tenían un principio y un fin. Se tuvo la idea, incluso, de que los monstruos pudieran ser vistos pululando por los paisajes (mucho antes del Final Fantasy XII), pero la tuvieron que desechar por falta de tiempo e infraestructura. Así es: Final Fantasy XV no es el primero de la saga en tener el realismo dentro de la fantasía como base; ese papel le corresponde a Final Fantasy VIII. Y, seguramente por eso, se pueden percibir varias similitudes entre los trailers (a falta de salir el juego definitivo) del XV y el VIII.

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El equipo de desarrollo que se encontraba detrás de este clásico era prácticamente el mismo que el del VII: Hironobu Sakaguchi como productor, Yoshinori Kitase como director, Kazushige Nojima como guionista, Tetsuya Nomura como diseñador de personajes, Nobuo Uematsu como compositor de la (nuevamente) espectacular banda sonora y Yusuke Naora como director artístico. Pero en realidad, el Final Fantasy VIII llegó a tener tras su realización a un equipo de más de cien personas trabajando a jornada completa. Sobre todo para capturar los movimientos de los actores para la realización de las escenas cinemáticas, las cuales superaron a su vez en realismo y duración a los de la entrega anterior. Era la época dorada de Squaresoft, de la PSOne y de la saga Final Fantasy, y no se escatimaba en gastos.

Si por algo deberíamos estar agradecidos al Square de aquellos años, independientemente de que nos guste o no la entrega que nos ocupa, es por el riesgo y la alta calidad que desprendían sus productos. El Final Fantasy VIII apostó por el realismo, y con ello, por un sistema de batallas mucho más complejo (y puede que irritante) que el de otras entregas. Sin embargo, una vez comprendes mejor el mismo sistema, éste se torna mucho más estratégico, más «real», y acaba teniendo un encanto especial y único, que no volvería a repetirse en posteriores entregas. Y sí, nosotros también creemos que podrían haber acortado las cinemáticas de las invocaciones (llamadas aquí Guardian Forces) cada vez que las llamábamos, ya que eran de suma relevancia dentro de las batallas y terminabas hasta las narices de Laguna de ver la (por otro lado, impresionante) entrada de Quetzal (que vino a sustituir al tradicional Ramuh en este episodio).

Porque otro de los elementos básicos de este Final Fantasy VIII son las clásicas invocaciones, que en esta entrega toman otro cariz. Ya no son meros asistentes de batalla (aquí llegarían a cobrar más importancia que el comando «atacar» de toda la vida), sino que además son el elemento base de todas las habilidades y parámetros que puedan llegara desarrollar nuestros personajes (revistas aparte). Y además tienen peso en la trama (no revelaremos -aún- cuál, que en la actualidad todo es considerado spoiler). La invocación pasa así de ser un mero invitado en nuestras batallas para ser las que llevan la voz cantante y el mayor peso de las mismas. Por eso mismo, Squaresoft creó para la ocasión Guardian Forces nuevos, como Los Hermanos, Doomstrain o Eden, entre otros.

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No podemos olvidar las misiones secundarias y minijuegos, dos de los puntos fuertes de las entregas de Final Fantasy para PSOne (que, no sabemos si por el añadido del trabajo de actores de doblaje en las posteriores entregas, o por qué motivo, acabaron bajando bastante de cantidad y calidad en los episodios posteriores de PS2 y PS3/X-Box 360). En Final Fantasy VIII, si bien no tan memorables como los del VII (Gold Saucer, ejem ejem), tenemos montones de ellos. Desde buscar y pelear contra nuevos Guardian Forces, hasta ayudar en la construcción de una estatua en memoria de Laguna dentro de uno de los pueblos perdidos que hay por el mapa (la Aldea Shumi). Y, por supuesto, dentro de este apartado no podemos dejar pasar el minijuego por excelencia, el vicio de los vicios, y el que es para algunos el mejor elemento del Final Fantasy VIII: el Triple Triad o juego de cartas. Es posible (y no lo decimos en broma) que un jugador termine pasando más horas en el dichoso jueguecito que en la historia principal.

Para ir finalizando con la Parte I, pero no por ello menos importante, tenemos que mencionar otro de los aspectos en los que Square también arriesgó con esta entrega: la narrativa. Si en el VII nos encontrábamos una historia más bien lineal (especialmente en lo referente a perseguir a Sephiroth), con grandes revelaciones y momentos sorprendentes; en el VIII el guión juega con el tiempo (nunca mejor dicho, es uno de los elementos principales de la historia), dando saltos hacia atrás y hacia adelante (a veces somos Squall, y otras Laguna… padre este último del primero, por cierto, algo que se irá descubriendo a medida que avancemos). Esto provoca que podamos llegar a pensar ocasionalmente que hay dos protagonistas (aunque manejamos mucho más a Squall, sin duda), y por ello Nomura diseña a los dos de forma totalmente opuesta: Squall es introvertido, antisocial y responsable, un genio entre los Seed; mientras que Laguna habla por los codos, siempre está acompañado y es bastante más flexible, un exiliado del ejército de Galbadia. Así tenemos una de Cloud y otra de Zack (salvando las distancias, claro).

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Otro elemento esencial en la historia es el amor, lo que, unido a que los protagonistas son todos un grupo de adolescentes (Laguna aparte) que se mueven por jardines/institutos (militares), hace creer que el juego está más dirigido hacia jóvenes hormonales. Nada más lejos de la realidad. Si bien es innegable que los Final Fantasy (en general) siempre han estado más dirigidos hacia un público adolescente, se pueden disfrutar (y con más matices) siendo un joven adulto. Hablando desde la experiencia personal, disfruté este Final Fantasy VIII mucho más jugándolo con veintipico años que con trece. Entre otras cosas porque me enteré de todos los entresijos del sistema de batalla. Y también porque personajes tan taciturnos como Squall, cuyos pensamientos son mostrados aparte de los diálogos (un gran acierto), suelen enternecer más (y, por lo tanto, hacer que empatices con él) a un adulto que a un adolescente (las quinceañeras se fijarían mucho más en un personaje tipo Seifer, por el amor de Quimi). Cuestiones mismas como el qué hacer con nuestras vidas, a dónde podemos llegar y si lo que hacemos es lo correcto nos empiezan a asaltar mucho más durante la veintena y los años de independencia paternal que en los tiempos de estudiante de secundaria. Y vaya, que Squall Leonhart es, al fin y al cabo, una versión descafeinada del malogrado River Phoenix (en diseño) con la personalidad del personaje de Matt Damon en «El Indomable Will Hunting». Si hasta los hay que han (hemos) visto el parecido entre Cid Kramer, director del jardín de Balamb, y el también malogrado actor Robin Williams… Pero de los personajes y de los entresijos de la historia hablaremos en la Parte II.

Más información sobre los personajes de Final Fantasy XV

Hoy, los muchachos de Game Informer, dentro del especial mensual dedicado a Final Fantasy XV, nos han hablado sobre el reparto de personajes que tendrá el futuro juego de la franquicia de Square Enix.

Como ya saben los fans de la saga, el elenco de personajes es uno de los elementos clave para que un Final Fantasy triunfe y perdure en nuestras memorias. ¿Quién no recuerda el triángulo amoroso entre Cloud, Aerith y Tifa? ¿O el crecimiento personal de Squall? ¿O la travesía de Yuna y sus guardianes? Final Fantasy XV pretende no quedarse atrás en dicho aspecto, y ofrecernos unos personajes carismáticos y con los que podamos empatizar fácilmente.

  • Noctis: El príncipe heredero del reino de Lucis lleva mucho peso sobre sus hombros, y lo sabe. Por ello, lo describen como una persona más bien reservada, a quien no se le da bien expresar sus sentimientos (y esto se refleja a su vez en su relación con Luna). De la misma forma, ya desde niño, y tras haber perdido a su madre a una temprana edad, Noctis esperaba la compañía de su padre, quien al ser el rey se encontraba normalmente ausente, por lo que se ha ido convirtiendo en una figura más bien solitaria. Sin embargo, esto no significa que guarde rencor hacia su progenitor, ya que es consciente de que todo ello es debido a las responsabilidades que conlleva ser el monarca de una nación.

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  • Gladiolus: Gladio para los amigos. Es el músculo y la fuerza bruta del equipo. También, el personaje más directo en la forma de ser y de decir las cosas, lo que provoca no pocos enfrentamientos con un más tímido Noctis. No obstante, Gladio forma parte de una de las grandes familias de Lucis, encargadas de proteger a la realeza. Su relación de amistad con Noctis, sin embargo, es totalmente sincera, y va más allá de su papel como guardaespaldas. Del grupo, es el que mejor sabe cuándo decir qué y en el lugar adecuado, lo que los librará de varios aprietos.

Gladio

  • Ignis: Es la mente y el estratega del grupo. Algo así como la mano derecha de Noctis, es increíblemente fiel al príncipe. Debido a que éste último perdió a su madre a una edad temprana, Ignis se dedicó a aprender tareas como cocina, para asegurarse de que Noctis come sus verduras. También ha sido el encargado de llevarlo en el Regalia. A pesar de todo ello, a Ignis no se le da bien leer los pensamientos de los otros, especialmente en lo relacionado con el humor y las bromas. Es sumamente perfeccionista, lo que hará que sienta frustración cada vez que las cosas no salgan como él dice o piensa.

Ignis

  • Prompto: Es el único miembro del grupo que no proviene de la nobleza de Lucis. Sin embargo, conoce a Noctis desde una temprana edad. Prompto es aparentemente alegre y se preocupa por mantener al equipo unido y bien de ánimo, pero en realidad todo ello forma parte de una tapadera. En verdad, el pasado de Prompto es bastante trágico y solitario, y por eso se preocupa especialmente en ocultarlo y mostrarse alegre. Se le da bien la tecnología y es un aficionado a los videojuegos y al anime.

Prompt

  • Luna: Su nombre completo es Lunafreya, y es una oráculo (capaz de comunicarse con los dioses) procedente de Tenebrae. Es amiga de la infancia de Noctis, pero su relación se vuelve más complicada cuando surge por acuerdo de paz un matrimonio político entre ellos. Si bien Luna sí guarda sentimientos de amor hacia Noctis, el muchacho no se siente todavía lo suficientemente seguro como para poder expresar dichos sentimientos. Luna es extremadamente inteligente, decidida y valiente, y se mostrará en el juego como una figura distante pero omnipresente. Es decir, que no acompañará al equipo principal físicamente, pero Noctis se referirá a ella en varias ocasiones, mostrando a través de sus palabras por qué le gusta. No es solo un interés amoroso, sino que su papel sirve a su vez para que Noctis pueda cumplir su destino.


Luna

  • Regis: El padre de Noctis y rey de Lucis. Al igual que pasara con Luna, si bien su presencia a lo largo del juego no será física, sí será extremadamente importante, ya que su figura ha sido la que más impacto ha causado en la vida de Noctis. Él se queda dentro de Lucis cuando Noctis y sus amigos salen para celebrar el matrimonio del príncipe con Luna. Sin embargo, los acuerdos de paz con Niflheim no salen como se esperaba, y todo se vuelve extremadamente complicado, hasta tal punto de que se dan por muertos a Regis, Luna y al mismo Noctis al comienzo de la historia. Se preocupa por su hijo, y siempre ha hecho todo lo que ha estado en su mano para protegerlo; aunque enseñándole las labores y responsabilidades que conlleva ser rey.

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