Algunas anotaciones del final de Carole & Tuesday (y sobre la serie en general)

La última serie de Shinichiro Watanabe, Carole & Tuesday, ha llegado a su final tras 24 episodios repletos de emoción y referencias musicales, a pesar de encontrarse lejos de la perfección. El último capítulo, «A Change Is Gonna Come», en homenaje al tema de Sam Cooke, ofrece los gloriosos siete minutos finales que reúnen a (casi) todos los personajes y son un canto a la libertad y a los vínculos… y a las madres (que por algo se titula «Mother»). Pero hay más. Evidentemente, habrá SPOILERS (también de Cowboy Bebop y algo de Sakamichi no Apollon).

Carole & Tuesday y el feminismo

Es fácil caer en la idea simplista (y falaz) de que Carole & Tuesday es feminista porque sus dos protagonistas (tres si se amplía a Angela) son mujeres. No, Carole & Tuesday es feminista por los potentes mensajes que emite y por las vías en que lo hace.

Yendo directamente al final, el tema que escriben para los siete minutos milagrosos, los cuales se han llevado anticipando toda la serie, está dedicado a las madres, tanto en el sentido literal como metafórico.

Madres hay en este anime, y que juegan un papel importante. Ahí está Valerie, la progenitora de Tuesday que proyecta una importante carrera política y que, en palabras de su hija, tuvo complicado desarrollar por ser precisamente mujer. Valerie además es una madre separada (el padre de Tuesday y Spencer se borró del mapa cuando eran muy pequeños) e independiente. Cuando se entera de que Jerry, su asesor político y de marketing, está realizando actos terroristas con tal de llevarla a la victoria, Valerie lo manda a paseo sin tapujos y con un sonoro «adiós». También podemos verla en uno de los primeros episodios divirtiéndose con un hombre más joven sin que nadie la cuestione nada.

«Mother» en el episodio final de «Carole & Tuesday». Estudio Bones.

La otra figura materna importante es Dahlia, la madre de Angela que anteriormente era hombre y que se ve afectada por el androgenismo marciano. Angela siempre la llama «mama» y nunca nadie se sorprende ni se cuestiona nada, lo que es buena señal. Dahlia es otro ejemplo de mujer que cría a su hija en solitario y de carácter fuerte.

Ejemplos de otras madres, mucho menos relevantes en la trama, se dan también en los casos de Kyle y por ausencia de la misma (lo cual ella recalca) en Carole.

Cuando todos se reúnen para cantar este tema al final, sucede algo curioso: ninguno de los intereses románticos masculinos (sin contar a Kyle, que con diferencia es el más superficial de todos ellos, además ya superado) está presente. O están prófugos, o presos, o deportados (nos referimos, claro está, a Tao, Skip y Amer, respectivamente). Aún teniendo en cuenta que Amer y Skip también cantan y que argumentalmente se podrían haber sacado algo de la manga para que estuvieran presentes, así como Tao (Schwartz ya está preso y además el tipo se supone que es un prodigio de inteligencia), el caso es que ninguno está. No obstante, sí se encargan de mostrar a cada uno de ellos viendo el evento, entre emocionados y compungidos, por los móviles.

Sin embargo, todas ellas sí están presentes en el centro: Carole, Angela (casualmente, Katie sí está ahí) y Crystal (casualmente, la compañera de banda de Skip también está) son además las primeras en salir a cantar (aparte de Tuesday, obviamente) y se mantienen hasta el final a cargo de todo el motor y grueso de la acción. Está claro, el clímax de la serie no va a estar marcado por declaraciones de amor romántico y ellos ahí no tendrían cabida (aunque sean importantes). Es un canto político y social, a las madres y al AMOR a secas, donde el vínculo que más brilla a la postre es el de Carole, Angela y Tuesday. Y esa es la poderosa y emocionante última imagen de la serie, que ninguna de ellas será más «The Loneliest Girl».

Los niños del Doctor Zeeman

El feminismo en la serie es también significativo en el caso de la relación entre Angela y Tao y cómo evoluciona. Cuando ambos se encuentran por primera vez, lo primero que le espeta el productor musical a la aspirante a cantante es que debe aceptar convertirse en su marioneta, lo que ésta acepta tomándolo como un reto. Momentos después, Tao la somete a pruebas de canto poco ortodoxas, lo que causa sus quejas y las de su madre. La conducta de ambos se va ablandando poco a poco hasta que en el mismo capítulo Tao sugiere cambiar la canción de Angela en el Mar’s Brightest debido a «un pálpito» (primer síntoma que vemos de la humanidad del personaje en toda la serie) y la muchacha elige «All I Want», cuya letra va claramente dirigida al deseo de que el productor la haga caso y la aprecie, siendo el único que aparentemente pasa de ella.

«Mañana quiero que me mires solo a mí»
«De acuerdo, pero solo mañana»
(Angela y Tao en el episodio 12)

«Es hora de que cantes con tu propia voz. Te estaré mirando siempre desde lejos»
(Tao a Angela en el episodio 24)

Tao, sonriente, en el último capítulo de «Carole & Tuesday». Estudio Bones.

Al final de la primera mitad, Angela le admite a Tao que siempre ha cantado para otros, concretamente a su madre, y que ahora necesita cantar para él, a lo que éste accede «por ahora». El relato de Angela sigue moviéndose por una crisis de identidad, una cuestión de emancipación y un deseo absoluto de aprobación. Es Tao quien al final le revela quién es y que es ella la que debe tomar su camino, además de que la aprecia sin necesidad de que ella tenga que pedírselo.

Es cierto que es un poco tramposo para el mensaje feminista que sea el hombre quien de el empujoncito final a la mujer, pero para el caso Angela y Tao pasan de una relación en la que una es la marioneta del otro a una entre iguales. Y en cualquier caso, este vínculo no eclipsa al que es definitivo y más importante en el contexto de la serie, que es el de Carole, Angela y Tuesday.

En el último capítulo, Tao le revela a Angela que ambos son niños diseñados artificial y genéticamente por el Doctor Zeeman, el cual se encuentra entre rejas por este motivo. Entre la creación de uno y de otro hubo un lapso de ocho años (Tao tiene 25 y Angela 17 al final de la serie), durante los cuales el doctor estuvo asimismo preso. Si bien es una lástima que un mensaje de tal calibre (y que ofrece posibilidades argumentales muy interesantes en el terreno de la ciencia ficción) sea introducido con calzador en el episodio final, éste explica mucho sobre el personaje de Angela, pero también sobre Tao (del cual teníamos una ausencia casi total de datos personales).

Creado artificialmente, siendo llamado «robot» desde niño por sus congéneres (lo cual dudo que le hiciera gracia, como se aprecia por la mueca que le dedica a Angela cuando ésta se lo espeta), le cuesta entender las emociones humanas y por ello decide dedicarse primero a la neurociencia y a la creación de inteligencia artificial después. Producto y creador, robot y máquina. A medida que se va relacionando con Angela, la única que es igual a él en orígenes (como presumiblemente habría descubierto en los primeros capítulos de la serie, cuando decidió investigar a Dahlia), va ganando en humanidad (el «pálpito» que ya comentamos; cuando decide proteger a Angela del acosador; el mismo deseo de venganza contra Schwartz, emoción humana donde las haya). Al final, Tao decide apagar para siempre todas sus máquinas y despojarse de las gafas que llevaba durante casi toda la serie (solo se las quita para leer el mensaje que le había escrito la muchacha, paradójicamente), a su vez robóticas y que le servían para informarse al instante de todo a su alrededor. En la última escena en que lo vemos, lleva unos anteojos aparentemente normales. Ya no hay nada de artificio, todo en él es humano.

Tao «sonríe» a Angela cuando lo llama «robot». Comparada con la sonrisa del capítulo 24… «Carole & Tuesday». Estudio Bones.

La revelación de Tao a Angela puede llevar a creer que ambos son hermanos, cuando no es esto algo que él mencione en ningún momento. Es altamente probable que no compartan ningún gen, pues ambos pertenecen a etnias distintas (Tao tiene un diseño asiático, Angela latino, incluidos los nombres). El concepto de niños creados genéticamente para ser perfectos se ha tratado alguna vez en la ciencia ficción (Gattaca, gracias a @swordwoman_ en Twitter por la referencia) y por eso precisamente lamentamos que Watanabe y su equipo dejen escapar las posibilidades que esto trae.

Angela y Tao son claramente diseñados para ser el yin y el yang (fase que, oh, espera, va después del tao en el taoísmo). El yin, femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción (Angela empieza siendo «la marioneta» de Tao); el yang, masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración (sobran las explicaciones). A juzgar por las personalidades de ambos, el Doctor Zeeman creó a Tao para ser un portento intelectual, pero se le «escapó» la parte emocional; la cual invirtió más en Angela.

Yin y yang, opuestos pero complementarios. El tema «Tower», cantado por Angela al final del episodio 23, habla de este deseo de la muchacha de ser más como Tao («todos me rodean menos tú… En un mundo perfecto todos nos pareceríamos más a ti»). La atracción de Tao hacia Angela es más sutil (Schwartz, que lo ha conocido desde que era niño, se sorprende de verlo trabajando con una humana), pero notoria especialmente al final (sacrifica su libertad y su vida por ir a verla, como recalca Katie) y durante el evento con el acosador, es la columna vertebral en su camino hacia convertirse en humano, como ya hemos tratado.

Toda la escena final entre Tao y Angela está dirigida artísticamente con un tono especialmente romántico, de ahí que nos choque la percepción de fraternidad que ha despertado en varios espectadores. La luz de la luna sobre Tao (que no han elegido que sea de noche por nada), la música de fondo suave, el enfoque a las flores, la división infraqueable entre ambos (que Angela desea romper), que a Tao no le veamos la cara en determinados momentos y que decida marcharse antes de que sea demasiado tarde (para él y para los dos).

De hecho, todo el momento nos recuerda fuertemente a escenas de otros dos títulos de Watanabe: la despedida de Spike y Faye en Cowboy Bebop (con una tonalidad mucho menos romántica y más fría, si bien los planos entre Spike, Faye, Tao y Angela se asemejan, e incluso nos trae a la mente el diálogo entre Tao y Katie); y la de Junichi y Yurika en Sakamichi no Apollon (esta sí, claramente romántica y con actitudes nuevamente muy similares entre los personajes). Nos extenderemos sobre las conexiones con Cowboy Bebop más adelante.

Mother, Mother, Mother

Como adelantábamos, el mensaje en la letra de la canción que Carole y Tuesday componen para el clímax de la serie es un canto a las madres. A la de Tuesday, que como hemos dicho es importante en la trama; a la de Angela, que ya se ha ido; y a la de Carole, a la cual nunca pudo ver y a la que ha conocido a través de su padre.

Pero es asimismo un mensaje dirigido al concepto de madre como lugar de origen. Siendo un tema realizado para concienciar en contra de las políticas anti inmigración que se están promoviendo, y teniendo en cuenta que Marte es un planeta poblado relativamente reciente (el tema se canta en el primer día del año 50 tras la colonización), madre puede ser el lugar en el que has nacido: «la madre Tierra», de donde vienen por ejemplo Carole, Gus o Tobe; o la propia Marte, donde nacieron Tuesday, Angela o Ertegun, entre otros.

Precisamente, el evento se organiza en el Hall en Memoria de la Inmigración, primer sitio donde tocaron Carole y Tuesday y cuyo nombre lo dice todo.

El mensaje político

El guión de Carole & Tuesday peca en ocasiones de ser bastante disperso y no terminar de encontrar su lugar, lo que se aprecia especialmente en la trama política.

Este arco se centra sobre todo en Valerie, la madre de Tuesday, quien se rige como principal opositora al gobierno actual en Marte. Debido a que apenas se menciona (ni se muestra) al presidente, el grueso de los espectadores pensará que todos los actos políticos dirigidos en contra de la inmigración y de la censura provienen de Valerie, pero en realidad son del gobierno (lógicamente, ya que la oposición no puede llevar a cabo y ejecutar leyes). Por ello, Valerie es una opción aún más conservadora que la del gobierno actual, lo que acerca la trama a la realidad.

Por esto también, muchos piensan que el acto final en el Hall en Memoria de la Inmigración es inútil tras haber hablado Spencer con su madre y ésta haber decidido retirarse de las elecciones. Sin embargo, el evento va contra las políticas del gobierno actual y de la creciente tendencia social hacia la xenofobia y la censura. Por eso, el mensaje de la serie queda aún más abierto al no saber qué reacción podrá tener entre la población, más que en los resultados electorales (ya que Valerie se ha retirado… por ahora).

El DJ que había olvidado escuchar

Ertegun (en homenaje al productor musical Ahmet Ertegun, todas las referencias musicales en Carole & Tuesday merecerían una entrada aparte) aparece en el segundo capítulo como un tipo ya con un amplio recorrido en el mundo de la música y como alguien muy pagado de sí mismo. En el episodio 3, cuando las dos protagonistas acuden a verle con ayuda de Roddy para que escuche su tema y así pueda ayudarlas a introducirlas en la industria, éste se niega tan siquiera a escucharlas, aduciendo que son unas novatas que ni tan siquiera se están tomando en serio su trabajo. Al DJ lo vemos viviendo en una lujosa mansión con una gran piscina y rodeado de mujeres.

En la segunda mitad, en el capítulo 17, Ertegun es estafado por uno de sus robots y entra en quiebra. Solo lo ayuda Roddy, quien lo acoge en casa de Carole, que accede a regañadientes. Tras superar una crisis personal y creativa, Ertegun se recupera mentalmente de este palo y decide volver por todo lo alto con un nuevo tema que él compone. Para ello, necesitaría la voz y el empuje de una diva.

Retrocediendo hasta el episodio 10, durante el concurso Mar’s Brightest Ertegun es invitado como jurado. Tras escuchar cantar a Angela, quien ya lleva un amplio recorrido en el mundo de la fama como modelo y actriz infantil, queda encantado y asegura que le gustaría colaborar con ella en un futuro.

Recordando estas palabras, Ertegun va a buscar a Tao (de nuevo en el 17), productor musical de Angela, para que le «preste» a la diva para ponerle voz a su tema. Resulta que Tao también anda dolido (aunque no lo reconozca) con unas declaraciones arrogantes que el DJ realizó sobre él públicamente hace un par de años. Sin embargo, accede a escucharlo, a pesar de que Ertegun no trae consigo ningún teclado ni instrumento. Justo lo contrario que él había hecho con Carole y Tuesday (y vete a saber cuántos otros) al inicio de la serie, cerrándoles la puerta antes de darles una oportunidad.

Tras escucharlo cantar en el modo más natural posible (y ofreciéndonos la escena más hilarante del anime junto a  la del videoclip y las Mermaid Sisters), Tao accede ipso facto a que colabore con Angela, ante la estupefacción y absoluto rechazo de ésta. La escena sirve para cerrar el círculo de Ertegun en forma perfectamente equilibrada y tras una cura de humildad anti-karma, así como para demostrar nuevamente la creciente humanidad en Tao. El desarrollo del DJ culmina con el apoyo que presta a las protagonistas para organizar el evento de «Mother» y sobre todo con su última escena, donde lo vemos viviendo y escuchando, esta vez sí, el tema escrito por Carole y Tuesday.

Ertegun dándolo todo en el capítulo 24 de «Carole & Tuesday». Estudio Bones.

La conexión con Cowboy Bebop

Shinichiro Watanabe gusta de hacer guiños entre sus series, si bien no en todas. Que sepamos, lo ha hecho en Cowboy Bebop, Space Dandy y Carole & Tuesday. Entre la dos primeras, con el uso de la moneda ficticia woolong.

En el caso de Cowboy Bebop y Carole & Tuesday los guiños son más numerosos: usan también el woolong y la acción se sitúa (casi enteramente en el caso de la segunda) en la ciudad de Marte Alba City, localización principal en la película Knockin’ On Heaven’s Door. En dicha cinta una parte ocurre asimismo en la planta de control del clima, donde sucede el atentado orquestado por Jerry en Carole & Tuesday.

Otro punto de conexión entre ambas está en la presentación que se hace de la Tierra como un lugar casi inhóspito, si bien algunos de los protagonistas proceden de ella (Faye y Ed en Cowboy Bebop). En Carole & Tuesday no se tocan los motivos de este empeoramiento de la calidad de vida en la Tierra (el cual cita Amer como motivo para huir de ilegal a Marte), mientras que en Cowboy Bebop se achaca (al menos en su mayoría) a un accidente espacial que se supone destroza a la Luna y genera que desde entonces haya un incesante goteo de asteroides sobre el planeta, que además parece semi inundado.

La Tierra en «Cowboy Bebop». Estudio Sunrise.

Tenemos a su vez similitudes narrativas entre ambas, como que cada capítulo (o la mayor parte de ellos en Cowboy Bebop, película incluida) hagan referencia a un tema musical de Occidente o el mensaje al final de cada episodio, siendo «See you, Space Cowboy» («Nos vemos, cowboy del espacio») por lo general en la primera obra importante de Watanabe y «Will be continued…» («Continuará…») en la última.

En los episodios finales este mensaje cambia en ambos casos, dejando una sensación vaga y de ambigüedad en el espectador. En el caso de Cowboy Bebop es «Cargarás con ese peso» y en el de Carole & Tuesday «Continuará… en tu mente». Parecen mensajes dirigidos especialmente al espectador, que se presume consternado y emocionado por ambas conclusiones, que se mantienen abiertas.

Otro símil narrativo se halla en las figuras de los tres ancianos, que aparecen recurrentemente en los distintos planetas y ciudades por los que pasa la tripulación de la Bebop, y el casero (casi mudo) de Carole y la banda que las dos protagonistas encuentran para que las acompañen mientras tocan, también de tres miembros sin nombre (de los que tienen los viejos de Cowboy Bebop nos enteramos por material adicional a la serie, lo que puede suceder igual en este caso).

En definitiva, se trata del título de Watanabe más cercano a su ópera prima hasta la fecha, si bien las tramas y géneros que abarcan son muy distintos. Es posible que haya incluso más guiños que se nos han ido escapando. Solo el tiempo lo dirá.

Carole & Tuesday, un himno a la música

Shinichirô Watanabe es ese nombre que se encuentra detrás de títulos como Cowboy Bebop, Samurai Champloo o Zankyou no Terror. Es decir, lo más «mediocre» de su obra no cae por debajo del notable (a falta de ver completa Space Dandy) y su cumbre se encuentra entre los considerados títulos de culto. Evidentemente, la llegada de un nuevo anime bajo su firma, con el estudio Bones detrás y aunando dirección junto a Motonobu Hori, nos tenía a todos los seguidores atentos y, hay que admitirlo, con las expectativas por las nubes.

Carole & Tuesday, cuyos primeros 12 capítulos (de un total de 24) pueden verse en Netflix, narra las peripecias de dos jóvenes (con voces de Miyuri Shimabukuro y Nai Br.XX en la de canto; y Kana Ichinose y Celeina Ann, respectivamente), las que dan nombre al título, amantes de la música y que se encuentran fortuitamente en Alba City, una de las mayores (sino la mayor) ciudades de Marte. Ambas deciden fundar un dúo y empezar a crear canciones juntas, mientras en su camino se van cruzando con distintos personajes del star system, como la modelo Angela (Sumire Uesaka y Alisa en canto), el productor musical Tao (Hiroshi Kamiya), el mánager venido a menos Gus (Akio Ôtsuka), el DJ Ertegun (Mamoru Miyano) o el técnico de sonido Roddy (Miyu Irino).

Personajes carismáticos con una trama que no siempre sabe acompañarlos

Carole & Tuesday se divide en dos partes claramente diferenciadas: los 12 primeros episodios relatan la llegada a la fama de las dos protagonistas y los otros 12 sobre cómo lidian con ella, en palabras de Watanabe. Lamentablemente, esta separación produce varias crisis de identidad en la serie, lo que conlleva algún que otro altibajo.

"Carole & Tuesday". Estudio Bones.

«Carole & Tuesday». Estudio Bones.

Uno de ellos, y quizás el principal, es su título y campaña promocional. Carole y Tuesday son, al menos durante la primera mitad, las dos protagonistas casi indudables de la serie; pero este papel se va difuminando en pos de las apariciones de un sinfín de personajes y que, no vamos a engañarnos, a la postre Angela y su arco (que inteligentemente contrasta con el de Carole y Tuesday, yendo prácticamente a la inversa) resulta infinitamente más interesante y grandilocuente.

En resumidas cuentas, las dos protagonistas desprenden química e inevitablemente caen bien, pues representan a la música en sí, la esperanza, el salir adelante, la creatividad y por supuesto el cambio; pero carecen de conflicto en sus arcos argumentales (especialmente en la segunda mitad) o éstos se resuelven demasiado rápido.

En cambio, Angela y los personajes que envuelven a su desarrollo (Tao, Ertegun en cierto punto) te dejarán con ganas de saber más a cada instante y ofrecerán momentos que te dejarán los pelos como escarpias (los ending «Endless» y «The Tower» pasan a considerarse como dos de los momentos más angustiantes y hermosos del anime reciente). Como decíamos, el problema radica en la disociación entre título y desarrollo de la trama, como si Cowboy Bebop se hubiese llamado «Capitán Jet Black» (por muy bien que nos caiga el bueno de Jet).

Watanabe hace obras en base a sus personajes y esta no es la excepción (quizás sacrificando en ocasiones la trama en el proceso). Vamos descubriendo Alba City y los recovecos del «star system» de la mano de Carole, Tuesday, Angela, Tao, Roddy, Gus o Ertegun. Siguiendo su estilo, su narrativa es mucho de mostrar con hechos en lugar de palabras (y puede que incluso se contradigan los unos con las otras a veces, humanizando con ello a sus creaciones) y de ahondar en psiques y miedos, lo que aquí vuelve a lograr especialmente (cómo no) con el personaje de Angela.

«Carole & Tuesday». Estudio Bones.

Siguiendo esta estela, nos hallamos ante una primera mitad más centrada en los temores y miedos de Carole y Tuesday, con un arranque fresco y muy prometedor; frente a una segunda parte en la que la mayor parte del grueso narrativo (o al menos el que más implica emocionalmente al espectador) recae sobre los hombros de Angela, culminando en un final hermoso y apoteósico, si bien demasiado abierto para mi gusto (incluso para los niveles de ambigüedad de Watanabe).

Esta inversión paralela de desarrollos de personajes sacrifica en algunos momentos la trama, como adelantábamos. En este caso, encontramos episodios que no se sabe muy bien por qué suceden (el de Tuesday y el periodista podría haber sido sustituido perfectamente por uno dedicado a Roddy, que falta le hacía) y demasiadas subtramas abiertas de forma simultánea, algunas de ellas parece que incluso de forma arbitraria. Quizás sea la pluma de la escritora Aya Watanabe, que se encuentra asimismo detrás del proyecto y en cuya trayectoria vemos algunos «doramas». Sí, podría decirse que narrativamente Carole & Tuesday se parece a un «dorama» o telenovela en más de un aspecto.

Todo ello transmite una sensación de que no va a dar tiempo (recordamos que se trata de una serie de 24 episodios) a culminar y abordarse de forma satisfactoria, como efectivamente ocurre dejando varios arcos importantes abiertos, emociones a flor de piel y los famosos (y muy logrados) 7 minutos aparte. La serie dirigida por Watanabe y Hori adolece de algún que otro problema de ritmo por ello.

«Carole & Tuesday». Estudio Bones.

El poder y la importancia de la música

No obstante, personajes aparte, la gran virtud de Carole & Tuesday se lo lleva el enfoque y el himno que hace a la música. Como he crecido en un hogar muy musical, donde la radio y discos sonaban a cualquier hora ociosa, esta serie se me ha hecho especialmente cercana  (imagino que la emoción que despertará en un músico no será poca). No podemos olvidar que la música (y la cultura pop, especialmente la occidental) siempre ha jugado un papel esencial en la obra de Watanabe.

Se aborda la música de todas las maneras posibles y en sus expresiones, desde la melodía simple que te alegra un momento tontorrón, hasta la canción como protesta y movimiento social, o las letras usadas para hacer llegar mensajes que de otra forma no lo harían a nuestros seres queridos. En definitiva, la música como vía creativa y forjadora de vínculos.

Del apartado técnico, poco se puede decir salvo que es espectacular, especialmente la música y banda sonora (en una serie de estas características no podía ser de otro modo). Se nota que han invertido dinero, tiempo y esfuerzo en encontrar a artistas que presten sus voces y talento para los temas de diversa índole que van sonando, casi todos ellos muy característicos. Y no podemos dejar pasar la portentosa conjunción de seiyuu, que tenemos aquí a Hiroshi Kamiya, Mamoru Miyano, Maaya Sakamoto, Megumi Hayashibara o Takahiro Sakurai, por nombrar a algunos, bajo un mismo título. De la animación, a cargo del estudio Bones, poco se puede decir (a pesar del uso de algunos planos repetidos entre episodios).

En definitiva, Carole & Tuesday es un obligado para los seguidores de la obra de Watanabe y los amantes de la música a secas. Reúne a personajes interesantes a los que lamentablemente la trama no sabe acompañar en ocasiones y con algún que otro altibajo narrativo, especialmente en la mitad, si bien guarda momentos cómicos y melodramáticos, incluso hermosos, para el recuerdo. A nosotros desde luego nos ha hecho pasar seis meses apasionantes.

P.D.: Ver las primeras y últimas apariciones de Angela, Tao y Ertegun demuestra lo brutal que ha sido el desarrollo de estos personajes.

Japoneando Anime: Sakamichi no Apollon (Kids on the Slope)

Volvemos con la sección Japoneando Anime y, como no podía ser de otro modo, con una serie del gran Shinichiro Watanabe (Cowboy Bebop, Zankyou no Terror, Samurai Champloo). En este caso le toca a Sakamichi no Apollon, traducida como Kids on the Slope («Niños en la ladera»), un manga original de Yuki Kodama y adaptado al anime por el mencionado Watanabe.

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La adaptación al anime consta de 12 episodios de unos 25 minutos cada uno. De la animación se encargó el estudio MAPPA (que repetiría posteriormente con Watanabe en Zankyou no Terror). En el apartado musical (un aspecto esencial en esta serie) se encuentra la inigualable Yoko Kanno, otra de las habituales colaboradoras de Watanabe. Aunque, todo hay que decirlo, muchas de las piezas que suenan a lo largo de este anime son adaptaciones de clásicos del jazz y del blues (género musical importantísimo asimismo en Cowboy Bebop). El opening se titula Sakamichi no Melody (坂道のメロディ) y es interpretado por YUKI, mientras que el ending Altair (アルタイル) es cantado por Motohiro Hata en colaboración con Sakamichi no Apollon.

Adentrándonos en el argumento de este anime, podría decirse que entraría dentro del género shôjo, es decir, manga para chicas jóvenes/adolescentes. Aunque, a decir verdad, algunos de los temas aquí tratados son algo más adultos de lo que habitualmente podríamos hallar en un shôjo. Sin embargo, el tema principal en Sakamichi no Apollon y que resuena en cada una de sus partes es el jazz. Como tal, la serie se encuentra ambientada en Japón durante el verano del año 1966. ¿Por qué esta época? Ahora lo veremos.

 

Kaoru Nishimi es un tímido joven que poseo un gran talento para la música (concretamente para tocar el piano) y que acaba de llegar a vivir a la prefectura de Nagasaki con unos parientes. En su nuevo instituto, conoce a dos jóvenes que le cambiarán la vida: Sentaro Kawabuchi, un joven impulsivo y que suele meterse en problemas, pero que al igual que Kaoru le apasiona la música; y Ritsuko Mukae, una chia responsable y delegada de la clase de Kaoru. Pronto, los tres se hacen inseparables y Sentaro y Kaoru acaban tocando juntos en un grupo de música jazz, donde ambos encuentran más fácil y sencillo expresar sus sentimientos. A través de la música…

  • El jazz y el blues

Hagamos un paréntesis aquí, ya que, como todo el mundo sabrá, jazz y blues son dos géneros musicales originarios de Estados Unidos y que se han ido expandiendo por todo el mundo, también en Japón. No obstante, tal como indicábamos, estos géneros musicales son ampliamente escuchados a lo largo de Sakamichi no Apollon, con piezas como: My Favorite Things (John Coltrane), Someday My Prince Will Come (Miles Davis) y Moanin´(Art Blackey & The Jazz Messengers), entre muchas otras.

Es imposible explicar en dos párrafos un género musical que se originó a finales del siglo XIX (que se dice pronto) en Nueva Orleans, como una forma de expresión artística de la comunidad afroamericana y que traía influencias tanto de la música europea como de la africana. Tres de los rasgos característicos comunes del jazz serían: un ritmo especial conocido como swing, un fraseo y un sonido que dejan entrever la personalidad del músico y la importancia de la improvisación. El segundo es quizás por lo que el jazz cobra tanta importancia en Sakamichi no Apollon: el gamberro Sentaro y el introvertido Kaoru pueden expresarse mejor a través de su música.

No por nada, el propio Watanabe ha explicado que su fanatismo por este estilo de música y el hecho de sentirse identificado con la época en la que está ambientado el manga es lo que provocó que se decidiera a dirigir la adaptación al anime.

  • Japón y las revueltas estudiantiles de los 60

Muchos pensamos en tranquilidad y armonía social cuando pensamos en Japón. Un país donde siempre hay educación y respeto por el otro, donde el orden y la seguridad imperan. Sin embargo, no siempre fue así.

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Tras finalizar la II Guerra Mundial, habiendo admitido el emperador Hirohito la derrota frente a los estadounidenses, lo cierto es que se originó entre la población nipona un fuerte sentimiento contrario a todo lo proveniente del país norteamericano. Este sentimiento fue canalizado de diversas formas, siendo una de ellas la formación del Partido Comunista Japonés, el cual acabó ramificándose en el llamado Zengakuren (全学連) o Federación Japonesa de Asociaciones Estudiantiles, en 1948, solo tres años tras el final de la guerra.

Las actividades del Zengakuren iban desde lo más diplomático hasta el uso de la violencia, y protagonizaron varios episodios. Sin embargo, su presencia se intensificó con el estallido de la Guerra de Vietnam (1955-1975), y fue especialmente convulsa entre los años 1968 y 1970 (recordemos las revueltas de mayo del 68 en Francia y todo lo que aquello desencadenó). De forma similar al país galo, los estudiantes universitarios japoneses tomaron varios edificios del campus en reclamo de mejoras salariales (para los estudiantes de medicina en prácticas, por ejemplo) o como protesta contra las subidas de las tasas universitarias. A todo ello se le sumaba que las universidades públicas no solían hacer tanto uso de la seguridad(privada o policial), en comparación con las privadas. Así, universidades como la de Tokio o la Nihon fueron tomadas y en su interior los grupos de protesta se reestructuraron en el Zenkyôtô (Zengaku Kyoto Kaigi o Comité Inter-Campus de Lucha Conjunta), cuyo modus operandi se basaba en la democracia de masas y en los mítines abiertos. Seguían las influencias de movimientos como la Revolución Cultural China o los de liberación en países del tercer mundo. Las tensiones, violencia y cada vez mayor intervención de los antidisturbios en los edificios de las universidades públicas desembocó en barricadas y barrios tomados (al estilo parisino) y, finalmente, bajo la intervención directa del Ministerio de Educación, en miles de arrestados y heridos. Las huelgas y manifestaciones no prosperaron y todos estos movimientos acabaron disolviéndose.

En Sakamichi no Apollon tenemos al personaje de Junichi como representante de este tipo de ideologías (al menos en un principio, o a través de flashbacks). No por nada, la serie está ambientada en la década de 1960. También cabe preguntarse si Watanabe mismo no guardará algo de simpatía hacia este tipo de grupos e ideologías, puesto que en Zankyou no Terror volvería a sacar a coalición estos temas, y hasta uno de los detectives se lamenta de la ausencia de movimientos protesta entre los jóvenes del Japón actual. En cualquier caso, eso quedaría dentro de la brillante cabeza de este genio.

  • Conclusión

Sakamichi no Apollon es, en conclusión, una oda a la música. Pero no a cualquier música, sino al jazz y a su enriquecedor número de sub-géneros, y cómo éste puede servir de hilo conductor para que un grupo de jóvenes dispares se exprese y se vincule irremediablemente. Porque, para empezar, Kaoru y Sentaro no pueden ser más diferentes: uno de clase alta, estirado y tímido; el otro de clase más humilde, impulsivo y desaliñado. Sin embargo, ambos se unen a través de su pasión por el jazz. En medio, una historia que nos habla sobre la madurez que inevitablemente llega en cualquier época y contexto, sobre las relaciones de amistad y de amor. La década de 1960 en Japón como telón de fondo, la dirección de Watanabe y la batuta de Kanno: no se puede pedir más.

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Japoneando Anime: Zankyou no Terror

Estrenamos sección centrada en los aspectos de la sociedad y cultura japonesas (actual o no) que pueden observarse a través de algunos animes. No, no nos referimos a los típicos shojo de colegialas con uniformes de marinera (nada en contra de ello, pero son sobradamente conocidos y en lo personal pensamos que se queda en lo superficial). Aspectos como la percepción de la muerte (y lo posterior) entre los nipones, el concepto de amor (y su expresividad) y lo que nos ocupa y trataremos a continuación, a través de la magnífica Zankyou no Terror (残響のテロル Zankyô no TerrorTerror in Resonance, como es más conocida en países angloparlantes).

Zankyou no terror, otra genialidad de Watanabe

Empecemos por introducir este anime, especialmente para aquéllos que todavía no lo han visto (¿a qué esperáis?). Zankyou no Terror es, a día de hoy, la última obra de Shinichiro Watanabe, creador de otros grandísimos animes como Cowboy Bebop (al que por cierto dedicamos un especial en las Parte I, Parte II, Parte III y Parte IV) o Samurai Champloo. Teniendo ya al director como garantía, al equipo se sumó otra habitual colaboradora de Watanabe: Yoko Kanno, encargada (cómo no) de la música, que suma otro gran tanto a la obra. La banda sonora de Zankyou no Terror se encuentra repleta de temas pop con toques eclécticos y más cercanos al estilo de bandas de Islandia (Sigur Ros), a las cuales hacen explícita referencia al final. Cuando observamos que en Zankyou no Terror hay escenas que quedan grabadas en la retina y en el oído para la posteridad (la huida en motocicleta, la noria) es cuando nos damos cuenta de la grandiosidad del trabajo realizado. De la animación se encargó el estudio MAPPA (Sakamichi no Apollon -también de Watanabe-, Shingeki no Bahamut) y de la emisión el espacio Noitamina. El anime consta de 11 episodios de casi media hora cada uno.

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¿Qué nos cuenta este anime? Nine y Twelve son dos adolescentes de unos 17 años que se inscriben como alumnos en un instituto de Tokio. De camino a su primer día, se topan con Lisa, una estudiante del mismo centro que estaba sufriendo un ataque de bullying. Hasta aquí todo bien, parecería un anime más de institutos y chicos y chicas guapos que se conocen en un caluroso día de verano. Pero Nine y Twelve esconde un secreto: son terroristas que se hacen llamar Sphinx, y buscan (aparentemente) causar el caos en Japón a través de la implantación de bombas en edificios y de jugar a las adivinanzas (o acertijos) con la policía. Al final todo se irá complicando hasta involucrar a la propia Lisa y al mismísimo FBI.

La ambigüedad y la caracterización de los personajes

Con este argumento no serían pocas las voces que se alzarían (a primera vista) en alarma. Hasta el mismísimo Obama advirtió de los peligros de la mala interpretación de este anime cuando llegó a Estados Unidos. Sin embargo, encontramos en Zankyou no Terror varios elementos para pensar. No, no es una apología del terrorismo (por suerte, claro está), ni es una visión maniqueísta sobre lo malos que son unos y lo buenísimos que son los otros. Hallamos aquí una característica general de los medios audiovisuales japoneses (no solo el anime, que también): la ambigüedad moral de sus personajes. Probablemente, todo aquél que haya leído una obra de Haruki Murakami o haya visto alguna película de Takeshi Kitano sabrá de qué estoy hablando.

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Ya sea por la inexistencia de los conceptos de «pecado», «infierno» o «cielo» en las religiones que abarcan Japón (sin contar minorías cristianas, etc.), o por su forma de pensamiento reflexivo sobre las dicotomías existentes (filosofía zen), o la transitoriedad de todo lo que está vivo y pasa en el mundo (concepto mudyô), lo cierto es que es habitual observar cómo en películas, libros, mangas o animes japoneses el autor no se preocupa tanto en juzgar las acciones de los personajes; lo importante es lo que se cuenta, lo que sucede sin moralejas. Tal como cabe esperar, al final Nine y Twelve guardan sus motivos para hacer lo que hacen, y cuidan bastante el no causar víctimas mortales, hasta el punto de ser la parte contraria (los supuestos «buenos») los que se aprovechan de esto para intentar capturarlos. En Occidente, una obra que se nos ocurre similar sería V de Vendetta de Alan Moore, pero este autor sí expresaba claramente sus preferencias y mensajes políticos a través del personaje (Watanabe también tiene su intencionalidad, que ahora veremos, pero no la deja tan clara ni lo hace obvio a lo largo del anime).

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Los jóvenes y la política en el Japón de hoy

En una entrevista posterior al estreno de Zankyou no Terror, Watanabe contaba que su idea al crear dicha obra era expresar su descontento con la sociedad y la política actuales en Japón. Incluida la apatía de los jóvenes nipones al respecto. A partir de aquí, habrá SPOILERS.

Efectivamente, todos los principales protagonistas de Zankyou no Terror son jóvenes (rondando los 17 años), frente al equipo de policía e investigación donde claramente son ya adultos. Curiosamente, los jóvenes de Zankyou no Terror son representados como la parte activa del cambio, usando la violencia incluso y de ser necesario, mientras que el cuerpo policial muestra el lado corrupto y más apático de la sociedad japonesa (se dejan dar órdenes y no intervienen una vez hace acto de presencia Estados Unidos). Con la excepción del inspector Shibazaki entre los adultos y de Lisa (al principio) entre los jóvenes. Shibazaki porque persigue con ahínco al corrupto (y eso le cuesta el cargo); mientras que Lisa es, al comienzo de la serie, una chica que se deja llevar por la depresión (bullying en el instituto, una madre que demuestra tener problemas psicológicos), hasta que se topa Nine y Twelve. Lisa entonces despierta del letargo y se involucra, hasta el punto de convertirse en cómplice.

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El personaje de Lisa muestra, además, un curioso cambio en todo este proceso: en los primeros capítulos se la ve mirando el móvil, mientras que al irse con Twelve y Nine el dichoso aparato ya ni aparece. Los jóvenes (la sociedad en general), puede que más en Japón, pero también en todo el mundo, se encuentran aletargados por la tecnología. Por eso, el objetivo final de Nine y Twelve, con la explosión en la estratosfera de la bomba atómica, es fulminar todos los aparatos electrónicos de Japón (nación cuya industria tecnológica es muy poderosa, por cierto), Al hacerlo, no se consigue solo que el país nipón retroceda a un estado similar al que se encontraba tras la II Guerra Mundial (tras la explosión de otras bombas atómicas, recordemos), sino que sirve para despertar a la sociedad (jóvenes y adultos) del letargo en el que se encontraban sumidos. Ahora podrán escuchar su historia y contemplar horrorizados los casos de corrupción y de crímenes contra la humanidad en los que el gobierno japonés se ha visto involucrado. Lo cual nos lleva al siguiente punto.

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El Escuadrón 731

Muchos quizás no lo conozcan (servidora misma vivía en la ignorancia al respecto hasta que se topó con este anime y se puso a investigar por San Google), pero dentro del pasado imperialista japonés nos encontramos con algo llamado Escuadrón 731. Esto fue un programa encubierto del gobierno japonés de la época (II Guerra Sino-Japonesa y II Guerra Mundial) que se dedicaba a la investigación y al desarrollo de armas biológicas mediante la tortura y experimentación sobre seres humanos (vivos). El ejército imperial, con Shirô Ishii a la cabeza, fue puesto al mando. Las instalaciones se encontraban (y se encuentran) en Harbin, Manchuria (entonces Manchukuo, bajo dominación japonesa), en China, y los sujetos de experimentación eran en su mayoría población militar y civil de dicho país. Esta incluía a niños, embarazadas y ancianos. Constaba de más de 150 edificios y se calcula que en total se torturaron entre 3.000 y 250.000 personas. Muchas de ellas murieron allí. Entre los experimentos, se mencionan vivisecciones (sin anestesia), extracción de órganos (dejando al sujeto con vida para observar su capacidad de supervivencia), amputación de miembros (también sin anestesia, algunos luego volvían a coserse en otra parte del cuerpo), explosión de granadas con mayor o menor aproximación a los sujetos, inyección de agentes patógenos (con la excusa de que eran vacunas), transmisión de enfermedades como la gorronea o la peste bubónica, exposición a temperaturas extremas, y un largo y crudo etc.

Cuando finalizó la guerra y los estadounidenses ocuparon Japón, descubrieron todos estos lugares y terribles experimentos, pero acordaron otorgar la amnistía a los responsables de tales atrocidades a cambio de que les transfirieran los resultados de sus investigaciones. Así, la mayor parte de doctores, militares, profesores, etc. que tuvieron alguna relación con el Escuadrón 731 pudieron continuar con sus vidas sin mayores impedimentos.

La situación que Nine y Twelve (y, posteriormente, Shibazaki y su equipo) quieren denunciar es muy similar a la del Escuadrón 731, y no sabemos si quizás Watanabe pretendía hacer referencia directa a dicho episodio. Básicamente: que niños puedan ser llevados y torturados (y asesinados, muchos de ellos), dañándoles de por vida, bajo órdenes del gobierno japonés, y que éste `pueda salir impugne de ello es lo que narra también el anime. Que los responsables de aquello piensen llevarse dicho acontecimiento a su tumba, mientras mueren por causas naturales en sus camas, dentro de sus enormes casas en Tokio, rodeados de enfermeras y servicio doméstico; a la vez que la sociedad, ignorante y ajena a todo, continúa con sus superficiales vidas. De fondo, unas víctimas olvidadas.

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Conclusión

Independientemente de lo que Zankyou no Terror pueda o no decirnos sobre la sociedad y cultura japonesas (nosotros al menos hemos aprendido algo nuevo), lo cierto es que es un muy buen anime. Incluso si no eres fan de la animación japonesa, podrás disfrutarlo enormemente. Por un lado, Watanabe siempre da muestras de un estilo narrativo muy occidentalizado (a nosotros ocasionalmente nos recuerda a directores como Martin Scorsese o Quentin Tarantino, salvando las distancias). Por otro, la trama de thriller a lo Death Note lo hacen enormemente entretenido. Y no podemos olvidar la ya mencionada banda sonora de Yoko Kanno, que es absolutamente magistral. Los personajes, a su vez, logran calarnos hondo y transmitir con miradas (animadas) lo que no dicen mediante diálogos (incluida Lisa, que además de representación nuestra sirve como punto de crecimiento de Nine y, sobre todo, Twelve. Quizás en este punto la que más falla y estereotipada queda es Five).

Si además Zankyou no Terror nos hace pensar, con tan solo 11 episodios, y reflexionar sobre nuestra historia e incluso lo que tenemos alrededor, para qué pedir más. Shinichiro Watanabe continúa mal acostumbrándonos. Solo por escenas como la de la huida en moto ya merece la pena.

Esos clásicos inolvidables: Cowboy Bebop. Parte IV

Llegamos al final de nuestro especial Cowboy Bebop, tras haber hecho un recopilatorio en las Partes I, II y III. En esta ocasión habrá SPOILERS a montón, ya que vamos a tratar precisamente el final de esta magnífica serie…

Y es que, uno de los grandes punto de este anime, que ha mantenido a los fans debatiendo durante las casi dos décadas que lleva de vida, es su final. Una conclusión ambigua (como bien les gusta a los japoneses), pero satisfactoria con la personalidad de cada uno de los miembros de la Bebop (si bien es cierto, que el final es bastante trágico). ¿Qué podemos concluir de todo esto? Veamos las dos principales teorías y lo que se dice de ellas, y las bases oficiales que tiene cada una.

Spike muere y la Bebop continúa con Jet y Faye… o no

Como la mayoría sabrán, en los dos últimos capítulos, y tras reencontrarse con Julia (y que ésta sea asesinada), Spike acude al enfrentamiento definitivo con Vicious, donde ambos terminan muertos y FIN… ¿o no es así?

Para empezar, nunca se aclara del todo si Spike vive o muere. Esto dicho por el mismísimo Watanabe. Pero entonces, ¿por qué solemos pensar que lo hace tras el primer visionado? Primero, se recalca varias veces a lo largo de la historia que Spike duerme mucho, y que quizás vive en un sueño. Este sueño terminará con la muerte misma, ergo Spike al final fallece/despierta. La canción que suena de fondo (Blue) durante los créditos finales nos refuerza esta idea. Una parte de la canción (los últimos versos) dice así:

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Everything is clearer now (Todo está más claro ahora)
Life is just a dream you know (la vida es solo un sueño, sabes)
That’s never ending (que nunca termina)
I’m ascending (estoy ascendiendo)

Sin embargo, y si nos fijamos, no es la letra de la canción en sí los que nos reafirma la idea de la muerte de Spike (se dice que está ascendiendo, lo cual puede ser sinónimo de muerte = ascenso del alma… o del sueño mismo = sensación de volar/flotar), sino el hecho de que estos versos vayan acompañados del momento en que vemos una estrella desvanecerse. ¿Y qué significa esta estrella? El propio Bull (el jefe indio que aparece en la película y en varios de los episodios) le indica a Jet que la estrella de Spike está a punto de desvanecerse, y efectivamente así pasa al final. Anteriormente en la serie, vimos las estrellas de Glenn (el transexual al que conocen Julia y Faye) y las de Ed y Ein «desvanecerse» también. Pero nos surgen varios problemas: en estos tres casos, las estrellas no es que se desvanezcan exactamente, sino que pasan sobrevolando el cielo, al estilo estrellas fugaces. Y por otro, solo el caso de Glenn es simbólico de muerte, ya que las de Ed y Ein indican una partida o separación de caminos. Por lo tanto, no está tan claro el significado real del desvanecimiento de la estrella. Y además, aún hay gente que confía en que la susodicha sea la de Vicious.

¿Y por qué la de Vicious? Aparte de porque es el que claramente muere al final (lo de Spike nos lleva a estos debates), inmediatamente tras el desvanecimiento de la estrella y final de los créditos/canción, nos aparece una ilustración de Spike muerto/durmiendo, y finalmente las palabras You´re gonna carry that weight (Cargarás con ese peso). ¿Qué significado tienen estas palabras? Como sabemos, cada capítulo de Cowboy Bebop termina con una frase (normalmente el See you Space Cowboy), que en esta (última) ocasión varía en lo que hemos puesto. Aparte de que pueda hacer referencia a uno de los últimos temas que sacasen Los Beatles como grupo (y hay a su vez montones de guiños musicales en Cowboy Bebop), la mencionada cita puede hacer referencia a:

  • Nosotros, la audiencia, que cargaremos con el peso del final de la serie/muerte de Spike, con el que se sobreentiende, hemos empatizado.
  • Spike, tendrá que hacer frente a su pasado y a las decisiones tomadas. Esto incluiría, claro, el asesinato de Vicious. Ergo, cargará con ese peso.

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Además, aquellos que suelen (¿solemos?) creer en la muerte de Spike, se sostienen en que Spike murió con Julia, y que va a por Vicious por venganza. No solo ya hemos comentado en la Parte II que esto no es del todo acertado, sino que parece poco probable que Spike hubiese decidido irse con Julia cuando ésta estaba aún con vida. Que sigue siendo una persona importantísima para Spike nadie lo duda, pero es que la propia Julia dice que Spike ya había tomado la decisión de quedarse. Probablemente, ya había optado por hacer frente de una vez por todas a su pasado (del cual Julia forma mayor parte). Por no hablar del bastante frío (por parte de Spike) reencuentro en el cementerio… Es decir, que Spike sufrió el mazazo de la muerte de Julia es innegable (además lo narra con la fábula del gato silvestre), pero no el hecho de que el reencuentro con Vicious tenga que ver (exclusivamente) con ella.

¿Y en qué se sostienen (¿nos sostenemos?) aquellos que creen que Spike vive? Pues en que toda la escena final (desde que Vicious cae al suelo y Spike se queda mirando al cielo) forma parte de un sueño. Si se piensa, tiene su lógica: el tono y la ambientación cambian totalmente a una escenografía mucho más onírica, y además a Spike se lo ve luchando con Vicious siendo de noche, mientras que cuando sucede este corte (Spike mirando al cielo) aparece de golpe el sol/amanecer. De este modo, Spike seguiría viviendo/soñando, y cargaría con el peso de su pasado. La estrella podrían ser o bien de Vicious, o bien el mismo sueño de Spike, del que no habría despertado. O incluso, un episodio de la vida de Spike (su pasado) que se cierra, pero no del todo (You´re gonna carry that weight). Además, y para añadir más inri al asunto, en el momento en que Spike cae sobre el suelo y la cámara empieza a alejarse, se puede observar todo el escenario, pero no el cuerpo de Vicious (que claramente había muerto antes). Por lo que añade más elementos oníricos a la cosa.

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No solo eso, el diseñador de personajes Toshihiro Kawamoto, en su art book recopilatorio de Cowboy bebop The Wind (MUY recomendable), muestra la última ilustración con el rostro muerto/dormido de Spike, y en las notas pone «¿debería añadirle un zzzzz? Es broma». Y lo más definitivo (hasta ahora), que el propio Watanabe se pronunció en el año 2013 sobre el final de Spike, añadiendo que «probablemente solo estaba durmiendo».

Para ir concluyendo, ¿muere entonces Spike? ¿Vive? ¿Será que Watanabe y compañía no quieren cerrar puertas a una posible continuación de las aventuras de la Bebop y su tripulación? Solo el tiempo lo dirá.

You´re gonna carry that weight

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Esos clásicos inolvidables: Cowboy Bebop. Parte II

Continuamos con nuestro especial dedicado a una de esas series que ya son consideradas de culto (y ojo al dato, que estamos hablando de un anime que se estrenó hace ya dieciocho años). La Parte I podéis encontrarla (o releerla) aquí.

Ya habíamos comentado la parte más técnica y algo de la trama de Cowboy Bebop. Ahora llega el momento de la que es, para nosotros, parte inmejorable de esta obra, conductora de toda la trama y principal responsable de que nos sumerjamos en el universo Bebop (música y ambientación aparte): los personajes. Y es que los personajes que pululan por todo el basto espacio de Cowboy Bebop tienen vida propia: temores, motivaciones, recelos, frustraciones… Todos cobran vida, desde los componentes de la tripulación del Bebop hasta Vincent, el villano de la película. Pero no podemos hablar de todos ellos sin crear un libro de cientos de páginas, por lo que en esta Parte II vamos a dedicarnos a los que serían considerados (quizás) protagonistas masculino y femenina de la serie. Sí, hablamos de Spike Spiegel y Faye Valentine.

OJO, a partir de aquí hay SPOILERS (pero no me cansaré de repetirlo…. si no has visto aún la serie, ¿a qué estás esperando? ¡Es fantástica!).

Reconocimiento al autor de este fan art (por desgracia, no sabemos quién es)

Reconocimiento al autor de este fan art (por desgracia, no sabemos quién es)

Spike Spiegel, o el hombre cazado por su pasado; frente a Faye Valentine, la mujer sin pasado

Pasado, presente y futuro son temas fundamentales en Cowboy Bebop. La serie posee un toque nihilista considerable, donde nosotros y nuestras acciones quedamos en nada frente a la inmensidad del espacio y al irremediable (e incontrolable) transcurrir del tiempo.

En estas se nos presenta a Spike Spiegel, gozada de personaje y de protagonista. Spike es un joven de 27 años, nacido en Marte, de pelo revuelto color verde oscuro y ojos de distinto color (debido a que uno de ellos es artificial, ojo al dato que es importante). Siempre viste con un traje casual y corbata, sin dejar de tener por ello un toque desaliñado. Claramente, ya observando a Spike, vemos que toda la tripulación Bebop tiene una clara influencia (en cuanto a diseño, al menos) de los personajes de Lupin III. Vamos, que Spike es un Lupin en versión trascendental. Otras influencias para su diseño son el actor japonés Yusaku Matsuda (esta está confirmada por el propio diseñador de personajes) y Bob Dylan.

Sin embargo, lo más llamativo de Spike es su personalidad. Aparentemente apático y abúlico hacia (casi) todo (se pasa la mitad de la serie durmiendo, algo que recalcan Faye y Jet), con un sentido del humor más bien cínico, Spike intenta mostrarse como una persona que no es. Es decir, en realidad Spike es un hombre atormentado por su pasado, ya que perteneció a una organización criminal llamada El Dragón Rojo, de la cual se vio obligado a huir y esconderse por variados motivos. No obstante, Spike es visto a lo largo de la serie mencionando a sus compañeros la importancia de mirar hacia adelante, hacia el futuro (por ejemplo, se lo dice a Faye al final del capítulo My funny Valentine).

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Pero no confundamos (y esto es algo que en lo personal he visto en muchas opiniones de fans de esta serie): que Spike viva atormentado por el pasado, no significa que el presente carezca de importancia (ni viceversa). Spike dice no tenerle miedo a la muerte, y sin embargo se lo ve aterrado cuando está a punto de morir a manos de Pierrot Le Fou; Spike menciona que no le gustan las mujeres con carácter («tías aprovechadas», en el doblaje español), y sin embargo le hemos visto ir detrás de Julia, Electra (en la película) y de la propia Faye (todas ellas son, diría yo, mujeres con MUCHO carácter). Y esto último nos lleva a Spike mostrarse indiferente hacia Faye (y, a veces, hacia todos los miembros de la Bebop), y, sin embargo, el propio Watanabe ha comentado que a Spike le gusta Faye, si bien eso mismo es lo que hace que se esfuerce por mostrar lo contrario. También se puede observar a Spike pasando buenos ratos con Jet, o preocuparse por Ed (y hasta por Ein). En definitiva, el presente ES importante para Spike, más de lo que a él le gustaría. No obstante, uno de sus ojos mira precisamente hacia el presente, el momento que se está viviendo.

Otro aspecto importante de la serie, que ya hemos mencionado en el personaje de Spike, es el del sueño frente a la realidad. A través de Spike, que se pasa la vida durmiendo, que camina casi como si fuera un sonámbulo, podemos contemplar que quizás para él la vida es como un sueño del que no ha despertado. Es una filosofía similar a la del bushido, según la cual la vida es puro sueño del que despiertas en el momento en que mueres (de la posible muerte/despertar de Spike hablaremos en otra parte). Por eso, no es de extrañar que en Cowboy Bebop abunden las escenas oníricas (la película es buena muestra de ello), hasta el punto de no saber si lo que te están mostrando forma parte de uno de los sueños de Spike o de la realidad (el final vuelve a venir a la mente).

Faye sirve como contraparte de Spike en prácticamente todo. Spike es la figura masculina principal y ella la femenina; Spike es aparentemente apagado y Faye es en apariencia vivaz y sensual; Spike vive anclado en el pasado y Faye directamente carece de uno; en el diseño de Spike predominan colores oscuros (azul) y en el de Faye claros y vivos (amarillo, rojo). Si bien también es cierto que Faye y Spike tienen bastante en común, especialmente en lo referente a sus personalidades: ambos son más bien interesados y se preocupan especialmente por no demostrar lo que verdaderamente sienten. Spike lo hace a través de la apatía y Faye del gorroneo (o del abandono una vez siente que se está encariñando demasiado con algo/alguien). Tiene su lógica: ambos han sido profundamente engañados en el pasado por seres queridos.

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Si nos centramos en Faye, conocida como Faye Valentine, se trata de una (especialmente) atractiva joven de 23 años que no recuerda su pasado, puesto que despertó un día tras pasar años enteros criogenizada. Se encuentra con Spike y Jet casi por accidente: Spike se le acercó en un casino para tirarle los tejos y Faye lo confundió con otra persona a quienes unos criminales buscaban. De ahí en adelante una serie de infortunios hizo que acabase acoplándose a la Bebop (en contra de los deseos iniciales de Spike), hasta acabar cogiéndoles cariño al lugar y a todos los miembros de la tripulación. Por eso mismo, Faye abandona en varias ocasiones la nave (de paso robando alimentos o carburante), porque tiene miedo de anclarse en ese mismo lugar al que poco a poco puede acabar llamando «hogar», junto con la gente que allí habita.

Curiosamente, no es Spike la persona que mejor sabe leer a Faye, sino Jet. Todo forma parte de esa familia desestructurada (y tremendamente divertida) que es la Bebop. Jet es el padre y Faye y Spike los hijos (díscolos, que suelen ir a la suya); mientras que Ed y Ein están ahí, como mascotas o como niños. Y precisamente, es Jet el que le advierte a Spike que Faye actúa de la forma en que lo hace como tapadera, para llamar la atención. Curiosamente, el momento en el que Spike comienza a entender mejor a Faye es hacia el final, cuando se empiezan a descubrir aspectos del pasado de la muchacha (como buena tripulante de la Bebop, a Faye tampoco le gusta hablar de su pasado, o de lo poco que tiene de él). Es ahí cuando Spike le aconseja que mire hacia el futuro, o cuando empieza a abrirse, momentáneamente, a ella. Porque, y este es el principal problema de la relación entre Spike y Faye, ambos son personas que se molestan enormemente por no demostrar lo que verdaderamente sienten, mucho menos hablar de ello.

En relación con Spike (y su pasado), Faye también sirve como contraposición a Julia. No solo en diseño, también en el rol. Por eso es tan importante que sea precisamente Faye la única tripulante de la Bebop (presente de Spike) en cruzarse tanto con Vicious como con Julia (pasado). Faye también es a la última persona que Spike ve antes de salir al encuentro de Vicious (y del Dragón Rojo). Y es la única (del presente) que aparece en los flashbacks/sueños del peliverde, concretamente en el episodio Jupiter Jazz. Así, el contraste entre el pasado y presente de Spike (ojo derecho/ojo izquierdo) es marcado asimismo y fundamentalmente por dos mujeres: Julia (pasado) y Faye (presente). Con esto en mente, la escena final entre Faye y Spike cobra aún mayor significado (al estar dejando Spike el presente atrás, para plantar cara a su pasado).

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Esto nos conlleva a otro punto, ya para ir terminado esta parte (pero no por ello menos importante): como ya mencionábamos más arriba, Spike no solo valora su pasado, también hace lo propio con su presente. Se suele pasar por alto que, en el episodio final, Spike no acude al enfrentamiento contra Vicious y el Dragón Rojo SOLO por venganza por la muerte de Julia (que también), sino para proteger a Faye y Jet. Spike ya no es un jovenzuelo que hace trabajos para la mafia: sabe de lo que ésta es capaz y pretende evitar ataduras de mayor calado (y así no volver a repetir la tragedia de Julia y Vicious). Por eso, en el momento final de Ballad of Fallen Angels, el flashback/sueño de Spike que muestra a Julia cantando se superpone con el presente/despertar y Faye haciendo lo propio. Y por eso Spike se muestra borde con Faye en ese mismo instante: porque el sueño/pasado ya no existen y eso molesta, sí; pero también porque no quiere volver a repetir la misma historia con Faye. Que Spike se obsesione con su pasado no significa, en definitiva, que éste le guste, o que esté de acuerdo con ello. Es, simplemente, algo que no puede evitar (y que intenta hacerlo). Es otra de las cosas que demuestra la fábula final con el gato inmortal que acaba dejándose morir por una gata: Spike odia esa historia.

Para ir terminando con esta parte, y antes de dar inicio a la Parte III, anunciamos que continuaremos con el Especial de Cowboy Bebop que estamos haciendo por radio, el sábado 26/03/2016 a partir de las 12:30 (hora española), en el programa El Sótano,  ¡No os lo perdáis!

See you, Space Cowboy

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