En este rincón del mundo: «Incluso en la guerra cantan las cigarras y vuelan las mariposas»

En este rincón del mundo (この世界の片隅に «Kono Sekai no Katasumi ni») es una película de los estudios MAPPA y producida por Genco Inc. estrenada en noviembre de 2016 en Japón y a lo largo de 2017 en otros países como España (gracias a Selecta Visión). Aunque la reseña y análisis llegan un poco tarde, no quiero dejarla pasar por la honda impresión que ha dejado en servidora esta absoluta maravilla de la animación (japonesa y no japonesa).

Dirigida y escrita por Sunao Katabuchi (Princesa Arete), un antiguo trabajador de Studio Ghibli que tuvo sus más y sus menos con Hayao Miyazaki, basada en el manga de mismo título de Fumiyo Kôno, la cinta ha sido premiada en numerosos festivales y ha recibido aclamación por parte de la crítica. Entendemos perfectamente el porqué.

La historia nos sitúa en Hiroshima en el año 1938, siguiendo el día a día de una preadolescente bastante despistada y muy creativa llamada Suzu Urano, quien ayuda a su familia con su negocio de algas. Un día, es secuestrada por un «zashiki warashi» junto a otro muchacho, pero gracias a su ingenio ambos escapan. Saltamos a 1943, cuando un misterioso joven llega junto a su padre a la casa de los progenitores de Suzu para pedir su mano, a lo que acceden. Como la familia del futuro esposo vive en Kure (ciudad al sur de Hiroshima), Suzu se traslada hasta allí, donde poco a poco va acostumbrándose a su nueva vida y familia, con la Segunda Guerra Mundial de fondo.

«Las manos de una chica pueden trabajar para esta gran nación»

Sin dar mayores detalles del argumento, una de las numerosas virtudes de En este rincón del mundo es su protagonista: acompañamos a Suzu a través de su madurez (a veces forzada), en los momentos felices, otros de tragedia, sus debilidades y sus nuevas amistades. Al lograr empatizar con ella, entendemos perfectamente cuándo se deprime y por qué, cómo es que se va enamorando de un marido que inicialmente le vino semi-impuesto (Shusaku es simplemente amoroso a su vez), las decisiones que toma… Además, su natural encanto e imaginación sin límites nos muestran una resiliencia que, en medio de un suceso tan dramático como la guerra y lo que ésta conlleva, no es más que de agradecer. Por ello, aunque la película trate un tema tan duro (y hay momentos terribles), similar a La tumba de las luciérnagas, en (casi) ningún momento se hace tan deprimente como aquélla y acabamos con cierto regustillo de esperanza y optimismo a pesar de todo. Todo esto sin perder su mensaje claramente antibelicista y sin ocultar los traumas de un Japón profundamente herido y tocado por el desenlace del conflicto.

En este rincón del mundo es sobre todo (y aparte de antibelicista) feminista, siempre dentro de los límites del realismo. No vamos a ver a Suzu luchando contra los norteamericanos ni nada remotamente similar, es un relato costumbrista (sí, incluso teniendo en cuenta el momento «zashiki warashi» que hemos citado) de cierta región nipona durante la Segunda Guerra Mundial; pero en cuyo argumento no dejaremos de toparnos con mujeres fuertes y que, aún con su limitación a la hora de poder tomar decisiones (ah, otra de las bases del relato), unas más y otras menos, todas logran salir adelante. «Nuestra lucha es sobrevivir con lo que tenemos», le dice Suzu a Shusaku en un momento dado.

Teniendo en cuenta que Katabuchi ha dirigido, además de Princesa Arete, la adaptación al anime de Black Lagoon (dos títulos de corte feminista); y de que la mangaka tras la historia original es una mujer; la cosa se vuelve nítida: En este rincón del mundo nos ofrece a personajes femeninos que no se amedrantan, a pesar de la época y el lugar en el que les ha tocado vivir. Salen adelante, es una muestra más de esa resiliencia que comentábamos. Por supuesto, siguen siendo humanas y sufren, a veces tropiezan, se deprimen, se sienten solas… Juntas (la fortaleza de grupo, tan importante para los nipones) logran mirar hacia el frente. Al igual que suele ocurrir con los títulos de Ghibli, da gusto toparte con personajes femeninos así.

«El pasado, los caminos que no tomamos… todo es pasajero, como un sueño»

Como decíamos, el mensaje base argumental de En este rincón del mundo es la capacidad que tenemos para tomar decisiones y lo que hacemos (o no) con ellas. Shusaku tiene más libertad de acción que Suzu (pero tampoco es completamente libre, como se intuye en su pasado con Lin); su hermana Keiko, aunque mujer, también admite ante la protagonista que ella ha tenido más opciones. Sin embargo, nadie ha tenido menos posibilidades que Lin.

Nacida mujer y pobre, lo cual nos anuncia un fuerte mensaje determinista («No es tan fácil perder tu sitio en este mundo», le comenta a Suzu), Lin sirve, sobre todo en el manga (la película nos deja unos curiosos créditos finales que nos resumen su historia), de otra cara de la moneda a la protagonista. Lin podría fácilmente haber ocupado el lugar de Suzu, pero la frustración de ciertos planes lo impide. El destino nuevamente juega sus cartas.

Los japoneses tienen un importante acervo cultural en la expresión «shoganai» (しょうがない), algo así como nuestro «¡qué le vamos a hacer!», que hace referencia a no perder tiempo en lamentaciones ante acontecimientos que no vamos a poder cambiar. Lo que puede ser visto como conformismo por parte de los occidentales es en este caso una especie de filosofía y forma de supervivencia. Ver a los personajes pasando por las penurias propias de la guerra puede ser una de las máximas expresiones de «shoganai». Por supuesto, esto no borra las huellas que dejan ciertos episodios vitales.

Al final de En este rincón del mundo se respira un mensaje esperanzador, de que con nuestras decisiones y actos podemos hacer un mundo mejor; aunque sea un poquito. La suerte también puede sonreír a los que les ha tocado el peor reparto en la vida.

«Gracias por encontrarme en este rincón del mundo»

No podemos finalizar este análisis sin hacer hincapié en todo el apartado artístico de la película. La animación, aunque de trazo y dibujo simple, es simplemente maravillosa. Otro de los medios con los que logramos empatizar con Suzu es a través de sus dibujos, que no paran de impregnar el metraje, siempre con estilos diferentes según sea su estado anímico o los sucesos que representan. Si encima eres de a los que también les apasiona pintar, el mensaje calará aún más hondo.

Los planos de Hiroshima y Kure en la época, con sus calles, los detalles occidentales que ya se habían introducido en la sociedad japonesa, la Cúpula Genbaku (antes y después de la bomba atómica), los acorazados… la cinta se preocupa en detallarnos cómo era Japón en aquellos años y lo logra sobradamente.

Por ponerle un «pero», se nota que la película ha pasado por varios recortes, siendo la más perjudicada Lin. Esto es algo que al parecer ha lamentado el propio Katabuchi, pero teniendo en cuenta que la duración final es de más de 2 horas y media, tampoco podemos pedir mucho más.

En definitiva, En este rincón del mundo no es solo una cinta para ver y disfrutar de una historia costumbrista sobre la vida de una joven y su nueva familia en la región de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial; también es un producto que nos hace reflexionar sobre nuestra capacidad de decisión y cómo esto influye en nuestra vida y la de los demás, e incluso si nuestros antepasados (sobre todo ellas) no pasaron acaso por algo similar. Todo ello aderezado con una animación sobresaliente y una banda sonora (compuesta por la artista Kotringo) que no hace más que sumarle melancolía y ciertas dosis de optimismo. Imprescindible.