Yakusoku No Neverland (The Promised Neverland), infancia truncada

La primera temporada de Yakusoku No Neverland (The Promised Neverland) ha llegado a su fin tras 12 episodios (que adaptan más de 30 del manga creado por Kaiu Shirai y Posuka Demizu) que nos han ido dejando sin respiro y que, en realidad, tienen un arranque inmejorable para ir luego de menos a más.

El estudio Cloverworks (Darling in the Franxx) están al cargo de esta adaptación animada, dirigida por Mamoru Kanbe (Baccano!, Elfen Lied) y con guión de Toshiya Oono (Ao no Exorcist: Kyoto Fujouou-hen). Sin duda alguna, podríamos decir que estos dos elementos son clave en The Promised Neverland, ya que el guión te mantiene enganchado y la dirección se encarga de añadirle tensión y suspense. Lamentablemente, y más aún en comparación con el manga, el anime no siempre llega al sobresaliente en estos apartados.

De hecho, el guión es quizás su punto fuerte y a la vez débil. Por un lado, llega a alcanzar un ritmo endiablado que culmina en dos últimos capítulos brillantes; pero por el otro tiene un intermedio al que en ocasiones le cuesta despegar. El hecho de que adapte tantos capítulos del manga en solo 12 episodios de anime hace que además varias cuestiones se queden en lo superficial y que no lleguemos a empatizar tanto con los personajes como se debiera (la hermana Krone es el caso que más se me viene a la mente).

En cuanto a la dirección, de nuevo valorándola como adaptación, lamentablemente se queda asimismo a medio gas a pesar de algunos momentos muy logrados (el péndulo del reloj, los pasillos) y del último espectacular episodio. Desde luego, no alcanza el nivel de tensión que impregna la atmósfera en el manga. Quizás parte de esto haya sido la decisión, por algún motivo (¿para darle mayor suspense?), de prescindir de los monólogos internos de los protagonistas, una de las características esenciales de la versión en papel y que aportan mayor profundidad a los personajes, lo cual será importante también en tramas futuras.

En cambio, en la adaptación al anime han optado por expresarse a través de conversaciones en voz más alta de lo deseado (recordamos que son niños planificando una huida en una casa no demasiado grande), lo que puede llegar a causar estupor ocasional en el espectador (me sigo preguntando cómo ni «mamá» ni  ninguno de los otros niños pudieron no percatarse de algunas situaciones).

El argumento, que mezcla perfectamente el suspense y momentos de terror, especialmente del psicológico, nos cuenta la vida aparentemente idílica de unos huérfanos en una casa en medio del campo con la mujer a la que llaman «mamá» como única presencia adulta. Sin embargo, la partida de uno de los menores destapa un gran misterio que cambiará sus vidas para siempre.

Entre los protagonistas destacan Norman (voz de Maaya Uchida), Emma (Sumire Morohoshi) y Ray (Mariya Ise), cuya química es esencial para la narrativa, especialmente entre los dos últimos de cara a las tramas inmediatas (como representantes más claros del idealismo y el pragmatismo, respectivamente). Sin embargo, y aparte de Norman, yo me quedo con «mamá» (Yuuko Kaida), la villana que hace que le desees la peor de las muertes para que al final te acabe llegando (un poquito) al corazón.

Por lo demás, Yakusoku No Neverland destaca por su apartado técnico, con una animación muy lograda y con calidad constante en todos los episodios. Los diseños de los personajes, que corren a cargo de la propia Posuka Demizu y de Kazuaki Shimada, y el estilo de dibujo recuerdan a algunos de los anime de la década de 1990, lo que puede llegar a ser nostálgico.

La música, compuesta por Takahiro Obata, es clave en algunos momentos como en el último episodio, pero en otros puede resultar algo desincronizada. Lo mejor en este apartado sin duda es el opening, «Touch Off» de UVERworld; aunque los ending, «Zettai Zetsumei» y»Lamp» de Cö shu Nie, tampoco se le quedan muy atrás.

En definitiva, esta primera temporada de Yakusoku No Neverland es una adaptación muy correcta que en algunos momentos alcanza la perfección, pero lamentablemente en otros se queda a medio gas, especialmente en lo referido a la atmósfera y a la profundidad que se percibe en algunos personajes en el manga. Sin embargo, es fácil verse los 12 episodios en un suspiro y quedarse con ganas de más. Para eso tendremos que esperar a la llegada de la segunda temporada en 2020.