Hablemos de Riku (Kingdom Hearts)

Kingdom Hearts salió allá por el año 2002, siendo inicialmente presentado (a nivel marketing al menos) como una especie de «crossover» entre los personajes de Disney y Final Fantasy, ya que había surgido de una conversación en un ascensor entre Shinji Hasimoto y un ejecutivo de la casa del ratón. En medio de ese maremágnum de rostros conocidos desde nuestra infancia se encontraban tres personajes originales, creados por Tetsuya Nomura (también director del proyecto) para la ocasión, sus nombres eran Sora, Kairi y Riku.

De éste último es de quien vamos a hablar en esta entrada. Sora siempre ha sido (sigue siendo) indiscutible protagonista; y Kairi ha sido (esperamos que no siga siendo) básicamente la chica del protagonista. Riku se encontraba, entonces, como ahora amigo-ahora rival del personaje principal.

A medida que la franquicia iba creciendo, el papel de Riku es el que más se ha ido desarrollando, al menos desde nuestro punto de vista (y a partir de aquí vienen los SPOILERS de los juegos hasta Kingdom Hearts 3).

Como adelantábamos, Riku sirve de otra cara al inocente y buenazo de Sora, en un esquema que es repetido hasta la saciedad por los «shônen» desde que Devilman sentara la base, a saber: el protagonista tontorrón y «puro» y su amigo/rival mucho más turbio, lo que causa que los caminos de ambos muchas veces confronten incluso de forma violenta. Lo hemos visto en Naruto, en Code Geass, en Dragon Ball hasta cierto punto, entre unos pocos ejemplos.

Riku y Sora en Chain of Memories. Disney y Square Enix

Sora y Riku, del idealismo al pragmatismo

De este modo, si Sora representa el idealismo (su nombre además significa «cielo») y Kairi («océano») suele hacer de mediadora, Riku («tierra») es el pragmatismo. De los tres, es el que suele tener los pies en el suelo, el más centrado y el que antes madura, especialmente en comparación con Sora. También es el mayor, llevándoles a los otros dos un año de ventaja.

No siempre fue así, y por eso Riku supone asimismo el personaje que más ha evolucionado dentro de lo que llevamos de historia en Kingdom Hearts, al menos para quien esto suscribe. En el primer título se nos presenta como un muchacho más emocional e impulsivo, con ansias de conocer mundo y varias ambiciones, frente a un Sora más tranquilo y mundano. De eso mismo sabe aprovecharse Maléfica para llevarlo a su terreno y que le sirva así para ayudarla a cumplir con sus objetivos.

En el camino, Riku, que siente celos por las nuevas amistades de Sora, lo que en el fondo no hace más que mostrarnos que bajo esa fachada de confianza en sí mismo se esconden varias inseguridades y temores, es consumido por la oscuridad, lo que le deja varios traumas para el resto de la saga. Porque ante todo, Riku no es mala persona. Y sin embargo, lo duda.

Propiedad de Disney y Square Enix

Tienen que ser Sora, Mickey y Naminé, ya en Chain of Memories, los que le dan el empujoncito al muchacho para que acabe viendo que merece la pena enfrentarse a esa oscuridad, no seguir huyendo de ella. Riku desarrolla así un camino iniciado por Terra en Birth by Sleep (a nivel cronológico dentro de la historia), considerado su antecesor (y cuyo nombre posee mismo significado), culminándolo con el éxito que éste no tuvo.

En 358/2 Days y en Kingdom Hearts 2 nos encontramos con un Riku ya en plena cruzada contra su oscuridad interna, la cual ya ha aceptado y debe aprender a dominar. El camino es duro y así lo vemos, ya que está a punto de volver a caer varias veces.

El camino fácil o el que se intuye a primera vista es el de Riku cayendo en esta oscuridad, a lo Anakin Skywalker (o, de nuevo, Terra), y que acabe convirtiéndose en uno de los villanos principales de la saga, en contraposición a Sora. El mérito en la narrativa de Kingdom Hearts radica en que, al contrario que Sasuke en Naruto, Vegeta en Dragon Ball, o Lelouch en Code Geass, Riku no llega a ser verdadero antagonista en ningún momento (breves lapsos en el primer juego aparte, donde lo encontramos más inmaduro). Como decíamos, nunca deja de ser un buen tipo que no lo tiene fácil por sus miedos e inseguridades.

Riku enfrentándose a la oscuridad… y a Roxas. Disney y Square Enix

Estos miedos e inseguridades, escondidos tras una actitud que tira a veces a chulesca y un diseño «cool», es lo que vuelve a Riku uno de los personajes con los que puede ser más fácil identificarse. Nosotros como jugadores somos Sora, y llegamos a enternecernos con él, pero Riku es mucho más realista en su punto de partida y trayectoria que aquél, más amoldado a los cánones «shônen». Allí donde nuestro protagonista ve las cosas con la sencillez y simpleza propias de una mente puramente bondadosa e idealista, casi sin ambigüedades; Riku es de los que se angustian con una mirada gris y más complicada de las cosas.

La culminación del camino

En Dream Drop Distance, donde podemos controlar a Riku además de a Sora, el joven de pelo plateado ya se muestra mucho más equilibrado que en las anteriores entregas, lo que concluye en su superación del examen de maestro portador de la llave espada… al contrario que su amigo.

Esto se debe básicamente a que Riku ha recorrido una trayectoria que Sora todavía no (y que, seamos francos, tampoco tiene por qué hacerlo, ya que las características de ambos son distintas). Sora, como Kairi, se supone que es PRÁCTICAMENTE un recipiente de luz, en el sentido de que no parece haber nunca una pizca de maldad en sus acciones. Además, allí donde Riku es realmente inseguro, Sora (a pesar de su diseño más infantilizado) es directo y constante. Ya lo dijo Nomura: la diferencia entre el protagonista y el resto de personajes es que él actúa.

Parece que aún así el castaño empieza a atemorizarse con algunas cosas también, lo que no es de extrañar si pensamos en toda la carga y presión que lleva sobre su espalda. Probablemente esto será más desarrollado en Kingdom Hearts 3, el final de la «saga Xehanort», donde Riku ya empieza como maestro y con supuesto absoluto dominio de sí mismo (asimilación de «Repliku» incluida, a juzgar por los avances).

Por lo tanto, tenemos que celebrar lo que llevamos de recorrido de Kingdom Hearts como, entre otras cosas, un desarrollo, de principio a fin y aparentemente completo, del personaje de Riku. De hecho, no tengo muy claro cómo puede seguir su camino el de pelo plateado una vez finalizada esta última entrega (de la cual no sé apenas nada y hablo desde el puro desconocimiento sobre su trama). ¿Quizás como maestro referente, al estilo Yen Sid (pero evidentemente más joven)? Largo y exitoso recorrido el de aquel muchacho que pasaba sus días jugando a rivalizar con Sora y que ansiaba conocer mundo desde Islas del Destino.

Riku y Mickey en Kingdom Hearts 3. Disney y Square Enix

Entradas relacionadas:

Pistas sobre el argumento que nos da el adelanto del opening de Kingdom Hearts 3