Darling in the Franxx, el amor que trasciende el espacio y el tiempo

Ayer finalizó uno de los animes más exitosos de las últimas temporadas, Darling in the Franxx, tras 24 capítulos que se dividieron en una especie de dos bloques. Esta última colaboración entre los estudios Trigger y A-1 Pictures, con Atsushi Nishigori (The Idolmaster) tras la dirección y la escritura del guión, ha tenido a centenares de seguidores alrededor del planeta pendientes de las desventuras de Zero Two, Hiro, Ichigo, Goro y del resto de niños «parásitos», pero… ¿ha merecido realmente la pena? Advertimos que habrá SPOILERS.

Tras unos primeros capítulos bastante sólidos y con una alta capacidad de enganche, la serie empieza a decaer a partir del episodio 15. Si bien es cierto que Darling in the Franxx tiene problemas de ritmo desde su inicio, estos se acentúan más en este segundo bloque, con unos capítulos «desgastados» en mostrar una idílica situación de los niños en medio de un mundo postapocalíptico, aderezado con un forzado (en nuestra opinión) romance entre Mitsuru y Kokoro, para pasar a explicar TODO el pasado y bases del «lore» en un único episodio. Por este mismo problema con el ritmo, cuando se descubre el pastel y que «Papa» en realidad es Virm, unos alienígenas que llevan atosigando a la Tierra desde hace siglos, todo parece caer como un jarrón de agua fría y parece que en ese mismo momento nos hallemos ante una serie totalmente diferente.

Porque otro de los grandes problemas de Darling in the Franxx es ese: su falta de identidad. ¿Es un shônen de mechas? ¿Un shôjo con sonrojantes declaraciones amorosas? ¿Una obra de ciencia-ficción postapocalíptica que muestra una distopía social… o más bien una invasión alienígena? Si bien es todo esto, una vez más el mal ritmo llevado parece que el anime vaya dando tumbos de un lado a otro totalmente opuesto en cuestión de instantes. O echa el freno o pega el acelerón.

Sin embargo, por supuesto que no todo es malo en el último título de Trigger. Se trata de una obra fundamentalmente de personajes y de eso nos ha dado una buena selección: desde la estrella, Zero Two; hasta su rival inicial Ichigo; pasando por el amable Hiro; o el personaje más buenazo y legal con el que nos hayamos topado en años, Goro; la verdad es que el elenco de Darling in the Franxx puede ser culpado directamente de su éxito. 

Evidentemente, las relaciones entre estos personajes también son uno de los focos, especialmente la de Zero Two y Hiro, y aunque en ocasiones alcancen niveles «rarunos» (de nuevo, todo el romance entre Mitsuru y Kokoro), es fácil emocionarse en uno o varios momentos con las confesiones (no siempre recíprocas) y ciertos momentos de las batallas, a pesar de que las transformaciones de Strelizia alcancen un nivel de redundancia casi paródico.

En este sentido, Darling in the Franxx pierde frente a otro de los títulos de Trigger y de los cuales bebe bastante tanto a nivel argumental como de estilo: Tengen Toppa Gurren-Lagann. Allí donde ésta última era consciente de sus elementos autoparódicos y sabía explotarlos (para luego golpearnos duro con el DRAMA), la de Nishigori parece tomarse a sí misma en serio todo el tiempo, lo que llega a ocasionar incluso algún momento de vergüenza ajena y que los momentos trágicos no nos impacten (generalmente) de igual manera.

Volviendo a las virtudes, el argumento sabe mantener enganchado al espectador, junto al citado elenco de personajes, a través de varias incógnitas que, a pesar del ritmo, al final sabe resolver (de forma más o menos satisfactoria). Por suerte, hasta el final mantienen la importancia sobre el tema de las relaciones entre las personas y la sociedad distópica por encima de las invasiones alienígenas y las batallas de mechas, algo que en lo personal agradecemos. Quizás en este último punto algún seguidor que llegue esperando un título de pura acción y adrenalina se sienta más decepcionado.

En cuanto al apartado técnico, todo en él es soberbio, empezando por una animación cuidada y fluida y una banda sonora pegadiza y emotiva, con un opening («Kiss of Death» de Mika Nakashima x Hyde) que sobresale del resto. Los diseños de los personajes y de los mechas (a cargo de Masayoshi Tanaka y de Shigeto Koyama, respectivamente), aunque puedan resultar chocantes, también son igualmente atractivos.

En definitiva, podríamos destacar como lo mejor de Darling in the Franxx a sus personajes (especialmente al dúo protagonista, a Ichigo y a Goro), su apartado técnico, momentos emocionales (todo el capítulo 13, por ejemplo) y algunas interrogantes del argumento que pueden llevarnos a pensar un poco (lamentablemente, muchas de ellas se quedan en lo superficial). En cuanto a lo peor, sin duda su ritmo inconstante y su falta de seguridad a la hora de hallar su identidad y género.

Sobre la gran duda: ¿nos gustó el final? La respuesta es sí, aunque solo sea porque AL FIN Goro obtiene lo que se merece. Sea como sea, junto al mencionado cierre de interrogantes, creemos que todos los personajes obtienen su merecida (y más «creíble») conclusión.

P.D.: Estamos preparando un Japoneando Anime sobre la serie, por lo que profundizando un poco más en ella advertimos que hay elementos «heteronormativos» que pueden causar un poco de escozor.

Crítica de la primera parte de Darling in the Franxx: entre los futuros distópicos y las hormonas adolescentes

El estudio de animación Trigger cuenta ya con cierta y cimentada experiencia en esto de los animes de mechas, ya que suyo es Tengen Toppa Gurren-Lagann, uno de los productos más aclamados dentro de este género. Si se fusionan con A-1 Pictures, de donde salieron series como Anohana, hallamos Darling in the Franxx (ダーリン・イン・ザ・フランキス), sin duda el anime que está causando sensación de esta temporada.

El mismo contará (al menos en principio) con 24 episodios, los cuales Trigger y A-1 han decidido por algún motivo (hicieron lo mismo con las aventuras de Simon y compañía) dividirlos en dos bloques, finiquitando el primero (o eso parece, aprovechando el parón por la Golden Week en Japón, donde emitirán un especial con entrevistas al equipo de desarrollo) en el episodio 15, dejándonos a solo 9 para el final.

Esta primera parte podría resumirse en una montaña rusa emocional… a juego con las hormonas que desprenden los protagonistas, lo que causa que la serie bordee a veces los niveles de drama nivel culebrón o dorama.

El argumento de partida nos sitúa en un futuro distópico, donde la humanidad se ha visto reducida y refugiada en una especie de ciudades-cúpula llamadas «Plantations», que se mueven y se mantienen a base de la sustracción de magma. Estos grupos sociales, que como se revelará más tarde no parecen sentir ni padecer, producen a su vez una serie de niños conocidos solo por las cifras y que a su vez se mantienen recluidos en los «Garden» (en clara alusión a los jardines de infancia). Allí, solo los más aptos sobreviven para convertirse en parásitos, jóvenes cuya único propósito en la vida es luchar pilotando unos Franxx para defender a Papa (el líder de todo este tinglado) y a los adultos de unos misteriosos (y tanto) seres denominados klaxosaurios.

Los Franxx son unos robots gigantes (mechas) que parecen tener alguna base orgánica y que pueden ser pilotados por un conjunto de chico-chica (estambres y pistilos, como las plantas), siendo en ocasiones más extremas en las que solo los pilota uno de ellos y entonces entra en modo «estampida», una especie de descontrol que adopta una forma más animal.

En medio de este sistema crecen los muchachos del Escuadrón 13, donde pertenece Hiro (por su código 016), un ex prodigio que se ve en la tesitura de no poder pilotar con ninguna compañera… hasta que se topa con Zero Two (código 002). La relación que se va estableciendo entre estos dos es el eje central sobre el que gira toda esta primera parte (que es más de la mitad) de la serie, concluyendo en un clímax (nunca mejor dicho) que ha hecho y hará las delicias de la mayor parte de los espectadores.

Si bien el vínculo entre Hiro y Zero Two es uno de los puntos más fuertes de este anime, también trae consigo uno de sus defectos: en ocasiones tiende a centrarse demasiado en las hormonas adolescentes, con giros argumentales que versan sobre lo mismo, llegando a parecer una especie de culebrón. Si esto fuese Marmalade Boy o una serie de más de 24 epiodios, no nos importaría, pero el foco en los amoríos tiende a dejar de lado todo un trasfondo del que todavía solo tenemos pinceladas y que pinta de lo más interesante (ojo, que pueden llegar a hacer maravillas con los 9 capítulos que les quedan).

Si obviamos este último punto, Darling in the Franxx resulta un producto tremendamente adictivo y con unos personajes bastante carismáticos (culminando en Zero Two y, por supuesto, en el tipo más majo del universo, Goro), que en ocasiones se acerca más a Tengen Toppa Gurren-Lagann y en otras a Evangelion.

Del apartado técnico tampoco tenemos mucho que decir salvo que es soberbio en prácticamente todos sus capítulos. Partiendo de un opening (cantado por Mika Nakashima y Hyde) tan adictivo como la serie misma, algunos momentos musicales parecen no encajar mucho con su correspondiente escena animada, pero son escasos. Los diseños de los personajes, hechos por Masayoshi Tanaka (Anohana), resultan todos ellos atractivos y lo suficientemente variopintos (de nuevo, la palma se la lleva la niña bonita de este anime, Zero Two). El diseño de mechas (hechos por Shigeto Koyama) es quizás donde pueda haber mayor división de opiniones, ya que su aspecto aniñado y vivaz no parece adaptarse bien al futuro distópico y estéril en el que nos encontramos (aunque probablemente esa sea la idea).

Otro aspecto importante de Darling in the Franxx es toda la simbología que trae consigo su narrativa (la cual tiene algún que otro altibajo, sobre todo en el ritmo). Esto lo observamos por ejemplo en todo su componente sexual, la mayor parte de las veces muy obvio. Desde la misma postura que adoptan chico y chica dentro del Franxx, hasta el hecho de que los muchachos no sepan ni lo que es un beso o el hincapié en el libro sobre el cuidado de los bebés (¿llegará a haber alguno?), pasando por el propio binomio HiroZeroTwo. Por supuesto, tampoco pueden faltar todas esas cuestiones inherentes a una buena obra de ciencia-ficción, como qué nos hace humanos, cuándo dejamos de ser unos niños o cuáles son los ingredientes para una revolución. Seguramente, todas estas asociaciones entre sexo, humanidad, infertilidad/fecundidad e incluso la aproximación a que algo de esto ocurre actualmente en la sociedad japonesa (generación herbívora) causará que se escriban varios ensayos sobre Darling in the Franxx de aquí a algunos años.

¿Qué le falta por desarrollar a la historia en los 9 capítulos restantes?

– ¿Qué son los klaxosaurios y cuál es su relación con la humanidad?

– Quizás unido al punto anterior, ¿dónde van los niños que desaparecen en el Garden? ¿Mueren? ¿Y dónde está Naomi?

– ¿Quiénes son Papa y los adultos y cuál es su objetivo? Los hemos visto hablando de varios términos extraños (muchos de ellos de la mitología nórdica), pero ni sabemos aún a qué se refieren ni hemos visto sus rostros (¿tienen cuerpo?)

– Y el resto de adultos… ¿cómo llegaron a ese estado? ¿Qué fue de la sociedad nuestra/antigua?

– ¿Qué ocurrió con el anterior Escuadrón 13? ¿Por qué dicen que los Parásitos están «infectados» e insinúan varias veces su muerte/desaparición?

– ¿Hay más mestizos de klaxosaurio como 002? Si es así, ¿dónde están? Era uno de ellos su «madre» (001)?

– ¿Cuál es el objetivo del Doctor Franxx? ¿Y de los Nines? ¿Por qué éstos últimos parecen tener cuernos como 002 y pilotan en posiciones invertidas?

– ¿Llegará a transformarse Hiro en una «bestia» como 002?

– Y sobre todo, ¿quién morirá y sobrevivirá al final de la serie?

https://www.youtube.com/watch?v=3x0NEd9t1yQ

Japoneando Anime: Bleach

En realidad, la decisión de dedicar esta entrega de Japoneando Anime a Bleach vino a última hora, debido a la finalización de dicho manga (y deberíamos puntualizar que esta entrada sería más bien un «Japoneando Manga«, ya que el anime de Bleach se canceló hace años). Pero comencemos…

Bleach es la obra de Tite Kubo, quien ha estado hasta quince años dedicándole su tiempo y esfuerzo (concretamente, desde el 2001 al 2016), llevando en total más de 66 volúmenes (tankôbon 単行本) recopilados. La adaptación al anime fue llevada a cabo por el estudio Pierrot desde el año 2004 al 2012 y consta de un total de 366 episodios.

¿De qué trata Bleach? Ichigo Kurosaki es un estudiante adolescente que reside en Tokio junto a su familia y que lleva una vida aparentemente normal. Sin embargo, Ichigo posee una extraña capacidad: puede ver las almas de los muertos. Un día se encuentra con un extraño monstruo y una chica vestida con un kimono negro: es una shinigami (死神), un dios de la muerte. Debido a los incidentes causados por el bicho (que después conoceremos que se trata de un hollow), la mujer shinigami se ve obligada a traspasarle sus poderes a Ichigo. Y así comienzan un sinfín de aventuras y batallas que juntan la vida terrenal con el más allá, y en donde habrá cabida para un sinfín de personajes de todo tipo y condición (desde los amigos de Ichigo hasta el resto de shinigamis o Sociedad de Almas, pasando por los arrancar, quincies y demás).

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En su punto álgido, el éxito de Bleach llegó a ser tal que se la solía comparar con las otras dos grandes top en ventas de la Shônen Jump (revista donde se publicaba): Naruto y One Piece. En el 2009, por ejemplo, fue la tercera serie más vendida en Japón, justo por detrás de las dos susodichas. Sin embargo, Bleach no supo o no pudo aguantar el ritmo, y poco a poco fue decayendo hasta pasar por la cancelación del anime (en el 2012) y del propio manga (hace un par de semanas). ¿Por qué ha podido ser esto?

Relación entre mangakas y editores: entre el amor y el odio

Es bien sabido por los que llevamos años siguiendo este mundillo que la vida del mangaka (漫画家 dibujante de manga) de éxito no es fácil. Firman contratos realmente estrictos con las editoriales, donde se pueden llegar a incluir cláusulas que van desde lo más habitual (número de páginas, fechas de entrega, etc.) hasta lo más controlador (el mangaka de éxito no puede ser pillado viendo escaparates de dudosa moralidad, por poner un ejemplo). Las fechas de entrega, sobre todo, suelen ser bastante cortas (para todo lo que hay que realizar), ya que las tiradas de más éxito suelen ser publicadas en la Shônen Jump, cuya periodicidad es semanal. Por ello, gran parte de mangakas cuentan con la ayuda de uno o varios asistentes, que pueden llegar a desarrollar tareas de todo tipo (desde planificación de la obra y trato con el editor hasta dibujar solo determinado tipo de cosas, como maquinaria o vegetación). Aclamados mangakas de la actualidad, como Eichiro Oda (One Piece) o Nobuhiro Watsuki (Rurouni Kenshin) iniciaron sus andaduras siendo asistentes de otros mangakas veteranos.

tite kubo

Tite Kubo y sus obras

En el caso de Tite Kubo, su carrera al parecer no comenzó como asistente, sino con una pequeña obra de título Zombie Powder. Debido a que no tuvo el éxito necesario y a que la consideraron demasiado violenta, terminó siendo cancelada. Entonces comenzó Bleach. Con el caso de esta serie, tenemos algo curioso: tiene un ritmo MUY distinto en las diferentes sagas que la componen. Por ejemplo, la saga de la Sociedad de Almas (para la mayoría, la mejor de todas) posee un ritmo dinámico, donde descubrimos nuevos lugares y conocemos a los personajes, que van creciendo ante nosotros. También tiene grandes dosis de acción, pero sin llegar a saturar. Es, en definitiva, una narrativa (al más puro estilo shônen, claro) equilibrada. Llegamos al arco argumental de Hueco Mundo, y las batallas van alargándose más, pero no por ello los personajes quedan perdidos en un fondo del que nunca volveremos a saber (hay excepciones, claro, como Grimmjow o Szayel, personajes que serán retomados años más tarde). Y, amigo, llega la saga de los quincy. Para entonces, Bleach ya había ido perdiendo progresivamente interés, pero con este arco argumental directamente todo se va al carajo: batallas eternas una detrás de la otra y casi cero interacción entre los personajes. Hay escasos momentos como lo de Nemu y Mayuri en los que parece que Bleach retoma su esencia, pero duran poco (y, además, Mayuri nunca fue uno de los personajes principales). El desdibujamiento de prácticamente todos los personajes, en favor de mostrar nuevas técnicas (sin mucho sentido) y transformaciones, llega hasta tal punto que Rukia e Ichigo (los dos protagonistas) pueden pasarse capítulos y capítulos sin dirigirse la palabra. Imaginaros en ese sentido a Dragon Ball y a Vegeta y a Goku, que llevan años sin cruzarse. Es más, Vegeta lleva tres años sin aparecer más que en dos viñetas. Impensable, ¿verdad? Pues a ese punto había llegado Belach.

Pero, siendo justos, Bleach nos ha regalado grandes momentos en el pasado: la revelación de Aizen, el juicio de Rukia, sus recuerdos de Kaien, el final de Ulquiorra… En definitiva, grandes momentos protagonizados por personajes bien desarrollados, que quedarán siempre en el recuerdo de los lectores. ¿Qué había pasado entonces con ESE Tite Kubo?

Muchos creen haber hallado la respuesta en la editorial (en este caso, Shûeisha). Todo mangaka tiene a un editor que sirve de vínculo entre su trabajo y la editorial. El editor puede llegara involucrarse más o menos en los resultados de la obra, hasta el punto de llegara cambiarlo todo. Algunos editores llegan a ser verdaderos colaboradores de los mangakas, y otros en cambio pueden convertirse en su peor pesadilla. El ejemplo más famoso es el de Akira Toriyama (autor de Dragon Ball). Toriyama, acostumbrado a realizar historias cortas, quiso poner punto final a su serie en varias ocasiones, pero la editorial, debido al enorme éxito alcanzado, lo presionaba para seguir. El mayor cambio llegó con Dragon Ball Z (titulada así en el anime, no en el manga), cuando llegó otro editor (de Torishima Kazuhiko pasó a Yû Kondô) y éste ideó que, para que la serie alcanzase todavía más popularidad, la historia se orientase más hacia la acción y adquiriera tonos más dramáticos. El culmen llegó con la saga de Cell, donde Toriyama se vio obligado a cambiar los diseños de los androides hasta tres veces (C19 y C20 eran «un gordo y un viejo», C17 y C18 «unos críos», y Cell pasó de «tener aspecto de bicho deforme» a «cara de idiota»), llegando a improvisar semana tras semana. El hartazgo de Toriyama llegó hasta tal punto que, una vez pudo finalizar Dragon Ball con la saga de Boo, no quiso volver a hacerse cargo nunca más (Dragon Ball GT es un producto exclusivo de Toei y en las sagas y películas posteriores su papel se ha visto limitado a supervisar diseños y ayudar en la elaboración de los guiones, pero poco más).

En el caso de Tite Kubo, parece bastante obvio suponer que el editor ha debido de tener algo que ver en los cambios de ritmo y hasta de narrativa. También cabe la posibilidad de que Kubo se hubiera hartado de su obra, al más puro estilo Toriyama, y ya no supiera qué hacer. Pero al menos Toriyama supo darle un «final» (que no es tal) más que digno a Dragon Ball. En cualquier caso, la relación entre editores y mangakas no siempre es fácil (por no hablar de las veces en que el mangaka, probablemente superado por la presión, «desaparece» o se «enferma» cada determinado tiempo). Un manga y anime (bastante recomendable, por cierto) que trata muy bien las vicisitudes de este mundillo es Bakuman (Tsugumi Ôba y Takeshi Obata).

En definitiva, que como lectora que he sido de Bleach desde hace años (concretamente, desde la primera aparición de Ulquiorra y Yammy), el giro que tomó Bleach tras la saga de Hueco Mundo me entristeció bastante. También me decepcionó, por qué no decirlo. Pero hay que procurar quedarse con lo bueno: con los inicios de la relación entre Ichigo y Rukia, con toda (TODA) la saga de la Sociedad de Almas, con personajes realmente carismáticos y cuidados diseños (Gin… Gin y su final es otro de esos MOMENTAZOS). En cuanto al anime, nos hubiera gustado comentar más sobre la simbología y mitología habida tras la figura de los shinigamis en Japón, también con su concepto del «más allá», pero bueno, probablemente para otra ocasión. Y su banda sonora… cómo no recordar su banda sonora. Hasta siempre, Bleach, te recordaremos por lo que pudiste llegar a ser.

https://www.youtube.com/watch?v=UFGHBiRjy5M