Este año al fin hemos tenido la oportunidad de poder estrenarnos en la Madrid Games Week (aunque un poco tarde, ya que las entradas que ofrecía la tienda GAME a sus socios estaban agotadas y las tuvimos que obtener a través de la compra online). Tras la primera impresión, relacionada con el alto precio de las entradas (más de 15 euros la entrada online), nos presentamos en el amplio recinto del IFEMA en Madrid, donde habría que destacar la organización, algo mejor que la de otros eventos similares celebrados en la Casa de Campo.  De hecho, tuvimos que requerir una silla de ruedas para desplazarnos por los pabellones y el personal siempre estuvo muy atento al respecto.

Metiéndonos en materia de videojuegos, lo primero que llama la atención es la (omni)presencia de Sony. Enormes y luminosos stands y paneles de Play Station 4 cubrían una parte del recinto. Los exclusivos de la marca japonesa, como Uncharted, también tuvieron enorme presencia (asimismo en el cosplay, ya que hubo varios Nathan Drake desfilando en el concurso del mismo). Mucho menos notorias eran las demostraciones de X-Box y de Nintendo, ya que la primera (que yo viera) ocupaba un pequeño panel o stand; y la segunda aparecía representada básicamente por Mario y sucedáneos (bueno, y algún cartel -más cosplays- de Zelda). Vimos poco de Pokémon, algo curioso teniendo en cuenta que es una de sus estrellas y que había varios fanáticos de la serie entre los asistentes. Asimismo sobresalieron los stands dedicados a Assassins Creed, Dragon Ball y StarWars, todos ellos bastante espectaculares y que ofrecían (algunos) varias actividades, ya fuera el poder jugar una demo de un juego aún sin salir al mercado de la franquicia, o el que te hicieran una foto con uno de sus personajes. Espectaculares eran también las colas para poder jugar a las mencionadas demos, por lo que nos quedamos sin hincarle el diente a varias. ¡Una pena!

Para destacar en positivo, todo lo dedicado a videojuegos independientes (y de factura nacional) estaba bastante

completo y elaborado. La exposición habida de consolas antiguas resultaba de lo más curiosa. A su vez, había títulos de conferencias que pintaban bastante interesantes, y la zona de competiciones se veía realmente espectacular (la zona de Until Down se veía perfectamente ambientada para jugar). Entre medias, una de las anunciadas innovaciones de este año: la Manga Experience. Como su propio nombre indica, un sector dedicado por entero al manga y al anime. Siendo como somos fans de este tipo de industria, no objetaremos la integración de un espacio de este tipo. Sin embargo, en nuestra opinión abarcaba demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que la Japan Weekend de Madrid fue hace tan sólo dos semanas y que en cuestión de meses tendremos de vuelta la Chibi Japan y el Expomanga (ambos en Madrid también, no cuento el gran referente que es siempre el Salón del Manga de Barcelona y que se celebra a finales de octubre). En nuestra humilde opinión, hubiese estado mejor una mayor presencia de Nintendo y X-Box (en serio, no vimos ni una mísera mención al último juego de Tomb Raider, que saldrá como exclusivo de la X-Box One) y una Manga Experience algo menor. Como dato adicional, y como fans de Final Fantasy y Kingdom Hearts que somos… ¿dónde se había metido Square Enix? Ni un Final Fantasy, ni un Kingdom Hearts, ni un Dragon Quest (y eso que va a salir el esperado Dragon Quest Heroes)… y el mencionado Tomb Raider también es ahora de esta compañía.

En conclusión, una buena experiencia para pasar el fin de semana, con stands muy currados y (si tienes suerte) una buena oportunidad de poder probar los videojuegos venideros. Por otro lado, entradas con precios algo excesivos, colas ultra largas y notables ausencias.