La polémica en torno a Tetsuya Nomura

Vamos a darle un descanso semanal a Japoneando Anime, que (al menos durante el verano) pasará a ser quincenal, para centrarnos por otro lado en debates que giran alrededor de la saga Final Fantasy, que como muchos sabrán (y habrán intuido solo por el título de esta humilde sociedad) es uno de los pilares sobre los que nos fundamentamos. Ya hemos realizado algún artículo que gira en torno a estas polémicas con anterioridad, como «Las mujeres en Final Fantasy VII» y «Luna vs. Stella«. Ahora le toca el turno a una de las figuras más representativas, no ya de Final Fantasy, sino de todo Square Enix: Tetsuya Nomura.

¿Por qué Tetsuya Nomura? Empecemos por hacer una breve biografía del hombre, ya que si decimos que es el encargado de todo lo que hay detrás de Kingdom Hearts, de personajes como Cloud o Aerith, o de las ideas originales del Universo Final Fantasy XV, pues no es moco de pavo. Nomura nació en el año 1970 y, antes de entrar a trabajar en Squaresoft (previamente a su fusión con Enix), se desempeñaba como dibujante en una agencia publicitaria (curiosamente, similar a los orígenes de otro gran personaje del mundillo: Akira Toriyama). Nomura empezó en la gran compañía de la industria del videojuego como encargado de los gráficos de batalla en Final Fantasy V. Parece que su labor gustó tanto que ascendió a director gráfico en Final Fantasy VI, y diseñador de personajes de Final Fantasy VII en adelante (con excepciones como Final Fantasy IX o Final Fantasy XII). A partir de ahí, su carrera ha sido un no parar: director de los videojuegos Kingdom Hearts y Kingdom Hearts II (y Kingdom Hearts III, si es que algún día se decide a salir al mercado), director de la película Final Fantasy VII: Advent Children (y uno de los ideólogos de toda la Compilation del mencionado videojuego) y director de Final Fantasy Versus XIII antes de convertirse en Final Fantasy XV y pasarle la batuta a Hajime Tabata. Ahora mismo, aparte del citado Kingdom Hearts III, se encuentra dirigiendo el remake de Final Fantasy VII. Como vemos, un hombre ocupado.

nomura

Sin embargo, no todo lo que hemos mencionado en su (resumida) carrera ha sido positivo… ni tampoco negativo. No por nada, Nomura es uno de los personajes dentro de la industria del JRPG (Japanese-Rol-Playing-Games) con mayor polémica entre los fans. ¿Y esto por qué? Echemos un repaso…

  • Luces

Es innegable que Nomura ha sido el ideólogo de muchos de los personajes, e incluso historias, que en la actualidad adoramos más aún que a nuestros primos (por poner algo). Es el ejemplo de Cloud, Aerith, Tifa, Sephiroth, Squall, Zell, Tidus, Yuna, Auron, Lightning, Fang, Noctis o Sora, solo por mencionar algunos ejemplos dentro de su prolífica carrera como diseñador de personajes.Su estilo de dibujo, claramente influenciado por la estética del anime y bonito a la vista, es en buena parte el culpable de haber atraído a las grandes masas. Todo hay que decirlo: las ilustraciones de Nomura son una gozada para la vista. Eso sí, si te inclinas más hacia estilos únicos y no tan «preciosistas», de trazo más refinado, quizás Nomura no sea lo tuyo (y sí Amano, por ejemplo). En cualquier caso, ambos artistas no son comparables.

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Sin él, Cloud no hubiera tenido su característico pelo de chocobo, ni Sephiroth esa apariencia a medio camino entre andrógino y temible, ni Tifa esa… personalidad. Que hablando de personalidades, también fue idea de Nomura la crisis de identidad que tendría Cloud durante más de la mitad del juego y que supondría un punto y aparte en su personaje (y de paso serviría para presentarnos a otro de los grandes: Zack).

Y es que Nomura siempre ha mostrado cierta fascinación por los lados oscuros de la personalidad, esos lugares recónditos a los que (casi) nadie tiene acceso. La cosa se profundizaría más con Squall en Final Fantasy VIII, hasta el punto de volver al personaje insoportable para algunos. En Kingdom Hearts estos aspectos serían explotados al máximo, llegando a existir hasta cinco versiones de Sora diferentes.

Adentrándonos más en Kingdom Hearts, este es claramente otra de las luces de Nomura. El juego colaboración de Disney y Square Enix se ha ganado una legión de fans a lo largo y ancho del planeta realmente abrumadora. Lo cierto es que el encanto y magia que suelen desprender los juegos de esta saga lo merecen. Y no es poco lo obtenido con esta franquicia: superventas, ganancias para ambas compañías en forma de secuelas, precuelas, spin offs, aplicaciones para móviles, mangas, conciertos y multitud de merchandising. Nada que envidiarle a Sakaguchi.

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En definitiva, podría decirse que el GRAN aspecto positivo de Nomura como realizador (él mismo lo dice: se encarga a hacer videojuegos, no solo a dibujarlos) es su atrevimiento con todo, que raya casi en lo ambicioso. Ambición (algunos podrían llamarle «curiosidad») que siempre viene bien a la hora de abordar nuevos parámetros y posibilidades argumentales. Sin embargo…

  • Sombras

He aquí uno de los puntos que más critican a Nomura: se acaba enredando demasiado con sus historias. Digamos que peca un poco de pretenciosidad en ellas. Es el caso de la saga Kingdom Hearts: lo que parte como un argumento aparentemente sencillo acaba recargándose tanto con cada entrega que apenas puede entenderse (y mucho menos seguirse a no ser que poseas casi todas las consolas del mercado, además de un buen teléfono móvil y bastante pasta, claro). Así, se puede intentar hacer pasar al argumento de Kingdom Hearts (saga) como algo de lo más complejo cuando en realidad partía de una idea muy sencilla, que es el de la luz contra la oscuridad y la figura de un elegido en medio de eso.

Pero lo más sangrante de este último aspecto de Nomura ha sido con la Compilation de Final Fantasy VII. Intentar vendernos Kingdom Hearts (saga completa) como algo aparentemente complejo todavía tiene un pase, pero tratar lo mismo con Advent Children… no. La película es un sucedáneo de nostalgia por ver a queridos personajes en glorioso y detallado CGI con escenas de acción imposibles y en ocasiones hasta mareantes. ¿El argumento? Inexistente. Sin embargo, son muchos los fans de Final Fantasy VII que les gusta (me incluyo). Ahora, intenta ponerle la película a tu madre que lo máximo que sacará en claro es el dolor de cabeza que se le ha puesto.

Pero lo más detestado de Nomura en los últimos años (casi décadas ya) no es su narrativa rococó, ni sus autoplagios en los diseños… sino su (supuesta) lentitud a la hora de trabajar. Ya dejaba ver algo de esto cuando en La leyenda de Final Fantasy VIII se cuenta su fijación por mostrar las plumas revoloteando y las olas del mar yendo y viniendo sobre la orilla en la intro del citado videojuego, lo que causó no pocos quebraderos de cabeza a los programadores. Siendo claros: Nomura parece ser un perfeccionista de la estética y «lo bonito que queda todo», lo que a su vez supone más tiempo de dedicación en todos estos detalles. Hoy, por ejemplo, sabemos que en los siete años que estuvo al mando del Final Fantasy Versus XIII apenas había completado un 25%. Se realizaban los vistosos trailers para mostrar en las ferias y convenciones y poco más: el juego no estaba ni a medio hacer. Por eso deberíamos estarle agradecidos a Tabata de que al menos podamos tener Final Fantasy XV en nuestras estanterías a partir del 30 de septiembre. Creo que hubo una época bastante larga en la que el juego simplemente estuvo flotando en el limbo.

Ahora, Nomura tiene pendiente de salida el aclamado Kingdom Hearts III (que ya lleva sus años de desarrollo también, y sin fecha de estreno), y el no menos popular remake de Final Fantasy VII. La polémica no ha hecho más que empezar.

P.D.: Como curiosidad, ¿sabiáis que es amigo de Hideo Kojima? Otro del que podría escribirse hasta un libro entero.

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