La Bella y la Bestia (2017): Bonito homenaje que consigue mejorar algunos aspectos

Se veía venir: Disney está arrasando en las taquillas de medio mundo con su última adaptación a imagen real de uno de sus clásicos más emblemáticos: La Bella y la Bestia. La original animada de 1991 suele estar guardada en un bonito rincón de nuestra memoria (servidora contaba con solo cuatro primaveras cuando la vio por primera vez) y es también reflejo del éxito comercial y crítico. De hecho, fue la primera película animada en ser nominada en la categoría de Mejor Película en los Oscars, antes de que existiera el apartado propio para la animación.

Debido a los buenos números cosechados por anteriores remakes de Diney (La Cenicienta, Maléfica o El libro de la selva son buenos ejemplos de ello), era inevitable imaginar que en esta ocasión volverían a lograrlo. Otro cantar sería el apartado de calidad, puesto que muchos eran los escépticos con la necesidad de una nueva adaptación (y en carne y hueso) de una cinta tan añorada por tanta gente de la generación que ya ronda la treintena. No solo han conseguido atraer la nostalgia (especialmente a través de la música) sino incluso mejorar algunas incongruencias que existían en el guión de la película animada (pero que nosotros, inocentes niños por aquel entonces, habíamos sido capaces de obviar y posteriormente perdonar).

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Con Bill Condon (Mr. Holmes, Crepúsculo: Amanecer) tras las cámaras y con nuevo guión adaptado de Stephen Chbosky (Las ventajas de ser un marginado) y Evan Spiliotopoulos (Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo), el escepticismo fue in crescendo. El hecho de que se unieran al reparto Emma Watson (famosa sobre todo por su Hermione en toda la saga cinematográfica de Harry Potter) como Bella y Dan Stevens (el primo Matthew de Downton Abbey y ahora el protagonista de Legion en Fox) como Bestia incrementó las miradas atentas de los fanáticos, escudriñando cualquier detalle. Posteriormente los seguirían Luke Evans (Drácula: La leyenda jamás contada), Josh Gad (Pixels), Ewan McGregor (Star Wars), Ian McKellen (El señor de los anillos), Kevin Kline (Un pez llamado Wanda) y Emma Thompson (Salvando al Señor Banks): todo un conjunto de reconocidos y aclamados actores que aumentaban las expectativas. Además, Alan Menken y Howard Ashman, compositores de la banda sonora de la versión animada, también confirmaban su regreso para hacerse cargo de las nuevas partituras, donde se les unía a su vez otro gran veterano como Tim Rice. En este sentido, la calidad musical estaba más que asegurada, como así ha terminado siendo.

Adentrándonos en el producto final, nos encontramos ante una versión muy fiel a la animada, pero con algunos cambios y agregados que saben corregir incongruencias que ya se habían percibido desde hacía años en la cinta de 1991 (no, no entraremos en spoilers). También han sabido aportar mayor profundidad a personajes como LeFou, pero además a los propios Bella y Bestia (ahora hasta tienen un pasado, lo que hace que su relación y vínculo amoroso se torne más creíble). Y han sumado un par de temas nuevos que encajan bastante bien con lo que acabamos de mencionar. De hecho, hay uno en concreto (Evermore, en la versión original) que nos ha parecido casi el mejor momento de toda la película, con una Bestia que se vuelve más Fantasma de la Ópera (el del musical de Andrew Lloyd Webber) que nunca y que sirve para especial lucimiento de Dan Stevens (la hemos visto en versión original; aunque por lo que hemos podido escuchar la doblada al castellano tampoco ha salido mal).

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En el apartado negativo, quizás se note algo raro en el ritmo hacia el comienzo de la película, probablemente debido a que estamos acostumbrados a la versión de 1991 y que, claro, no es lo mismo construir algo animado que en carne y hueso (si Emma Watson se pusiera a gesticular exactamente igual que la Bella animada lo más seguro es que pecase de histriónica). También que los más nostálgicos (o no tanto) dirán que carece del espíritu de aquélla. En lo personal, si bien he percibido lo del ritmo, he encontrado que esta nueva versión posee a su vez un encanto único, elaborado no solo con la música, sino también con la escenografía y ese toque tan «de cuento» que han sabido darle.

Quizás por ese tipo de estética es que el CGI sí puede llegar a cantar en algunos momentos. He leído algunas críticas hacia la expresividad del rostro de Bestia, pero en mi opinión lo que sí resultaba más llamativo eran los lobos, que en algo tenían que envidiar a los del remake de El libro de la selva (con la cara de Bestia yo ningún problema, de hecho el personaje me ha gustado incluso más que el animado, gracias a Stevens y al nuevo guión).

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Para ir finalizando, he de realizar una confesión: yo me encontraba entre ese grupo de gente que no le tenía ninguna fe a Emma Watson como Bella. No porque me pareciera mala actriz (no solo por Hermione, que también me había gustado y especialmente en Las ventajas de ser un marginado), sino porque en mi mente el recuerdo de la Bella animada era alguien con apariencia más «dulce». Afortunadamente, he estado equivocada. Emma Watson ciertamente no es tan dulce como la Bella de 1991, pero el guión lo merece. Los tiempos cambian y hay aspectos de algunos relatos clásicos que conviene dejar más claros, teniendo aquí un ejemplo interesante. Además, sale bien del paso en cánticos y demases. Nada que objetar del resto del reparto, pero si me tuviera que quedar con alguien (aparte de Watson y Stevens) sería con McGregor y su simpático Lumière; aunque sea por lo mucho que, dice, le ha costado hablar con el acento francés.

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2 Comentarios

  1. Me parece fantástico vuestro análisis de la peli. Yo ya la he visto y la disfrute también muchísimo. Como muy bien decís, esta logradisima tanto en la ambientación, personajes, música, canciones, voces…..como en la adaptación de la versión animada. Esta muy lograda!!!

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